Sesión 13/03/13
Médium: Jorge Raúl Olguín
Interlocutor: Karina
Entidad que se presentó a dialogar: Thetán de Paula y Johnakan Ur-El
La entidad conserva engramas de vidas anteriores donde la incomprensión y el desprecio se cebaron en ella. Siente que las experiencias pasadas no ayudan a las vidas siguientes porque cada vida es distinta, distintas situaciones. Karina y Johnakan nos recuerdan que a pesar de todo lo pasado el futuro está limpio para ser vivido y que los actos hostiles sufridos en el pasado no deben condicionar el presente, más bien comprender las limitaciones de aquellos seres que los cometieron.
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Interlocutor: Bienvenido...
Entidad: Muchas gracias. Es muy importante el poder comunicarme con vosotros. Tengo un cansancio espiritual de tantas vidas, por distintas circunstancias, que me llevaron a replantearme muchas cosas. Me he replanteado que en las distintas vidas he sufrido abusos, he sido víctima, he estado en posiciones de alto cargo y al igual que otro prójimo pienso exactamente lo mismo, que la experiencia de cada vida no te sirve para la vida siguiente pero no porque no tenga memoria reencarnativa. Tampoco te sirven las experiencias pasadas de una misma vida porque cada situación, cada circunstancia, cada detalle, nunca, nunca va a ser igual al anterior. Entonces todo lo que tú pudieras haber aprendido es como que empezara nuevamente de cero.
Interlocutor: Vamos a comenzar por algún punto. Me gustaría que me comentes qué engrama de alguna vida pasada es el que en este momento está afectando más a tu parte encarnada Paula. Ella nos comentaba que siente que sus padres le han creado engramas, o sea, que desde chica la llamaban de un modo un poco despectivo ("cola cansada”) y ella misma nos comenta que se siente desganada, sin fuerza. ¿Hay algo en particular que quieras comentarnos sobre este tema?
Entidad: Tuve una vida en Navarra, en la Península Ibérica. Fue una vida muy, muy difícil.
Me llamaba María Sol Santibáñez. Trabajaba con mi madre en la casa, ayudaba a padre en la campiña en las tareas. Era tanto el trabajo que tenía que tenía 10 años y apenas sabía leer. Me retrasaba mucho en las tareas, en los estudios. Me exigían demasiado, me sentía como una sirvienta de mis propios padres.
Mis padres en esa vida, extremadamente religiosos, antes de mí habían tenido otro hijo, mi hermano, que no alcancé a conocer pues murió al año y medio de vida. Un año después me tuvieron a mí y padre siempre maldecía a la vida diciendo "Perdí un hijo varón y me trajeron esto". Al decir "esto" es como que me sentía un objeto y sentía como que todo lo que yo les daba no alcanzaba, no sé si por el hecho de ser mujer, no sé si por el hecho de que extrañaban a mi hermanito que no conocí.
Interlocutor: En esta vida en cuestión los papás de Paula perdieron a un hijo cuando ella tenía dos años y, bueno, a partir de ahí Paula intentó cubrir esos huecos, empezó a estar pendiente de ellos y tratar de intuir lo que ellos necesitaban. ¿Es posible que esta situación haya reactivado aquel engrama que tú nos estás comentando?
Entidad: Sí, seguramente que sí. Pero fíjate que las situaciones son totalmente distintas porque es otra vida, otra crianza, otra región, otros padres pero el maltrato psicológico, el desprecio queda como engramas inconscientes para toda la vida.
Interlocutor: ¿Qué podrías comentarme acerca de estos padres con -quizás- una postura de un rol de víctima y de manipulación? ¿Qué consejo le darías a Paula para que pueda tratar de aprender un poco más cómo manejar la culpa y la compasión con equilibrio?
Entidad: Eso lo voy a dejar para un Maestro que se ha contactado conmigo, que luego quiere hacer un breve comentario sobre el tema.
Interlocutor: Bien, perfecto.
Entidad: Lo que quiero decir es lo siguiente. A veces no se dan cuenta las generaciones anteriores el perjuicio que causan, que trasladan, que impregnan de alguna manera a la generación siguiente con frases despectivas que para ellos pueden sonar...
Interlocutor: ¿Ligeras, quizás?
Entidad: Ligeras o hasta irónicas pero a uno es como que se le impregna en el interior de las células y es como que nuestro cuerpo luego reacciona en consecuencia enfermándose, alterando nuestro peso, alterando nuestras hormonas, haciéndonos sentir un cansancio no sólo físico también espiritual, también mental e inconscientemente es como que uno siempre está buscando la aprobación del otro, inconscientemente. A veces por fuera nos sentimos seguros, queremos tender una mano pero a veces no sé si queremos tender una mano por satisfacción propia o por satisfacer a los demás y eso es...
