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Psicoauditación - Juan Antonio

Grupo Elron
Sección Psicointegración y Psicoauditación - Índice de la sección - Explicación y guía de lectura de la sección

Si bien la Psicoauditación es la técnica más idónea para erradicar los engramas conceptuales del Thetán o Yo Superior de la persona, la mayoría de las veces se psicoaudita a thetanes que habitan en planos del Error y sus palabras pueden no ser amigables y/o oportunas para ser tomadas como Mensajes de orientación, algo que sí se da cuando se canaliza a Espíritus de Luz o Espíritus Maestros.
El hecho de publicar estas Psicoauditaciones (con autorización expresa de los consultantes) es simplemente para que todos puedan tener acceso a las mismas y constatar los condicionamientos que producen los implantes engrámicos.
Gracias a Dios, esos implantes son desactivados totalmente con dicha técnica.


Atte: prof. Jorge Olguín.

 

 

Sesión del 25/10/11

Sesión del 01/06/12

Sesión del 27/06/12

Sesión del 27/07/12

Sesión del 28/02/13

 


 

Sesión 25/10/11
Médium: Jorge Raúl Olguín
Interlocutor: Karina
Entidad que se presentó a dialogar: Ruanel

Ruanel habló de que aun eligiendo familia y entorno para encarnar, los engramas propios y la genética heredada son determinantes para a la persona, y que los roles del ego producen acostumbramiento y comodidad. Muchos han podido revertirlo, pero todo depende de la fortaleza de uno mismo.

Sesión en MP3 (2.259 KB)

 

Interlocutor: Sesión para Juan Antonio. Bienvenido...

 

Entidad: ¿Qué tal, Kar? ¿Cómo estás?

 

Interlocutor: ¿Cómo te encuentras?

 

Entidad: Soy Ruanel. Es una grata alegría estar aquí departiendo contigo.

 

Interlocutor: ¡Qué sorpresa!

 

Entidad: Tú eres el 10% de la entidad Kar-El...

 

Interlocutor: Qué sorpresa. Pensé que iba a estar el thetán de Juan Antonio y me has dado una sorpresa. ¿Cómo andas tú y cómo ves al thetán de Juan Antonio?

 

Entidad: Ahora estoy conversando contigo.

 

Interlocutor: Es un honor tenerte aquí y poder charlar contigo.

 

Entidad: Es un placer para mí. El thetán de Juan Antonio está bastante mejor; su conocimiento ha crecido a través de las distintas sesiones. El tema es su 10%, querida Kar, el tema es su 10%. Su 10%, de alguna manera, es como que ha elegido nacer en determinada región, en determinada familia, con determinada herencia genética y es como que de alguna manera ha alterado su decodificador.

 

Interlocutor: ¿Y el porqué de esa lección a aprender? ¿Qué piensas tú? ¿A qué se debe?

 

Entidad: Mira, a veces, querida Kar, tú sabes que nosotros, como espíritus, encarnamos en determinada misión y cuando estamos encarnados es como que la cosa se nos va de las manos porque nuestros mayores -padres, tutores, quienes fueran-, de alguna manera, es como que nos condicionan, sumado a los engramas que tenemos de otras vidas. Y no es cierto que uno tenga la posibilidad de elucubrar estudiando a la familia, donde encarnar porque de verdad que hay una línea gigantesca de espíritus esperando encarnar en el mismo lugar.

 

Interlocutor: Y también muchos espíritus en la Luz tratando de ayudar a otros, ¿verdad?

 

Entidad: Claro, pero no voy a ese tema. Voy al tema de que si tú no te apuras a encarnar otro te quita el lugar. No es como cuando tú estás en una fila y sacas un número y este número se respeta. Aquí hay infinidad de espíritus para cubrir determinado "puesto" y si tú te pasas segundos -un segundo es mucho tiempo en el plano suprafísico porque tú conceptúas en milésimas de segundo- otro te gana de mano. Entonces, quizá no tengas tiempo de estudiar todo el árbol genealógico de la familia porque si bien tú tienes una personalidad como entidad espiritual el 10%, de alguna manera, hereda también determinada inteligencia física porque si bien el concepto es espiritual el ser encarnado necesita de un decodificador, al que llamáis cerebro, que es el que decodifica el concepto espiritual y lo codifica a lenguaje hablado.

 

Interlocutor: ¿Cuál sería la misión de Juan Antonio?

 

Entidad: Su misión es poder crecer en todo lo que es las artes orientales pero hay mucho por delante. Permíteme completar este concepto: tú, como espíritu, tienes una personalidad...

 

Interlocutor: Todos la tenemos, sí.

 

Entidad: Si bien, nosotros, como entidades espirituales no somos roles porque los roles es cuando encarnamos...

 

Interlocutor: Ninguno es igual a otro...

 

Entidad: ...sí tenemos una forma de ser, una forma de conceptuar, una forma de hablar, incluso, a través del receptáculo distinta a otros pero en el plano físico dependemos del decodificador y ese decodificador puede ser más o menos eficiente. Es lo que daría la inteligencia en el plano físico, es lo que daría las perturbaciones, incluso, en el plano físico. Y Juan Antonio, de alguna manera, si bien ha arrastrado engramas, esos engramas se potenciaron por roles del ego y a su vez, querida Kar, afectaron el posterior desarrollo de ese decodificador. Y sabemos, por las investigaciones de este receptáculo -que es el 10% de Johnakan-, que el ego se aferra -y lo digo de manera cruda- a su presa; se aferra. Si bien el ego es algo no real porque forma parte del espíritu y por lo tanto forma parte del ser encarnado de alguna manera es como que se desprende de ese yo central y se divide en ramificaciones, que sería los distintos yoes. Esos yoes buscan sobrevivir y cuanto más vulnerable está la persona en su decodificador más fuertes se vuelven los roles.

 

Interlocutor: ¿Cuál sería tu sugerencia para Juan Antonio para superar esas dificultades que él tiene en el plano físico?

 

Entidad: Voluntad, perseverancia, eficiencia, paciencia, templanza... Podría decir muchísimas virtudes. Esos roles se potencian cuando el ser encarnado está vulnerable porque el thetán de Juan Antonio, a lo largo de las distintas sesiones, ha erradicado infinidad de engramas. Sin embargo, su parte encarnada, querida Kar, sigue con su tesitura: con sus roles de víctima, con sus roles de inquisidor, con sus demandas, porque el ego es demandante, el ego es absolutamente demandante. ¿Y por qué es demandante, querida Kar?

 

Interlocutor: Porque necesita.

 

Entidad: Porque es dependiente. Porque cuando un ser es dependiente es demandante y el ego acostumbra a que el ser sea demandante y sea dependiente y que haga roles de víctima.

 

Interlocutor: ¿Cómo pueden los seres encarnados, poco a poco, ir practicando -porque me imagino que no ha de ser fácil- el desapego y el amor por los demás y el no sólo pensar en nosotros sino comenzar a pensar en los otros, empezar a hacer cosas por los demás?

 

Entidad: ¡Oh, querida Kar! Pregúntaselo a los espíritus de la Octava esfera, que sienten el dolor de millones y millones de seres dentro de ellos mismos. La única manera que tienen de escapar de la octava esfera es...

 

Interlocutor: Pensar en el otro.

 

Entidad: Pensar en el otro aunque sea por un segundo, por un segundo pensar en el otro.

 

Interlocutor: Te entiendo. Por eso creo que es una cuestión de que sabe a poco porque los cambios como esos, que son tan radicales, tan importantes en nuestra vida como seres no vienen de golpe, o sea, hay que empezar con pequeños actos de desprendimiento, pequeños actos de pensar en los demás.

 

Entidad: Querida Kar, yo, como espíritu, soy más pragmático que eso. Digamos que hay temas salvables y temas insalvables momentáneamente. Ten en cuenta que cuando un ser encarnado con engramas, por herencias engrámicas, arrastra problemas en su decodificador, eso lo hace muy vulnerable. Y el rol del ego, de alguna manera -tú dirás que es una paradoja lo que voy a decir- pero el rol del ego hace que la persona goce con ese rol de víctima.

 

Interlocutor: ¿Qué le sugieres para ayudar a controlar este tema?

 

Entidad: Profundizo más. Preguntaréis: ¿cómo se puede gozar con el dolor? ¿Cómo se puede gozar con el sufrir? ¿Cómo se puede gozar con la inconformidad? Y es justamente siendo demandante porque, aparte, los roles del ego tienen algo que es muy importante, dicho por el Maestro Johnakan Ur-El: producen acostumbramiento. El rol de ego se acostumbra a esa rutina, no sale de esa rutina, no le interesa salir de esa rutina porque le está dando rédito. Y también os preguntaréis: ¿cómo va a dar rédito el dolor? Porque, de alguna manera, se trata de manipular a todos los demás.

 

Interlocutor: Yo creo que se trata de una postura donde uno se encuentra cómodo, ¿no?

