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Mini conferencia 1 Domingo 16 de Octubre en restaurante (pasada por Sarven)

Grupo Elron

 

(en cena informal con grupo de amigos de Barcelona, Jorge no olvida su papel de guía, en los pesares de las personas de su alrededor)

Jorge Olguín: ... propongan ustedes algo que les preocupe, algo que les... incomode. Digamos tú.

Interlocutor:... los espíritus del error pueden estar encarnados, entonces su Thetán no le hará muy bien, entonces ¿qué solución hay para esto?

Jorge Olguín: La mayoría de las personas que me consultan tienen sus thetanes en los planos 2 y 3,porque si bien yo digo que hay un 15 % de seres en la luz, cuando desencarnan sólo llegan un 1 %. O sea que hay un 1% de las personas en los planos 4 y 5, porque el otro 14% se dispersa.

¿Qué significa se dispersa? Dejan sus clases, dejan sus seminarios por indiferencia, algo similar a lo que he dicho en la conferencia. Les invade una total indiferencia o los agobia la vida. ¿Qué significa que los agobia la vida? No voy a hacer esto, no tengo tiempo, tengo que criar a los niños, tengo que trabajar, me duele la cabeza... hay mil motivos o mil excusas para que la persona no siga el camino.

Pero quiero decir algo muy importante, seguir el camino no significa enrolarse a algo, tener un profesor, asociarse a determinada religión o lo que fuera, se puede ser espiritualista autónomo, sin estar en ningún instituto, en ningún club, sin estar en ningún lado. Simplemente practicándolo, llevándolo a cabo. Sucede que mucha gente simplemente se deja estar, porque piensan que el servicio es algo grandioso y es hacer cosas tremendistas, relacionan el servicio con lo económico, con donar grandes sumas de dinero, entonces con ese criterio nadie sería útil a nadie, porque la mayoría de nosotros estamos exentos de eso porqueno somos ricos. El servicio pasa por algo más sencillo, más simple, es una actitud de vida. Es el poder entender al otro, entendiéndonos primero a nosotros mismos. Que tenemos la capacidad de decidir por nosotros mismos, la capacidad para decir sí, la capacidad de decir no, la capacidad principal de aceptar las consecuencias, de hacerse cargo de nuestras propias decisiones. Si tomo yo una decisión, no puedo luego acusar al otro, he tomado esta decisión por culpa tuya. No, he tomado esta decisión porque yo he querido, la mayoría de las personas no aprenden de estas situaciones. Y de alguna manera son manejadas por sus roles del ego, siempre el ego los obliga a echar culpas al otro, porque es más fácil. Se libran de responsabilidad. “He hecho esto por ti”, “gracias a lo que yo he hecho tú estás bien” y la otra persona quizás no te pidió nada. Como para que la persona tenga su reconocimiento público.

Hay un camino de humildad que es el servir sin esperar un reconocimiento. Pero hasta en la humildad hay que tener un equilibrio. Humildad equilibrada significa que si tú de repente tienes un gran conocimiento de algo, eres un gran ceramista. No puedes decir: “no,yo no conozco del tema”. Sabes y punto. Estás narrando un episodio, estás narrando un hecho. Si yo digo la torre Eiffel tiene 314 metros 28 centímetros estoy narrando un hecho, no estoy narrando nada fuera del otro mundo. Si yo digo que tengo conocimientos de tal materia, eso no es vanidad, eso es exponer algo que uno conoce, con equilibrio.

La mayoría de las personas, al no tener un thetán que las guíe, porque un thetán de un plano 2 a un thetán de plano 3 están con determinados conflictos,no solamente suman sus conflictos de vida, peleas con familiares, con padres, con hijos, hermanos, parejas, suman los conflictos del thetán, o sea que el thetán en vez de ayudarlos les pone más lastre. Por eso es muy difícil, a veces, que un psicólogo trate a una persona y le resuelva sus problemas mientras no sabe lo que es un thetán.

Una señora amiga, ya bastante grande en años, hacía ya 18 años que iba al psicólogo y no le había resuelto nada, y un día le digo cariñosamente: “ te tendrías que haber casado con él”, “no sólo no le pagabas, sino que encima lo tenías con cama dentro” (risas) era mucho más fácil y más divertido, aparte le iban revertiendo los engramas con caricias, porque yo creo que pasa en muchos casos eso.

Creo que se deben resolver las dos cosas: creo que se deben resolver los problemas del plano físico y los problemas de nuestro ser Superior. El ser superior por el hecho de tener ego, muchas veces el ego lo controla. Hay casos donde el yo superior sabotea al 10% cuando este quiere crecer y salir adelante, porque le manda pensamientos de rencor, de no conciliación. Y me ha tocado vivir, personas que han estado alejadas y buscan acercarse, y de repente, dicen “No, tiene que venir a mí”. La persona entra en una vanidad tremenda y busca que le rindan pleitesía. Una persona que está libre de los roles del ego no tiene problemas en rendirle pleitesía al otro, con equilibrio. Yo, de repente, tengo una persona que es egóica y le rindo pleitesía, en broma, claro. Adonde la persona busca aprovecharse, yo me desprendo de la persona.

Teníamos un psicoamigo, Carlos de Crudis, luego se retiró de profesor de parapsicología, y cuando era una adolescente, un chico, le daban su importancia de vida, a la cantidad de historias amorosas, y Carlitos no tenía mucha habilidad para tenerlas, pero él creía que sí. Entonces un día se había hecho un carnet plastificado y él se llamaba Carlos de Crudis y se puso Alain de Crudis, porque él decía que era un clon de Alain Delon cuando era joven. Pero no se parecía en nada a Alain Delon, porque medía 1,60 m. Y estaba un poco entrado en kilos. Y parecía que tenía la nariz de Gerard Depardieu. Parecía un tomate. Pero él decía que él era el mejor.Entonces un día voy yo y le digo permíteme que te limpie yo que tienes el hombro sucio. Y me toma la mano y me dice no, no, tú no, tú no me limpies, déjame que me limpien ellos, que eres mi amigo, que lo limpien ellos. No pero déjame que te cepille la ropa, no, no, no tú no te molestes, deja que lo hagan ellos. Nos mirábamos a ver si se lo creía de verdad, y así lo hacía. Como que él era el rey y era una broma seguirle el juego y nos divertíamos. Pero, a veces, lo pasaba mal. Lo pasaba mal (suena música y Jorge dice: “¡vamos a cantar ahora!” (risas)) De repente cuando tenía una historia y le quería y le pasaba, es como que se ponía melancólico y se cuestionaba su vida y entonces era cuando se ponía serio y se decía que era un problema de la otra persona, y había gente que te quería aceptar y gente que no, pero que vivía de la aprobación de los demás. Y al vivir de la aprobación de los demás siempre iba a vivir de la aprobación de otra persona que no fuera él y eso es lo más perjudicial y pernicioso que le puede suceder a la persona: Vivir de la aprobación del otro.