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Psicoauditación - V.

Grupo Elron
Sección Psicointegración y Psicoauditación - Índice de la sección - Explicación y guía de lectura de la sección

Si bien la Psicoauditación es la técnica más idónea para erradicar los engramas conceptuales del Thetán o Yo Superior de la persona, la mayoría de las veces se psicoaudita a thetanes que habitan en planos del Error y sus palabras pueden no ser amigables y/o oportunas para ser tomadas como Mensajes de orientación, algo que sí se da cuando se canaliza a Espíritus de Luz o Espíritus Maestros.
El hecho de publicar estas Psicoauditaciones (con autorización expresa de los consultantes) es simplemente para que todos puedan tener acceso a las mismas y constatar los condicionamientos que producen los implantes engrámicos.
Gracias a Dios, esos implantes son desactivados totalmente con dicha técnica.


Atte: prof. Jorge Olguín.

 

 

Sesión 6/11/08
Médium: Jorge Olguín
Entidad que se presentó a dialogar: Thetán de V.

 

Relató una vida como femenino en el planeta Gaela. Explicó cosas de diversas regiones. De joven vivió feliz pero su padre quería que se casase con un comerciante rico pero de vida desordenada. Ella estaba enamorada de otro chico, con quien habló para finalmente aceptar su suerte por no ver más opción.

 

Sesión en MP3 (2.209 KB)

 

 

Es muy difícil, como rol femenino, relatar a veces las cosas que vivimos en distintas vidas y que a veces nos dejan marcados.

 

Nací en Patina, en el continente Este de Gaela. Mi nombre era Yela. De pequeña fui feliz. Mis padres eran lo que vosotros conocéis vulgarmente como gitanos. Me sentía libre: corría por los bosques, jugaba... La región de Patina donde yo vivía tenía grandes y bellos bosques y estaba cerca de un gran río. Del otro lado la región era inhóspita, con grandes montes, tenebrosos castillos, leyendas -decían que había castillos habitados por vampiros que, a su vez, eran humanos y que por alguna razón se transformaban en seres que deseaban sangre- pero no dejaban de ser eso: leyendas. Por lo menos es lo que creo.

 

Gaela es un mundo hermoso. En su centro hay selvas frondosas. Hacia la parte boreal y hacia la parte austral hay zonas desérticas. Hay países muy al Norte con árboles grandes donde se ocultan misteriosas criaturas.

 

Mi país, Patina, era hermoso. Estaba en el continente viejo -el continente Este- y sentía mucha felicidad hasta que crecí, hasta que ya adolescente me enamoré de quien yo pensaba era mi alma gemela, Arcus.

 

Arcus era un ser gallardo, apuesto. Llevaba al hombro su carcaj. Era un experto lanzador de flechas. Se hizo muy amigo de la familia. Arcus me llevaba tres años. Pero mi padre tenía otros planes para mí. Cuando cumplí dieciséis años conoció a un comerciante del país vecino llamado Mágar -que estaba del otro lado del río- y ese comerciante tenía algo que mi familia no tenía: ese metal que llamáis oro.

 

Era un hombre corpulento, ya mayor. Se llamaba Quixu, que en su lengua quiere decir 'pequeño'. Pero no era para nada pequeño: era un hombre que medía casi dos metros, grasiento y su mirada era lúbrica. Te miraba de una manera como si te traspasara el ropaje y mirara tu piel desnuda. Se me erizaba la piel del rechazo que sentía, un rechazo total y absoluto pero mi padre me comprometió con Quixu. Me dijo: "Yela, apenas cumplas diecisiete se hará la gran fiesta".

 

Mi padre era muy frío. Sabía que tenía que pagar una gran dote, que era la recompensa para Quixu por llevarme, por hacerle el 'favor' a mi padre de llevarme pero mi padre sabía que luego Quixu iba a comerciar con él, iba a sacar sus buenos dividendos de un comerciante tan rico de Mágar, el país vecino.

