Sesión 28/02/13
Médium: Jorge Raúl Olguín
Interlocutor: Karina
Entidad que se presentó a dialogar: Thetán de Nacho
La entidad conceptúa mucha gente en el plano físico que capaz que no tienen carencias de ningún tipo pero viven con falta de falta de sueños, ilusiones, alicientes y quejándose de todo y de todos. Lamenta que al crecer nos olvidamos de los mundos de fantasía de la niñez y reivindica el derecho a soñar, pero con un pie en la realidad. Dialogó extensamente con Karina acerca de la idealización.
Sesión en MP3 (2.932 KB)
Interlocutor: Bienvenido...
Entidad: Es un placer estar aquí nuevamente tratando de dilucidar algunos interrogantes sobre la vida física y no deseo repasar vivencias de emociones dolorosas sino más bien interactuar contigo, si me lo permites, como para sacar a la luz esas sombras que aún me pueden acongojar inconscientemente y, de alguna manera, aunque mi 10% encarnado Ignacio no las pueda reconocer, en su interior es como que pueden condicionarle.
Interlocutor: Bien. Cuando tú hablas de sombras en tu interior, ¿estás hablando de roles de ego? ¿Estás hablando de engramas de vidas pasadas? ¿Quizás un poco de cada una?
Entidad: Un poco de cada una, y explico por qué. Soy un thetán milenario que ha revertido engramas hasta un 70% pero en este momento es como que no voy más allá del plano 3 subnivel 9. Si bien colaboro con entidades Maestras y ayudo a otros thetanes conflictivos a resolver sus propios problemas, sus tentaciones, sus cuestionamientos como yo mismo a veces tengo contaminación de algunos roles del ego tú sabes que en el plano 4 no puedes morar aunque tengas una pequeña mácula de rol del ego.
Interlocutor: Vamos a comenzar por estos roles de ego. ¿Tú puedes discernir, como thetán, cuáles son o tienes dudas sobre ellos?
Entidad: No, no tengo dudas. Capaz que son cuestionamientos -para muchos, cuestionamientos yermos- que no tiene sentido preguntarlos pero sin ser inquisidor -por supuesto es una palabra que no me gusta- deseo saber por qué en el plano físico se aprende únicamente mediante situaciones no diría extremas pero sí conflictivas como abandonos, como traiciones, como cuestionamientos en lo laboral, como no coincidencias a veces con seres de tu propio entorno, con gente con la que te llevas no bien, te llevas excelente y de repente la persona tiene un matiz egoico donde tú tienes que cuidar hasta las máximas consecuencias la forma. Creo que fue el Maestro Ruanel el que dijo que estaba cansado del plano físico, donde en el plano físico tienes que cuidar los tonos, las maneras. ¿Por qué todo eso?
Interlocutor: Bueno, voy a comenzar por comentarte que me parece muy depresiva la frase "estoy cansado del plano físico".
Entidad: Pero no la digo yo, la dijo un Maestro del 5º plano. El propio Maestro Johnakan, el excelso Johnakan, sin entrar en contradicción con Ruanel, a veces se asombra de que Ruanel esté en el 5º plano por las maneras de expresarse a veces tan "burdas" que tiene.
Interlocutor: Comprendo lo que ha dicho. Sin embargo, no lo comparto.
Entidad: Coincido contigo.
Interlocutor: Todos vamos a tener una visión individual sobre cada hecho, sobre cada suceso porque va a depender desde donde nosotros lo estamos viviendo, desde donde lo vemos.
Entidad: No lo comprendo muy bien.
Interlocutor: Por ejemplo: Si estamos en una guerra y uno de los dos ejércitos está, digamos, con las de perder y hay muchos heridos y sus rivales están arrasando con todo. En este momento, ¿cuál es el suceso? La guerra. La guerra, desde mi punto de vista personal, estoy en contra pero lo estamos tomando como un ejemplo. Los soldados que están, digamos, en la banda que va perdiendo ven la situación con tristeza, con amargura, con dolor. Los del otro lado lo van a ver con euforia, se van a sentir victoriosos. Todo va a depender de cómo lo vivo, de cómo lo veo. Si por ejemplo tenemos que atravesar por una situación dolorosa luego de atravesar esa situación dolorosa tenemos dos caminos. El primer camino es sentarnos a llorar y a lamentarnos y decir por qué tuvimos que pasar por esta situación, por qué me toca a mí.
Entidad: Correcto.
