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La colonia perdida (Roanoke Island)
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MAPA QUE MUESTRA LA UBICACIÓN DE LA ISLA ROANOKE
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La historia conocida La torpe insistencia de pretender resolver el enigma de la desaparición de los peces de la pecera sin tener en cuenta al gato... Enlace a la página (editorialbitacora.com) LOS INDIOS OJIZARCOS Publicado por Grupo Editorial Bitácora on line sin nombre de autor
A principios del siglo XVIII, unos exploradores que remontaban el río Lumber, en Carolina del Norte (Estados Unidos), descubrieron, sorprendidos, unos indios de ojos grises que hablaban una lengua parecida al inglés. La tribu aseguraba que sus antepasados podían «hablar en un libro», expresión con que los exploradores entendieron que sabían leer. Los descendientes de este misterioso pueblo viven hoy en Robeson County, en las mismas tierras donde fueron descubiertos. Conocidos como indios Lumbees (ojizarcos para los españoles), tienen una tez que varía desde morena a muy blanca y, aun hoy, abundan entre ellos el pelo rubio y los ojos azules. Nadie conoce la verdadera historia de esta tribu, pero en el transcurso de los años se ha ido gestando una curiosa teoría dotada, al parecer, de gran coherencia. Se cree que pueden ser descendientes de los expedicionarios ingleses, desaparecidos sin dejar rastro en 1591, que Walter Raleigh enviara la isla Roanoke. El río Lumber está a unos 320 kilómetros de la isla. Isabel I de Inglaterra se la cedió a Raleigh que, a raíz de entonces, organizó dos intentos de colonización. El primero fue abandonado en 1586, debido a los repetidos ataques indios y a la escasez de provisiones. Mayor acierto tuvo la expedición de más de un centenar de colonos, entre hombres y mujeres, dirigida por el gobernador John White, que llegó a Roanoke en 1587. White decidió regresar a Inglaterra con un número mínimo de acompañantes en busca de auxilio y provisiones. Dejó estipulado que si en su ausencia el resto de los colonos se veían obligados a partir, deberían inscribir el nombre del sitio a donde se dirigían en un «lugar destacado». White no pudo volver a América hasta 1591, debido a la guerra entre España e Inglaterra. En Roanoke sólo halló los restos de una fortaleza, que había sido saqueada y abandonada; los colonos habían desaparecido sin dejar rastro. Sólo quedaba un indicio: la palabra CROATAN, tallada en un árbol. Los historiadores todavía discuten su significado. Unos suponen que era el nombre de una tribu india que atacó la colonia y mató a los colonos. Otros opinan, en cambio, que CROATAN pudo haber sido el nombre de una fértil península del continente, habitada por los pacíficos indios Hatteras. Si los colonos alcanzaron el continente y se fundieron con los Hatteras, sus descendientes podrían ser los actuales indios Lumbee. Pero el gobernador White supuso lo peor. Creyó que los expedicionarios habían muerto hasta el último hombre, y regresó con su tripulación a Inglaterra, persuadido de que era imposible la colonización de una tierra tan salvaje. Sin embargo, existen hoy pruebas suficientes para pensar que estaba equivocado. De los 95 apellidos de los colonos perdidos de Roanoke (nombres como Sampson, Costmore y Locklear), no menos de 41 pueden hallarse entre los Lumbees.
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LA LEYENDA DE LA COLONIA PERDIDA
La desaparición de los colonos de Roanoke Island. Estimado profesor: Charles Berlitz relata, en su libro Un mundo de fenómenos extraños , la misteriosa desaparición de una colonia británica -compuesta de cien hombres, mujeres y niños- que sir Walter Raleigh había fundado, en 1587, en una isla a la entrada de la sonda Albermarle, en la costa Este de Norteamérica. La primera criatura británica que nació en América se llamó Virginia Dare, y era nieta del gobernador John White. Sus padres, Elinor White y Ananías Dare, habían viajado al Nuevo Mundo con un grupo de colonos que desembarcaron en Roanoke Island, frente a la costa de Carolina del Norte, y Virginia nació poco después, el 18 de agosto del mismo año de la fundación del asentamiento. El nombre de la niña era el mismo de la colonia y el de la reina virgen Isabel I. Dejando a los colonos en Roanoke, John White retornó a Inglaterra el 28 de agosto de 1587, en busca de las provisiones que la población necesitaba urgentemente. Pero muy a su pesar, a White le tomó tres años volver. Cuándo el buque corsario inglés Hopewell se acercó a la isla el 17 de agosto de 1950, el capitán Abraham Cocke disparó un cañón para anunciar su llegada y la del gobernador. Vieron a la distancia una columna de humo y pensaron que de esta forma los colonos saludaban su llegada alborozados, pero cuando desembarcaron y tocaron