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Empatía

Grupo Elron
Sección Autoconocimiento y Salud - Índice de la sección - Explicación y guía de lectura de la sección

Empatía

Nota del Prof. Jorge Raúl Olguín

1º  parte


 La Empatía es la vibración de dos o más espíritus en la misma sintonía. Aunque no siempre la empatía es sinónimo de llevarse bien, pues en los planos densos dos almas afines pueden competir hasta lastimarse.
 Todo Don es una responsabilidad, pues si tenemos espíritus con los que empatizamos, es nuestra obligación espiritual el confraternizar con los mismos. Y más aún en los planos de LUZ.
 A diferencia de los espíritus del error, que encarnan para aprender sus lecciones kármicas, las entidades de LUZ siempre vienen al plano físico en Misión. Y la misma puede realizarse más fácilmente haciendo un frente común con otras entidades de Luz de la misma vibración. Y por el contrario, si optamos por rodearnos de seres que todavía no despegaron de los planos densos, pueden hacer que fracasemos en nuestro objetivo y nos generemos karmas por inacción.
 En el plano físico, el camino de LUZ no es solo optar por DAR, sino evitar también que nos entorpezcan esa senda de Servicio. El drama es que a veces nos involucramos con seres que, aún estando en la búsqueda, no alcanzan a tener un desapego y pueden hacer que tratabillemos nosotros.
 Y es muy difícil evaluar lo que nos conviene de verdad. Hay algo que está a la vista, como un libro abierto: Si quiero llegar a ser un buen Servidor, dejaré de lado mis apetencias personales, ya sean afectivas o económicas, y optaré por elegir el camino de la LUZ. Aclaro que ese camino no está reñido con el amor personal ni con lo económico, pero debemos discernir con Sabiduría cuál es el verdadero Amor y en base a qué destino debemos construir nuestro camino económico. Mi Yo Superior me dicta que ningún palacio puede ser edificado con cimientos de barro... y solo se logra una base de concreto con una gran empatía entre las partes.

 

2º  parte


 Hay mucho material sobre el tema de la Empatía y, lamentablemente, en el plano físico, nos cuesta percibir a las almas empáticas, quizás cegados por el falso resplandor del Ego. Recuerden que nosotros tenemos (al estar encarnados) una visión (o percepción) limitada, pues solo vemos la "fachada" de la persona que tenemos al lado. Captamos su "rol" en este plano físico, pero muy pocas veces percibimos su interior espiritual.
 Tampoco podemos ir discriminando a aquellos que no sean notablemente empáticos, pues entraríamos en el juego de la discriminación. Es muy difícil el camino hacia la LUZ  y tenemos que sustentarnos con todo nuestro equilibrio, para no caer en el error de prejuzgar.
 Por otro lado, es necesario asumir que si encarnamos para Servir, esa es nuestra prioridad...
 A muchos les ha pasado, en su vida particular, el tener que renunciar a apegos (que parecían pozos gravitatorios),  para poder seguir siendo útiles a los demás. 
 Es todo un tema,  difícil por cierto.


La empatía es una respuesta afectiva- cognitiva activada por el estado de necesidad de otra persona y su intensidad se relaciona con la rapidez e intensidad de la ayuda subsiguiente, la que también depende de la información acerca de los pensamientos, sentimientos del otro y cuánto valoramos el bienestar de ésta.

Al analizar los distintos artículos recopilados acerca de la empatía nos podemos dar cuenta de que ésta es un fenómeno situacional que involucra distintos factores y que repercute en gran parte del repertorio de conductas sociales, tales como relación de pareja, amistad, agresión, conductas altruistas, actitud hacia los desconocidos.

Con respecto a lo anterior, las investigaciones dejan ver que la empatía puede estar motivada por un deseo altruista de aliviar el estado de necesidad en que se encuentra una persona y no sólo el deseo egoísta de mejorar nuestro propio estado de tristeza o angustia que pudiera provocar el percibir a alguien en necesidad.

La información acerca de los pensamientos, sentimientos del otro y cuánto valoramos el bienestar de éste, son factores determinantes en la elicitación de emociones empáticas y conducta de ayuda.

Se empatiza más con amigos que con extraños porque hay un mayor intercambio de información con los primeros y también debido a la información previa almacenada que se tiene de estos. Esto permitiría inferir con mayor rapidez y precisión pensamientos y sentimientos del otro haciendo más fácil interpretar las situaciones en las cuales debemos ser empáticos.

La empatía también incluye una respuesta emocional orientada hacia otra persona, de acuerdo con la percepción y valoración del bienestar de ésta. Esto nos lleva a deducir que la empatía es una habilidad de carácter subjetivo, ya que es dependiente del individuo que la manifieste.


3º  parte


 

El valor de la empatía nos ayuda a recuperar el interés por las personas que nos rodean y a consolidar la relación que con cada una de ellas tenemos.

Cada vez que nos acercamos a las personas esperamos atención y comprensión, dando por hecho que seremos tratados con delicadeza y respeto. Pero, ¿cuántas veces procuramos tratar a los demás de la misma forma?

Debemos reconocer que en medio de nuestras prisas y preocupaciones nos volvemos egoístas y olvidamos que los demás también tienen algo importante que comunicarnos. El valor de la empatía nos ayuda a recuperar el interés por las personas que nos rodean y a consolidar la relación que con cada una de ellas tenemos.

La empatía es el esfuerzo que realizamos para reconocer y comprender los sentimientos y actitudes de las personas, así como las circunstancias que los afectan en un momento determinado.

Es muy común escuchar que la empatía es la tendencia o actitud que tenemos para ponernos en el lugar de los demás e identificarnos plenamente con sus sentimientos. Sin embargo, esto tiene el riesgo de dejar a la empatía en un nivel meramente emocional: "si siento lo mismo que el otro, entonces hay verdadera empatía".

La realidad es que la empatía no es el producto del buen humor con que despertamos, como tampoco del afecto que nos une a las personas. Si esta combinación fuera común, siempre estaríamos disponibles para escuchar a los demás y dejaríamos momentáneamente nuestras ocupaciones, pensamientos y preocupaciones para atender a quienes nos rodean.

Desgraciadamente las circunstancias pocas veces son tan favorables, por eso la empatía es un valor que se vive habitualmente, totalmente independiente de nuestro estado de ánimo y disposición interior.

La empatía se facilita en la medida que conocemos a las personas, la relación frecuente nos facilita descubrir los motivos de enojo, alegría o desánimo de nuestros allegados y su consecuente modo de actuar. Esto se manifiesta claramente entre padres e hijos, en las parejas y con los amigos donde la relación es muy estrecha, quienes parecen haber adquirido el "poder de adivinar" que sucede antes de haber escuchado una palabra, teniendo siempre a la mano la respuesta y el consejo adecuados para la ocasión.

