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Psicoauditación - Facundo

Grupo Elron
Sección Psicointegración y Psicoauditación - Índice de la sección - Explicación y guía de lectura de la sección

Si bien la Psicoauditación es la técnica más idónea para erradicar los engramas conceptuales del Thetán o Yo Superior de la persona, la mayoría de las veces se psicoaudita a thetanes que habitan en planos del Error y sus palabras pueden no ser amigables y/o oportunas para ser tomadas como Mensajes de orientación, algo que sí se da cuando se canaliza a Espíritus de Luz o Espíritus Maestros.
El hecho de publicar estas Psicoauditaciones (con autorización expresa de los consultantes) es simplemente para que todos puedan tener acceso a las mismas y constatar los condicionamientos que producen los implantes engrámicos.
Gracias a Dios, esos implantes son desactivados totalmente con dicha técnica.


Atte: prof. Jorge Olguín.

 

 

Sesión del 14/11/12

Sesión del 01/12/12


 

Sesión 14/11/12
Médium: Jorge Raúl Olguín
Interlocutor: Karina
Entidad que se presentó a dialogar: Thetán de Facundo y Johnakan Ur-El

La entidad ha tenido repetidas vidas que le han producido engramas de baja estima. Karina le resalta que es uno el que acepta lo que los demás le imponen. Johnakan Ur-El comenta por qué unas vidas no nos salen como deseamos y qué debemos hacer en esos casos. Su mensaje: "Cada amanecer es una nueva oportunidad".

Sesión en MP3 (4.101 KB)

 

Interlocutor: Bienvenido...

 

Entidad: Muchas gracias.

 

Interlocutor: ¿Cómo te encuentras?

 

Entidad: Raro. Es algo extraño el estar expresándome a través del lenguaje hablado. Los Maestros dicen que uno hace catarsis comunicándose.

 

Interlocutor: ¿Estabas ansioso por comunicarte?

 

Entidad: Sí, hasta que me comuniqué.

 

Interlocutor: ¿Y ahora te sientes extraño?

 

Entidad: Sí. No siento que hago catarsis, el famoso cable a tierra que dicen lo Maestros. No estoy incómodo pero no sé cómo conducirme.

 

Interlocutor: Quiero que estés tranquilo y estoy aquí para ayudar a conducirte, orientarte y escucharte y tratar de ayudarte en lo que tú necesites.

 

Entidad: Tengo emoción contenida pero no quiero tampoco incomodar o cansar a este receptáculo.

 

Interlocutor: Quédate tranquilo. Coméntame en qué plano te encuentras.

 

Entidad: En el plano 3 subnivel 9.

 

Interlocutor: ¿Hay alguna situación alegre, feliz o alguna situación dolorosa que quieras descargarte, que quieras comunicar, para sacarte un peso de encima?

 

Entidad: No sé por dónde comenzar.

 

Interlocutor: Por donde tú quieras, por donde necesites.

 

Entidad: Hace 400 años tuve una vida en Verona. Hay un común denominador. Me rememoro esa vida. Me llamo Giuseppe Názaro y tengo 23 años.

 

Interlocutor: ¿Eres feliz?

 

Entidad: Tengo una hermana mayor que no me habla porque me echa la culpa...

 

Interlocutor: ¿De qué?

 

Entidad: ...de haber matado a mamá y yo le digo que no. Yo simplemente nací.

 

Interlocutor: ¿Ella falleció cuando naciste tú?

 

Entidad: Sí.

 

Interlocutor: Sabes que en este caso no tienes ninguna responsabilidad.

 

Entidad: ¿Y tú como sabías eso? ¿Tu thetán te ayuda? Sí, fue así.

 

Interlocutor: ¿Pero tú lo entiendes que es así o tienes dudas?

 

Entidad: No, pero como Giuseppe me sentía ignorante de muchas cosas. Papá tenía mucho dinero y trabajaba en construcción de góndolas y si bien nuestra ciudad no era como Venecia se utilizaba mucho el transporte por los canales. Había muchos puentes. Papá, una vez que mamá murió, contrató una niñera que nos cuidó.

 

Interlocutor: ¿Cómo te trataba?

 

Entidad: Bien. Hasta que yo tuve 16 años y mi hermana 19.

 

Interlocutor: Aquella hermana, ¿en este momento se encuentra encarnada o no? ¿Has podido comunicarte luego con ella?

 

Entidad: No. Por lo menos con nuestro entorno no hay ninguno que me relacione en vidas anteriores.

 

Interlocutor: Bien. ¿Has podido comunicarte, como thetán, con ella, con su thetán?

 

Entidad: Lo intenté un par de veces y no.

 

Interlocutor: Está encerrada en sí misma.

