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El compromiso

Grupo Elron

El Compromiso
 
de Daniel José
 
 
con la colaboración del Prof. Jorge Olguín.
 
Nuestra responsabilidad está en como aplicamos nuestro
concepto en los nexos de unión entre nosotros y los que
se ven afectados en cualquier forma por nuestros actos,
sin incluir a los afectados, quienes como nosotros, son 
completamente responsables de si mismos.

¿Qué es el nivel espiritual 4.2, 5.7, 5.9? Es el nivel de 
compromiso.
¿Qué hace igual a un 5.5 que baja al 3.1 o a un 3.2 que 
baja a 3.1? El nivel de compromiso.
¿Qué hace diferente un acto de asesinato de un acto de 
salvar la vida a alguien? El nivel de compromiso.
Y finalmente ¿Qué hace diferente un acto en una relación 
afectiva del acto más elevado que podamos imaginar? 
Si hay diferencia, la misma se encuentra en el nivel de 
compromiso… y para con todo es igual.

Sin embargo, los actos afectivos son solo una pequeña 
parte. El cómo conceptuemos y apliquemos posteriormente 
los conceptos que podamos aprender, llevarán el mayor 
peso, si no todo, de nuestro consecuente nivel vibratorio, 
o lo que es lo mismo, de nuestro nivel de compromiso.

Por supuesto, como dice EÓN, ya está todo hecho y en 
ese sentido, todo es una sensación de realidad. 
Sin embargo, el punto de vista determina la realidad, y 
nuestro punto de vista no incluye el conocimiento de que 
todo ya está hecho, y por tanto, nuestras decisiones sí 
que nos pertenecen.
De hecho, siguiendo el ejemplo de si Nerón pudo haber 
dejado de cometer barbaridades, mi respuesta es que sí 
pudo haber dejado de cometerlas, y de hecho seguramente 
así fue en algún universo alterno. ¿Por qué desmerecer un 
universo alterno del que estamos ahora? Para los seres de 
dicho universo, ese será el original…

Por supuesto que cualquier cosa que se pueda decir será 
falsa, por que no contendrá toda la verdad. Sin embargo, 
somos nuestra autodefinición, nuestro concepto, lo que 
adoptamos y lo que damos.

Y también sé que hay personas que, manipuladas por sus 
propios roles de ego, tienen conductas completamente 
alejadas de todo compromiso… porque ello no significa 
solamente mantener una postura o continuar con la palabra 
dada… tampoco se limita a un sendero de vida… porque 
compromiso es también no entorpecer caminos ajenos. 
Y agrego que una evaluación nunca es completa ni puede 
estarlo si la verdad está limitada por el propio entendimiento.

Con respecto a que si en un universo paralelo elegimos otro 
tipo de vida u optamos por una tarea diferente, EÓN 
responde:
 - “Fue una decisión distinta” – indica hasta qué nivel ÉL 
no necesita evaluar, y hasta qué punto es real nuestro 
libre albedrío, y por tanto, nuestra responsabilidad.

Volviendo a los actos afectivos, entiendo humildemente que 
todos son positivos, mientras no haya egoísmo de por 
medio… 
y no encuentro razonable valorar negativamente cualquier 
acto de amor. Un compromiso afectivo de mi parte no incluye
ninguna prohibición concreta, solo las derivables de los 
compromisos que fueran surgiendo con la relación, los 
cuales naturalmente cada una de las partes interpreta de 
forma distinta.
Por ejemplo, al tener un hijo, yo sobreentiendo que existe un 
compromiso de educarlo como mejor se pueda. Pero quizás 
mi pareja no lo sobreentendería, o no al mismo nivel.
Por tanto, ¿Dónde estaría alguien actuando mal? Al violar lo 
que una de las partes considera su compromiso, no al violar 
la consideración de la otra parte. Por tanto, lo que mejor 
funciona es hablar un tema antes de comprometerse con el 
mismo, para reducir la distancia entre la forma de pensar de 
ambas partes, sin imponerse uno sobre el otro.

Eso se llama acordar.

De Jorge Olguín.

Muchas veces he hablado del Servicio, expresando que es Amor hecho Obra. Pero...
¿Cómo se gesta dicho Servicio? Asumiendo nuestro compromiso con nosotros mismos y con los demás.
A lo largo de 11 años, he vuelto a sacar a flote la palabra "Ego", de la que muchos tenían una mínima noción de su significado y otros, ni siquiera eso. Y dije 11 años, porque si bien estoy en el tema desde 1981, comencé a captar los Mensajes en 1997, época en que inicié los contactos telepáticos.
Muchas veces me han preguntado: -¿Cómo logró estar Clear si nunca se Psicoauditó?
Una de las cosas que me han mantenido libre de engramas es una especie de Iluminación, donde me llegó un "Despertar" en contacto astral con un Anciano (que presumo era Kether) y esto fue mucho antes de mi primera canalización. Está todo el relato en un artículo en la sección Notas de mi website.
Sería hipócrita si dijera que mi ego nunca trata de tomar las riendas, ya que cuando percibo un acto hostil, me corre la adrenalina y me da una sensación de vacío en el estómago. Pero en segundos lo domino y dejo el timón a mi mente analítica.  No confundir el tener el control de nuestros actos y comportarnos civilizadamente con "no tener sangre en las venas".
No sé si me explico. Porque si veo que alguien ejerce un acto hostil al límite, es obvio que debemos intervenir o bien, tratar de impedirlo, de acuerdo a cómo sean las circunstancias.
Pero podemos estar analíticos y sin embargo, ser indiferentes ante algunos hechos. Y eso indicaría no asumir un compromiso.
El compromiso con la vida no hace comprometidos con las causas justas. Mas no piensen que yo hablo de convertirnos en paladines tipo cómics, sino en no dar la espalda al dolor o la angustia ajenas.
Un día dije que no hace falta ser médicos de guerra para ser útiles ni viajar de país en país ayudando a multitudes, ya que por razones lógicas, casi nadie tiene las posibilidades de hacerlo... pero sí podemos ceder un asiento en un bus, ayudar a cruzar la calzada, abrir gentilmente una puerta, sonreír donde vayamos hasta contagiar la sonrisa... porque muchos endiosan a la palabra Servicio. Lo ven como algo grandioso y lejano... ¡y se dejan estar! Y por eso no asumen su compromiso. ¿Se entiende?
Tender una mano lleva segundos.... abrazar también... secar una lágrima es un instante... y eso también es Servicio.
Una vez tuve un paciente que sufría de tuberculosis y su familia estaba alejada de él. Me enteré poco después que se encontraba internado en el Muñiz, un hospital de Buenos Aires. Y fui algunas tardes a visitarlo y le leía algunos cuentos...Veía en su mirada lo bien que se sentía... ¡y yo también me sentía bien! No era una persona joven. Poco después falleció... y le dije al Padre: -Gracias, EÓN, por permitirme acercarme antes de que desencarne.
Un abrazo cordial a todos: Dr. Jorge Olguín.