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Mitos para reflexionar

Grupo Elron

Sesión del 04/11/2020 de Jorge Olguín.

La mayoría de nosotros vivimos entre mitos. Cuando no sabemos, creemos. Cuando sabemos ya no creemos.

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Jorge Olguín: Me gusta estudiar mucho el tema de la Mitología y el mito, con tiempo hablaré y profundizaré ambos temas. Si bien la Mitología se ocupa del mito, el mito, por su cuenta tiene forma, fondo, pero lo malinterpretan.

 

Hoy, por ejemplo, publiqué un tema sobre los arcontes, y muchos lo tomaron como algo real, como que existen. Y me desgasté, en el sentido de que tuve que aclarar los distintos peros de la gente que no entendía. Es más; uno de ellos dijo que un amigo de Facebook, o amiga, desconozco, le hizo una carta astral y a su vez un estudio kármico diciendo que a él le guiaba un arconte, pero que en una vida anterior él había matado un arconte. Una serie total de incoherencias que luego por temor a que la persona lo lea, la persona que le hizo el estudio, le diga algo, y lo borró. Yo no me acordaba fielmente lo que puso y lo repetí en el muro diciendo "No borres, no tengas miedo. Se trata de confrontar. De otra manera estás siendo cómplice del error.

 

No soy el dueño de la verdad, Dios es el dueño de la verdad. Pero el componente que fui dando durante más de dos décadas sobre el mundo espiritual y angélico me cierra perfectamente, me calza como anillo al dedo.

 

Luego otra de las personas habló de la luz al final del túnel. Le digo "Eso es otro mito".

Porque quien conoce verdaderamente el mundo suprafísico, no hay túnel, no hay luz. Como Lobsang Rampa, que escribió diecinueve libros hablando del cordón de plata. ¡No hay ningún cordón que una la parte física con la parte espiritual! No existe el cordón, eso es otro mito. Y la gente lo cree a pies juntillas. Y como eso muchísimas cosas más.

La misma Biblia es una serie de mitos. Como Adán y Eva, por ejemplo. Como que el mundo se hizo en seis días.

 

En una época estaba distanciado de lo que es el Génesis y muchos otros temas, y con el tiempo, porque uno va aprendiendo -el que tiene ganas de aprender, ¿no?-, se da cuenta de que uno lo tiene que aceptar como lo que es, así como aceptamos a los dioses romanos, a los dioses griegos, y no nos disgustamos si otros nos dicen que son mitos, como Thor, como Odín, como Loki. Son mitos.

También sabemos que en el cristianismo Jesús no nació un veinticinco de diciembre, porque era pleno invierno en el hemisferio boreal.

 

Siempre me enseñaron a dudar de las cosas. Entonces, uno duda. Pero de mi parte yo enseño que las verdaderas palabras de Luz, las que son de Luz, no hieren la susceptibilidad de nadie. Un ser de Luz no dice: -Para que triunfes tienes que pisar la cabeza de alguien. O para salir adelante ponle vallas en el camino a tu contrincante.

No, el que está en la Luz le dice "Tiende la mano". No pone piedras en el camino y busca enseñar y busca desmitificar todo lo que nos han enseñado: No existe el cielo, no existe infierno, no existe paraíso. Porque el paraíso que nos pinta la religión, tanto la musulmana como la católica, habla de premios y el infierno habla de castigos. Entonces, ¿qué hace la religión?: esclaviza. "Si te portas bien tienes un premio", como a los niños. "Si te portas mal, un castigo". ¡Ah, sí! Te encierras en la habitación.

No somos niños, y sin embargo seguimos creyendo eso.

 

Cuantas veces me preguntaron porque encarna un 10%. Mi respuesta: Porque un iceberg o témpano asoma solamente un 10% en el agua.

 

Hay muchísimas cosas más cosas para explicar, muchísimas.

Hay gente que está aferrada a una creencia y es muy difícil sacarla de la misma. Muy muy difícil. Son muy pocos los que están en el camino. El famoso Lobsang Rampa -que escribió tantos libros, que viajó astralmente al Tíbet, que incluso estuvo-, nació en Inglaterra. Nunca fue tibetano, tampoco es su nombre Lobsang Rampa, todo lo que escribió fue novelado e inventado, y sin embargo vendió miles y miles y miles de libros. Lo mismo el que creó al profesor Robert Langdon: ochenta millones de ejemplares.

 

Y hasta la misma masonería, que es una orden iniciática con gente medianamente culta -que conozco, porque tengo infinidad de amigos-, dicen que en el cuadro de Leonardo de Vinci, en la última cena, el que está recostado al lado de Jesús no es Juan Zebedeo, el discípulo amado, sino María de Magdala. Y que al lado no hay un jarrón sino que es una criatura, que es la que tuvo María de Magdala con Jesús.