 

Entidad: En su propio interior, sí. Pero es, entiendo, su problema.

 

Interlocutor: ¿Tú entiendes que su problema?

 

Entidad: Sí. En esa vida papá dejó de pagarle a la niñera porque había dilapidado el dinero. Le gustaba mucho el juego de barajas, bebía. Mi hermana conoció a un joven alemán que hablaba varios idiomas -era muy culto- y se casó con él. A mí no me caía bien el hombre. Era ocho años más grande que ella y once más grande que yo. Era muy jactancioso, muy presumido de los idiomas que sabía, que era arquitecto, que era constructor, que pertenecía a una logia y, mira, a mí me interesaban mucho esos temas secretos, extraños.

 

Interlocutor: ¿De qué trabajabas en aquel entonces?

 

Entidad: Ayudaba a papá pero a mí me gustaba mucho la música. Tenía un amigo que se llamaba Marcello que era de familia acomodada. En la casa tenía un piano y venía un profesor húngaro.

 

Interlocutor: ¿Por qué te gustaba la música? ¿Qué sentías cuando tocabas algún instrumento?

 

Entidad: Aprendí a tocar con el profesor húngaro. Marcello no tenía problemas en que sus padres me pagaran... Sabían lo que pasaba en mi familia.

 

Interlocutor: ¿Lo veías como un escape en aquel entonces?

 

Entidad: Sí, lo veía como un escape.

 

Interlocutor: Digamos que te producía una dicha que en tu vida cotidiana era difícil encontrar.

 

Entidad: Sí, es verdad y aparte no iba solamente por el piano sino por Silvana, que era la hermana de Marcello. Silvana era una joven hermosa y ella es como que gustaba de mí. Marcello era muy amigo mío. Él decía que era el hermano varón que no tenía y a mí me hacía sentir no halagado sino...

 

Interlocutor: Respaldado quizás.

 

Entidad: Me hacía sentir bien.

 

Interlocutor: Con mayor seguridad.

 

Entidad: Porque tenía la indiferencia de mi hermana y de repente encontrarme con un amigo que me consideraba su hermano... Un día vio que hablaba muy cercano a Silvana. Me llama aparte y me dice:

-Con mi hermana no porque vamos a romper relaciones.

Le digo: -Marcello, tengo las mejores intenciones.

-No, Giuseppe. Con mi hermana, no.

Y le digo: -¿Pero me consideras poca cosa porque mi padre perdió la fortuna?

No me dio explicaciones pero el trato no volvió a ser el mismo. Incluso yo iba menos a su palacete porque me sentía como mirado, perseguido, como...

 

Interlocutor: Observado.

 

Entidad: Cuando iba tocábamos el piano a cuatro manos y cuando aparecía la hermana yo ni miraba porque ya veía sobre mí la mirada inquisidora de él.

Un día ella se aparece en casa. Me dio un pudor tremendo recibirla porque comparado con su palacete... No teníamos niñera, no teníamos nada. Papá no estaba casi nunca. Estaba todo dado vuelta, desordenado. Había como cierto olor a humedad más que estábamos cerca de uno de los canales y...

 

Interlocutor: ¿Y qué pasó en ese momento?

 

Entidad: Me preguntó por qué la esquivaba. Le dije que no la esquivaba. Entonces me tomó de las manos y se acercó a mí, me llevó contra una pared y me empezó a besar. Y, ¡ay!, sentí como placer por un lado pero incomodidad.

 

Interlocutor: ¿Sentías que estabas traicionando a tu amigo?

 

Entidad: No porque no era traición pero sentía como que había ojos por todos lados mirándonos. Era una fantasía...

 

Interlocutor: Te sentías, digamos, señalado, de alguna manera.

 

Entidad: Era una fantasía mental mía.

 

Interlocutor: Perseguido.

 

Entidad: Sí. Y me dice:

-Pero, ¿qué te sucede Giuseppe?

Le digo: -Silvana, tu hermano no quiere que nos veamos.

-Él no está aquí.

Me empujó, me obligó a que la llevara al dormitorio y yo tenía la mente puesta en Marcello. La besaba pero mi mente no estaba ahí. Me sentía como...

 

Interlocutor: Lo entiendo.

 

Entidad: Era como tener el mayor de todo lo que puedas tener en tus manos y...

 

Interlocutor: Y no lo pudieras disfrutar.

 

Entidad: No, es que no me lo entendió. Se enojó conmigo, como que esperaba otra cosa. Me sentí como...

 

Interlocutor: Despreciado, ¿quizá?

 

Entidad: Menospreciado.

 

Interlocutor: Tú sabes que no es así.

 

Entidad: En ese momento.

