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Psicoauditación - Serena

Grupo Elron
Sección Psicointegración y Psicoauditación - Índice de la sección - Explicación y guía de lectura de la sección

Si bien la Psicoauditación es la técnica más idónea para erradicar los engramas conceptuales del Thetán o Yo Superior de la persona, la mayoría de las veces se psicoaudita a thetanes que habitan en planos del Error y sus palabras pueden no ser amigables y/o oportunas para ser tomadas como Mensajes de orientación, algo que sí se da cuando se canaliza a Espíritus de Luz o Espíritus Maestros.
El hecho de publicar estas Psicoauditaciones (con autorización expresa de los consultantes) es simplemente para que todos puedan tener acceso a las mismas y constatar los condicionamientos que producen los implantes engrámicos.
Gracias a Dios, esos implantes son desactivados totalmente con dicha técnica.


Atte: prof. Jorge Olguín.

 

Psicoauditación del 12/10/12

Médium: Jorge Olguín.

Interlocutor: Karina.

Entidad que se presentó: Thetán de Serena.

Serena es una amorosa niña de 11 años. Su thetán relata una vida de hace 1800 años en Roma donde sufrió el desamparo por decisión propia a los 12 años cuando marchó de casa para evitar sufrimientos a su familia. Al finalizar la sesión siguió una charla sobre la astucia e inteligencia de los niños.

Sesión en video 38'

Sesión en mp3 (4.423 KB)

 

Interlocutor: Bienvenido... ¿Estás aquí?

 

Entidad: Sí.

 

Interlocutor: ¿Cómo te encuentras?

 

Entidad: ¿Va a haber preguntas?

 

Interlocutor: Hay algunas inquietudes para hacerte. Si tú quieres comentarnos algo, puedes hacerlo.

 

Entidad: ¿Por qué? ¿Va a haber preguntas?

 

Interlocutor: Tenemos algunas inquietudes; si quieres responderlas. Coméntame primero cómo te encuentras tú, qué sientes de estar aquí.

 

Entidad: Pero, ¿por qué me preguntas?

 

Interlocutor: Porque es un gusto tenerte aquí y tenemos deseos de saber de ti y, como thetán, qué piensas, de qué tienes ganas, si quieres repasar alguna vida pasada o algo que necesites descargar. Sólo queremos ayudarte.

 

Entidad: ¿De verdad?

 

Interlocutor: Si, de absoluta verdad.

 

Entidad: Muchas veces me han dicho eso.

 

Interlocutor: ¿Te lo he dicho yo?

 

Entidad: ¿Cuándo?

 

Interlocutor: Pregunto. ¿Te lo he dicho yo?

 

Entidad: No, pero me lo han dicho muchos.

 

Interlocutor: ¿Has tenido malas experiencias?

 

Entidad: Me he cansado de esperar la ayuda.

 

Interlocutor: Ahora es la oportunidad, quizá. ¿No te parece?

 

Entidad: Hmm...

 

Interlocutor: Coméntame: ¿te sientes a disgusto por algo de esta encarnación o de alguna encarnación anterior? ¿Qué es lo que te molesta? ¿Qué te disgusta?

 

Entidad: Si pienso por mi 10%, me molesta la gente.

 

Interlocutor: ¿Y a ti, como thetán?

 

Entidad: A mí, como thetán, estoy compenetrado en mi parte encernada y no me dedico más que a vivenciar lo que vivencia mi parte encarnada. No hago como otras entidades que, a su vez, pueden... bueno dicen que ayudan. Yo estoy compenetrado en lo que hace mi 10% porque quiero percibir a los seres encarnados cómo actúan, cómo se comportan, cómo...

 

Interlocutor: ¿Y cómo se comportan?

 

Entidad: Fingen.

 

Interlocutor: ¿Todos?

 

Entidad: Muchos.

 

Interlocutor: Y de esos muchos, ¿cuáles te molestan más?

 

Entidad: Todos los que fingen.

 

Interlocutor: ¿Hay algunos que te afecten más que otros?

 

Entidad: Mi 10% se da cuenta y a mi 10% no le gusta que le mientan. Le molesta los cambios de ánimo de los demás...

