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Psicoauditación - Armando C.

Grupo Elron
Sección Psicointegración y Psicoauditación - Índice de la sección - Explicación y guía de lectura de la sección

Si bien la Psicoauditación es la técnica más idónea para erradicar los engramas conceptuales del Thetán o Yo Superior de la persona, la mayoría de las veces se psicoaudita a thetanes que habitan en planos del Error y sus palabras pueden no ser amigables y/o oportunas para ser tomadas como Mensajes de orientación, algo que sí se da cuando se canaliza a Espíritus de Luz o Espíritus Maestros.
El hecho de publicar estas Psicoauditaciones (con autorización expresa de los consultantes) es simplemente para que todos puedan tener acceso a las mismas y constatar los condicionamientos que producen los implantes engrámicos.
Gracias a Dios, esos implantes son desactivados totalmente con dicha técnica.


Atte: prof. Jorge Olguín.

 

 

Sesión del 01/12/2012

Sesión del 12/02/2018

Sesión del 26/02/2019

 


Sesión del 01/12/2012

Médium: Jorge Raúl Olguín

Entidad que se presentó a dialogar: Thetán de Armando C.

La entidad dialoga con Karina acerca de puntos de vista sobre comportamientos de roles anteriores y temas personales de su 10%. También responde preguntas de su parte encarnada y le propone acciones para la vida presente.

Sesión en MP3 (2.120 KB)

 

Interlocutor: Bienvenido.

 

Entidad: Muchas gracias, es un privilegio estar aquí con este receptáculo que me alberga y...

 

Interlocutor: ¿Cómo te encuentras?

 

Entidad: Y contigo, interlocutora, también es un placer. Me encuentro con gozo, con expectativas y tratando en esta sesión de responder algunos interrogantes de mi parte encarnada, Armando.

 

Interlocutor: Bien. Tenemos aquí algunas preguntas que nos ha enviado tu 10%.

 

Entidad: Bien.

 

Interlocutor: ¿Cuál es tu nombre cómo thetán y en qué plano te encuentras?

 

Entidad: Tarsi-El, en el plano 3 subnivel 8, un plano de superación, a. un par de subniveles del un plano Maestro.

 

Interlocutor: Nos comenta Armando en cuanto a los planes, ¿qué le recomiendas respecto al viaje?

 

Entidad: Mira, siempre tenemos que mentalizarnos de que un cambio es positivo, y un viaje es un cambio. Nos tenemos que mentalizar positivamente poniendo expectativas sanas, poniendo atención y por sobre todas las cosas trasladando en nosotros una vibración sutil para que todo salga bien.

 

Interlocutor: ¿Qué porcentaje de comunicación tiene Armando contigo y cómo puede mejorarlo?

 

Entidad: Lamentablemente no es mucha, es de un 25%, pero como dijo un excelso Maestro alguna vez, los ruidos del plano físico a veces impiden ese contacto de 10% a 90%, porque yo tengo un 100% de contacto, es de parte de él hacia mí. Y por otro lado también algunos roles del ego que hacen que su propia mente interfieran ese contacto, ¿sí?

 

Interlocutor: Hay algunas inquietudes sobre sus vidas pasadas. ¿Cuántas veces has encarnado como masculino y cuántas en femenino?

 

Entidad: He encarnado ochenta veces como masculino y veinte como femenino. Al comienzo era muy parejo las veces que he encarnado como femenino y como masculino, pero eran épocas muy duras de barbarie donde el trato a la mujer era muy negativo, y si bien uno aprende lecciones kármicas con ello, la mayoría de las veces he encarnado como varón como para entender a partir del rol de varón el rol de la mujer y respetar ese rol.

 

Interlocutor: Antes de encarnar ¿cuál era el plan para esta vida, para esta encarnación?

 

Entidad: Aprender, enseñar, entender, captar y transmitir por sobre todas las cosas. Cuando uno va de misiones generalmente o de proyectos, no hay un punto definido primero porque como sabemos, aparte los grandes Maestros avalan esto, uno se dispersa en el plano físico y si bien hay un objetivo en común, que es el poder elevarnos, en el plano físico debemos ser puntuales y eso no es fácil. Crecer, por sobre todas las cosas crecer.