 

Interlocutor: Ok, en ese momento. Cuando estamos encarnados, a veces, vemos las cosas desde lo material pero como thetanes tenemos otra perspectiva de las cosas y hoy por hoy puedes analizarlo y ver que no tenías culpa, que no eras menos que ningún otro.

 

Entidad: A ver si me entiendes, no era cobarde.

 

Interlocutor: Pero la situación obviamente comprendo que era muy dolorosa.

 

Entidad: Sentía como cierto rencor, sentía como cierta maldad.

 

Interlocutor: Comprendo. Y ese rencor, ¿hacia quién era?

 

Entidad: Pasaron varios días y dejé de ir a la casa de Marcello y un día...

 

Interlocutor: ¿Hacia quién era ese rencor? ¿Hacia ti, hacia Marcello, hacia ella?

 

Entidad: No, hacia él. Un día lo vi en una de las vías, vía Donetto se llamaba. Me dice:

-¿Qué sucede que no vienes?

Le digo: -No voy por tu hermana.

Me responde: -Tú vienes a practicar piano conmigo y tendrías que estar más agradecido.

-Yo no te he pedido nada -le dije- y aparte una vez me has dicho que yo era como el hermano que nunca has tenido y luego no me permites salir con tu hermana. Tu hermana estuvo en mi casa.

Y quedó pálido.

-Pero no te preocupes, me rechazó. Se alejó de mí porque yo no pude entregarme a ella.

Me puso la mano en el hombro y me dijo: -Está bien, es lo mejor que pudiste hacer.

Le saqué violentamente la mano y le dije: -Una razón dame de por qué no querías que estuviera con ella.

Y me dijo: -El hijo del profesor, que se llama Larios, es un joven bien acomodado. Está erradicado en Milano pero vino de Hungría a los 16 años con el papá y es una persona que tiene futuro. Yo quiero eso para ella.

 

Interlocutor: ¿Qué hiciste en ese momento? Imagino tu bronca, enojo.

 

Entidad: Primero le hablé. Le digo: -¿Y te parece que el futuro de una persona se basa únicamente en el dinero, en la fortuna, en la posesión?

-No veo otra cosa. Mira lo que pasa en el Sur, mira como se mueren de hambre, mira las pestes.

Me mostró su camisa y me dice: -Mira estas sedas, mira cómo estás vestido tú, casi con harapos.

Cerré el puño y lo golpeé en el rostro y lo hice caer. Había gente que se paró y miró. Él no reaccionó, sonrió con una mueca de desprecio, se tocó el rostro y se marchó. Me sentí por un lado arrepentido.

 

Interlocutor: Por otro lado lograste desahogarte de...

 

Entidad: No, no logré desahogarme.

 

Interlocutor: O sea que fue un impulso.

 

Entidad: Sentía como una culpa interna por lo que hice. Pero, ¿qué era ella? ¿Una mercancía? Después sentí desprecio por ella porque digo "Se vende al mejor postor". A los seis meses me enteré que se comprometió con Larios.

 

Interlocutor: ¿Cómo fue tu vida en aquel entonces de allí en más?

 

Entidad: Me crucé con ella después. Ya estaban a punto de casarse. Me crucé cerca de uno de los canales grandes.

 

Interlocutor: ¿Qué hiciste o qué pensaste?

 

Entidad: Le dije que me había encontrado con su hermano. Le conté todo lo que me había dicho y le dije: -¿Entiendes ahora porque me sentí tan incómodo cuando viniste a casa? Porque tú te vendes al mejor postor.

No alcancé a decir eso que dio una tremenda bofetada y me respondió:

-Larios es mi consuelo porque no te pude tener a ti.

Le dije que no mienta, que ella no mandaba sobre su vida.

Me dijo: -Tú no sabes nada de mí, tú no sabes lo que yo hubiera hecho por ti.

-Tú eres la víctima ahora.

-Tú no eres la víctima, yo soy la víctima. Estoy con Larios porque no tengo otra cosa pero nunca me voy a enamorar de nuevo. Y se marchó. No la vi más.

Enamorar de nuevo me había dicho. Me sentí, como...

 

Interlocutor: ¿Te sentiste más confortado? ¿Con consuelo? ¿Fue una tristeza para ti?

 

Entidad: No. Me sentí bien, en el sentido de que...

 

Interlocutor: Te había dicho que se había enamorado de ti.

 

Entidad: Sí, y no lo podía entender. Yo me sentí insignificante y Silvana enamorada de mí. Yo lo tomaba como un capricho de niña rica. Y me puse a pensar por qué la vida nos hace meter en esos laberintos, como si fueran esos laberintos de Creta.

Lo hablé con papá porque ese día estaba sobrio.

 

Interlocutor: ¿Qué te dijo?