 

Lo respetaba mucho mucho al Maestro, María de Magdala, pero Él, el Maestro, el gran Maestro se había deslumbrado con una samaritana llamada Miriam, que conoció en el pozo de Jacob. Eso no está en la biblia. Como tampoco está en la Biblia que Pedro lo negó seis veces, no tres, seis. Sin embargo, la Iglesia no nombra Pedro a ningún papa por respeto, porque es un nombre santificado. ¿Santificado quien lo traicionó tantas veces? No a nivel Judas, lo traicionó negándolo. Porque el único, el único que estuvo con la madre, con María, y con la segunda María, de Magdala, fue Juan Zebedeo, hijo de pescadores. Un niño que recién tenía dieciocho años, porque a los quince lo había conocido al Maestro. El único que estuvo. Por algo Jesús le dijo "Cuida mi madre mientras yo no esté". Y cuando Pedro, celoso, le dice "Y con este, ¿qué?": "Él cumplirá mi función hasta que yo regrese". Eso es bíblico, esa es la palabra de Juan en el cuarto evangelio.

 

El verdadero Camino es el Servicio. El ser útil.

Lo importante es que no hay una manera de ser útil, hay mil maneras de ser útil. Hay gente que piensa que solamente puede ser útil dando algo valioso.

¿Qué más valioso que una compañía? ¿Qué más valioso que una caricia? ¿Qué más valioso cuando te toman del hombro cuando te encuentras desamparado? ¿Qué más valioso cuando te tienden la mano cuando estás caído? ¿Qué más valioso cuando te dan un abrazo?, un abrazo cuando te sientes mal. El consuelo también es Servicio.

El Servicio no tiene porque ser material, y el Servicio no es mezquino. Palabras similares al Amor son la compasión -no la lástima, porque la lástima es de la persona que te mira desde arriba, la persona egoica, que tiene lástima porque se cree superior-. La compasión no. Uno se compadece de la otra persona porque se pone a la par, porque tiene empatía. Eso es lo valioso.

 

Y tengo en claro, pero muy en claro que la mayoría de los hermanos espirituales, aquellos que estuvieron en muchas vidas, o en una, son tan o más valiosos que los hermanos de sangre, que a veces se pelean, se ignoran o disputan por una herencia. Eso no pasa con un hermano espiritual o con una hermana espiritual. No. No pasa.

 

Lamentablemente hay miles de personas que creen tener el conocimiento y desvirtúan la verdad. Hay un grupo de miles de personas en Facebook que dicen que han tenido experiencias cercanas a la muerte, que han visto el túnel, la luz.

Si conocieran la verdad del mundo espiritual y angélico, el mundo suprafísico, se darían cuenta que no hay túnel, y que hay un thetán conectado con nosotros como 10%, y el thetán como 90%, que formamos una unidad espiritual.

 

Pero como digo siempre, el bien se propone, el bien nunca se impone, si no no sería bondad, no sería bondad. El bien no se puede imponer por la fuerza, se propone. Pero se respeta el libre albedrío de la otra persona.

 

Y la indiferencia es también tan mala como la maldad en sí. La persona indiferente. Pero bueno, a cada uno le llegará su tiempo. Hay que respetar el tiempo del otro. El problema es cuando la persona tiene una amistad, una relación de pareja o un familiar con el que trata seguido y con el tiempo se va dando cuenta de que la persona no es la misma. Qué cambió, ¿uno creció más que el otro, uno se elevó más que el otro o los dos se elevaron pero a distintos ritmos? O bien uno quedó y el otro se elevó, o bien uno se elevó y el otro, encima, retrocedió. Porque hay personas que desencarnan con un nivel más bajo, incluso, del que encarnaron. Pero es así.

Desde un determinado momento dije que el plano físico es un pozo gravitatorio, como si fuera un agujero negro. He visto muchísimas personas cuyo thetán está en el plano cinco, de máxima Luz, caer, caer y caer.

 

Me voy a remontar al año 2001. Una Maestra encarnada, separada, tenía un hijo chico, un niño, en la ciudad de Buenas Aires. Tenía una hermana en Rosario, en la provincia de Santa Fe, a horas de Buenos Aires. Y ella había empezado a salir con un señor que era un pillo, en el mal sentido, un estafador del amor. Y ella estaba tan entusiasmada con él que no tenía tiempo de viajar horas para llevar al niño a la casa de la tía, lo dejaba sólo al departamento, y a veces con un yogurt en la heladera, para que comiera todo el día. El niño desnutrido y ella saliendo con esa persona. Hablo de un plano cinco. Hablo de un subnivel nueve, un plano de máxima Luz. Finalmente me enteré de que la hermana le hizo un juicio y le quitó en niño. El juez se lo adjudicó a la tía, el niño.

Y está bien, el niño creció y se hizo feliz, hablo del 2001. El niño tendría cinco, seis años, estoy hablando de diecinueve años de edad. Hoy debe ser un hombre de veinticuatro años o de veinticinco, feliz, con familia, con una tía a la que considera mamá. Y la verdadera mamá, de plano 5.9 bajó al plano 3 subnivel uno. No bajó al plano 2, al plano de crueldad, porque seguramente lo que hizo lo hizo inconscientemente. Pero están las consecuencias. Están las consecuencias.

Y así, como esta anécdota que cuento, hay muchísimas más, pero no es el momento.

 

Nada más quería decir unas pequeñas palabras y vaya, llevo... casi diecinueve minutos. Yo pensaba hablar cinco, nada más.

 

Toda la Luz.