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Psicoauditación - Mary

Grupo Elron
Sección Psicointegración y Psicoauditación - Índice de la sección - Explicación y guía de lectura de la sección

Si bien la Psicoauditación es la técnica más idónea para erradicar los engramas conceptuales del Thetán o Yo Superior de la persona, la mayoría de las veces se psicoaudita a thetanes que habitan en planos del Error y sus palabras pueden no ser amigables y/o oportunas para ser tomadas como Mensajes de orientación, algo que sí se da cuando se canaliza a Espíritus de Luz o Espíritus Maestros.
El hecho de publicar estas Psicoauditaciones (con autorización expresa de los consultantes) es simplemente para que todos puedan tener acceso a las mismas y constatar los condicionamientos que producen los implantes engrámicos.
Gracias a Dios, esos implantes son desactivados totalmente con dicha técnica.


Atte: prof. Jorge Olguín.

 

 

Sesión del 18/11/2024 Vaquia, Maike Greder


Sesión 18/11/2024
Médium: Jorge Raúl Olguín
Entidad que se presentó a dialogar: Thetán de Mary

En aquel mundo, Vaquia, cerca de la capital de la ciudad había un bosque donde se aparecían seres irreales, sombras, más al atardecer, y al día siguiente podían encontrarse cuerpos desgarrados de personas conocidas. O no encontrarlos más.

Sesión en MP3 (3.320 KB)

 

Entidad: Me siento tan confundida y tan condicionada...

Mi nombre en Vaquia, el mundo donde nací, era Maike Greder, y la que en esta vida es Ani, en aquella vida era mi hermana Aurey Greder, diez años más joven que yo. Yo tenía cuarenta, próxima a cumplir cuarenta y uno, y mi hermana Aurey tenía treinta.

 

Ambas nos habíamos mudado de ciudad porque nos llevábamos mal con nuestra familia, no sé si nos tenían envidia porque tanto yo, Maike, como Aurey habíamos estudiado.

Éramos muy buenas cocineras y estábamos en la facultad de la Gran Ciudad, cocinábamos para los estudiantes que no querían gastar dinero afuera y pagando un poco más en la cooperadora de la facu, almorzaban en el comedor y podían seguir en el turno de tarde porque muchos alumnos y alumnas estudiaban varias materias. Y nosotras junto con muchas ayudantes, porque éramos chef de cocina, jefas de cocina, hacíamos comida para por lo menos cuatrocientos alumnos y alumnas.

 

Sí, nos incomodaba porque éramos muy compañeras entre nosotras y a su vez éramos muy abiertas con los chicos y las chicas, quizás Aurey más que yo porque ella tenía treinta y había chicos y chicas de veintidós, de veintitrés, de veinticuatro, y había una cierta confianza pero obviamente nos tenían respeto.

Además estaban los preceptores y tampoco podíamos perder el tiempo conversando. Y después estaban los camareros y las camareras que servían a las mesas.

Bien, pero nos contaban situaciones muy, ¿cómo decirlo?, incómodas. ¿En qué sentido?, en el sentido de que se basaban mucho en leyendas. Y estábamos en el siglo XXI, teníamos que diferenciar lo que era un mito, una leyenda de la realidad.

 

¿Pero qué pasaba? En el borde de la gran ciudad, que era la ciudad capital, había un inmenso bosque, era tan grande que estaba separado por secciones el bosque, y cerca de donde vivíamos, que una parte del bosque se llamaba el Bosque de las Sombras, de noche nadie quería ni siquiera acercarse porque decían que había bestias peligrosas.

Si bien nosotras éramos cocineras, habíamos estudiado bastante y sabíamos qué animales podía haber en el bosque; ciervos, liebres, mapaches... en los lagos peces, pequeñas lagartijas en las rocas. Pero las estudiantes e incluso algunos profesores hablaban de que había otras bestias más peligrosas.

No es que nosotras fuéramos escépticas, pero éramos racionales.

Mi hermana me decía:

-Mira, Maike, esto es como que me pone nerviosa.

-¿Por qué? -le preguntaba yo-, ¿te crees lo que te cuentan?

-No, no pasa por ahí, es que te llenan la cabeza, te confunden. La vez pasada, ¿te acuerdas que me quedé como una hora más acomodando la cocina y tú te fuiste para casa? No quise tomar el bus a pesar de que son nada más veinte calles hasta casa, pero por el camino se escuchaba como el sonido de un búho ¡Uhu! ¡Uhu! Así. Y yo digo, ¡qué raro!

Le pregunté:

-Raro, ¿por qué?

