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Psicoauditación - Alberto

Grupo Elron
Sección Psicointegración y Psicoauditación - Índice de la sección - Explicación y guía de lectura de la sección

Si bien la Psicoauditación es la técnica más idónea para erradicar los engramas conceptuales del Thetán o Yo Superior de la persona, la mayoría de las veces se psicoaudita a thetanes que habitan en planos del Error y sus palabras pueden no ser amigables y/o oportunas para ser tomadas como Mensajes de orientación, algo que sí se da cuando se canaliza a Espíritus de Luz o Espíritus Maestros.
El hecho de publicar estas Psicoauditaciones (con autorización expresa de los consultantes) es simplemente para que todos puedan tener acceso a las mismas y constatar los condicionamientos que producen los implantes engrámicos.
Gracias a Dios, esos implantes son desactivados totalmente con dicha técnica.


Atte: prof. Jorge Olguín.

 

 

Sesión 25/04/13
Médium: Jorge Raúl Olguín

Interlocutor: Karina
Entidad que se presentó a dialogar: Thetán de Alberto

La parte encarnada de la entidad es joven y trata de tener su espacio y desea ser entendido en su manera de ser. Como todos los adolescentes gusta de soñar y confía, con el tiempo, materializar esos sueños. Relató una vida anterior donde se quedó con algún engrama de falta de lugar de pertenencia.

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Interlocutor: Bienvenido...

 

Entidad: Gracias.

 

Interlocutor: ¿Cómo te encuentras?

 

Entidad: Estoy ahí pensando, no tengo deseos de resolver cosas, estoy como apático, como esperando, cansado de elucubrar, cansado de pensar, deseando que me den una respuesta.

 

Interlocutor: Pregunto, ¿una respuesta a qué?, ¿qué es lo que más te inquieta?, ¿sobre qué sientes dudas?

 

Entidad: Creo que el entorno es negativo.

 

Interlocutor: ¿Por qué lo sientes así?

 

Entidad: Porque no veo tanta comprensión en los adultos, digamos, no veo, no siento, no percibo, no capto y me molesta no captar tanta comprensión.

 

Interlocutor: ¿Qué crees que no comprenden de ti?

 

Entidad: Comportamientos, formas de ser, no estoy pidiendo que me justifiquen porque eso me molestaría y me enojaría, no estoy pidiendo que nadie me justifique nada.

 

Interlocutor: ¿Crees que puede ser una manera de llamar la atención para que interpreten lo que te sucede?

 

Entidad: No quiero llamar la atención, es al revés, a veces es como que quiero pasar desapercibido pero me incomoda el cuestionamiento de los otros, a veces.

 

Interlocutor: ¿Sobre qué tipo de cosas cuestionan?

 

Entidad: Puede parecer risueño pero a veces puedo equivocarme en cosas. ¿no?

 

Interlocutor: Sí, como todos.

 

Entidad: Claro, pero a los demás no les pasa eso, a mí me incomoda que me señalen el error, la equivocación.

 

Interlocutor: ¿Tú crees que a los demás no les pasa eso?, y que a veces...

 

Entidad: No, o lo disimulan bien.

 

Interlocutor: ...todos los seres humanos cometemos errores. Algunos nos podemos mostrar más fuertes o no, y de alguna manera algunos podemos disimular más o no aquellas debilidades. Eso va a depender del carácter de uno.

 

Entidad: Me gusta preservar mi intimidad, no me gusta que me estén preguntando cada cosa, es como que a veces pienso que la gente más grande busca meter las narices en todo y la justificación de ellos es que lo hacen por el bien del más joven, ¿no? Pero dicen que los adultos son más sabios, que tienen más conocimiento, los veo tan..., no me sale la palabra. No tengo ganas de pensar hoy, no tengo ganas de pensar. O sea...

 

Interlocutor: Estás aquí para comentarnos, o lo que tengas ganas de hacer. ¿Por qué no me comentas que es lo que a ti te gusta o qué es lo que gustaría?

 

Entidad: Tengo ganas de descansar, no tengo ganas de hablar a través de este receptáculo pero bueno, a ver, ¿qué me gusta?...

 

Interlocutor: Qué te gusta, ¿qué te gustaría que pudiera lograr tú 10%?

 

Entidad: Me gusta la armonía, me gusta la tranquilidad, no me gustan las presiones, presiones que te están encima y encima y encima, no me gusta. Me gusta poder hacer mis cosas y obviamente que me gusta lograr cosas, ¿a quién no?

