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Psicoauditación - Felipe C.

Grupo Elron
Sección Psicointegración y Psicoauditación - Índice de la sección - Explicación y guía de lectura de la sección

Si bien la Psicoauditación es la técnica más idónea para erradicar los engramas conceptuales del Thetán o Yo Superior de la persona, la mayoría de las veces se psicoaudita a thetanes que habitan en planos del Error y sus palabras pueden no ser amigables y/o oportunas para ser tomadas como Mensajes de orientación, algo que sí se da cuando se canaliza a Espíritus de Luz o Espíritus Maestros.
El hecho de publicar estas Psicoauditaciones (con autorización expresa de los consultantes) es simplemente para que todos puedan tener acceso a las mismas y constatar los condicionamientos que producen los implantes engrámicos.
Gracias a Dios, esos implantes son desactivados totalmente con dicha técnica.


Atte: prof. Jorge Olguín.

 

 

Sesión 28/01/2013

Sesión 04/09/2015


Sesión 28/01/2013
Médium: Jorge Raúl Olguín
Interlocutor: Karina
Entidad que se presentó a dialogar: Thetán de Felipe C.

La entidad hace una interesante exposición acerca de las cargas que el 10% hereda al encarnar. Relata una vida donde casualmente encontró una gran amistad pero no acertó comprender que era sin coste, sin pedir nada a cambio, era amistad brindada por amor. La duda del porqué de esa amistad limpia le condicionó aquella vida. La entidad nos recuerda que no debemos desconfiar de todo y de todos, eso también es ego, es una máscara que no nos deja fluir.

Sesión en MP3 (3.401 KB)

 

Interlocutor: Bienvenido...

 

Entidad: Gracias por permitirme estar aquí con vosotros conversando a través de este receptáculo.

 

Interlocutor: ¿Cómo te encuentras?

 

Entidad: Con incertidumbres, inquietudes y, por sobre todas las cosas, interés de resolver algunos interrogantes.

 

Interlocutor: ¿Cuáles son tus interrogantes? ¿Qué es lo que te preocupa o te trae algún tipo de ansiedad?

 

Entidad: Fíjate tú que si mi parte encarnada Felipe tiene bastantes dudas el 10% puede pensar que uno como thetán, el hecho de tener tantas vidas, tanta experiencia tiene todas sus dudas resueltas cuando en realidad es al revés, por lo menos en mi caso. Ponte a contar si en distintas encarnaciones cada rol pasa a su vez por distintas situaciones de abandono, traiciones, pérdidas, dolor, fracaso, frustraciones eso queda grabado a nivel conceptual, y en cada rol, en cada vida donde uno encarna queda a su vez grabado en la parte física de ese 10%.

 

Interlocutor: ¿Hay algún episodio doloroso que quieras repasar que necesites descargar?

 

Entidad: Hay, y muchísimos. Pero fíjate también -y esto lo digo de una manera idónea puesto que lo he vivido- que ese rol cuando encarna encarna con todos los condicionamientos que sin querer, obviamente, la parte espiritual le contamina. Ese rol ya está jugando en desventaja porque no es como dicen algunos Maestros de Luz, el famoso borrón y cuenta nueva, el empezar de cero, no, empiezas debiendo.

 

Interlocutor: A ver, ¿cómo sería eso de que empiezas debiendo?

 

Entidad: Claro...

 

Interlocutor: ¿Por el tema del karma, de las lecciones pendientes?

 

Entidad: Dejemos aparte ahora lo del karma, hablemos de los engramas. Tú naces y ya traes incorporado en tu ADN huellas engrámicas de vidas anteriores.

 

Interlocutor: Bien.

 

Entidad: Estás comenzando en deuda en la vida porque ya estás condicionado independientemente de tu crianza, de tu entorno familiar, de cómo serán tus amigos -porque el futuro no se sabe-, ya entras en deuda. Y obviamente si a eso le agregamos las lecciones kármicas donde pasarás determinadas vicisitudes como para aprender determinada lección que ni siquiera sabes cuál es...

