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Psicoauditación - Jaime M.C. |
Sección Psicointegración y Psicoauditación - Índice de la sección - Explicación y guía de lectura de la sección |
Si bien la Psicoauditación es la técnica más idónea para erradicar los engramas conceptuales del Thetán o Yo Superior de la persona, la mayoría de las veces se psicoaudita a thetanes que habitan en planos del Error y sus palabras pueden no ser amigables y/o oportunas para ser tomadas como Mensajes de orientación, algo que sí se da cuando se canaliza a Espíritus de Luz o Espíritus Maestros.
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Médium: Jorge Raúl Olguín Entidad que se presentó a dialogar: Espíritu de Jaime M.C. La entidad recuerda su paso por el plano físico. Comenta sus ansias, anhelos, cosas que ha realizado, cosas que le quedaron por realizar. Desea estar un tiempo reflexionando antes de pasar al plano cuatro. No tiene prisa.
Entidad: Bueno, pues primero me presento. Conceptualmente soy Cocima-El, plano 3, subnivel 9. ¿Me preguntáis si tengo apegos con el plano físico? Pues cómo diferenciar un apego de deseos de seguir haciendo proyectos, experimentar vivencias, seguir teniendo ideas, tratar con distintas personas. Y bueno, si bien parte de la familia estaba alejada hay algo que tanto en el plano físico como en el nuestro se llama recuerdo, y el recuerdo siempre está.
¡Ja! Qué puedo decir del plano físico, ¿si hubiera vuelto a España la reconocería? Pues, ¿qué pasaría al revés?, un chileno que va a Europa y vuelve a Chile, ¿lo reconocería? Se quedaría con las viejas imágenes, con los viejos recuerdos, con las jóvenes personas que eran cuando nosotros las tratábamos, porque tenemos la costumbre de mirarnos al espejo y como nos vemos varias veces a diario no notamos que envejecemos. Ahora sí, cuando vemos fotos de otros que hace muchos años que no contactamos pensamos "Pero hombre, ¿qué pasó?". Le pasó la vida. Entonces, como dije al comienzo, ¿cómo diferencio el apego del deseo de seguir haciendo cosas? Por supuesto, el panorama desde aquí es muchísimo mayor. No, no, no, no hay ninguno de los sentidos físicos, hay una especie de concepción mental pero tan, tan, tan inmensa, tan inmensa... Pero parte de mí, parte de mi esencia, ese 10% que estuvo durante casi siete décadas encarnado sigue pensando que le faltaban cosas por hacer. Y a veces es así, y a veces nos preguntamos aquellos días, aquellas tardes, aquellas noches que no hacíamos nada, apenas descansar, ¿por qué no los utilizamos para hacer lo que debíamos hacer? Porque son muy pocos los que lo reconocen, pero la mayoría que desencarna piensa "Me faltó algo, un libro que leer, una persona a quien conocer, un lugar a donde ir, otros destinos más que buscar". ¿Y por qué? Pues porque está en la naturaleza.
¿Qué si uno amó? En el plano físico siempre amamos, de una o de otra manera. Queremos, de una o de otra manera. Sentimos, de una o de otra manera. Y vuelta. Y hay entidades que contactan conmigo -de una manera que sería difícil de explicar a vosotros-: -Cocima-El, ese ideal que tú dices en realidad es una emoción que te jala, que te pesa.
Pues claro que pienso en los demás. Es más, en aquellos que siguen estando en el plano físico y se preguntan qué será de mi ser. Estoy bien. Pues sí, eso no quita que -y reitero, ¿no?-, que uno tiene siempre una asignatura pendiente, pero por otro lado, si uno es analítico siempre va a haber una asignatura pendiente que va a quedar ahí, ahí, ahí, ahí para otra vida. O no, porque quizá en otra vida uno tenga otras apetencias, ideas, modos, personalidad, aunque muchos dicen "Pues no, no, no, mira que tu 10% siempre va a tener parte de ti como entidad". No, no, no; no siempre es así, no es el único rol que he tenido, claro que no. Me dicen "Jaime, mira...". Sí, en otra vida era Otero. En otra vida era Salvador, un carácter completamente distinto, más abierto, más confiado. Esperad, esperad. No, no, no; no significa que en esta última, en esta última encarnación haya sido desconfiado no, no, pero es como que era más... ¿calculador?, podría ser. Hay una cosa que sí sé que puedo deciros. Desde jóvenes tenemos modos, maneras, formas de ser y a media que vamos -¡qué palabra, ¿eh?, qué palabra difícil!, envejeciendo..., Bueno, así es el plano físico, ¿no?, ¡uff!-, a medida que vamos envejeciendo es como que se van acentuando esas ¿virtudes?, ¿defectos?, ¿detalles?, cada uno póngale el nombre que quiera, pero se van acentuando. El que es impaciente va a ser, ¡oh!, absolutamente impaciente, el que es osco pues gruñón. Siempre va a ver una manera que se va a potenciar, por así llamarlo. Y eso no hay ninguna duda de que es un rol porque la entidad no se encadena a una manera, somos impersonales, somos personales cuando encarnamos. Está bien dicha la palabra rol porque cumplimos un papel. ¿Tenemos libre albedrío? ¡Mmmm! ¡Mmmm! Dejadme pensarlo. ¿Queréis que os responda? No, no, no. ¡Je! Qué voy a responder. No. Mi ánimo no es debatir, no hoy.