-Porque durante las veinte cuadras se escuchaba el ¡Uhu! ¡Uhu!, como si el búho me estuviera siguiendo. Y me di vuelta y vi una especie de sombra gigante, pero no una sombra proyectada por la luz, era como si fuera una persona envuelta en una ropa oscura. Pero de repente se desvaneció, de repente ya no la vi más. Hermana, no no, no, yo sola no vuelvo más así, y menos caminando, prefiero volver en el bus, que me deja a dos calles en la avenida o directamente vengo caminando por la avenida que está toda iluminada. Por el callejón no vuelvo más. Y al día siguiente, mi querida hermana, se lo comenté a dos alumnas, y me dijeron:

-Aurey, ¿tú también has visto las sombras?

-¿Cómo yo también?

-¡Ah! ¿Sabías que hace diez días una de nuestras amigas, que los padres la llevaron al psiquiatra, vio que una amiga de ella era envuelta por una sombra? La sombra la había cubierto. Esa sombra despareció y su amiga nunca más la vieron, como si esa sombra la hubiera absorbido, como si esa sombra la hubiera chupado.

-¿Estáis hablando en broma?

-No, no, Aurey, no estamos hablando en broma, estamos hablando en serio. ¿Te acuerdas que vino la policía, que habló con el rector?

-Sí, pero estaba con mi hermana en la cocina, no prestamos atención.

-Bueno, vinieron los padres, fue un revuelo de gente, se suspendieron las clases y todo. Nunca más apareció esa niña, y su amiga con tratamiento psiquiátrico porque nadie le cree lo de la sombra, dicen que alucinó y sabemos que no.

La miré a mi hermana y le dije:

-Mira, a mí también me han llegado rumores. Me decían: "Maike -me trataban de usted por ser más grande, ya cumplía cuarenta y uno-, y me hablaban no sólo de las sombras de la ciudad como sombras vivientes, sino también que en el Bosque de las Sombras había seres, pero no seres como animales, no no no, seres como mitológicos, como vampiros, como licántropos". También nos contaron que un día acamparon jóvenes de tercer año, ya grandes, y el guardián les dijo: "Cuando baje el sol se tienen que ir". "¡Ah! Eso son tonterías. Tenemos linternas, no nos vamos a perder". La cuestión que eran cerca de catorce jóvenes entre chicos y chicas: desaparecieron, no se los vio más. La policía encontró carpas, mochilas, ropa, linternas... es que ni siquiera encontraron los cuerpos.

Mi hermana me dijo:

-Pero Maike, supongamos que estaban cansados todos de la vida en esa ciudad y se fueron todos a otra ciudad.

-Aurey -le dije-, ¿y van a dejar ropa, y van a dejar mochilas, y van a dejar linternas y van a dejar sus documentos, dinero?

-No, no, no.

 

Pero quince días después unos chicos exploradores de primer año de facultad encontraron varios cadáveres: huyeron pero corriendo, tropezando con troncos, corrían tan rápido que se lastimaron las rodillas, las manos y cuando llegaron saliendo del bosque en la primer casa dijeron lo que habían visto. Obviamente se llamó a la policía y sí, llamaron a los forenses, examinaron los cadáveres y vieron que tenían por lo menos como seis meses de antigüedad, las mismas aves carroñeras habían comido los restos de carne y solamente quedaban los huesos. Pero de alguna manera los forenses con su técnica pudieron saber la antigüedad de la muerte. Cuando mi hermana Aurey se fue a acostar me quedé en la sala en un sillón pensando: "Yo no creo en las casualidades, uso el sentido común, no voy a volverme loca, yo sé lo que es una leyenda y sé lo que existe y lo que no existe. Lo que pasa que los estudiantes y algunos profesores, ellos mismos de tanto que conversan con eso, se lo terminan creyendo".

 

Al día siguiente, mientras cocinábamos, se lo dije a mi hermana y me dijo:

-¿Y qué pasa con los cadáveres que se encuentran ahora casi a diario?

-Pueden haber lobos.

-No, no hay en los bosques, hermana, manadas de lobos, además los guardianes vigilan permanentemente.

 

Al día siguiente una alumna dice:

-No encuentro a mi amiga Gretel, ayer había dicho que se había topado en el bosque con un hombre vestido muy a la antigua, de rostro pálido casi blanco, como si fuera un cadáver que caminaba y le mostró unos dientes como de vampiro. Al día siguiente una amiga fue con ella y se toparon con el mismo hombre que las atacó. Ella pudo volver. Y nos comentó en el salón comedor que un vampiro la había atacado a la amiga y ella pudo escapar. Y esta vez no encontraron esqueletos, no, encontraron a la amiga totalmente desangrada y con una marca doble de colmillos en el cuello. Pero la policía es escéptica dijo: "Evidentemente hay gente que comercia con órganos y la pobre gente se piensa que hay vampiros, licántropos todo eso. Es mentira, no crean en nada de eso, son gente que comercia con órganos".

