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Diálogo de Jorge Olguín 1/4/10

Grupo Elron

 

Hablaron de las consultas particulares, la difusión de los nuevos conocimientos, los conceptos erróneos, etc.

 

 

            Jorge Olguín: El tema es el siguiente: muchas veces hice conferencias en distintas partes del mundo y he improvisado, aunque la palabra "improvisar" para la sociedad puede sonar mal, como diciendo: “Esta persona improvisa, lo que significa que no tiene un programa estipulado”. Hay muchas palabras que están mal conceptuadas, como egoísta, que se confunde con egocéntrico. La palabra “ambicioso”, para mí, no es mala. No está mal tener ambición de progresar. Y si yo soy egoísta significa que me quiero.

 

Interlocutor: La ambición es mala cuando es desmedida.

 

Jorge Olguín: Exacto. Todo lo que está fuera del equilibrio es negativo. Hasta el amor personal desmedido es negativo porque es el amor que manipula.

 

Interlocutor: La clave es el equilibrio.

 

Jorge Olguín: Exacto, tal y como dice Johnakan. En las distintas charlas la gente queda como extasiada -no lo digo vanidosamente, ¿eh?-. Lo digo como si te dijera: "El Empire State, con la torre, tiene 440 metros de altura”.

 

Interlocutor: Es la manifestación de un hecho. Nada más.

 

Jorge Olguín: Es la manifestación de un hecho. La gente queda extasiada y, a veces, incluso en las conferencias hago chistes, comento el comienzo del Grupo Elron, cómo se inició Psicoauditación, cómo empecé yo con la mediumnidad y que tú conocías a un médium, Urién David, que desconocía que el médium lo que hace es decodificar el concepto. Y me di cuenta de que era un fraude porque cuando canalizó a Confucio decía: "Yo quelel sabel de vosotlos”. Esto lo he contado cientos de veces…

A veces pacto con la gente consultas de dos horas y, en ese caso, no cobro por sesión, sino por horas. En la primera hora doy una especie de preámbulo de qué es lo que hago porque hay gente que directamente dice: “su página la vi apenas”, “la vi a medias” o “no sé de qué se trata”. Entonces, por una cuestión de coherencia, no le digo: “bueno, tome asiento, enciendo el MP3 y paso a la sesión”. Primero le tengo que poner al tanto de lo que se trata, explicándole: “Psicoauditación se basa en la orientaciónde la anterior técnica pero, a diferencia de ésta, lo que hace es eliminar los engramas conceptuales, es decir, los engramas del espíritu…”.

Les explico que encarna solamente el 10% y el 90% queda en un plano que le corresponde, y también hablo un poco sobre las características de éstos. En todo eso me demoro entre una hora y una hora y quince, y de los otros cuarenta y cinco minutos usaré veinte o veinticinco para la sesión y el resto para comentar qué le pareció.

Me ha sucedido en más de veinte ocasiones –por eso estoy dudando en las percepciones personales con la gente que no viene con una base- que me dicen: “Bueno, le dejo el dinero”. Y me pagan la sesión de una hora. No consideran el preámbulo como una sesión o consulta sino como una charla vana o… No le encuentro la explicación.

 

Interlocutor: Quizás habría que aclarar que esto también forma parte de la sesión.

 

Jorge Olguín: Lo digo, pero la gente o se hace la tonta o es muy pícara, o sea, maliciosa. Y a alguna le parece que es lo que le fue útil. Muchas personas vienen acompañadas con una segunda persona que también quiere hacer una sesión pero una vez que la escuchan comentan: “¡Ah! No sé si esto me sirve a mí”. Y la otra -la que no hizo la sesión- dice: “Yo quiero resolver al aquí y el ahora”. Entonces, yo le contesto a esa persona: “Conozco a gente que ha resuelto el aquí y el ahora”. Vos, por ejemplo, cuando te conocí tenías resuelto el aquí y el ahora. Esto es un secreto a voces porque has comentado en la web infinidad de veces que has ido al psicólogo, al psiquiatra, etc. y luego A.D. con el instrumento, y hasta que no te dejó frío no habías resuelto el aquí y el ahora. Yo te conocí y seguías con algunos impulsos reactivos que se modificaron a favor con Psicoauditación. Entonces, a esa gente le explico que me parece perfecto “el aquí y el ahora” pero Psicoauditación revierte no solamente los engramas conceptuales de otras vidas y de ésta misma sino también lo del 10%. No es que termine la sesión y la persona ya se sacó la carga de los hombros… Es un proceso. Por ejemplo, de repente tengo lumbalgia y me aplico Flexicamin B12 no quiere decir que a los dos minutos que salgo de la farmacia se me fue el lumbago o la ciática. No es así…

 

Interlocutor: Es poner en condiciones el organismo, para decirlo de alguna manera.