 

Interlocutor: ¿Quisieras comentar a tu 10% algo que le pueda ayudar a prevenir? Porque quizás algún hecho, o alguna enfermedad, no sé, algo lo que tú puedas anticiparle.

 

Entidad: Bueno, esto también lo dicen los Maestros de Luz el plano 5, debemos estar alerta. Hay thetanes cuyos 10% encarnados están en el plano 2, son thetanes de mucha crueldad, su mismo ego lo lleva a estar dormidos y esos 10% son obstáculo para el resto, y ellos mismos se quejan de su mala fortuna.

En el plano 3, que es un plano de superación, lo que se busca justamente es estar alerta, no estar dormido, vivir pendiente. Pero vivir pendiente no es lo que piensan en el plano 2, que es estar permanentemente atentos a lo que hacemos o dejamos de hacer, no, porque como dicen los seres de Luz uno se acostumbra a estar atento y estar atento también es cuidar de nosotros mismos, la salud física y la salud mental por sobre todas las cosas. Entonces, no es que podamos prevenir todo porque el hecho de que tengamos libre albedrío y nos permita elegir, nos permita optar también hay libre albedrío para el resto y a veces otro puede provocar un accidente donde seamos víctimas o un sin fin de cosas desafortunadas. Obviamente, estando alerta la gran mayoría las podemos evitar. ¿O por qué no todas?, quiero ser optimista. Pero hay casos donde de repente estás en un lugar de nieve y se produce un alud, por más que tiendas las dos manos no vas a frenar al alud. A veces pasan esas cosas en la vida, obviamente. Es como cuando conduces un carro: tú conduces un carro, te pones el cinturón de seguridad, tienes la bolsa de aire que te puede proteger de un choque, tienes muchas más posibilidades de salir indemne que si manejaras hablando por un móvil, distraído, sin cinturón de seguridad.

En la vida siempre tenemos que estar con cinturón de seguridad, de manera metafórica.

 

Interlocutor: Bien. ¿Cuál fue el principal motivo del problema que ha tenido tu 10% hace seis años...

 

Entidad: Karmático, karmático, karmático. Eso fue karmático.

 

Interlocutor: Acerca de cuando era niño que iba con su hermano y su mamá en coche, se sintió en algún momento como que se trasladaran a otro lugar. ¿Qué fue, o sólo fue su imaginación?

 

Entidad: No. Hubo un traslado pero luego... luego lo regresaron, yo lo capté, yo lo capté y no fue imaginación. Realmente cuando somos niños tenemos ese don de poder percibir más allá de la lucidez de un adulto.

 

Interlocutor: ¿Por qué ha decidido tu 10%, tú como thetán, encarnar en esta vida con esta familia? ¿En qué nivel estabas?

 

Entidad: En el 3 subnivel 7 subiendo de subnivel, estoy en el 3 subnivel 8. Me pareció una familia idónea, una región idónea como para poder de alguna manera cumplir mis metas aun sabiendo que al encarnar pierdes la memoria reencarnativa y al comienzo pueden decidir por ti sobre lo que harás y sobre lo que no harás, pero bueno...

 

Interlocutor: ¿Puedes cambiar los trastornos físicos que le molestan y si es así, cómo?

 

Entidad: Mira, esto lo quería tocar, hay cosas que son karmáticas. Pero hay cosas que no son karmáticas, hay cosas que se pueden modificar a favor estando alerta, tratando de investigar cada punto que nos está afectando. Y sí, ciertas cosas las podemos revertir, ciertas cosas las podemos revertir, es trabajo de mí 10% el profundizar en ello porque también como es karmático es un lección a aprender. Y el profundizar en ello va hacer que aprenda la lección, porque tenemos varios karmas.

 

Interlocutor: ¿Cuál ha sido el planeta más interesante que has visitado como thetán, que has encarnado?

 

Entidad: Sin ninguna duda Umbro, el cuarto planeta de Aldebarán, sin ninguna duda.

 

Interlocutor: Nos consulta tu 10%, ¿le serviría el aceite de huevos de hormiga?

 

Entidad: No, no.

 

Interlocutor: ¿Podría saber en qué plano se encuentra su mamá, su papá y sus cuatro hermanos?

