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Misterios del Iberá
Grupo Elron

 

Desde hace 140 años existe en los pantanos y lagunas del Iberá un contingente extraterrestre compuesto de 14 bases móviles protegidas con el artilugio de la invisibilidad. Se dedican a la investigación de la flora y no se interrelacionan con los terrestres.

De estructura pequeña, son humanoides del tipo de los “Grises”, y muchas veces los pobladores los han confundido con el “Pombero”, uno de los más famosos mitos argentinos.

Todos los extraterrestres que están asentados en los esteros del Iberá pertenecen al mismo planeta: Altair 4. No se trata de una especie de “copamiento” de la zona, sino simplemente de que ninguna otra raza de extraterrestres se interesó por el lugar. El contingente, por otra parte, no tiene ninguna relación con el Área 51. Otra de las razas extraterrestres afincadas en el planeta son los Immanos, originarios del planeta Imm 3. Más información en “Friendship”.


 

ESTEROS DEL IBERÁ,

ATRACTIVOS POR NATURALEZA

Enlace a la página (barrameda.com.ar)

En el humedal más extenso de la Argentina coexisten especies en vías de extinción como yacarés y ciervos.

El monumental espejo de agua de los esteros de Iberá, en la provincia de Corrientes, es el escenario perfecto para todas las actividades de aventura, además de la observación de especies prácticamente extinguidas en otras partes del mundo, como yacarés, ciervos de los pantanos, lobitos de río y carpinchos. Aquí, todo lo que el turismo convencional jamás verá, está reservado en su estado más puro para quienes aman la naturaleza.

La palabra Iberá es un vocablo que en idioma guaraní significa "agua brillante". Los esteros conforman un complejo ecosistema, quizás el más variado del país. Para recorrerlo es recomendable alojarse en la colonia Carlos Pellegrini (en el borde de la reserva) o en la ciudad más cercana, Mercedes, distante a 118 kilómetros.

El primer centro de interpretación se encuentra al borde de la laguna Iberá, a pasos de la colonia Carlos Pellegrini. Allí los turistas entran en contacto con los baqueanos que habitan la zona, que se convirtieron en custodios de la reserva brindando asesoramiento a los visitantes y evitando la depredación.

Los esteros de Iberá cubren aproximadamente 13.000 km2 formando una de las dos mayores áreas de tierras húmedas de agua dulce al sur del trópico de Capricornio. Este humedal, único en su género, se creó exclusivamente por precipitaciones y alberga una rica biodiversidad subtropical. Está situado entre los ríos Paraná, Paraguay y Uruguay, dentro de una de las cuencas hidrográficas más vasta del mundo, la del Río de la Plata.

De los 1.3 millones de hectáreas que ocupan los esteros, 57.000 pertenecen a la provincia y 1.143.000 son de propiedad privada. Su formación responde a depresiones de antiguos cauces o lechos de ríos que no se han modificado desde hace aproximadamente 60.000 años.

El sector central está compuesta por pantanos y lagunas poco profundas, inferior a los cinco metros, rodeadas por tierras más elevadas al norte, este y oeste. En la región se destacan siete lagos con una superficie mayor a los 14 km2.

Los esteros y lagunas de Iberá son uno de los ecosistemas mas ricos del país. Con el objetivo de preservarlo, el gobierno de la provincia de Corrientes creó el 15 de abril de 1983 una reserva natural.

El clima de la porción central de Corrientes y del área que preponderantemente ocupan los esteros, es templado cálido, con una temperatura media anual de 20º centígrados. Las lluvias más copiosas se registran en otoño y el caluroso verano, correspondiendo la menor precipitación a los meses invernales.

Islas flotantes.

El sistema de Iberá está formado por la gran masa de vegetación de los esteros, con gran capacidad para retener agua, y las precipitaciones pluviales, que aportan anualmente entre 1200 y 1500 milímetros. De esa enorme cantidad de agua recibida, menos de la cuarta parte deriva hacia el río Paraná, a través, del único desagüe superficial del sistema, el río Corrientes.

De lo demás se encarga la alfombra vegetal por transpiración metabólica y la evaporación directa, favorecida por la relación entre su gran extensión y escasa profundidad.

Aproximadamente entre el 20 y el 30% de su superficie son lagunas bien delimitadas; estos espejos de agua son más de 60 y alcanzan una profundidad de entre 2 y 3 metros; las costas en su mayoría están constituidas por embalsados. Las lagunas más importantes son: Luna, Iberá, Fernández, Trim, Disparo, Medina y Galarza.

Los embalsados tienen origen en los camalotes, sobre cuyo entretejido vegetal se deposita tierra aportada por el viento y arrastrada en suspensión por el agua, formando así una primera capa que posibilita el arraigo y crecimiento de distintas especies de plantas, incluso árboles.

Constituyen por lo tanto verdaderas "costas flotantes" y sus desprendimientos dan lugar a islas movedizas dirigidas por el viento y las corrientes.