 

Entidad: Me mira a los ojos y me dice: -Dedícate a trabajar y gana dinero.

Le digo: -¿Como lo has ganado tú? Con la fortuna que tenías no precisabas esto. Y lo que ganas lo dejas al otro lado del canal jugando a las barajas y tomando.

Me respondió: -¿Y qué quieres que haga? Si tú no hubieras nacido yo tendría un matrimonio feliz.

Le respondí: -Yo no pedí nacer, yo no pedí estar acá. Esto pregúntaselo a Dios, no me lo preguntes a mí.

 

Interlocutor: Tú te das cuenta que pasan los tiempos y las encarnaciones pero siempre nos rodeamos de personas que le echan la responsabilidad al otro de sus propias frustraciones, y estamos rodeados de esos casos. ¿Tú comprendes que sólo puedes tener responsabilidad sobre tus decisiones y no por las decisiones de los demás o por acontecimientos de los demás donde tú no tengas poder de decisión? ¿Puedes comprenderlo?

 

Entidad: No. Lo que yo entiendo es que en cada vida siempre te rodeas de personas que no te dejan pasar el menor detalle, o sea, te señalan la menor equivocación o si te equivocas en algo.

 

Interlocutor: Debes hacer lo que consideres mejor. No debes actuar esperando la aprobación de los demás y cuando tengas algo que realmente deseas lucha por eso.

 

Entidad: No; soy un tremendo estudioso, como thetán, de todo lo que tú me hablas...

 

Interlocutor: ¿Tú sabes que eres un thetán muy valioso? ¿Lo sabes?

 

Entidad: No, eso es un consuelo que tú me das. Yo me considero...

 

Interlocutor: Todos somos especiales y únicos. Que los demás no lo hayan sabido ver no significa que no lo seas. Realmente no lo digo para consolarte. Es real y me gustaría que...

 

Entidad: Es muy común denominador.

 

Interlocutor: Me gustaría que luego que terminemos este contacto reflexiones sobre esto.

 

Entidad: Lo que yo quiero saber y que me lo responda algún Maestro -aquí está el thetán de este receptáculo que quiere comentar algo-, solamente quiero saber, y esto es una frase vuestra del plano físico, si Dios da libre albedrío...

 

Interlocutor: Sí.

 

Entidad: ... ¿quién mueve los hilos para que nos tropecemos, para que nos demos con la cabeza contra la pared, para que cuando tú tienes una situación placentera se te corte?

 

Interlocutor: Tú decides pero los que te rodean...

 

Entidad: Yo no decido en nada.

 

Interlocutor: Tú decides sobre tus actos pero los que te rodean también deciden y a veces esas decisiones pueden estar entrecruzadas, por eso que es importante que...

 

Entidad: En cada encarnación están entrecruzadas.

 

Interlocutor: Tú puedes hacer que esto cambie. Tú eres la única persona -en este caso thetán- que puede hacer que eso cambie.

 

Entidad: ¡Umm! Mientras haya lazos entrecruzados...

 

Interlocutor: No debes hacerte cargo de las responsabilidades de los demás.

 

Entidad: No, no me hago cargo.

 

Interlocutor: Solo de las tuyas.

 

Entidad: No, no me hago cargo, pero cuando no te dejan expresarte...

 

Interlocutor: "No te dejan" es decir "Lo que yo decido no tiene importancia porque lo que deciden los demás es más importante" Eso es "no te dejan".

 

Entidad: No, no, para nada. No es que para los demás importe. A ver, ¿cómo lo puedo decir?...

 

Interlocutor: Cuando tú quieres llegar a un camino, si ese camino está cortado por decisiones de los demás tienes que buscar la manera.

 

Entidad: Eso, eso es lo que quiero decir. O sea, me ponen vallas por aquí, obstáculos por aquí; no depende de mí. Tengo que cavar un túnel para pasar por abajo.

 

Interlocutor: No desistas. Nadie dice que las cosas sean fáciles pero sí que las puedes conseguir.

 

Entidad: He visto gente a la que las cosas son muy fáciles para muchos.

 

Interlocutor: ¿Te sientes más desahogado al haber comentado esta experiencia que realmente ha sido bastante fuerte?

 

Entidad: No sé si desahogado, me siento con más fuerza.

 

Interlocutor: Bueno, esas fuerzas espero que las sigas acrecentando y puedas transmitirle a tu 10% encarnado para que pueda plasmarlo en el plano físico. Yo te envío toda la Luz...

 

Entidad: Le dejo paso al Maestro Johnakan.

 

Interlocutor: ...y esperamos al Maestro. Hasta todo momento. Toda la Luz para ti.

 

...

 

Johnakan: ¿Qué tal, querida hermana?