 

Entidad: Sí, todos plano 3 subnivel 9, a un subnivel del plano maestro. Quiero agregar un comentario a la pregunta anterior; es como la baba de caracol, es más efecto placebo que real. Ahora vuelvo a la pregunta actual sobre los planos. Si bien el plano 4 es un plano Maestro y el plano 3 "no deja de ser considerado un plano del error como el plano 2", hay que saber separar; el plano 2 es un plano de crueldad, el plano 3 es un plano de superación que está el grueso de la población en este mundo o en otros mundos, gente que no daña, gente que quizá se compromete en algunas cosas pero no está el cien por ciento del tiempo en misión de Luz porque las propias circunstancias de la vida no te dejan. Si tú de repente tienes que pagar una cuenta o te duele una muela o de repente tienes un familiar que tiene problemas tú en ese momento no estás pensando en la misión, y no debo ser hipócrita, hay que ser justo, hay que ser justo en esto. Quiero decir con esto que el hecho de que mis familiares en ese rol como Armando estén en el plano 3.9 no es algo negativo, es un plano de superación que están a punto de tocar el plano maestro y depende de que sus espíritus cumplan con la función de elevación. Eso quería comentar.

 

Interlocutor: Y sobre David C. Valderrama ¿en qué plano se encuentra?

 

Entidad: 3.6, por los altibajos.

 

Interlocutor: ¿Hay algún mensaje que quieras dejarle a tu 10%?

 

Entidad: Hubo vidas que fuimos muy apasionados, -según los poetas, aquellos poetas líricos del siglo XIX, del siglo XVIII, el apasionamiento está visto como una virtud. Todo depende del equilibrio que lleva esa pasión porque los Maestros de Luz explican que la pasión es ego. Hay muchos que piensan que el amor es una pasión. El amor es un sentimiento, no es una pasión, el deseo es una pasión. Si yo amo es un sentimiento, si yo quiero tengo pasión-, en distintas vidas fui muy apasionado como varón y a veces hasta impulsivo y he cometido errores, y algunos los vivo en esta vida como aprendizaje, como lecciones kármicas. Y el karma no es ojo por ojo, diente por diente, no es la ley del Talión; no necesariamente si yo en una vida engañé, en esta vida voy a ser engañado.

 

Interlocutor: ¿Cuál consideras que debiera ser una de tus lecciones a aprender en esta encarnación?

 

Entidad: Templanza por sobre todos las cosas, perseverancia, voluntad y tolerancia. Tolerancia. Y con respecto a las lecciones kármicas no es que si yo engañé en esta vida voy a ser engañado, en esta vida puedo tener unos altibajos psicofísicos donde voy a tener que poner más de mí para compensar ese altibajo, a diferencia de una vida pasada donde me refugiaba en un rol narcisista que me daba éxito, que me daba éxito con la gente ingenua. Y es otro karma a revertir. Cada rol de cada vida es distinto.

 

Interlocutor: ¿Hay alguna vida en particular que quieras repasar quizá porque te hayan quedado engramas o porque de alguna manera te atrae?

 

Entidad: Mira, por engramas muchísimas. La vida de Umbro. Pero es una vida para una sesión entera porque habría que tocarlo la próxima vez. Tengo también una vida en Italia, mi nombre era Eliseo, como aquel Eliseo..., el gran Eliseo que fue en busca de aventuras. Yo también como Eliseo en una Italia más contemporánea fui en busca de aventuras.

 

Interlocutor: ¿Cómo te ha ido?

 

Entidad: Si uno lo cuenta desde la epopeya me fue bien. Si uno lo cuenta desde lo moral no, no me fue bien. Es una vida para relatar también porque va a ser muy útil.

Quiero descansar.

 

Interlocutor: Te agradezco mucho por estar aquí y bueno, toda la Luz para ti y para tu 10%, espero que nos volvamos a contactar para poder continuar con tu relato.

 

Entidad: Gracias.

 

Interlocutor: Hasta todo momento.

 

 


Sesión del 12/02/2018

Médium: Jorge Raúl Olguín

Entidad que se presentó a dialogar: Thetán de Armando C.

En Gaela seguía la forzada religión de la Orden de Amarís. De joven tenía poca relación con otros y el clima familiar era frío. Aun con un amigo de confianza quedó con engramas de soledad.

