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Psicoauditación - Santiago S. |
Sección Psicointegración y Psicoauditación - Índice de la sección - Explicación y guía de lectura de la sección |
Si bien la Psicoauditación es la técnica más idónea para erradicar los engramas conceptuales del Thetán o Yo Superior de la persona, la mayoría de las veces se psicoaudita a thetanes que habitan en planos del Error y sus palabras pueden no ser amigables y/o oportunas para ser tomadas como Mensajes de orientación, algo que sí se da cuando se canaliza a Espíritus de Luz o Espíritus Maestros.
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Médium: Jorge Raúl Olguín Entidad que se presentó a dialogar: Thetán de Santiago S. Visitó al reconstructor de almas para consejo. Tenía inseguridades basadas en su autoestima. Era bueno en todo pero no estaba convencido. El genetista le dio pautas que harían que viviera en paz consigo mismo.
Entidad: Me encontraba en la puerta del profesional, era un gran genetista. Pero no lo venía a ver por eso, lo venía a ver porque, aparte, era un reconstructor de almas, se podría decir. Cuando llegó le miré, un hombre de rostro transparente, empático. -Tú eres Joanse -asentí con la cabeza-, adelante.
Subimos por el elevador y llegamos a su piso. Mi curiosidad hizo que le pregunte: -¿Aquí tiene el laboratorio? -No, este es mi despacho. -Mi curiosidad volvió a vencerme y le pregunté: -¿Cómo puede poner énfasis en dos tareas a la vez, la genética y la atención espiritual? -Su respuesta fue muy sencilla: -Porque ambas me gustan y no tomo el trabajo como una obligación sino como placer. Me senté en un sillón. Me sentía como intimidado estar frente a Raúl Iruti que años atrás había disuelto una gigantesca amenaza para el planeta. -Cuéntame. -Bueno, mi nombre es Joanse Rapoport. Mi padre Adián, mi madre Sara. Ellos tienen negocio de ordenadores holográficos. Yo estudio astronomía y como me gusta estar ágil físicamente practico paleta-pared. -¡Vaya! -dijo Iruti-, es un juego de muchísimo reflejo. -Lo sé, y lo hago bastante bien. -¿Te has anotado en alguna liga? -Tres veces lo intenté. Pero les gano a todos de mi facultad, pero cada vez que voy a dar el examen para la liga fracaso, como que yo mismo me saboteo. -¿Qué edad tienes? -Setenta y ocho años. -Como thetán aclaro veinte y seis años de Sol III. Iruti preguntó: -¿Y tienes alguna idea, Joanse, por qué piensas que te saboteas? -Me encogí de hombros. -Quizá por temor. -¿Por temor a qué? -A exhibirme, a que me vean, a que salga en holovisión en toda la región. Sonrió levemente y dijo: -Como que te gustara pasar desapercibido. -No, no siempre. De repente voy con mis amigos a tomar algo y me gusta vestir bien, me gusta que las jóvenes me vean pero de repente alguna joven se acerca y me aburre, me habla de cosas vacías, vanas. -¿Que estudias? -Estudio astronomía, me gusta mucho. -¿Sabes, Joanse, que conozco a Nambo Flagan? -¡Vaya! Sí, había leído algo en mi ordenador holográfico. El día de mañana espero conocerlo, estrechar su mano. Es una figura mundial. -Y tú también lo puedes ser. -No, no -negué-. No, no creo. En los estudios me pasa lo mismo que con la paleta-pared, busco sobresalir y cuando llega el examen fracaso. Tengo compañeros que hace tres o seis años se han recibido y ya están en estudios superiores mientras que yo sigo todavía en la parte básica de la universidad. -¿Cómo te llevas con tus padres? -Bien. Va, regular. -¿Por qué? -Papá Adián y mamá Sara son distintos, padre tiene sus ojos en el negocio, madre es como que está más encima mío, pero a veces siento como que me ahoga, como que no me deja respirar, como que... ¡bufff! Sobreprotectora desde que era pequeño y es como que me volvió de carácter... no, tímido no, no creo ser tímido, pero tengo baja estima. ¿Por qué me mira con esos ojos, como sonriendo? Iruti me respondió: -Tienes cuerpo atlético, eres agradable. Te lo digo de corazón. Eres un joven que tiene mucho por delante y tienes baja estima. -No..., no sé explicarlo. Bueno, por eso vine. -¿Sales con alguien? -Sí, salí un tiempo con una joven, Sofía Diáfana, era inteligente pero retrógrada. -Explícame, Joanse, cómo se conjugan