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Psicoauditación - Angélica

Grupo Elron
Sección Psicointegración y Psicoauditación - Índice de la sección - Explicación y guía de lectura de la sección

Si bien la Psicoauditación es la técnica más idónea para erradicar los engramas conceptuales del Thetán o Yo Superior de la persona, la mayoría de las veces se psicoaudita a thetanes que habitan en planos del Error y sus palabras pueden no ser amigables y/o oportunas para ser tomadas como Mensajes de orientación, algo que sí se da cuando se canaliza a Espíritus de Luz o Espíritus Maestros.
El hecho de publicar estas Psicoauditaciones (con autorización expresa de los consultantes) es simplemente para que todos puedan tener acceso a las mismas y constatar los condicionamientos que producen los implantes engrámicos.
Gracias a Dios, esos implantes son desactivados totalmente con dicha técnica.


Atte: prof. Jorge Olguín.

 

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Sesión del 10/06/2022 Gaela, Ana María

Sesión del 26/06/2023 Sargón, Nubia

Sesión del 03/07/2023 Sargón, Nubia

Sesión del 21/09/2023 Sargón, Nubia

Sesión del 23/09/2023 Sargón, Nubia

Sesión del 22/12/2023 Sargón, Nubia

Sesión del 26/12/2023 Sargón, Nubia

Sesión del 13/07/2024 Sol III, Juana I

Sesión del 15/07/2024 Sargón, Nubia


Sesión del 10/06/2022

Médium: Jorge Raúl Olguín

Entidad que se presentó a dialogar: Carol-Ina, thetán de Angélica

La entidad recuerda una vida en Gaela donde vivía con su desestructurada familia. No conoció a su padre y su madre la obsequiaba con maltratos. Los demás, todo para aprovecharse de ella. Se recluía en su habitación. Congeniaba con una amistad de clase alta que la invitó al Club Náutico.

Sesión en MP3 (3.234 KB)

 

Entidad: Mamá me contaba una y otra vez mi niñez. Mamá Herminda era especialista en hacer rol de víctima. Tenía razón, pasó por mucho, pero el tema era no contármelo todos los días, todos los días, todos los días. Me hacía mal, me hacía mal.

 

Mi nombre era Ana María Aldeo, nacida en Lobence, Plena, a doscientos kilómetros de la capital Ciudad del Plata. Nací en 1994, ahora en 2020 tenía veintiséis años. No conocí a mi padre, se alejó cuando mamá Herminda quedó embarazada de mí.

-Si vos supieras, Ana María, si supieras, querida hija, las cosas que pasé. Yo tenía toda la esperanza en quien fue tu padre, ni me acuerdo de su nombre. Huyó, huyó cuando se enteró que quedé preñada.

-Madre -le respondía-, cuando quedaste embarazada. Preñados quedan los animales.

-Siempre me corriges, siempre haces notar mi ignorancia.

-Madre, no, no es mi motivación disminuirte.

-Entonces no me corrijas. Yo soy de afuera, soy del campo, me crié descalza en el barro. Tú no has conocido a tu abuela, éramos como siete hermanos.

-Pero madre, en Lobence yo no conocí a ningún tío o tía.

-¡Ay! Lo que pasa que ellos eran de más adentro, de un lugar llamado Salvadores. Era un pueblito perdido en el medio de la nada, yo por suerte me pude establecer en Lobence. Y bueno, allí es donde conocí a ese sabandija, ese maldito de tu padre.

-Madre, pero me has tenido a mí, las veces que has estado mal te he cuidado, Aparte me he recibido, recién recibida de dermatóloga, voy a ganar plata.

-Claro, me echas en cara de que ahora tienes plata y tienes que reconocer que te has criado en la pobreza.

-Pero madre, nunca lo negué, y jamás tengo vergüenza de ello. A mis compañeras les cuento mi origen.

-¿Para qué les cuentas, para que te desprecien, para que se te burlen?

-Pero madre, ¿en qué quedamos?, te molestas si niego mi origen, si lo cuento también. Yo me siento orgullosa de quien soy.

-Pero no de mí.

-Madre, madre, al fin y al cabo has rehecho tu vida. -Cuando yo tenía dos años mamá se casó con Eugenio en 1996 y mi hermano Adolfo nació en 1997, ahora en 2020 tiene veinte y tres años.

 

Mi padre adoptivo bebe, sale de juerga, viene ebrio, a veces con perfumes de otras mujeres. Y mamá, mamá está resignada.

Pero mi padrastro es inofensivo, una persona que viene alcoholizada pero no es de estos que tienen mal humor o golpeadores, no no no, apenas se puede tener en pie y se tira en la cama, a veces vomita en el piso. Pero no maltrata a mamá de hecho ni tampoco de palabras, yo no lo permitiría. ¡Je! El mal trato es psicológico. Ella sabe que él se va de juerga, bebe y sale con otras mujeres pero en lo poco que trabaja de maestranza de limpieza algo de plata trae, por eso lo soporta.

 

El problema es mi medio hermano. Adolfo tiene amigos poco recomendables. Se va a la mañana, viene a la noche, no trabaja, no estudia. Y a veces tiene un fajo de billetes. Yo no me meto.

Pero mamá le pregunta:

-¿Y esto?

-No preguntes madre. Toma. -Y le da un poco de billetes y madre contenta.

-Adolfo, Adolfo, qué lindo hijo que tengo, me trae dinero. Gracias a él comemos. En cambio mira, tu hermana estudia, se recibió de dermatóloga, pero plata no trae.

 

Me sentía molesta. Me sentía molesta porque honestamente no sé en que andaba mi hermanastro Adolfo, pero yo pienso que era plata malavida. No sé si andaba en robos o si vendían drogas. Honestamente no lo sé ni me interesaba. Con él, "Bueno días, buenas noches". Y a veces nada, no hablábamos.

 

Mi padrastro Eugenio, a veces el hijo le daba algunos billetes:

-¡Ah! ¡Hijo! ¡Esto! Ven conmigo, vamos a tomar una bebida.

-No, no, voy con mis amigos, no me junto con los viejos. -¡Je, je, je! Mi padrastro no se ofendía mientras el hijo le daba plata era un héroe para él.

 

Y a mí nunca me miraba cariñosamente. A veces lo vi mirándome con ojos de codicia como pensando "Bueno, al fin y al cabo no es mi hija". Obviamente nunca me cambiaba de ropa delante de él ni siquiera delante de mi hermanito, porque yo no sé, había días que me miraba con la mirada perdida. Yo digo, este se metió algo o tomó algo raro y no sé su reacción.

Pero a mamá Herminda no le importaba nada. Como mi verdadero padre nunca lo conocí, en mi documento me figuraba el apellido Aldeo, el apellido de mamá, Herminda Aldeo.

 

Nos fuimos de Lobence cuando yo era chica porque Eugenio tenía familia en capital, en Ciudad del Plata, familia que jamás veía capaz que era familia inventada. De la misma manera que nunca conocí a la familia de mamá tampoco conocí a la familia de Eugenio.

