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Cambio climático
Grupo Elron

 

Charla realizada el 13-12-2012

Por Jorge Raúl Olguín.

 

 

Aunque la raza humana pueda encarnar en otros planetas, es triste y lamentable estropear este bello mundo llamado Tierra por la codicia de algunos poderosos. Cuando la vida ya no sea posible para nosotros ni para nuestros hijos y nietos, los otros seres que nos acompañan, animales y plantas, compartirán nuestra misma suerte.

 

Sesión en MP3 (3.767 KB)

 

Tenemos una mente, usémosla. Tenemos una mente, pensemos. La mente nos puede llevar adonde no nos puede llevar ningún aparato.

 

Volemos alto mentalmente. Alto. Miremos desde arriba la Tierra, los continentes, los océanos, la atmósfera, las cadenas de montañas, algunos ríos, selvas, zonas desérticas, no ciudades –ciudades tal vez en la cara que no da el Sol se pueden ver luces, no se puede ver la gente que está habitando esas ciudades-, esos bosques, esas selvas, esos desiertos, las campiñas. Es un planeta tan lindo, viéndolo de lejos... Hay una foto sacada desde Júpiter y se ve un puntito azulado. Es lo que hoy tenemos y lo estamos depredando, lo estamos contaminando. Nos estamos suicidando.

 

Dejemos de lado la parte espiritual para nuestro breve lapso en el paso de esta vida, el espíritu es eterno, pero dejemos de lado la parte espiritual. Nos estamos suicidando como si estuviéramos dentro de un garaje y pusiéramos el coche en marcha con puertas y ventanillas cerradas -o claraboyas, ojos de luz-, todo cerrado. En poco tiempo moriríamos asfixiados. Ya lo dije en más de una vez: el planeta es un inmenso garaje, la procesión es mucho más lenta, mucho más lenta, pero ya está dando señales el planeta.

 

Dejemos de lado los terremotos, los tsunamis -nombre de moda, antes se les decía maremotos-, los huracanes. Dejemos de lado eso, eso ocurrió siempre, las erupciones volcánicas... Eso existió incluso antes de que estuviera el homo sapiens en este mundo.

 

Hablemos del efecto invernadero: témpanos que van a la deriva, glaciares que ya no se forman, zonas polares donde no se ve hielo directamente. Donde había grandes selvas, zonas desérticas o sembradas... No estoy en contra de sembrar pero para seres supuestamente inteligentes que quieren terraformar Marte, ¿por qué no siembran en zonas desérticas en vez de talar bosques o selvas, en vez de destruir los pulmones que tiene el planeta?

Ni hablar de los arroyos, de los ríos contaminados por desechos tóxicos... -¡Total, yo, de esa agua, no voy a beber!- piensa el dueño de la fábrica porque seguramente va a comprar agua termal porque, por ahora, ya está contaminado ese arroyo cercano a su fábrica. Por ahora; no sé dentro de una década.

¿Puede el dueño de la fábrica, el integrante de la Cámara Alta, de la Cámara Baja, el Presidente, los dueños de las grandes compañías ser tan obtusamente egoístas para pensar ¡A mí no me va a tocar!?

Supongo que algunos tendrán hijos o nietos. Seguramente su egocentrismo les impedirá pensar en los miles de personas de este mundo que ya están sufriendo los efectos. Bueno, piensen en su propia familia, en sus herederos. Piensen en eso.

 

Es algo tan hermoso ver una puesta de Sol, es algo tan hermoso ver el mar, un riachuelo, los árboles... ¿A quién puede no gustarle las plantas? Son siglos y siglos de historia, siglos y siglos. Se va todo por la borda.

 

-La Tierra es un inmenso jardín de infantes con genios que llegaron a descubrir el quark.

-¿Y?

-Genios que calculan la extensión del universo, la calculan -no digo que sea la real la actual- en 93 mil millones de años-luz...

-¿Y?

-No tenemos nada. Apenas llegamos a la Luna. El homo sapiens no llegó a Marte en persona. Estamos lejísimos de conquistar las estrellas y tengo muchas dudas si la raza sobrevivirá. Y no estoy hablando de esas películas 'postguerra nuclear' donde quedan unos cuantos en los caminos luchando por los víveres, no hablo de algo apocalíptico 'post nuclear', hablo del cambio climático: ¡A mí no me va a pasar!

 

El tema es que todo el mundo piensa: ¡A mí no me va a pasar!, y ya está pasando. Como mínimo hay un grado más de temperatura, como mínimo. Más días de lluvia en verano, en el hemisferio sur inviernos un poco más cálidos... No veo que nadie se ocupe -no digo 'preocupe' porque sería ocuparse antes de tiempo-, no veo que nadie se ocupe. Los principales países contaminantes no firman los protocolos, no les importa.

 

En alguna sesión que hice hace poco se habló del tema y el plazo que tenemos -digo 'tenemos' aunque yo no sea el que lo firme pero soy un integrante de la raza humana- es de pocos años, bastantes pocos. Va a llegar un límite que, aun dejando de fabricar los gases contaminantes, no es que no haya vuelta atrás, pero va a pasar mucho. ¡A mí no me va a tocar!

 

¡Sí nos va a tocar! ¡Nos va a tocar a todos! Y que ya nosotros no estemos estarán nuestros hijos o nietos. Y si no tenemos hijos estarán nuestros sobrinos, los hijos de nuestros sobrinos o sobrinas. O sea, que vamos a estar ligados.

 

Me diréis: -No deja de ser un apego.

 

Será un apego pero es un desperdicio tirar todo por la borda: los cuadros, las obras de arte, partituras musicales... Hay cosas que tienen valor, que no sé cómo el homo sapiens lo hizo pero hay cosas que tienen valor. Pero hay tanto ego de por medio, tanto ego, que se creen que saben todo. Se creen que saben todo y no saben nada. Y aquel que se sienta molesto por lo que digo que analice primero su ego.

 

Me preguntaréis: -¿Y cómo podemos ocuparnos nosotros? No tenemos el poder, no tenemos los medios, no somos mediáticos.

 

Están las redes sociales, las amistades. Difundir, difundir. Seguramente, los dirigentes no tomen conciencia pero que la mayor cantidad de conocidos tomen conciencia porque la cosa es grave. Yo lo miro de arriba y la cosa es grave.