Aún así, este valor debe superar ciertos obstáculos: el cansancio, el mal humor, el dolor de cabeza y las preocupaciones propias del trabajo y el estudio. En casa se nota cuando los padres prestan poca atención a los "pequeños" problemas o alegrías de sus hijos, con su actitud -y muchas veces sin querer- procuran evadir esa molestia e inoportunidad para encerrarse en sí mismos; en la pareja cuando alguno da monosílabos, gestos o sonidos guturales como respuesta; cuando tenemos tantos problemas, y lo que menos deseamos es escuchar lo bien o lo mal que les sucede a los demás.

El problema es que al dejarnos llevar por nuestro estado de ánimo y obstinarnos en permanecer en nuestro mundo, damos a todo lo que ocupa nuestra mente la máxima importancia, comportándonos indiferentes y poco amables; queremos ser entendidos sin antes intentar comprender a los demás. Desde el lado opuesto, la empatía implica generosidad y genuina comprensión: para olvidarnos de nosotros mismos y hacer el esfuerzo por considerar los asuntos y sentimientos que los demás quieren participarnos.

Este esfuerzo es mayor cuando ante nosotros está el empleado, el alumno, el vecino, la empleada doméstica o el vecino, pues sin darnos cuenta, podemos limitar nuestra atención e interés, o peor aún, menospreciarlos por considerarlos en una posición inferior. Debemos ser enérgicos y afirmar que la empatía como valor -y al igual que todos los valores- no hace diferencias entre personas, es una actitud propia de la personalidad, siempre abierta y dispuesta a las necesidades de los demás.

La empatía nos da un sin fin de posibilidades, primero hacia nuestros semejantes, quienes buscan con quien compartir y confiar sus problemas, alegrías, triunfos y fracasos, ser escuchados y comprendidos. De esta forma tenemos la inmejorable oportunidad de procurar el bienestar, desarrollo y perfeccionamiento de las personas, lo cual manifiesta el profundo respeto que les debemos.

Para nosotros, la empatía nos permite conocer y comprender mejor a las personas, a través del trato cotidiano, estamos en condiciones de mejorar en familia, obteniendo una mayor colaboración y entendimiento entre todos; con la pareja la relación es cada vez más estable y alegre; con los amigos garantiza una amistad duradera; con los conocidos abre la posibilidad a nuevas amistades; en la empresa ayuda a conseguir una mayor productividad al interesarnos por los empleados y compañeros; en la escuela se obtiene un mejor rendimiento por la relación que se tiene con los alumnos y entre ellos mismos.

El valor de la empatía desarrolla en nosotros la capacidad de motivar y encauzar positivamente a las personas; enseñar a tener ese interés por los demás y vivirlo habitualmente, es la mejor forma de transmitir empatía e identificarnos plenamente con los demás, cambiando radicalmente el entorno social en el que vivimos.

Vivir el valor de la empatía es algo sencillo si nos detenemos a pensar un poco en los demás y en consecuencia, aprenderemos a actuar favorablemente en todas las circunstancias. Por eso, debemos estar pendientes y cuidar los pequeños detalles que reafirmarán este valor en nuestra persona:

- Procura sonreír siempre, esto genera un ambiente de confianza y cordialidad. La serenidad que se manifiesta desarma hasta el más exaltado.

- Primeramente considera como importantes los asuntos de los demás y después los propios. Después de haber escuchado, la persona que se ha acercado a tí seguramente tendrá la capacidad de entender tu situación y estado de ánimo, por lo cual estará dispuesta ayudarte.

- No hagas un juicio prematuro de las personas porque te hace cambiar tu disposición interior (no pienses: "ya llegó este molesto", "otra vez con lo mismo", "no me deja en paz", "otra interrupción"). Si alguien se acerca a tí, es porque necesita con quien hablar... No lo defraudes.

- Si no tienes tiempo o es un mal momento, exprésalo con cortesía y delicadeza -que también es empatía- y las personas se sentirán igualmente atendidas. Importante: no dejes pasar mucho tiempo para charlar con la persona.

- Evita demostrar prisa, aburrimiento, cansancio, dar respuestas tajantes u distraerte en otras cosas; porque además de ser una falta de respeto, los demás se dan cuenta que no tienes autodominio y no demuestras interés por ellos.
Aprende a escuchar.

- No olvides infundir ánimo con palabras, una palmada en el hombro o un gesto amable, sobre todo si la persona tiene problemas.

Podemos concluir que la empatía es un valor indispensable en todos los aspectos de nuestra vida, sin él, sería muy difícil enriquecer las relaciones interpersonales; quien se preocupa por vivir este valor, cultiva simultáneamente entre otros: confianza, amistad, comprensión, generosidad, respeto y comunicación.

El ritmo de vida actual nos brinda pocas oportunidades de servir a los demás, de conocerlos y de tratarlos como es debido, la empatía se convierte en esa pieza fundamental que nos enriquece y nos identifica mejor como seres humanos.

 

4º  parte


    

LA RELACION HUMANA

CARACTERISTICAS DE UNA BUENA RELACION HUMANA

1.- EMPATIA:

Es situarse en el lugar de la otra persona, es comprender lo que siente en este momento.

Comprendiendo al interlocutor, puede percibir lo que siente el otro, tanto si es un sentimiento agradable o desagradable.

Por ejemplo, cuando aparece un compañero de trabajo molesto porque no le hemos enviado sus insumos, se le puede responder: "Comprendo que estés molesto, yo en tu lugar también lo estaría; es desagradable que a uno no le lleguen los insumos oportunamente; voy a hacer todo lo posible para apurar la entrega y porque la situación no se vuelva a repetir".

De este modo se está "empatizando" y la otra persona se siente comprendida y " baja la guardia" , en el sentido de no persistir en su intento de confrontación.

La empatía puede cambiar la disposición del interlocutor, sea ésta de molestia, desconfianza, oposición o simplemente tensión. En ocasiones realizamos grandes esfuerzos para comunicarnos y esto nos produce una gran tensión. La respuesta empática tranquiliza al interlocutor, porque éste se da cuenta que no tiene que hacer esfuerzo para darse a entender. La persona siente cercano a su compañero de trabajo cuando "este lo ha entendido"


LA EMPATIA ES UNA DESTREZA BASICA DE LA COMUNICACION INTERPERSONAL. ELLA PERMITE UN ENTENDIMIENTO SÓLIDO ENTRE DOS PERSONAS. EN CONSECUENCIA, LA EMPATIA ES FUNDAMENTAL PARA COMPRENDER EN PROFUNDIDAD EL MENSAJE DEL OTRO Y ASI ESTABLECER UN DIALOGO.


¿COMO DEMOSTRAR EMPATIA?

Como la mayoría de las habilidades, no basta con entender al otro, hay que demostrarlo. El otro percibe que se le comprende cuando:

- Nos disponemos física y psicológicamente a prestar atención a los mensajes centrales de su discurso y nos mantenemos alerta a sus gestos corporales como tensión, resistencia y aceptación.