 

Interlocutor: Te voy a dar un ejemplo y quizá lo puedas relacionar con esto que tú me comentas. Hazte cuenta que estás en la escuela y que tras varias clases aprendes determinado tema, luego viene el maestro y te dice "Cierra el libro, saca una hoja y haz esta prueba".

Es algo más o menos así, digamos. ¿Realmente aprendimos la lección en aquella vida anterior? El tema de no recordar vidas anteriores, de alguna manera, es como el ejemplo que yo te acabo de dar.

 

Entidad: Claro pero voy a especificar el ejemplo: Estoy en tercer grado, soy un alumno regular. Cuando digo regular no significa por debajo de bueno, regular significa que no tengo sobresaltos ni para arriba ni para abajo, regulo. Paso a cuarto pero en las vacaciones me di un golpe en la cabeza y entro a cuarto con amnesia y el maestro me dice "Saca una hoja y te voy a tomar un examen de lo aprendido en tercero". Yo dejo la hoja en blanco.

 

Interlocutor: Es que en este caso...

 

Entidad: Este caso es el de la memoria reencarnativa.

 

Interlocutor: ...lo que tratamos es de conceptos que tiene que ver no con datos, no tiene que ver con tener un archivo, una biblioteca de conocimientos sino de que realmente puedas comprender algo con tu conciencia, o sea, desde la sabiduría, responder desde la sabiduría.

 

Entidad: Me dices como que a pesar de la amnesia ese maestro de cuarto en lugar de tomarme una prueba de lo aprendido en tercero va a dialogar conmigo para ver si soy un buen niño, cómo son mis actitudes en mi hogar, cómo es el trato con mis amigos...

 

Interlocutor: Qué te parece, ¿bien o mal?

 

Entidad: Ajá, está bien. Desde ese punto de vista lo comprendo. En ese caso no entramos en desventaja en la vida porque si uno como thetán...

 

Interlocutor: Digamos que todos tenemos la misma oportunidad.

 

Entidad: Si uno como thetán sabe que lo importante es servir al otro, aparte de -y yo sé que es una palabra fea- contaminar al 10% con condicionamientos engrámicos también lo va a inducir en actos magnánimos como para que el ser encarnado sea una persona de bien.

 

Interlocutor: Correcto.

 

Entidad: Está bien. Eso lo entiendo. ¿Qué pasó en la vida pasada? Encarné en Lima, Perú.

 

Interlocutor: ¿Hace cuánto tiempo aproximadamente?

 

Entidad: No fue mi última vida pero esta vida es una vida que me interesa por lo que voy a pasar a relatar.

 

Interlocutor: Bien. Te escucho.

 

Entidad: Me llamaba Juan Pérez Cardozo. La historia, mi historia, empieza cuando tenía 20 años. A los 20 años me hago amigo de un joven adinerado, Ricardo, y me sorprendió sobremanera porque es de familia bien, de los López Acuña. Eran los más adinerados de los alrededores de Lima. Papá era un asalariado, honesto, digno, humilde, con la frente alta pero a veces me compraba un calzado por año porque no teníamos dinero para más. Y de repente este joven me invita a su casa. Su familia me trata bien. El joven se hace muy amigo mío. Incluso me dice: -No te ofendas, no te lo tomes a mal. Sé que te sorprende mi propiedad, mis padres son de dinero. A veces me hastío de la riqueza en el sentido de que cuando lo tienes todo tienes dos opciones: o te aburres con lo que tienes o si eres ambicioso pretendes más y más. Y eso es enfermizo.

 

Interlocutor: O disfrutas de lo que tienes y tratas de que con lo que tengas pueda ser de utilidad para ti y los demás.

 

Entidad: En este caso él no disfrutaba con lo que tenía pero supongo que quería hacer una obra de bien. Y me dijo: -Somos casi de la misma talla. Soy 5 centímetros más alto. Tú a lo mejor eres un poquito más amplio de hombros pero yo tengo ropa holgada.

Y me quería regalar trajes, sacos, pantalones, zapatos pero no uno o dos, cuatro o cinco de cada cosa.

Cuando de pequeño te abofetean -esto lo digo de una forma figurada- después cuando alguien levanta la mano tú te cubres la cara porque tienes miedo a que vuelvan a abofetearte. Mi padre de joven había sido estafado y con la frente alta salió adelante. ¿Y a qué quiero llegar? A que de repente desconfiaba de que me regalara todo eso. ¿Qué buscaba a cambio?