 

Interlocutor: A veces hay mentiras y a veces hay verdades que no se dicen, quizás. ¿Tú entiendes la diferencia? A veces uno no miente; a veces hay mentiras y a veces hay verdades que uno trata de ocultar pero muchas veces se hace para tratar de no lastimar al otro, aunque a veces terminan haciendo más daño.

 

Entidad: Verdades que no se dicen, verdades... ¿Cómo por ejemplo?

 

Interlocutor: Tú sabrás… Como thetán lo has de saber.

 

Entidad: No, pero...

 

Interlocutor: Tu 10% no, pero tú lo sabes.

 

Entidad: No, no, no. ¿Tú te refieres a que yo oculto verdades? Porque yo me refería a que las personas grandes...

 

Interlocutor: No, yo me refería a que a veces se te oculta a ti verdades pero se hace para o en realidad con la intención en que lo hacen es para que no sufra tu 10%, o eso es lo que pretenden, porque muchas veces lo que sucede es que...

 

Entidad: No, no saben nada.

 

Interlocutor: Que uno sufre quizás más por no terminar de comprender muchas cosas. ¿Tú cómo lo vives, cómo lo vivencias?

 

Entidad: No sé, no lo entiendo.

 

Interlocutor: ¿Prefieres saber la verdad aunque sea muy dolorosa?

 

Entidad: Sí, sí.

 

Interlocutor: O sea, te gusta que te sigan la verdad, no te gusta que te mientan aunque muchas veces esa mentira sea para protegerte. ¿Tú comprendes que se hace por eso?

 

Entidad: No, no protegen las mentiras pero...

 

Interlocutor: ¿Quisieras decirme cuál es tu nombre conceptual?

 

Entidad: Bara-El.

 

Interlocutor: ¿Tienes deseos de comentarnos cuál es el nombre de quién es en esta vida tu madre, Gabriela? ¿Su thetán cómo se llama, si consideras que corresponde?

 

Entidad: Sufa-El.

 

Interlocutor: ¿Podrías decirme en qué plano está ella y en qué plano estás tú?

 

Entidad: Yo estoy en el plano 6, subnivel 2.

 

Interlocutor: ¿Y Sufa-El?

 

Entidad: 3, subnivel 3.

 

Interlocutor: ¿Te contactas con ella?

 

Entidad: No, no.

 

Interlocutor: ¿No te lo permite? Tú puedes hacerlo.

 

Entidad: No tenemos afinidad.

 

Interlocutor: Bien. Mira, desde que nació tu 10% y luego nació tu hermanita, nos comenta quien es tu padre en esta encarnación que hay una situación dolorosa y hay una situación conflictiva en que, a veces, parece que disfrutaras inclusive de herir la susceptibilidad de tu hermana. ¿Tú cómo lo vivencias?

 

Entidad: No, no es así, no es así.

 

Interlocutor: ¿Cómo lo sientes tú?

 

Entidad: Como que a mi 10% lo quieren menos, como que le tienen menos paciencia, como que...

 

Interlocutor: ¿Tú tienes celos por tu hermana? O tu 10% tiene celos por su hermana y a veces se generan situaciones que puedan llegar a ser incómodas...

 

Entidad: No se trata de celos; se hace la víctima. No se trata de celos, se hace la víctima y entonces yo me quedo como aislado porque no me prestan atención. Entonces, mejor, porque me encierro en mi misma y me quedo pensando...

 

Interlocutor: De alguna manera, ¿piensas que se te obliga a ser la fuerte, al ser la más grande?

 

Entidad: Es un rol y listo.

 

Interlocutor: Pero consideras que no eres hostil.

 

Entidad: Yo no demando. Es mi hermana encarnada la que demanda. Yo no demando, yo no reclamo.

 

Interlocutor: ¿Crees que a veces eres, quizás, dura, por demás? ¿Crees que hay algún momento, en alguna vida anterior, en que ha surgido la necesidad de tener que ser más fuerte?

 

Entidad: Los grandes nunca se ponen de acuerdo, o sea, si reclamas es porque molestas, si eres dura es porque molestas, si te quedas es porque molestas, si te encierras es porque molestas. Hay un común denominador ahí.

