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Psicoauditación - Johnakan, Capitán Alexis

Grupo Elron
Sección Psicointegración y Psicoauditación - Índice de la sección - Explicación y guía de lectura de la sección

Si bien la Psicoauditación es la técnica más idónea para erradicar los engramas conceptuales del Thetán o Yo Superior de la persona, la mayoría de las veces se psicoaudita a thetanes que habitan en planos del Error y sus palabras pueden no ser amigables y/o oportunas para ser tomadas como Mensajes de orientación, algo que sí se da cuando se canaliza a Espíritus de Luz o Espíritus Maestros.
El hecho de publicar estas Psicoauditaciones (con autorización expresa de los consultantes) es simplemente para que todos puedan tener acceso a las mismas y constatar los condicionamientos que producen los implantes engrámicos.
Gracias a Dios, esos implantes son desactivados totalmente con dicha técnica.


Atte: prof. Jorge Olguín.

 

 

Sesión del 21/04/2024 Sargón, Capitán Alexis


Sesión 21/04/2024
Médium: Jorge Raúl Olguín
Entidad que se presentó a dialogar: Johnakan Ur-El

Aunque faltaba poco para el encuentro decisivo entre dos grandes flotas y lo tenía todo controlado, su preocupación era tener que decidir quién viviría y quién no. Las pocas horas que quedaban escuchaba música relajante.

Sesión en MP3 (2.747 KB)

 

Sesión para Johnakan.

 

Me encontraba en mi receptáculo, obviamente tenía apagada la holovisión, solamente había puesto un sonido suave que no llegaba a hacer música, simplemente unas ondas sonoras tranquilizantes a la mente.

 

Estaba a cargo no solamente de la tripulación del segundo navío de la flota sino que me sentía, por lo que sabía, responsable de toda la Federación Sargón. Casi siempre trato de anticiparme a los acontecimientos. Podría incluso omitir el casi.

 

Y llevé conmigo los mejores técnicos de holoordenadores, especialistas en rayos vibracionales ultraazules, en genética especial y les daba indicaciones sobre lo que tenían que profundizar.

Les explicaba que todo lo que fueran descubriendo me lo informaran exclusivamente a mí, a su vez se lo informaría por canal privado ultralumínico a la primer ministro Nubia.

 

La amenaza que se cernía sobre nosotros era muy superior al imperio fungo, podría decir veinte veces superior. Seguramente una amenaza tan poderosa como el sistema Prima o como la Federación Sargón.

 

Sin dar muchas explicaciones y con el aval de la primer ministro Nubia me comuniqué con el mando de los fungos explicándoles que el mundo fungo que fue destruido no tiene que ver con nosotros. Los hice razonar explicándoles que el mundo era de la periferia fungo que estaba del lado opuesto, tanto de la Federación Sargón como del sistema Prima, y que la amenaza que cernía iba -si me permitís la expresión- iba a barrer primero con el imperio fungo porque estaba de camino y les estorbaba. Considerar un estorbo a un imperio como los fungos habla del impresionante armamento que tendría esta amenaza.

Me planteé muchas cosas, primero el evitar la mayor cantidad posible de bajas de nuestro lado, al fin y al cabo no éramos los agresores. Además, no había ninguna guerra declarada contra esa nueva amenaza. Pero no hacía falta, finalmente con el ultratelescopio los dos más importantes de los dos primeros navíos de Sargón pude detectar, dándole a quienes manejaban dicho aparato, las coordenadas del cuadrante galáctico. Teníamos un telescopio óptico, un telescopio infrarrojo, un telescopio ultravioleta y un telescopio de frecuencia ultraazul, el más importante.

 

Y sí, se detectaron como mínimo quinientos navíos de guerra, todavía no estaban cerca, apenas habían pasado la periferia del imperio Fungo. Pero sabíamos que nosotros éramos el objetivo.