 

Entidad: Totalmente cómodo. Tú lo has dicho, querida Kar, totalmente cómodo. Y lo mismo que veo con el 10% del thetán, que es Juan Antonio, lo percibo con muchas entidades encarnadas que se sienten en posturas cómodas aunque en el fondo -y es una palabra que a algunos no le gustará- son infelices.

 

Interlocutor: Bueno, resulta que Juan Antonio es una persona que tiene mucho conocimiento, es una persona que tiene muchos valores y es una persona que necesita ponerse de pie para empezar a ayudar a los demás. Entonces, querido thetán, tenemos que poner, de alguna manera, énfasis y fuerza en ayudarlo a ponerse de pie. ¿Cómo podemos hacerlo? Yo, por mi parte, me comprometo, esta noche a hacer un viaje astral para hablar con su 90%, intercambiar conceptos...

 

Entidad: El thetán, en ese momento, te está percibiendo.

 

Interlocutor: ...y mandarle mucha Luz para ayudarlo a equilibrar en lo que él necesite y pueda transmitírselo a su 10%.

 

Entidad: También puedes viajar y hacer un paneo, un recorrido en su parte encarnada. Viaja hasta Tenerife, astralmente, haz un paneo y visita astralmente a Juan Antonio 10%.

 

Interlocutor: Lo voy a visitar y lo voy a envolver en Luz sanadora.

 

Entidad: Su thetán, querida Kar, te percibe; ha captado todos tus conceptos. Y es verdad que hay algo a favor: que Juan Antonio 10% encarnado tiene mucho conocimiento, tiene mucho caudal de conocimiento. Es hora de que deje de pensar en sí mismo como víctima porque, si no, nunca va a poder hacer servicio. Lo comparo como aquel que se quebró en una pierna, lo entablillaron, le pusieron un yeso, le sacaron el yeso hace un año y todavía sigue renqueando como si fuera cojo y no lo es porque se acostumbró a ser cojo, querida Kar, se acostumbró. Y ese rol de cojo ya no le es útil porque no le permite caminar, y él tiene que caminar hacia la Luz. Basta con los roles.

 

Interlocutor: Quiero comentar algo que tú ya lo debes de saber porque sé que estás cerca de mí pero quiero que lo pueda escuchar Juan Antonio. Tener dificultades, tener alguna carencia física o alguna dificultad física no nos impide demostrar nuestra grandeza. He conocido muchas personas que realmente han tenido problemas físicos pero mucho más graves y son personas admirables. Voy a hablar solamente de una. Conocí a un muchacho que estaba parapléjico y, sin embargo, me sorprendió a mí misma y sorprendió a todos los que estábamos en este lugar porque él era el mejor jinete que había en este lugar y en ese lugar había muchísimas personas que no tenían discapacidad, no tenían ninguna dificultad severa física y él era el mejor jinete, siendo parapléjico. Entonces, no importa que tengamos alguna carencia o de repente algún sentido no tan desarrollado porque si nosotros somos verdaderamente el ser maravilloso que llevamos dentro vamos a poder demostrarlo, vamos a poder superarlo y aunque algunos médicos digan "no, esta persona no puede hacer esto, no puede hacer aquello" en nosotros está el poder sorprender a los demás pensando que nosotros somos capaces y que, pese a nuestras dificultades, podemos mostrar nuestra grandeza.

 

Entidad: Dos cosas te voy a comentar, querida Kar. Primero que lo que tú me has contado de ese ser hermoso, parapléjico, que ha logrado montar a caballo es un ejemplo de vida y lo he conceptuado a través del decodificador de este receptáculo que me alberga, que también sabe del episodio. Pero también voy a comentar -y también lo conceptúo a través del decodificador de este receptáculo- que hubo varias personas al borde del suicidio, en el plano físico, y que, gracias a haber erradicado la totalidad o la parcialidad de sus engramas, hoy su vida es otra -y obviamente que no voy a dar nombres por privacidad- pero, como Ruanel, jamás mentiría porque descendería de plano, y estoy en un plano 5º. Entonces, si distintas personas al borde del suicidio, literalmente han revertido su vida física, ¿por qué no todos pueden hacerlo? ¡Claro que pueden hacerlo, querida Kar-El! Y de mi parte también le enviaré Luz al 10% encarnado Juan Antonio, pero el resto depende de él.

Me despido de ti, querida Kar. Le mando de mi parte toda la Luz a mi guiado, a Radael también, a Johnakan -cuyo 10% es este receptáculo que me alberga- y a tu thetán, Kar-El, entidad angélica. Así que hasta todo momento.

 

Interlocutor: Hasta todo momento, todo mi amor y Luz para ti. Y gracias por estar con nosotros.

 

Entidad: Y a ti.

 


 

Psicoauditación del 01/06/12

Médium: Jorge Raúl Olguín

 

El plano suprafísico donde está el thetán, puede cambiar dentro del período de vida de su 10% de acuerdo al comportamiento de este, y por ello, a veces, en una canalización donde su 10% desea hacer preguntas, el thetán da prioridad a sus necesidades que como entidad suprafísica puede tener.

Introducción en MP3 (746 KB)

Jorge Olguín: Como yo tengo línea directa con Johnakan, Johnakan manifiesta conceptualmente que el thetán de Juan Antonio tenía 70% clear, o sea, que las sesiones fueron dando un resultado parcial. El thetán está en un plano de superación pero no llega aún al plano maestro. Su parte encarnada, como el thetán lo dijo en distintas oportunidades afirmado por el maestro Ruanel en sesiones anteriores, que tenía problemas de su decodificador su parte encarnada Juan Antonio. A veces esos cambios de Juan Antonio reactivan, inconscientemente, engramas de otras vidas y es como el sistema de vasos comunicantes: Tú tienes un tubo doble en forma de "U" y pones agua por un lado: en los dos tubos va a subir el nivel del agua. Traducido significa que si se reactivan engramas por efectos del Ego del 10% encarnado el thetán baja el nivel de clear. No es que cuando uno llega a determinado nivel ese nivel ya no puede retroceder, ¡no es cierto!; incluso hasta puede bajar de plano.

Hace muchos años atrás, 11 años para ser exactos, hicimos una sesión con una joven que estaba en el plano 5.9 -a la altura del Maestro Jesús, a la altura Krishnamurti, a la altura de Johnakan y había sido pareja, nada más y nada menos, que de Hermes Trimegisto, el tres veces sabio-. Ella era la reina de los gatos; según la leyenda egipcia existió de verdad. Y por haber dejado a su hijo encerrado en su departamento -con la luz cortada y el gas cortado para que no haya ningún accidente- ella se iba con un señor judío que le inventó que era agente del Mossad, que era un agente secreto y el niño, si bien no corría ningún peligro, quedaba todo el día con un yogurt, comiendo un yogur, una leche cuajada y con la luz completamente apagada, sin televisión, sin computadora, sin nada. Y la hermana, cuando la vecina de al lado la llama, viaja desde Rosario (Santa Fe) hasta Buenos Aires y, mediante una orden legal, le saca la tenencia de la criatura, porque la hermana era abogada. A todo esto la hermana había venido con la madre, que la madre ya desencarnó.

Cuando nuevamente canalizamos al thetán de esta señora estaba en el plano 3 subnivel 3, o sea, que se puede bajar de nivel en vida. En este caso no estoy diciendo que el thetán de Juan Antonio baje de nivel sino que baja de claridad debido a roles del ego. Entonces, los intereses del thetán -y esto vale no solamente para Juan Antonio sino para todo aquel que escuche la grabación- a veces no son los mismos que los intereses de la parte encarnada.

Yo recibo muchas sesiones de preguntas y el 10% luego queda conforme cuando el thetán responde las preguntas. Ahora, si me preguntáis, ¿cuánto ha descargado el thetán? Diría nada o quizá haya descargado un poco porque los thetanes confirman que el hecho solamente de escuchar la vibración de la voz del receptáculo y hacer contacto a tierra ya con eso hay una especie de catarsis, pero es una catarsis mínima porque no descarga engramas; quizá descargue en la tensión nerviosa, el peso, pero no descargan engramas y entonces el thetán -que es la mayoría del espíritu porque es un 90% del espíritu- vela por su propio interés. Es como si un ser humano tuviera una gangrena en una pierna y los médicos están dudando si se la cortan o no la pierna y el dedo meñique de la mano izquierda tuviera una uña encarnada y supongamos que tuviera voz y voto y el dedo se le quejara al cuerpo "no, no, primero mi uña encarnada"; el cuerpo, el ser humano, la entidad biológica va a decir "me importa un rábano tu uña encarnada; yo quiero salvar mi pierna".

Si no se entiende esta explicación, más fácil no puedo decirla. Entonces el thetán va a velar por salvar la pierna con gangrena, que no se la corten, y deja para después la uña encarnada. Entonces lo que va a tocar en una sesión es lo que a él más le está preocupando, como emoción dolorosa de otras vidas o lo que fuera. Yo no mando sobre el thetán porque el thetán tiene libre albedrio; a lo sumo si yo lo presiono un poco más de lo normal, se va, se desconecta y entonces nos quedamos sin sesión. Eso quiero dejar aclarado.