¿Qué rescato? Rescato que dentro de todo si bien Eugenio venía bebido y todo, en casa jamás hacía escándalo; nunca levantaba la voz, nunca gritaba, nunca se peleaba con mamá. Y Herminda, como a veces traía plata le dejaba pasar. Le limpiaba los vómitos, le lavaba la ropa... ¿Vida en común, a nivel íntimo? No, no tenían. ¡Ja! ¡Que iban a tener!

Y dentro de todo mi hermanastro Adolfo llegaba, iba a su dormitorio y se tiraba en la cama vestido y se dormía, bebido o drogado.

Por suerte yo tenía mi pieza, una habitación con una lámpara de techo y una lámpara en mi mesita, un velador y estudiaba.

En la sala, en el comedor había un televisor viejo, no de estos planos que habían salido sino de los viejos. Pero bueno, yo igual no tenía tiempo de mirar tele. Tenía una pequeña radio portátil y escuchaba música a la noche con unos audífonos. Y si no con mi grabador grababa la lección del día y me dormía estudiando.

 

Porque después de recibida seguía profundizando el tema. Me gustaba la dermatología, me gustaba sus variantes, me gustaba no solamente la parte dermatológica donde un lunar puede ser canceroso, también la parte de embellecer un rostro, unas manos. Y eso me daba aliento.

Y por la tarde salida con las chicas, mis compañeras. Algunas eran de clase alta, vivían en la Quinta avenida o en la Sexta avenida. A veces me invitaban a sus reuniones y yo me negaba.

Tenía una amiga, Valeria. Me decía:

-Ana María, ¿por qué no vienes al Club Náutico?

-No... no tengo ropa como para presentarme,

-¡Pero Ana María, de qué ropa me hablas?, vamos todas con ropa deportiva. Dime que tienes ropa deportiva.

-Sí...

-Y bueno, vamos este fin de semana. -Me encogí de hombros.

La miré a Valeria y le dije:

-Está bien ¿Dónde nos encontramos?

-¡No! ¡Qué encontramos? Te paso a buscar con mi coche. -Sonreí tristemente y le dije:

-Bien. Está bien. -Todas las que vivían en la Quinta y Sexta avenida tenían coche. Yo andaba en colectivo, como les llamaba en Ciudad del Plata a los buses.

 

Honestamente no me sentía bien, a veces es como que tenía baja estima.

Me sentía orgullosa, me había recibido con las mejores notas, en las prácticas era una de las mejores. Pero todas mis amigas se visitaban unas con las otras.

-¿Por qué nunca nos invitas a tu casa?

-No, es un lío. No, imposible. -¿Qué les iba a contar, que tenía un padrastro alcohólico, un hermanastro drogadicto? ¡Qué les iba a contar!

 

Me acuerdo que me fui a la casa de Valeria y no podía creer lo que veía; tenía planta baja y planta alta, como ocho habitaciones, ¡ocho habitaciones!, tres baños, y el baño de sus padres en suite en el mismo dormitorio. En cada habitación un televisor plano de sesenta pulgadas.

Quiero aclarar una cosa, yo no envidiaba como otras personas, esa envidia que te carcome por dentro, no, no, me alegraba, me ponía contenta de que les vaya bien. Mi envidia era una envidia sana.

Mi malestar pasaba por otro lado porque miraba después, cuando volvía a casa, y tenía que tener cuidado de no pisar el vómito de, ¡je, je!, de Eugenio, o aguantar a madre.

 

A madre la amaba, pero se vivía quejando de esto, de aquello, de lo que le pasó en el pasado. Me molestaba que se sintiera orgullosa de Adolfo.

Y a veces me analizaba a mí misma. Digo ¿pero no serán celos? Y después me retaba a mí misma y decía ¿Celos?, celos de quien, ¿de un imbécil?, ¿de un tipo que se arruina la vida?, ¿de un tipo que a lo mejor a los treinta y cinco años su mente ya no le va a responder de tanto veneno que se pone en el cuerpo?

Eugenio era un hombre joven, mamá era del setenta, tenía cincuenta. Eugenio era del sesenta y ocho, tenía cincuenta y dos, pero si uno lo miraba parece que tuviera, no sé, diez o quince años más, arruinado, arruinado.

 

Ese sábado fuimos con Valeria al Club Náutico. Yo iba toda con ropa deportiva, zapatillas deportivas. Y tenía buena presencia, de rostro moreno pero agradable.

Me recibieron bien, había familias, había gente grande. Un club tranquilo con vista al río. Unos yates y unas lanchas espectaculares, que yo digo no me alcanzarían diez vidas para comprar esa lancha. Y al fondo había un hombre de unos... no más de setenta años tenía pero delgado, bien conservado. Seguro que tenía como veinte años más que Eugenio pero se mantenía mejor.

Le pregunté a Valeria:

-¿Y ese señor? Una presencia impresionante.

-Es el señor Clayton, es el dueño del club, del Náutico.

-Escuché hablar de él. Dicen que ha hecho muchas cosas por esta ciudad.

-¿Por esta ciudad?, ¡por muchas ciudades! Incluso en otros países ha cooperado con cosas.

-Vaya. ¿Y ese señor?

-Se llama Sebastián, tiene cuarenta y cinco años, es su hijo.

-¿Y el señor Clayton qué edad tiene?

-Setenta y cuatro años.

-¡Setenta y cuatro! No parece que tuviera más de sesenta, de verdad. -Disfruté con el ambiente.

-¿Sabes jugar al tenis?

-No, no. Honestamente, no se jugar a nada, no se jugar a nada.

-¿El ping pong?, ¿ping pong de mesa?

-Si no se burlan si hago papelones, juego.

-¡Eh!, ven con nosotras. -Y me quedé en el Club Náutico, un club de gente de mucho dinero. Y lo pude conocer gracias a mis amigas.

 

Valeria tenía mucho dinero. Sus padres tenías mucho dinero pero ella era amable, atenta, pero por sobre todas las cosas, humilde. Yo veía otras que pasaban como si los demás fueran invisibles, como si fueran modelos caminando por una pasarela. Valeria no, Valeria se sentaba toda estirada, cómoda. Me agradaba. Me agradaba sobremanera.

Y los jóvenes del Club Náutico eran unos tremendos creídos, no me caían bien los jóvenes. Pero aclaro, no es porque tuvieran fortuna, era porque siempre estaban como en pose, como que... como que estuvieran filmando una película. No, no me caían bien. No me caían bien. Para nada.

 

Y me sentía mal conmigo misma. Yo decía: Pero salvo Valeria, ¿quién me cae bien? Mi hermanastro era un asco, mi padrastro un asco y medio. Mamá quejándose de su vida.

Yo esforzándome con mi estudio, pero honestamente, no soportaba más vivir en esa casa. Por suerte tenía mi habitación y ahí nadie me molestaba.

Una vez que había juntado plata lo dejé en un cajón de mi mesita de luz y a la noche siguiente la plata no estaba. No era mucha, pero le pregunté a mamá:

-Mamá, ¿has visto la plata que guardé?

-Sabes que yo no entro a tu habitación.

-¿Eugenio puede haber entrado?