- Mantenemos la cordialidad sin evadir los temas importantes que surgen durante la conversación, le demostramos que le seguimos en su pensar y que estamos dispuestos a conversar los temas que él considera importantes.

- Le expresamos por medio de nuestro propio estilo verbal y afectivo que hemos entendido su mensaje y como nos llega.

- Prestamos atención a su respuesta, considerando sus señas corporales que confirman o niegan la exactitud de nuestro entendimiento del mensaje.

- En todo momento nos cuidamos de no evaluarlo, juzgarlo o descalificarlo. Se busca comprenderlo poniéndonos en su lugar, para ver la situación desde su perspectiva y entenderla. Si hay algo que a él le resulta preocupante y a nosotros no, nos interesamos entonces en entender por qué él lo siente así.

2.- ESCUCHAR ACTIVO:

Es el acto de escuchar con atención y concentración al interlocutor, lo cual nos capacita para sintetizar lo que él ha dicho y así esta persona se siente bien interpretada.

El escuchar activo es activo en el sentido que el interés y la concentración que despliega el funcionario en escuchar al otro se refleja en acciones no-verbales, como asentir con la cabeza, mirar a los ojos, etc.


EL ATENDER Y EL ESCUCHAR SON HABILIDADES COMPLEMENTARIAS QUE CONSTITUYEN EL PUNTO DE PARTIDA DE LA COMUNICACION INTERPERSONAL.

CUANDO REALMENTE ESCUCHAMOS Y ATENDEMOS, NUIESTROS SENTIDOS, LA MENTE Y EL CUERPO SE PONEN AL SERVICIO DE LA COMUNICACIÓN.


¿ COMO MANEJAR NUESTRA HABILIDAD DE ENTENDER Y ESCUCHAR?

1. Con nuestro físico, especialmente:

- Mirar directa y francamente a la cara de nuestro interlocutor: manteniendo un buen contacto visual.

- Adoptar una posición natural y relajada, expresando físicamente nuestra acogida y apertura.

- Asentir periódicamente en forma natural.

- Suspender otra actividad que pudiera distraer la atención al otro.

2. Mantener una observación directa:

- Observar los movimientos del cuerpo, gestos y expresiones del rostro, de éste modo podrá captar mejor la intención del mensaje.

- Atender al tono y volumen de la voz del interlocutor, notando sus pausas, énfasis, etc., de ésta manera reconocerá sus preocupaciones, deseos, sentimientos y la significación emocional que tiene la conversación para el otro.

- Escuchar el mensaje en forma comprensiva, tratando de descubrir las ideas, creencias y demás aspectos cognitivos que dan sentido a lo planteado por el interlocutor.

3. Mostrarle dedicación genuina y comprensión:

- Al resumir con sus propias palabras lo comunicado, demuestra su comprensión y señala que está atento.

- Al asentir o repetir una palabra significativa que el otro acaba de decir, muestra su interés y comunica que valora lo que le están diciendo.

- Al no interrumpir con opiniones en contra o de otro tipo y respondiendo solo después de haber escuchado, usted puede realmente manifestar una genuina abertura y consideración a los puntos de vista del interlocutor.

En el caso de un compañero prepotente, que tiene un trato descalificador, irrespetuoso, le conviene al funcionario un ESCUCHAR ACTIVO, lo cual le permite conocer el tipo de persona y así perfilar las posibilidades de cambio durante la conversación.

Suponiendo que esta persona no va a cambiar su actitud durante la conversación, el funcionario podrá hacer el esfuerzo de autocontrol para no participar en la escalada agresiva que busca el interlocutor; asumiendo que esta persona no tiene posibilidades momentáneas de cambio y que persiste en hacer caer al funcionario en su juego agresivo.

3. RESPETO:

Significa el ver y apreciar a otro en su calidad de ser humano, valorándolo por sí mismo como una persona diferente que tiene los mismos derechos que reclamamos para nosotros.

¿COMO EXPRESAR RESPETO?

El respeto se manifiesta en el modo como nos relacionamos con los otros, tanto en lo que decimos como en lo que hacemos.

Algunas acciones que ayudan a crear un clima de respeto son

- Mostrar disponibilidad para atender a las necesidades comunicacionales del interlocutor.

- Prestar atención a sus opiniones, requerimientos y objeciones, indicando que se reconoce su punto de vista original y su condición de persona única e individual.

- Escuchar activamente crea un clima de cordialidad, tratando de comprender los puntos de vista del otro y evitando distorsionar los mensajes.

- Expresar nuestras opiniones directa y espontáneamente, sin atribuir segundas intenciones a las palabras del otro. Si percibimos una intención solapada, tenemos el derecho de consultarla con respeto y franqueza.

- Las críticas, juicios y llamados de atención se dirigen a comportamientos y conductas observables y demostrables, se evita la descalificación de la persona.

- Mantener relaciones centradas en la persona, no discriminadas por jerarquía, actividad o lugar de trabajo en la organización.

4. CONCRECIÓN:

Es una destreza interpersonal que tiene tres importantes funciones:

1) Asegurar que la expresión no se convierta en algo vago, abstracto, y por lo tanto, separado emocionalmente de los sentimientos y experiencia del otro.

2) Forzar a ser más exacto en la comprensión del interlocutor, sin escudarse en intelectualizaciones defensivas.

3) Ayudar al receptor para que se centre en sus sentimientos específicos y experiencias concretas del interlocutor.

La concreción significa contactarnos realmente con la otra persona e implica necesariamente comunicarnos en forma precisa y directa. Además, significa establecer una comunicación responsable y personalizada, donde no se dejan afuera aspectos concretos que pueden ser conflictivos.


SI QUEREMOS COMUNICARNOS DE PERSONA A PERSONA, DEBEMOS EXPRESARNOS DE MANERA CONCRETA, HACIÉNDONOS RESPONSABLES DE LO QUE COMUNICAMOS


¿COMO COMUNICAR LA CONCRECIÓN?

Es una habilidad importante ya que facilita el desarrollo de comunicaciones a un nivel más personalizado y experiencial.

Ser concreto y específico significa:

- Nombrar, especificar, individualizar a lo que uno se está refiriendo y no decirlo en forma general e impersonal. Por ejemplo; en vez de decir: "siempre hay gente que se queda callada", decir: "cuando vienen amigos míos que no conoces, te quedas callada".

- Evitar los rodeos en la conversación, centrarse en los asuntos que son personalmente importantes para la relación.

- Comunicarse en forma directa, mirando al otro con una postura corporal dirigida y abierta al otro. Es decir, "yo me dirijo a tí porque te quiero expresar lo que me está pasando con esta situación específica.