 

 

Psicoauditación del 01/06/12

Médium: Jorge Raúl Olguín

Entidad que se presentó a dialogar: Vilmar, thetán de J.A.

 

A veces es difícil decidir rebelarse contra el mal o aceptarlo como para evitar males mayores. Vilmar justificó que una aldea fuera arrasada por las hordas de Borius porque entendía que los aldeanos eran mala gente y se lo merecían. Este razonamiento le causó muchos engramas.

.Sesión posterior.

 

Entidad: Hay algo muy doloroso que me surgió, un recuerdo que no tenía borrado. Puesto que nosotros, como entidades espirituales, no tenemos la pérdida de memoria que tenéis vosotros que estáis encarnados y que dependéis de un decodificador, en nuestro caso tenemos la memoria intacta, sucede que, a veces -esto lo digo de una manera no literal sino metafórica, como si tuviéramos un baúl de recuerdos- algunos recuerdos - quizá por protección conceptual- los guardamos debajo de todo ese baúl pero, a veces, por asociaciones de discusiones familiares en esta vida que quizá no tengan que ver con aquella vida, surgen esos recuerdos. Y me pasó una cosa muy dolorosa que deseo vivenciar, que para mí es mucho más importante que cualquier pregunta del 10%.

Yo venía en mi cabalgadura y siempre solitario, siempre tratando de no mezclarme con la gente. En cada aldea que paraba, paraba nada más para beber una bebida espumante y luego seguía el viaje. Había aprendido el arte de la espada; me defendía muy bien pero era solitario. Una tarde me encuentro en el camino con siete u ocho individuos y se me erizó la piel detrás de la nuca. No parecían forajidos pero yo estaba precavido. Me invitaron a desmontar, me convidaron con comida. No me aflojé porque uno no sabe si ellos piensan que uno en las alforjas de la cabalgadura guarda metales cobreados, plateados o dorados -que son los caros- pero no, no, eran gente de confianza. No eran santos, como diríais vosotros en Sol III, pero tampoco eran esos forajidos que abusan, no, no. Eran buscavidas, diríais vosotros. Llegamos a ser siete hombre cabalgando y, por el camino, como si fuéramos un pequeño ejército, fuimos reclutando, reuniendo gente, pero no para buscar pleito. Recuerdo que llegamos a un poblado y en el poblado se asustaron porque vieron a una tropa de veinte individuos, todos fuertemente armados, algunos con espadas curvas, similares a vuestras cimitarras otros con arco y flechas pero no hacíamos problemas, bebíamos en la taberna una bebida espumante, contábamos un par de chistes, soltábamos un par de risotadas y nos íbamos.

Quizá yo era el más duro pero sensible. A veces en el camino practicábamos, sin lastimarnos, con la espada y ninguno de los veinte podía vencerme. No es que me haya erigido como jefe pero de alguna manera, implícitamente, era el líder.

Encuentro en el camino a una joven y a una niña, una joven que tendría 19 de vuestros años y una niña que tendría 13 de vuestros años. La niña de trece estaba semimuerta. La atendimos, y uno de los hombres que estaba con nosotros tenía conocimiento de hierbas, infusiones y la curó como pudo. Ambas habían sido violadas y golpeadas. La más grande, la de 19 de vuestros años de Sol III, se recuperó al amanecer siguiente y declaró que en ese poblado casi todos los habitantes abusaban, no solamente de sus mujeres sino de mujeres ajenas, que ya era la costumbre del poblado. Nuestro primer impulso fue atacar al poblado y pasarlos a todos por las armas pero razoné analíticamente, como dirías vosotros hoy.

Me di cuenta de que era una aldea bastante grande y había bastantes hombres y no tenía sentido que nosotros perdiéramos la batalla o que la ganáramos y que de veinte quedáramos tres o cuatro, o atacar de sorpresa de noche, no sé. Uno de nuestros hombres, y eso que eran bastante rudos y nunca demostraban en sus rostros piedad, tenía piedad por la más chiquita que de a poco se fue recuperando. Todos eran hombres curtidos, en el sentido de que en cada posada se iban al cuarto con una de las posaderas y le daban dos monedas de cobre, o sea, que todos sabían lo que era estar con una mujer, pero jamás habían abusado de su fortaleza.

Uno de ellos, que era explorador, fue por arriba de las montañas y recorrió otras aldeas. Tardó dos amaneceres en volver mientras nosotros cuidábamos a la joven y a la niña y comentó que las hordas de Borius, que era un hombre del norte, estaban asolando distintas aldeas y que con una tropa de 200 hombres venía para esa aldea.

-¿Qué hacemos?-me dijo uno- ¿La defendemos o no la defendemos?

-Esperad a ver qué pasa.

Dos amaneceres después llega la tropa de Borius y la niña más grande dice: "está mi padre, mi madre...".

Le ordené a uno de ellos que la amordace y que la ate para que no grite y nos quedamos pasivamente bajo las montañas, bajo mis órdenes. No participamos; fue una tremenda matanza. No quedó una sola persona viva en la aldea. ¿Por qué iba yo a tener piedad por la gente de la aldea? ¿Por qué iba a tener piedad por el padre y la madre de ambas niñas si ellos también eran permisivos y seguramente también participaban y las mujeres permitían que ultrajaran a las jóvenes? Obviamente me daba más pena la niña jovencita que la joven.

No sabes lo que fue para mí; me sentí impotente pero en varios aspectos. Luego me sentí con complejo de culpa porque yo conocía de nombre a Borius, que es un ser absolutamente sanguinario y que muchos lo querían ver muerto porque asola aldeas, mata, también viola jóvenes o las secuestra y se las lleva para su clan a las jóvenes de distintas aldeas. ¿Acaso vosotros, en Sol III, en la antigua Bretaña no hacéis lo mismo con la isla vecina o directamente raptaban mujeres de las Galias y se las llevaban para Bretaña? ¡Vamos! No hablemos ahora de virtudes. Pero saboreé, como si fuera un pastel, el triunfo de Borius sobre la aldea, como que me regocijé. Y me siento mal por eso, me siento mal por haberme regocijado de ese triunfo porque no deja de ser despiadado de mi parte pero es como cuando vosotros con un bisturí abrís un cuerpo y extirpáis un tumor. Un hombre antiguo que no entiende, como los del mundo que yo hablo, Umbro, si ven que alguien abre un cuerpo con un bisturí piensan que lo está matando, cuando en realidad lo que está haciendo es extirpar el tumor ¿Sabes que justifiqué a Borius? ¿Por qué a veces justifico el mal? Supongamos que en lugar de 20 nosotros hubiésemos sido 200, tampoco hubiera impedido que saqueara la aldea Borius, o sea, que por dos niñas ultrajadas, una de 19 y una de 13 de vuestros años de Sol III, gocé que saquearan la aldea y no intervenimos.

Muchos de mis camaradas no me comprendieron porque después de ese episodio es como que estaban hartos. Dos de ellos dijeron: bueno, nosotros vamos para la zona de los obscuros. Otros fueron para la zona de los turanios, otros para la zona de los orientales, otros para la zona ecuatorial.

Al amanecer siguiente quedé solo y las niñas dijeron:

-¿Qué hacemos?

-Si queréis venid conmigo.

-Quedaron hoyumans, cabalgaduras de repuesto en el poblado. Coged un par de cabalgaduras y venid conmigo. No me interesáis vosotras a nivel mujer, o sea, no temáis de mí que os haga algo. Tengo metales plateados y cobreados como para estar un tiempo sin ganar metales nuevos ni nada.

Y la suerte nos favoreció -o aquel que está más allá de las estrellas nos favoreció- porque la niña más joven ya recuperada tenía una bolsa de cuero -que sería una alforjita pequeña- y dentro tenía metales de oro que habían quedado en la caja escondidos y me los dejó, y los puse en la alforja de mi cabalgadura.

Y con la niña y la joven nos fuimos, los tres solos. Los hombres que estaban conmigo quizá se decepcionaron con mi actitud o no me entendieron mi punto de vista pero eso… ¡claro que me trajo engramas! Me trajo engramas de culpa, como que a veces justifico el mal, como que a veces yo mismo cometo errores y trato de justificarme. ¿Qué puedo hacer? ¿Reírme de las niñas? ¿Decir que por decisión de aquél que está más allá de las estrellas tenían que pasar por esa situación? ¿Os parece bien? Y todo eso queda en mi interior. Y de repente ver como toda una aldea se incendia y uno… ¡frotarse las manos y gozar con eso!

Le estoy dando muchísima taquicardia al receptáculo. Me retiro.

 


 

Psicoauditación del 27/06/12

Médium: Jorge Raúl Olguín

Entidad que se presentó a dialogar: Vilmar, thetán de J.A.