-No hables así de Eugenio, él trabaja.

-¿Y Adolfo?

-¡Ja! Tu hermano no tiene por qué sacarte dinero, él tiene diez, cien veces más que tú. Él nos mantiene.

 

Y yo me iba humillada a mi habitación. Pero estaba convencida que mi hermanastro había sacado plata para comprar droga, de eso no tenía ninguna duda. Y me molestaba. A partir de ese día toda la plata que juntaba la llevaba conmigo, en casa no dejaba nada. Y, honestamente, me daba por el hígado todo eso. Estaba como que odiaba esa vida que tenía. Me molestaba horrores esa vida que tenía, ¡horrores!

 

 


Sesión del 26/06/2023

Médium: Jorge Raúl Olguín

Entidad que se presentó a dialogar: Carol-Ina, thetán de Angélica

Soñaba volar, pilotar, viajar a las estrellas, no deseaba vivir en un lugar de confort. Se apuntó en la academia militar de la Federación Sargón, aunque sus padres no lo aprobaban.

Sesión en MP3 (3.078 KB)

 

Sesión para Angélica.

Canalizo a Carol-Ina para que relate una vida anterior.

 

Entidad: Recuerdo cuando era pequeña, me había criado en una zona campestre.

Fui creciendo feliz, jugando con otras pequeñas de mi especie. Estudié, fui creciendo. Recuerdo que por la noche siempre miraba las estrellas.

Hablaba con madre y le decía:

-Algún día voy a pilotar una nave.

-Hija, hija, dedícate el día de mañana a trabajar con ordenadores, te va a ser mucho más sencillo. Vas a ganar más créditos, evitarás viajar tanto, podrás tener una pareja.

-Ma, soy chica, siempre soñé con viajar al espacio.

A la hora de cenar, padre me dijo:

-Nubia, mamá me contó que te gustaría ser piloto de una nave. Pero no te enojes, ella tiene razón, es mucho más fácil cuando seas adolescente estudiar informática.

-Pa, yo no digo que no, yo digo que puedo estudiar con los nuevos holoordenadores y a su vez aprender a pilotar en los simuladores. -Pero era niña, lo dejaron pasar.

 

Yo seguía estudiando pero no me privaba de divertirme, de jugar, y les decía a mis amigas:

-¿Y si vamos a la otra región?

-No, no, Nubia, no sé cómo nos recibirán. Le pregunté a mi padre, Nubia, y dice "Mejor no".

Le respondí:

-Le voy a preguntar a los míos. -Hablé con ambos y les dije-: Ya soy más grande, no sé porqué a alguna de mis amigas le dicen que no es conveniente visitar otras regiones.

-Nubia, Nubia -me dijo madre-, no es que sea inconveniente, es que son de otras especies, hay muchos humanos.

-¿Y si nos llevamos bien?, tengo muchos amigos y amigas humanas.

-Hija, tienes que entender que somos de la especie reptiloide. Y no sé, fíjate que en la capital todos los que mandan son humanos y algunos felinos, los cánidos están postergados.

-¿Y nosotros?

-También. Recuerdo que cuando eras más niña me decías de ir a una nave y ser piloto, no he visto casi ninguna piloto reptiloide.

-Madre, te equivocas, yo miro la guía por el sistema de red y hay muchísimas pilotos reptiloides.

-Hija -dijo padre-, ya empezaste a estudiar con ordenadores, sigue con eso, no te veo futuro. Aparte qué, ¿entrar a la academia?, ¿por qué?, no tenemos conflictos con nadie.

-Padre, no entiendes. Yo detesto la violencia, yo no quiero entrar a la academia para entrar en una batalla o algo, mi interés pasa por otro lado, me encanta el espacio, no conozco otros mundos, la Federación tiene tantos sistemas estelares y ni siquiera he conocido la capital.

 

Pero pasó un par de años y por mi cuenta escribí a la base central de la academia. Pasaron treinta días, sesenta días y nada, hasta que al día sesenta y uno me llegó un correo electrónico. Abrí mi holoordenador y vi que había sido citada en la capital para entrar a la academia.

Me preguntaron mis estudios, les dije que tenía dos años de holoinformática y que a su vez tenía conocimientos de astronomía, de física, de antropología.

El problema era comentarles a mis padres. No se enojaron, obvio que no, me amaban, yo los amaba a ellos... Pero se pusieron mal.

-No es lo que queríamos para ti.

-¿Qué deseaban que me quede en esta región apartada lejos de la capital? Hay cientos de holoinformáticos.

-Sí -dijo madre-. Sí, Nubia, hay cientos y ganan bien. Tienen su hogar, viven tranquilos.

-Madre, elijen su lugar de confort, están cómodos, se sienten bien, protegidos.

-No entiendo, hija, ¿qué deseas, ir a la aventura sin saber qué va a pasar?

-No, madre. A ver, no..., no tomen a mal mis palabras, os amo, son parte de mi vida, pero a veces me siento como... como prisionera.

Habló padre.

-Hija, ¿estás hablando en serio?, ¿quién te llena la cabeza, Nubia?

-Nadie. Mis amigas elijen distintas profesiones, distintos oficios. Yo quiero más. ¿No me contestáis?

-Está bien. Comunícate, por favor, a diario. ¿Cuándo viajas?

-Hoy mismo, a la tarde. Ya tengo preparadas dos maletas. Pasa un pequeño crucero en el espaciopuerto y en poco tiempo ya estoy en capital. Tened en cuenta que soy adolescente y todavía no conozco la capital de Sargón.

-Te vas a impresionar, la vimos por holoimagen y es... es imposible de recorrer de tan inmensa que es.

-Bueno, de todos modos bajaremos en el helipuerto, cerca de la academia. Os mandaré mensajes a diario.

 

Por la tarde me marché. Me sorprendí que en el crucero había reptiloides, humanos, félidos, cánidos y una raza que no conocía, una raza de saurios de cuerpo más ancho que los reptiloides.

Y le pregunté a la joven:

-¿Tú eres también reptiloide?

-Sí, pero de otra especie, somos descendientes de millones de años de los viejos saurios.

-Vaya, espero que seamos amigas.

-Con todo gusto. ¿Cómo te llamas?

-Nubia -le respondí-. ¿Y tú?

-Saurina.

-¡Je, je! Disculpa, pero me resultó irónico; descendiente de saurios y tus padres te ponen Saurina.

-Me gusta -comentó.

Le respondí:

-Honestamente, a mí también. Me agradas.

 

Finalmente llegamos a la inmensa capital, desde la altura se veía la impresionante cantidad de edificios... Pero en un momento dado el pequeño crucero llama a base, aparentemente había un campo de energía. Desactivaron un pequeño espacio y el crucero bajó.

Le pregunté a la teniente:

-¿Qué... qué fue eso?

Me respondió:

-En cada gran capital hay un campo de energía que no solamente protege de supuestas invasiones sino también de meteoritos o grandes asteroides, que se harían trizas antes de tocar tierra, por eso la protección. Una nave que no pida permiso y no capte el campo de energía, estalla en mil partes.