Estos islotes pueden sostener en los sectores más firmes vegetación arbórea (laurel, ceibo, curupí), aunque las asociaciones de pajas son ampliamente dominantes (totora, pehuajó, espadaña, paja brava y otras).

Festival animal y vegetal.

Entre sus límites brumosos es posible hallar formaciones florísticas tan diversas como camalotales, juncales y embalsados, dentro de las comunidades acuáticas; palmares de yatay o palma colorada, selva en galerías, lapacho negro, higuerón, timbó, laurel negro y quebracho blanco, dentro de las comunidades arbóreas; y pastizales, cardazales y pajonales, dentro de las terrestres y palustres.

En general sobre la superficie de las aguas se pueden ver irupés o nenúfares, camalotes, lentejas, repollitos, lirios y jacintos de agua y helechos pequeños. En las islas se observan algunas especies agrupadas, como por ejemplo, ombúes, y en las costas del estero se encuentran jacarandáes, lapachos, ceibos, sauces, curupíes, timbóes, guayabíes y espinillos.

En tanto, entre las especies faunísticas se destacan los mamíferos, aves, reptiles, batracios, peces e insectos. El representante por excelencia de la zona es el yacaré, el negro de hocico angosto y el ñato u overo de hocico ancho. También encontramos la boa del agua o curiyú, lobito de río, el coipo parecido a la nutria, carpincho, ciervo de los pantanos, osito lavador, lobo de crin, monos carayás o aulladores, gato de los pajonales, zorros grises chicos y zorrinos, además de hurones, comadrejas, liebres y vizcachas.

Otros ejemplares que se pueden apreciar son el armadillo negro o tatú, peludos, mulitas, cuises, ratones de campo, tucu-tucos, lagarto overo, lagartijas, tortugas y víboras de coral, cascabel y yarará.

El show de colores que propone el cielo de la reserva sirve de broche de oro a los encantos del lugar. Centenares de especies de aves ofrecen un espectáculo inigualable, que por su policromía atrae la mirada atenta de los visitantes.

 

 

ASENTAMIENTO EXTRATERRESTRE

La verdad sobre los misterios del Iberá.

Estimado profesor: Quisiera consultarle sobre un tema que he tratado de investigar sin encontrar mayores detalles y se trata de lo que han dado en llamar "Misterios del Iberá". Hasta donde pude saber, además de avistamientos y luces extrañas en toda la región que comprenden los esteros, cuentan personas que viven en la zona sobre un accidente aeronáutico que dejó a la vista una entrada subterránea en donde hallaron a aborígenes en estado nativo, vale decir, en las mismas condiciones en que los habían descubierto los colonizadores hace más de cuatro siglos, y que cumplían una función de guardia en aquella que, según explicaran, sería una entrada que comunicaba con el exterior a su civilización que habitaba por debajo de la superficie y que, incluso poseían otras entradas en otros lugares del continente. Luego de aquel suceso, dicen los aborígenes, sellaron la entrada sin dejar rastros quedando sólo en la memoria de los lugareños los que incluso manifestaron haber conocido objetos valiosos que estos poseían.

Por otra parte, el interés de los estadounidenses por convertirse en dueños de toda la región de los esteros es cada vez mayor, y aunque el lugar está declarado como patrimonio universal cada vez son mayores los inconvenientes para acceder a la zona, incluso al punto de arriesgar la vida, y son más las banderas extranjeras que se divisan.

Algunos se arriesgan a contar que existen bases norteamericanas, e incluso se puede constatar en un pueblo entrerriano cercano al límite de Corrientes la presencia de grupo de militares que se trasladan al lugar en busca de esparcimiento.

Estos sucesos llegaron incluso al rincón de alguna página de uno que otro diario de la provincia pero luego el tema quedó en la nada.

Teniendo en cuenta que tal vez estos casos no tengan nada que ver el uno con el otro, que existen civilizaciones por debajo de la superficie, que el interés norteamericano por las reservas de agua dulce cada vez se hace más fuerte, mis dudas son éstas: ¿existe realmente esta civilización bajo los esteros, mantienen contacto con seres extraterrestres y por eso tantos avistamientos? ¿Tiene algo que ver el Área 51 con éstos avistamiento? ¿O simplemente se tratan de seres que descienden para cargar "combustible" para sus naves y la presencia de los norteamericanos se debe sólo a la intención de "hacerse" de reservas de agua para un futuro cercano? ¿Es el Iberá una zona dimensional?

Verónica D.

RESPUESTA

Apreciada Verónica: Como siempre sucede en estos casos, las habladurías de la gente agrandan un misterio que en definitiva es muy simple, pues el único misterio que existe en los esteros del Iberá es de origen extraterretre.

En efecto, desde hace más de una centuria se ha afincado en la zona un contingente de extraterrestres provenientes de Altair 4, que están investigando nuestra flora y fauna, lo cual no es un hecho extraño sino bastante rutinario.

No se trata de un asentamiento definitivo porque las bases son simplemente naves espaciales que pueden retornar a su planeta en cualquier momento.

