Índice | Apuntes sobre la mente humana XII |
Sección Autoconocimiento y Salud - Índice de la sección - Explicación y guía de lectura de la sección |
Apuntes sobre la mente humana XI Apuntes sobre la mente humana XIII
APUNTES SOBRE LA MENTE HUMANA XII
INNECESARIEDAD DEL DIAGNÓSTICO [1]
Una de las contribuciones más importantes a la Medicina es la resolución del problema del diagnóstico en el campo de la aberración. Las clasificaciones que hace la Psiquiatría de los trastornos mentales son ilimitadas y algo de nunca acabar, y para colmo de males estos profesionales de la mentira constantemente inventan nuevos males y por supuesto también inventa las drogas correspondientes a esos males inventados. La Psiquiatría, digámoslo con todas las letras, es uno de los más denigrantes negocios sucios en la historia de la humanidad, una verdadera lacra social, y la razón es, lisa y llanamente, porque trafica con la enfermedad sin siquiera darle la más mínima solución. A medida que uno investiga en el campo de los textos psiquiátricos se encuentra con un gran desacuerdo en la clasificación de los trastornos y una queja continua de que la clasificación es tan compleja como inútil. Al desconocer la Psiquiatría la verdadera causa de la aberración, solamente fueron posibles los catálogos de descripciones de los trastornos, pero las listas eran tan complicadas y contradictorias que resultaba casi imposible asignar con precisión a un psicópata o a un neurótico cualquier clasificación que condujera a la comprensión de su caso. El trabajo del psiquiatra se inició principalmente describiendo y clasificando síntomas. Este procedimiento ha sido fuertemente criticado porque, como se ha sostenido, no lleva a ninguna parte y fomenta una falsa apariencia de comprensión donde no hay ninguna. Los psiquiatras, en rigor, lo que buscan es engañarse a sí mismos y a los demás con el artilugio de dar el nombre a una enfermedad. ¡Como si el darle nombre a una enfermedad aumentara la comprensión que se tiene de ella! Lo que la Psiquiatría ignora es que el número de aberraciones posibles es el número de combinaciones posibles de palabras en un idioma, según estén contenidas en los engramas.
En otras palabras, si alguien piensa que es Dios, tiene un engrama que le dice que es Dios: se elimina el engrama y desaparece el trastorno.
Si está preocupado por tener veneno en su comida, tiene un engrama que le dice que lo quieren envenenar con la comida: se elimina el engrama y desaparece el trastorno.
Si está seguro de que puede ser despedido de su empleo en cualquier momento, aun cuando sea competente y estimado y no existe ninguna razón para ello, tiene un engrama que le dice que está a punto de ser despedido: se elimina el engrama y desaparece el trastorno.
Si piensa que es feo, tiene un engrama acerca de ser feo: se elimina el engrama y desaparece el trastorno.
.Si tiene miedo a los gatos, tiene un engrama que le ordena tener miedo a los gatos: se elimina el engrama y desaparece el trastorno.
Si tiene miedo a las arañas tiene un engrama que le ordena tener miedo a las arañas: se elimina el engrama y desaparece el trastorno.
Si tiene miedo a las serpientes tiene un engrama que le ordena tener miedo a las serpientes: se elimina el engrama y desaparece el trastorno.
Si tiene miedo a los monos hay un engrama que ordena tener miedo a los monos: se elimina el engrama y desaparece el trastorno.
Si considera que tiene que comprar todo lo que ve, a pesar de sus magros ingresos, tiene un engrama que le ordena comprar todo lo que ve: se elimina el engrama y desaparece el trastorno.
Si tiene miedo de volar tiene un engrama que le ordena tener miedo a volar: se elimina el engrama y desaparece el trastorno. Como este tipo de situaciones son infinitas, ¿qué utilidad puede tener darles un nombre si todos tienen origen en la mente reactiva y lo único que hay que hacer es buscar el engrama que causa el trastorno y borrarlo? Hay algo más, y es que pueden existir -y generalmente existen- varios engramas que causan, cada uno, un trastorno diferente. Ya puede imaginarse uno la mezcolanza de síntomas que puede exhibir una persona que tenga solamente dos o tres engramas, ¡y alguien que no es clear (liberado de engramas) tiene 300 o más! ¿A quién con dos dedos de frente se le ocurriría catalogarlos?
La mayoría de la gente aberrada habla en gran medida con el contenido de sus engramas. Cualquiera que sea la charla crónica del individuo, su charla de ira, su charla de apatía, su actitud general ante la vida, la jerga que usa está contenida en engramas. Y ello sucede siempre cuando se aleja, aunque sea en grado mínimo, de la completa racionalidad.
La persona que "no puede estar segura", que "no sabe" y que es escéptica frente a todo, está hablando a partir de engramas. El que esté seguro de que "no puede ser cierto", de que "no es posible", de que "se debe avisar a la autoridad", generalmente está hablando a partir de engramas.
La mujer que está convencida de que necesita divorciarse, o de que su esposo la va asesinar cualquier noche, está hablando a partir de los engramas de él o de los suyos.