Interlocutor: Quizá lo que tengamos que comenzar a ver un poco es el tema de cómo comenzar a querernos nosotros, cómo comenzar a respetarnos y a cuidarnos nosotros mismos porque si no nos queremos y no nos cuidamos nosotros no podemos o no va a ser tan fructífero el tratar de ayudar a los demás. O sea, creo que el tema sería comenzar por ahí, ¿verdad?
Entidad: Yo siento como que me acepto, siento como que entiendo mi importancia, siento como que he aconsejado a muchos y sin pasar a la vanidad pero creo que he hecho obras y he realizado tareas importantes. Y de verdad, ¡eh!, porque sería engañarme a mi propio ser. No esperé el aplauso ni el halago no, no, lo he hecho desinteresadamente pero a veces en el fondo uno espera un reconocimiento, no por buscar la aprobación del otro como dicen los Maestros pero uno a veces espera un reconocimiento, espera que el otro entienda pero a veces parece que los demás es como que tú pasas desapercibido ante ellos y eso es como que molesta. Somos espíritus pero en el plano físico somos seres humanos y es como que de alguna manera necesitamos. A veces es muy fácil para los Maestros decir "No, el que necesita es el ego, el que necesita es cada rol". No, no. Uno como ser interno también necesita a veces una palmada en el hombro, un abrazo. Al fin y al cabo, ¿qué? Eso de decir que carecemos de emociones porque somos impersonalmente puros eso no es cierto. En el plano físico no pasa eso. Hay emociones que son buenas también, no todas las emociones son negativas, no es todo blanco o negro.
Interlocutor: ¿Has tenido en otras vidas otras situaciones donde no tuvieras estas carencias en tu niñez como de falta de contención, como de falta de afecto, como de falta de valoración? ¿Cómo ha sido en tus vidas anteriores?
Entidad: He tenido una vida en Francia hace casi mil años. Estaba en palacio. Era una mujer bella, codiciada pero no fue una vida de aprendizaje porque mi ego me dominaba. Era como pretenciosa, como que requería cuidados a mi parte física y no había nada que me satisficiera...
Interlocutor: ¿De qué modo tus experiencias en aquella vida, en tu infancia, repercutieron para que tú fueras de esta forma?
Entidad: Creo que cada vida es independiente. En esa vida desencarné a los 46 años, sola, no tuve pareja...
Interlocutor: ¿Por qué no has tenido pareja en esa vida?
Entidad: Porque era demasiado pretenciosa y sentía como que me querían por mi posición. Tuve un gran amor, que fue un simple vasallo, y llegamos a salir en secreto y luego lo dejé porque era presa de las habladurías y no quería que nadie se enterara. Me enteré que murió en una batalla y lo lloré mucho pero en secreto. Y a todos los que me cortejaban los sentía tan vacíos, tan huecos, tan nada.
Interlocutor: ¿Crees que esta experiencia de esta vida, de esta infancia y aquella vida anterior que tú nos has comentado son de algún modo -y aunque suene duro- un aprendizaje que más allá de la situación difícil y dolorosa que te ha generado quizá debieras encontrar tú, como thetán, un punto de equilibrio? Es decir, ni creernos que somos más importantes que los demás ni pensar porque los demás no nos consideren que valemos poco o que no somos importantes.
Entidad: No, no creo que somos más importantes, no creo que somos menos. No me interesa la aprobación del otro, tampoco el reconocimiento. Es mucho más -como decís vosotros en el plano físico- hilar fino. Se trata de que uno hace un favor y no digo que lo haga para que el otro vea que lo estamos haciendo, no, no, pero inconscientemente es como que buscamos esa mirada de agradecimiento pero no por satisfacer nuestra vanidad sino para que el otro nos perciba "Eh! ¡Oye! Estoy aquí".
Interlocutor: Una simple sonrisa o un "Gracias".
Entidad: Aunque sea, aunque sea. Le dejo paso a la Entidad que va a hablar, ¿sí?
Interlocutor: Te envío mucha luz a ti y a tu 10%. Gracias por estar aquí.
...
Johnakan Ur-El: ¿Qué tal? ¿Cómo estás, querida hermana? Te habla Johnakan Ur-El.
Interlocutor: ¿Qué tal, Johnakan? ¿Cómo estás?