Tierra, fueron recibidos por un silencio de muerte. Los colonos habían desaparecido sin dejar rastros. Según comprobaron después, el humo provenía de un incendio natural. ¿Dónde estaban los colonos? Como pistas, si es que eran pistas, sólo habían quedado dos señales similares. En un árbol, a la entrada de la cerca que rodeaba el asentamiento, estaba tallada la palabra Croatoan . En otro árbol del camino que conducía al amarradero estaban las letras Cro , quizás una abreviatura de la primera o la misma palabra inconclusa. Parecía, pues, que Croatoan , otra isla de Carolina del Norte, era el lugar donde se había reinstalado el grupo. Pero el capitán del barco, temiendo la falta de comida y el invierno que se avecinaba, decidió zarpar para las Indias Occidentales e invernar allí. Pero cuando el barco siguiente llegó a la isla Croatoan , tampoco encontró allí señales de los colonos, ni el más mínimo rastro de ellos. No había tumbas ni lápidas y, salvo por un relato ocasional de una criatura india con cabellos "amarillos" y ojos azules, ningún otro indicio fue encontrado. Nadie de los 117 hombres, mujeres y niños que legaron a la isla Roanoke en 1587 fue visto otra vez. En los libros de Historia el grupo aparece como "La colonia perdida". "A pesar de constituir tema de innumerables rumores y leyendas -concluye Berlitz- , el misterio no ha sido nunca explicado" . Si usted podría preguntarle a los Maestros de Luz sobre este enigma le estaré profundamente agradecido. Bernardo S. RESPUESTA Apreciado Bernardo: Hace mucho tiempo que había leído en una revista, cuyo nombre ahora no recuerdo, el caso que se ha dado en llamar "La colonia perdida". El asunto me intrigó sobremanera y fue una de las primeras cosas que pregunté cuando empecé los contactos telepáticos con los Maestros de Luz. Te transcribo seguidamente los diálogos de la sesión del 3/10/98, donde se trató este asunto:
Interlocutor: Maestro, hubo una colonia de más de 100 miembros, instalada en Estados Unidos en el siglo XVI, precisamente en Roanoke Island, que desapareció misteriosamente en su totalidad sin dejar ningún rastro. ¿Se trató de una abducción extraterrestre? Ruanel: Fueron a colonizar otro planeta. Interlocutor: ¿Pero quienes eran los que los vinieron a buscar? Ruanel: Extraterrestres de un planeta vecino. Interlocutor: ¿Se puede saber cuál es? Ruanel: Su nombre carece totalmente de importancia. Hay pocos sistemas estelares que tienen dos planetas habitados. Este sistema solar al que me refiero tiene dos planetas habitados. El mundo de estos seres es un mundo gélido, porque son seres como un poco transparentes. Es como que se ve su parte ósea. Son muy similares a los antheanos -ustedes ya tienen el dato de cómo son-, pero transparentes como gelatina. Interlocutor: ¿Pero de la misma consistencia blanda que la gelatina? Ruanel: No, son parecidos en cuanto a su transparencia, nada más. No son de gelatina, ya que su cuerpo, en sí, es relativamente consistente. Su morfología sirve para vivir en ese mundo gélido, que sería como 30 o 40 grados de temperatura media, y a este lugar se llevaron los extraterrestres a los colonos que tú dices para habitarlo. Interlocutor: ¿Hubo acuerdo entre los extraterrestres y los colonos? Ruanel: Sí, en este caso nada se hizo por la fuerza. Interlocutor: ¿Esta gente no dejó ninguna señal de lo que les había sucedido? Ruanel: No, no dejó nada. Interlocutor: ¿El planeta al que fueron llevados los colonos estaba deshabitado? Ruanel: Sí, estaba deshabitado, salvo por algunos animales pequeños que estos seres ni siquiera tocaron. Interlocutor: ¿Cómo viven en la actualidad? Ruanel: Viven de la pesca. Hay mares llenos de peces... Interlocutor: Obviamente, habrán muerto algunos colonos y habrán nacido otros... Ruanel: Sí, tal cual... Tienen una tecnología del siglo XVIII de ustedes, es decir, no han avanzado mucho en este terreno, no tienen motores de combustión, tienen pequeños vehículos a energía solar, que no contaminan la atmósfera. Interlocutor: ¿Tienen televisión o algo parecido? Ruanel: No, no tienen ese tipo de aparatos. Interlocutor: ¿Pero por lo menos han avanzado filosóficamente? Ruanel: No, no son grandes filósofos, directamente viven en comunidades, tienen su religión, han tenido conflictos, porque hubo razas que se han conflictuado hace 100 años atrás, en ese planeta, donde pensaban que había dioses que castigaban, pero después han vuelto a la normalidad. Interlocutor: Veo que en realidad no resulta interesante profundizar con este tema, por lo que lo concluyo aquí. Hasta aquí llegaron los diálogos y como verás, la solución del aparente misterio era muy sencilla: para resolver el enigma de las desaparición de los peces simplemente hay que tener en cuenta al gato. Bienvenido al Club. Un fuerte abrazo.
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