Sesión en MP3 (2.552 KB)

 

Entidad: No tuve muchos amigos de pequeño, quizás unos pocos más de adolescente estudiando en la escuela secundaria, porque tanto de pequeño como de adolescente cuando salía de la escuela me iba a la fábrica de papá.

 

Mi nombre era Donato Pieri. Papá Antonino tenía una fábrica de calzado y mamá Gina hacía costura. Siempre trabajé con papá, de pequeño ayudando, barriendo, limpiando y luego mi padre me puso en un lugar manejando máquinas, haciendo costura en los calzados.

Padre me decía:

-Está bien que estudies, está bien que tengas instrucción, pero el día que yo no esté esta fábrica será tuya.

 

Quizá tuve un poco más de libertad ya de grande, al cumplir veinte y dos años. Me hice amigo de Arturo, Arturo Rosen, éramos casi de la misma edad. Padre es como que ya no me controlaba tanto.

Y visitaba seguido la casa de Arturo, me invitaban incluso a cenar, un clima más, cómo lo diríamos... cálido, bastante cálido. Tengamos en cuenta que en el siglo XX de Gaela seguía firme la Orden de Amarís y papa Antonino y mamá Gina eran muy fanáticos, muy fanáticos. En la secundaria tenía algunas amigas y mis padres las prejuzgaban porque decían que usaban vestidos cortos "¿Qué diría Axxón, quien fue muerto en el rombo hace dos mil años?". Yo creo que no diría nada. Yo creo que entendería la moda, yo creo que entendería la vestimenta del presente del siglo XX. Pero no sólo eran fanáticos de la Orden de Amarís sino que papá ponía todo su empeño en el trabajo y las palabras que me dirigía eran para darme órdenes: "Haz esto, haz aquello, fíjate como está aquella máquina". En casa estaban metidos con la televisión, había cuatro canales pero le gustaba la música, le gustaba ver películas..., yo me aburría.

 

Recuerdo cuando conocí a los padres de Arturo. Paul era carpintero, humilde. Arturo me decía que muchos de sus amigos -en realidad no sus amigos, la familia mis amigos-, cuando él era pequeño los despreciaban porque eran doctores, abogados, escribanos y pensaban que un carpintero era poca cosa. La mamá de Arturo, Sara, tenía el cutis muy blanco. Le pregunté:

-¿De dónde es?

-¡Ah! Ella vino de pequeña de Magar.

-¡Aja, aja! O sea, que tú eres una mezcla de razas.

Arturo me decía:

-No, Donato, lo que menos me importa es el color de piel, tengo la piel más bien morena como papá y el corte de rostro como mamá.

 

Pero era una familia agradable. Por educación bajaban el volumen de su tele y conversábamos de mil cosas, incluso tenían un juego de cartas que se jugaba de a cuatro y el papá de Arturo, Paul, me dijo:

-¿Sabes jugar a esto?

-Sí, juego con mis compañeros.

-Bueno, ponte de compañero de Arturo y juega contra mi esposa Sara y contra mí.

-¡Pero señor!

-No, no, no, nada de señor, dime Paul.

 

Y jugábamos dos contra dos a las cartas apostando monedas como para tener un incentivo, pero Paul me aclaraba que no le gustaba la adicción al juego y le daba pena la gente que era adicta a eso, pero jugar por monedas no molestaba.

A veces llegaba a casa a las doce, una de la mañana, papá Antonino ya estaba durmiendo, me iba a mi habitación y me acostaba. A veces me quedaba despierto, acostado pensado en lo grato que era ir a la casa de Arturo, una casa humilde, antigua, pero con una calidez tremenda, tremenda.

Arturo me decía:

-¿Qué haces de tu vida?

Digo:

-Bueno, de pequeño estudiaba, de la escuela iba a casa, comía algo y luego papá me llevaba a la fábrica.

-¿Y no te aburrías?

-Sí, más vale que me aburría, me recontra aburría. Pero qué podía hacer, no le iba a desobedecer. Nunca me castigó pero su forma de tratarme era como muy rígida, qué te puedo decir.

-¿Y tu madre?