inteligente con retrógrada. -Bueno, no sé su creencia, Iruti, pero ella era muy religiosa y a su vez era muy dogmática, protestaba cuando las parejas no se cuidaban, porque sabemos que no podemos tener más de dos hijos por matrimonio. Y a su vez, en un mundo que no se basa en la religión, ella era religiosa. -Explícame eso de religiosa. -Bueno, ella cree que hay un ser superior que maneja el Cosmos. -Está bien, eso quizá tiene que ver con la espiritualidad. -Claro, pero ella cree en castigos, en premios; que si tú te portas bien vas a merecer todo y si te portas mal, traicionas, tu castigo va a ser eterno. Digamos como que deforma la espiritualidad. He visto que hay libros holográficos que hablan de ese tipo de religión y es raro porque prácticamente este es un mundo joven donde la religión casi no tiene cabida. -Una pregunta importante, Joanse, ¿qué más te molesta de tus padres? -Como dije antes, padre Adián solamente tiene ojos para el negocio, madre Sara vive encima mío protegiéndome como si fuera un niño. Y a veces critica mis relaciones. Hablaba mal de Sofía Diáfana. -¿Sigues saliendo con ella? -No, era demasiado elemental en lo religioso y demasiado dogmática. Pero ese era mi problema, era mi apreciación, era mi forma de verlo; madre no tenía porque meterse, ella no tiene que opinar sobre mis amistades, sobre mis relaciones afectivas. A veces tampoco permito que mis amigos opinen de otros amigos o de mis relaciones afectivas. He tenido otras historias pero mucho más cortas que la de Sofía, que llegó a durar tres años. -¿Y si de entrada tú sabías que ella era religiosa y el epíteto que tú le has puesto, retrógrada, por qué has estado tanto tiempo? -Costumbre, entiendo que costumbre. Pero bueno, vine a usted, Iruti, para que me diera una respuesta a mi incertidumbre, a mi baja estima. El porqué me saboteo con los estudios, por qué no quiero sobresalir. Por un lado tengo avidez de conocer al gran Nambo Flagan, por otro lado digo no, no, va a saber que no sé nada. -Pero tú eres un joven estudiante, no puedes tener prejuicios de que un afamado astrónomo pensara eso, que por supuesto no lo piensa. Lo conozco bien a Nambo, él jamás prejuzgaría a nadie. Al contrario, tiende una mano a los que necesitan aprender. Pienso que tu inseguridad es algo tuyo. -No entiendo. -Claro, Joanse. A ver, es como que tú mismo no quieres sobresalir porque todavía vives de la aprobación de los demás. -No, a mí no me interesan los demás. -A ver, dices que te saboteaste para entrar a la liga principal de paleta-pared porque no querías ser visto como una exhibición en holovisión, eso es vivir de la aprobación de los demás. Eres un estudiante de astronomía que te saboteas en los exámenes porque no quieres pasar al nivel privado de la universidad ¿Por qué? Porque vas a competir contra otros y tienes miedo a perder. Si fuera así qué importa, nadie vence en todo, todos tenemos niveles. -Claro, usted lo dice así porque es el mejor genetista del planeta. -¿Y tú piensas, Joanse, que siempre fui el mejor genetista? Fui joven, estudié, he tenido fracasos que me han enseñado a no repetir errores. Amé investigar, a veces las investigaciones me llevaban a caminos cerrados, obstáculos, callejones sin salida. Vuelta otra vez a empezar. Investigaba por otro lado pero no desfallecí, disfruté. -Pero Iruti, ¿cómo puede disfrutar de los fracasos? -No es que disfrute los fracasos, los fracasos me enseñaron. Disfruté el estudiar, disfruté el investigar, era algo que amaba. ¿Amas astronomía? -Me fascina -respondí. -¿Te interesa paleta-pared o solamente es para tener reflejos? -No, no, me interesa. -Entonces, hazlo. -Voy a tratar. -No, tratar es quedarse en el camino. Tratar es como si tú ves una película holográfica y de repente la pones en pausa, eso es tratar, te quedas ahí eternamente. Hazlo. -Mis amigos son muy vacíos. Uno de ellos estudia, ya se ha recibido, el otro está a punto de recibirse pero cuando salimos hablan de cosas intranscendentes. -No te cargues tanto -me dijo Iruti-, al fin y al cabo tú no quieres exhibirte porque es como que te preocupa la aprobación de los otros, si te van a prejuzgar, si te van a señalar con el dedo, y tú estás haciendo