 

Interlocutor: ¿Cómo te encuentras?

 

Johnakan: Muy bien.

 

Interlocutor: ¿Cuál es tu mensaje?

 

Johnakan: Mira, querida hermana, en la vida cotidiana física siempre hay circunstancias que a veces no valoramos, que a veces no sabemos captar, entender y esos pequeños detalles hermosos a veces escapan a nuestros sentidos porque tenemos la mente física encerrada en frustraciones y creemos que las frustraciones son repetitivas cuando en realidad no es así.

 

Interlocutor: Las caídas deben ayudar a que volvamos a ponernos en pie con más fuerza.

 

Johnakan: Aparte, todos los seres encarnados tenemos distintas posibilidades. Habrá quien haya elegido nacer en una familia cómoda, en una vida cómoda, en una región cómoda y habrá quién haya elegido encarnar en lugares más complicados, en situaciones más conflictivas pero no debe ser tomado eso como lección kármica. A veces el mismo espíritu elige encarnar...

 

Interlocutor: Respecto a eso te quiero consultar.

 

Johnakan: Sí, dime.

 

Interlocutor: Si uno elige o decide que esta vida: "Voy a encarnar aquí, veo que es una vida difícil, veo que no va a ser fácil, igual decido encarnar aquí", ¿significa que el thetán se sentía seguro de poder llevar adelante esta encarnación con todas las dificultades?

 

Johnakan: No necesariamente. A veces hay thetanes que van arrastrando distintos engramas de otras vidas y -como un joven que tiene que rendir una materia- coge la más difícil como para probarse a sí mismo, y si fracasa se consuela diciendo "Bueno, he elegido la materia más difícil, era lógico que fracasara".

 

Interlocutor: Como para justificarse.

 

Johnakan: Claro.

 

Interlocutor: O sea, que los cambios y las evoluciones tienen que ser paulatinas para que no nos lleven al fracaso.

 

Johnakan: Sí. No deja de ser, a veces, una excusa.

 

Interlocutor: Bien.

 

Johnakan: Pero en el caso de este hermoso thetán que recién se ha comunicado que en distintas vidas ha sufrido situaciones no parecidas pero situaciones que lo han empujado a conflictos mi mensaje es que una vez que estamos en el plano físico y que somos actores en ese plano físico actuemos como tales. Actuar no significa ser hipócrita...

 

Interlocutor: No ser falso sino interpretar un rol, el rol que nos toca vivir en esta vida.

 

Johnakan: Exacto hermosa Kar-El, así es, pero sí ser responsables de lo que hemos elegido antes de encarnar. Es cierto lo que dijo el thetán que a veces lo que yo digo que todos somos importantes es un común denominador, pero no deja de ser por ello cierto, pero debemos asumir el papel, no el papel que nos tocó sino el papel que nosotros elegimos representar en esta vida, y lo tenemos que asumir como tal. Asumir como tal significa que debemos confrontar las distintas situaciones y no pensar que los distintos "fracasos" que podamos tener se van a potenciar, porque no es así. No es así porque cada situación que se nos presenta en la vida es distinta a la anterior. Pasa al revés también; aquellas personas que se jactan de tener muchas experiencias positivas y piensan que esas experiencias los van a llevar a conquistar el mundo, ignoran, justamente, que quizá la próxima experiencia sea absolutamente distinta a todas las anteriores, haciendo que la persona empiece como analfabeta, empiece de cero. Entonces, si para ese supuesto triunfador cada día es un examen, para aquel que supuestamente cree que fracasa a diario, cada día es una posibilidad. Es al revés. Es como vuestras máquinas ordenadores que supongamos que tú a diario las reseteas -cada sueño que tú tienes por la noche como parte física es como que resetearas tu mente- y si bien tú guardas toda la memoria de esa vida cada amanecer es una nueva oportunidad.

 

Interlocutor: Bien. Muchísimas gracias por el hermoso mensaje.

 

Johnakan: Gracias a ti y toda mi Luz violeta para el receptáculo del thetán que se ha presentado. Hasta todo momento.

 

Interlocutor: Toda la Luz para él y muchas gracias por estar aquí. Hasta todo momento.

 


Sesión 01/12/12
Médium: Jorge Raúl Olguín
Interlocutor: Karina
Entidad que se presentó a dialogar: Thetán de Facundo

Ejercicio de Psicoaudiregresión donde de consigue que el consultante se comunique con su parte espiritual. El estado relajado inducido por el psicoaudiregresador permite que el yo superior del consultante se exprese a través de su parte encarnada en lenguaje hablado. Esta técnica abre el canal interior entre las dos partes de la entidad, la suprafísica y la física. La parte espiritual, a través del consultante, relató recuerdos con carga emocional.