- Evitar las teorizaciones estériles que llevan a conversaciones circulares. Frecuentemente los "por qué" producen respuestas intelectuales que debilitan el diálogo. Los "no sé" habitualmente significan "no quiero meterme en eso", lo que impide que el diálogo y la relación interpersonal sigan creciendo. En cambio, cuando usamos el "cómo" investigamos que sucedió o que sucede para que se den así los hechos.

5. GENUINIDAD:

Es la habilidad para presentarse y comportarse ante los demás tal como uno es.

Permite establecer relaciones auténticas, sin que esto signifique que se tenga que expresar todo lo que se siente, o negar los sentimientos negativos que puedan surgir en la relación. Los sentimientos que surjan en la relación deben ser utilizados en forma constructiva, de modo de lograr una relación más profunda


LA GENUINIDAD ES LA CARACTERÍSTICA NATURAL DEL NIÑO QUE VA PERDIENDO A TRAVÉS DEL PROCESO DE SOCIALIZACIÓN QUE TIENE LUGAR EN LA ESCUELA Y LA CASA. NOS CONDICIONAMOS PARA SER DIPLOMÁTICOS, POCO ESPONTÁNEOS E INAUTÉNTICOS. LO OPUESTO A LA GENUINIDAD ES SER FALSO.


¿CUANDO EXPRESAR GENUINIDAD?

Cuando queremos establecer relaciones interpersonales sinceras, profundas y constructivas. Ser genuino significa captar lo que pasa dentro de uno y discriminar lo que pasa afuera sin poner defensas o barreras. Incluye ser congruente y compartir los sentimientos y opiniones propias en el momento y situación presente.

¿COMO EXPRESAR GENUINIDAD?

Genuino "es ser" lo que "se es", sin fachadas. Es ser capaz de vivir los propios sentimientos, reconocerlos, sentirlos y comunicarlos de un modo constructivo.

ACCIONES QUE AYUDAN A SER GENUINO

- Ser honesto consigo mismo y con el otro.

- No escudarnos detrás de un rol (profesor, jefe, experto, etc.)

- Permitirnos en el ambiente familiar y social una relación informal con espontaneidad y respeto.

- Demostrar congruencia en la relación: ser coherentes en el sentir, pensar, y actuar.

5. CONFRONTACIÓN

Confrontar es mostrar a otra persona que ha sido inconsistente con lo que ha dicho o a lo que se ha comprometido.

El propósito de la confrontación es ayudar a que el otro tome conocimiento de sí mismo, y que considere nuestra petición de que cambie su comportamiento por otro más favorable a la relación que mantenemos. La confrontación trata de ayudar al otro y desenmascarar distorsiones, discrepancias, incongruencias y/o manipulaciones que suelen interferir en la comunicacion efectiva.


LA CONFRONTACIÓN ES UNA HABILIDAD COMUNICACIONAL BASADA EN UN RESPETO POR EL OTRO.


¿CUANDO PRACTICAR CONFRONTACIÓN?

La confrontación supone que las partes han acordado previamente que tratarán aquellos aspectos en que discrepan. Es una habilidad particularmente constructiva cuando:

- El interlocutor no parece darse cuenta de las inconsistencias de su actuación y no hace nada para modificar su comportamiento.

- Los comportamientos inconsistentes del otro afectan su relación con las demás personas, arriesgando la productividad y armonía del equipo.

¿COMO CONFRONTAR EFECTIVAMENTE?

Para que el otro escuche y se abra a revisar su conducta, la relación de confianza y apoyo debe construirse previamente. Confrontador y confrontado necesitan respetarse y valorarse mutuamente. Satisfechas estas condiciones se procede a confrontar de la siguiente manera:

·             Procurar estar relajados físicamente antes y durante la confrontación. El confrontador necesita estar cómodo y atento durante el proceso, de este modo ayudará a que el confrontado reduzca la natural tensión que provoca el estar frente a frente.

·             El objetivo de la confrontación es que el otro perciba objetiva y claramente que existe discrepancia entre lo que dice y hace, o, entre ambos, buscando obtener un compromiso de eliminar o cambiar la discrepancia.

·             Señalar claramente que no le complace el confrontar. Sería inconsistente de su parte el aparecer complacido mientras muestra a otro ser humano las incongruencias e inconsistencias que tiene consigo mismo y con los demás.

·             Presente su punto de vista en forma constructiva y amistosa. Evite enjuiciar y caer en discusiones. Diga con exactitud lo que piensa y describa con precisión las conductas, opiniones o actividades que considera incongruentes.

7. INMEDIATEZ O PROXIMIDAD:

Es la habilidad para discutir abierta y directamente con otra persona lo que está ocurriendo en el "aquí y ahora" de la relación interpersonal entre ambos.

Esto implica en la persona que expresa inmediatez, tener habilidades de atención y escucha, empatía y confrontación. La inmediatez facilita el que el emisor manifieste su intuición sobre lo que la otra persona siente "aquí y ahora" en la relación con él.

¿CUANDO EXPRESAR INMEDIATEZ?

Cuando es necesario detectar en el "aquí y ahora" qué es lo que está entorpeciendo la relación interpersonal, y ver de qué modo se puede cambiar. Esto supone un clima de confianza y apoyo, ya que implica juntar comprensión y confrontación.

Cuando una persona no expresa lo que sucede en el momento y creemos que es importante que lo haga, cuando se producen malas interpretaciones, o momentos de silencio pesados y desconcertantes.

¿COMO EXPRESAR INMEDIATEZ?


LA INMEDIATEZ REQUIERE RESPUESTAS, PUESTO QUE ES UNA INVITACIÓN AL DIÁLOGO Y ES NECESARIO CONFRONTAR DISTINTOS PUNTOS DE VISTA, SENTIMIENTOS Y OPINIONES


La inmediatez se expresa mejor:

·             Describiendo la conducta, motivo de la INMEDIATEZ, seguida de la descripción del impacto que tiene en uno esa conducta. Ejemplo: "te estoy hablando algo importante sobre mi trabajo y tú te pones a bostezar, eso me pone tenso, porque creo que te estás aburriendo, ¿qué te pasa conmigo?".

·             Siendo activo y responsabilizándonos de nuestros actos. Ejemplo: "me siento feliz con lo que dices".

·             Evitando las palabras vagas, como: "probablemente", "quizás", "tal vez", "ocasionalmente", etc.

·             Diciendo lo que me pasa con respeto y permitiendo el diálogo constructivo. Ejemplo: "me siento molesto cuando te pones a bostezar", el otro se da cuenta de qué es lo que a mí me pasa y qué conducta de él la originó.

8. EL REFUERZO INTERPERSONAL

Existe una innegable relación entre autoimagen y las conductas.

Si uno se percibe a sí mismo como sano, atractivo, inteligente, uno se comporta así, e interactúa con las otras personas de tal manera que los demás lo perciben sano, atractivo e inteligente.

Por lo tanto, lo más probable es que la mayoría de las cosas resulten bien.