Viajaba con una joven y una niña sobrevivientes de un pueblo arrasado por las hordas de Borius. En Umbro había un templo donde los Obscuros conservaban el conocimiento mediante la escritura. La pequeña se quedó con los sacerdotes.
Siguieron camino y se fue encariñando con la joven, pero al llegar a otro poblado tuvo que sufrir ser dejado, abandonado a cambio de un guerrero. Al día siguiente, Borius y los suyos arrasaron el pueblo. No pudo intervenir.

Sesión en MP3 (3.405 KB)

Entidad: Todos pensáis que una vida es sencilla. Pensáis tal vez que las cosas suceden por karma, como diríais vosotros. Pensáis que hay cosas que son azar, elección, voluntad de aquel que está más allá de las estrellas y daría la impresión que -me incluyo- justificáramos cada acto propio o ajeno. Somos protagonistas, somos roles pero en el plano físico es que, aparte de ser protagonistas, queremos asumir el rol principal por ego, y asumir el rol principal por ego significa que los roles que los demás hagan, si no cumplen con nuestras expectativas, nos defraudan, no porque hayan hecho algo negativo sino porque quizá no hayan hecho lo que nosotros queríamos que hiciesen.

Pero hay casos en que sucede al revés, donde respetamos el albedrío del otro, donde aconsejamos, donde orientamos y al otro no le importa. Y te puede defraudar un amigo, la familia, el entorno, el prójimo.

"¿Quién es el prójimo?", dijo aquel gran Maestro vuestro.

 ¿Sabéis que no sé quién es mi prójimo? Porque en Umbro, ¿quién levanta al caído? ¿Quién? Cada uno ve por sí mismo, ve por la suya.

Yo iba siempre vigilante por el camino entre las montañas con la espada al alcance de mi mano. Al lado mío dos cabalgaduras, con una joven de un lado y una niña pequeña del otro.

Ya habíamos parado en un poblado a comer. En la posada nadie nos prestó atención, nadie. Pagué con un par de monedas de cobre para no llamar la atención y seguimos viaje.

Le dije a la joven:

-Finalmente no me has dicho tu nombre real. ¿Cuál es tu nombre?

-Lisa -me respondió ella-, pero tú no me has dicho tu nombre.

-Vilmar, me llamo Vilmar -le dije-, ¿y la niña?

La joven Lisa me dijo:

-La niña se llama Gaila.

Gaila hablaba muy poco. Había quedado mal -vosotros diríais psicológicamente- por la brutal violación sufrida en su propia aldea, aldea que había sido arrasada luego por Borius. Lisa era una joven que ya estaba próxima a cumplir veinte de vuestros años, llamativa, pero yo había hecho una promesa de no mirarla como mujer. Ella también había sido violada salvajemente y si bien se había repuesto más bien que la pequeña Gaila, como decís vosotros, la procesión va por dentro. Pero Lisa no era tonta; a veces se adelantaba con su hoyuman, miraba hacia atrás y veía mis ojos clavados en ella, en su cuerpo.

Pasamos por una zona cercana a la región de los obscuros. Había una estructura, algo similar a lo que en la tierra sería un templo, y había sacerdotes. En la puerta había un guardián y nos preguntó de dónde veníamos. Intimidaba su figura, a pesar de que estaba desarmado. Le dije que la joven y la niña las había rescatado de una aldea arrasada por las hordas de Borius y que yo era un viajero.

-Pues pareces un guerrero -me dijo el sacerdote-, ¿cómo te llamas?

Le dije:

-Me llamo Vilmar.

-Yo soy Vinis y soy de la Orden de la Estrella.

Nunca había escuchado hablar de la Orden de la Estrella. Dejamos las cabalgaduras atadas y entramos al templo. Había gente que estaba arrodillada. Le pregunte en voz baja al sacerdote.

Dice: -Oran.

-¿A quién?

-A aquel que está más allá de las estrellas. Le piden cosas.

Nunca había escuchado algo tan absurdo, pero me callé de comentarlo.

Inquirí: -Y aquel que está más allá de las estrellas, ¿concede sus deseos?

-A veces sí, a veces no.

-¿Y por qué a veces no?

-Porque habrá gente que no se lo merecerá -me respondió-.

Me hinqué de rodillas, mentalicé estar contactado con aquel que está más allá de las estrellas. Le preguntaba cuál era mi misión, pero no escuchaba ninguna respuesta.

Cuando terminó la ceremonia, me levanté y le dije al sacerdote:

-No me respondió.

-Es que aquel que está más allá de las estrellas, Vilmar, no responde; lo tienes que sentir dentro de ti ese aliento de respuesta.

No le entendí. Escuché un griterío y salí. Había niños y niñas.

Le pregunté al sacerdote:

-¿Y estos niños?

-Son huérfanos; los traemos de distintas aldeas. Aquí tenemos una escuela; les enseñamos lectura.

-¿Cómo lectura? ¿Qué es lectura?

El sacerdote me miró y me dice:

-Todo lo que tú hablas puede ser transformado a signos, a símbolos. Eso se llama escritura y se guarda. Y tú lo puedes leer, lo puedes interpretar.

-Pero eso no lo vi ni siquiera en la zona ecuatorial.

-Bueno, nuestro templo lo practica desde hace cientos de amaneceres y espero que algún día todo Umbro sepa leer y escribir. ¿Y esta niña?

-Se llama Gaila.

-No intento imponerte nada pero me parece como que es demasiado pequeña como para que ande cabalgando con vosotros.

La niña le habló al oído a Lisa y Lisa me dijo: -Quiere quedarse.

El sacerdote sonrió y dijo:

-Ve, juega con los demás niños. Aquí no imponemos nada. Damos amor, comida y una cama caliente.

Cogí una pequeña bolsa que tenia entre mis ropas y le di un puñado de metales dorados.

-Esto es demasiado; no acepto tanto.

-No es para Gaila solamente, es para todos.

-Pero nosotros, aparte, somos una comunidad de sacerdotes que trabajamos, cosechamos.

-Bueno, tened los metales para comprar algo en un poblado, ropa, abrigo o lo que fuese, o muebles.

Me estrechó en un abrazo y nos marchamos con la joven Lisa. Dejamos la pequeña cabalgadura de Gaila.

Pasaron tres, cuatro, cinco amaneceres. Íbamos al noreste para esquivar la zona de los turanios. En pocos amaneceres nos habíamos hecho más que amigos. Una noche la joven Lisa durmiendo al costado del camino me busca y me besa y yo siento una ternura tremenda y le acaricio el cabello y ella me besa más intensamente y la freno.

Le digo:

-No, no es tiempo aún. Siento como que te necesito muchísimo pero no es tiempo aún.

La vi como decepcionada, la vi como contrariada. Seguramente, quizá mis impulsos de deseo eran superiores a los de ella pero mi mente interpretaba como que hubiera sido un abuso. Al amanecer siguiente cabalgamos, ya no insistió más sobre el tema y así pasó uno de vuestros meses.

Llegamos a un poblado extraño. Había muchos hombres armados. Nos sentamos en una mesa en la posada y pedimos dos bebidas espumantes y un guisado.

Lisa estaba distinta, les sonreía a los guerreros. Uno de ellos, joven, corpulento, de cabello claro le hizo un gesto con el rostro, ella sonrió más y el hombre se acercó a nuestra mesa, respetuoso, no agresivo.

-Disculpad, ¿os importa que converse con la joven?

-No -negué-. Conversad.

Pensé que se iba a sentar con nosotros pero cogió a la joven de la mano y la llevó a otra mesa aparte. Sentí como un dolor en el estómago. ¿Celos? ¿Celos, por qué?, si entre nosotros no había pasado nada. ¡Si mis sentimientos yo los ocultaba!

Estuvieron bastante tiempo charlando. Luego de estar sentado frente a ella, se sentó al lado y discretamente la recorría con sus manos, tocándola, jugando con sus manos.

Miraba a Lisa y pensé que iba a rechazar que el guerrero fuera tan cargoso pero reía aún más. Más daño me provocaba a mí. Le habló al oído y señaló arriba, me señaló a mí y Lisa negó diciendo no. El guerrero se encogió de hombros, le tiró un par de monedas al posadero y subieron por la escalera al piso alto.

Me imaginaba la escena mentalmente, el guerrero rubio con la joven Lisa.

Bajaron casi al anochecer y ella me dijo:

-Me quedaré con Kinio. -Kinio se llamaba el guerrero-. Tú puedes irte, Vilmar. Te agradezco lo que has hecho por mí pero ya está, has cumplido.

No le respondí. Dejé un par de monedas al posadero por lo consumido.

Marché a la calle y Lisa me siguió:

-¿No dices nada?

-¿Qué quieres que diga? Pensé que éramos más que amigos, pensé que podía haber algo entre nosotros y de repente te vas con el primero que se te cruza. Acuérdate de dónde te rescaté.

