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Pensamiento Lateral

Grupo Elron
Por el Prf. Jorge Raúl Olguín

El pensamiento lateral permite encontrar distintas soluciones del pensamiento lógico tradicional al ver las cosas a través de diferentes ángulos.

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Una anécdota donde se muestra la diferencia entre el pensamiento lógico directo y el pensamiento llamado lateral.

 

Había una vez, en un pequeño pueblo, un granjero al que no le alcanzaba la plata para devolver una importante suma de dinero que le había sido prestada por un viejo muy feo y muy antipático. Como el granjero tenía una hija muy linda que despertaba toda la sonsa del prestamista, éste último le propuso un trato: le dijo que le perdonaba su deuda si él le daba su hija en matrimonio.

 

Tanto el granjero como su hija quedaron horrorizados con esta propuesta. Entonces el viejo prestamista varió un poco su propuesta, sugiriendo que fuera el papá quién determinara si la propuesta iba o no iba. Les dijo que iba a colocar una piedra blanca y una piedra negra dentro de una bolsa vacía. La chica debía sacar una de las piedras sin ver cual estaba sacando de la bolsa: si sacaba la piedra negra, se casaría con el viejo prestamista y la deuda de su padre se consideraría pagada; si sacaba la piedra blanca, no tendría que casarse con el viejo, pero para hacer más atractiva esa manera de tomar la decisión la deuda de su padre también en este caso quedaría perdonada. Por el contrario si ella rehusaba entrar en este juego su padre sería inmediatamente enviado a la cárcel.

 

Siempre hablando, el viejo prestamista se agachó para coger las dos piedras. La chica, que tenía el ojo rápido, se dio cuenta de que había cogido dos piedras ambas negras y las había puesto rápidamente dentro de la bolsa, pero ella no dijo nada. A continuación el viejo prestamista le pidió a la chica que tomara una de las piedras que estaban dentro de la bolsa. Todo ello había tenido lugar en el pequeño camino que lleva a la puerta de la casa del granjero, que estaba recubierto por piedras blancas y negras.

 

Imagine, por un instante, el lector de esta historia, lo que hubiera hecho si hubiera estado ahí: ¿Qué le habría usted aconsejado a la chica? Si uno analiza bien la situación hay tres posibilidades.

 

Una: la chica debería negarse a sacar una piedra.

 

Dos: la chica debería sacar las dos piedras negras de la bolsa y demostrar así que el viejo había hecho trampa.

 

Tres: la chica debería sacar la inevitable piedra negra y sacrificándose y casándose con este viejo repulsivo para evitar la prisión de su padre.

 

Tómese un momento para reflexionar sobre esta situación, por favor.

 

Esta historia tiene como objetivo permitirle a usted apreciar la diferencia entre el pensamiento lógico directo y el pensamiento llamado "lateral".

 

El dilema de la chica parece que no puede resolverse de manera equitativa. Si acepta la propuesta pierde inevitablemente su felicidad pero si la rechaza, denunciando la trampa, su padre va inevitablemente a la cárcel. Pero esto es así solo desde el punto de vista del pensamiento lógico tradicional. Piense en las consecuencias de cada una de las tres opciones posibles. Entonces, ¿qué habría usted hecho? Pues bien, esto es lo que la chica hizo. Reflexionen antes de saber la solución.

 

Ella metió la mano en la bolsa y sacó una de las dos piedras cualquiera pero de inmediato la dejó caer al suelo sin que nadie hubiera tenido tiempo de verla y se disculpó, se disculpó asustada. Esta piedra se confundió inmediatamente con los cientos de piedras negras y blancas que formaban el camino de entrada a la casa.

 

-¡Ay! Qué torpe soy -exclamó la chica-. ¿Cómo puede pasarme algo así? Pero no importa -prosiguió rápidamente-, todo tiene solución. Se puede saber cuál es la primera piedra que saqué sacando la que queda en la bolsa porque si la que queda es blanca habré sacado la negra y si la que queda es negra habré sacado la blanca. ¿No es así?

 

Le pidió al viejo prestamista que sacara la que quedaba y obviamente era la negra. Por consiguiente la primera piedra que sacó la chica no podía ser sino la blanca. ¿O no? Y como el viejo prestamista no se atrevió a confesar su trampa la chica transformó una situación que parecía imposible en un desenlace muy ventajoso.

 

Moraleja de esta historia: Existe una solución para la mayor parte de los problemas complejos. El problema se presenta porque no sabemos ver las cosas desde el ángulo adecuado.

El cerebro puede ser llenado con pensamientos positivos y con decisiones sabias. No nos olvidemos: busquemos el ángulo adecuado, busquemos el pensamiento lateral, ese pensamiento en perspectiva.

 

Gracias.