por el Prof. Jorge Raúl Olguín
El camino espiritual parece sencillo si uno lo describe, pues las entidades de Luz siempre han enseñado que para elevarse espiritualmente solo deben obrar con altruismo.
La tarea pareciera sencilla si no fuese porque el ser humano se encuentra dominado por el Ego y no ve más allá de sus narices.
En todas las religiones y en las diversas corrientes espirituales están de acuerdo en que el camino hacia la Luz solo se puede recorrer si se brinda Amor en forma de Servicio. Pero a lo largo de los siglos los mensajes originales dados por los grandes Maestros se han ido deformando.
La mayoría de los feligreses de las distintas religiones tiene un concepto equivocado con respecto a los espíritus de Luz. Estos seres tan amorosos están desprovistos de todo protagonismo y solo viven en función de orientar al ser encarnado equivocado.
Sufren si ven sufrir al prójimo y gozan con la alegría del otro.
Trasmiten mensajes de orientación, para que el ser que se encuentre perdido pueda encontrar su camino a través del Dar.
Mas con el correr de los siglos, las doctrinas rígidas y un dogma de estrecho criterio, lograron dar un sentido irregular a las Palabras de Luz y todo se transformó: los feligreses confundieron respeto con temor. Los que enseñaban, aquellos que tenían que mostrar el camino, se erigieron en adalides de la soberbia en lugar de ejemplos de humildad.
Y el aprendizaje fracasó, pues actualmente hay una errónea interpretación con respecto al rol de las entidades de Luz.
Estos espíritus comunicaban su Misericordia y la transmitían al cuerpo causal de la persona, logrando “contagiar” esas ganas de brindarse al prójimo. Pero en el presente, todo ser ora solamente "para pedir”, ya sea salud, trabajo o amor, sin pensar que el rol de la Luz es enseñar a Dar.
Se olvidan de las sabias palabras del Maestro Jesús, cuando dijo: -Si te doy un pescado cada día, siempre dependerás de mí para comer, mas si te enseño a pescar te valdrás por tí mismo.
Las largas filas en fechas religiosas no deben ser hechas para pedir, sino para Dar. Y así recibiréis.
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