Y al contrario: si uno se percibe feo, tonto, desagradable, actuará en consecuencia y los resultados serán negativos. Esta es la llamada PROFECÍA AUTOCUMPLIDA.

Entonces, ¿por qué no regalarse a sí mismo y a los demás una buena imagen?.

Para sí mismo, regálese un paquete de diálogos internos positivos. Ubíquese en un lugar cómodo y tranquilo, ponga recta la espalda, sonría, respire profundo y dígase: "lo mejor de mí mismo es......... (complete la frase). Si la lista es larga aún mejor.

Tenga presente que usted está formado por un aparato psicofísico, que en este momento, le permite leer estas líneas. Usted tiene ojos, capacidad para ver, leer y entender. Usted tiene emociones y creatividad.

Respire profundo y dígase a sí mismo: " así me gusta estar, me siento bien". Grábese esta sensación y adórnela con satisfacción.

Ahora, escriba, haciendo una lista de sus cualidades y otra de sus logros (pequeños logros valen tanto como ganarse un gran premio). Una vez que tenga hechas estas listas, guárdelas como un tesoro preciado

Y a sus hijos ( compañeros, subalternos), deles un paquete grande de caricias positivas. Busque un momento de tranquilidad y piense en cada uno de ellos. Deje fluir su cariño y escriba:

"Alejandro, me encanta tu sonrisa. Además, posees un extraordinario buen humor. Eres cariñoso con tu hermana. Te quiero mucho".

"Roberto: tú eres bondadoso y muy hábil para resolver problemas. Veo como vas creciendo, independiente. Te quiero mucho...".

"Juanita: eres buena con tu abuelita. También me encanta el brillo de tu cabello. Sabes expresarte muy bien. Te quiero mucho...".

Tenga cuidado de felicitarlos más por lo que son, y menos por lo que hacen (notas, conductas, etc.).

Haga lo mismo para su esposo (a), para sus amigos y amigas. Y pídale a otros que hagan lo mismo para usted.

Comprobará que estos regalos son realmente inolvidables.

9. LA CRÍTICA

A nadie le gusta ser criticado. A nadie le gusta que le digan que está equivocado.

Esto no quiere decir que nunca deba criticar a alguien, pero debe saber cómo y cuando hacerlo. Y no sólo eso; el no criticar o el pasar por alto un error es a veces peor que hacerlo. Sin embargo, su crítica debe ser al mismo tiempo necesaria y constructiva. Además, beneficiar a ambos, pues de otra manera, será una pérdida completa de tiempo.

Por lo tanto, antes de criticar a alguien, debe sentarse a considerar qué es lo que pretende, qué es lo que verdaderamente desea. En resumen, siempre deberá cuestionarse lo que persigue con su actitud, y si está errónea o correcta.

ATENDER LOS PROBLEMAS Y QUEJAS DE SUS EMPLEADOS / COMPAÑEROS

"Aquí se escuchan nuestros problemas y prestan atención , a nuestras quejas". "Escuchan lo que tengo que decir y siempre hacen algo al respecto".

Escuchar los problemas personales, las quejas, los temores y preocupaciones de los otros, prestarles atención y ser corteses, es uno de los mayores cumplidos que se pueden hacer a una persona.

Pero no es fácil hacerlo, ya que habrá ocasiones en que esté tan ocupado que; ¡no tiene tiempo para nada que no sea importante! y será entonces cuando se le acerque alguien con un problema personal o laboral. Puede que a usted le parezca un problema mínimo, pero para la persona debe ser muy importante pues de otro modo no habría acudido en busca de ayuda. Por lo tanto, pídale que se siente y que hable de su problema con toda confianza.

Muchas veces él mismo dará con la solución, sencillamente porque está hablando del problema con otra persona.

 

5º  parte


   INTELIGENCIA INTERPERSONAL

La inteligencia interpersonal es la que nos permite entender a los demás. La inteligencia interpersonal es mucho más importante en nuestra vida diaria que la brillantez académica, porque es la que determina la elección de la pareja, los amigos y, en gran medida, nuestro éxito en el trabajo o en el estudio.

La inteligencia interpersonal se basa en el desarrollo de dos grandes tipos de capacidades, la empatía y la capacidad de manejar las relaciones interpersonales.

La empatía

 

Primero, trata de entender al otro, 
después trata de hacer que te 
entiendan a tí.

 

Stephen Covey

La empatía es el conjunto de capacidades que nos permiten reconocer y entender las emociones de los demás, sus motivaciones y las razones que explican su comportamiento.

La empatía supone que entramos en el mundo del otro y vemos las cosas desde su punto de vista, sentimos sus sentimientos y oímos lo que el otro oye. La capacidad de ponerse en el lugar del otro no quiere decir que compartamos sus opiniones, ni que estemos de acuerdo con su manera de interpretar la realidad. La empatía no supone tampoco simpatía. La simpatía implica una valoración positiva del otro, mientras que la empatía no presupone valoración alguna del otro.

La empatía tampoco se debe de confundir con la bondad. Los buenos timadores se caracterizan por tener una empatía muy desarrollada. La inteligencia interpersonal (al igual que todas las demás inteligencias) es una capacidad que se puede usar para el bien o para el mal.

Para poder entender al otro, para poder entrar en su mundo tenemos que aprender a ponernos en su lugar, aprender a pensar como él. Por tanto la empatía sí presupone una suspensión temporal de mi propio mundo, de mi propia manera de ver las cosas.

Una de las habilidades básicas para entender al otro es la de saber escuchar. La mayoría de nosotros, cuando hablamos con otros le prestamos más atención a nuestras propias reacciones que a lo que nos dicen, escuchamos pensando en lo que vamos a decir nosotros a continuación o pensando en que tipo de experiencias propias podemos aportar.

Aprender a escuchar supone enfocar toda nuestra atención hacia el otro, dejar de pensar en lo que queremos decir o en lo que nosotros haríamos.

Cuando escuchamos con atención escuchamos con todo el cuerpo. En los estudios realizados por Paul Eckman sobre comunicación se demuestra claramente que la impresión que producimos en el otro depende mucho más de cómo le decimos que de lo que decimos. Es decir la comunicación no - verbal es más importante que la verbal.

Las personas con gran capacidad de empatía son capaces de sincronizar su lenguaje no - verbal al de su interlocutor. No sólo eso, también son capaces de 'leer' las indicaciones no - verbales que reciben del otro con gran precisión. Los cambios en los tonos de voz, los gestos, los movimientos que realizamos, proporcionan gran cantidad de información.

Esa información la procesa el hemisferio holístico y por lo tanto es más difícil de explicar verbalmente. Sin embargo no tenemos más que sentarnos en una cafetería y ponernos a observar a las personas a nuestro alrededor para descubrir que nos es muy fácil notar quienes son amigos y quienes no.

Las personas que están en sintonía demuestran esa sintonía físicamente. Con frecuencia adoptan la misma postura, o se mueven a la vez, o hacen los mismos gestos.