 

Jorge Olguín: Correcto. Voy a pasar de esa cosa ingrata de que doy una charla ante treinta, cincuenta o cien personas y quedan como alelados ante la charla. Y cuando vienen dos personas a una consulta particular doy esa misma charla y lo toman como que es un preámbulo que tiene que ser obligatorio y gratuito, es decir, que lo único que tienen que pagar es la sesión en sí.

Y el que escuche esto que lo tome como que soy reactivo porque, al fin y al cabo, soy un ser humano, y no importa que mi Thetán esté en el plano 5.9. Me molesta horrores eso. Me parece que hay una especie de... picapiel no es la palabra... ¿Cómo se llama cuando Sirves al otro para sacar ventaja…?

 

Interlocutor: Picardía. Pero tiene otro nombre que no recuerdo en este momento.

 

Jorge Olguín: Eso es lo que hacen. Y me parece mal, entonces.

 

Interlocutor: Pienso que habría que insistir en aclarar bien. Y voy a decir algo que puede resultar muy interesante: todos conocemos a los “hipnotizadores” o “fascinadores”…

 

Jorge Olguín: Especulación era la palabra. Especulan. Sigamos…

 

Interlocutor: Quiero hacer referencia a uno muy famoso –que incluso yo mismo vi- que se llamaba Fassman. En una parte del número que hacia tomaba una silla, se subía en ella, tomaba la cuerda que estaba colgada desde el techo del escenario con un nudo de ahorcado y se ponía la cuerda, apretándola. Le decía al público que iba a quedarse colgado de esa cuerda, patearía la silla y estaría así hasta que el público aplaudiera. Él suponía que el público terminaría aplaudiendo, ya que a los pocos minutos siempre había gente que le desesperaba ver a Fassman colgado y se ponía a aplaudir instintivamente. Pero ¿qué sucedió? En una oportunidad no le explicó bien, el público no entendió de qué se trataba y el tipo casi se asfixia... Entonces, a la gente hay que explicarles muy claramente y estar seguro que lo entendió porque si no puede pasar lo que le ocurrió a Fassman…

 

Jorge Olguín: Generalmente no sucede porque la poca o mucha gente que me conoce ya sabe de qué se trata porque leyó la página. Para mí las consultas más fáciles no son las Psicoauditaciones, pues esta técnica me afecta. Hay gente de países latinos donde tienen otro tipo de moneda y dicen:”Qué caro cobra el profesor”. Pero es verdad que me afecta a la salud. Y si la gente lo toma como rol de víctima -me parecería cómico porque simplemente estoy contando un hecho- informo que los vértigos -que tengo desde 1997- hasta el 1 de abril de 2010 se han agravado. Pero, como dije siempre -y esto lo aclaro para que nadie se intranquilice-: seguiré, como se dice en Buenos Aires, “hasta que me den cuero”.

 

Interlocutor: Está bien. Yo quería aclarar algo de lo que comentaste al principio sobre la improvisación. En mi concepto, un orador o conferencista improvisa simplemente cuando no tiene escrito lo que va a decir. Después podrá tener su…

 

Jorge Olguín: Claro. Lo que pasa es que hay gente que toma la improvisación como algo chanta -como decimos en Argentina-, es decir, lo toman como que la persona no tiene una programación y, entonces, al improvisar dice cualquier cosa… No es mi caso porque todo lo que hago no es que me lo sepa de memoria pero sí lo tengo incorporado, y puedo estar hablando una hora. Y te aseguro que voy a seguir con tema…

 

Interlocutor: Está bien. Pero eso la gente lo tiene que saber porque los profesores de la Facultades, los maestros de las escuelas o los profesores de la secundaria -estoy hablando de Argentina- toma un papel y lee, es decir, todos improvisan y cobran. Aquí no sería ninguna novedad.

 

Jorge Olguín: Para cerrar este círculo, mi pregunta original era: por qué en una conferencia la gente queda extasiada por las palabras que emito y cuando vienen una o dos personas a mi consulta y digo esas mismas palabras como preámbulo lo toman como “¿Qué es esto?” “¿Esto, que vendría a ser?”. ¿Están tomando el pelo al terapeuta o son unos “vivos”, pícaros y sinvergüenzas?