-Bueno, mamá Gina vivía haciendo costura. Es como que de joven, porque es joven, sin embargo es como que tiene el cuello torcido de la posición de su cuerpo de estar permanentemente cosiendo.

-¿Pero no tiene máquina de coser, Donato?

-Sí, pero hay puntadas que las tiene que hacer a mano. ¿Cómo fue tu vida de pequeño?

Arturo me comentaba:

-No, yo tenía más libertad a la tarde. Tenía varios amigos: Héctor, José, uno que le decíamos "el mudito". Y reconozco que era muy tímido. En la secundaria, de a poco, de a poco fui superando la timidez, no del todo. Tengo recuerdos que prefiero olvidarlos.

-¿Y tenías amigos en la secundaria?

-Sí -contestó Arturo-. Armando, sus padres eran directivos en un templo de la Orden de Amarís.

-¡Oh!

-¿Por?

Le dije:

-Mira, ¡jé! Se tenían que haber juntado con mis padres, que no hablan de otra cosa... Fuera de su trabajo, ¿no?, primero es su trabajo y después la Orden de Amarís. ¡Por Dios! Yo creo que ese fanatismo el Maestro Axxón no lo hubiera aceptado.

-¿Y lo ves seguido a ese Armando?

Arturo me dice:

-No, no, no, tampoco al otro con el que nos juntábamos, Alberto, que ahora atiende la panadería del padre.

-¿El padre murió?

-No, no, pero es como que ya no se ocupa tanto. Y yo sigo estudiando.

-¿Qué estudias? -le pregunté.

Arturo me dice:

-Me interesa mucho la filosofía y cierto tipo de psicología.

-¡Ah! Pero eso es bueno.

-Pero he perdido tanto tiempo... Padre quería que hiciera otra cosa. No lo hizo de malo pero es como que a veces los padres se sienten frustrados porque no hacen algo y quieren que sus hijos completen lo que ellos no hicieron y a veces no tenemos la misma idea ni los mismos gustos.

 

Me quedé pensativo por las palabras de Arturo Rosen. Y le dije:

-Yo de de pequeño anhelaba hacer tantas cosas... Pero de alguna manera es como que ahora, digamos, le estoy tomando el gusto a armar calzado. Hacemos calzado masculino y calzado femenino, botas incluso, boiseries. No es que tenga mucho personal papá pero ahora me respetan, algunos me conocen de niño son gente grande pero me respetan. Tenemos varias máquinas y sí, pienso que... pienso que el día de mañana estaré al cargo de todo.

Arturo me preguntó:

-¿Y no te interesa otra cosa? ¿No te interesa estudiar otra cosa? -Me encogí de hombros.

-Me siento afortunado porque en el fondo me gusta lo que hace papá Antonino. No me interesa su creencia, su religión pero obviamente no hablo en contra porque hay mucha gente fanática que no conoces y te denuncian, entonces digo a todo que sí. Lo importante es que puedo salir.

 

Y sí, por lo menos había conseguido un buen amigo y de alguna manera le respondía de la misma manera. Cuando alguien te brinda la amistad tú se la tienes que brindar a él también. Obviamente la amistad exigía una lealtad distinta a la relación de pareja, quiero decir en la relación de pareja si tienes otra persona ya no es lealtad, es un engaño, en cambio en la amistad puedes ser leal a diez amigos, está todo bien. Deslealtad es hablar mal a espaldas de uno. O de repente si hay algo que tú ves que hace mal es leal decírselo. Ahora, si el otro sigue con la misma tesitura o no te interesa o te cae mal su conducta, bueno, puedes alejarte mientras mantengas tus principios en alto, que es lo que vale.

 

¿Si de la niñez me quedaron engramas? Muchísimos. Engramas de soledad. Lo mismo en la adolescencia. Ahora tenía más libertad, a partir de los veinte dos años podíamos ir a bailar, podíamos ir al cine. Había un parque de diversiones muy grande donde también íbamos y es como que uno se sentía más afortunado. Pero los engramas que había adquirido es como que lo dejaban marcado. Es como que te queda una huella, una cicatriz.

 

Y si bien gracias a este receptáculo que me alberga que me permite expresar en el lenguaje hablado todo mi concepto haciendo que pueda liberarme, hacer catarsis, es como que los engramas se aferran y se aferran y se aferran y se aferran y cuentan, cuentan.