El impacto de los elementos no - verbales no se debe a la casualidad. Nuestra manera de entender el mundo, nuestra manera de pensar se refleja en todo nuestro cuerpo, no sólo en lo que decimos.

Cuando adaptamos nuestro lenguaje corporal, nuestra voz, y nuestras palabras a las de nuestros interlocutores, nos es más fácil entrar en su mundo, y cuando entendemos el mundo del otro podemos empezar a explicarle el nuestro.

Todo empieza en tí y en mí.

David Bohm

 

6º  parte


  

Tener o no empatía

Nota de Vladimir & María Mercedes Gessen

Sufro mucho por las cosas que le pasan a los demás y no entiendo por qué tiene que ser así… Que debo hacer para quitarme eso… (Fragmento de consulta)

En medio de nuestras preocupaciones cotidianas, olvidamos que los demás también tienen algo importante que comunicarnos. Mahatma Gandhi decía: “Las tres cuartas partes de las miserias y malos entendidos en el mundo terminarían si las personas se pusieran en los zapatos de sus adversarios y entendieran su punto de vista”. La Empatía es una habilidad social fundamental que permite al individuo anticipar, comprender y experimentar el punto de vista de otras personas y nos ayuda a recuperar el interés por quienes nos rodean. Tener empatía no es algo negativo. Es ser muy positivo ante la vida. No es un trastorno, es un valor, una virtud.

Simpatía o empatía

Cuando hablamos de simpatía, básicamente hablamos del otro. Así, decimos: Ella o el es simpático o yo soy simpático. Pero cuando hablamos de empatía no decimos ella o el es “empático”, realmente manifestamos: Entre nosotros dos o ellos existe empatía. Existen personas simpáticas o antipáticas, pero no existen personas “empáticas” sino empatía entre dos o más personas, sean simpáticas o antipáticas.

El concepto de simpatía posee una larga historia desde Aristóteles. En cambio, el término empatía es más reciente. M. F. Basch señala que el prefijo “em” significa “en” o “dentro de”, mientras que el prefijo “sim” significa “con” o “junto a”. Entonces, el término simpatía significaría compartir una experiencia con otra persona. Cuando uno simpatiza con otros, uno siente con los demás o comparte su sufrimiento. A diferencia de eso, el término empatía es un concepto más amplio que la simpatía. Traduce la habilidad para comprender, “sentir” o “vivir” el sentimiento de otra persona. Basch postula su sinónimo en alemán como “ponerse en el lugar del otro” o “llegar a conocer al otro o al extraño”. Lo cual implica un entendimiento muy completo e integral de la otra persona. De manera que la simpatía se refiere al darse cuenta y participar en relación al sufrimiento de otra persona, mientras que la empatía se refiere al intento de comprender los estados positivos o los negativos del otro como si fueran de uno. Podemos sentir simpatía como un sustituto de la empatía. Sin embargo, se requiere verdadera empatía para comprenderse realmente entre dos o más personas.

Una persona con empatía está muy consciente de todo un complejo universo de información emocional, a veces dolorosa e intolerable, que otros no perciben. Las personas que tienen alta empatía están mucho más adaptadas a las sutiles señales sociales que indican lo que otros necesitan o quieren. Esto los hace mejores en profesiones tales como la enseñanza, el servicio social, las ventas y la administración.

Empatía y Psicopatías

La psicopatía se contempla como un trastorno de la personalidad. Se refiere a un patrón permanente e inflexible de comportamiento que se aparta de las expectativas culturales de la persona y tiene su inicio en la adolescencia o principio de la edad adulta. Además, es estable a lo largo del tiempo y produce malestar y perjuicios para dicha persona o para terceros. El trastorno antisocial de la personalidad, también denominado psicopatía, sociopatía o trastorno disocial de la personalidad, tiene como característica principal el desprecio y violación de los derechos de los demás. Las personas con este trastorno se caracterizan por despreciar los deseos, derechos y sentimientos de los demás, muestran pocos remordimientos, son insensibles y carecen de empatía aunque pueden y suelen poseer cierto encanto artificial.

Los trastornos antisociales de la personalidad son más frecuentes en los lugares de tratamientos de abuso de sustancias, en la cárcel.

Pero, la falta de empatía no nos hace psicópatas. Muchos no poseen un trastorno antisocial de la personalidad, y aun así no practican la empatía. El estrés social y la deshumanización nos alejan de la empatía. Por el contrario, el valor de la empatía desarrolla en nosotros la capacidad de motivar y encauzar positivamente a las personas. Enseñar a tener ese interés por los demás y vivirlo habitualmente es la mejor forma de transmitir empatía e identificarnos plenamente con los demás, lo cual si todos la practicáramos cambiaría radicalmente el entorno social en el que vivimos.

Cómo tenerla

Vivir el valor de la empatía es algo sencillo si nos detenemos a pensar un poco en los demás y en consecuencia, aprenderemos a actuar favorablemente en todas las circunstancias. Por eso, debemos estar pendientes y cuidar los pequeños detalles que reafirmarán este valor en nuestra persona. Procuren sonreír siempre, esto genera un ambiente de confianza y cordialidad. La serenidad que se manifiesta desarma hasta el más exaltado. Consideren como importantes los asuntos de los demás como si fueran los propios. Después de haber escuchado a la persona que se ha acercado, seguramente tendremos la capacidad de entender su situación y estado de ánimo y podremos ayudarle. No hagan un juicio prematuro de las personas, porque les hace cambiar su disposición hacia ellas. No piensen, “ya llego este molesto” u “otra vez con lo mismo”. Si alguien se acerca a nosotros, es porque lo necesita... No los defraudemos. Si no tienes tiempo o no es mucho le que podamos hacer, expresémoslo con cortesía y delicadeza que también es empatía, y las personas se sentirán igualmente atendidas. Pero, no dejemos pasar mucho tiempo para charlar con esa persona. Evitemos demostrar prisa, aburrimiento, cansancio, dar respuestas tajantes o distraernos en otras cosas. Aprendamos a escuchar. No olvidemos infundir ánimo con palabras, una palmada en el hombro o un gesto amable, será muy reconfortante, sobre todo si la persona tiene problemas.

Ayuden a los demás siempre y verán cómo en retribución, muchas más personas tendrán una gran empatía con ustedes mismos.

Sin duda que tener empatía nos hace sentir más los problemas de todos, pero entre tener o carecer de empatía, preferimos lo primero porque si bien es cierto que la sufrimos, también la disfrutamos mucho porque nos hace sentir que estamos vivos.

7º  parte


  

UNA MANERA DE ESTAR PRESENTE

                   Nota del Dr. Claudio Adrián Rud

6- Y dijo Jehová: He aquí el pueblo es uno y todos éstos tienen un solo lenguaje; y han comenzado la obra, y nada les hará desistir ahora de lo han pensado hacer.