-Vaya.

 

La teniente se dirigió a todos. Era una reptiloide. Y nos dijo:

-Van a aprender esto y muchísimo más, muchísimo más.

En la academia se respeta la disciplina, se respetan los horarios y se respeta a sus superiores. Van a entrar como estudiantes, los que pasen las pruebas, con el tiempo ya directamente serán nominadas alférez. Hasta que no pasen las pruebas son consideradas civiles. Me podrán decir teniente, pero no mi teniente porque aún no están en las fuerzas, son estudiantes de la academia. Algunas se reciben de alférez en menos de un año, depende de muchas cosas. Van a estudiar, van a estar en simuladores, van a trabajar con los últimos ordenadores cuánticos-holográficos, van a practicar artes de combate distintos, van a practicar con simulación de armas, no con armas de verdad, y cada materia va a llevar un puntaje.

Es estricto cumplir el horario. Tendrán cuatro comidas por día: al levantarse, luego se higienizarán, irán a las prácticas, almuerzo, a la tarde un pequeño refrigerio y una cena liviana. Os acostaréis temprano porque temprano se irán a levantar. Es importante lo de los horarios, el no cumplir con un horario para presentarse, para el almuerzo, para el refrigerio baja puntos, aunque no forme parte de los estudios.

Quizá muchas de ustedes abandonarán, les parecerá muy duro el entrenamiento. Si me preguntan, ¿lo es? Desde ya les digo sí, lo es, y mucho. El año anterior de cien aprobaron sólo treinta y seis, casi la tercera parte quedó. Espero que este año aprueben más.

No solamente estaré yo, hay un capitán que es muy severo, pero bueno. Reconoce el valor de cada estudiante, pero no permite que se salten las reglas: El capitán Adonis. Él va a estar a cargo, no yo.

Queda en ustedes seguir las reglas, estudiar. Habrá momentos de esparcimiento donde podrán conversar, donde podrán ver holoaudiovisuales, habrá momentos donde tendrán camarería, conocerán a otras cadetes. Pero fuera de ello, en la semana va a haber duras pruebas. No estoy bajándoles la moral, simplemente el que avisa no traiciona. Las pruebas van a ser difíciles, muy difíciles. Pero esto, esto es la Federación Sargón, lo mejor de lo mejor.

Y estamos en la capital. O sea, que damos el ejemplo.

¿Pedimos mucho? No, pedimos lo justo y necesario. Ahora, lo justo y necesario para algunas cadetes va a ser más que mucho, así que depende de todas ustedes.

Hay también estudiantes varones de todas las especies, pueden compartir con ellos los fines de semana cuando haya camaradería. No somos tan estructurados, permitimos la música, conversar, también existe el baile... Y yo creo que a todas les gusta la música.

Eso no va a ser un premio, es importante que también tengan sus momentos de descanso para dejarse fluir, habrá quienes encontrarán pareja, pero no lo recomiendo en primer año, no lo recomiendo, entorpecería vuestros estudios. Dejad eso para más adelante. Podréis tener amigos en tanto y en cuanto no entorpezcan vuestro avance.

Mañana conocerán al capitán Adonis, que va a ser vuestro instructor. Como dije, severo, muy severo, pero comprensivo.

Es todo por ahora.

 

 


Sesión del 03/07/2023

Médium: Jorge Raúl Olguín

Entidad que se presentó a dialogar: Carol-Ina, thetán de Angélica

Era joven en la academia militar y debería pasar por muchas cosas y duros aprendizajes. Participó en la pacificación de un mundo donde murieron su capitán y el primer ministro por un ataque de los rebeldes. Fue ascendida. Nunca hubiera esperado tal meteórico avance.

Sesión en MP3 (5.028 KB)

 

Entidad: Mi nombre es Carol-Ina, soy el thetán de Angélica.

Muchas veces me he preguntado, en los distintos roles, ¿hasta qué punto se puede aprender a través de la violencia, a través de las traiciones? He conceptuado con el receptáculo que me alberga para complementar el relato del rol de Nubia en Sargón para que no solamente pueda hacer catarsis sino también el rememorar violencia, traiciones y muertes, y preguntarnos a nosotros mismos hasta qué punto se aprende y hasta qué punto uno se desilusiona de las demás personas, no importa qué raza o qué especie sean.

Sol III no es el único mundo con apetitos de poder, no, yo creo que eso está implícito en cada unidad biológica en mayor o menor medida. Por supuesto que rescato aquellos seres que investigan para el beneficio de todos, pero son los menos.

 

-¡Nubia, cadete!

-Señor...

-Te estamos esperando. Cuando decimos a las cero seiscientos es cero seiscientos, no cero seiscientos y un minuto. -La severa voz del capitán Adonis me hacía estremecer, no lo calificaba como una persona cruel sino como una persona con emociones, más no con sentimientos-. Vamos a ir a practicar a un pequeño mundo que queda a sólo dos años y medio luz de Sargón.

 

Fuimos dos cruceros, el capitán Adonis es el que estaba con las femeninas. Había reptiloides, humanas, cánidas, félidas, y las prácticas fueron mucho más que severas. Nos hicieron enfrentar dividiendo en dos el batallón de cadetas, con palos cilíndricos de casi nuestra altura,

El capitán Adonis nos decía:

-No se trata de golpearse, se trata de evitar los golpes. Cuento ochenta, serán cuarenta contra cuarenta. Las dos últimas que queden en pie serán las ganadoras de un grupo o de ambos grupos. -Obviamente cuando quedaban dieciséis recibí un golpe en la cabeza y caí.

Me costó levantarme. Cuando lo hice el capitán dijo:

-Cadeta Nubia, afuera.

 

Apenas podía caminar del castigo de mi contrincante, amiga, pero en ese momento había que obedecer al severo capitán.

Luego nos dijo:

-No hay tiempo para reponerse. Entiendo que todas saben nadar. Bien. La segunda competencia es nadar hasta la isla, no es tan lejos. Se trata de impedir que las otras lleguen primero aunque tengan que luchar en el agua.

 

Por supuesto yo sabía nadar muy bien. Mis compañeras me cogían de los pies, me golpeaban en los riñones, les devolvía golpes con codos en el rostro. Pero muchas hicieron una estrategia, a las que mejores nadaban la atacaban entre varias para dejarlas fuera de circulación. Y eso pasó conmigo, obviamente que perdí.

Respetuosamente le dije al capitán mi queja:

-Fue desleal, pensé que era una contra una.

El capitán hizo una mueca como burlándose:

-¿Y por qué, cadeta?, en una guerra verdadera si hay un soldado que dispara bien, los enemigos se van a unir para eliminarlo. Acá no hay desleal, acá no hay confabulación, se gana como se pueda.

 

Estuvimos treinta días entrenando. Los últimos dos días salí primera dos veces en el combate con palos y salí primera en llegar a la isla. Sabía cómo contrarrestar el grupo que unía contra mí; primero no me adelantaba, esperaba a que ataquen a las dos o tres que llevaban ventaja, y mientras hacían eso, por debajo del agua me adelantaba. La segunda vez descubrieron mi táctica y muy duramente castigué a las cuatro que venían a frenarme. Así y todo otra me aventajó, la alcancé, la golpeé hasta casi desmayarla. Llegué a la isla e inmediatamente me tiré al agua y llevé a la orilla a la que casi estaba desvanecida. ¿Si pensáis que recibí felicitación del capitán? No. Nada.