Tengo una forma de pensar a lo mejor distinta; a veces duele más una cachetada que un golpe de puño. Y pensaréis que es ilógico lo que digo pero a veces una cachetada duele más porque fue dada por un ser querido, y un golpe de puño puede ser dado por un desconocido. ¿Pero qué duele más aún que una cachetada? Un desprecio, una traición, la indiferencia de la gente que quieres.

Sí, duele mucho. Y esos engramas son los más difíciles de sacar.

 

Gracias por ahora. Voy a dejar descansar al receptáculo.

 

 


Sesión del 26/02/2019

Médium: Jorge Raúl Olguín

Entidad que se presentó a dialogar: Thetán de Armando C.

La entidad relata una vida en Aldebarán IV. Vivía en un mar de inseguridades, inseguridades que sus padres le habían potenciado. De más grande empezaron a ocurrirle cosas. Ahora ya no tenía inseguridades, sino pánico.

Sesión en MP3 (2.734 KB)

 

Entidad: Hay tantas cosas que me han sucedido en distintas vidas...

Mi nombre es Trev-El, estoy en un plano 3, subnivel 1, es un plano de superación. Tengo muchísimos engramas, ellos no me jalan hacia abajo. Sí los roles del ego.

 

Cada vida es distinta a la otra, tuve una vida en Aldebarán donde de alguna manera hay cosas que han sido similares a la vida actual, salvando las distancias, porque era otra crianza, otra región, otro tiempo, otro mundo, otras circunstancias. Pero me sucedían cosas similares a la vida actual.

 

Mi nombre era Orizio, de la región de Sanara, poblado al este del desierto de Umbro. ¿Qué puedo decir de mi padre en esa vida? Decían que era profeta porque daba a conocer cosas que luego sucedían.

De pequeño estaba encandilado, deslumbrado con su conocimiento, con su sabiduría. Hasta que fui creciendo y me di cuenta de que padre era quizás algo delirante puesto que decía cien cosas y alguna iba a suceder tarde o temprano.

¿De madre qué puedo decir? Me consentía mucho, muchísimo. De pequeño era tímido y me costaba pelear con los otros niños simulando una lucha con espadas; cogíamos palos de madera y hacíamos que eran espadas de guerrero, pero al primer golpe iba a llorar a las faldas de mi madre, que le gritaba y retaba a los otros niños.

Eso no conseguía que me templara, eso no conseguía que me fortaleciera, todo lo contrario, me debilitaba, lo que con el tiempo me causó una enorme, una gran inseguridad en todos los aspectos al punto tal que ya de grande trataba con otros jóvenes y la inseguridad se potenciaba y ni hablar si me encontraba con jóvenes mujeres, es como que era un paroxismo, el cuerpo me temblaba, no sabía que decir.

 

Padre fue siendo grande, ya no se comunicaba. Decían "El profeta ha enmudecido". Jamás lo consideré un profeta. Sentía como un cierto rencor, digamos, porque a padre le encantaba figurar, a diferencia mía que de pequeño me escondía tras las faldas de mi madre. A él le encantaba hacerse notar y hablaba y decía "Pronto va a haber una inundación en la zona ecuatorial". Y sí, en determinado momento vinieron las grandes lluvias y se inundó parte de la región. "¡Cómo sabe este hombre!", decían. Pero no sabía nada, simplemente era un cálculo. De grande me di cuenta de que padre era una persona jactanciosa. Y tenía rencor, porque jamás se había preocupado de mí en el sentido de enseñarme cosas de la vida.

Madre era distinta, era todo cariño conmigo, pero era un cariño que ahogaba, era un cariño que manipulaba, el sentirme consentido es como... como que me sentía protegido. Claro, de niño está bien sentirse protegido, pero a medida que uno va creciendo y esa madre que te ha consentido envejece es como que quedas desnudo, es como que quedas desamparado. Ahora te las tienes que arreglar solo. ¿Y cómo haces si de niño te tocaban y llorabas? ¿Cómo peleas con una espada de verdad en un ambiente tan hostil, cruel, bárbaro si te han criado endeble, débil, vulnerable, inseguro?