-¿Y qué? ¿Me hechas en cara eso? ¿Me lo vas a reprochar siempre? ¿Tengo que ser tu esclava, estarte agradecida?

-Espera -la corté-, yo no he dicho eso, he dicho que... no sé, pensé que estarías mentalmente temerosa del contacto con otro hombre por lo que te había pasado. Por eso en el camino aquella noche no quise buscarte.

-O será que me rechazaste porque no te intereso o porque no podía.

-¿Pero cómo dices eso, Lisa? Te respeté.

-¿Y tú sabes si yo quería que me respetes?

Mi mente era un torbellino, la víctima no era tan víctima. Monté mi hoyuman y dejé el de ella. Le dejé la bolsa con las monedas doradas:

-Guárdalas entre tus ropas y no confíes en ese guerrero.

-¿Tú que sabes? Él me ha dado en poco tiempo más que tú en varios amaneceres.

O sea que, para ella, el haber tenido el encuentro fogoso era más que toda mi preocupación, que todo mi anhelo, que mi sentimiento. Valoraba más al guerrero alcoholizado que... Esas son las cosas que no entendía.

No me alejé del poblado. Estaba convencido de que esas hordas eran una avanzada de los guerreros del norte. Y a lo lejos vi, al amanecer siguiente, que al pueblo se acercaba nada más ni nada menos que Borius, el que había asolado aquella otra aldea que vivía Lisa. La vi a Lisa corriendo por la calle con la ropa desgarrada, la bolsa se la habían despojado. Otro guerrero la jaló de los cabellos y la poseyó. No era el mismo que la había poseído antes. Ella grita, lloraba, imploraba. Los guerreros alcoholizados con bebida espumante estaban matando gente en el poblado. ¿Os creéis que sentí piedad? No, no; no debo ser un ser de Luz porque no sentí ninguna piedad por Lisa, ninguna. Entiendo que se lo buscó. Tampoco diré que me regocijé, como sí lo hice en la aldea aquella donde eran todos unos indeseables, no, pero monté mi cabalgadura y me fui alejando.

Nunca supe si la mataron, si quedó viva, si la hicieron esclava, si la llevaron con ellos... No me interesó, de verdad no me interesó. Sólo estaba contento en una cosa: que la niña Gaila había quedado en un pequeño valle escondido, con esos sacerdotes, y allí crecería feliz en esa comunidad que sabía leer y escribir, algo que yo no entendía. Digamos que con algo que parecía pequeño como rescatar a la niña Gaila de su propia aldea y haberla dejado en manos de esos amorosos sacerdotes, mi vida estaba hecha ya. Y de Lisa, ¿qué puedo decir? Nada porque aunque hubiera querido intervenir me hubieran matado en segundos. Y aquellos que juzgáis, que os apresuráis a juzgar si lo que he hecho está bien o está mal, o por qué esos sentimientos, o por qué esa impiedad cuando vi que la ultrajaban a Lisa y ni mosquié, ¡callaos!, ¡callaos antes de juzgar! ¿Os creéis mejores que yo?, habría que ver vuestras vidas primero. Cada uno mire su propia vida primero, porque es muy fácil levantar el dedo y señalar, es muy fácil. Todo el mundo critica, todo el mundo señala, todo el mundo marca defectos. Son pocos los que miran su imagen y buscan sus propios defectos porque su ego se los oculta, su ego le exalta las supuestas virtudes que no son más que nuevos roles del ego, nuevos roles del ego, más roles del ego.

Hasta todo momento.

 


 

Psicoauditación del 27/07/12

Médium: Jorge Raúl Olguín
Interlocutor: Karina

Entidad que se presentó a dialogar: Tethán de J.A.

Relató que se siente diferente al resto, por lo que se encierra en sí mismo. Explicó que su parte encarnada tiene un problema de decodificador y siente rencor y frustración porque no se le ayudó a superarlo en su momento. Karina le propuso al thetán retroceder en el tiempo hasta su niñez para enviarle Luz Verde Sanadora a su 10% del pasado, con la intención de mejorar el presente. Al finalizar el thetán dijo que se sentía renovado.

Introducción en MP3 (3.561 KB)

Interlocutor: Bienvenido...

Entidad: Gracias por darme la oportunidad de estar aquí con vosotros. Mi inquietud es saber para qué encarno en cada vida si luego, por una razón u otra, es como que a mi carro siempre se le termina rompiendo un eje y vuelco. Entiendo que la vida física es un vuelco, entiendo que la vida física es más fracaso que triunfo, y mi inquietud es saber por qué.

Interlocutor: Bueno, esa es tu percepción en este momento porque obviamente que no te sientes a gusto y es como que ves todo negro pero la vida también es equilibrio, es la búsqueda de ese equilibrio, es la búsqueda de la luz, es la búsqueda de poder plasmar lo que somos. Y vamos a trabajar qué cosas tenemos que modificar en nosotros, quizá, simplemente, en nuestra manera de ver o evaluar las cosas. Tenemos herramientas, tenemos fortalezas y tenemos que aprender a utilizarlas, a aplicarlas. Coméntame si últimamente hay algo que te tenga preocupado o que te angustie.

Entidad: ¿Últimamente? Creo que nunca me consideré normal, pero no lo digo en el sentido despectivo hacia mi propio ser.

Interlocutor: Dime, ¿qué es normal para ti?

Entidad: Salir, tener amistades, una relación afectiva, el poder conversar con otras personas, tener un grupo de pertenencia, estar estable económicamente, no tener que depender de terceros, no sentirme un parásito, una persona inútil...

Interlocutor: ¿Por qué te sientes de esa forma?

Entidad: Porque todo eso que nombré no lo tengo, carezco de ese grupo de pertenencia y me refugio detrás de un ordenador...

Interlocutor: ¿Y qué estás haciendo para conseguirlo?

Entidad: Quizá me sienta cómodo detrás de un ordenador, y que esa pantalla y esas imágenes sean mi mundo irreal, y dentro de ese mundo irreal me refugio.

Interlocutor: Entonces, el anhelo por todas estas cosas que me comentas no es tan grande.

Entidad: Sí, por supuesto que es grande. Digamos que a veces se dice que un prisma refracta la luz; yo siento como que la vida refracta mi pensamiento. Por un lado me refugio detrás de esa pantalla del ordenador y me siento a gusto, como que es mi intimidad, es mi secreto, como que nadie se debe meter, y lo guardo para mí. Tengo mis anhelos, mis descargas, mi refugio, todo, y está bien. Pero luego cuando esa pantalla colma mis anhelos -no sé cómo decirlo más claro- es como que quedo vacío, como que...

Interlocutor: ¿Cómo que no tienes nada?

Entidad: Como que me engañé, como que en realidad soy yo el que hago todos los roles. La pantalla es una excusa, del otro lado de la pantalla hay imágenes, fotos, vídeos y yo me siento el protagonista, un rol dentro de otro rol, pero soy yo todo, y cuando ese deseo de protagonizar se acaba, en frío, me doy cuenta que fue todo una farsa, como que no es real, y me enojo, me enojo conmigo, me enojo con las circunstancias.

Interlocutor: ¿Has intentado salir de esa situación? ¿Has ido, en algún momento, en búsqueda de concretar tus sueños desde la realidad, desde el interactuar con los demás?

Entidad: Bueno, me interesa mucho todo lo que es el arte oriental pero quizá me engaño porque no llena parte de mi vida. También me gustaría tener una relación y poder salir...

Interlocutor: Sabes que si no sales, si te escondes dentro de ti y no sales a buscarla va a ser muy difícil. De todas maneras siempre es importante tratar de estar bien uno para luego, en el caso de que uno desee tener en algún momento una pareja estable, una pareja duradera. Cuando uno está bien con uno mismo, que ha tenido un proceso de crecimiento, que hay una tolerancia hacia la frustración y pese a la frustración tengo la avidez de continuar, de superarme, de crecer, de probarme, sabiendo que no necesariamente tengo que ser igual a los demás, a lo que tú llamas normal. Todos los seres somos diferentes; lo que nos gusta a unos quizá no les guste a otros.

Entidad: ¿Pero qué sucede cuando te engañan o te dejas engañar? De repente, yo sé que tengo engramas y a mí me han enseñado que recorriendo las circunstancias que provocaron esas situaciones dolorosas o un dolor, ese recorrido borra el engrama. A mí no me parece que sea tan así, a mí no me parece tan sencillo. Entonces, eso de que yo esté "clear", o sea, libre de engramas, cuando tú pasas por una emoción que te ha golpeado mucho...

Interlocutor: No es fácil olvidarla.

Entidad: Claro.

Interlocutor: Y es que no se trata de olvidarla.

Entidad: ¿Sino?

Interlocutor: Se trata de llegar a poder verla sin que te produzca dolor.