7- Ahora, pues, descendamos y confundamos allí su lengua, para que ninguno entienda el habla de su compañeros.

                                                                                   GENESIS.11                                                                            

       Con una creciente frecuencia escuchamos  hablar en la vida cotidiana de empatía, que, para nosotros,  pertenecía casi exclusivamente a "nuestro ambiente". Mucho se ha abundado en tratar de precisar este concepto y sin embargo algo de él se hace inasible, confuso, indefinido.

Es mi propósito a través de este artículo acercarles una mirada alternativa al concepto de empatía, tan caro a nuestro modelo de trabajo, y con esto contribuir - al menos este es mi deseo - a una praxis cada vez más congruente, y cada vez más centrada en la Persona. 

Para aquellos que ya están adentrados  en el ACP sabemos a partir de lo escrito por Rogers que ésta es uno de los principales y más poderosos agentes de cambio en la terapia.

Existen varios trabajos técnicos y filosóficos en relación al concepto de empatía, sus alcances y su caracterización científica, a los que remito a los lectores.  Sin embargo me parece útil  tratar de precisar a qué se refiere este concepto en el campo especifico de la psicoterapia y de las relaciones de ayuda en general, dado que de acuerdo a cómo entendamos que opera en la práctica, es que nos colocaremos frente al otro en nuestra experiencia cotidiana. Desde este punto de vista cabría considerar dos aspectos básicos:

1)La captación o comprensión empática

2)La comunicación  empática  

a) el emisor - terapeuta

b) el  receptor - consultante.

 

 

LA CAPTACIÓN  EMPATICA

Una primera y muy general aproximación a la definición de empatía es que se trata de una forma de captación de la realidad experiencial del otro.

Pero ¿cuál es el modo en que realizamos esa captación? ¿se puede aprender?      ¿en qué interviene la información para mejorar esa práctica? ¿ es una capacidad innata en todos los seres humanos,?¿ es una percepción,  un sentimiento, una intelección?

En sus orígenes, éste  es un concepto usado en el ámbito del arte  para referirse al acto y a los modos en los que un ser humano capta sensible y emocionalmente una obra de arte y la especial "química" que se produce entre la obra y la persona.

Este concepto fue creado por Lipps en 1903 para describir psicológicamente la experiencia estética, lo llamó Einfühlung (del alemán ein = dentro, en, y fühlen = sentir) y fue posteriormente Tichener quien en 1909 lo tradujo al inglés como empathy , concepto cuya raíz griega proviene del pathos como pasión o como padecimiento, o por extensión, sentimiento en general.

 En principio debiéramos entender a  la empatía como una cualidad de la contemplación.

Suelo decir para ilustrar metafóricamente en qué consiste la práctica de la empatía, que lo más parecido a ella es la captación emocionada de un paisaje, ya sea por lo bello como por lo aterrador,  sin que ésto implique abrir algún juicio de valor acerca de la cualidades del paisaje: es sólo su constatación.

La mejor definición de lo que  es la captación empática no la encontré  en un libro técnico sino en una novela de Michel Ende de la que transcribo una parte:                                                                                                                                  

" Pero, ¿por qué?  ¿Es que Momo era tan increíblemente lista que tenía un buen consejo para cualquiera?  ¿Encontraba siempre las palabras apropiadas cuando alguien necesitaba consuelo?  ¿Sabía hacer juicios sabios y justos?

No; Momo, como cualquier otro niño, no sabía hacer nada de todo eso.

Entonces,  ¿es que Momo sabía algo que ponía a la gente de buen humor?  ¿Sabía cantar muy bien?  O ¿es que -ya que vivía en una especie de circo- sabía bailar o hacer acrobacias?

No, tampoco era eso.

¿Acaso sabía magia?  ¿Conocía algún encantamiento con el que se pudiera ahuyentar todas las miserias y preocupaciones?  ¿Sabía leer en las líneas de la mano o predecir el futuro de cualquier otro modo?

 Nada de eso.

 Lo que la pequeña Momo sabía hacer como nadie era escuchar. Eso no es nada especial, dirá, quizás, algún lector; cualquiera sabe escuchar.

Pues eso es un error. Muy pocas personas saben escuchar de verdad. Y la manera en que sabía escuchar Momo era única.

Momo sabía escuchar de tal manera que a la gente tonta se le ocurrían, de repente, ideas muy inteligentes. No porque dijera o preguntara algo que llevara a los demás a pensar esas ideas, no; simplemente estaba allí y escuchaba con toda su atención y toda simpatía. Mientras tanto miraba al otro con sus grandes ojos negros y el otro en cuestión notaba de inmediato como se le ocurrían pensamientos que nunca hubiera creído que estaban en el.

Sabía escuchar de tal manera que la gente perpleja o indecisa sabía muy bien, de repente, que era lo que quería. O los tímidos se sentían de súbito muy libres y valerosos. O los desgraciados y agobiados se volvían confiados y alegres. Y si alguien creía que su vida estaba totalmente perdida y que era insignificante y que el mismo no era más que uno entre millones, y que no importaba nada y que se podía sustituir con la misma facilidad que una maceta rota, iba y le contaba todo eso a la pequeña Momo, y le resultaba claro, de modo misterioso mientras hablaba, que tal como era solo había uno entre todos los hombres y que, por eso, era importante a su manera, para el mundo.

¡Así sabía escuchar Momo!

Cuando hablamos de capacidad de escuchar nos estamos refiriendo a la captación de la experiencia vivida por el consultante, más que a la atención por los datos " objetivos " del relato. A veces se trata de captar la experiencia vivida en el momento actual en que se esta relatando algún episodio, otras veces es la experiencia vivida en el momento en que se vivió ese episodio. Para mi es más importante captar el "como"  que el "que".

Esta capacidad es una disposición a un estado  de apertura perceptual y afectiva que por momentos es vivida como un estado alterado de conciencia, con un cierto borramiento de la conciencia de yo- no yo. Sujeto y predicado se confunden, y se integran en una "realidad" más abarcativa, más primaria y más espiritual. Desde ese punto de vista, la empatía más que un atributo de un individuo respecto de la realidad afectiva de otro, es un acontecimiento emocional que incluye al empatizante y al empatizado en un movimiento de mutua implicación. Este fenómeno sería la levadura que permite que aparezca la transformación y la ayuda en el contexto de esa relación.