 

Interlocutor: ¿Siempre has sido dura, siempre has sido fuerte en tus vidas anteriores? ¿O ha habido algún momento que ha surgido esa necesidad? 

 

Entidad: No sé si soy fuerte. Yo me defiendo, yo me defiendo. Yo encarné en una vida, hace casi 18 siglos, con la que ahora es mi hermana, si bien no somos thetanes que vibramos en el mismo timbre de sintonía. Siempre encarné años antes y siempre fui la protectora, pero...

 

Interlocutor: ¿Sientes que en esta vida la proteges o eres más hostil por momentos o algunas actitudes hostiles?

 

Entidad: No. Le quiero indicar algo y no me hace caso. Entonces, yo soy la que hostiga pero no estoy hostigando; simplemente...

 

Interlocutor: ¿Falta de paciencia, quizás?

 

Entidad: No, porque muestro que hace una cosa mal y ya se queja. Entonces, hace de víctima y eso no. Entonces, yo soy la que está... Eso que dices, acto hostil y todo eso.

 

Interlocutor: Hostigando.

 

Entidad: Hostigando, bueno.

 

Interlocutor: O creen que estás hostigando.

 

Entidad: Yo no.

 

Interlocutor: ¿Te resulta difícil compartir tus cosas con ella?

 

Entidad: Si no me entiende, ¿qué voy a compartir? Si no me entiende, si no me entienden los grandes, menos me va a entender ella.

 

Interlocutor: ¿Qué te gustaría que entendieran?

 

Entidad: No me acuerdo ahora como 10% qué cosas le digo. ¿Lo preguntas como thetán? Te lo digo puntual, como thetán: de repente algo que deja desordenado y no me hace caso o que de repente me discute por algo; yo le discuto y me pescan a mí y entonces yo soy eso que dices, que hostigo y ella se hace la víctima.

 

Interlocutor: ¿Por qué crees que hay momentos donde a tu 10% se le caen las cosas de las manos? Estás distraída o hay algún engrama quizás que inconscientemente esté afectando a tu 10%.

 

Entidad: Encarnamos hace casi dos milenios en una región de Roma. Yo era 4 años más grande. Papá había muerto en una batalla y nos quedamos con mamá. Mamá tenía una pequeña tienda de telas y estaba muy indefensa. Uno quiere siempre hacer las cosas bien.

 

Interlocutor: Entiendo que siempre tratas de hacerlas.

 

Entidad: Hablo de esa vida; tú no sabes lo que pasó.

 

Interlocutor: Pero yo estoy aquí para escucharte. Dime qué pasó.

 

Entidad: No quería que Livia sufriera y me fui de casa. Yo me llamaba Arana y no sabes lo que he pasado...

 

Interlocutor: ¿Quieres comentármelo?

 

Entidad: Yo ya tenía 12 años. Si te describo lo que eran las calles en esa época… Era todo perverso, la pobreza de los alrededores, la gente. Yo ahí sí tuve que ser dura. Buscaba ganar unas monedas haciendo mandados en distintos comercios, llevando paquetes. Nadie confiaba en una niña pero en un par de lados lo pude hacer, lo que hoy sería la recomendación. Aparte, en esa época, a mi edad ya te miraban muy lascivamente y te tenías que cuidar de todo.

 

Interlocutor: ¿Quién cuidaba de ti?

 

Entidad: Yo.

 

Interlocutor: ¿Esta fue la vida que comenzaste a tener que ser fuerte?

 

Entidad: Si. Me escondía en las afueras de la ciudad. Había como una casa derruida, construida como de barro cocido. Comía una vez al día y a veces en algunas casas me daban algo. Estuve cuatro años así, cuatro años. Pude juntar dinero. Extrañaba a Livia y a mi madre.

 

Interlocutor: ¿Te arrepientes de haberte ido?

 

Entidad: No, porque llevaba dinero y, cuando llego, en la tienda había una señora grande, muy, muy grande y le pregunto por mi madre y por Livia. Dijo que no las conocía. Había un señor hablando con uno de los soldados y deja de hablar con él, se acerca y me pregunta a mí a quién buscaba y me mira como si fuera un espectro. Me dice: -Tú eres la hermana de Livia.