 

Y me pasaba lo mismo en las relaciones afectivas, cuando veía una joven bella me paralizaba. Obviamente que era todo mental porque había una vecina no tan agraciada físicamente y un rostro para nada llamativo y con ella tenía confianza, tenía confianza justamente porque no me deslumbraba, y pudimos salir un tiempo. ¡Je! Lo irónico, rozando el sarcasmo, de todo esto fue que esa joven a la que nadie quería, a la que nadie se le acercaba porque decían que era fea, obesa, mal vestida y los otros jóvenes se burlaban, un día me dijo:

-Orizio, no terminas de llenarme, no terminas de conformarme, quedemos como amigos. -Y se alejó de mí.

Sentí un impulso de rabia y cometí el error de decírselo:

-¿Pero tú quién eres? Nadie te hace caso en el poblado, tuve la piedad... tuve la piedad de acercarme a ti y, ¿tú me dejas a mí?, ¿pero tú quién te crees que eres?, ¿quién te va a prestar atención? -Me hubiera gustado que se enojara y me dijera de todo, pero no, me miró con pena y me dijo:

-Orizio, seguramente yo no seré llamativa pero tengo algo que tú no tienes, tengo seguridad en mí misma, y a mí no me interesan los jóvenes creídos que buscan a las damas bellas para hacerse notar. Pero yo lo sé, yo sé todo eso, pero yo tengo algo por dentro muy lindo que tú no tienes, que a ti te falta. Y en realidad yo no alejaba de ti por eso, Orizio, simplemente porque tu carácter, tu temperamento es demasiado vulnerable y es como que aún saliendo conmigo mirabas para todos lados para que no nos vieran, como que tuvieras vergüenza de mí. Yo jamás tuve vergüenza de ti siendo tan inseguro como eres. Y si pretendes que me enoje por decirme todo lo que me has dicho... no, al contrario, me da pena que pienses así. -Y se alejó.

 

O sea, la más fea de la aldea tuvo el tupé, el coraje de dejarme a mí.

Y de noche empecé a tener sueños negativos, soñaba con bestias imaginarias, con sombras que venían a mi dormitorio. A veces me despertaba gritando y madre entraba a mi dormitorio y me decía:

-Le pasó algo a padre, porque a veces padre delira. -Y eso me molestaba.

-No, madre, no le pasó nada a padre, a mí me pasa, a mí, a mí.

-Bueno, duérmete. -Y cerraba la puerta. No me prestaba atención. Ya era grande, no precisaba que me proteja.

 

Mis sueños eran siempre negativos. Un día le comente a Elser, un joven con el que muchas veces hablaba.

-He soñado que me congelaba, como que la nieve me tocaba el rostro.

-Orizio, no hagas caso, es un sueño. Estamos cerca del desierto, aún en invierno la temperatura no baja tanto.

 

Lo comentó con otros jóvenes de la aldea y se reían de mis sueños, pero hubo como un cambio drástico de temperatura y durante dos días y dos noches nevó. Y todos me miraban.

-Orizio heredó los poderes de su padre. Orizio es más poderoso que su padre, tienes sueños premonitorios, hagámosle caso.

 

¿Y qué sucedió? A veces venían a casa mamás con niños y me decían:

-Mi pequeño está enfermo, ¿vivirá, se morirá?

Yo conocía poco y nada de los temas de salud, pero recuerdo que le dije a esa mamá:

-Hazle un jugo de hierbas, que tome bastante líquido y le bajará la temperatura. -Y el niño mejoró. Lo que yo le dije era algo lógico, pero la madre esparció mi comentario por todo el poblado.

-No sólo es un profeta, Orizio, es un sanador.

 

En ese momento sentí pánico, no inseguridad, pánico, un pánico tremendo porque ahora creían que yo era un sabio. ¡Pero si era un joven absolutamente tímido! Y no se esparció solamente por la aldea sino en otras aldeas.

Recuerdo que vino un hombre, altísimo, con una espada gigantesca y me dijo:

-Tú eres... tú eres el profeta.

-No, señor, simplemente a veces sueño cosas.