lo mismo con tus amigos. -Todos tienen un nivel. -Y algunos no pasan de ese nivel. Y está bien, nadie es igual al otro. -Claro, pero usted... -¡Espera, espera! -me dijo Iruti-, ¿tú piensas que yo miro la gente desde arriba? -Bueno, con su trayectoria... -Para nada -negó-, para nada. ¿Cómo estoy hablando contigo, como profesor a alumno? -No. -¿Como instructor a practicante? -No. Estamos hablando de igual a igual. -Bueno, de igual a igual no; me está dando orientación. -Sí, pero mi conversación no es estructurada. Entiende eso, Joance, no debemos ser estructurados en nada, en nada. -Usted que es genetista, tengo una pierna que tiene un centímetro más pequeña que la otra y prácticamente no me impide deslizarme en la cancha de paleta-pared, pero de repente estoy con una joven en la intimidad, me mira y ya pienso que me está mirando la pierna, como que ve la diferencia. En realidad no se ve, pero yo pienso que sí y me percibo, y a veces eso me impide disfrutar. Lo mismo cuando estoy en el vestuario con los jóvenes, me voy al fondo a una ducha apartada porque pienso que me van a mirar, y los miro y cuanto más los miro más me miran. -Es normal. Me sobresalté: -¿Perdón? ¿Cómo normal, Iruti? -Claro. Imagínate, te estás duchando y los miras a todos. Por reflejo te miran a ti como diciendo "Qué le pasa, ¿por qué nos mira?". -Asentí con la cabeza. -Entiendo, es como que yo al verlos atraigo su mirada. -No necesariamente, pero sí, seguramente que sí. Disfruta, disfruta del estudio de astronomía, disfruta de la paleta-pared. Tú padre, me dijiste Adián... -Sí. -Está bien, ¿es honrado? -Absolutamente. -Está bien, le atrae su negocio, déjalo. ¿Nunca se ocupa de ti? -No. Sí, se ocupa, pero muy poco. -Bueno es su manera de ser, es su manera de ser, todos somos distintos. Tú madre te quiere, quizá te quiere de una manera equivocada porque busca que no... que no te hiera nadie y de ahí que es sobreprotectora. Seguramente es una falencia, pero no es algo que debas condenar. Lo mismo la joven Sofía con la que saliste. Era religiosa. Bueno. Seguramente su familia la inculcó a ello y ella por carácter débil se hizo religiosa, dogmática, doctrinaria. Alguien aparecerá en tu camino más afín. No dejes de hacer lo que te gusta ni por lo que puedan pensar los demás ni lo que puedas pensar tú de ti mismo. Hazlo y no digas "Voy a tratar" porque eso sería ponerte en pausa, como dije antes. Hazlo.
De mi holomóvil le adjunté unos créditos a la cuenta de Iruti, el gran profesor. Y marché, por un lado reconfortado por sus palabras, por otro lado intranquilo porque, ¿cómo lo explico?, Iruti no caminaría por mí, Iruti no estudiaría por mí, Iruti no practicaría paleta-pared por mí, Iruti no buscaría una relación por mí. Todo eso me correspondía a mi ser, a mi persona y no lo tenía que tomar como una mochila pesada sobre los hombros sino al revés como una liberación. Pero era más fácil hablarlo que llevarlo a la práctica.
Pero debería tratar -no, no, no; no debería tratar-, tendría que hacerlo.
Gracias por escucharme.
Médium: Jorge Raúl Olguín Entidad que se presentó a dialogar: Thetán de Santiago S. De mayor supo que tenía un hermano que nunca conoció, por una ley que prohibía a los padres tener más de dos hijos. Revivir estos recuerdos le produce a la entidad y al médium un gran dolor.
Entidad: Hay situaciones que si no fueran totalmente dramáticas diríamos como que es una jugarreta que nos hace la vida.
Mi nombre era Joance, hijo de Adián Rapoport y mamá Sara. De pequeño me encantó la astronomía y es lo que estaba estudiando. Me gustaba también la gimnasia, practicaba paleta-pared. Económicamente estábamos bien, teníamos bastantes créditos y nos manejábamos exclusivamente con marcas holográficas para pagar los gastos o para que nos abonen a nosotros, y los créditos que ganábamos o los que pagábamos iban a un centro de cómputos. Mis padres estaban bien, con un negocio de ordenadores holográficos. Tenía amigos. Me sentía solo porque había cortado con Sofía, la familia Diáfana era religiosa siendo que en todo Ran II prácticamente la religión no existía como tal, en el sentido de la creencia que vosotros en Sol III tenéis. Aparte, éramos un mundo joven.