Entidad: ¿Cómo lo hago? Porque ese es el tema, es el verdadero "quid" de la cuestión. Cómo una emoción dolorosa queda en recuerdo neutro si varias veces he repasado circunstancias y el dolor ha seguido. Entonces, ese Maestro Ruanel se ha equivocado en su postura, no es coger una goma y borrar lo que has escrito con lápiz y ya está.

Interlocutor: Sin que entremos en detalles, dime sobre el dolor que más te moleste, que más te duela, recuérdalo en este momento y simplemente dime si este dolor fue causado por ti, por algo que tú hayas hecho como consecuencia de eso o por un tercer rol.

Entidad: A ver, siento que tengo rencor porque soy un adulto y sé que tengo algunos problemas en mi decodificador y entiendo que hay cosas que en lugar de mejorar se fueron agravando. No tiene que ver con engramas, no tiene que ver con roles de ego, tiene que ver con un paquete neuronal dentro de mi cabeza que no tiene las conexiones adecuadas.

Interlocutor: Cuando tú, hace un rato, me has hablado sobre cómo hago para superar eso que me duele, ese dolor, ¿te referías a algo que...?

Entidad: Me refería a que si retrocedemos en el tiempo, a mi niñez, a parte de mi adolescencia, cuando los cosmólogos ven que el universo se está expandiendo aceleradamente, cual si tuvieran una filmadora y la retrocedieran, calcularon la edad del universo haciendo que todo retroceda, mentalmente. ¿Hasta ahí me sigues?

Interlocutor: Sí, todavía no encuentro que tiene que ver con lo que te he preguntado.

Entidad: Si yo tengo determinado problema y retrocedo al pasado, hasta mi niñez, los mayores que me rodeaban, ¿por qué me ignoraron? ¿Por qué no pusieron manos a la obra? ¿Por qué no pusieron manos a la masa?

Interlocutor: ¿Qué crees tú que ignoraron? Crees que...

Entidad: Que tenía algún problema y que no lo solucionaron a tiempo. Porque entiendo -creo, es más, estoy convencido- que un rol de ego o un engrama se puede revertir. Aun una emoción dolorosa se puede revertir, un abandono se puede revertir porque al fin y al cabo no es problema de uno, es problema del otro. Eso es algo aprendido, lo sé de memoria.

Interlocutor: Sí, así es.

Entidad: Tengo mucho más conocimiento incluso que Maestros del 5º nivel.

Interlocutor: Ahora yo te voy a hacer un planteo, porque creo que sé adónde apuntas. ¿Tú a veces sientes que no eres, entre comillas, normal?

Entidad: No.

Interlocutor: De alguna manera, ¿estás sobreevaluando la capacidad de la gente que te rodea y estás menospreciándote a ti?

Entidad: No, no del todo. Pienso que hay normalidades que son mediocridades, pienso que hay gente que anda por la calle y que es absolutamente mediocre. Pero también anhelo otro tipo de gente, esa gente que se ríe...

Interlocutor: Escúchame un segundo. Voy a retomar el tema de que en tú niñez te sentiste ignorado.

Entidad: Sí.

Interlocutor: Yo, reciente, dije que menospreciarte y sobreevaluar la gente de tu entorno cuando tú dices que los demás son normales y tú no te consideras así, estoy apuntando a que aun no te has dado cuenta de que muchas veces, cuando esa gente que tú consideras normal no percibe es indiferente. Es indiferente porque no se dan cuenta de las sutilezas, de las cosas que deberían percibir y, a su vez, los adultos, cuando tienen niños, les resulta muy difícil poder aceptar que tienen problemas.

Entidad: Primero y principal, yo no los sobrevalúo. Segundo, creo que, al contrario, creo que carecen de perspicacia, carecen de sutileza y lo veo como una excusa lo que tú me dices, eso de que les cueste aceptar que pueda haber un joven distinto, y entonces es como que disimulan...

Interlocutor: No, no disimulan.

Entidad: Barren la basura bajo de la alfombra y se hacen los distraídos. ¿A eso te refieres?

Interlocutor: No digo que se hagan los distraídos, lo que digo es que a veces es difícil darse cuenta, a veces hay negaciones inconscientes...

Entidad: ¡Ah! Pero se dan cuenta, se dan cuenta pero...

Interlocutor: No lo digieren. A veces no se dan cuenta o les cuesta aceptarlo.

Entidad: ¿Y yo tengo que pagar contra todos?

Interlocutor: No, tú no tienes que pagar nada; tú tienes que hacerte cargo de tus actos, no de los actos de los demás.

Entidad: ¡Ah! Pero muchas cosas de las que carezco es por carencia de los demás, o sea, que no es que haya heredado carencias. Mis carencias son por culpa de las carencias de los demás y yo los tengo que disculpar o comprender. Y a mí, ¿quién me comprende? No sé si se entiende.

Interlocutor: Todos los seres encarnados, en alguna medida, "sufrimos" consecuencias de actos de la gente que nos rodea en mayor o en menor medida.

Entidad: No me es un consuelo a mí. En este momento me siento ciento por ciento "clear", o sea, no me creo con engramas. Mis dolores de sentimiento, de frustración, no son por engramas. Porque, de repente, un joven que saca las mejores notas y porque el rector de la universidad tiene un sobrino que es un vago lo pone a él como ejemplo mientras que el otro tiene las mejores notas. La frustración del otro no va a ser por engrama, va a ser por injusticia. Entonces, a veces mis frustraciones son por injusticia.

Interlocutor: ¿Por injusticia o por impotencia?

Entidad: Ambas, injusticia de saber que podían haber hecho algo y no lo hicieron. Impotencia de ver que yo mismo, a veces, no puedo hacer cosas porque a veces siento que mi cabeza se perturba...

Interlocutor: Aunque no tengamos nuestro decodificador perturbado siempre podemos tener impotencias. Impotencia es, de repente, tener temor y paralizarnos frente a actuar de determinada manera. Esa es una forma de impotencia. Lo interesante es que puedas comprender que todos tenemos limitaciones, que la normalidad es entre comillas.

Entidad: Mira, me retrotraigo...

Interlocutor: Escúchame, por favor. Si puedes comprender que tú tienes limitaciones y puedes comprender que pese a esas limitaciones tú puedes seguir adelante, por otro lado comprender que todas las personas, todos los seres encarnados tenemos limitaciones...

Entidad: Claro, pero es distinto el tipo de limitaciones.

Interlocutor: Obviamente que hay distintos tipos de limitaciones.

Entidad: Como te decía, me retrotraigo a parte de mi niñez y de repente visualizo mi timidez, de repente veo a una niña que me gusta y después hasta me doy cuenta, hoy, que era más precoz en cuanto a inteligencia y en cuanto a avidez por el género opuesto que otros niños de mi edad. O sea, que tenía, y la sigo teniendo, una inteligencia mayor y una madurez, madurez por lo menos en eso, madurez en que te guste una niña. Y hoy, a años de distancia, veo que hay chavales chiquititos...

Interlocutor: ¿Podrías definirme, para ti, qué es la inteligencia?

Entidad: Bueno, el poder percibir cosas que otros no.

Interlocutor: Eso sería percepción. La inteligencia es la capacidad de poder resolver situaciones, problemas. Entonces, no importa que quizá no seamos super inteligentes. Lo importante sería nuestra capacidad, poder aplicarla, poder llevarla al terreno de la realidad aceptando que tenemos nuestras limitaciones pero que, pese a ellas, tenemos la voluntad. La voluntad es lo que nos hace diferentes al resto.

Entidad: Pero inconscientemente nadie quiere aceptar sus limitaciones, nadie, inconscientemente nadie. Nadie quiere aceptar que está limitado en algo. Quizás es por ego, no por engrama porque verdaderamente en este momento no me siento condicionado; mi condicionamiento viene por mi decodificador. Ahora, tú dices aceptar mis limitaciones...

Interlocutor: ¿Vamos a hacer un ejercicio?

Entidad: Sí.

Interlocutor: Muy breve pero me gustaría que lo profundicemos en una próxima sesión.

Entidad: A ver.

Interlocutor: Quiero que te relajes.

Entidad: Me relajo.

Interlocutor: Quiero que dejes tu concepto en blanco, no pienses en nada. ¿Estás relajado?

Entidad: Sí.

Interlocutor: Deja el peso del dolor, deja el peso de las preocupaciones...

Entidad: Estoy en blanco.

Interlocutor: ...de las limitaciones. Nada pesa en este momento, déjalo todo. Estás como flotando, sin ningún peso, sin ningún lastre. Tú eres el dueño de tu ser, de tu realidad. Quiero que en ese estado comiences a visualizar una Luz que te rodea. ¿Puedes visualizarla?

Entidad: Veo una luz verde.

Interlocutor: Permite que te rodee.

Entidad: Escucho sonidos muy sutiles, agudos pero agradables, muy agradables.

Interlocutor: Permítete envolverte en esa Luz. La Luz verde tiene la capacidad de ayudar a curar. Envuelto en esa Luz vamos a regresar en el tiempo, vamos a retroceder lentamente hasta ese momento que te resulta aún doloroso.