-Pues dime, voy a desafiar al jefe de mi clan. ¿Lo venceré? -Yo no era adivino, yo no era profeta. Dije un par de cosas y la causalidad hizo que acertara. Le dije al hombre, pero temblando de miedo:

-Tienes que tener mucho cuidado con la espada de tu jefe. Sé astuto.

-Entiendo. -¡Qué me iba a entender si yo mismo no me entendía!

El hombre volvió triunfante a los tres amaneceres y me dijo:

-Te hice caso, lo ataqué durmiendo y ahora soy el jefe del clan. Fui astuto. -jamás le había dicho que hiciera eso, simplemente fue un comentario, una frase y él la interpretó como él quiso. Pero para qué...

 

Se corrió la voz en distintas regiones que yo no solamente era un profeta, no solamente sanaba sino que también podía predecir el futuro de los clanes guerreros. El pánico se me había acrecentado y más gente me vino a consultar, jamás, jamás decía palabras directas.

Uno me consultaba por su cosecha: "Ten cuidado con el mal tiempo".

El hombre protegía su cosecha y la misma era abundante: "Orizio ha acertado otra vez". -Yo no acertaba nada, nada.

Mis miedos seguían porque cuanto más creían en mí más pánico me daba, pero es obvio, era una cosa lógica.

En sus momentos de lucidez, porque ya era bastante grande, padre me decía:

-Has heredado mi don, pero eres mejor que yo.

Y madre me comentaba:

-El haberte protegido de niño ha dado sus frutos. -¡Qué frutos! Madre me había convertido en una persona vulnerable, débil, sin carácter.

 

La joven que me había dejado de lado volvió a acercarse a mí:

-Has cambiado, eres todo un hombre.

Y una joven tan hermosa como deslumbrante se acercó y me dijo:

-Mi nombre es Sanara, el mismo nombre de la región. Me interesas, permíteme salir contigo. -En ese momento me cogió de nuevo un pánico tremendo y le dije:

-Déjame pensarlo... -Porque, ¿de qué iba a hablar?, ¿de qué iba a hablar?, mi timidez seguía estando.

 

¿Pero qué hizo la joven Sanara?, le comentó a todas: "Es difícil salir con Orizio, veré la manera de conquistarlo porque él está más allá de todas nosotras".

Pero no era cierto, le dije "déjame pensarlo" porque tenía un temor tremendo de hablar con ella y ella pensó que yo me hacía desear porque era un creído.

Qué ironía, qué ironía tremenda, aún no había vencido mi timidez, aún no había vencido mi gran inseguridad, una inseguridad que se acrecentaba cuando estaba con varias personas, porque todas me preguntaban: "¿Qué pasará con esto?, ¿qué pasará con aquello?, ¿qué me recomiendas con esto?". Yo tiraba palabras al azar y quizá porque la gente se convencía de que era cierto lo que yo decía, lograban el resultado que querían. Y cada vez se forjaba más la leyenda del profeta.

 

Había pensado en huir de la aldea, de mis padres, de todos, pero no contaba con que un rol del ego se había apoderado de mí, un rol del ego que yo pensaba que me hacía bien y no me daba cuenta de lo mal que me hacía porque por momentos me había vuelto presumido, como vanidoso, y yo sé que eso está mal. Pero esa vanidad ocultaba bajo la alfombra mi timidez, el sentirme presumido ocultaba mi inseguridad, es como que sentía más confianza en mí mismo, me sentía más suelto. Sí, estaba cambiando, pero era un cambio ficticio, es como si tienes una pared que filtra humedad y tú le pones un poco de cal para disimular esa humedad, pero llega un momento que la humedad vuelve a asomar, porque yo no había corregido mi interior, era una capa externa que me hacía mostrar brillante.

Incluso llegué a salir con esta Sanara, cosa que tiempo atrás pero ni hola me decía, y el hecho de que la gente me palmeara el hombro "Qué bueno que eres, Orizio", eso me hacía sentir más seguro. Pero cuidado, cuidado, cuidado con las seguridades ficticias, porque así no es como se vence la timidez, así no es como se vence la inseguridad, era una capa, era una actuación, faltaba muchísimo aún para que pudiera vencer la inseguridad y mostrarme genuino, porque lo mío no era genuino y por dentro seguía teniendo pánico, me faltaba esa resolución.

 

Gracias por escucharme.