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Facundo: ...cómo decirlo, ¿como un sueño o quizá no?

 

Interlocutor: ¿Has hecho algún ejercicio de proyección?

 

Facundo: No.

 

Interlocutor: ¿Estás cómodo?

 

Facundo: Estoy cómodo.

 

Interlocutor: Bueno, cierra los ojos y relájate. Afloja tus manos, los puños que están apretados. Afloja todo tu cuerpo, que tus manos caigan, tus piernas bien relajadas.

Relaja todos tus músculos. Empezamos por las extremidades, las manos, los dedos, los pies, las piernas, las rodillas. Tienes que estar muy relajado como cuando te relajas para ir a dormir. Deja tu mente sin pensar en nada, sólo piensa, sólo siente tu cuerpo relajado.

Todo está oscuro, por el momento, mientras vamos relajando el cuerpo, flojo, flojo. ¿Te sientes más relajado?

 

Facundo: Sí.

 

Interlocutor: ¿Persiste alguna idea en tu mente todavía o has logrado poder estar sin pensar en nada? Sólo escucha mi voz y relaja tu cuerpo. ¿Estás relajado?

 

Facundo: Sí.

 

Interlocutor: ¿Has logrado desconectarte de tus pensamientos?, puedes responderme sí o no.

 

Facundo: Creo que sí.

 

Interlocutor: Bien. ¿Está todo oscuro?

 

Facundo: Sí.

 

Interlocutor: Ahora vamos a ir lentamente buscando en tu interior. Vamos a ir hacia adentro, hacia adentro, en busca de una Luz, una Luz que poco a poco va a aparecer. Cada vez la vas a ver más visible y más grande. Visualiza esa Luz que está en tu interior. ¿Puedes ver un destello en esa oscuridad?

 

Facundo: Puede ser.

 

Interlocutor: ¿Tiene algún tono, algún color en especial esa Luz? Acércate y trata de verla, más cerca.

 

Facundo: Un color claro, un poco violeta.

 

Interlocutor: Bien, muy bien. Estás conectando con tu ser. Siéntete a gusto con esa Luz que está en ti, es tuya. Por medio de ella puedes conectar con todo lo que existe, con tu entorno, con tus recuerdos, con el universo, con toda la naturaleza y con tu propia vida hacia atrás en el pasado, con el presente y en el futuro.

Empieza a recordar algún momento feliz en tu vida no muy lejano, un momento que a ti te ha dado mucha felicidad. Cuando te encuentres con ese recuerdo dime sí. Algo cercano que te ha dado mucha alegría.

 

Facundo: Sí.

 

Interlocutor: ¿Puedes contarme qué es?

 

Facundo: Cuando papá me ayudó a comprar la casa que tenemos ahora.

 

Interlocutor: Bien. ¿Cómo te sentiste en ese momento?

 

Facundo: Estaba un poco ansioso pero bien, con el desahogo de...

 

Interlocutor: Como un peso que te sacaste de encima.

 

Facundo: Claro. Como algo que ha de llegar un momento que se había de hacer y que ya es un paso importante, ¿no?

 

Interlocutor: Una misión cumplida. Una etapa, el peldaño, el escalón que pudiste alcanzar. ¿Y esperabas esa ayuda o te sorprendió?

 

Facundo: Yo creo que sí. De alguna manera me lo esperaba.

 

Interlocutor: Bien. Vamos más atrás. Vamos a buscar un recuerdo feliz que te haya sorprendido, algo que no esperabas, más atrás, antes de haber conseguido tu casa, un momento feliz para ti, no necesariamente debe ser algo demasiado grande o significante para los demás, sí para ti, para ti es importante.

 

Facundo: Me sentí muy dichoso cuando terminé la secundaria. Es como que me saqué un peso enorme.

 

Interlocutor: Bien. Nuevamente en tus recuerdos se repite el sacarse un peso de encima y la tranquilidad y la alegría de sacarse un peso de encima. Vamos a ir más atrás, más atrás, cuando estabas en la primaria, cuando eras más pequeño, cuando aún no habías madurado y eras sensible o más sensible a la opinión de tu entorno, más influenciable a lo que te pudieran decir porque en esa etapa aún estabas construyendo tu propia opinión. ¿Puedes recordar algo agradable, algo lindo que te haya traído mucha alegría?

 

Facundo: Tengo recuerdos. No es algo puntual.

 

Interlocutor: Coméntame esos recuerdos. Pueden ser varios recuerdos. Coméntame.

 

Facundo: Es algo espeso los recuerdos. De repente es como… Me acuerdo que yo era muy chiquitito y siempre me hacían bromas pesadas respecto a la altura y...