Lo único que dijo:

-Esto no es nada comparado con lo que va a venir. Tenéis una semana de descanso.

 

Yo sabía que en una semana no iba a reponerme de mis magullones, de mis hematomas, había compañeras que tenían fracturas en la pierna, fracturas en las costillas. Dentro de todo, yo, salvo los hematomas y algunas magulladuras y algunos cortes en el rostro no pasé por nada peor. Igual seguí entrenándome con pesas, corriendo.

 

El tercer día me fue a ver el capitán:

-Lo que está haciendo está mal, cadeta.

-Mi capitán, me estoy entrenando.

-No. Tiene siete días, descanse. El entrenamiento durante la recuperación no es útil. Aprenda. -Y se marchó. Yo esperaba una felicitación de poner el esfuerzo y lo que recibí fue un reto. Me sentí mal, con furia, con ira.

 

Un día antes vino el capitán con un palo cilíndrico, me lanzó otro que si no lo llego a coger con una mano me hubiera golpeado en el rostro.

-¡Defiéndase, cadeta! -Estaba con una ira tremenda y arremetí ciegamente: Ni siquiera me golpeó con el palo, me puso el pie y caí de bruces. Cuando me quise levantar, me puso el palo en la garganta-. ¿Qué hace?, ¿qué se le enseñó, a atropellar con los ojos cerrados, a no controlar sus impulsos? No va para adelante, va para atrás, no sé si seguirá en mi promoción.

 

Me paré, me puse en guardia, lo miré con rostro desafiante:

-Probemos de nuevo. Hizo un gesto de impotencia como pensando es absurdo enseñarle a una cadete que no aprende.

 

Pero lo sorprendí, con frialdad, con mi mente que casi era un freezer, sacando a relucir mi templanza y bajando mi ira prestando atención plena.

Cuando avanzó lo golpeé en las rodillas sorprendiéndolo, con la otra parte del palo en el mentón, el tercer golpe en el pecho y el capitán cayó y le apoyé la punta del palo en la garganta. Pensé que lo había vencido. No sé cómo movió uno de los pies y me hizo volar mi palo a una distancia tremenda. Se irguió y me golpeó en el pecho con su palo:

-No aprende nunca, piensa que porque me tiró y me apoyó el palo en la garganta ya me tenía vencido. Se distrajo, no presta atención.

-Probemos de nuevo. -Estuvimos toda la tarde, tenía más magullones y más hematomas que antes del ejercicio con mis compañeras en el otro planeta.

 

Terminado el ejercicio se dio vuelta el capitán:

-Y si piensa, cadeta, que le voy a dar una semana más para recuperarse está equivocada. Mañana salimos en misión, vamos a tener el honor que nos acompañe el primer ministro Brin.

-Disculpe, mi capitán, ¿a dónde iremos?

-A Alaria, queda a veinte años luz. Es un mundo que quiere unirse a la Federación, un mundo pacífico, y aprovecha el ministro Brin para visitar ese mundo. De todas maneras iremos todos armados, todas las razas femeninas y masculinos en un gran crucero.

 

Me hice unos masajes, me di un baño de inmersión con unas sales que de alguna manera reparaban parte de la piel y tomé unos comprimidos para mejorar el dolor de los músculos. Y al día siguiente partimos.

 

Los alarianos eran unos seres humanos, podríamos decir, pero muy delgados, extremadamente delgados y una cabeza más alta que los humanos comunes.

Llevábamos en el casco un traductor universal.

Conocían por supuesto los viajes interestelares, pero evitaban contacto con otros mundos.

 

Bajamos del crucero, nos estrechamos la mano. El crucero llevaba cincuenta cadetes, el resto de los quinientos tripulantes eran tenientes, algunos capitanes y la guardia de la Federación que cuidaba al primer ministro Brin.

Nos agasajaron con un almuerzo, cometimos el error de distendernos, incluso hasta el capitán Adonis, cuando de las colinas con fusiles láser nos dispararon.

Por supuesto nosotros teníamos el campo de energía, pero como era un mundo pacífico, hipotéticamente, no teníamos el doble campo con ultragrafeno y los rayos láser y los rayos de fotones traspasaron algunos blindajes energéticos. Incluso fue herido el capitán Adonis en la pierna. Lo cogí y lo llevé arrastrando hasta la nave crucero. Salimos todos armados, disparamos hacia las colinas.

 

Los alarianos pedían disculpas, decían:

-No son de nuestra facción, son rebeldes que quieren tomar el poder.

 

Vi que era cierto porque había decenas y decenas de alarianos, que nos habían agasajado, sin vida. Logramos exterminar a todos los rebeldes, pero vimos al ministro Brin sin vida y a casi todos los de su guardia. El más alto cargo era el capitán Adonis, que estaba herido.

Habló por un intercomunicador con uno de los alarianos:

-Nos tendrían que haber advertido que había rebeldes, hubiéramos venido más preparados. Por ahora no contemplamos la unión de Alaria a la Federación, tendréis que esperar. Sabemos que vosotros no formáis parte de los rebeldes y que no llegan ni siquiera al cinco por ciento de la población de vuestro mundo, de lo contrario el hecho de haber muerto en un ataque el primer ministro de la Federación Sargón, como represalia hubiéramos destruido todo vuestro mundo. Pero no será así, habrá que esperar a que las cosas se pacifiquen. Y vosotros eliminen a vuestros rebeldes, no va a haber intervención de nuestra parte.

Nos marchamos, regresamos a Sargón con la triste noticia.

 

El viceministro Will fue quien reemplazó al fallecido primer ministro Brin. El capitán recibió un castigo por ser el responsable.

En el juico adujo:

-Los responsables eran la guardia principal de la Federación, que eran los que protegían al primer ministro, yo estaba a cargo de cadetes y de tenientes, sin contar los cien alféreces que estaban también en instrucción. -De todas maneras recibió un mes de prisión como castigo y fue degradado a teniente.

 

No me sentí bien porque verdaderamente a pesar de la severidad y de lo tremendo que era con sus subalternos, el capitán Adonis no se merecía eso.

Lo fui a visitar a prisión varias veces. No fue simpático conmigo:

-Veo que la han ascendido a alférez, ¿pero a qué viene, a regocijarse?

-No, mi teniente, vengo a ver cómo se encuentra.

-No necesito el apoyo de nadie, volveré a ser quien era. Reconozco que me descuidé, pero la responsabilidad de cuidar la vida del primer ministro Brin era de la guardia, no mía. -Me sorprendí porque en este momento se abrió la puerta del pasillo de las celdas y entró el nuevo primer ministro, el ministro Will:

-Lo libero de la prisión y le vuelvo al cargo de capitán -le dijo a Adonis-. Trabajará con la teniente Nubia.