En un trabajo publicado hace unos años traté de explicar  como había resultado este modo de concebir la relación con otro desde mi propia experiencia profesional. "Contemporáneamente con el uso creciente del lenguaje poético fue  creciendo  en  mi la  impresión de perder  objetividad. El  discurso  del  paciente   al  que  se  le  agregaba  mi  propio  discurso   comenzó   a  transformarse   en  un  discurrir, un  acontecer  que  no   me   permitía  diferenciar  con  claridad  donde  estaba el  sujeto  ni  el  objeto, qué  fragmento del discurso le pertenecía a él y cuál me pertenecía a mí. Creí  poder  restituir  algún  centro a partir de un  nuevo  "sujeto"  llamado  vínculo. Fue  inútil,  la  realidad  se  descentraba,  no  había  alojamiento  posible  para  el  fenómeno  fuera  de sí. Los olores,  los  sonidos los  sentimientos,  la    mesa,  Juan,  el recuerdo,  Claudio,  las palabras,  las formas; constituyen  un  discurrir totalizante e  indiferenciado  que  se  aparece  y  se  constituye  en  ese  aparecerse. Sólo  es  posible  estar  presente,  asistiendo,  resonando. Es  a  este  fenómeno al  que  hoy  podría  definir como PERSONA. Tal vez sólo  se trate de una mayor densidad en  un  continuo.

Ya  no es posible hablar de ayuda, al menos como una  prestación  que  algún alguien da a otro alguien, si diría que la ayuda habita en  la  persona, la constituye."

Empatizar es entonces estar en contacto: con uno, con el otro, con el entorno, todo como uno, y uno como todo. Es una forma de encuentro que como todo encuentro genuino es eterno, no porque dure mucho tiempo, sino porque ocupa "todo el  tiempo".

Nos preguntábamos más arriba si esta capacidad puede ser "entrenada", o  aprendida; creemos que sí, aunque tal vez en un sentido algo distinto al que tradicionalmente se entiende el aprendizaje. Para nosotros se trata más bien de un desaprendizaje , de aquellas informaciones (juicios y prejuicios) que median e interrumpen una  aproximación más "ingenua" al mundo experiencial propio y del otro.  

Como se puede observar, esta manera de entender la comprensión empática se aleja del habitual "ponerse en el lugar del otro": creo que esa experiencia no es posible, pero aún en el supuesto de que fuera posible, se perdería el efecto profundamente ayudador de la empatía, que  es la certeza de sentirse escuchado por otro que capta, experiencialmente, el mundo experiencial de uno.  

Decíamos  que la empatía implica un estar en contacto y es en este sentido que querría como ilustración de lo anterior traer un ejemplo de algunas de las formas de contacto que existen entre los seres humanos.

Supongamos un niño con un fuerte dolor abdominal ; imaginemos ahora el contacto que con su abdomen mantiene un muy bien intencionado pediatra. Cada intervención del profesional es en procura de hallar "signos" que pongan en evidencia algún padecimiento y con esto arribar a un diagnóstico que permita un ulterior tratamiento. Es decir que él aprendió un idioma con el que pretende entender al tocar esa panza, aunque "ella no quiera". Es decir, que el contacto es unidireccional, y él sólo lo registra cuando "escucha"  algún "signo positivo" como suele decirse en medicina. Podemos suponer que el niño solo registra una manipulación a veces dolorosa y a veces no.

Imaginemos ahora la madre acercándose amorosamente a tomar contacto con esa pancita. No hay una intención que no sea tomar contacto, no hay otro idioma que no sea el de comunicar  la presencia. Lo que hay es ese misterioso acontecer que ocurre tanto en esa palma como en ese vientre, que se traduce a veces en una profunda y compartida sensación de compañía y alivio.

Aprender  a empatizar significa poder acercarse al otro como esa mamá al vientre de su hijo, tratando de desaprender el "idioma pediátrico", que muestra pero al mismo tiempo oculta la esencia de la comunicación empática.

LA COMUNICACIÓN EMPÁTICA

Es mi experiencia, que en  la consulta acontecen lo que llamaría momentos empáticos, que son aquellos en los cuales se destaca de un modo más ostensible este fenómeno, admitiendo que ésto sucede en  un clima empático como fondo permanente.          

Es difícil entender, por lo que antes decía que es esta concepción de la empatía, que en estos momentos no suceda alguna forma de comunicación, sea esta verbal, o gestual, o a través de una mirada, o corporal, o algún otro modo menos convencional de comunicación, pero que en esencia revela el carácter de mutua emisión y mutua recepción que funda el acontecimiento empático.

A mi entender, cualquier procedimiento que tienda a incrementar la capacidad de transmisión de la comprensión empática por parte del terapeuta o consultor, contribuye a una riqueza expresiva que redunda en beneficio de esa relación de ayuda. En mi práctica clínica, fui incorporando otros recursos expresivos como modo de enriquecerla: el psicodrama, la expresión corporal, la eutonía y el uso del lenguaje figurado o metafórico como respuesta reflejo. Querría transcribir un fragmento de un trabajo realizado ya hace muchos años, en el que me refiero en particular a este último modo de expresión en relación a la terapia.

"Pensamos que la tarea del terapeuta debe ser en cierto sentido poetizar, es decir, describir la naturaleza del discurso en su naturalidad, en su inefabilidad, y posibilitar de esta manera que el discurso continúe en el camino hacia la cuestión fundante.

Tanto el poeta como el terapeuta están cumpliendo con un llamado, obedecen a una vocación. En tanto este llamado lo demanda, hay un tiempo y un espacio compartido, y lo que se trata esta totalmente a la vista. Así como el poeta esta preparado para escuchar el murmullo de las cosas y en su palabra se instaura la resonancia de lo existente, así en psicoterapia ponerle nombre al murmullo de la coexistencia  es instaurar su resonancia en el discurso.

Por poetizar no entendemos sólo el manejo del lenguaje figurado con cierta riqueza estética, se trata de asistir rigurosamente a la descripción comprometida de las cuestiones que nos ocupan, que, en el caso del terapeuta se refieren a las cuestiones presentes en el discurso del paciente o del grupo.

Pero aquí nos estamos refiriendo además a una cierta facultad de captación totalizante del fenómeno, como multívoco, complejo  e irreductible. Si bien esta facultad se centra por supuesto en el bagaje conceptual, teórico y técnico del terapeuta, no es su razón suficiente. No basta conocer gramática, retórica, métrica, y versificación para ser poeta. Es necesario saber cómo y qué decir. Así como es valioso un poema cuando la naturaleza puede sentirse reconocida en él, así el paciente debería reconocerse en el discurso del terapeuta."

A modo de síntesis, diría que empatía es  poner entre paréntesis, en el sentido en que lo propone la fenomenología, el conocimiento de todos los "idiomas" que nos enseña la cultura y avanzar en la procura de aquel idioma original, el de la experiencia organísmica, que todos poseemos por el mero hecho de haber sido niños alguna vez. Aquello que nos permite asombrarnos cuando recibimos de un niño la comprensión más perfecta de nuestro estado emocional  sin que medie más información que su pura presencia. La empatía es entonces para mí una forma de ejercicio de la alteridad.

Tal vez éste sea ese lenguaje primitivo en el cual todos nos entendíamos, y que nos permitirá, en la medida que lo recuperemos, "construir ciudades y torres para llegar al cielo", y fundirnos nuevamente con Dios...