 

Interlocutor: Lo que sucede es que la gente siempre quiere pagar de menos…

 

Jorge Olguín: No voy a pedir disculpas por ser agresivo porque es lo que siento en este momento. Como dijo el Maestro Jesús: “prefiero al que es frontal y no al hipócrita”. Obviamente, frontal no significa cometer un acto hostil como, por ejemplo, decir: -esta corbata que te pusiste es un colorín… ¡Sácatela! Ahí estoy siendo hostil. O sea, frontal significa ser honesto. Yo estoy abriéndome y diciendo algo honestamente. Si a alguien le molesta, lo soy.

 

Interlocutor: El problema de la gente es que le resulta muy difícil reconocer el trabajo ajeno. Parecería que solamente hay que pagar cuando la otra parte -el que da conferencia o lo que fuere- está sudando y medio muerto…

 

Jorge Olguín: Joe Dispenza estaba cobrando mil. Y algunas de las personas que han venido a mí tenían problemas para pagarme ochenta, cuando pagaban mil en un seminario de esta persona. Y, a diferencia tuya, que vendrías a ser “El Avispón Verde” -“The Green Hornet”-, y sólo te falta la musiquita -“ta, ra, ra, ra, ra, ra, ra...”- con el Van Williams y Bruce Lee. Tú serias como “El Avispón Verde”, el que te aguijonea, y yo soy el tranquilo…

 

Interlocutor: Hay una cuestión que quiero comentar, ya que mencionaste a Joe Dispenza. La diferencia entre Joe Dispenza y Jorge Olguín es que Joe Dispenza es famoso y, en comparación, Jorge Olguín no lo es tanto. Entonces, de la misma forma la gente compra un perfume de marca, que a lo mejor es de más baja calidad que otro, pero paga el precio más caro…

 

Jorge Olguín: Entonces, Internet no te hace conocido. Como dice Daniel José, nuestro queridísimo amigo y webmaster, la página la ven entre seis mil y diez mil personas diarias. Multipliquemos por los trescientos sesenta y cinco días del año...

 

Interlocutor: Bueno, por alguna razón, Joe Dispenza es más conocido que Jorge Olguín. No me preguntes por qué…

Jorge Olguín: Porque hay un aparato publicitario detrás.

 

Interlocutor: ¡Ah, bueno! Entonces, el aparato publicitario es el que hace famoso, y la gente paga por esa fama…

 

Jorge Olguín: O es eso o a la gente le gusta el “pan y circo”. Voy a aclarar a qué me refiero: “El Cielo Responde” vendió, en un lapso muy prolongado, solamente cuatrocientos ejemplares. Se han regalado por Internet cientos de miles de libros virtuales. Tal vez por eso la venta en papel no tenía razón de ser. ¿Por qué Dan Brown, con “El Código da Vinci”, ha vendido ochenta y dos millones de ejemplares si sabemos que es un invento? Porque Jesús no tuvo descendientes… A la gente le gusta el pan y el circo…

 

Interlocutor: No solamente eso sino que también hay cuestiones publicitarias y de marketing, sin contar con las cuestiones de oportunidad. Yo recuerdo siempre a “La Pantera Rosa”, que durante muchos años estuvo en la televisión y en los cines y no pasaba nada. Y, de repente, explotó, y toda la gente estaba mirando “La Pantera Rosa”, cuando hacía varios años que ya estaba… O sea, es como que hay un momento determinado en el que la cosa explota. Pero a lo mejor tuvo que estar muchos años antes sin que pasara nada. Y, en otras circunstancias, alguien saca algo como Dan Brown -que es justo para la época- y explota. Entonces, están las cosas que son pioneras como, por ejemplo, Psicoauditación. ¿Cuántos siglos -o quizá milenios- van a tener que transcurrir hasta que se haga…?

 

Jorge Olguín: No sólo pasa por eso… En el diario Clarín de ayer, 31 de marzo, estaban hablando de la famosa “máquina de Dios” –es decir, el acelerador- que tiene veintisiete kilómetros de circunferencia. Y un científico renombrado de Argentina –cuyo nombre no recuerdo- dice: “…porque se ha comprobado, gracias al aparato, que la energía oscuras es la causante de que el Universo se expanda aceleradamente”. Y yo pensaba: “¿Qué está diciendo este hombre, si esto lo dijimos en una sesión, primero con Roger Penrose, el Maestro de Stephen Hawking, y luego con Morgan-El, el Thetán de Manuel?”. Lo dijimos hace rato en Grupo Elron.