Interlocutor: Sería una situación donde estoy teniendo frente a ella un pensamiento inmaduro.
¿Cuál sería el otro camino? ¿Cuál sería el pensamiento maduro? Sentarme a pensar "Bueno, la verdad, fue duro pero, ¿qué puedo aprender de esto? ¿Cómo puedo hacer para que de aquí en más no vuelva a tener que pasar yo nuevamente por este dolor? E inclusive: ¿Cómo puedo hacer para que otros no tengan que pasar por una situación similar? Eso sería...
Entidad: Y seguir avanzando.
Interlocutor: Exacto.
Entidad: Te quería comentar que hace más de dos milenios desencarné muy joven, desencarné a los 27 años. Combatí en un ejército romano, ganamos la batalla, vimos muchos cuerpos exánimes, sin vida. Nosotros éramos el bando ganador y me sentí absolutamente desanimado preguntándome el por qué de todo esto, o sea, que no siempre el bando ganador se va con euforia.
Interlocutor: Obviamente, he estado dando un caso hipotético como para mostrarte que a veces ante un hecho, según la persona, según desde donde lo vive lo va a sentir, lo va a ver de una forma diferente.
Entidad: Ahora, sin ir a casos extremos ni a épocas tan lejanas en el tiempo, en este presente mi parte encarnada y yo desde lo suprafísico hemos percibido gente que quizá no tenga problemas, que quizás esté bien en lo económico, en lo afectivo, en lo personal y sin embargo se siente como ríspida, como áspera, como que hay situaciones que le incomodan, como que le incomoda la gente, el aire que respira, el agua en que se baña...
Interlocutor: ¿Y de qué modo te afecta eso a ti?
Entidad: Que no los entiendo. Que a veces uno no sabe si su café está un poco dulce les molesta, si su ensalada está un poquito salada le incomoda. A veces tu mente reactiva tiene ganas de coger el plato e incrustárselo en el rostro y decir "¿Qué quieres, tío? ¿Qué quieres, tío, de la vida?"
Interlocutor: Para nada, para nada. Comprendo que te sientas impotente. Todos sentimos impotencia no en un momento sino en distintos momentos de la vida e inclusive como thetán podemos sentir impotencia pero nunca tenemos que reaccionar de modo agresivo.
Entidad: No me jacto pero me incomoda...
Interlocutor: Allá ellos que tendrán que ver de qué manera van a resolver esos problemas internos que realmente han de tener pero me interesa poder, en este momento, tratar de atender lo que a ti te pasa, qué es lo que podemos modificar.
Entidad: Mi parte encarnada ha hecho favores y nunca lo ha echado en cara. No ha dicho: "Oye, tío, he hecho esto por ti. ¿Qué haces tú por mí?". No, no porque eso sería...
Interlocutor: ¿Lo ha hecho en modo incondicional?
Entidad: Sí.
Interlocutor: ¿O, en el fondo, muy en el fondo, esperaba en algún momento algún tipo de reconocimiento?
Entidad: A ver cómo lo puedo explicar porque, como dice el Maestro Johnakan, las palabras son pobres comparadas con el concepto. No es que se busque el reconocimiento en función de buscar la aprobación del otro pero a veces cuando tú te entregas a un jefe o a un amigo y te vuelcas incondicionalmente una palmada en el hombro, unas palabras de gratitud no son mal recibidas pero no significa buscar la aprobación del otro o medirte. O decir: "A ver, yo hago esto por la persona, a ver qué hace la persona por mí, qué voy a sacar de premio". No, no lo digo en ese sentido pero...
Interlocutor: ¿A veces no puede haber un granito de "para quedar bien"?
Entidad: No pero tú esperas del otro la correspondencia. Y eso no es el reconocimiento exacerbado desde el narcisismo pero tú esperas el reconocimiento. Tú esperas el reconocimiento en una relación afectiva, de cuando tú obsequias algo un "gracias", un rostro sonriente del otro lado y no como darlo por hecho "¡Ah! Está bien", como que es una obligación. La gentileza no es obligación, la gentileza es porque te sale del corazón pero del otro lado que no lo tomen como obligación. El caballero no tiene obligación de salvar a la dama, el caballero lo hace porque le nace. El varón es gentil porque le nace.
Interlocutor: Bueno, hay que hablar de algunas cosas respecto a lo que acabas de comentar y me gustaría comenzar por el tema de que no podemos pedir respeto a los demás si no nos respetamos a nosotros.
Entidad: ¡Ah! Bueno. Sí, sí.
