Índice

Psicoauditación - Evert H.

Grupo Elron
Sección Psicointegración y Psicoauditación - Índice de la sección - Explicación y guía de lectura de la sección

Si bien la Psicoauditación es la técnica más idónea para erradicar los engramas conceptuales del Thetán o Yo Superior de la persona, la mayoría de las veces se psicoaudita a thetanes que habitan en planos del Error y sus palabras pueden no ser amigables y/o oportunas para ser tomadas como Mensajes de orientación, algo que sí se da cuando se canaliza a Espíritus de Luz o Espíritus Maestros.
El hecho de publicar estas Psicoauditaciones (con autorización expresa de los consultantes) es simplemente para que todos puedan tener acceso a las mismas y constatar los condicionamientos que producen los implantes engrámicos.
Gracias a Dios, esos implantes son desactivados totalmente con dicha técnica.


Atte: prof. Jorge Olguín.

 

 

Sesión del 06/07/2025 Gaela, Armand Basaldo

Sesión del 17/07/2025 Gaela, Abal Yanko

 


Sesión 06/07/2025
Médium: Jorge Raúl Olguín
Interlocutor: Karina
Entidad que se presentó a dialogar: Thetán de Evert H.

La entidad relata haber encarnado por primera vez en Gaela, un mundo gemelo a Sol III. Estudió e hizo amistades, que le llevaron a conocer a una excelente persona.

Sesión en MP3 (1.134 KB)

 

Entidad: Mi primera encarnación fue hace cien mil años en un mundo gemelo de La Tierra, a la cual llamamos Sol III. Gaela sólo se diferenciaba por los nombres de sus países.

 

Me crié en el viejo continente, en un país llamado Liziana cuya capital era Lizia, muy similar al país que en Sol III se llama Italia, cuya capital es Roma.

 

Si bien fui un chico, un niño al que de pequeño le gustaba jugar, tenía mucha imaginación, soñaba que iba a ser abogado o detective.

A los quince años por un intercambio estudiantil, con una orden firmada por notario, mis padres me permitieron viajar a Plena, un país del nuevo continente similar a lo que en Sol III sería Argentina. La capital de Plena se llamaba Ciudad del Plata. Me asombraba de ver infinidad de transito, infinidad de avenidas.

 

Y finalmente cuando terminé mis estudios secundarios le pedí a mis padres de visitarlos una vez por año, había hecho muchísimos amigos en Ciudad del Plata. Mis padres me permitieron quedar.

Hasta que finalmente a mis veinticuatro años, en 1970, conocí el club Hípico, lo más grandioso que pudiera haber conocido.

 

Estaba estudiando leyes con mi amigo de Plena, Sebastián Solís. (A propósito, mi nombre en esa encarnación era Armand Basaldo). Sebastián Solís estudiaba para abogado penalista y pensaba también, en forma independiente, trabajar como investigador privado. Mi anhelo era recibirme de fiscal en lo penal, me incomodaba mucho la delincuencia de los años setenta en prácticamente todo el mundo.

 

Pero había hecho muchos amigos en el club Hípico, era un lugar donde la mensualidad era carísima pero teníamos la suerte de que Sebastián Solís, mi gran amigo, era conocido de uno de los concurrentes, un joven algo tímido pero muy empático, muy agradable en su trato. De sobrenombre le decíamos Pocho. Su nombre verdadero era Paulino pero no le gustaba que lo llamaran así: "Preferiría que me digan Pocho", nos contaba. Y así quedó.

Era un joven muy muy tímido con las chicas que iban al club Hípico.

 

Recuerdo que estábamos sentados los tres, con Sebastián y Pocho a una mesa, sentí en ese momento un aroma que invadía el lugar, una loción cara de Amarís. Amarís era un país equivalente al que en la Tierra es Francia.

Me invadió un aroma a perfume y a tabaco rubio, nos dimos vuelta, un joven de traje que venía con una bandeja:

-¿Qué os vais a servir?

