Sesión del 30/03/2023
Sesión 30/03/2023
Médium: Jorge Raúl Olguín
Entidad que se presentó a dialogar: Thetán de Ana María.
La entidad suprafísica relata que en Sargón estudiaba y era puntera en notas, pero que fue engañada y robada antes de exámenes por quien amaba. Fue reconocida y restituida, pero desde entonces teme iniciar relaciones. Aunque no pierde la esperanza de encontrar con quien tener un respeto mutuo.
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Entidad: No es en la primera vida que me han sucedido temas muy delicados. Cuando hablo de delicados hablo de traiciones, de engaños, de ataques verbales.
Dicen que la palabra no lastima como una agresión de hecho. ¡Qué equivocados estáis!, una palabra hiere y mucho. Diréis que lastima al ego.
Pero no estoy en condiciones de analizarme a mí misma, yo sólo sé lo que deseo, también sé los temores y la enorme desconfianza que tengo al amor de pareja. A todo eso se junta el no tener una buena estabilidad económica, a todo eso se junta la indiferencia de la gente.
Pero esto no viene de ahora, en mi rol actual encarnado como Ana María.
Hace siglos y siglos y siglos encarné en el sistema de Sargón, mi nombre era Scarla. Había humanos que me miraban quizá con desconfianza. Es el colmo, desconfianza a mí porque era felina.
Pero fui una excelente estudiante al punto tal de recibirme con las mejores notas en astronáutica. Y no conforme con eso también me recibí con las mejores notas en antropología, o sea, conocía la mayoría de las razas, su genética, su ADN, sus costumbres, sus maneras. Y en astronáutica, ¿qué puedo decir? Conocía centenares de sistemas estelares en la galaxia, no por haberlos visitado sino por haberlos estudiado.
Todavía era joven, pero así y todo en la facultad Central de Sargón tenía un compañero con el que me llevaba muy bien, y estuvimos en pareja un tiempo.
Él se interesaba, igual que yo, en la astronáutica y en la antropología. Pero es como que le costaba más entender determinadas materias. Ejemplo: para saber de astronáutica tienes que saber de astronomía, para saber de antropología tienes que conocer de genotipos, tienes que conocer la conformación de los genomas. Y este compañero aprobaba a duras penas, le costaba.
A veces venía a casa, con el permiso de mis padres, a estudiar, se comportaba bien, educado, cortés. Y me gustaba. Hasta que empezamos a salir como novios, como decís vosotros. Padre y madre lo aprobaron viendo que era un joven felino correcto.
Pero todo pasó de golpe. Cuando tuvimos que presentar en los exámenes finales los resúmenes, las pruebas que me llevaron semanas de trabajo, hice una tesis enorme en cada una de las dos materias de más de quinientas holopáginas.
Claro, este joven estudiaba conmigo, a veces usaba mi holo ordenado, y cuando presenté mis dos tesis, la de antropología, la de astronáutica, los profesores me miraron de manera severa.
-Alumna Scarla, sabe que puede ser expulsada de la facultad porque no sólo has cometido el error de copiar las tesis sino que has cometido la torpeza de no modificarlas, las has presentado tal cual.
Absorta, asombrada, extrañada, no estaban solamente los dos profesores había una junta de profesores que evidentemente sabían que algo había pasado, pero que yo ignoraba.
Y les dije:
-Me ha llevado mucho tiempo hacer estas tesis, ¿de qué habláis?
-¿De qué hablo? Hablo de Dominique.
-¿Dominique?, Dominique es compañero de estudios, y bueno, estamos en una relación afectiva.
-¿Y por eso lo has traicionado?
-Perdón, no me ofenda profesor, yo no traicioné a nadie. ¿En qué sentido?
-Le has robado sus tesis. Ayer las presentó. Y tú tienes el coraje, eres tan hipócrita que has presentado exactamente las mismas tesis. No vas a ser expulsada pero no te aprobaremos, haremos una reunión con esta junta, debatiremos y evaluaremos tu expulsión con deshonor de la facultad Central. Y no sólo eso, sino que no podrás ir, en el caso que lo decidamos, a ninguna otra facultad en Sargón o en ningún otro sistema estelar que pertenezca a la Federación.
Me fui llorando a casa y hablé con mis padres. Mi padre era un alto ejecutivo, pero no tenía potestad en la parte de la universidad sino en la parte política. Llegó a hablar incluso con el comandante general diciéndole que la cosa había sido al revés.
-Aprovechándose de la inocencia de mi hija Scarla este joven fingiendo enamorarse de mi hijo y viniendo a casa, porque mi hija no conoce la casa de él, le robó sus tesis y las presentó un día antes. Y los profesores, malas personas, apreciado comendador, no le preguntaron, directamente la condenaron. Le dijeron: "Vamos a hacer una junta entre todos a evaluar", pero obviamente ya anticipadamente ya decidieron expulsarla. Lo cual es gravísimo, gravísimo porque no le dieron oportunidad de defenderse.