Te copio al pie los diálogos que sobre esta cuestión he mantenido con mi Guía espiritual Ruanel.

Bienvenida al club. Un fuerte abrazo.

SESIÓN DEL 20/5/05

Médium : Jorge Olguín.

Entidad que se presentó a dialogar : Ruanel.

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Interlocutor: Bueno, el asunto está aclarado y doy por terminado el tema. Paso ahora a otra cuestión que tengo agendada. ¿Hay algún misterio en los Esteros del Iberá, que es una gran extensión de aguas anegadas y lagunas? Le leo la pregunta que me hizo Verónica D. para que quede grabada:

Ruanel: En esa zona muchas personas han visto seres extraterrestres pequeños, del tipo de los Grises, y los ha confundido con duendes que no existen y que ellos llaman el Pombero.

Interlocutor: ¿Esos duendes los producen los espíritus del Error haciendo foco?

Ruanel: Así es, pero los pobladores han confundido a los extraterrestres con el Pombero.

Interlocutor: Entiendo. ¿Esos extraterrestres están asentados en los esteros des Iberá?

Ruanel: Yo no diría asentados porque no son definitivos. Son asentamientos móviles.

Interlocutor: ¿Qué tamaño tienen esos asentamientos?

Ruanel: Son bases pequeñas de no más de diez o doce miembros y cuando deciden irse desaparecen en pocos segundos.

Interlocutor: En definitiva esos asentamientos son naves espaciales pequeñas...

Ruanel: Correcto, e incluso tienen un sistema de invisibilidad.

Interlocutor: ¿Invisibilidad?

Ruanel: Sí, pero no es nada extraño porque eso se ha logrado también en el planeta Tierra.

Interlocutor: ¿En concreto, entonces, esos asentamientos no pueden ser vistos ni fotografiados?

Ruanel: Así es.

Interlocutor: ¿Esa invisibilidad la han logrado no sólo para la nave espacial sino también para sí mismos?

Ruanel: Dentro de sus trajes, sí.

Interlocutor: ¿Cuántos asentamientos de este tipo habría en la zona?

Ruanel: Catorce.

Interlocutor: ¿De distintas razas?

Ruanel: No, todas de la misma.

Interlocutor: ¿De dónde provienen?

Ruanel: De una estrella llamada Altair.

Interlocutor: ¿Del planeta Altair 4?

Ruanel: Exactamente.

Interlocutor: ¿Qué es lo que hacen en los esteros del Iberá?

Ruanel: Investigaciones.

Interlocutor: ¿De qué tipo?

Ruanel: Investigan el humus de la tierra y las plantas.

Interlocutor: Descuento que también se llevan ejemplares de nuestras plantas a su planeta.

Ruanel: Correcto.

Interlocutor: ¿Abducen seres humanos?

Ruanel: No, para nada. Están totalmente alejados de ellos. Pero muchas veces han sido visto y confundidos, como ya dije, con seres imaginarios como el Pombero.

Interlocutor: Sintetizando, entonces, lo único que hay en los esteros del Iberá son catorce naves espaciales asentadas en el lugar con una tripulación de doce miembros cada una.

Ruanel: En realidad no son tantos, no pasa de doscientos individuos.

Interlocutor: ¿Y desde cuándo están allí?

Ruanel: Por lo menos desde hace 140 años.

Interlocutor: Bueno, no es algo más o memos reciente, entonces.

Ruanel: No, por supuesto.

Interlocutor: ¿Estos extraterrestres producen algunos fenómenos extraños para alejar a los curiosos?

Ruanel: No, mayormente no se preocupan de ellos.

Interlocutor: ¿Han ido exploradores o científicos a investigar la zona?

Ruanel: Sí, norteamericanos y también argentinos.

Interlocutor: ¿Han encontrado algo?

Ruanel: No, en absoluto.

Interlocutor: ¿Los norteamericanos que han venido o vienen a la zona tienen alguna relación con el Área 51?

Ruanel: No, porque son investigadores llamémosles aficionados.

Interlocutor: Entiendo. ¿Los pobladores han visto en la zona naves espaciales?

Ruanel: Sí, pero de otros extraterrestres cuyas naves no tienen el artilugio de la invisibilidad.

Interlocutor: Entiendo. ¿En los esteros del Iberá están solamente los extraterrestres de Altair 4 o hay también de otros planetas?

Ruanel: No, están solamente los de Altair 4.

Interlocutor: ¿Es porque los de este planeta han copado la zona?

Ruanel: No, simplemente porque a los otros extraterrestres no les ha interesado.

Interlocutor: ¿Algo más sobre esto? Me refiero a si esto es todo lo que hay sobre esta cuestión.

Ruanel: Lo que expliqué es todo lo que hay.

Interlocutor: ¿El resto son habladurías, entonces?

Ruanel: Así es.

Interlocutor: Doy por sentado que también los espíritus del Error hacen de las suyas alterándoles el decodificador a los pobladores.

Ruanel: Categóricamente, sí.

Interlocutor: Entonces doy por terminado el tema.