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Cleopatra, ¿suicidio o asesinato?
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Publicado en El Semanal (España), nº 906 (del 6 al 12/3/05) ¿Quién asesinó a Cleopatra?
El mordisco de un áspid y adiós a la última reina de Egipto. La historia nos ha contado así el final de la mítica soberana, pero el relato está lleno de cabos sueltos. ¿Cómo pudo una serpiente de dos metros pasar inadvertida? ¿Por qué se suicidaron también las criadas? Hablamos con la investigadora Pat Brown. Ella ha reabierto el caso. Durante dos milenios, la desaparición de Cleopatra ha actuado como una droga alucinógena en poetas, pintores, historiadores y dramaturgos, que han visto en su suicidio el mejor melodrama romántico de la historia. La edulcorada versión de la muerte de la reina egipcia que ha pasado a la historia, escrita por Plutarco, afirma que Cleopatra, enloquecida por el dolor que le había producido el fallecimiento de Marco Antonio, envió a Octavio -el futuro emperador Augusto- una esquela sellada en la que le rogaba que le diera sepultura con su amante. Al leerla, Octavio comprende que se trata de una nota de suicidio y envía a sus guardias hasta la cámara donde está encerrada Cleopatra. El espectáculo que contemplan los soldados es desgarrador: la gran reina, la seductora de Julio César y Marco Antonio, regiamente adornada, yace muerta en un lecho de oro. Su criada Eira también está desvanecida a sus pies. Y Carmión, su otra ayudante, ya vacilante y torpe, le está colocando la diadema en la cabeza antes de exalar el último suspiro. Las tres mujeres se habían dejado morder por un áspid que había sido introducido en la cámara de la reina en una cesta de higos. Plutarco, el autor de este relato, nació 75 años después de la muerte de la reina, así que tuvo que `inspirarse´ en relatos ajenos para trazar el suyo. Lo más probable es que sus fuentes fueran los testimonios de Olimpo, el médico de Cleopatra, y de Augusto, cuyas memorias no han llegado hasta nosotros. Pero su narración sería desestimada en cualquier tribunal de justicia moderno debido a sus contradicciones, inexactitudes y datos inverosímiles. Cualquier detective actual, con los datos en la mano, tendría claro que la muerte de la reina no fue un suicidio, sino un asesinato. Así lo cree Pat Brown, una jurista estadounidense que se dedica a investigar delitos. Su especialidad son los asesinatos sin resolver y el último que ha estudiado es el supuesto suicidio de Cleopatra. El primer dato analizado por Brown fue la nota de suicidio que la soberana envió a Octavio. ¿Es así como actúan los suicidas? La jurista es categórica: en absoluto. «Cuando una persona en esta situación escribe una nota -dice-, suele dejarla cerca de su cuerpo para que sea hallada tras su muerte. Lo que nunca hace es mandar un aviso a alguien para que acuda a salvarlo, ese proceder carecería de toda lógica.» En segundo lugar figura el tema de la serpiente. Los expertos coinciden en que el viaje al otro mundo de Cleopatra tendría que haber sido con la cobra egipcia ( Naja haje ), una especie representada en los símbolos de la realeza de Egipto y cuya ponzona es una sustancia neurotóxica que bloquea el sistema nervioso. Primero, paraliza los párpados y los globos oculares; luego, los músculos faciales, la lengua y la garganta; después, el pecho y el estómago y, por último, sobreviene la muerte por asfixia. Es un método eficaz que apenas deja marcas, pero que, en contra de lo que sugieren los poetas, produce dolor y angustia. Más datos en http://www.clubelsemanal.com/web/articulo.php?id=1334&id_edicion=108&salto_pagina=0
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UN ASESINATO POLÍTICO La verdad sobre la muerte de Cleopatra. Estimado profesor: Le escribo para preguntarle sobre alguien que ha dado mucho de qué hablar y de la cual increíblemente no he encontrado información en su página. Se trata de la famosa Cleopatra y su enigmática muerte. Lo que sé es que murió en la antigua Alejandría, que ahora yace en el fondo del mar, pero ¿cómo murió? Muchos dicen que murió por la picadura de una serpiente que estaba en una cesta, otros dicen que la serpiente estaba en una jarra, unos que fue suicidio y otros que la asesinaron, algunos dicen que tomó veneno, otros que con una aguja envenenada, que murió de un paro cardíaco, pero la verdad de todo nadie la sabe y por eso acudo a ustedes para que develen de una vez por todas las razones y circunstancias por las cuales murió Cleopatra junto con sus criadas. Conversando con algunas personas sobre el tema se dijo que la verdad por la que murió no se decía por lo vergonzosa que podría resultar, y que la culpa la tuvieron indirectamente Julio Cesar, Marco Antonio, Octavio y muchos otros que supuestamente se acostaron con ella. No me aventuro a decir más, sólo espero saber la verdad sobre su muerte, y si pueden brindar algunos datos de dónde se puede hallar su cuerpo sería de gran ayuda para que los arqueólogos que están en su búsqueda dejen de peder su tiempo. Augusto M.