 

Interlocutor: Espera un segundo. Quiero hacer una aclaración más filosófica, pero siempre relacionado. La pregunta es: ¿Por qué después de tantos años se sigue percibiendo al Yeti, en el Himalaya, y al Pie Grande, en los Estados Unidos? Hubo solamente una filmación muy cuestionada de un tal Patterson que nosotros sabemos que sí era un Pie Grande. Pero la pregunta es: ¿por qué no se caza un ejemplar y el asunto se acaba? No se hace justamente porque se acaba. Y si se le saca la zanahoria al burro, el burro deja de caminar. ¿Por qué recién aproximadamente en el 2070 van a “aterrizar” los marcianos? ¿Porqué no lo pueden hacer ahora y el asunto de los Ovni se acaba? Pues justamente porque se acaba, además de no ser el momento de que se acabe, ya que los Ovni son la zanahoria del burro. Entonces, también hay que ver que si cundieran todas estas cosas que estamos difundiendo nosotros -mejor dicho, nosotros somos los intermediarios- se acabaría.

 

Jorge Olguín: Me tendría que tomar el trabajo de ver las sesiones…

 

Interlocutor: Esto está dispuesto aquí.

 

Jorge Olguín: …porque años atrás me dijiste: -Eres un mal alumno de tus propias sesiones porque varias veces me preguntaste si te acordabas de tal cosa...

–No.

-¿Cómo que no, si lo dijiste en sesión?

–Sí, pero no me acuerdo. No estudio mis propias sesiones.

-En este momento no recuerdo en qué sesión se dijo tal cosa. Entonces, quiero extraer los fragmentos de los paradigmas de cada sesión y la fecha en que se dijeron. Me acuerdo por ejemplo que hace doce años atrás, en 1998, se hizo una sesión con Roger Penrose donde dijo que había un Universo anterior al Big Bang. Y, tres años después, los científicos “avalan” esta teoría… ¡que descubrieron en el 2008! ¡Je, jé! Perdón por la risa… Son cuarenta y dos paradigmas los que hasta ahora se han dado. Pero, ¿a dónde quiero llegar? Pues a que habría que tenerlos con fecha para que cuando alguno pregunte, directamente..., así como tú haces cuando te pregunta algún escéptico y le mandas todo el rollo de “soy Mike Dofel, de Filadelfia. Lo felicito” o “soy Ernestina Medina, de Chile. Avalo...”. En realidad, eso no sirve de nada porque puede ser inventado por ti, es decir, la gente no sabe si es de verdad o es inventado. Nosotros sabemos que las felicitaciones son reales porque cuando hay una felicitación Daniel nos la manda a nosotros, y si te llega a ti se la mandas a Daniel.

 

Interlocutor: De cualquier manera, es un problema del otro porque nosotros no estamos para convencer a nadie…

 

Jorge Olguín: Eso lo entiendo, pero a veces sí es necesario convencer. Cuántas veces me han preguntado: “¿En qué se basa?”.

 

Interlocutor: Digo convencer en forma equilibrada, o sea, explicar las cosas como son y después el otro si lo quiere aceptar bien. Y si no lo acepta es un problema de él porque a lo mejor no está en tiempo para aceptarlo. Como “el secreto se protege solo” esto significa, entonces, que esta persona, en ese momento, no tiene que saber estas cosas -y no las sabe- y no las va a comprender aunque se las pongan enfrente de sus narices. Quería aclarar lo que dijo muchas veces Ron: hay que darle hachazos al árbol y llegará un momento en que caerá. Y eso es cierto. Fue premonitorio porque cuando nosotros empezamos no pasaba absolutamente nada y, en estos momentos, de tantos hachazos que hemos dado el árbol ha caído, cosa que lo demuestran las consultas en nuestra página Web. De cualquier manera, no es todavía el momento de que eso se difunda en forma masiva, y menos que se sepa tanto y con tanta certeza lo que los Maestros de Luz dicen como sabemos nosotros que la Tierra gira alrededor del Sol. ¡Cuánto tardó la humanidad en aceptar que la Tierra no era el centro del Universo!