Y asiento; con mi rostro digo que sí. Habla con el soldado y el soldado me mira. El soldado me toma de la mano y me lleva con él. No entendía nada y veo que habla con un hombre de barba muy blanca pero muy bien vestido y veía que tenía sandalias adornadas. El hombre era alguien importante, muy, muy importante.

 

Interlocutor: ¿Dónde estaba tu hermana?

 

Entidad: Ese señor me ve y me dice: -Pero mírate cómo estás.

Yo vivía con desconfianza de haberme criado prácticamente en la calle. Hace un gesto con la mano y vienen dos chicas medianamente jóvenes y me conducen a una habitación inmensa con columnas y me dicen: -Desvístete.

Retrocedí porque vivía protegiéndome de todo pero vi que eran dos jóvenes mujeres, no había nadie más. Y me dicen: -Desvístete. Te daremos un baño y te cambiaremos de ropa.

En mi corta vida en esa encarnación nunca había visto una especie de estanque con... El agua estaba perfumada y tibia, agradable. Me pasaron una especie de pasta perfumada que me sacaba la suciedad. Me cortaron las uñas, me lavaron el cabello, me lo perfumaron y me vistieron con unas ropas de seda y una sandalias que eran cómodas para mis pies, que la mayoría del tiempo andaba descalza. La joven dice: -Espera aquí.

Y habla con una señora grande y le dice: -Ya está preparada para ver a Vidana.

¡Pero Vidana era mi madre! ¿Qué hacía aquí? Paso a otro salón totalmente iluminado. Yo miraba los faroles, las velas como que potenciaban la luz en esos faroles. Mi madre estaba más joven y mi hermana...  

 

Interlocutor: ¿Qué pasó con tu hermana?

 

Entidad: No estaba mi bolsa con monedas. Me enteré de que estaba con una persona del senado y comían manjares. Todo lo que yo recogí en cuatro años era menos de lo que había en esa mesa con manjares. Estaba de pareja con un señor muy poderoso.

Me sentí indignada porque, ¿qué hice de mi vida? Pero yo no podía saber el futuro y, si me quedaba, yo quería ayudarlas y la tienda no prosperaba. Me enteré que en menos de un mes, veinte días después que yo me marché, conoció a esa persona e inmediatamente la llevó a vivir a un palacio.

No me dejé abrazar.

Le pregunté a mi madre: -¿Por qué no me buscaste?

Me dijo: -Pensé que te habían matado.

-¿Por qué no preguntaste, por qué no has averiguado?

A mi hermana: -¿Tú también pensabas eso?

Nadie me buscó. ¿Tenéis soldados a disposición y nadie me buscó? Estuve muerta cuatro años, durmiendo con un ojo abierto, que no hubiera ningún vagabundo que me violara. He visto cosas, he visto soldados que bebían y vomitaban en las calles, he visto esclavos muertos...

 

Interlocutor: Has sufrido mucho y...

 

Entidad: Pero, ¿para qué?

 

Interlocutor: Como dices tú, no podemos adivinar lo que va a suceder, solo tener la calma al saber que en ese momento hiciste lo que considerabas lo que era mejor y pensaste en los demás. O sea, cuando tú te fuiste a probar fortuna no pensaste solo en ti, pensaste en ayudar a tu familia.

 

Entidad: ¡No me importa!

 

Interlocutor: Hiciste lo que creíste que era mejor.

 

Entidad: Conocí a Octavio cuando cumplí 18 años. Octavio era de muy buena posición pero muy humilde y desconfié de él como de todos. Cuando se enteró de mi historia se puso muy mal y llegó a discutir con el que era pareja de mi madre y le dijo que era una vergüenza que no me hayan buscado, que directamente me hayan dado por muerta. No sé el poder que tendría la familia de Octavio pero era muy joven, veintidós años...

 

Interlocutor: Entiendo que fueron hostiles contigo.

 

Entidad: El hombre no se atrevió a contestarle.

 

Interlocutor: ¿Ese ha sido el instante donde surge, digamos, tu necesidad de tener que ser dura? A partir de ese engrama de esa vida...

 

Entidad: No sabía cómo comportarme, no sabía qué elementos usar, me enseñaron a comer...

