Si bien la Psicoauditación es la técnica más idónea para erradicar los engramas conceptuales del Thetán o Yo Superior de la persona, la mayoría de las veces se psicoaudita a thetanes que habitan en planos del Error y sus palabras pueden no ser amigables y/o oportunas para ser tomadas como Mensajes de orientación, algo que sí se da cuando se canaliza a Espíritus de Luz o Espíritus Maestros.
El hecho de publicar estas Psicoauditaciones (con autorización expresa de los consultantes) es simplemente para que todos puedan tener acceso a las mismas y constatar los condicionamientos que producen los implantes engrámicos.
Gracias a Dios, esos implantes son desactivados totalmente con dicha técnica.

Atte: prof. Jorge Olguín.

Sesión 23/08/2016
Médium: Jorge Raúl Olguín
Entidad que se presentó a dialogar: Thetán de Alexandra C.

La entidad reflexiona acerca de las encarnaciones y cómo templar el espíritu. Comenta que a pesar de no tener memoria reencarnativa se comunica con su parte encarnada mediante su cuerpo de ideas. Señala que sólo el hecho de transmitir el concepto suprafísico a lenguaje hablado a través del receptáculo produce un alivio tal que los engramas quedan descargados.

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Entidad: Muchas veces me he preguntado, como ser espiritual, si verdaderamente encarnamos para aprender, puesto que en distintas vidas he pasado por situaciones, experiencias, circunstancias más adversas que favorables y en la encarnación siguiente mi memoria estaba en cero, o sea, no tenía ninguna experiencia ni positiva, ni negativa, por lo cual no podía sacar rédito de ese aprendizaje, sólo tenía un tremendo, enorme caudal de engramas.

Claro; uno, como thetán, como 90% no encarnado, guarda la memoria de todas las vidas, entonces puedo decir que sí, que el ser suprafísico tiene el aprendizaje pero al encarnar, quien vive las experiencias es el 10% y puede equivocarse una y mil veces.

En distintas vidas he tenido problemas afectivos, abandonos, malos tratos, engaños, mentiras y vosotros decís: "Pero bueno, mirad en la Península Ibérica, buscad en Toledo cómo forjan la espada, dicen que la espada de acero toledano es la más templada. ¿Con el ser encarnado pasa lo mismo? Del hierro fundido, del eterno dolor, de alejamientos, ¡bufff!, se sumerge el acero espiritual al agua helada. Esa soledad, ese aislamiento te templa o te quiebras. Claro, no; depende de la calidad del metal. No, no, no, depende del herrero. Pero no somos una espada. Sí es cierto que las pasiones mal entendidas son el hierro derretido a altísimas temperaturas, la soledad es el agua helada, y quizá no te quiebres pero te quedan muescas, te quedan llagas, te quedan cicatrices.

En distintas vidas he tenido hijos, hijas y uno se preocupa por ellas, de saber si está haciendo las cosas bien, de saber si basta con el afecto, de saber si somos suficientemente madres, porque madre no es parir, es criar, es conocer, es ser amiga, quizá hasta cómplice, marcando determinados límites. ¿Pero qué sucede cuando esa potestad es compartida y la otra persona o bien enseña lo opuesto, al desinterés, a la negligencia con palabras o con ejemplos?, ¿que es peor todavía? ¿Cómo haces? ¿Cómo luchas? ¿Cómo te desenvuelves? ¿Cómo te desempeñas? Ni siquiera como entidad espiritual encuentro la solución en las distintas vidas, hasta en la vida actual.

Pero es invalorable lo que descargo engrámicamente aun no repasando vivencias pero sí el poder llevar mi concepto al lenguaje hablado a través del receptáculo. No tengo una explicación del porqué tal alivio, tal catarsis pero descargo muchísimo. Sé que a veces, ante determinadas circunstancias negativas debemos aprender a decir "No, hasta aquí llegué", porque cada posibilidad que damos es una nueva muesca de dolor. Pero a veces somos frágiles, a veces decimos "No" y del otro lado es una topadora que nos barre porque no tenemos la fortaleza física, ni mental, ni espiritual para mantener esa firmeza, porque no es fácil, porque no es sencillo.

Un Excelso Maestro explicaba que la dignidad es adulta, la dignidad es querernos por nosotros mismos, aceptarnos por nosotros mismos independientemente de que nos acepten, de que nos quieran. Y si nos humillan o nos abandonan no somos menos por ello porque no es nuestra actitud la causante si no la actitud de la otra persona, y tú no puedes desvalorizarte porque otra persona lo haga, porque su punto de vista, su impresión, que no tiene porque ser perfecta, en absoluto; entonces tú, como ser encarnado, tienes que mantener tu firmeza, tu convicción de que haces las cosas bien a pesar de todo y de todos, y apoyar a tus seres queridos a que sean mejores personas, a inculcar valores.

¿Si como ser encarnado tengo defectos? Entiendo que hay categorías de defectos, quizá sea permisiva. Sé que los Maestros hablan de que la permisividad puede ser debilidad pero uno, en esa ingenua bondad trata de dar oportunidades esperando que quien cometes errores pueda redimirse. Ser ingenuo no tiene que ver con egos ni con apegos si no con lo que nace de adentro. No sé lo que va a pasar el día de mañana, no existe la adivinación en el plano físico, ya lo dicen los mismos Maestros.

Hay una frase nueva -cuando digo nueva es que tiene pocas décadas-, donde se habla de que siempre tenemos un proyecto que sería el plan principal, el plan "A", pero tenemos que tener un plan de reserva, al que llamaríamos plan "B". Si esto falla, tenemos aquello, no porque no confiamos en nuestro propio ser, es que a veces dependemos de nuestro entorno económicamente, afectivamente, circunstancialmente, de muchísimas maneras, y entonces debemos evaluar qué conviene hacer, qué actitud tomar, cuál sería nuestro proceder.

En distintas vidas me he equivocado, de diez situaciones me he equivocado en ocho y he acertado en dos, porque no es fácil. Aquel Excelso Maestro dice que el plano físico es como un gigantesco pozo gravitatorio te jala hacia abajo. ¿Pero es el plano físico o las circunstancias del mismo? Entonces podemos salir de ese campo gravitatorio confrontando situaciones. No siempre podemos -y a ver si se entiende el ejemplo-, poner los puntos sobre las íes, porque ponemos en la hoja, en la página, un punto sobre la "i" y directamente nos rompen la página, nos rompen el papel, nos rompen el cuaderno, figurativamente hablando.

Mi 10% encarnado, Alexandra, es una persona fuerte, aún joven en el plano físico y tiene tanto para dar,  porque tiene la ventaja de que está más preparada que otros roles que vivimos en el pasado, y esa es mi esperanza. Me comunico con su cuerpo de ideas, ella sabe que recibe, inconscientemente, mis mensajes como se dice vulgarmente, comúnmente, "¡Oh, oh!, se me prendió la lamparita, se me acaba de ocurrir algo", y muchas veces puede no saber que soy yo, su thetán, quien le tira tal concepto como para que pueda modificar algunas circunstancias dentro de sus posibilidades. Y estoy presente permanentemente porque somos uno, 90% y 10% somos uno, y no solamente somos uno entre nosotros, somos uno con el Absoluto, él nos guía. Y vaya, eso no es poca cosa. De ahí lograremos la fuerza para abatir todas las negatividades y poder tender esa mano para salir adelante.