Frase aleatoria: Una enfermera estaba cuidando a una anciana minusválida y a los pocos días de haber comenzado, renunció. La nieta fue a averiguar la razón y la enfermera le confesó que había renunciado porque ella pertenecía a una rama protestante —no viene al caso especificar cuál— y la anciana, cuando era más joven, había sido directora de un centro espiritista, y su creencia le impedía cuidarla. La nieta, entonces, le respondió con el más acendrado sentido común: ¿Cómo, acaso Jesús no enseñó el Servicio sin mirar a quién? El mensaje que surge de esta historia real es que el amor personal, el amor terrenal nuestro, es sinónimo de respeto y no podemos dar amor si no respetamos. Y el ser humano "utiliza" la religión para separarse, no para hermanarse. Existe el otro amor, el amor impersonal que nos inculcaba Jesús. Es el amor de Servicio, que no se fija en raza, ni sexo, ni religión, que se brinda espontáneamente a todo el que lo necesita. La única manera que tenemos nosotros de practicar el amor es, pues, sirviendo, pero solo tenemos una forma de hacerlo: no discriminando. Otra