Recuerdo que los vi a papá y a mamá casi a la noche cuando llegué del gimnasio, mamá llorando, papá consolándola. Me acerqué y quedé callado. Mamá estaba como muy afligida y su interior estaba abierto, o para contar lo que le pasaba o para hacer catarsis. Papá Adián quería frenarla pero mamá me vio y... -Tú sabes que no eres hijo único. -Lo sé. También sé que es muy doloroso lo que pasó. Sé que mi hermanita, que me llevaba dos años, falleció. -Mamá me miró, hizo una sonrisa como una mueca, luego negó con la cabeza-. ¿Qué sucede, mamá? -La vida es muy ingrata -dijo mamá Sara-. Sabes cómo son las leyes de Ran, está prohibido tener más de dos hijos salvo que por genética alguien tenga trillizos de primera intención o ya tenga un hijo y luego tenga mellizos, es algo que las autoridades lo entienden y lo permiten, pero si ya tenemos dos hijos y por descuido tenemos otro, no sólo nos multan con varios créditos sino que además se llevan ese hijo o hija y lo llevan a un centro de crianza donde va a estar bien atendido, médicamente, a nivel amor, Va haber gente que lo cuide. Para evitar problemas no se da a otro matrimonio que no pueda tener hijos, directamente se tienen en un centro y se crían así. -Sí, eso lo sabía mamá, eso lo sabía, pero a mi hermana no nos la quitaron, mi hermana murió. -Sí, lo que eras muy pequeño y tú no sabes, Joance. -Sara, basta -dijo papá Adián. -Déjame que se lo cuente, ya tiene setenta y ocho años. -Setenta y ocho años equivalían a veinte y seis años de Sol III. Mamá Sara siguió hablando-. Cuando tú tenías cinco años tuvimos un tercer hijo. -Fruncí el ceño. -¿Y qué sucedió? -Se lo llevaron las autoridades. -¿Cómo os habéis descuidado de esa manera? -Porque pasa en cualquier familia. No me reproches ahora, no me siento bien para que me reproches. -No, madre, está bien. Esto para mí es una sorpresa. -Y se lo llevaron a un centro de crianza. -Pero espera, espera, espera, ¿no has reclamado a las autoridades cuando mi hermanita murió? Porque volvíamos a ser otra vez dos hijos... -No, una vez que se comete la falta y extraen, como ellos llaman, al hijo que está de más, aunque luego por alguna desgracia o por alguna enfermedad los demás hijos mueran, a ese hijo no lo devuelven porque ya lo adaptan a las costumbres del centro de crianza. -¡Pero madre, eso es injusto! -De todas maneras tú eras muy pequeño, prácticamente no lo conociste, no puedes tener ni cariño ni extrañar su ausencia. -O sea, que murió mi hermana pero tengo un hermano vivo. ¿No hay nadie con los que podamos hablar? Mira, madre, yo estudio astronomía y hay una eminencia que he ido a alguna de sus conferencias, Nambo Flagan, es una eminencia, incluso entiendo que ha participado de situaciones donde han salvado al planeta, déjame que yo hable con el hombre. -No, Joance, es muy... es muy arriesgado, seguramente el profesor Flagan es alguien que tiene mucha ascendencia pero a su vez es verticalista con el gobierno. Al contrario, te puede denunciar por pedir cosas que están fuera de la ley.
Me encerré en mí mismo. Ese día falté a la facultad, me encerré en mi habitación y sentía nuevos engramas, como le llamáis vosotros en Sol III. Engrama de una sorpresa negativa, de saber que tuve un hermano y que el gobierno lo extrajo de nuestro hogar. El engrama de que mis padres me mintieron, me ocultaron. Ocultarme, ¿por qué? Pasó hace tanto tiempo y no me lo hubieran contado si no los hubiera visto en esa situación dramática donde mamá Sara llorando y papá Adián consolándola. Habían perdido una hija, yo una hermanita y ahora me entero de que tenía un hermano. ¿Pero qué me causaba más daño, el saber que tenía un hermano y no lo podría ver nunca, el entender que mis padres para no causarme dolor me mintieron y me ocultaron que tenía un hermano? ¿Podía volver a confiar? Diréis -Es una tontería, quisieron protegerte emocionalmente. Pero no, no lo acepto, no lo acepto, para nada, no lo acepto porque son mis padres, no pueden hacerme esto. Y de repente me puse como con la mente fría, mi gesto se endureció y sentí como odio, como rechazo por las autoridades de Ran. Nos creíamos un mundo perfecto donde no había sobrepoblación, donde no había hambruna, sí, pero si uno estudia la historia reciente de los últimos tiempos hay infinidad de matrimonios que les han extraído, una palabra odiosa, sus hijos y después han perdido los que le quedaban y han tenido una vejez solitaria sin hijos.