Le dije: -Lo voy a consultar con mis padres.

Yo pensaba que papá, digno como era, diría "No aceptes nada de esa gente" pero no. Me dijo "Si lo hace de buena fe, ¿por qué no?".

Y al día siguiente me traje la ropa para un viejo roperito que tenía en la habitación y lo viejo lo usaba para entrecasa, para las tareas del campo, para ordeñar a las vacas y los sábados cuando iba al centro -que había un teatro en la plaza- me iba con la ropa que me había regalado este joven.

Recuerdo que me abrazó y me dijo: -Qué bien que te queda.

Le digo: -Como si fuera mía.

Me miró y me dijo: -Pero es tuya. Lo que se regala ya deja de pertenecer a uno.

Estaba como apabullado. Ni siquiera le dije gracias. Pero no terminaba de entregarme a su amistad, no terminaba de entregarme a su amistad porque era desconfiado de la vida. Recuerdo que tenía dos amigas, Juanita y Henrietta. Eran personas de clase alta que jamás me hubieran mirado si no estuviera así vestido. Me presentó como su amigo. Las jóvenes se entregaron de primera, conversamos. Recuerdo que luego fuimos a un lugar muy delicado de la zona y nos pedimos licores. Tomamos licores que en mi vida había tomado, licores quizás importados de Europa. Pero sentía dentro mío que yo no encajaba. A la larga me fui acostumbrando.

 

El joven tenía, en las afueras, una fábrica. Había bobinas donde hacían hilos. Yo no entendía nada. Veía máquinas y le digo: -¿Y esto?

-Esto da para mucho, esto me lo dejó mi padre.

Y le digo: -Pero ¿tú manejas la empresa? ¿En qué momento?

-Tengo encargados y tengo contables que me llevan todo.

-¿No tienes temor de que alguno dibuje números?

-No, por respeto y por temor a mi familia nunca van a tratar de sacar provecho. Aparte, tienen un buen sueldo. Y estamos precisando una persona que trabaje aquí, en esta oficina.

 

Si bien yo tenía la suerte de que sabía leer y escribir y las cuatro operaciones fundamentales -sumar, restar, multiplicar, dividir, cosa inaudita para la época y para mi condición pobre- le dije que mi preparación era básica.

Me dijo: -No te preocupes.

El sueldo que me pagaba era imposible de entender, de captar. Puedo decirte que ganaba cinco veces más al mes de lo que ganaba mi padre a sus 45 años. Y me preguntaba dónde estaba la trampa.

 

Interlocutor: ¿Pasó algo en el futuro, en ese futuro?

 

Entidad: Un día me dice: -¿Qué miras?

Y yo le digo: -Jamás había visto unos zapatos como esos.

Unos zapatos de un cuero muy blando pero que a su vez brillaban como ese charol que le ponen al cuero. Brillaban como si fuera un espejo.

Coge un calzado deportivo, se lo pone y me da los zapatos.

-No, no -le digo- pero ahora me puedo comprar, ahora tú me pagas bien.

Es verdad que al cabo de tres meses había adelantado muchísimo con las cuentas. Sabía hacer lo que vosotros llamáis balance. Digamos que era bastante inteligente.

 

Interlocutor: ¿Fue realmente todo esto una ayuda de corazón de parte de tu amigo?, o realmente en algún momento te dio la razón, podríamos decir que había como un condicionamiento...

 

Entidad: Mira, tenía un joven que yo conocía de pequeño, era un año mayor que él, se llamaba Eustaquio. Era peón de campo y yo con él me abrazaba.

Un día viene Ricardo a casa y lo saludo como con respeto y él se queda como serio mirando el trato que yo tenía con el otro joven y se calla. Me espera a que me cambie. Era un día domingo y fuimos en su carro, un carro pequeño tirado por un solo caballo.

Fuimos hasta el centro y me dijo: -¿Te puedo hacer una pregunta?

-Sí, por supuesto -le dije-.

-No soy tu patrón, soy tu amigo. No tengo muchos amigos.