Recuerdo que Pocho rió, y dijo:

-Bueno, para merendar un capuchino y dos croissants.

-¿Y vosotros?

Sebastián dijo:

-Lo mismo.

El camarero me miró a mí:

-¿Tú qué te vas a servir?

-Igual que ellos.

-Enseguida estoy con vosotros.

 

Le dije a Pocho:

-Qué elegante que es ese camarero. -Pocho sonrió-. ¿De qué te ríes?

-Lo que pasa, querido Armand, que ese camarero no es un camarero, es el dueño del club Hípico.

-Disculpa, ¿y cómo está sirviendo la mesa?

-Porque el otro camarero está ocupado porque hoy vino mucha gente, también hay gente en los jardines.

-¡Qué humilde!

-No sólo humilde, es una excelente persona. -Y sonreí, tenía tanto por conocer...

 


Sesión 17/07/2025
Médium: Jorge Raúl Olguín
Entidad que se presentó a dialogar: Thetán de Evert H.

La entidad relata haber estado en un país de Gaela donde imperaba la religión de la Orden del Rombo, pero que marchó a otro país donde pudo estudiar y tener amistades.

Sesión en MP3 (1.000 KB)

 

Entidad: Mi primera vida como encarnado fue en Gaela. No fue una vida sencilla, la religión imperante era la Orden del Rombo potenciada en Amarís, un país del viaje continente, incluso la mayoría la conocía como la Orden de Amarís.

 

Lamentablemente mis padres y mi hermano eran fanáticos de dicha orden. A medida que fui creciendo y que fui razonando me di cuenta de que me interesaba muchísimo el mundo espiritual, pero no así la religión que sometía a las personas y en algunos países incluso los no creyentes eran torturados. Y no hablo de épocas medievales donde las muertes eran de a miles, hablo de pleno siglo XX. A pesar de los grandes adelantos, a pesar de toda la tecnología la religión era como un cáncer en todo Gaela.

 

Al igual que muchos otros cuando cumplí dieciséis años mis padres mediante un notario me dieron una autorización para intercambio estudiantil en Plena, un país en el extremo sur del nuevo continente. Y pude viajar, lo primero que me sorprendió, todas las calles asfaltadas en pleno 1970, buses de primera categoría, avenidas que cada una tenía una característica distinta a las demás.

Ejemplo: La avenida Central o Primera avenida eran edificios altos pero muy similares a Saeta, en la península del viejo continente. La Segunda avenida para el norte estaba llena de librerías con libros nuevos y también había saldos de libros usados.

Tuve la suerte de que me dieran documento de identidad de Plena, mi nombre era Abal Yanko.

 

Lo más importante que me hice de muchos amigos, estudié todo lo que era economía con profesores muy dedicados, pero la mayor ventaja que tenía Plena era que prácticamente la Orden del Rombo no tenía fuerza allí. Por lo tanto pude estudiar y fui trabajador pasante en un banco una vez hecho el tercer año de la secundaria. Por lo tanto podía tener dinero propio y a su vez seguir estudiando en la escuela nocturna.

 

Me hice de muchos amigos: Sauno, Taberno, Erdonde, todos apellidos distintos comparados de mi país natal, debía acostumbrarme o mejor dicho adaptarme, como dijo un amigo que conocí causalmente porque nada es casual, todo es causal.

 

En esa vida, al comienzo, cuando fui a Plena tuve muchos engramas, engramas de soledad, porque para mí fue algo nuevo, hermoso, pero nuevo.

Y no es que los amigos los tuve de inmediato, fui conociéndolos, agradables con los que he pasado momentos gratos, pero las primeras semanas fue una agonía de soledad.

Pude alquilar una pensión y con eso sobreviví hasta que conseguí en el banco el puesto de pasante.

 

Ya os contaré más cosas.