Entiendo que éramos un mundo ideal al no haber sobrepoblación y al tener sentido común porque prácticamente, salvo familias como la de mi ex, Sofía Diáfana, la religión no existía, por lo tanto no había odios religiosos ni nada por el estilo. Sí, un mundo perfecto. Un mundo perfecto pero que no me terminaba de cerrar, quizá por un lado estoy de acuerdo de que hay matrimonios que no usan un sentido común o no tienen una preparación cultural acorde y que tienen más hijos de los que debieran -no en Ran II, hablo de Sol III-, y que luego no tienen dinero para mantenerlos y todos pasan hambre, lo entiendo perfectamente, y honestamente no comparto eso, todos tienen que ser instruidos incluso hasta las adolescente que quedan embarazadas por falta de preparación, de no entender que deben cuidarse. Salí de la habitación y bajé, papá Adián y mamá Sara estaban todavía ahí y les dije: -Ya que las autoridades son tan competentes ¿por qué no esterilizan a la mujer después del segundo hijo? Papá fue el que respondió: -Porque va en contra del libre albedrio, porque tiene que primar el sentido común y no ejercer una fuerza porque estaría en contra de la libertad de la persona esterilizarla.
Tenía sentimientos encontrados. Por un lado entendía que era lógico, a nadie le gusta que invadan su cuerpo y lo esterilicen, pero si por alguna razón o porque falló el anticonceptivo, la mujer queda embarazada y después le extraen la criatura y la llevan a un centro comunitario, poned en la balanza qué duele más, ¿de las dos maneras no te están coartando la libertad? Y ese era otro de los engramas que tenía, engramas de querer sentirme libre, sin presiones, sin conflictos, que nadie invalide mi opinión, mi forma de pensar, mi forma de creer, mi forma de hacer las cosas y punto, porque eso me molesta y de alguna manera es como que me trae inseguridad, en todos los aspectos me trae inseguridad. Y el hecho de que en Ran II no se podía tener más de dos hijos para evitar la superpoblación, por alguna razón estúpida como son las razones a las que uno no le encuentra una explicación coherente se me creó también un engrama a nivel sexual. Y a veces uno se pregunta, con la mente analítica, la mente que está en los córtex pre-frontales, ¿por qué un engrama va a derivar en un miedo a una relación?, ¿por un engrama de miles y miles y miles de años? Porque seguramente de una vida que también tuve en Gaela, que no voy a relatar ahora, también tuve un conflicto de ese tipo. ¡Ahh! Y a veces resulta ilógico porque los engramas no son lógicos, son implantes, pero no son lógicos, porque ¿miedo a una relación porque te limitan la procreación? En mi rol actual soy tan instruido como lo era en el rol de Joance Rapoport, entonces ¿por qué tengo que tener esos conflictos y por qué me molesta que invaliden mis opiniones, mi forma de pensar?, ¿y por qué a veces dudo hasta de mis amigos cercanos, si son tan amigos o no, si me dicen la verdad o no? ¿La desconfianza no es baja estima? ¿El dudar de una relación amorosa no es baja estima? ¿Me aceptará de la misma forma que yo acepto a la otra persona? ¿El pensar eso no es baja estima? ¿Y la baja estima no es una herencia engrámica de otra vida?
Sólo puedo decir que en mi rol de Joance, en Ran II, tenía un cúmulo de ideas encontradas. Ver al gran astrónomo Nambo Flagan, plantearle el tema sobre ese hermano o tener el temor de que ese Flagan luego me denuncie a las autoridades por hacerle una propuesta ilegal... Al fin y al cabo no es una propuesta de cometer un delito, es una propuesta de averiguar si se puede o no, tampoco es coaccionar a nadie.
Y esa tremenda disyuntiva que me oprime y me oprime y me oprime y me oprime el pecho se la transmito a ese receptáculo que siente como una herida en su esófago. Lamento mucho. Pero bueno, es todo por ahora. Me ahoga algo y no puedo decir más.
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