Entidad: Sí, estoy ahí.

Interlocutor: En ese momento, ese rol que tú eras, ¿cuántos años tenías?

Entidad: Siete.

Interlocutor: Visualízate en ese rol, comunícate, dile que le amas y envuélvelo en esa Luz, transmítele esa Luz y dile que es maravilloso.

Entidad: Lo hago.

Interlocutor: Y que es aún más capaz de lo que realmente cree.

Entidad: Se siente con armonía, extraño, casi contento.

Interlocutor: Dile, conceptualmente, que no está solo, como tú, thetán, tampoco estás solo.

Entidad: Lo percibo contenido, distinto, mejor, calmo.

Interlocutor: ¿Cómo te hace sentir a ti poder transmitirle a tu...?

Entidad: Me lo transmite a lo largo de los años como si fuera una paradoja temporal, como si ese niño se sintiera mejor y en esa cadena temporal me hace sentir mejor a mí. No siento dolor, me siento capaz, dentro de mis limitaciones pero capaz.

Interlocutor: Vamos a regresar lentamente hacia el presente.

Entidad: Sí, estoy.

Interlocutor: Y vamos a concentrarnos en el rol que eres en esta encarnación y en este momento.

Entidad: Ya está. Me veo capaz.

Interlocutor: ¿Puedes transmitirle la Luz y el color que te rodean?

Entidad: Sí, veo la voluntad de dominar los cambios de carácter siendo racional y entendiendo que la frustración no existe, que todo depende de uno. Es como que esa línea temporal me hubiera modificado a favor.

Interlocutor: ¿Te sientes mejor?

Entidad: Me siento mejor, calmo y muy relajado. Tan relajado que deseo dejarme flotar, y con ello me despido de ti.

Interlocutor: Espero que esa armonía que sientes en este momento la puedas seguir sintiendo, haciéndola crecer en ti y transmitiéndosela a tu parte encarnada. Pero recuerda que no estás solo, y recuerda que eres más capaz de lo que realmente crees y eres tú quien puede modificar tu propia realidad.

Entidad: Lo sé.

Interlocutor: Hasta todo momento.

Entidad: Gracias.

 


 

Psicoauditación del 28/02/13

Médium: Jorge Raúl Olguín
Interlocutor: Karina

Entidad que se presentó a dialogar: Tethán de J.A.

Emotivo final de una Psicoaudiregresión que culmina un extenso debate entre la entidad y Karina acerca de si podemos o no realizar nuestros proyectos en el plano físico. La entidad queda renovada cuando por sí misma se visualiza en situaciones donde ha conseguido grandes logros para los demás.

Introducción en MP3 (3.129 KB)

Interlocutor: Bienvenido...

Entidad: Otra vez aquí. Otra vez intentando descargar emociones controvertidas, situaciones perversas, vidas donde supuestamente tuve que haber ganado experiencia. Los Maestros de Luz dicen que la experiencia de una vida no sirve para la otra, como en una misma vida tú tienes experiencia con una amistad y para una nueva amistad no te sirve tampoco. Entonces es como que todo es vano porque de repente si tú tienes cien vidas, has sufrido cien traiciones, cien abandonos, cien frustraciones y los Maestros te dicen que tú ganas experiencias pero luego los mismos Maestros te dicen, contradiciéndose, que esas experiencias en una nueva vida donde empiezas de cero no te sirven de nada. Entonces, ¿para qué encarnas? ¿Para qué vives? ¿Para qué aprendes si en una misma vida de repente tienes cien situaciones y de repente hay una situación nueva y no sabes cómo encararla, no sabes cómo enfrentarla porque es distinta a las otras?

Pero eso también pasa en las relaciones afectivas porque de repente conoces a una persona y esa persona es distinta a todas las demás y no sabes cómo actuar, porque es empezar de cero. Es como el ordenador al que tú formateas y le tienes que cargar nueva información al disco duro porque el decodificador es un disco duro. Ese disco duro, cuando tú naces, cuando tú encarnas, tienes cero información y con nueva crianza, con nuevas historias estás cargándole al disco duro de información.

Interlocutor: Juan Antonio, todas las experiencias que nosotros tenemos en esta vida o en otras nos son útiles.

Entidad: Sí.

Interlocutor: La utilidad de ese aprendizaje se la tenemos que dar nosotros. Nosotros tenemos que aprender...

Entidad: ¿Quiénes son nosotros?

Interlocutor: Nosotros, cada uno de nosotros, los que estamos, en este caso, encarnados.

Entidad: O sea, mi 10%.

Interlocutor: Sí. Digo encarnados porque el plano físico es el plano de la acción, ¿sí?

Entidad: Sí.

Interlocutor: Nosotros debemos buscar cuál es el momento y cuál es el lugar para aplicar cada uno de esos aprendizajes. Nada es en vano.

Entidad: ¿Segura? Porque presta atención: Tú estás en un trampolín, como espíritu, y tú te vas a lanzar al vacío a la encarnación, a una pileta de natación que está a miles de metros hacia abajo -eso lo digo de manera figurada porque un plano suprafísico no es arriba pero es de alguna manera en sentido figurado como los humanos lo piensan-. Entonces tú no tienes media hora para meditar "Me tiro de frente, me tiro de cabeza, me tiro de espaldas, me tiro de pie" porque atrás tuyo tienes miles de espíritus haciendo fila y te dicen "Oye tío, ¿te decides o no te decides?".

Entonces tú para elegir la región, para elegir la familia, para elegir el lugar, para elegir la situación, para elegir el tiempo tienes millonésimas de segundos. Entonces no es tan como lo pintan los Maestros de Luz. Entonces tú te zambulles, te tiras, encarnas y de repente heredas, genéticamente, una situación donde quizá tu cuerpo o tu decodificador no es tan claro como tú lo esperabas y quizá esa misión de aprendizaje o la proyección que tú deseas hacer no te responde. Es como si tú quisieras encarnar en un velocista para ganar una medalla olímpica y de repente a los 6 años tu cuerpo tiene poliomielitis y no puedes ni siquiera caminar. Y con el decodificador pasa lo mismo: tú de repente encarnas para ser un gran sabio y tu decodificador no responde; echas por la borda todo lo que habías proyectado.

Interlocutor: ¿Puedo comentarte algo?

Entidad: Sí.

Interlocutor: Entiendo lo que me dices de cuando uno va a encarnar porque de hecho conserva los recuerdos de esos momentos. Por otro lado es una prueba el encarnar sin poder recordar...

Entidad: Bendita seas que lo recuerdas.

Interlocutor: ...sin poder recordar todo lo que habíamos aprendido. ¿Y sabes por qué?

Entidad: ¿Por qué?

Interlocutor: Porque lo que estamos poniendo a prueba es la práctica de ese aprendizaje, lo que nos ha quedado de ese aprendizaje. Nosotros antes de encarnar nos sentimos seguros...

Entidad: ¡Ah! ¿Sí?

Interlocutor: ...y muchas veces no tenemos temor de tener que pasar esas pruebas porque pensamos que realmente vamos a salir airosos.

Entidad: Claro. ¿Y después? ¿Y después cuando el que tiene que correr de repente nació con un pie más pequeño que el otro o de repente tiene una cadera con una malformación y tiene que competir y no puede?

Interlocutor: Nuestras metas no son para todos iguales, para comenzar, ¿sí? Cada uno tiene una meta antes de encarnar que es independiente de la meta que uno, como ser encarnado, pueda proponerse. La meta de antes de encarnar es una meta más grande, más amplia...

Entidad: Siempre.

Interlocutor: ...como que lleva mayores aspiraciones. Nosotros, desde el mundo físico, nos vamos poniendo metas que en un principio y las más básicas están relacionadas con metas desde lo físico, ¿sí? Lo que necesito y quiero conseguir, lo que quiero estudiar, "lo que quiero".

Entidad: No, soy más directo: lo que nos tocó en la repartija. De alguna manera es como que Eón reparte y a mí, en la repartija, me tocaron 3 duros.

Interlocutor: Estás siendo injusto. ¿Sabes por qué?

Entidad: ¿Por qué?

Interlocutor: Porque tú eliges, tú tienes la posibilidad de elegir y si tú eliges una prueba estás asumiendo una responsabilidad y, bueno, si realmente no fueras capaz de superarla no habrías encarnado. Entonces, yo creo que si tienes que pasar por esto es porque tienes que triunfar.

Entidad: Pero yo como espíritu no sabía, o sea, todos hablan de Stephen Hawking, el parapléjico inglés, que dicen que él encarnó así porque de otra manera no hubiera podido ser el gran sabio que es a nivel astrofísico. No es mi caso porque de repente en una millonésima de segundo yo tengo que elegir tal cosa y genéticamente heredo tal cosa que yo ignoraba como entidad espiritual y aquí estoy, con los 3 duros queriendo montar una fábrica y con los 3 duros no me alcanza para una onza de pan.