-¡Vaya si no tienes amigos en la sociedad donde tú te mueves! Tienes...

Y me interrumpe: -En la sociedad donde nosotros nos movemos -tú también te mueves allí- veo como que no te terminas de adaptar o como que no quieres adaptarte y me gustaría, si no es mucho pedir, que el trato conmigo sea igual al que tienes con ese joven que te has criado desde niño.

Se me puso la cara roja de vergüenza y le dije: -No termina de salirme. Es como que lo tomo como un abuso de confianza.

-Abuso de confianza, ¿por qué? Te he brindado mi casa, has conocido a mi familia, a mi hermana Herminda le caes bien al punto tal que los primero días le dije "Cuidado no te vayas a enamorar que no lo conozco" pero ahora te conozco bien y sé que eres un ser de bien y ojalá...

Me quedé pálido porque Herminda era como la princesa de los cuentos, era como un hada, era como un ser salido de un lugar místico, y que ella se fijara en mí...

Y nos encontramos con su hermana en el centro. Fuimos a tomar algo. Yo tomé un jugo, no quise tomar ningún licor. Él nos dejó solos y yo me quedé hablando con ella. No sé cómo cogí valor y le dije que era la joven más bonita que había conocido en mi vida.

Ella no era remilgada. Me cogió la mano y me dijo: -Y tú el hombre más apuesto.

No me puse rojo, mi cara era un arco iris. Pero no, si me daba la mano no tomaba el codo, apenas cogía el dedo meñique.

 

Interlocutor: ¿Tú no crees acaso que los condicionamientos a veces no nos permiten disfrutar del momento que nos toca vivir?

 

Entidad: No terminé de entregarme. Dos años después mi amigo rico casi no salía de la casa.

Le preguntaba a Herminda qué le sucedía y ella me dice: -Yo ya lo veía venir. Hace rato que estaba pálido y que no comía.

Y me enteré que tenía una enfermedad incurable. Sus padres me recibieron abrazándome y... no me acostumbraba. La mucama me invita a pasar a la habitación de mi amigo y cierra la puerta. Estaban las persianas cerradas a pesar de ser de día y había dos velas encendidas. En una semana había perdido muchos kilos, su cara estaba demacrada, ojeras. Me coge la mano y me dice:

-Nunca has confiado en mí.

-Perdón -le digo-, no entiendo.

-No soy tonto. Siempre veías en mí una segunda intención como si buscara algo pero dime, ¿qué te podía sacar si era yo el que tenía y no tú? ¿Qué te podía robar aparte de la amistad? Me gustan las jóvenes tanto o más que a ti, no soy amanerado, o sea, tampoco lo veas por ese lado. ¿Qué te podía quitar?, desde el primer día me di cuenta que no querías aceptar las cosas por temor a que te pida algo a cambio. ¿Qué te podía pedir a cambio? No tenías nada para darme salvo lo más valioso para mí que era tu amistad, tu compañía, tu comprensión, tu entendimiento. Y todo lo que te di -y esto no es echártelo en cara, te lo digo porque tengo poco tiempo- te lo di porque quería, porque eres mi mejor amigo. Y esos de la sociedad que tú dices están en la tontería.

He dejado un poder para que quedes a cargo de todo, lo he hablado con mis padres. Mi hermana te ama, cásate con ella, sé que tú también la amas. Eres una persona que cuando te conocí apenas sabías hacer cuentas, ahora te desempeñas mejor que yo.

 

A la semana falleció. Me sentí tan mortificado, tan mortificado, dudando, dudando... Y tenía razón: ¿Qué podía sacar de mí? Estamos tan acostumbrados en la vida a que todo el mundo nos saque, nos pida, nos manipule que cuando encontramos a alguien que de verdad se brinda no creemos en él. Ese es mi condicionamiento. Y a veces, cuando no creemos en el otro no creemos tampoco en nosotros mismos, no creemos en que podemos salir adelante, no creemos en que podemos estudiar, no creemos en que podemos trabajar, no creemos en que podemos tener un gran amor porque no creemos en el otro, no creemos en nosotros.

 

Interlocutor: Esto es una enseñanza fuerte y hermosa la que comentas.

