-No puedo vivir así. ¡Debo deshacerme de él...!

-¡Pero déjalo, no te deshagas de él! ¡Dale otra oportunidad!

-¡Déjame que haga mi voluntad! Me tiene como prisionero, mira como me dejó, no puedo expresarme, no puedo sentir... ¡él es el responsable!

-¿Te parece? Tú te has prestado a ello...

-Dime ¿Me tratas de convencer? ¿Cuál fue mi error para estar así? Siento que no me atrevo a nada... mira hasta donde me hizo llegar... ¡Debo acabar con él!

-No seas tonto, vas a arruinar tu vida si acabas con él. ¿Quién te dará aliento? ¿Quién te consolará?

-¿Consolarme? ¡Vive manipulándome! ¿Tú estas de su parte?

-No, solo creo que cometerás un error...

-¿Tú eres su cómplice? ¿No has visto cómo ha arruinado mi existencia? Ahora me doy cuenta de ello...

-No te confundas, yo no tengo nada que ver con él...

-Entonces no trates de persuadirme... haré mi voluntad...

Y me deshice de él... era un rol manipulador, astuto. Por su culpa, mi estima había bajado muchísimo. Terminé con ese "Yo" y me sentí más tranquilo. Ahora era el único "ser" que subsistía en mi mente.

-¿Estás conforme?

-Sí. Era lo que deseaba... ahora me siento completo.

-Es verdad... ¡ahora noto tu grandeza...!

-¿Verdad que sí? Ese rol me volvía loco... no quiero más roles culposos...

-¡Claro que no! Yo no dejaré que nadie te critique... eres grande, tienes gallardía. ¡Ahora te atreverás a todo!

-Sí, es cierto... ¡ahora me siento pleno!

¡¡¡Y vi que no todos los roles son malos!!!

Jorge Olguín.