Interlocutor: No te alcanza porque aparte de los 3 duros vas a tener que poner otras cosas más importantes.

Entidad: Que, por ejemplo, ¿son?

Interlocutor: Tú. Si no te entregas por completo, 3 duros no te van a alcanzar ni para hoy ni para mañana ni nunca. Tú dudas de ti mismo, tú dudas de que no puedas hacer algo y si estás aquí es porque puedes hacerlo.

Entidad: ¿Cómo encaro mi vida? Si a veces siento...

Interlocutor: Con coraje y no con lamentaciones.

Entidad: ¡Buffff! Mi 10% se jacta de conocer muchas cosas e incluso ha leído más que el común denominador. ¿Hasta ahí me sigues? Sin embargo, le cuesta llevarlo a la práctica. Conoce por ejemplo: artes marciales, yoga, psicología… Conoce más que el común denominador, como dije reciente.

Interlocutor: ¿Y por qué no lo puedes poner en práctica? ¿Qué te lo impide? ¿No confías en ti mismo?

Entidad: Es como aquel actor de teatro que conoce la obra de cabo a rabo y se abre el telón y ve el público y se pone mudo porque se apabulla porque no puede expresarlo, quizá porque piensa que la gente no lo va a aprobar, no va a sentir la aprobación, va a sentir como que ¡Uh, uh!

Interlocutor: Tú mismo te condicionas. Te propongo que hagamos un ejercicio, si tú aceptas.

Entidad: Está bien, sí.

Interlocutor: Has llegado a esta sesión con mucha carga, con mucha impotencia, con mucha frustración...

Entidad: Más que otras veces, sí. Descreo de muchas cosas…

Interlocutor: ... y te he dejado que puedas expresarte bastante como poder descargar todo esto que sentías pero necesitamos que estés relajado y que te sientas más tranquilo para poder hacer el ejercicio; si no, no va a ser posible.

Entidad: ¿Puedo hacer un chiste? ¿Me permites hacer un chiste?

Interlocutor: Dime.

Entidad: A un thetán en el plano suprafísico no le puedes dar un calmante. Jejeje.

Interlocutor: No, pero le podemos dar un poquito de Luz.

Entidad: ¿Cómo dice Johnakan? ¿Luz azul? Jejeje. Discúlpame, me calmo.

Interlocutor: Bueno, ¿te sientes más tranquilo después de haber charlado, después de haber comentado todo esto que te pasaba?

Entidad: Sí, de verdad.

Interlocutor: Bien. Lo que vamos a buscar es que estés en calma. Obviamente al ser thetán no tienes sistema nervioso, ni músculos, no hay nada físico que descargar, amén de que tu 10% pueda sentirse un poco relajado pero como efecto secundario, no necesariamente.

Entidad: Sí.

Interlocutor: Me tomo un minuto de silencio, un segundo de silencio. Descríbeme cómo es el lugar donde te encuentras, ¿qué colores ves?

Entidad: Percibo a nivel suprafísico un tono marrón ahora trasmutado en un verde sanador y con tonos azules calmantes pero predomina el verde por sobre todo y siento una pequeña música conceptual como si fuera una música celta de vuestro mundo. A nivel suprafísico eso.

Interlocutor: Ahora por un instante mira en el interior de tu 10% encarnado. ¿Qué luz ves? ¿Qué color es? ¿Puedes reconocerla?

Entidad: Dos colores: azul que le calma, de alguna manera, el dolor de pecho, que también se lo transmite a este receptáculo y un color verde.

Interlocutor: Bien, ¿te sientes más tranquilo que cuando comenzamos?

Entidad: Mucho más tranquilo.

Interlocutor: Vamos a buscar, adentrarnos en este color verde que tú ves. Vamos adentrarnos más y más y vemos cómo se va tornando más claro, más claro, más claro. Finalmente vamos a buscar en nuestra memoria el primer recuerdo que no fue de frustración. Voy a tratar de recordar en qué momento sentí que podía enfrentar las adversidades y lo hice.

Entidad: Estoy en un jardín, hay un pequeño estanque con unos peces preciosos. Estoy todo vestido de blanco con sandalias marrones. Tengo cabello oscuro, abundante cabello muy bien peinado, muy lustroso. Enfrente de mí hay dos niñas jóvenes, rubias, riéndose, comiendo frutos y yo dialogo con ellas. Nos reímos inocentemente. Calculo que estoy por los 20 años, ellas tienen algo menos.

Interlocutor: Descríbeme dónde era este lugar y en qué época.

Entidad: Una época indefinida. Hay un cielo celeste clarito, arboleda, pájaros que trinan. Alguien a lo lejos está tocando un instrumento de cuerdas. Se escucha como una melodía muy hermosa y de repente a lo lejos aparecen seres nefastos. Son muy peludos con unos pequeños cuernos, parecidos a los sátiros de la mitología, y gruñen. En un momento frunzo el entrecejo y me pongo mal pero veo que a mi lado tengo una especie de instrumento de cuerdas y en ese momento mi mente me dicta que toque las cuerdas y hago sonar el instrumento con arpegios delicados y a esos seres peludos que venían a atacarnos esa música les molesta y se alejan y me siento satisfecho porque los he alejado sin atacarlos porque esa melodía de amor, de luz, de paz, ese arpegio delicado los ha alejado. Y entonces me di cuenta de que he vencido al mal con la Luz de la música. Ese jardín, ese edén que de alguna manera venían a perturbarlo no lo he permitido y de repente se acercan más jóvenes con instrumentos más grandes, que son los que yo escuchaba a lo lejos, unos instrumentos altos muy parecidos a un arpa y ya somos como doce o catorce personas, todos jóvenes, varones y niñas, que empezamos a tocar la melodía y las aguas se agitan. Hay peces que saltan y esos seres malévolos se alejaron.

Interlocutor: Bien.

Entidad: Y no hemos combatido la violencia con violencia sino con amor, con luz, con música. Y me doy cuenta de que la música es un instrumento de amor.

Interlocutor: Vamos a dejar ese recuerdo, vamos alejándonos. Nos alejamos pero lo visualizamos como una luz allí en nuestros recuerdos y continuamos nuestro viaje en busca de otro recuerdo en otra vida, en busca de más luz, en busca de un momento donde tú has podido vencer las adversidades, donde te animaste, donde eras tú. ¿Puedes comentarme dónde estás?

Entidad: Estoy en un mundo extraño. Mi nombre es Antón. Hubo una plaga, ha muerto mucha gente. Yo era ayudante en un laboratorio y ayudé a mi jefe. Experimentamos una vacuna y la repartimos por todo ese mundo y, a pesar de que hubo muchas víctimas de esa plaga, logramos detenerla y salvamos a esa humanidad. Estamos hablando de más 3 mil millones de personas a las que hemos dado una nueva oportunidad de vivir, de procrear, de crecer, de multiplicarse en amor.

Interlocutor: Muy bien. ¿Dime cómo te sentías tú en ese momento?

Entidad: Contento. Y pensé tanto en los demás que he cogido la enfermedad y he desencarnado a mis 33 años pero feliz de haber logrado salvado tantas vidas y me veo como espíritu y visualizo en mi mente conceptual una luz brillante como si fuera una estrella de cuatro puntas.

Interlocutor: ¿De qué color?

Entidad: Blanca, blanca, que se incrusta en mi mente conceptual y me da una tremenda energía, paz, consolidación de amor y me siento importante pero importante desde el amor, no desde el ego, importante desde el amor. Y pude.

Interlocutor: Bien. Ahora desde ese lugar donde tú estás, desde ese lugar que tú recuerdas no dejes de tener conceptualmente esa imagen, esa luz y esa sensación en ti. Mantenla en ti y lentamente regresa al presente y visualiza a tu 10%.

Entidad: Sí, lo visualizo.

Interlocutor: Visualízalo con esa Luz, con esa sensación. Visualízalo internamente como una luz que se enciende, que se torna cada vez más clara. Proyecta esa sensación de amor, de satisfacción, de sentir que has podido modificar cosas y dile conceptualmente a tu 10% que puede realizar lo que se proponga.

Entidad: Yo sé que la emoción es ego y que la emoción a veces tiene que ser equilibrada pero me siento muy emocionado y orgulloso de lo que ha hecho mi parte encarnada en otras vidas: ha salvado un mundo y en otra vida ha salvado un paraíso, un edén.

Interlocutor: Dile que lo amas y que ambos son uno y son lo mismo.

Entidad: Me siento muy emocionado.

Interlocutor: Son parte de esa Luz.

Entidad: Y siento gratitud por lo que has hecho en este momento, por haberme permitido visualizar esas vidas. No sabes cómo te lo agradezco. Te lo agradezco infinitamente. Gracias.

Interlocutor: A mí no, a ti, que has podido encontrarte a ti mismo.

Entidad: Me retiro con gratitud.

Interlocutor: Toda la Luz. Espero volvamos a encontrarnos y hasta todo momento.