 

Interlocutor: ¿Qué tipo de cosas?

 

Entidad: Metas, o sea, cosas que uno se propone. De repente cosa pequeñas que a lo mejor a otro le puede parecer tonterías.

 

Interlocutor: ¿Hay alguna meta que haya quedado pendiente en alguna vida anterior que te gustaría lograr en esta vida, en esta encarnación?

 

Entidad: Cientos, de distintas vidas.

 

Interlocutor: ¿Algo que quizás sea lo que más anheles?

 

Entidad: En una vida pasada -que no fue la anterior a esta, fue otra- vivía en Mérida, en Yucatán y me llamaba Pablo Carriles, Pablo Carriles Contreras, Pablito me decían, y ayudaba a mi familia. Papá trabajaba para un señor, tenían un pequeño negocio de cueros. Mamá no quería saber nada, decía que Mérida no era una zona donde se podía trabajar tan bien con cueros como en la zona central. Yo era chico, tendría 12-13 años, y es como que estaba alejado de los dramas, de la falta de dinero. Me interesaba divertirme, me interesaba eso, y era muy pagado de mí mismo, hoy le llamarías vosotros como que tenía mucho ego porque había aprendido a leer y a escribir aun siendo pobres.

La mamá de un compañero, un compañero que se llamaba Juan Cruz, era maestra y yo iba a hacer tareas a la casa de Juan Cruz por la tardecita y tomábamos una infusión caliente con pan y mantequilla en la casa de Juan Cruz y yo traía papeles y aprendí allí a escribir. Quería...

 

Interlocutor: ¿Qué querías ser?

 

Entidad: Gobernante, quería ser gobernante.

 

Interlocutor: ¿Y por qué?

 

Entidad: Porque me gustaba, me gustaban los uniformes, me gustaba todo eso. Padre me decía que yo tenía sueños de niño y no de hombre, que yo me tenía que hacer hombre, que el país sufría guerras, que había muertes, que yo tenía que entender eso, que mis ideales eran ideales de infante y no de hombre, que no vivía la realidad, que vivía soñando. Jamás le contestaba pero después me iba a quejar con madre, le decía, "Papá no me deja soñar" y para mí soñar era como un escape de la vida real.

 

Interlocutor: Entiendo.

 

Entidad: Juan Cruz cogió una alta fiebre y estuvo casi un mes y un día mamá habla con la mamá de Juan Cruz que estaba llorando y me entero de que había muerto. La señora no tenía esposo, nunca supe nada del papá de Juan Cruz, ella se ganaba la vida como maestra y se fue de Mérida, yo me quedé sin maestra, sin amigo. Conversaba con mamá, papá era una persona muy hosca, muy cerrada, la psicología actual diría una figura ausente, ¿no?

 

Interlocutor: Sí.

 

Entidad: Y yo necesitaba todavía, digamos, que me presten atención. No tenía nada que ver con mi ser actual, mi ser actual es como que busca espacios. En esa vida anterior, en Mérida, es como que necesitaba el ser atendido, el ser contenido.

 

Interlocutor: ¿Eras un poco más demandante, quizás, podríamos decir?

 

Entidad: No, no, no lo demostraba, no era expresivo.

 

Interlocutor: Digamos que no te molestaba que estuvieran tanto encima.

 

Entidad: No, quería, quería. Pero padre...

 

Interlocutor: Pero en este momento sientes, no sientes la necesidad, necesitas como un espacio para ti mismo.

 

Entidad: Claro.

 

Interlocutor: A veces buscar el espacio para uno mismo, significa que uno está de alguna forma tratando de encontrarse.

 

Entidad: Sí.

 

Interlocutor: ¿Qué crees tú, como thetán, que tú 10% está tratando de encontrar?, ¿está tratando de conectarse contigo, de comunicarse contigo?, ¿está tratando de ver si puede identificar qué cosas le gustan, qué cosas le hacen bien?

 

Entidad: Yo no soy sabio, yo mismo a veces me pregunto, porque ese 10% de la vida esa, que volvió a encarnar otra vez, porque no fue la última vida, le habrán quedado engramas, ¿no?

 

Interlocutor: Sí.

 

Entidad: Cuando cumplió 20 años el papá desencarnó, quedé con la mamá, nos mudamos de Mérida, nos fuimos lejos, lejos. Mamá tenía un pariente de cuando era niña en un lugar llamado Chihuahua, yo no conocía nada, iniciamos una nueva vida.