 

Interlocutor: Tus amigos, tus compañeros.

 

Facundo: Mis compañeros. Y sufrí breve, como que era muy susceptible a eso y me ponía mal.

 

Interlocutor: ¿Qué sentías? ¿Creías que eras así, creías que lo que ellos decían era cierto?

 

Facundo: De alguna manera sí pero no hacía falta que lo dijesen de forma tan despectiva porque el hecho de que uno sea bajito no es necesario que siempre pague.

 

Interlocutor: Claro que sí. ¿Y te traía mucha tristeza en tu vida cotidiana eso? ¿Te sentías poco querido por los demás?

 

Facundo: Sí, me afectaba, me afectaba.

 

Interlocutor: Cuando llegabas a tu casa, ¿te seguía afectando?

 

Facundo: Sí. Me acuerdo una vez que compré zapatillas con una suela más grande, cuando empezó el colegio, para que no me...

 

Interlocutor: Te quedaran chicas tan pronto.

 

Facundo: Sí.

 

Interlocutor: Bien. ¿Cómo era tu vida en tu casa, con tu familia? ¿Cómo te sentías con ellos?

 

Facundo: Bien pero estaba todo el día encerrado.

 

Interlocutor: ¿Por qué?

 

Facundo: Es como que...

 

Interlocutor: ¿Tú te encerrabas?

 

Facundo: Me encerraba, sí.

 

Interlocutor: ¿A qué tenías miedo? ¿Miedo a salir, a no ser querido, a no ser aceptado por los demás?

 

Facundo: No, no. Había como una inseguridad al salir, como que en la casa de uno es el refugio.

 

Interlocutor: ¿Te sentías amado en tu casa? ¿Te sentías querido y aceptado por tu familia siempre?

 

Facundo: Sí. Siempre fue de tono bastante bueno, ningún problema de discusiones. Mi mamá nunca me puso la mano encima, que yo recuerde. Y creo que sí que me trataban bien. Lo que pasa es que uno, así y todo, tenía muchos miedos internos.

 

Interlocutor: Bien. Vamos a hondar en esos miedos. ¿Cuál es la primera vez, en tus recuerdos, que crees haber tenido miedo? Vamos bien atrás, lo más pequeño que recuerdes, cuando eras bien pequeño. ¿Cuál es tu primer recuerdo de miedos o temores o inseguridades que es derivado de los mismos?

 

Facundo: Recuerdo cuando de chico me acostaba. Al ser un poco más grande, también.

 

Interlocutor: ¿Tenías miedo a la oscuridad?

 

Facundo: Sí. Creo que de chico me pasó que me despertaba como cuando te despiertas paralizado.

 

Interlocutor: ¿Qué sentías?

 

Facundo: Es como cuando te quieres mover y no puedes, que después te despiertas. Y después es como que me acuerdo también...

 

Interlocutor: ¿Era como si tuvieras un peso en el cuerpo que no te dejara mover?

 

Facundo: Claro, algo así. Y después me acuerdo que mi mamá una vez me mostró un cuadro de un ángel curando a unos chicos y me dijo que todos tenemos un ángel que nos cuida y nos mira. Yo a la noche me sentí asustado porque es como que sentía que me observaba y me tapaba toda la cara.

 

Interlocutor: Tenías temor al ángel o tenías temor a alguna otra cosa.

 

Facundo: Sí, supuestamente era a eso. Yo no interpretaba lo que era un...

 

Interlocutor: Un ángel.

 

Facundo: Exacto.

 

Interlocutor: Bien.

 

Facundo: Y dormía todo tapado, como que me sentía observado toda la noche y tenía miedo a la oscuridad. Y estaba asustado.

 

Interlocutor: Podríamos decir que este sentirte observado te significaba un peso.

 

Facundo: Sí.

 

Interlocutor: Que de alguna manera te fue haciendo un engrama que volviste a repetir a lo largo de tu vida. Un peso, temor a ser observado, temor a ser medido, temor a que no te dejen mover.

 

Facundo: Atrás, no quedarme...

 

Interlocutor: Tu espacio, quizá.

 

Facundo: Mi espacio. No, más bien un...

 

Interlocutor: Un lugar tuyo.

 

Facundo: Claro, de tener determinación para decidir.

 

Interlocutor: ¿Has logrado vencer esos temores, al menos a tener miedo a la oscuridad?

 

Facundo: Sí.

 

Interlocutor: ¿Seguro? ¿O hay alguna ocasión en que tienes miedo?

 

Facundo: No miedo pero también como...

 

Interlocutor: De sentirte observado. ¿Recuerdas esa luz que viste hace un rato?

 

Facundo: Sí.

