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Psicoauditación - Arturo

Grupo Elron
Sección Psicointegración y Psicoauditación - Índice de la sección - Explicación y guía de lectura de la sección

Si bien la Psicoauditación es la técnica más idónea para erradicar los engramas conceptuales del Thetán o Yo Superior de la persona, la mayoría de las veces se psicoaudita a thetanes que habitan en planos del Error y sus palabras pueden no ser amigables y/o oportunas para ser tomadas como Mensajes de orientación, algo que sí se da cuando se canaliza a Espíritus de Luz o Espíritus Maestros.
El hecho de publicar estas Psicoauditaciones (con autorización expresa de los consultantes) es simplemente para que todos puedan tener acceso a las mismas y constatar los condicionamientos que producen los implantes engrámicos.
Gracias a Dios, esos implantes son desactivados totalmente con dicha técnica.


Atte: prof. Jorge Olguín.

 

 

Sesión 29/06/12
Médium: Jorge Raúl Olguín
Entidad que se presentó a dialogar: Thetán de Arturo

La entidad se pregunta si de verdad aprendemos de nuestros sufrimientos, y la respuesta es que está en la naturaleza de cada uno el brindarse al otro aunque al hacerlo resulte dañado en su ser. Witter describió cómo en una vida en un planeta de la Federación ya en decadencia estaba disconforme con la tiranía y el despotismo del príncipe. Pensó que alguien lo había delatado como agitador cuando fue llevado a Sargón.

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Entidad: El espíritu tiene tantos altibajos como puede tenerlo el ser encarnado en cada vida, sabiendo que cada encarnación es distinta a la otra. Percibo que hay situaciones que se repiten en cada mundo, en cada región, en cada ciudad, en cada entorno y es como que te saturas de las injusticias. Y no creo que sea el único que se pregunte ¿De verdad aprendemos de nuestros sufrimientos? ¿Hasta qué punto? No me parece, no lo veo potable porque estoy elucubrando, recordando cada instante de cada vida y no encajan las piezas en el sentido que no veo qué podemos aprender de una traición, de un abandono, de un sometimiento, de una soledad, de estar rodeado de despotismo, de indiferencia, de gente que solo se preocupa de su bienestar, sin mirar a los demás.

Los Maestros dicen: "Está en la naturaleza de cada uno brindarse, independientemente de las conductas ajenas". Está bien, lo acepto pero nadie es inmune a que esas vibraciones nefastas no te lleguen y nadie puede dejar de percibir dichas situaciones.

 

Me remonto a muchísimo tiempo atrás. Había encarnado en el sistema de Sargón, justamente en un mundo llamado Ferro, donde mis antecesores me enseñaron que fue el mundo culpable de causar una rebelión que luego fue sofocada. La ciudad donde yo estaba era una de las más importantes, Cirma, y me desesperaba la conformidad de mis amigos.

En esa vida me llamaba Witter y no soportaba la situación de la Federación, que se había transformado en un imperio malvado sometedor de mundos con un príncipe tan pero tan despótico...

Nos reuníamos a mirar holovisión en la casa de Elton. Elton era demasiado mesurado. Siempre decía: -No estamos mal. Tenemos créditos para comer y con nosotros nadie se mete.

Yo le comentaba: -No es así. Falta abastecimiento, aparatos sónicos para operaciones. Las nuevas tecnologías no llegan. Eso no importaría pero los aparatos sónicos...

La vez pasada murió un señor por un síntoma que ya hacía siglos que no se padecía. No podía evacuar su orina y se le habían formado piedras en su vejiga. Con el aparato sónico se las podían haber destruido y con un cortico tranquilamente le podían haber tratado el síntoma que le impedía evacuar su orina. Murió joven, en medio de espasmos dolorosos. Y, ¿por qué? Porque están paradas las importaciones.

Los demás amigos eran indiferentes pero yo ignoraba que el dueño de la casa tenía conexiones con gobernantes de Ferro que a su vez eran siervos del gobierno central. Dos días después de esa reunión uno de mis compañeros que se apiadó de mí me mandó un holocorreo diciendo que me buscarían y me llevarían directamente a Sargón para someterme por agitador. Agitador es una categoría inferior a la de rebelde pues al rebelde directamente lo ejecutaban. Al agitador quizá le daban prisión perpetua o quizá desaparecía o lo hacían matar por otros presos porque no había compañerismo incluso entre los mismos presos.

 

Trabajé muchos años con holoinformación en un diario holográfico que no solamente se repartía en el sistema de Ferro sino en sistemas estelares cercanos dentro del radio de los veinte años-luz. Pero, ¿adónde iba a ir? Lo primero que hicieron fue embargar mi crédito para que no tuviera dinero para irme.

A veces tenemos esos momentos de zozobra donde no sabemos qué decisiones a tomar.

Sentí un desgano total y una indiferencia total por lo que pudieran hacer con mi persona.

 

Poco tiempo después se ilumina la pantalla de llamada emitiendo un zumbido y puedo ver a través de la pantalla dos figuras de uniforme oscuro que me vienen a buscar. Aprieto el pulsador y entran. Me apuntan con un aparato, me escanean de la cabeza a los pies. En su aparato salen una serie de cifras y números comprobando mi identidad.