Johnakan Ur-El: Bien. Lo que quiero comentar es muy sencillo. Siempre he pensado que si todas las generaciones -abuelos, padres, hijos- vivieran al unísono no cometerían a veces los errores que cometen: el desacreditar, el ser irónicos, el llegar hasta el sarcasmo, el gritar, el maltratar, el ignorar. Si esos padres pudieran adelantarse 30 años en el futuro y vieran la obra que dejaron...
Interlocutor: Las consecuencias que dejan esas marcas sin darse cuenta, sin pensarlo. O sea, a veces son palabras que dejan huellas muy profundas.
Johnakan Ur-El: ...podrían pasar dos cosas: Podría pasar que se corrijan o podrían no hacerse cargo, como decís vosotros, no hacerse responsables y, bueno, "Ella salió así porque ya tenía esa manera de ser, que ahora no nos echen la culpa a nosotros". Porque sí he visto en los miles de seres con los que me he contactado que muchos no se hacen responsables de sus actos. A veces cometen errores, a veces cometen actos hostiles a propósito. Acuérdate que yo siempre enseño que culpa es cuando se hace algo ex profeso y responsabilidad es cuando se hace sin querer. Pero de todas maneras uno debe hacerse cargo del compromiso, ¿no?
Interlocutor: Sí, así es.
Johnakan Ur-El: Hay personas que son culpables directamente, que lo hacen a propósito y no les importa herir ni lastimar a nadie y aun viendo lo que dejan en el otro se quitan responsabilidad, se quitan culpa. Dicen "Bueno, al fin y al cabo la persona fue débil, por algo ha caído en desgracia". Entonces no en todos los casos aquel que comete el acto hostil queriendo o sin querer se hace responsable.
Interlocutor: ¿Qué consejo le darías a Paula sobre su desgana, su falta de incentivo, sobre esos complejos que se ha creado?
Johnakan Ur-El: Que la importancia es independiente de la aprobación y el mal o buen trato de los demás. Nosotros somos quienes debemos aceptar o no las críticas, aceptar o no los halagos, aceptar o no los desprecios. Nosotros, con nuestro libre albedrío divino, somos quienes debemos dar o no cabida a lo que nos hace bien o a lo que nos hace mal, al fin y al cabo nosotros somos los artífices de nuestro destino y no debemos darle más de la importancia que se merece a los lazos familiares. Siempre he dicho que los verdaderos lazos son los lazos afectivos, los lazos de amor, los lazos espirituales. A veces vibramos en la misma sintonía con otros seres y no tenemos ningún lazo material, solamente tenemos un lazo de empatía. Y a veces hay seres muy cercanos familiarmente que sólo nos mueve la tradición, la costumbre. Esto no significa que debemos dejarlos de lado porque uno es misericordioso por naturaleza y debemos tender una mano aunque el otro no nos tienda la suya.
Hay una sola razón por la cual debemos retirar la mano: cuando el otro no la quiere aceptar porque de la misma manera que el conocimiento no se puede forzar...
Interlocutor: No se puede imponer.
Johnakan Ur-El: ...tampoco se puede imponer el afecto si el otro no lo desea porque sería un proselitismo espiritual. Eso no debe ser.
Interlocutor: Tenemos libre albedrío para decidir, ¿verdad?
Johnakan Ur-El: Y el otro también. Entonces uno como ser humano debe entender su propia importancia y actuar en consecuencia.
La apreciada Paula debe entender que depende absolutamente de ella. El pasado no puede ser una excusa porque el futuro es de ahora en más. El pasado es un lastre que es como una cuerda. Debemos coger una tijera y cortar esa cuerda. Cortar esa cuerda no significa cortar los recuerdos -porque los recuerdos estarán por siempre-, significa cortar con la emoción dolorosa para que el recuerdo sea neutro.
Interlocutor: ¿Qué consejo le darías para que pueda ayudarla a que ya no le afecten tanto esos recuerdos dolorosos?
Johnakan Ur-El: Entender que a veces las personas que lastiman, aun haciéndolo a propósito, aun haciéndolo adrede lo hacen porque tienen limitaciones. Esto no significa que debamos...
Interlocutor: Justificar.
Johnakan Ur-El: ...justificar o aceptar sino comprender sus limitaciones. Comprenderlas no significa avalarlas. Es eso, mi querida hermana.
Interlocutor: Muchísimas gracias por estar aquí y por el mensaje tan profundo.
Johnakan Ur-El: Toda la Luz para ti, querida interlocutora, toda la Luz a mi 10% y toda la trasmutación para mejor para la estimada Paula.
Interlocutor: Muchas gracias, Johnakan. Hasta todo momento.
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