-Señor primer ministro, me ascendieron a alférez.

-Será teniente. Tengo una misión para vosotros de vuelta en Alaria.

Aparentemente en lugar de tomar consciencia muchos alarianos al ver que lograron matar al anterior primer ministro, su ego los obsesionó y en este momento por lo menos un veinte por ciento de la población es rebelde. Son tan ingenuos que no se dan cuenta de que no podrían resistir ni siquiera dos o tres días de batalla, que acabaríamos directamente con el mundo, lo cual no haríamos por supuesto, porque hay una gran mayoría de inocentes que quieren la paz. Vuestra misión será apoyar a la facción pacífica y eliminar a los rebeldes. Irán diez cruceros. Vosotros dos, capitán Adonis, que recupera su cargo, teniente Nubia, apoyarán al primer comandante. Es una orden. Y se marchó.

 

Lo liberaron al capitán, quien me dijo con tono irónico:

-Vaya, nuevamente te tengo que aguantar.

-Mi capitán, si mal no recuerdo le salvé la vida, estaba herido y varios fusiles de fotones apuntaban contra usted. Me costó llevarlo a la nave. No espero un 'gracias' porque era mi deber salvar a mi superior, pero basta de esa sorna.

Sonrió:

-Está bien que tenga carácter, ¿pero piensa que me voy a olvidar del entrenamiento? La pienso moler a palos.

Era mi superior, pero le respondí:

-Seguramente, pero usted no va a salir indemne. -Sonrió, pero ya no con sonrisa irónica.

 

Marchamos a acabar con la rebelión de los alarianos. En menos de dos días acabamos con todos los rebeldes. Hablé con el primer comandante y le dije mi estrategia de dividirnos, armar un frente falso, dar la vuelta por las colinas y atacar por detrás. Mi estrategia dio resultado, pero mi pechó sintió un inmenso dolor cuando vi el cadáver del capitán Adonis muerto en batalla.

 

Al regresar a Sargón me ascendieron a capitán, el propio ministro Will me dijo:

-Nubia, debes ser la cadete que más rápido has ascendido en la historia de Sargón.

Me cuadré. Le dije:

-Mi señor, lo que deseo es servir, ser útil no solamente en estrategia de combate, sé también manejar holoordenadores. Pero lo que más he aprendido en la academia en el poco tiempo que estuve, fue táctica y estrategia. -Me miró.

-Siéntese. -Me senté-. Vamos a estar una semana en el cuartel general y le voy a plantear distintos tipos de combate y quiero que usted me diga la estrategia, la táctica que utilizaría para cada regimiento. -Lo hice.

 

El primer ministro llamó a sus colaboradores, todos expertos en táctica y estrategia. Les mostró mis planos.

Dijeron:

-Impecable, impecable. Va a ser una buena capitana.

-No, no... Podéis marcharos.

Lo miré al primer ministro, Will.

-Señor...

-Eres muy buena, serás mi consejera. ¿Te abrumaría el puesto de viceministra? -Me puse pálida, mi corazón latía más rápido.

-Sería un honor, pero no sé si... si cumplo con los requisitos.

-Lo único que necesito de mi primera viceministro es que sepa de táctica, de estrategia y de cómo planificar el anexar nuevos mundos evitando lo que pasó antes con los alarianos.

-Sí, sí, señor, eso lo puedo hacer. -Cogió un holoordenador y a todos los departamentos oficiales de la Federación dio a conocer mi nuevo cargo.

 

Me sentía incómoda, era algo que no esperaba. Todavía no cabía en mi cabeza, de repente de ser una simple cadeta pasaba a ser la segunda al mando de toda la Federación Sargón.

-Señor...

-No, no, entre nosotros no; cuando estemos con el resto de los ministros y de altos comandantes hablaremos oficialmente, pero en privado me puedes llamar Will. -Me costaba porque tenía implícito ese respeto tan grande por la autoridad, y de repente tener esa confianza...

 

Como si leyera mi pensamiento el primer ministro me dijo:

-No te olvides que eres la viceministro. -Me abrazó y me dijo-: Bueno, te llevaré a conocer tu despacho. Y no pienses que la pasarás bien, cuando veas todos los holoordenadores y toda la gente a tu mando te abrumarás al comienzo y pensarás "Hubiera preferido seguir como capitana".

Vamos, conocerás tu nuevo lugar. Adelante.

 

 


Sesión del 21/09/2023

Médium: Jorge Raúl Olguín

Entidad que se presentó a dialogar: Carol-Ina, thetán de Angélica

El primer ministro de la Federación Sargón estaba desaparecido y previamente había despojado del cargo a la viceprimer ministro y cedido el gobierno de la Federación a una junta de comandantes militares. Ante la posibilidad de una dictadura, la viceprimer ministro debía actuar con inteligencia para evitarlo.

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Entidad: Estaba muy inquieta pensando en lo que iba a decir.

Lo miré a Fidis y le dije:

-Mi amor, conversemos. He pasado por muchas cosas, he visto muertes quizá injustas, el primer ministro Brine murió, su hijo quería el poder. Obviamente por capacidad, por antigüedad asumió el cargo de primer ministro Will, quien sorpresivamente me nombra viceministra. Queda como tercero el actual ministro Brine, quizá con un rencor porque él quería heredar el cargo de su padre.

Yo contigo voy a ser sincera, Fidis, nunca lo vi como capaz ni siquiera para el cargo que tiene ahora y vi que sus ojos le brillaban de alegría no porque Will haya perdido la razón sino porque él anhelaba, de alguna manera, ese puesto. Vi su cara de decepción, de odio cuando Will nombra a ocho comandantes como Junta de Gobierno. Si me preguntas lo que hizo Alexis teletransportándolo a un crucero que orbitaba con la teniente Kanis, obviamente la que le teletransportó y estaba al mando era la capitana Kirana.

Quizás estoy dando vueltas, pero sucede que estoy pensando qué voy a decir, yo no quiero que haya una guerra civil.

Fidis me dijo:

-Nubia, una de las cosas que he aprendido en mis primeras misiones y luego cuando conocí a los Antiguos es no mostrar mi jugada.

-Explícate.

-Tú conoces algunos juegos de cartas...

-Sí.