La persona que va al médico y le dice que tiene un fuerte dolor de estómago, que es "como si me estuvieran atravesando con un alambre de cobre del 12", es posible que en realidad le atravesaran con un alambre de cobre del 12 en un intento de aborto, o que pudo haberse hablado de algo así mientras sufría algún dolor y la mente reactiva estaba funcionando a pleno.
El individuo que dice que eso "tiene que ser eliminado" está hablando directamente a partir de un engrama, ya sea por alguna operación que le hicieron a su madre o por el intento de aborto. La persona que "tiene que deshacerse de eso", posiblemente esté hablando de nuevo a partir de un engrama de intento de aborto. El individuo que "no puede deshacerse de eso", puede estar hablando desde la misma fuente, pero en otra valencia, es decir, desde el punto de vista de otra persona.
La gente, por lo general, no sabe que está hablando de forma continua en torrentes engrámicos, es decir que no es consciente de que las cosas que dice sobre cualquier tema son dramatizaciones menores de sus engramas, y como consecuencia suponen haber llegado ellos mismos a esas conclusiones o bien que directamente piensan esas cosas. La suposición y la explicación es tan sólo pensamiento justificado: la mente analítica cumpliendo su deber de garantizar que el organismo tenga razón, sin importarle lo estúpidamente que esté actuando. Cabe recordar que la mente reactiva sólo puede pensar según la ecuación A=A=A, en la que las tres aes pueden significar un caballo, una blasfemia y el verbo escupir: escupir es lo mismo que caballos, y es lo mismo que Dios.
La mente reactiva es un Abundio entusiasta que mete las manos con mucho cuidado en cada pastel porque su madre le dijo "¡mucho cuidado con meter las manos en los pasteles"! Cualquier auditor sabe esto de lejos porque hay engramas que son muy comunes. Veamos un engrama prenatal originado por golpe o sacudida: . Padre: Maldita sea, Inés, tienes que deshacerte de ese maldito bebé. si no lo haces nos vamos a morir de hambre. No me lo puedo permitir. Madre: Ay, no, no, no. No puedo deshacerme de él. ¡No puedo, no puedo, no puedo! De verdad. Yo le voy a cuidar, créeme. voy a trabajar, a esclavizarme y a mantenerlo. Por favor, no me hagas deshacerme de él. Me moriría, ¡Perdería la cabeza! ¡Me volvería loca! No tendría ninguna esperanza. Perdería todo mi interés en la vida. Perdería mi ambición. ¡Por favor, déjame conservarlo! . Una persona que tenga un engrama así, tan común, probablemente lo dramatizaría como "no puedo deshacerme de él", y podría aplicarlo a cualquier circunstancia de su vida creyendo que son sus ideas cuando en realidad se trata de meras órdenes de engramas de pensar de esa forma.
Una persona aberrada hasta justificaría no pasar nunca el plumero por los muebles, a pesar del polvo acumulado, simplemente porque "no puedo deshacerme de él". ¿Cómo podría solucionar la Psiquiatría un caso así si no sabe nada de la existencia de la mente reactiva, ni de engramas?
En su ignorancia, lo único que atinaría hacer es tirar la moneda al aire para ver qué antidepresivo le puede venir bien. Si no resulta, lo cambia. Y si tampoco resulta, pues... ¡electroshocks! En síntesis, la aberración puede ser cualquier combinación de palabras contenidas en un engrama. Por lo tanto, la clasificación por aberración no solo es del todo imposible, sino completamente innecesaria. En lo que respecta a las enfermedades psicogénicas (y no "psicosomáticas", como denomina erróneamente la Psiquiatría), éstas dependen también de combinaciones de palabras accidentales o intencionadas, y de toda la variedad posible de lesión, fluido y crecimiento desequilibrados. Está muy llamar "tendinitis" a un dolor oscuro, pero con toda certeza se trata de una caída o lesión prenatal, cuya solución comienza con la eliminación del engrama de este incidente que causa esa "tendinitis".
El asma se origina casi siempre en el nacimiento, así como la conjuntivitis y la sinusitis, pero aun cuando esto puede suceder en el nacimiento, generalmente existe un engrama prenatal anterior. El auditor hace caso omiso de la catalogación de la enfermedad y directamente se ocupa de buscar engramas y borrarlos, y a medida que hace esto las enfermedades van desapareciendo. Naturalmente que no es la panacea universal y no podrá solucionar un cáncer que haya hecho metástasis, pero en infinidad de casos podrá sanar al paciente o, por lo menos, al eliminar la causa del trastorno, pondrá al organismo en condiciones de que se cure solo o al menos se alivie. Podría hacerse una comparación válida entre la Psiquiatría y poniendo de ejemplo a un plomero ignorante y uno avezado.
El plomero ignorante (el psiquiatra) arreglaría solamente la parte húmeda de la pared, sin buscar el caño roto que es la causa del deterioro; en cambio, el auditor (el plomero avezado), se despreocuparía totalmente de la parte húmeda de la pared porque sabe que es un efecto y no la causa, y directamente buscaría el caño roto. No se ocupa del efecto porque el organismo humano no es como la pared, ya que cuando se lo pone en condiciones de sanarse se las arregla por sí solo.
Apuntes sobre la mente humana XI Apuntes sobre la mente humana XIII
|