Si tuviera que hablar de engramas de esa vida... que no encontraba un lugar de pertenencia. Pero ¿en qué me puede afectar en la vida actual?, en la vida actual tengo un lugar de pertenencia, o sea...

 

Interlocutor: ¿Te gusta ese lugar de pertenencia o estas buscando qué? ¿Qué es lo que te faltaría?, porque si algo buscas es porque tienes necesidad de encontrar algo. Quizá crees que ese algo o esa respuesta están en ti mismo.

 

Entidad: ¡Oh!, si lo veo desde el análisis vuestro, diría como que muy inconscientemente, pero muy inconscientemente estoy como disconforme con mi propia persona.

 

Interlocutor: ¿Por qué?

 

Entidad: Porque exteriormente busco hacer cosas y a veces es como hay cosas que dejo pasar, pero no es indolencia.

 

Interlocutor: ¿Qué crees tú?

 

Entidad: No es indolencia, no sé, pero...

 

Interlocutor: Digamos que no te interesan.

 

Entidad: Claro, pero por dentro me molesto conmigo mismo porque digo: "¿Qué hago, por qué dejo pasar situaciones, por qué dejo pasar oportunidades de aprender más, de saber más, de intentar?", hay como una pelea dentro. ¿A todos les pasa esto?, que hay confrontaciones con uno mismo, porque yo digo bueno, yo puedo discutir con una amistad porque podemos estar de acuerdo o no, pero ¿con uno mismo?

 

Interlocutor: A veces suele pasar.

 

Entidad: Pero mi 10% es normal, digamos, no estamos hablando de una persona con problemas de decodificador.

 

Interlocutor: Suele pasar cuando uno no está demasiado seguro de lo que quiere.

 

Entidad: ¿Y cómo se gana esta seguridad?, nada más saber eso. O sea, quiero esa orientación, cómo se gana...

 

Interlocutor: A lo mejor, en este momento, lo más recomendable sería que no te cuestiones tanto y que trates de disfrutar más ese mientras tanto. Y esa respuesta o esa certeza de lo que a ti te interesa -que quizá sea algo que en este momento aún no estás seguro y que tienes que tratar de descubrir por ti mismo- se logre caminando, ¿no es cierto?, recorriendo el camino.

 

Entidad: Pero mi entorno no puede acusarme -lo digo con palabras graves- "¡Ah!, pero tú te dedicas a disfrutar, te dejas estar", no me puede acusar de dejarme estar porque tú me dices "No te cuestiones tanto, disfruta más el momento".

 

Interlocutor: A veces no es tan bueno encerrase, o sea está bien que uno pueda tener momentos para uno mismo, para reflexionar...

 

Entidad: Pero si yo disfruto el momento y me dicen que como que me dejo estar, ¿no es meterme en otro problema?

 

Interlocutor: Yo creo que todo debe ser con equilibrio. Hay un momento para las obligaciones, un momento para disfrutar, un momento para compartir con los demás y un momento para uno mismo. Y bueno, ese equilibrio es algo que tienes que tratar de encontrar.

 

Entidad: Pero no es fácil, no es fácil.

 

Interlocutor: No es fácil, claro que sí.

 

Entidad: No somos equilibristas de circo, no es fácil lograr un equilibrio, un equilibrio de lo que uno quiere, de lo que uno puede, de lo que uno desea, de lo que es bueno, de lo que no es bueno, de lo que es recomendable, que a veces lo que te gusta no te hace bien, a veces lo que te hace bien no te gusta, y encontrar un equilibrio en eso...

 

Interlocutor: ¿Qué es lo que no te gusta?, ¿qué es lo que más te molesta aparte de lo que tú ya me has comentado, que te gusta que no te estén tan encima y todo lo demás? En cuanto tus tareas, tus obligaciones, ¿qué es lo que más te molesta?

 

Entidad: De forma consciente, como que quiero la privacidad y mi espacio, me molesta cuando mi espacio es...

 

Interlocutor: Invadido.

 

Entidad: Sí.

 

Interlocutor: Bien.

 

Entidad: Consciente o inconscientemente. Que lo tomen como quieran. ¿Qué es lo que más me gusta?, me gustan un montón de cosas que después no hago.

 

Interlocutor: ¿Por ejemplo?

 

Entidad: Cosas, lo que le gusta a todo joven, o sea cosas.

 

Interlocutor: Y en ese "cosas", es posible que muchas veces te quedes en la fantasía de lo que deseas hacer y te olvides, quizá, de la realidad y de lo concreto que puedas hacer.