-Bien. El tema es poner un rostro imperturbable, que los demás no vean la jugada que vas a hacer. Bueno, eso lo puedes aplicar aquí también. No anticipes nada de lo que vas a hablar ni lo comentes salvo conmigo. Diré mi opinión: Will, hablo en pasado no porque haya muerto, simplemente porque es imposible contar con él ahora, era una excelente persona, capaz, rápido de pensamiento. Evidentemente algo fue afectando su mente. Sería ilógico, absurdo, Nubia, creer que por el aprieto -hay que medir nuestras palabras, pero bueno, estamos solos-, el aprieto que nos puso la capitana Kirana primero, luego apoyada por el capitán Alexis con los lacerta... no me creo que sea lo que eso fue lo que le hizo perder la razón a Will, el hecho de querer blanquear la situación con los lacerta. ¡Ah!, mi amor, los lacerta se relamen, tendrían la posibilidad de atacar a todos esos mundos que aún no están completamente protegidos. Y uno entiende que, como decían nuestros mayores, fue la gota que rebosó el vaso. Pero no digamos que por responsabilidad de Kirana, de Alexis haya desatado ese descontrol mental, Nubia, no lo creo. Ahora, el mensaje que tú vas a dar va ser en onda lumínica privada para los quinientos cincuenta y cinco sistemas estelares, obviamente vas a explicar que es lo que pasó. Si te tuviera que dar una opinión yo creo que lo de la capitana Kirana no fue un impulso, para prejuzgarla mal, tengamos en cuenta que verdaderamente este lacerta era un criminal de guerra, mas después jactándose de que había destruido muchas más colonias de la Federación Sargón, la mayoría humanos, pero también había reptiloides, félidos, cánidos y otros. Yo quizá me contradiga en mi forma de pensar, analíticamente te podría decir, mi amor, que sí, Kirana fue la que desató este conflicto, pero la justifico plenamente, no soy adverso a su forma de pensar, para nada. Ahora el problema es estos comandantes, estas ocho personas que ya tenían sembrando dentro suyo un tremendo apetito de poder y tienen ejércitos a su favor. Pero tú, mi amor, tú, eres un ejemplo como viceprimer ministro, y no solamente hay una muy grande parte del ejército que te va a apoyar sino los civiles de todos los sistemas estelares de Sargón, porque tu conferencia va ser para ellos. Mi recomendación es que primero hables con los ocho comandantes.

Lo miré a Fidis y le dije:

-Eres una gran persona, mi apoyo, mi contención y tus palabras me hacen mucho bien. Te comento que me he anticipado a tu pensamiento y he intentando dialogar con los ocho comandantes. Uno de ellos me respondió:

            -No tenemos nada que hablar con una civil.

            Le dije:

            -Quien era el primer ministro ha perdido la razón y yo no reconozco que me haya degradado, porque alguien que no tiene un buen juicio no puede tomar decisiones.

            Me respondió:

            -Es tu punto de vista, pero nosotros somos la junta de gobierno y ya estamos dando órdenes al ejército que cualquier civil de Sargón se rebele, sea ejecutado. -Me quedé pálida, Fidis.

            -¿Cómo ejecutado, sin juicio, tampoco prisión?

            -No. Tenemos que dar el ejemplo de entrada. -No quise profundizar más el debate para que no se transforme en discusión. Fui astuta y equilibrada. Le dije:

            -Está bien.

Corté la comunicación.

Pero entre nosotros, esto es una dictadura. Obviamente cuando dé la conferencia lo primero que van a hacer los comandantes es mandar soldados que estén apoyándolos para interferir la comunicación, lo cual no van a lograr porque muchos de los capacitados en ordenadores de última generación están blindando la privacidad tanto de los visores como de los audios ultralumínicos. No van a poder interferir, pero sí van a querer entrar adonde yo estoy para apresarme y ejecutarme. Pero tranquilo, tranquilo mi amor, tengo todo preparado. Tú vendrás conmigo porque eres parte de mi vida, mi gran apoyo. Y no importa que muchos te consideren un extranjero, tendrás un cargo militar no civil. De la misma manera que prepararon de antemano un crucero con una capa nueva de invisibilidad, que incluso resiste la visión telescópica infrarroja, tengo un crucero gemelo y tengo gente que me está apoyando. Seremos teletransportados y de allí daré la conferencia, no habrá manera de que los comandantes me encuentren.

-Nubia -me habló Fidis-, si bien la nave es invisible e incluso sus capas de invisibilidad resisten la visión infrarroja para que no detecten el calor de los cuerpos o de los motores, muy bien, ¿pero la misma transmisión no va a develar en qué órbita está el crucero?

-No -le respondí-, porque los mismos expertos en los ultraordenadores, también blindan cualquier tipo de contacto de localización. Trataré de hablar de manera inteligente lo más escueta posible sin alargar la conferencia, porque conozco a la gente de todas las razas y sé que si una conferencia se alarga mucho la gente tiende a distraerse y eso es lo que no quiero, eso es lo que no debo. Yo amo a esta Federación y sé que tú, que has venido hace poco y sin embargo has conquistado mi corazón, sé que también no has entrado tú dentro de la Federación sino que la Federación entró dentro tuyo. Espero que se entiendan mis palabras.

-Por supuesto, Nubia -exclamó Fidis-, lo entiendo perfectamente. Yo anhelo que seas la primer ministro. Yo escucho rumores, la gran mayoría en Sargón son humanos, muchos pueden hablar a escondidas, muchos ya han hablado: "¿Cómo Will elige de segunda, elige de primer ministro a una reptiloide?". Pero esos mismos que al comienzo criticaron no te conocían. Hoy eres un orgullo para la Federación., los aportes, el apoyo que le has dado a Will cuando su mente todavía funcionaba bien. Will ha sido muy coherente habiendo arreglado muchas estratagemas con el propio capitán Alexis, él también fue uno de los que sabía de lo que iba a hacer Alexis con los langar. Kirana y Alexis estaban molestos queriendo encontrar a los traidores que le avisaron a Will: No hubo ningún traidor en el gran crucero, los propios lacerta se comunicaron en privado con Will.

 

Nos quedamos conversando como una hora más tratando de ultimar los detalles de la conferencia.

-Lo más valioso que existe en Sargón es la paz, la armonía, la democracia, y eso se perdería si asumiera la Junta de los ocho comandantes. Es lo que no hay que permitir, lo que no hay que dar lugar. Vamos a ver cómo sale todo esto. Verdaderamente no es sencillo, no creo que nadie apoye a una Junta de Gobierno que quiera ejecutar a alguien que se oponga. Pero no conocemos a la gente, hay gente que piensa que, no hablo de dictadores, pero hay gente que piensa que los autócratas son más firmes, más seguros. He conocido mundos fuera de Sargón regidos por autócratas, con gobiernos ricos con pueblos pobres que no se podían quejar porque eran ejecutados, sin embargo muchos que apenas tenían para comer, muchos que apenas vivían con lo justo adoraban a esos autócratas. Es más, si llegaban a entrar en guerra con otros mundos para someterlos, para ese pueblo que amaba a esos autócratas no eran criminales de guerra, eran héroes. Y eso es lo único que podemos temer, mi amor, de la reacción de los civiles de los quinientos cincuenta y cinco sistemas estelares de la Federación Sargón. No conocemos a la gente. A veces hay autócratas que son elegidos por ese pueblo como si ese pueblo gozara sufriendo, careciendo de las necesidades esenciales, y apenas nos enteramos de que Will nombra a estas ocho personas, por llamarlos de alguna manera. Ese afecto que sentía por ese primer ministro se fue eclipsando, se fue eclipsando. Yo no tolero las traiciones.

Tú dirás, bueno, es una persona que perdió la razón. De todas maneras es una traición, porque incluso una persona que pierde la razón, dentro suyo sale su verdadero ser. Es lo que pienso. No significa que tenga razón, es lo que pienso. Así que veremos qué acontece ahora, veremos que acontece.