 

Y me puse a pensar, y después le comenté a mi hermana Aurey.

-Yo creo más en esa versión, creo que hay gente que comercia con órganos. Y hasta pienso que hay profesores, a los que no les tengo mucha confianza, profesores de medicina que comercian con cadáveres.

Mi hermana me dijo:

-Mira, Maike, lo que cuentas es muy absurdo, lo que cuentas es muy absurdo.

-¿Absurdo?, ¡je, je, je! ¿Pero no es más absurdo pensar que hay hombres lobo, vampiros y todas esas cosas que no existen?

-¿Como tampoco existe la sombra que me persiguió? ¿Como tampoco existe la sombra que hizo desaparecer a esa niña? Vamos, Maike.

-¿Entonces qué hacemos?

-Nada -me dijo mi hermana-. Nosotros vamos por la mañana, cuando termine la facultad mientras el segundo turno del comedor termina, vamos ya lavando las vajillas y los platos del primer turno y antes de las diecisiete horas nos podemos ir. Por el camino pasamos por el supermercado y compramos de comer. Y no salimos.

-¿Y qué pasa con nuestra vida social?  Nosotras también tenemos amigas, amigas que son cocineras en restaurantes del centro, yo no quiero rechazar más las salidas a un club los viernes a la noche.

-Y bueno, a la vuelta volveremos en taxi, pero caminando no. Además, el club queda un poco apartado, no pasa ninguna línea de buses por allí.

La miré a mi hermana y me preocupé por su estado. Le digo:

-Espero que no estés delirando, que no estés alucinando.

-No estoy alucinando, pero me parece mucha coincidencia que la mitad, no te estoy hablando de una décima parte, te estoy hablando de la mitad de los estudiantes vieron en el Bosque de las Sombras bestias mitológicas.

Le dije a mi hermana:

-¿Sabes lo que pasa, Aurey? Se empieza a correr la voz y se empiezan a imaginar cosas. Como ese supuesto búho que te perseguía. Los búhos pueden cazar pequeños mamíferos, no van a seguir una persona. ¿Para qué?

-Está bien, piensa lo que quieras -me dijo mi hermana.

 

Y me quedé pensando: "¿Y si Aurey tiene razón?"... Pero bueno, nosotras decidimos de común acuerdo alejarnos de la familia con la que nos llevábamos tan mal y venir a esta ciudad. Por suerte o por gracia de Dios nunca nos ha pasado nada.

 

Recuerdo que un fin de semana nuestras amigas, las cocineras de los restaurantes, nos invitaron a un camping en el Bosque de las Sombras. No quería ir, pero mi hermana me dijo:

-Es de día, además somos como cuarenta, vamos a llevar bolsas para no dejar papeles en el bosque o restos de comida, como sí hacen algunos estudiantes.

 

Y fuimos, de día. Pero doy mi palabra de que yo aún en pleno día vi como seres del tamaño de un hombre, peludos, escondidos en los árboles. Entré como a temblar de miedo, no quise hablar con las otras cocineras porque se burlarían.

Pero le dije a mi hermana:

-Aurey...

-¿Qué pasa, Maike?

-Acabo de ver seres peludos a unos cien metros de distancia, pero no se acercan.

-Te has contagiado. Te has contagiado de las alucinaciones de los alumnos.

-¿Tú me lo dices? ¿Tú me lo dices, que has visto sombras en los callejones y ahora me dices eso?

-¿Desde cuándo eres escéptica, no era yo la escéptica? -Hasta que finalmente mi hermana también vio varias siluetas. Pero nos callamos, no lo comentamos. Incluso vimos un rostro como de hombre lobo.

Y una de las cocineras:

-¡Mirad, hay una bestia! -Cuando todas miraron no se veía más nada.

 

Me quedé con un trauma tremendo y no quise ir ni siquiera al mediodía al Bosque de las Sombras, nunca más quise ir.

 

Pero bueno, esto es solo una parte de la historia. Pasaron mucho más cosas, hubo muchas más muertes, hubo mucho más desaparecidos, hubo cosas terroríficas en el Bosque de las Sombras, en la capital de la ciudad, en Vaquia.