¿Qué me faltaba?, pues queréis que sea puntual. No puedo ser puntual, me faltaban muchas cosas por concluir. Ahora, supongamos que uno tiene el mando de su vida como si lo pudiera encender o apagar con un botón. Entonces uno dice "Muy bien. A ver. A ver, Jaime, cuándo la termino, cuándo concluyo". Pues hay muchas personas que se quitan la vida física y no, no, no; no porque hayan terminado su tarea, porque tienen baja estima, porque no soportan un abandono, una traición o alguna que otra enfermedad y entonces no tienen ese coraje, coraje de seguir, y ellos mismos aprietan el botón. Pero con mi personalidad en el plano físico siempre había una asignatura pendiente, entonces nunca hubiera apretado el botón, tal vez una década más me hubiera llevado a terminar algunas cosas que todavía faltaba concluir. Pero no es uno el que aprieta el botón, no.
¿Cómo estoy? Pues de nuevo en el plano suprafísico. Por ahora no voy a encarnar, tengo que ponerme en situación. Traducido significa orientarme, coger la brújula, ver dónde está mi norte. ¡Je, je, je! Entendéis el significado figurativo, ¿no? Y bueno, y marchar. Marchar, en este caso significa ver qué hago, qué decido en este plano de superación al borde del plano maestro, un plano maestro que tú tienes que entrar como en una de estas casas de Japón, que te descalzas y dejas la tierra afuera, ¡je, je! Uno se tiene que descalzar mentalmente, dejar toda la tierra del ego afuera para poder subir al plano 4. Y no es tan malo el aferrarse a ideas, para nada, ¿por qué?, si al fin y al cabo en el plano físico es lo que te da incentivo. ¿Qué otra cosa te puede dar incentivo? Ok. Me diréis, Servir. Pero por supuesto, por supuesto. Porque pensad esto, cuando vosotros hacéis algo de buena fe, respetando vuestro trabajo, haciendo bien vuestra tarea siempre servís a alguien, directa o indirectamente. Así es, de alguna manera todos hacemos servicio. Esa no es la duda, esa no es para nada la duda, la duda era hasta qué punto te jala hacia abajo el tener el anhelo de querer seguir protagonizando, no importa si no eres el actor principal, aunque sea siendo un actor de reparto.
No os apresuréis en sacar vuestras conclusiones. Pensáis "Qué poco habla del amor, de los afectos. Habla más de lo que dejó pendiente". Pues lo siento, es lo que se me ocurre, es lo que estoy conceptuando. ¿Pero quién dijo que no amo?, ¿quién dijo que no extraño?, ¿quién dijo que no anhelo?, ¿quién dijo que no quisiera coger una palanca y volver en el tiempo y hacer cosas que no hice, no hacer otras que sí hice? Pero esto que digo yo no lo pienso solo, hay muchos que piensan igual. Pero bueno, lo reitero, lo reitero, lo reitero. Estoy bien, estoy bien, estoy bien. Y dentro de poco me quitaré el calzado y podré entrar a esa casa japonesa, ¡je, je, je!, el plano 4, porque se trata de no ensuciar con tus huellas, las huellas tienen que entrar transparentes, blancas, pulcras, inmaculadas, lo que en el plano físico es imposible. Pero bueno, ese es el desafío. Pues eso lo dije siempre, ese es el desafío, ese es el gran desafío. El gran desafío es ver qué haces.
Y nada. Pues eso, os amo. ¿Queríais escuchar eso? Sí, extraño todo, no se quieren desatar los nudos de mi calzado todavía, pero no tengo apuro, no tengo apuro, el calzado no me aprieta, no me ajusta, así que estoy bien, estoy bien. De a poco los nudos se irán desatando y podré sacarme ese calzado para cambiar de plano. Por ahora, por hora no. ¡Je, je! Y nada, es todo, es todo, es todo.
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