 

Jorge Olguín: El otro día hice una sesión en la que me sentí mal. Es una de las sesiones con Raeldan. Fue en Egipto, con Hipatia, la matemática de Alejandría. Las cosas que le hicieron pasar a esa mujer cuando vinieron los cristianos, quienes saquearon la segunda biblioteca y la hicieron pedazos, destruyendo todos los papiros…

 

Interlocutor: A lo mejor eso existe en un universo paralelo o en universos alternos... Quería agregar una cosa más que se me olvidaba: las propias enseñanzas de Jesús, a pesar de su crucifixión, todavía no solamente no han sido aceptadas sino han sido tergiversadas, lo que es peor…

 

Jorge Olguín: Sí, obviamente que es eso.

 

Interlocutor: Entonces el pobre Jesús tendría que estar diciendo que lo de él fue inútil. Porque estamos ya 2000 años…

 

Jorge Olguín: Dos cosas muy breves para finalizar: hay dos páginas, una Web y una de Facebook, que tienen cosas de Grupo Elron. Sin entrar a nombrarla, incluso una de ellas se llama Grupo Elron versión “tal país”. Es bueno que difundan los mensajes de los Maestros, pero hay un problema: a veces ponen “pleyadianos” en esta página. He explicado mil y una vez que las Pléyades son estrellas que tienen seiscientos millones de años de antigüedad en comparación con los cinco mil quinientos millones de años que tiene el Sol, por lo que ninguna de las siete estrellas Pléyades tienen sistema planetario, y menos pleyadianos. Entonces, con los mensajes de los Maestros de Luz se mezclan mensajes de pleyadianos, naves que van a salvar a ciento cuarenta y cuatro mil personas, guardianes del universo y no sé cuantas tonterías más. Hay una frase -que no sé si es tuya pero que pusiste y que yo puse en La Mediumnidad en Facebook- que dice: “Una gota de veneno en un vaso de agua contamina todo el agua”. ¿Decir que hay pleyadianos -cuando sabemos que no hay sistemas planetarios en las Pléyades- no es una gota de veneno?

 

Interlocutor: Está bien. Si la vida es juego y todo es juego -porque tiene todos los elementos del juego-, entonces estas cosas tienen que existir, pues si no no habría juego…

 

Jorge Olguín: Claudia, una querida colega, me manda –supongo que te lo habré mandado también a ti- el mensaje de una abuela de México, Margarita, que se comunica. Incluso dice que, como tiene un cuerpo sutil, va a ascender al cielo en carne. Yo le respondí que no es así. Claudia no dijo que no, pero dice que bueno… Tenemos que tener una mente más amplia, como digo siempre, pero una cosa es amplitud de criterio y otra cosa es aceptar todo. Si lo tomamos como poesía, es válido, como puedo tomar como poesía el Génesis porque sabemos que Adán y Eva jamás existieron. Me escribió también Josep, nuestro querido colaborador y amigo, diciendo que es una manera distinta de ver las cosas y que no seamos tan rígidos. Me parece bien porque es sano que debatamos, como dijimos hace un par de días. Yo -cuando uno se nombra en tercera persona se dice que está paranoico- evito nombrar en tercera persona, cosa que Maradona sí hace -“porque Maradona dijo…”. A mí no me gusta decir “Jorge Olguín dijo…” porque uno parece paranoico al hablar en tercera persona. Es cierto que, a veces, tenemos que tener amplitud de criterio pero no aceptar las cosas a rajatabla sino como algo poético, porque no vamos a ascender al cielo, y menos en cuerpo, ya que éste no existe como tal.

 

Interlocutor: Está bien. Quería hacer una acotación para ir terminando: todo es por algo. Yo, por ejemplo, estoy en casa mirando la televisión aburrido. De pronto, abro mi correo y alguien me acusa de tal o cual cosa. Entonces, empieza a circular la adrenalina, ¿no es cierto?

 

Jorge Olguín: Y te pones a componer…

 

Interlocutor: …y empiezo a componer una página Web, que si no nunca haría. Entonces, todas esas críticas –y aún las más tontas- son necesarias, como lo de Joe Dispenza, del cual hice una página porque tú me mandaste... Todo es importante.

 

Jorge Olguín: Joe Dispenza, el de los cableados en el cerebro. Ahora tenemos cables y no neuronas… ¡Jé! Hoy soy demasiado irónico…

 

Interlocutor: La gente sigue a Joe Dispenza y este tipo no aporta ninguna prueba; es más, todo es puro palabrerío. En fin, cosas de locos…

 

Jorge Olguín: Yo no exijo porque no soy quién para exigir; tan sólo soy sólo un ser humano común y corriente. Me acuerdo que en el año 1999 me esperabas en la casa de mi vieja y yo vine contento y te dije: -¡me abracé con el Dalai Lama!

