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APUNTES SOBRE LA MENTE HUMANA IV
Una de las herramientas de laboratorio usadas fue el hipnotismo. El hipnotismo no se utiliza, pero sin embargo ha servido como medio para examinar las mentes y obtener sus reacciones.
El hipnotismo no es el enemigo, pero hay que saberlo usar. Y no lo sabe usar quien no conozca la anterior técnica. Una sugestión hipnótica no desaparece con el tiempo, sino que incluso el tiempo puede potenciarla y transformar a una persona cuerda en demente. El hipnotismo es una variable incontrolable. Unas pocas personas pueden ser hipnotizadas; muchas no pueden serlo. Las sugestiones hipnóticas a veces "prenden" y a veces no. A veces mejoran a las personas y a veces las enferman, y las mismas sugestiones reaccionan de modo distinto en diferentes personas. Un ingeniero sabe cómo utilizar una variable incontrolable. Hay algo que la hace impredecible. El encontrar la razón básica por la que el hipnotismo era una variable ayudó a descubrir la fuente de la demencia. Y la comprensión del mecanismo de la sugestión poshipnótica puede ayudar a la comprensión de la aberración. No importa cuán tonta sea la sugestión dada a una persona bajo hipnosis, ella la cumplirá de una manera u otra. Se le puede decir que se quite los zapatos o que llame a alguien a las diez del día siguiente o que coma porotos para desayunar, y lo hará. Éstas son órdenes directas y el las llevará a cabo. Se le puede decir que sus sombreros no le sientan bien, y así lo creerá. Cualquier sugestión operará en el interior de su mente, quedando desconocida para sus niveles más altos de consciencia.
Pueden darse sugestiones muy complejas. Una de ellas sería la de que fuese incapaz de pronunciar la palabra yo. La omitirá en su conversación utilizando sustitutos notables sin "darse cuenta" de que tenía que evitar la palabra. O bien se le podría decir que jamás debe mirarse las manos, y no lo hará. Éstas son represiones. Las sugestiones dadas al individuo cuando está drogado o en un trance hipnótico operarán más tarde cuando esté despierto, y seguirán operando mientras el hipnotizador no lo libere de ellas. Se le puede decir que tendrá necesidad de estornudar cada vez que escuche la palabra "alfombra" y que estornudará cuando se pronuncie. Se le puede decir que debe dar un salto de medio metro de altura cada vez que vea un gato, y saltará. Y hará todas esas cosas después de que se le haya despertado. Estas son compulsiones.
Se le puede decir que tendrá pensamientos muy eróticos respecto a cierta chica y que cuando los tenga se ruborizará y le picará la nariz. Se le puede decir que tiene un continuo impulso de acostarse y dormir, y que cada vez que se acueste sentirá que no puede dormir. Experimentará estas cosas. Son neurosis.
En otros experimentos se le puede decir, mientras se encuentra en su "sueño" hipnótico, que es un famoso ladrón de bancos y que la policía lo está buscando. O se le puede decir que se le está dando veneno en todo restaurante en el que intente comer. Estas son psicosis.
Puede informársele de que en realidad es otra persona y de que posee un castillo y responde al nombre de "Lord Greystoke". O bien puede decírsele que es un terrorista que tiene antecedentes penales y que los agentes del servicio secreto están tratando de asesinarlo. Éstas serían demencias esquizofrénicas y paranoico-esquizofrénicas, respectivamente.
El operador puede informarle al sujeto que es la persona más maravillosa del mundo y que esto lo piensan todos; o que él es objeto de adoración de todas las mujeres. Esto sería el tipo de demencia maníaca.
Mientras la persona está hipnotizada se le puede convencer de que cuando despierte se sentirá tan terriblemente mal que no tendrá otra esperanza más que la muerte. Este sería el tipo de demencia depresiva.
Puede decírsele que en lo único que puede pensar es en lo enfermo que está y que hará suya toda enfermedad sobre la que lea. Esto le haría reaccionar como un hipocondríaco.
Y así podríamos recorrer todo el catálogo de enfermedades mentales y, creando sugestiones imperativas para suscitar el estado de ánimo, podríamos lograr en el individuo despierto una apariencia de cada demencia. Quede entendido que éstas son apariencias. Son similares a la demencia en el sentido de que la persona actúa como alguien demente. No sería una persona demente. En el momento en que se elimina la sugestión --informándole al individuo de que se trataba de una sugestión--, la aberración (y todas estas demencias, etc., se agrupan bajo el título de aberraciones) teóricamente desaparece. Decimos "teóricamente" porque las sugestiones hipnóticas no siempre desaparecen y se puede volver loco a alguien por accidente. De modo que quien no conoce la anterior técnica y cómo se elimina una sugestión no debería utilizar el hipnotismo en ninguna circunstancia. El hipnotismo es una variable incontrolable. Es peligroso, y una bomba atómica en una reunión no lo sería más. La reproducción de aberraciones de todas clases y tipos en individuos que han sido previamente hipnotizados o drogados ha demostrado que hay alguna porción de la mente que no está en contacto con la consciencia, pero que contiene datos. Fue la búsqueda de esta parte de la mente lo que condujo a la solución del problema de la demencia, las enfermedades mentales y otras aberraciones. No fue abordándolas mediante el hipnotismo; éste es simplemente otra herramienta, una herramienta que es de uso únicamente ocasional en la práctica de la anterior técnica, y que en realidad no se necesita en absoluto. Tomemos a un individuo que actúa cuerdamente, al que se le da una sugestión imperativa y que luego, temporalmente, actúa de forma demente. Su cordura es restaurada al liberar la sugestión pasándola a su consciencia, momento en que la sugestión pierde la fuerza que tiene sobre él. Pero esto es solo una apariencia del mecanismo involucrado. La verdadera demencia, la que no ha sido instalada por algún hipnotizador, no es necesario que emerja a la consciencia para que se descargue. Existen ésta y otras diferencias entre la hipnosis y la verdadera fuente de la aberración, pero el hipnotismo es una demostración de sus mecanismos. Revisemos el ejemplo de la sugestión imperativa en la que el individuo se sacaba o se ponía la chaqueta. El individuo estaba "inconsciente", lo que quiere decir que no se encontraba en posesión de su plena conciencia o autodeterminismo. Se le dio algo que debía hacer, y ese algo estaba oculto a su consciencia. El operador le dio una señal. Cuando la señal se produjo, el individuo llevó a cabo un acto. El individuo dio para justificar el acto razones que no eran las verdaderas. Él encontraba defectos en el operador y en su indumentaria, pero no se daba cuenta de que era la corbata la que daba la señal para la acción. Se eliminó la sugestión, y el individuo ya no sentía la compulsión de llevar a cabo el acto.
Éstas son las partes de la aberración. Una vez que uno sabe exactamente qué partes de qué cosa son aberraciones, todo el problema es muy sencillo. A primera vista parece increíble que la fuente pudiera haber permanecido tan perfectamente oculta durante tanto miles de años de investigación. Pero, reconsiderándolo, resulta milagroso que la fuente haya sido descubierta, porque está escondida muy bien y muy astutamente.
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