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Reflexiones sobre la muerte |
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REFLEXIONES SOBRE LA MUERTE Cómo viven la desaparición física de un semejante las personas evolucionadas y las no evolucionadas
¡Maldición, todos los que maté están vivos!!
JORGE OLGUÍN La muerte no es más que el regreso de nuestra conciencia, enfocada durante un determinado lapso en el plano físico, al plano espiritual donde en realidad moramos. El cuerpo alberga provisoriamente a una parte del espíritu durante toda la encarnación y en el proceso llamado “muerte”, esa parte simplemente se retira. El organismo físico, entonces, al no tener más el sustento vital que lo animaba, muere. La ignorancia sobre la realidad de este proceso natural ha sido aprovechada por las religiones para manipular a sus fieles a través del temor.
No hay mejor parámetro para establecer el grado de evolución de alguien que su actitud al enfrentar la muerte de un semejante. Los seres poco evolucionados toman la muerte de modo trágico, con respeto y también con profundo temor. Los seres evolucionados, en cambio, toman la muerte por lo que en realidad es: simplemente el fin de un rol, de un personaje, de una actuación, de un papel. Somos espíritus y nuestro verdadero hogar es el mundo espiritual, debiéndose entender por “espiritual” los planos vibratorios 2 al 5, considerando al plano vibratorio 1 como el mundo físico. Como espíritus encarnamos solamente con un 10 %, quedando el 90 % en su plano de origen, es decir, el 2, el 3, el 4 o el 5. Los planos 2 y 3 son del Error y los planos 4 y 5 son de Luz. La mayoría de los espíritus encarnados pertenecen a los planos 2 y 3. Es fácil detectarlos por su tremendo ego. Los espíritus se llaman “del Error” a causa de su ego y no por sus conocimientos. Esto significa que un espíritu del Error puede ser más sabio que un espíritu de Luz.
Los espíritus del Error son los que mueven la copa en la Ouija ... Cuando despertamos de un sueño, a veces muy vívido, recién nos damos cuenta de que todo lo que nos sucedió no era real. Incluso a veces quedamos tan apegados a ese sueño que tardamos en reaccionar y darnos cuenta de su irrealidad. Cuando “morimos”, un término absolutamente inapropiado para denominar al proceso de desencarnar, sucede algo parecido: recién en ese momento nos damos cuenta de que todo lo que creímos vivir no era más que una ilusión. Cuando el espíritu es del Error, la mayor parte de las veces queda apegado al plano físico y tarda en darse cuenta o en aceptar su situación, pero si es de Luz el apego al plano físico cesa de inmediato. ¿Cómo ven las personas evolucionadas la conducta de las personas no evolucionadas frente a la muerte de un semejante? El mejor ejemplo es el teatro, donde los actores cumplen un rol. Una persona poco evolucionada casi no distinguiría al actor de su personaje y si éste muere por exigencias del libreto lo lloraría como si la muerte fuera real, sin siquiera darse cuenta de que el actor que cumplió su papel se fue a su casa tranquilo, quizás a comerse un buen emparedado y mirar un poco televisión.
Con la muerte sucede lo mismo: las personas poco evolucionadas no distinguen el rol que cumple un espíritu del espíritu mismo, que es inmortal. Y ésta es la razón de que tomen al rol, al personaje, como si fuera un ente vivo por sí mismo. La muerte, para las personas poco evolucionadas, es algo trágico, algo que merece respecto y por supuesto que infunde temor. Las personas evolucionadas se ríen de estas tonterías, pero naturalmente no pierden el tiempo en explicaciones con las personas no evolucionadas porque las personas no evolucionadas no quieren saber la verdad en razón de que la verdad les privaría del placer de victimizarse. En materia política, desde ya, la muerte de sus líderes casi siempre es aprovechada por razones electoralistas, pero eso es tema para otro artículo o, como se dice vulgarmente, harina de otro costal. Hay otro aspecto de la muerte que hay que tener en cuenta, y es que toda muerte provoca un engrama de emoción dolorosa. Un engrama es similar a una orden hipnótica de alto poder, y en el caso de un familiar o de alguien querido, cada vez que esa orden hipnótica se restimula el resultado es angustia o pesar, que incluso puede llevar a su víctima a un estado depresivo crónico. Un engrama no es experiencia sino acción impuesta, y la prueba es que cuando dicho engrama se elimina de la mente reactiva, sitio donde se aloja, ya no hay restimulaciones y la angustia o la pena por la pérdida no vuelven más. En realidad, lo único que se puede borrar de la mente es el dolor, sea físico o emocional, pero nunca el recuerdo, que persiste en los archivos de la mente analítica, no de la reactiva, en cuyo caso forma parte normal de las experiencias de la vida y no provoca molestias. Otro tema importante es la posibilidad de comunicarse con el mundo espiritual. En otras palabras, ¿es posible comunicarse con alguien que ha muerto? La respuesta es que no, porque el “muerto” era solo la actuación de un espíritu y no un ente real. Pero sí es posible comunicarse con el espíritu que animó ese rol. Es decir, a través de la mediumnidad puede hablarse como si el médium fuera un teléfono con el espíritu-actor que en la encarnación actuó en el rol o en el papel de un padre, de una madre o de un hijo, pero no con ese padre, con esa madre o con ese hijo. Esto es así porque en el mundo espiritual solamente existen espíritus pero no padres, madres, hijos o cualquier otro familiar o parientes. Tampoco existen hombres o mujeres, ni adultos, ni adolescentes, ni niños, ni razas, ni terrestres o extraterrestres, ni por supuesto sexo. Hay programas televisivos donde el médium supuestamente se comunica con los “muertos”, lo cual de por sí ya es un disparate. En estos casos, en realidad, el médium se comunica con espíritus del Error que simulan ser los parientes muertos del consultante. El médium, hay que decirlo con todas las letras, es el primer engañado. ¿Por qué está tan desprestigiada la mediumnidad al punto de considerarse un fraude? La respuesta es que pocos médium, contados con los dedos de la mano, pueden alcanzar una fiel traducción de los mensajes espirituales. La inmensa mayoría apenas logra una fidelidad del 20 % con la posibilidad de error del 80 %. La excepción es el profesor Jorge Olguín, director del Grupo Elron, que alcanza una fidelidad de traducción de casi el 100 %, lo que lo hace plenamente confiable. ¿Qué factores influyen para que un espíritu ascienda o descienda de nivel espiritual al desencarnar? Pues el balance de la forma en que ha tratado a sus semejantes. Si ha sido altruista se elevará de plano y si no lo fue descenderá. El Maestro Jesús lo expresó claramente al enseñarle a sus discípulos que cada uno se salvaría conforme a sus obras. En realidad nadie nos juzga al desencarnar, sino que ascendemos o descendemos automáticamente de la misma forma que alguien se hunde o flota cuando se tira al agua con plomo y corcho en los bolsillos. Si tiene más plomo que corcho se hundirá hasta el fondo. Si tiene más corcho que plomo subirá de inmediato a la superficie y flotará. El tema de la muerte es muy extenso, pero los mencionados son los principios básicos.
Referencias. El enigma de la muerte. http://www.grupoelron.org/autoconocimientoysalud/elenigmadelamuerte.htm Mediumnidad. http://www.grupoelron.org/quees/mediumnidad.htm http://www.grupoelron.org/quees/mediumnidad2.htm Lista completa de temas http://www.grupoelron.org/general/listacompletadetemas.htm
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