Teníamos una ventaja, desconocían al sistema Prima de los Áunes. De todos modos mi idea era evitar una batalla, y de esa manera si los fungos razonaban mis palabras de advertencia, a pesar de en este momento ser enemigos yo podía salvarlos de la extinción. Por eso ponía énfasis en los técnicos de holoordenadores, los más grandes especialistas en todos los temas, en todas las materias. Y como tenía como mínimo cinco especialistas para cada ordenador los hacía descansar, y se iban turnando, porque el trabajo mental que hacían desgastaba muchísimo más que una acción de batalla. Si mi idea, si mi estrategia y mi táctica eran las correctas podíamos salvar muchas vidas.

 

Pero a su vez me cuestionaba por qué me toca ese rol de decidir quién vive y quién no.

Es cierto que tenía la excusa de no ser nosotros los agresores, y así como existe una ley de defensa propia entre individuos también existe una ley en Sargón de defensa propia de los distintos sistemas ante agresiones extrañas o supuestamente extrañas. Era un peso sobre los hombros que tenía que soportar y una enorme responsabilidad el compartir el descubrimiento, de algunas maneras me permitió compartir el peso. Obviamente tenía la obligación de compartirlo con la primer ministro Nubia, y también por estar al mando del primer navío de la flota, con la capitana Kirana.

 

Lo que sólo compartí hasta ahora con la primer ministro era lo que estaba elucubrando y llevando a la práctica con los técnicos de ordenadores de mi navío, y a su vez preparando las armas correspondientes preparadas con la vibración ultraazul.

 

La primer Ministro Nubia me dijo:

-¿Cuándo estarán las pruebas definitivas?

-Calculo, primer ministro, que en cuarenta y ocho horas, horario de Sargón.

Nubia me respondió:

-Alexis, si lo que estás comprobando es real y lo que estás desarrollando como defensa da resultado deberás transmitirle también ya no tu hipótesis sino tu teoría a la capitana Kirana, acercar los navíos, y por un micro hueco transmitirle toda la información y transmitirle el armamento. Solamente a vosotros, los dos cruceros principales.

 

Le pregunté a la primer ministro:

-Mi única duda, Nubia, es que no tengo seguridad que con el armamento de la ultrafrecuencia azul, en el navío insignia y en este, el segundo navío, sea suficiente.

Me respondió:

-Confío en ti, Alexis. Evalúalo durante la marcha de los acontecimientos. Y sí, ten la comunicación abierta en todo momento con la capitana Kirana.

-Haré así.

-¿Cómo te sientes, Alexis?

-Si me preguntas, Nubia, por mi preparación, estoy al cien por ciento preparado, lúcido, atento. Si me preguntas si tengo un peso sobre los hombros, me siento aliviado de compartir mi descubrimiento y lo que estoy desarrollando con los técnicos. Pero me pesa el tomar decisiones sobre quién vive y quién no.

-Alexis -me dijo Nubia-, el hecho de que lo hayas compartido conmigo has dejado el peso sobre mis hombros. Pero es tanta mi confianza en tus decisiones que te doy carta blanca. No hace falta que me consultes cada decisión que tomes, háblalo con Kirana, que no tengo dudas que estará de acuerdo contigo. Con respecto a la tropa aún no, espera para comunicarles todo. En cuarenta y ocho horas de Sargón o antes ya tiene que estar todo definido. Y espero que los fungos no sean un estorbo.

-No, no, Nubia, entiendo que están razonando. No, no van a ser aliados por ese orgullo estúpido que tienen que no les permite razonar, pero no se van a oponer a que pasemos por el territorio de sus sistemas estelares para interceptar esa amenaza. Por un lado, Nubia, me molesta porque les dije que les salvaríamos el pellejo, si se entiende ese concepto. Así y todo no piensan colaborar, no van a obstaculizar. Pero que se pongan en nivel neutral es algo que me incomoda, por no decir que me molesta mucho. Y de alguna manera es como que reactiva mis endorfinas para mal y me hace liberar cortisol. No voy a tomar ningún líquido que me calme porque quiero estar cien por ciento lúcido. Si estoy en este momento, apreciada primer ministro, con un sonido relajante pero qué no afecta mi parte cognitiva ni mi resolución ni siquiera en un uno por ciento. Corto y fuera.