 

Interlocutor: ¿Tus encarnaciones anteriores habían sido más tranquilas? ¿Ahí es donde surge la necesidad de ser dura, de ser fuerte?

 

Entidad: Cogía una pata y... Ellos no se manchaban. No sé como hacían para comer porque cogían trozos de comida y me enseñaban. De repente cogía una copa con un líquido y se me caía. No sabía cómo comportarme. A veces no comía y luego en mi habitación me desesperaba y comía...

 

Interlocutor: ¿Ese es el motivo porque, inconscientemente, a tu 10% muchas veces se le caen las cosas?

 

Entidad: Quería comer sola; no quería que me vieran.

 

Interlocutor: A tu 10% se le caen muchas veces las cosas de las manos. ¿Es por este engrama? ¿Es, de alguna manera, que se repite?

 

Entidad: Si. Me casé y no las quise ver. Le dije a Octavio que fuéramos. Aprendí a ser una dama. Era más delicada que cualquiera; podía tratar con las mejores personas. Encontré un joven que me respetaba, que me miraba cómo era yo, conocía mi verdadera forma de ser.

Sentí que me habían traicionado pero en realidad no. Yo sentí que sí.

¡Mi madre y mi hermana me habían traicionado!

 

Interlocutor: Te habían olvidado, de alguna manera.

 

Entidad: ¡Yo no olvido a quién quiero!

 

Interlocutor: Entiendo y comprendo tu dolor.

 

Entidad: No.

 

Interlocutor: Quisiera hacerte una consulta.

 

Entidad: Otra más.

 

Interlocutor: Si quizás pueda ayudarte el poder hablarlo. Tu 10%, hace unas semanas, se retiró del aula durante una charla de sexualidad; no se sentía a gusto con este tema y se retiró. ¿Quisieras comentarme por qué, si es justamente por esta vida, por un rechazo de situaciones que habías vivido en la calle en esta encarnación?

 

Entidad: Sí, sí, pero en la vida actual tú ves varones, tienes oídos y escuchas, escuchas hablar a algunos varones y son muy tontos en la forma de hablar. Y no quiero escuchar nada, no me gusta.

 

Interlocutor: ¿Hay algo más? Te noto con mucha nostalgia, mucha tristeza, mucho dolor. ¿Hay algo más que quieras comentarme?

 

Entidad: No me gusta que no me entiendan, no me gusta que no me crean. Entonces, que no me digan nada. Si hay cosas que yo no cuento porque no me creen encima me pueden acusar. Entonces...

 

Interlocutor: Tengo un mensaje para darte y que seguramente te va a gustar y que es verdad. Es un mensaje positivo y cierto: tu padre en esta encarnación quiere decirte que has sido un regalo de Dios, que te ama con todo su corazón. Ese es el mensaje que tengo para ti.

 

Entidad: Yo también y...

 

Interlocutor: ¿Quieres darle un mensaje a él?

 

Entidad: Mi familia era Octavio y su papá, Máximo. Máximo me quiso como a una hija. Es él, mi actual papá. Máximo era mi suegro. Me cuidó como si fuera una hija, lo que no hizo mi madre. Claro que yo lo amé en esa vida. ¡Era mi padre!

 

Interlocutor: Es emocionante lo que estás comentando y muy emotivo. ¿Hay algo que quieras decirme?

 

Entidad: No, me quiero ir.

 

Interlocutor: Me imagino que estás muy sorprendida.

 

Entidad: Estoy bien, estoy bien.

 

Interlocutor: ¿Te sientes más desahogada?

 

Entidad: Estoy bien.

 

Interlocutor: Bueno, quiero que te serenes. Te quiero agradecer porque has accedido a venir aquí.

 

Entidad: Me sereno: soy Serena.

 

Interlocutor: Muy oportuno. Eres Serena, pero quédate en calma...

 

Entidad: Ya está, ya está. Me voy.

 

Interlocutor: Quiero que recibas mi Luz, toda la Luz, que te dejes guiar por esa Luz y estamos en contacto. Hasta todo momento.

 

 

Comentarios posteriores a la sesión:

 

Jorge: Me ha dejado la vista...

 

Karina: Le ha costado comenzar a hablar.