-Es Witter -dice uno-.

El otro exclama, mirándome: -No hace falta que lleve nada, nadie entrará en su casa.

 

Fuimos a un pequeño espacioplano. No emití palabra, apenas noté la aceleración. Tiempo después entramos a una nave madre que orbitaba a mil kilómetros por encima de Ferro. Me llevaron a un salón, me ofrecieron una bebida dulce. Podía ser algún líquido que acabara con mi vida pero, como dije, estaba como indiferente con lo que pasara conmigo… Apareció un hombre bastante mayor de cabello muy canoso y muy largo vestido con un uniforme celeste casi blanco.

Se sienta a la mesa a mi lado y me pregunta: -Entiendo que tú has estudiado, ¿no?

Me sorprendió la pregunta porque no era lo que yo esperaba:

-Sí -le respondí-. Antes de trabajar en el diario holográfico muchos años estudié, desde preadolescente, con motores de vacío.

-Entiendo que también has estudiado en el propio Ferro con armas de vacío.

-Sí, por supuesto, pero si veis mi ordenador holográfico no guardé nada y entiendo que el Gobierno de Ferro lo pasó al Gobierno central.

-¿Por qué lo dejó?

-¿Por qué lo deje? Porque no me interesaba invertir mi tiempo en más armamento. Quería trabajar más sobre motores de vacío, no sobre armas de vacío.

-Entiendo que usted tenía más para dar.

-Así es, pero han pasado años de ello.

-Usted comentó, Witter, "investiguen mi ordenador y verán que no guardo ninguna fórmula". Lo hicimos pero también vimos que siguió estudiando incluso teorías de otros físicos.

-Es verdad. De todas maneras no entiendo por qué me llevaron. O sea, ¿de qué me acusan? ¿De alterar el orden? No lo altero, simplemente me reuní con unos compañeros y he emitido opiniones.

-Lo sabemos.

-Me imaginé. Tenéis entre vosotros muchos que tienen dos caras y buscan quedar bien. Yo no confiaría tanto en quien traiciona a un compañero porque no sabéis si el día de mañana os traicionará a vosotros.

El hombre se rió y miró hacia atrás, con una sonrisa de complicidad, a los guardias que estaban en la puerta, que eran quienes me habían traído.

-Witter, no te he hecho traer porque hayas tenido intentos de sublevarte ni porque critiques. Necesitamos de tus conocimientos.

En ese momento me puse reactivo, aun a riesgo de mi vida, y respondí muy alterado.

-No pienso colaborar con vosotros, con ese príncipe que somete a cientos de planetas, no pienso. Acabad conmigo, torturadme. Es mi cuerpo pero lo que llevo dentro, mi alma, eso no la someteréis.

-Quédate tranquilo. Tómate el brebaje.

Cogí la taza y en cinco segundos me terminé el líquido.

-Y ahora qué, ¿dormiré plácidamente hasta morirme? ¿Moriré con estertores, con dolores...?

El hombre mayor me miró entre irónico y sarcástico.

-Eso no es un veneno. Es un simple brebaje relajante. Te necesitamos de verdad y verás que colaborarás.

-Entiendo. Me pondréis algún aparato en el cerebro para domesticarme, como se hace con los animales salvajes de la pradera, en las afueras de las ciudades de Ferro.

Me cogió un sopor y el hombre mayor me recomendó que me reclinara en un sillón. Estaba relajado pero no me dormía. Se fue el hombre, se fueron los guardias y yo quedé pensando.

 

La historia va más allá del ser encarnado. He visto holopelículas -de ficción obviamente- de milenios atrás de Sargón, de Ancar, de Ferro, de Yovelow, de distintos mundos. Incluso se reproducían guerras contra el imperio reptiliano. Pero los ciclos de la cinta terminaban y de repente grandes civilizaciones desaparecían y uno veía el énfasis, ya sea de gobernantes o grandes empresarios que explotaban al más vulnerable. Vivían sus vidas, sus dramas en sus relaciones de pareja, con sus hijos, con su familia y siglos después esa gente no existía. Y todo ese esfuerzo, ¿para qué? ¿Para qué?

 

La pequeña habitación la iba recorriendo con mis ojos mientras me iba durmiendo. Recién ahora reparaba en una leve música antigua pero algo había cambiado: había despertado en mí la curiosidad, la curiosidad de entender, de entender a la gente. Cuando era muy joven había despertado en mí la curiosidad de entender a otros. Y un amigo, al que no vi más, se casó y se estableció en otro mundo. Me dijo en aquella época "¿Por qué no tratas de entenderte primero a ti mismo? Tus verdaderos anhelos, tus proyectos. ¿Qué es lo que quieres? A veces te siento -y te lo digo como amigo- como inconstante. ¿Quieres dejarlos estar? Lo que estás estudiando, tus proyectos, buscar algo cómodo, trabajar en un diario holográfico, sumergirte en la rutina. Witter, no lo veo eso para ti."

 

Tanto tiempo había pasado de esas palabras... Y de verdad, la rutina no era para mí. Había vuelto a mi mente la curiosidad. ¿Qué pasaría conmigo? Y en ese momento me dormí y todo se hizo negro, obscuro.