 

Interlocutor: Esta es tu Luz, esa es la Luz de tu ser. Cada vez que tengas temor conecta con ella porque esa Luz hace que toda la oscuridad desaparezca y nada podrá con tu propia Luz. Ese es el lugar tuyo que nadie puede quitarte y al que nadie puede llegar si tú no deseas. No hay oscuridad donde hay Luz.

¿Sientes que han sido algo absorbentes tus padres contigo, como que no querías defraudarlos y te sentías obligado a hacer cosas para agradarlos, para que estuvieran felices y contentos contigo?

 

Facundo: No, no, nunca me impusieron qué es lo que tenía que hacer.

 

Interlocutor: ¿Te lo has impuesto tú el hacer todo lo posible para no defraudarlos?

 

Facundo: Más bien yo creo que ahora sí quiero tener metas pero antes estaba más confuso y tampoco me fijaba mucho en si les defraudaba a ellos o no.

 

Interlocutor: ¿En qué pensabas en este momento? ¿Qué deseabas lograr? ¿Qué te impulsaba?

 

Facundo: En más bien tener una vida normal, sin problemas, creo yo, lo que yo consideraba problemas.

 

Interlocutor: ¿Qué considerabas problemas?

 

Facundo: Siempre quise, digamos, tener... quizá no depender tanto de las opiniones de los otros y ser más feliz buscando bienestar propio, sin depender de otras opiniones. Esto cuando era más adolescente.

 

Interlocutor: Y ahora vamos volviendo hacía el presente.

 

Facundo: Y ahora quiero, bueno, muchas cosas.

 

Interlocutor: ¿Cosas materiales o qué tipo de cosas?

 

Facundo: No, no, conocimiento, aprender, estudiar, hacer cosas.

 

Interlocutor: Eso es muy bueno.

 

Facundo: Sí, pero tengo como que hay unas cosas puntuales que resolver. Como son ciertos motivos emocionales en un área de la vida y...

 

Interlocutor: ¿Qué es lo que te asusta más en este momento?

 

Facundo: Siento mucha inseguridad en relacionarme con mujeres, con todo lo que eso significa.

 

Interlocutor: Tienes temor a hacer...

 

Facundo: El ridículo, quedarme parado. Ya ha pasado, ya.

 

Interlocutor: Puedes repasar esos momentos donde te sentías inseguro, ese temor a la oscuridad, ese temor a la opresión que sentías desde pequeño. Es algo que lo hemos recordado hoy y que al expresarlo, de alguna manera, es un fantasma que desaparece. No es un fantasma propiamente, es una proyección, es una sombra sobre una pared que al encender la Luz desapareció. Esa Luz la tienes tú y la solución la tienes tú. A través de esa Luz puedes conectar con el pasado, con el presente y con el futuro. Lentamente visualiza el futuro que deseas para ti y esa Luz permite que ilumine ese futuro que tú deseas. Visualízalo porque es lo que tú estás atrayendo a tu vida todas las cosas buenas y positivas que deseas para ti. Sostén esa imagen en tu mente e inúndala con la Luz que te ha acompañado desde el comienzo de este viaje a tu interior. Esa Luz permite que haga brillar lo que tú deseas para tu vida. Visualízalo en colores y con Luz brillante, la Luz brillante de tu propio ser. Ya no hay temores. Donde está tu Luz no hay oscuridad, no hay temor, no hay inseguridad porque la Luz sólo puede iluminar.

¿Puedes visualizar las cosas que deseas? ¿Puedes visualizar venciendo esos temores? ¿Puedes verte triunfante en tus sueños?

 

Facundo: Sí.

 

Interlocutor: Sostén esa imagen de lo que deseas durante diez segundos. Voy a contar uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho, nueve y diez.

Abre los ojos lentamente.

Despierta tu cuerpo lentamente.

Mueve tus manos, tus pies.

¿Cómo te sientes?

 

Facundo: Bien.

 

Interlocutor: Cuando tengas miedo haz ese ejercicio, conecta con esa Luz, es tu Luz.

 

Facundo: ¿Dónde lo hago?

 

Interlocutor: ¿Dónde lo haces? En tus pesadillas, en tus sueños y cuando quieras conseguir algo que sea bueno para tu vida y para la vida de los demás, que son importantes.

 

Facundo: Sí, también por ellos. Son importantes todos, ¿no?

 

Interlocutor: Estás en un momento de transmutación. Por eso ese color de la luz que tú ves.

 

Facundo: Sí, como destellos, ¿no? Más que algo fijo.

 

Interlocutor: La Luz no es fija, parece fija pero no es fija. Es una vibración.

 

Facundo: Claro.

 

Interlocutor: ¿Te traigo un vaso de soda?

 

Facundo: Sí, gracias.