 

Luis: Le ha costado mucho.

 

Karina: Entonces, cuando comenzó a hablar, intentaba introducir las preguntas dentro de ese diálogo porque no quería cortarla por lo que le costó.

 

Jorge: No sé si le costó o estaba rebelde.

 

Karina: De alguna manera fue respondiendo todas las preguntas, quizás no textualmente, como enumeradas, así como tú las has puesto, pero las he intentado meter dentro del...

 

Jorge: Me dio la impresión, viéndolo objetivamente, como que le molestaba que le preguntaras.

 

Karina: Sí, sí le molestaba; le costó comenzar.

 

Luis: Sí.

 

Jorge: Y le molestaban, incluso, los mensajes de Luz; como que le cansaba, como que no...

 

Luis: A Serena le molesta que le pregunten cualquier cosa, cómo le fue en el colegio...

 

Jorge: Eso testimonia la sesión.

 

Karina: Se cansa porque es desconfiada, porque ha sufrido mucho...

 

Luis: Yo, la pregunta que puse atrás, es porque no sabía si la carga era por los cuatro años que vivió sola y pasó algo o porque venía después. Por eso no entendía.

 

Karina: No, no, fue durante esos cuatro años. Seguramente que ha sufrido mucho, o sea, ha vivido situaciones que siente rechazo. Digamos en ese momento siente rechazo por la sexualidad porque...

 

Jorge: ¿Dónde va es una escuela mixta?

 

Luis: Sí, ella es muy inteligente y está dos años avanzada con todos los que la rodean y yo sé que ella está...

 

Jorge: Porque sentí como que los varones los considera que son tontos.

 

Luis: Es un problema.

 

Karina: Le molestarán las burlas, el sexo como una cuestión de objeto. Yo creo que su rechazo pasa por ahí. Eso no significa que el día de mañana, cuando sea madura, cuando sea una persona adulta, no pueda conocer... aceptarlo desde un amor maduro.

 

Jorge: Como receptáculo, entiendo que a medida que va creciendo en edad va dándose cuenta de las cosas y las va aceptando como son pero en este momento no.

 

Karina: Eso no significa que el día de mañana no pueda hacer una vida normal.

 

Jorge: No, no, para nada, para nada. Me ha impresionado ver las callejuelas romanas, la gente, la extrema pobreza, las inmundicias -que visualizaba como receptáculo- en las calles...

 

 

Charla sobre la astucia e inteligencia de los niños.

Charla en video 7'

Charla en mp3 (803 KB)

 

Jorge: ...nosotros estamos esclavos de las palabras, nosotros que somos presas del idioma e incluso el idioma es pobre porque tenemos que cuidarnos de cómo decimos las cosas, el tono, la forma, la expresión del rostro, que el otro no se ofenda, que el otro no se lo tome a mal, cómo se lo decimos, etc., y eso cansa horrores porque no podemos ser naturales. No estoy hablando por mí, estoy hablando en general.

 

Luis: No sabes lo que el otro iba a interpretar. Como hablábamos de su aforismo, cada uno tiene su interpretación particular, no sabes lo que va a pasar del otro lado.

 

Jorge: Pasa lo mismo con los e-mails, porque yo le escribo a una persona y puedo decirle: -No, mira esto no es así.

Pero como lo lee lo escrito se siente como censurado: -Profesor, maestro, ¡qué me dice!

Es distinto que yo se lo diga en el rostro, frente a frente: -No mira, hazlo así.

Entonces la persona directamente no la percibe, la ve; siente mi intención y ve que es una intención amistosa, a diferencia del e-mail frío. Pero no tenemos otra.

 

Luis: Uno cuando recibe un e-mail le pone la vocecita: -¡Lo está diciendo así! Así no, por favor, no se fijaron en el trasfondo de lo que dijo.

 

Jorge: Pero se quejan cuando escriben en imprenta mayúscula: -¡Imprenta mayúscula es porque estás gritando!

Y ya eso quedó como ley. Y viene uno, amistosamente, y ve un e-mail entre los consultantes: -Te mando un "emilito".

