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Sesión con el Maestro Jesús, 12/5/11

Grupo Elron

 

Médium: Jorge Olguín.

Entidad que se presentó a dialogar: Maestro Jesús

 

Habló del aprovechamiento para el avance de las dificultades que encontremos, del tomar cada condicionamiento como un desafío. Con templanza avanzamos y las heridas empequeñecen al superar etapas. Y tendremos fuerzas para tender una mano.

 

Sesión en MP3 (1.895 KB)

 

Queridos hermanos, es una dicha enorme volver a comunicarme a través de este receptáculo. De cierto os digo que el plano físico es un hermoso aprendizaje. Vosotros diréis, queridos hermanos, que en esa vida que consideráis tan real hay dicha y también hay sufrimiento. Obvio que no lo puedo negar; lo he experimentado con creces cuando estuve encarnado. Pero pensad que cada experiencia es útil, es valiosa.

Pensad, queridos hermanos, que hay situaciones que son incomparables, inconmensurables, que no se pueden catalogar, porque van más allá de toda mensura. Debajo de todo aquello que es azaroso hay como un camino trazado que cada ser lo debe recorrer. Situaciones, queridos hermanos, que os pueden parecer injustas, desagradables, molestas y que os pueden condicionar.

Pero entended, queridos hermanos, que cada una de esas situaciones os ha dejado una marca -vamos a prescindir de catalogar esa marca, por ahora, si fue positiva o negativa, si ha condicionado o nos ha mostrado el horizonte- que, de alguna manera, ha cambiado nuestro rumbo distinto al que teníamos, ha modificado nuestro camino. Pero, copiándome de vuestro lenguaje hablado, seamos optimizadores y pensemos que ese -como decís vosotros- golpe de timón girando la embarcación, ese golpe de timón que ha dejado esa marca, fue para mejor. Y entonces, sí, cataloguemos la marca como positiva.

Diréis: -Pero Maestro, me siento con condicionamientos debido a diversos episodios de mi vida.

-Y es verdad. Y es verdad. Y de verdad os digo, de verdad os digo, queridos hermanos, que aún los condicionamientos son motivadores.

Diréis: -Pero, ¿cómo, querido hermano? Cuando estamos condicionados, a veces, no nos atrevemos a confrontar situaciones. ¿Cómo pueden ser los condicionamientos motivadores?

-Hermanos, porque no confiáis en la fortaleza de vuestro propio espíritu. Tomad cada condicionamiento como un desafío, que sea un empuje que os permita salvar obstáculos.

-Pero hermano, ¿qué dices? Si el mismo condicionamiento es un obstáculo, si ese mismo condicionamiento es una barrera que me frena, que me perturba, que me causa desazón.

-Pero de cierto os digo, de cierto os digo, que existe algo que se llama templanza. La templanza es como aquel herrero forjador de espadas que las calienta, las golpea con su maza, las vuelve a calentar y las sumerge en agua helada. Y así se templa también el espíritu. Queridos hermanos, si solamente fuera dicha no habría templanza. La templanza necesita de penas, de zozobros, de alegrías, de pesares, de fortunas, de fracasos, de caídas y de volver a resurgir.

-Pero hermano, ¿y mis heridas, mis magullones, esas muescas que han quedado en mi cuerpo, en mi alma, cómo pueden fortalecerme? Me toco y me duelen.

-Por supuesto, porque te recuerdan que están ahí, pero te enseñan.

-¿A qué, hermano? ¿A evitar nuevos tropiezos?

-No, porque de verdad os digo que no hay una experiencia similar a la otra. Ninguna experiencia puede evitarte nuevas caídas.

-Pero hermano, entonces, ¿de qué sirve todo ese aprendizaje si tú dices que no me van a evitar nuevos tropiezos o nuevos obstáculos?

-Pero de verdad os digo, de cierto os digo que tendréis algo nuevo, que es la templanza. Y esa templanza te dará la fortaleza para enfrentar con éxito los nuevos obstáculos. No impedirá que te duelan las heridas, pero esas heridas serán insignificantes cuando la Luz se acerque a ti al final de esa parte del camino, porque es infinito el camino que llega hasta nuestro Padre. Pero de cierto os digo que lo que no se confronta no se aprende. Lo que no se confronta no produce logros y lo que no produce logros trae frustraciones.
Y de cierto os digo que la valentía no es el no sentir temor, el no sentir inquietud, el no tener inseguridades, etc. porque todo ser encarnado las tiene. La valentía pasa por confrontar y salir a flote. Y de verdad os digo que la satisfacción posterior compensa los pies lastimados del camino rocoso anterior. Y ya no quedan cicatrices, ni muescas, ni dolores: solamente dicha. Y tendréis la fortaleza porque podréis, con esa fortaleza, tender una mano a otros y guiar a otros como os han guiado a vosotros y formar una cadena de solidaridad, misericordia, compasión, crecimiento. Y como dice mi hermano al que amo, Johnakan Ur-El: “El Servicio es Amor hecho Obra”. Pero no hay manera de que el amor se transforme en Obra si no se confronta. Y las palabras sin la Obra son yermas, estériles. Tú puedes amagar con tirar semillas en un campo fértil pero si quedas en amagues, cosecharás amagues. Si vuelcas las semillas de verdad, habrá cosecha.

El Servicio es Amor hecho Obra. El Amor, en palabra, es muy bonito, pero no trasciende; trasciende la Obra, trascienden los hechos, las actitudes, la valentía de nuestro propio espíritu. Sin valentía no se trasciende.

Queridos hermanos, estoy en todo momento con vosotros alentando a través del Amor, transformándolo en hechos.

Toda la Luz para vosotros. Y para todo momento y para todo instante. Nunca dejéis de pensar que me alejaré de vosotros porque estoy en todo momento.

Ien-El: Ieshu Ben Yosef. Gracias.