Interlocutor: Eso por un lado. Por otro lado tenemos que separar lo que es relaciones laborables y de negocios con lo que son las relaciones afectivas: la familia, la pareja, los amigos, los hijos, los hermanos, padres, etc. El amor impersonal es entrega absoluta y está basada en la realidad.
Entidad: De eso no tengo dudas.
Interlocutor: El apasionamiento o el enamoramiento no es amor, nace del deseo, de nuestro deseo y no hablo únicamente del deseo sexual. Estoy hablando del deseo...
Entidad: No, no. Lo comprendo. ¿Como si fuera un apego?
Interlocutor: Algo así.
Entidad: De eso tampoco tengo dudas.
Interlocutor: Nace desde el deseo y de la idealización.
Entidad: Sí, sí.
Interlocutor: Muchas veces sucede que creemos estar enamorados y en realidad estamos en un periodo de enamoramiento y es por eso que vemos bastantemente frecuente que hay muchas parejas que no duran mucho tiempo porque cuando pasa ese periodo de enamoramiento dicen "el amor se terminó" pero el verdadero amor nunca se termina.
Entidad: No, eso lo tengo en claro pero fíjate que voy a ir más allá, voy más allá.
Interlocutor: Con respecto a lo que tú me comentaste, si uno ama se entrega y se entrega de manera absoluta. Ahora, si vemos que del otro lado no somos correspondidos, que nos tratan de la manera que tú me has comentado entonces tenemos que rever esa situación porque es una situación que tal vez terminemos afectados de forma negativa.
Entidad: Lo tengo claro, querida interlocutora. Eso lo puse como ejemplo. Pero la idealización va más allá de una relación. Por suerte mi parte encarnada tiene en claro muchas cosas y es un ser que ha crecido. Gracias a conocer sobre el mundo suprafísico ha crecido bastante. Pero a veces no se idealiza solamente una relación afectiva, a veces se idealiza una labor, a veces se idealiza una amistad, a veces se idealiza alguien con el que trabajas. No hablo de un idealismo extremo pero de repente tú te sientes cómodo trabajando con una persona y un día esa persona te sale, como decís vosotros en el plano físico, con un Martes 13 y...
Interlocutor: Mira, no podemos idealizar la realidad porque si idealizamos la realidad vamos a sufrir. Lo que podemos idealizar es lo que nosotros deseamos, lo que sostenemos en nuestra mente. Tenemos que tener un ideal para saber en pos de qué vamos a trabajar, en pos de qué vamos a caminar aunque nunca, digamos, pueda ser perfecto nuestro obrar con nuestro ideal que nosotros tenemos nos va a servir de inspiración y haremos todo lo posible por acercarnos a eso que deseamos. Si nosotros en la vida cotidiana en los afectos, en el trabajo, en las distintas relaciones idealizamos nos estamos un poco yendo de la realidad porque todo tiene su parte de luz y su parte de sombra. No hay nada perfecto.
Entidad: Lo tengo claro pero ayúdame con esto. Hace tiempo atrás, sin médium de por medio -valga la redundancia de las palabras del plano físico- el excelso Johnakan conceptuó conmigo a nivel suprafísico y explicó que estando encarnados el estado de la niñez es un estado -entre comillas, ¿eh?, siempre entre comillas- ideal en el sentido de que el mundo de fantasía nos crea euforia y que cuando vamos creciendo vamos madurando y nos damos cuenta de que ese mundo de fantasía queda como tal, como fantasía, y nos sumergimos en la realidad y sabemos que en la realidad no es igual que en los cuentos porque en la realidad no siempre termina bien, como decís vosotros en el plano físico, "colorín colorado este cuento ha terminado", "se han casado, han vivido felices". En la vida real no es así: hay separaciones, traiciones, engaños, etc. Sin embargo, el Maestro Johnakan me ha dicho que a veces está bien que un adulto pueda llegar a soñar como un niño, entendiendo que uno tiene que poner un pie en la realidad porque si no vamos a ser tontos, por decirlo de alguna manera.
Interlocutor: Correcto.
Entidad: Pero si nosotros soñamos como niños, inconscientemente idealizamos las cosas. No significa que seamos tontuelos pero inconscientemente idealizamos las cosas: quisiéramos que ese amigo fuera como deseáramos, quisiéramos que ese jefe del trabajo sea como deseáramos y aunque no idealizamos de verdad nos frustra ver que ese amigo no es como creímos, que ese jefe tiene sus altibajos y lo que esperábamos de él no es tal, y nos damos contra la pared. Pero no es que idealizamos, jugamos a idealizar. Capaz que no se entiende muy bien lo que quiero expresar. ¿O sí?