 

Entidad: El que me dice que no, miente. Todas las fantasía que tenemos -todos, ¿eh?, chicos, jóvenes, adolescentes, adultos- las fantasías siempre son mejores que la realidad, y si no fíjate en los cuentos, en lo cuentos todo termina bien. ¿Pero los cuentos donde terminan?, los cuentos terminan donde empieza la realidad: "El príncipe se casó con la princesa". ¿Tú has leído algún cuento de qué pasó después?, si se llevaban bien, si se llevaban mal, o de repente ese chico huérfano que no era huérfano porque de niño lo habían raptado y de repente de joven se encuentra con la madre después de tantos años y termina el cuento, los dos felices. ¿El cuento continúa alguna vez de cómo se lleva con esa madre?, porque no se conocen...

 

Interlocutor: No, obviamente no, generalmente no.

 

Entidad: ...porque la madre, quizá tenía otra expectativa y no era el chico que ella idealizaba, y él toda su vida esperando encontrar a esa madre y resulta que era una madre castradora. ¿Entiendes ahora la diferencia entre la fantasía y la realidad?

 

Interlocutor: Sí obviamente.

 

Entidad: Bueno, yo quiero historias realistas porque son las historias que te preparan después para enfrentar la vida, los cuentos no te enseñan a enfrentar la vida, los cuentos son mentira, te enseñan a tener una niñez linda y después ¡pum!, te empujan al abismo, al abismo llamado vida.

 

Interlocutor: El tema es no quedarnos únicamente en la fantasía, por eso te decía si tú creías, quizá, que vivías demasiado en tus fantasías y no podías concretar cosas en tú realidad, aquello que en tu realidad concreta puedas plasmar, hacer lo que te gusta o dentro de las posibilidades de la realidad hacer algo que a ti te haga sentir bien.

 

Entidad: ¡Si los Maestros te enseñan a soñar!, que dicen que soñar es bueno.

 

Interlocutor: Es bueno soñar pero siempre y cuando no nos olvidemos del plano real, del plano físico, de lo que podemos hacer, o sea, no quedarnos únicamente en nuestra fantasía. Es buenísimo soñar, es hermoso pero también debemos plasmarlo en la realidad.

 

Entidad: No quedo satisfecho, es como que quiero más... como que el equilibrio, el equilibrio... yo ya sé del equilibrio. Sé que la madre de mi parte encarnada se preocupa, es una persona responsable, yo reconozco todo eso.

 

Interlocutor: ¿Qué mensaje le darías a ella?

 

Entidad: Que mi parte encarnada la quiere mucho y que entiende que debe reconocer a veces algunos pequeños errores y creo que todo pasa por reconocer.

 

Interlocutor: Sí, obviamente.

 

Entidad: Yo creo que todo pasa por reconocer y enmendar.

 

Interlocutor: Errores, todos tenemos errores.

 

Entidad: Y una vez que enmendemos es como que las cosas van a estar bien, creo que pasa por enmendar, ¿no?

 

Interlocutor: Sí.

 

Entidad: Creo que pasa por reconocer.

 

Interlocutor: ¿Y tú que tendrías que enmendar, qué crees que podrías enmendar o mejorar?

 

Entidad: El trato, ¿no?, el trato. Sí, el trato. Me considero un buen ser, no sé que más decir.

 

Interlocutor: Bien, entonces como primera propuesta te diría que estaría bueno que tú como thetán, acordando con tu 10%, puedas intentar mejorar en aquellas cosas que te das cuenta que puedes hacer.

 

Entidad: Sí. Y, ¿como segunda propuesta?

 

Interlocutor: También el mensaje que le has dado a la mamá de tú 10% es interesante porque al menos, así, tu entorno sabe lo que puede conocer más de ti, lo que te gusta, lo que no te gusta, lo que te hace sentir bien, el que no y quizá pueda comprender un poco más como te gusta ser tratado, ¿no es cierto? Entonces, es muy rico eso.

 

Entidad: No se si conceptué bien lo que quise decir, pero traté, por lo menos lo traté. Lo que vale es la intención, ¿no?

 

Interlocutor: Yo te he comprendido, y te agradezco que estés aquí y espero que puedas sentir, a partir de ahora, más claridad tanto para ti como para tú 10%. Te envío toda la Luz y espero que nos volvamos a encontrar también, ¿sí?, nuevamente.

 

Entidad: Esta bien.

 

Interlocutor: Bueno, será hasta todo momento, entonces. Gracias por estar aquí.