El comandante le dijo a mi padre:
-Tengo al mejor abogado, pero no va a hacer falta. Vendréis vosotros, con vuestra hija Scarla, y también los padres del joven. Lo que el joven no sabe es que cada holo ordenador en todos los sistemas de la Federación tienen una marca holográfica del ordenador, me extraña la torpeza de los jefes de profesorado, ya sea de astronáutica o de antropología, que no se han fijado que en los papeles impresos de los holo ordenadores queda una marca de agua de la marca holográfica, o sea, que ni siquiera hace falta un abogado.
Esa noche hablamos con mis padres y al día siguiente fuimos a la universidad Central, planteamos el tema y los profesores se disculparon una y mil veces conmigo. Pero el comandante general estaba disgustado por la torpeza de ellos de no haberse fijado en la marca de holográfica.
Y, obviamente, quien fue expulsado fue el que fingió ser mi gran amor, que no sólo me traicionó, porque me enteré por otras amigas que salía con varias felinas no de la universidad sino de los lugares bailables, de los lugares de diversiones, y yo tonta, leal, porque si me distingo es de ser leal, no solamente en la pareja sino en las amistades, con mis superiores, con mis profesores jamás una mentira, y no tolero que otros me sean desleales o infieles.
Pero lo peor del caso es que encima me robó, no solamente el amor, me robó mis tesis, y a él no le hubiera importado si me expulsaban de por vida. Pero eso fue lo que le pasó a él, degradado con deshonor.
No terminó ahí la cosa. El aparato legislativo y el aparato judicial citaron a los padres del joven y les sacaron de mentira, verdad. Y admitieron haber estado al tanto del robo y lo único que hicieron es mirar para el otro lado, se hicieron los disimulados. Pero fueron cómplices y expulsados de su trabajo, ambos.
Dentro de todo Sargón, su Federación es benigna, les permitieron mudarse a otro sistema y comenzar allí. Obviamente el hijo, quien fuera mi pareja, tuvo prohibido entrar a cualquier universidad, pero los padres sí pudieron trabajar y él trabajaría con ellos en un empleo menor, jamás estaría en astronáutica, jamás estaría en antropología.
Me gradué con honores. A los profesores los expulsaron. No me sentí contenta, honestamente. Sentí pena por ellos por ser tan malas personas, mucha pena muchísima pena.
Pero estaba orgullosa, sanamente orgullosa de mí misma de haber aprobado.
Mis amigas me abrazaban: "Te lo merecías, se hizo justicia, bravo Scarla, bravo".
Pero ¿sabéis cuál es el problema? Me dediqué al trabajo, estuve en el instituto y también me recibí de alférez. Mis padres orgullosos de mí, pero yo con una desazón tremenda; si bien en Sargón la medicina estaba avanzadísima, con dos meses de diferencia mis padres enfermaron con un virus que tal vez pescaron en un viaje de placer que hicieron a otro sistema, un virus nuevo, desconocido. Por alguna razón yo era inmune y no me contagié, a mis padres los aislaron. Los tuvieron en observación, incluso más de año hasta dar con la cura provisoria. Les dieron una ayuda económica de créditos, pero no era lo mismo, nuestra economía decayó y si bien yo como alférez ganaba créditos, un alférez es el rango más bajo y lo que ganaba era poco, o sea que mi estabilidad económica tambaleaba. Es más, la Seguridad Social no cubría toda la medicación de mis padres porque fueron a un sistema que no estaba dentro de la Federación Sargón, o sea que fue un viaje por cuenta y riesgo de ellos.
Así que no puedo contar nada bueno. No sé si me había enamorado de este felino traidor y ladrón, pero sí sentía una gran empatía y pensé que el día de mañana podía ser mi pareja estable. Odio la traición, odio la hipocresía, la inmoralidad, la infidelidad. Me molesta todo lo que tiene que ver con destruir la confianza.
Y eso me hizo desconfiada hasta con las amistades. El hablar de engaño ya me ponía mal, entonces es como que una amiga nueva que conocía o un joven que me presentaban, quizá por engramas que se me implantaron yo ya dudaba, dudaba y no quería profundizar más en una amistad, menos en una relación mucho menos. Y encima una angustia por la falta de estabilidad económica.
Una amiga, Sabina, me dijo:
-Scarla, siempre debes ver el vaso medio lleno, ten fe.
-¡Je, je! -Sonreí irónicamente. ¿Fe? Sé que mis padres no tienen la culpa, pero en el fondo se encapricharon como niños de ir a un sistema que no tenía garantías de la Federación, bastante que les cubre alguna medicación, pero otra la tengo que pagar yo de mi mínimo sueldo como alférez, y no es justo. Pero no les puedo echar la culpa, no hicieron ningún acto hostil, simplemente mi padre quiso, por amor, llevarla a un lugar paradisíaco. Y ahí fue donde se contrajeron ese virus que todavía lo están estudiando.
No tengo más nada para decir, solamente la esperanza de que el día de mañana pueda encontrar una persona que verdaderamente me respete. Porque el respeto lo cubre todo, sin respeto no hay lealtad, sin respeto no hay fidelidad y sin respeto te traicionan. Entonces lo que yo quiero es respeto.
Pero tenía que aprender a respetarme a mí misma, a no ser permisiva con el error. Y eso era una contra también porque me hacía más desconfiada.
Gracias por permitirme explayarme y contar ese relato de aquella vida en Sargón, como Scarla. Gracias.
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