 

Yo sentía como que era una mercancía. Era nada más que eso, una mercancía. Por las tardecitas me iba a pasear por el bosque y me encontraba con Arcus, que me enloquecía con sus besos, con sus abrazos, pero me decía: -Yela, me muero de deseos de poseerte, de que seas mía, no solamente en cuerpo sino en ese alma que te anima, pero no te ofendas por lo que voy a decir: Quixu compra mercadería virgen y si tu padre se entera de que tú te entregaste a mí contratará sicarios y me mandará ejecutar y por más que yo me defienda con mis flechas...

 

Yo le decía: - Qué injusta que es la vida. Nunca conocí el amor y de pequeña soñaba con el amor cuando mi abuela me contaba esos cuentos de hadas del país vecino Mágar, que se especializa en ese tipo de cuentos. Mágar es uno de los países donde más está la mitología pero no sé si en la vida real existe esa magia, porque la realidad es aberrante. La realidad es que me voy a entregar a una persona a la que detesto, una persona que su mismo aliento a alcohol ya me hace ver quién es y, si bien amo y respeto a mi padre, interiormente lo desprecio porque me trata como una mercancía.

 

-Yela -me dijo Arcus- yo sé que somos almas afines, yo sé que vibramos en la misma sintonía y que nos vamos a encontrar en otro tiempo.

 

-¿En otro tiempo? ¿Cuándo?

 

-Yela, ésta no es la única vida que vivimos. Viviremos en el futuro otras vidas, volveremos a estar juntos. Yo, Arcus, te lo prometo. Encarnaremos en otro país, en otro mundo.

 

-Estamos en el Año del Señor de 1.616. Hace poco más de un siglo que se conoce que hay otras tierras al Oeste como Beta, Zabala, Plena. Al Sur se conoce otro continente, Arbus, pero no entiendo 'otros mundos'.

 

-Sí, Yela, Gaela no es el único mundo. Mira, ya está obscureciendo. Mira esos puntos.

 

-Sí, son estrellas. Qué me quieres decir, Arcus.

 

-Son soles, Yela, y cada uno de esos puntos tiene mundos a su alrededor donde pueden vivir seres como nosotros o distintos a nosotros y el día de mañana podríamos estar en alguno de esos mundos. Hay miles de luces en este cielo y hay miles de mundos en esas luces.

 

-Está bien, Arcus. ¿Y qué pasa conmigo y qué pasa contigo y qué pasa con el aquí y qué pasa con el ahora? Papina no es de las peores regiones. Hay otra región en este continente, Saeta, que son tan religiosos, tan religiosos...

 

-Bueno, Yela, sabemos que hay un Ser Supremo. Yo, interiormente, lo llamo El Padre y sabemos que tuvo un hijo preferido, Axxón, que murió hace 1.600 años. A partir de su nacimiento se empezó a contar esta Era que vivimos. Pero yo no soy ignorante, Yela. Si bien soy un simple aventurero, un trovador que recorro el camino igual que vuestra tribu, he leído, sé leer y escribir el idioma de Papina, el idioma de Mágar, el idioma de Porísido, donde están las islas con las casas blancas, el idioma de Grafen, el idioma de Saeta. Con mi corta edad me ha gustado aprender idiomas y tratar con gente, y tú eres la más dulce de todas. Quixu tocará tu cuerpo pero nunca podrá tocar tu alma. Tu alma será mía, siempre, a través de la eternidad, Yela.

 

-Arcus, quizá yo sea más materialista pero yo no me conformo con eso. A veces tengo ganas de agarrar, de coger el puñal de mi padre y clavármelo en la garganta.

 

-¡No, no hagas eso! Eso te generará una lección a aprender en una próxima vida.

 

-Arcus, no me hables en difícil. No entiendo eso pero entiendo que es un acto hostil. Me sacrificaré. Te amo, Arcus.

 

-Te amo, Yela.