Y tú me dijiste: -¿Qué? ¿Te abrazaste con el Dalai Lama? ¡Tú eres Energía Planetaria! ¡Eres Johnakan, el discípulo directo de Jesús!

Sí, pero no me conoce ni el botellero de la esquina. En una ocasión vino un matrimonio de Arkansas -que tú conociste- y le preguntó al encargado de al lado: -¿El famoso Jorge Olguín? Y no sabía… No me conoce ni el vecino de al lado. ¡Qué Dalai Lama ni Dalai Lama! ¡Jorge, la Energía Planetaria! ¿Quién me conoce? Mi mamá un día llegó del Mar del Plata y después de una semana me dice: -Señor, yo no vivo acá…

Interlocutor: Es un chiste…

 

Jorge Olguín: También tengo la otra, que me produce vergüenza ajena. Yo estoy en contra de la adoración. El caso es que la primera vez que viajo a Chile me ocurrió algo con un matrimonio mayor amigo -si escuchan esta grabación se van a reír-: el señor me miró, se acercó y me tocó.

–Ven, querida, ven. Es Jorge Olguín. Tócalo. Es de verdad.

Yo no tengo vergüenza para dar una charla delante de doscientas personas pero me produce una especie de pudor el que me traten de esa manera. Y le dije al señor: -Soy como tú: como, me duele el estómago, respiro, estornudo, me resfrío, etc. O sea, soy igual que cualquiera.

Me tocaba la mano y el brazo. Me daba como una especie de vergüenza ajena. Quizás el común denominador se hubiera erizado como un experto fumando. Yo me achiqué por humildad. Me sentía incomodísimo, pues no me interesa ese tipo de halago. Para terminar quiero aclarar una cosa: sí me interesa aquel que se rompe el alma para sacar un diez en una prueba o para acceder a un trabajo. Y está bien que le palmeen el hombro y le digan: -“Muy bien, Joaquín. Te felicito” o “muy bien, Juan, por lo que has hecho”. No está mal que te aplaudan. O si tu hijo sale abanderado de la escuela: -“¡Qué bien! Te has esmerado”. Eso no es halago para mí, sino una especie de compensación que te hace bien.

 

Interlocutor: Quiero aclarar que el pionero nunca es conocido en su tiempo porque para eso es pionero. Y traigo a colación a alguien que, en estos momentos, está nuevamente por televisión: Prem Rawat. Esta persona es el rey de las perogrulladas -Perogrullo era aquel que al puño cerrado le llamaba puño- y dice las banalidades más grandes que se puedan escuchar sin ninguna profundidad. Pero como es muy hábil para decir esas superficialidades la gente lo sigue. Esto significa que para esa gente –y para esta época- Prem Rawat no es ningún pionero, pues no da nada. Sólo le da a la gente lo que quiere escuchar…

 

Jorge Olguín: Termino con una cosa graciosa: mi papá trabajaba de albañil y pintor de casas y yo, cuando era adolescente, trabajaba con él. Y había peones trabajando con mi padre. Uno de ellos había tomado un par de copas de vino de más y se ponía a filosofar, diciendo: -Yo tengo la filosofía “Mano”.

-¡Ah! Cuéntame. ¿Qué dices?

-Tengo un aforismo: “el margen de la vida es un nivel”.

Ése era el aforismo: “el margen de la vida es un nivel”. Todos realmente se quedaron como diez segundos en silencio y después [aplausos] empezaron a decir: -¡Oh! ¡Qué elevado! ¡Qué profundo! Y yo trataba de descifrar, sin éxito, la frase. Era un tal Paulino, que ya falleció. No le encuentro el nudo a las palabras: “el margen donde la vida es un nivel”. Estoy seguro que voy a la televisión y digo “el margen de la vida es un nivel” y me dicen: -¡Qué elevado es Jorge Olguín! ¡Es un Maestro de Luz! Y si hago perogrulladas como “era un lago maravilloso, y el agua llegaba hasta la orilla”, entonces…

 

Interlocutor: ¡Ja, ja, já! Eso son perogrulladas… Quería aclarar, para los que escuchen esta grabación, que Prem Rawat es una página web del Grupo Elron. Así que quien quiera buscar, ahí está…

 

Jorge Olguín: ¡Je, je, jé! Triple “w”, punto, “grupoelron”, punto, org [tosiendo de risa]. Me he divertido mucho.