RESPUESTA Apreciado Augusto: Ayer, 26/7/05, celebré una sesión con Jorge precisamente para averiguar la verdad sobre la muerte de Cleopatra, pero por razones que aún no pude desentrañar la cinta no se grabó. No obstante, recuerdo las cuestiones fundamentales, que paso a relatarte. En principio, la Reina del Nilo, como también la llaman, fue asesinada, más precisamente envenenada, por una mujer egipcia llamada Anacesis, quien primero fue presionada para hacerlo y después aceptó voluntariamente porque se le prometieron grandes recompensas. No es de asombrarse que la recompensa final que tuvo fue que también la asesinaran. El autor intelectual de la muerte fue el emperador romano Octavio, que había sido su amante, y las razones fueron meramente políticas. Este caso recuerda lo que más tarde sucedería con John F. Kennedy y Marilyn Monroe. Parece que la historia siempre se repite. Todo lo que se ha dicho sobre la muerte de Cleopatra que se aleje del asesinato es pura fantasía. Es decir, en buen romance, que el famoso áspid era totalmente inocente. También es fantasía la belleza que se le atribuyó, porque realmente no tenía atractivos físicos -era baja y regordeta- y los amantes que tuvo no fueron seducidos por su hermosura sino por conveniencias de Estado. Según nos dijera el Maestro Ruanel, Cleopatra era muy atolondrada, defecto heredado por Susana Giménez, la conocida actriz, modelo y conductora de televisión argentina, quien muchas veces afirmó públicamente ser su reencarnación. Ignoro de dónde obtuvo ese dato, pero sea como fuere acertó porque nuestro Guía espiritual nos lo confirmó. A modo de conclusión y para tu tranquilidad, te informo que no han quedado datos esenciales en la grabación perdida sobre este tema porque no profundicé sobre la vida de Cleopatra, sino que me centré específicamente en su muerte. No obstante, cuando releí tu mail me di cuenta que no pregunté sobre el lugar en que yace. Lo dejo, por lo tanto, para la próxima sesión. Bienvenido al club. Un fuerte abrazo.
MAILS RECIBIDOS
Estimado profesor: Como recordará, hace poco tiempo le comenté que a propósito de leer en el WebSite sobre Cleopatra recordaba un artículo periodístico que comentaba que la reina del Nilo era en realidad "petisa, gorda y fea", y que su seducción se debía más a su inteligencia y poder de conversación que a su apariencia física, algo confirmado por los Maestros de Luz. Bueno, encontré el recorte, lo pasé a Word y aquí se lo mando. Tal vez sirva para el WebSite. Un abrazo. Ariel C.
Publicado en CLARÍN, el 26 de marzo de 2001 OTRO MITO QUE SE CAE AHORA DICEN QUE CLEOPATRA ERA FEA, PETISA Y GORDA
Once estatuas que se exhibirán en el Museo Británico de Londres en abril desmitifican la clásica imagen esbelta, misteriosa y bella de la reina egipcia.
-------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- Londres. EFE, DPA Cleopatra, la reina del Nilo, idealizada como una estilizada mujer de mirada felina y rasgos seductores fue en realidad fea, petisa y gorda, aunque muy inteligente. Una exhibición que se inaugurará el próximo mes en el Museo Británico de Londres desmitifica la irresistible belleza de la última reina ptolomea del antiguo Egipto, a través de objetos e investigaciones que la retratan tal cual fue. Según el Sunday Times, la legendaria mujer fatal que gobernó en el siglo I a.C. y que ha sido interpretada en el cine por bellas mujeres como Vivian Leigh, Sofía Loren y Elizabeth Taylor, no era la "femme fatal" que alimentó la historia durante mucho tiempo. Y lo que es peor, quedaron rastros que lo confirman. Siempre se conocieron las piezas y relatos que trataron a Cleopatra como una belleza morena que provocó la obsesión de los hombres hasta que se suicidó. Sin embargo, esto sólo era "un mito y probablemente la mayor parte de ello son tonterías", dijo la curadora de la muestra, Susan Walker, al periódico que publicó un amplio reportaje sobre la leyenda de la belleza de Cleopatra. Para probarlo, once estatuas de Cleopatra, que en principio se creyó que eran retratos de otras reinas, podrán ser vistas juntas por primera vez en la muestra "Cleopatra, de la historia al mito". Estas representaciones demuestran que la reina no tenía un rostro envidiable, ni la altura y el peso de una modelo actual. Es más, los investigadores lo confirman. La paleontóloga Rosalie David, especialista en egiptología del Museo de Manchester, asegura en el artículo que la altura media de una mujer de la aristocracia egipcia del período era de poco más de un metro y medio, por lo que es imposible que Cleopatra superara ampliamente esa estatura. Pese a que existen, repartidas por los museos del mundo, antiguas estatuas y bustos que representan a la reina egipcia como una mujer bella, los académicos cada vez desconfían más de esta reputación, que ha perdurado durante siglos. Y tienden, cada vez más, a dar crédito a unas pocas piezas que reflejan otra cosa. Una de ellas, es una moneda de bronce de 80 dracmas, en la que puede verse una Cleopatra "cruel y narigona que se muestra impaciente a la espera de otro bebé para devorar", dice el periódico. Numerosos documentos han incidido en un falso retrato de la reina, desde la antigua Roma hasta nuestros días. "La única descripción de Cicerón sobre Cleopatra no habla de su apariencia aunque describe su arrogancia", asegura el artículo. "Pero Plutarco aseguró que su belleza no era suprema aunque su conversación tenía un efecto irresistible", agrega. De acuerdo a los retratos que perduran, las mujeres ptolomeas no eran famosas por su delgadez. En otro busto perteneciente al Vaticano se destaca su gran nariz. Además, según dicen, Cleopatra tenía dientes plagados de caries capaces de ahuyentar al más fervoroso admirador de su inteligencia. Poseía facilidad para los idiomas: dominaba el griego, el latín, el hebreo, el arameo y el egipcio. "Tristemente para los que buscamos el secreto de su atractivo personal, cuanto más estudiamos las imágenes que han sobrevivido de Cleopatra, menos convencidos estamos de su belleza física. Cleopatra es una reina sin rostro", dijo Walker.
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