 

Entidad: Te digo que fui feliz con Herminda, te digo que cuatro hijos tuve, tres varones y una niña. Mis suegros recibieron con todo el amor a mis padres. Obviamente mis padres prosperaron con mi ayuda, tuve el gusto, en vida, de verlos prosperar. Jamás me olvidé de mi amigo y cuñado muerto.

Y de esta vida, ¿qué puedo decir de esta vida como Felipe?, que hay cosas que tenemos que cuestionarnos pero no debemos dudar de todo porque si nos colocamos una máscara para no mostrarnos como somos...

 

Interlocutor: No podemos disfrutar del mientras tanto.

 

Entidad: Porque, como dicen los grandes Maestros, la máscara es un rol del ego y no somos naturales, no nos dejamos fluir.

Te doy todo el agradecimiento por haberme escuchado.

 

Interlocutor: No, gracias a ti. Ha sido muy...

 

Entidad: Y te pido disculpas por esta emoción.

 

Interlocutor: Para nada. No tienes de que pedir disculpas. Ha sido conmovedor tu relato y te envío toda la Luz a ti y a tu 10%. Espero que todos aprendamos a disfrutar lo que nos brinda la vida sin tantos condicionamientos. Hasta todo momento.

 


Sesión 04/09/2015
Médium: Jorge Raúl Olguín
Entidad que se presentó a dialogar: Thetán de Felipe C.

Tuvo engramas de desconfianza en una vida que vagó por el norte de Europa escapando de entornos donde se iba encontrando con problemas y traiciones de otros. La entidad reflexiona acerca de lo difícil que es encarnar. Lamenta que haya poca gente que ayude, que se comprometa.

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Entidad: Quizá lo que comente es similar a lo han comentado otros thetanes, de lo atractivo, hermoso, maravilloso que es el plano físico, viviendo los sentidos, tacto, oído, gusto, el olfato, la vista... ¡Ah!, es algo extraordinario, pero por favor, ¡qué sufrido! Los abandonos, los temas de salud, las inseguridades de los condicionamientos. ¡Pero qué difícil que es! Es como si tú te metieras en un vértigo, en un laberinto y de repente te encontraras encerrado en una celda y prisionero de tu propio ego, de tus instintos, de tu propio ser. Hubo muchos poetas de la antigüedad que decían que "El cuerpo es la cárcel del espíritu". Pues no, no, nosotros elegimos. Pero claro que es difícil.

 

Encarné en una vida anterior en lo que hoy conocéis como Dinamarca, a orillas de un estrecho. Aalborg se llamaba el poblado. Mi padre era pescador. Pero era obvio, junto al estrecho se pescaba mucho más allí en Aalborg que en Rigavej, en el mar del Norte, ahí donde estaba la bahía. Sí, sí mucho más.

No puedo decir que me crié con miserias ni con necesidades, no, para nada, pero era una vida muy cruda. Yo adoraba el calor, imagínate a 57º latitud norte, ¡jeje! ¡Qué me puedes hablar de calor! ¡Qué difícil!

 

Tenía amigos, jugábamos a ser pescadores. Había muchas peleas entre los adultos, se peleaban por las mujeres, algo raro. Siempre había uno que no era padre por supuesto, y además mamá era una persona -según los grandes ¿no?, según los mayores-, una persona bonita, atractiva y ella lo sabía y tenía el defecto de presumir, eso lo llevó a papá a más de una pelea. A propósito mi nombre era Fiord y el de papá Edmund.

 

Me acuerdo que un señor ya grande, llamado Corsor, empleó a mamá en su casa. Mamá siempre llegaba tarde. Papá tardó un año en darse cuenta de que mamá aparte de trabajar en lo de Corsor estaba con él y prácticamente a papá no le hacía caso íntimamente. Papá tendría que haberse separado, había pruebas, todo el poblado de Aalborg lo sabía, pero no -la mente reactiva, como dicen los Maestros-, fue a la casa y lo degolló.

 

Yo tenía catorce años, era menor, no tenía otra familia. Había aprendido de pesca pero se iban a hacer cargo de mi persona tal vez encerrándome hasta la mayoría de edad. Papá condenado... E hice lo que hicieron otros tantos, otros muchos: el dinero que tenía padre ahorrado lo guardé y me escapé con la mayor ropa de abrigo. Me fui para Jogros, aproximadamente unos veinticinco, treinta kilómetros al sur.