¡A mí háblame bien! ¡Dime un e-mail, a Emilio no lo conozco! Y se pelean por…

 

Luis: …como niñatos…

 

Jorge: …porque las películas están en latinoamericano o español de España dobladas. ¿Cómo pueden discutir por eso? Que dos niños de tres años discutan por quien tiene el chocolate más grande o yo quiero con crema… Está bien, pero adultos... Eón dijo más de una vez: -El planeta Sol III es un inmenso jardín de infantes. Salido de tres, de cuatro y de cinco y no han llegado a primer grado.

Entonces, un Maestro de Luz que ya está en facultad, ¿cómo va a tratar a un niño de jardín?

-Bueno, mira, quédate tranquilo; no te preocupes.

-¡Sí, pero tú!

-Sí, tienes razón, no importa.

Pero, cuando lo dices así, como en la vida real no es un niño de tres años sino que capaz es un hombre de treinta:

-¡Pero tú me estás tomando el pelo! ¡Tú te burlas de mí! Peor, porque entonces el ego se exacerba más. Entonces, ¿cómo lo tratas?

 

Luis: Yo cuando veo algunas cositas que hace Serena o Miranda -más que nada Serena- y piensa en su mentalidad de niña y la puede imponer a toda la sociedad o hacer todo con esa mentalidad de niña o hablar con su directora con esa... Y yo le digo: -Serena esto es la vida, no es Peter Pan; acá no son todos niños, hay adultos y hay que pensar como adultos.

Porque se piensa que en su mentalidad de chiquito algunas cosas las puede hacer como si fuera chiquito.

 

Jorge: De todas maneras tampoco concuerdo con ese director o esa directora. A mí me viene una niña de once años o de doce a expresarme algo y yo capaz que la trato como una adulta y le digo: -Quiero que me plantees el tema tal cual. Siéntate y plantéame el tema.

-¿Qué es lo que sucede?

-No, esto no se puede.

-¿Por qué?

-Por esto, por esto y por esto...

-Esto sí se puede. ¿Cómo lo quieres llevar a cabo? ¿De tal manera? Perfecto, vamos a hacerlo...

-No, esto que me dices es imposible porque...

Nunca digo "porque no", porque cuando yo era chico me decían "porque no". Entonces yo decía "¿por qué no, no?". Entonces, no; una explicación del por qué no. Entonces eso yo lo aplico.

 

Luis: Una explicación. Yo me canso de dar explicaciones. Y me dice: -No me des más explicaciones.

No hay nada mejor que abrir los ojos, el conocimiento y la sabiduría y trato de explicarle todo y a veces se resiste un poquito pero yo insisto. Voy con mi "martillito pic, pic".

 

Jorge: Si se resiste es porque sigue teniendo la herramienta de "esto no me lo explicaron".

Luis: Pero yo sé que ella lo absorbe.

 

Jorge: Una niña que lo absorbe pero no se da por enterada o no quiere que el adulto se dé por enterado de que ella se dio por enterada -valga el juego de palabras- tiene la herramienta para seguir fingiendo ser ignorante y seguir de alguna manera manipulando.

 

Luis: ¿Busca la posición débil aunque tiene la fortaleza del conocimiento?

 

Jorge: Totalmente, tiene la fortaleza del conocimiento pero esto no significa que lo sepa todo.

 

Luis: No.

 

Jorge: Pero sabe a su manera y a su nivel, pero sigue utilizando una posición ajena.

 

Luis: Yo no sé si esto es subconsciente, inconsciente o es parte de su inteligencia, el saber usar ese juego.

 

Jorge: Las dos cosas: tiene el inconsciente pero también utiliza la inteligencia porque la inteligencia también utiliza la astucia para manipular. Una vez dije -y ahora no me acuerdo con lo que dije porque seguramente lo dije cuando tenía 16 años-: "La astucia es el manto que cubre la falta de capacidad". Hoy no pienso así. Hoy pienso que la astucia absorbe de la inteligencia y la utiliza para su beneficio, ser astuto. Un estratega, un general estratega en una batalla utiliza astucia para hacer esa estrategia, para utilizar una táctica militar. O sea, que la astucia no es el manto que cubre la falta de capacidad. Yo eso lo escribí cuando tenía 16 años y hoy veo que estaba equivocado...