Interlocutor: Sí, bueno.
Entidad: Jugamos a idealizar no es que idealizamos, jugamos a ser niños siendo adultos y quizá nos hace bien porque creamos una euforia de alguna manera -y aquí vuelvo a utilizar un idioma físico- y ponemos las fichas en ese trabajo, en esa persona, en esa amistad y de repente sale el cero en la ruleta y perdemos esas fichas.
Interlocutor: El problema pasa cuando uno pone todas las fichas. Tú puedes poner casi todas las fichas pero no puedes ponerlas todas. ¿Cuál sería la ficha que no tienes que poner?
Entidad: ¿Tu corazón? ¿Tu alma? No sé, dímelo tú.
Interlocutor: El amor por ti mismo.
Entidad: ¡Ah! Bueno, no estaba tan desacertado.
Interlocutor: Dentro del amor hacia ti mismo está el respeto hacia ti, hacia tu persona. O sea, si tú tienes en claro hasta dónde tienes que llegar no vas a salir tan malherido. O sea, uno tiene que poner el corazón en lo que hace porque si no no seríamos apasionados en nuestro trabajo. ¿Por qué tenemos que hacer nuestra labor o por qué tenemos que tener una pareja sin poner nuestro corazón?
Entidad: Pero entonces hay una contradicción. Entonces, ¿el ego es útil? Porque si nosotros nos apasionamos en el trabajo la pasión de alguna manera tiene una brizna de ego y de alguna manera poner apasionamiento en el trabajo está bien, en tanto y en cuanto sea con equilibrio porque si ese trabajo sale mal y pusimos todo el apasionamiento es como dije antes: jugamos todas las fichas y no tenemos que jugar todas las fichas. Y con respecto a lo que has dicho después de alguna manera coincide con lo que dicen los Maestros porque si yo tengo respeto por mí mismo de alguna manera me voy a fregar el respeto de los demás a mi persona.
Interlocutor: Hasta ahí está perfecto.
Entidad: ¿Qué es lo que no sería perfecto?
Interlocutor: No, no. Está perfecto. Sólo que quería aclarar un tema más contigo: ¿por qué piensas que solamente son los niños los que tienen derecho de soñar? Los adultos también tenemos derecho a soñar. Es más, para poder lograr algo en la vida, algo que nosotros tenemos ganas de hacer, antes de hacerlo lo tenemos que haber pensado, imaginado, proyectado.
Entidad: Soñado.
Interlocutor: Sí. Lo tenemos que haber creado astralmente o mentalmente.
Entidad: Sí. No digo que no tenemos el derecho de soñar. Significa que nosotros -no en el fondo, en el frente- sabemos que existe una realidad y que aun esa proyección, ese sueño, esa futura creación, todo eso, sabemos que tenemos un porcentaje de posibilidades de que se dé y un porcentaje de que no. En cambio, cuando tú eres niño total tú crees que todo se va a dar: tú crees que tus padres nunca van a desencarnar, tú crees que puedes volar, tú crees que puedes trepar a los árboles y nunca te vas a lastimar si te caes. Porque en ese mundo de fantasía nadie se lastima. En la vida real del adulto eso no pasa. Entonces, tú tienes sueños pero son sueños pragmáticos, son sueños de realidad.
Interlocutor: Deben ser sueños realizables.
Entidad: ¡Ah! Por supuesto; ésta es la diferencia con el niño. El niño sueña sin medida; en cambio, tú cuando eres adulto sueñas cosas...
Interlocutor: Proyectas...
Entidad: ...pero cosas que pueden llevarse a cabo.
Interlocutor: Exacto.
Entidad: Para que luego no te des contra la pared.
Interlocutor: Cosas que deben llevarse a cabo porque si yo sueño que mañana estoy en Marte flotando pues más que una proyección parece ser una fantasía, ¿sí?
Entidad: Esa es la diferencia, esa es la diferencia. Me he agotado conceptualmente porque he hecho un borbollón de interrogantes.
Interlocutor: Espero que te sientas más aliviado.
Entidad: Pero totalmente, totalmente. Me ha servido más que mucho. Gracias.
Interlocutor: Te mando toda la Luz a ti y a tu 10%. Y hasta todo momento.
Entidad: Hasta todo momento, interlocutora.
|