 

Hice mil actividades, ayudante de tienda, aprendí el oficio de la herrería pero siempre me preguntaban los mayores ¿De dónde eres? ¿Cuál es tu familia? ¿De dónde vienes? Me marché a Randers, a orillas de otro río. Trabajé allí también durante algunos meses y marché para el oeste, a Viborg, un poblado que no estaba tan cerca de Aalborg todavía, aproximadamente a cien kilómetros. Trataba de pasar desapercibido, evitar discusiones. Si trabajaba en una posada aceptaba lo que me dieran, nunca presumía de dinero, el dinero lo tenía guardado entre mis prendas. Era preferible que me tomaran por pobre, al fin y al cabo lo era, ¿no? Hubo un incidente que otro joven robó un dinero pero a él lo conocían de toda la vida y a mí no. En resumen, me señalaron a mí. ¿Contra quién me iba a defender? Escapé.

 

Silkeborg, Floren. Fui con una barca de pescadores cruzando el mar hasta llegar a Kalundborg. Ya estaba prácticamente lejos del continente pero me alejé de la costa, me alejé, no quería saber nada, me alejé. Me sentía injustamente acusado así que me fui a Sjaelland, estaba cerca de lo que hoy se conoce como Copenhagen, la gran capital, que en aquel entonces era un poblado medianamente grande. Me quedé viviendo allí como ayudante de tienda, sabía hacer muchas cosas.

 

Tenía una angustia en mi garganta... Interpreto que a papá lo habrán condenado a muerte. Nunca supe más nada de mamá. Y pasaron años, años hasta que finalmente con veinte y dos años me marché a Copenhagen. Era inmenso el lugar, inmenso, pero yo sabía varios oficios y había ahorrado bastante dinero. Me encontré con un muchacho muy afable.

-¿Cómo te llamas?

-Fiord. ¿Y tú?

-Biorj.

-Bueno, encantado Biorj.

 

Me dijo que él venía de lo que hoy se conoce como Suecia y había quedado huérfano, se había criado con unos tíos, había juntado algo de dinero. Tenía un año menos que yo pero era muy hábil. Y pusimos una tienda en sociedad.

Meses después conocí a Elga. Elga era dulce, algo regordeta pero una belleza, unos ojos celestes claritos color cielo. Siempre salíamos los tres, un año, así.

Recuerdo que esa tarde fui a hacer una diligencia hasta Roskilde y cuando volví la tienda estaba cerrada. Entro por la puerta lateral, y Biorj y Elga... No iba a repetir lo de papá en Aalborg, no, hice que notaran mi presencia.

Soy civilizado, absolutamente civilizado. Arreglamos en que le vendía a Biorj mi parte de la tienda y me marchaba. No me interesaba tener problemas, no, para nada, no me interesaba.

 

Me fui en una barca hasta la zona de Götaland, en un pueblito costero llamado Hamsta, en Suecia. Dejé Dinamarca, a Elga y a todo. Por eso, como decía al comienzo, es hermoso, el plano físico es hermoso, vivir es hermoso. Pero vaya, qué sufrido, por la gente. ¿En quién confías? ¿En un amigo? ¿En tu gran amor?

En esa vida no tuve grandes amores, tuve muchos amores. Era atractivo, tenía dinero, aunque como dije antes, nunca presumía. Pero me quedó un engrama de no confiar en nadie, un engrama que me condicionó pensando que todo aquel que se acercara a mí a la larga me traicionaría. Y está mal pensar así porque sabemos que hay de todo, hay gente buena, hay gente mala, hay gente indiferente, hay gente que se compromete, hay gente que te tiende una mano, hay gente que te ayuda. ¿Pero juntos?, pocos. Casi nadie. ¡Pero mira por qué! ¡Qué difícil que es todo!

 

No voy a relatar más nada por ahora. Voy a descansar mi mente conceptual y que los Maestros le envíen toda la Luz a mi parte encarnada Felipe.

 

Gracias.