 

 


Sesión del 23/09/2023

Médium: Jorge Raúl Olguín

Entidad que se presentó a dialogar: Carol-Ina, thetán de Angélica

Había militares que pretendían ocupar el poder. A punta de pistola, uno de ellos intentaba controlar las comunicaciones con los mundos y erigirse como mando. También preparaba pactar con los Antiguos en detrimento de las otras razas.

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Entidad: Nos trasladamos con mi pareja a un pequeño crucero en órbita para poder difundir el mensaje. Mi gran amor, Fidis, me apoyaba en todo, no por el amor en sí porque eso sería traicionar sus principios, sino que coincidía plenamente en mis ideas, en mis proyectos de libertad.

Y más de una vez me decía:

-Nubia, si lo que haces es correcto, por el bienestar general de todo el pueblo de la Federación, que no te tiemble el pulso, siempre va a haber detractores, siempre va a haber personas que dentro de un mismo espacio piensen en contra. Es imposible, mi amor, tener a todo el mundo a favor. Por un lado la democracia tiene una libertad, pero a su vez dentro de esa libertad hay una vulnerabilidad, que mucha gente se abusa de esa libertad porque la malentienden.

 

Yo pensaba: Lo que más me interesa en este momento es evitar una guerra civil porque sé que hay muchos que apoyan a los ocho comandantes nombrados por un exministro, como Junta de Gobierno de la Federación Sargón.

 

Y lo hablamos con Fidis.

-¿Por qué apoyan una autocracia? -Fidis, con todo su razonamiento incluso de haber vivido con los Antiguos, me respondió:

-Nubia, cuando estaba con los Antiguos, la raza más obsecuente era justamente la nuestra, la reptiloide, porque estaba mejor considerada por los Antiguos, los humanos, luego venía la félida y por último la cánida.

-¿Por qué "por último"?

-Porque era la que más se sometía y los humanos la despreciaban. Pero no se trata, mi amor, de hacer el efecto contrario, de respetar a los que más se someten. Aclaro, Nubia, los cánidos no se sometían en los mundos de los Antiguos como estos serviles que buscan ganar créditos porque no iba a cambiar la cosa, iban a seguir en el mismo puesto. Por ende no es como se podría pensar; la verdadera democracia es tratar a todos por igual, pero tratar a todos por igual, mi amor, también significa no importa quién esté más alto, si evade la ley la persona no va a evadir esa ley y será juzgado de acuerdo a lo que haya hecho, no importa en qué situación de poder esté. Esa es una verdadera democracia.

-Bueno, siéntate al lado mío, voy a encender el holovisor y grabar para toda la Federación. -En ese momento apareció el ministro Brine con un arma de protones.

-¡Ja, ja, ja, ja! ¡Ay Nubia, tú y tu ladero!

-Brine, tenías que ser tú. No es mi ladero es mi pareja, no es un títere, no hace lo que yo digo, tiene opinión personal. Y es más, si muchas veces debe modificar un discurso mío me lo señala, no con intención de competencia sino con intención de mejorar uno con el otro.

-Frases, ¡ja, ja, ja!, frases. Es cierto que yo me quedé con las ganas de ser primer ministro, como lo fue mi padre, y un advenedizo, Will, supuestamente por mérito ocupó mi cargo. ¡Atrevido, necio!, porque encima tiene el coraje de poner como viceministra a una reptiloide. Escuchaba lo que decía tu lacayo, Fidis. Amo el mundo de los Antiguos, y cuando yo sea primer ministro va a haber preponderancia en los humanos. Es más, le voy a proponer al ministro de los Antiguos unirnos.

Lo miré con ironía y le dije:

-Brine, no te voy a decir ministro ni te trataré de usted, te olvidas de que hay ocho comandantes que pueden acabar contigo en un segundo, la Junta de Gobierno, y son ávidos de poder, autócratas, y no van a ceder con tus delirios.

-¡Ja, ja, ja! ¡Ay, Nubia, Nubia! -exclamó Brine-, te olvidas de una cosa, en este momento mis tropas han matado a los ocho comandantes. Mis tropas, porque son mías, me van a apoyar para que hagamos esta emisión por holovídeo. Pero no va a ser tu discurso, va a ser mi discurso. Amo el poder, lo reconozco, no me importan las definiciones, que me digan autócrata o que directamente compre con créditos a altos rangos que me apoyen o incluso a civiles con poder. Aquellos que tienen grandes empresas y fortuna yo les voy a dar más fortuna, me van a amar. Pero eso sí, vosotros los reptiloides seguirán igual que los cánidos, los félidos y otros, pero cada uno en su nivel. Estudié muchísimo el mundo de los Antiguos, y la raza humana es superior; entonces ya voy a dar lugar a mi discurso.

Fidis dijo:

-¿Y qué va a pasar con nosotros? Somos testigos de lo que has hablado, muchos no nos van a creer, otros sí.

-Sois tan ingenuos... No estoy solo, en este crucero en este momento hay diez de mis soldados que a todos los holoinformáticos que se encargan de la transmisión, en este momento están siendo vigilados. Y vosotros, bueno, desapareceréis, no se sabrá más nada de ambos, no dejaré testigos. También morirán una vez finalizada la transmisión los que se ocuparon de los holoordenadores. Y estos diez soldados que me apoyan, por las dudas serán ejecutados, no va a quedar ningún testigo. Ninguno, absolutamente ninguno. Así que miradme; siempre me delegaron, siempre me dejaron de lado. Mi propio padre me despreciaba, decía: "No copies sólo mis ideas, copia mis acciones. Pero por otro lado, hijo, no me imites, ten iniciativa, y lamentablemente no la tienes porque no se trata de copiar lo bueno por reflejo sino evaluar si es verdad que lo que estás copiando es bueno, si no, eres simplemente un títere. Y en este momento es lo que eres, porque no aprendes de Will". Mi padre, bien muerto está, me despreciaba como muchos me despreciaron. Acabaré con todos ellos como acabé con esa Junta de Gobierno, como acabaré con vosotros y con toda aquella persona, sea de la raza que sea, que se oponga. Al unirme a los Antiguos dejaré que ellos denominen el nombre de la fusión. Que se llame Federación Antigua no me importa, tampoco me importa que el centro sea Sargón, lo que me importa es que al estar unidos con los Antiguos podremos acabar con los lacerta, otra raza inferior, ¡ja, ja, ja! Y ellos tenían el coraje de decir "Los humanos son inferiores". Yo, yo, Brine, les voy a demostrar que no es así. Y no solamente los cánidos se van a someter: "Gracias, ministro, por dejarnos con vida y en libertad". Pero no aquí, van a estar distribuidos en otros mundos, aquí queremos la raza pura, la raza humana, ¡je, je, je! ¿Os habéis dado cuenta de que soy mucho más listo que vosotros?, os habéis asombrado cuando me visteis aquí.

Lo miré con desprecio y le dije:

-Brine, tú padre te ha dicho muchas cosas, pero se olvidó de una, que eres un pobre ser humano. -Su rostro montó en cólera, me apuntó con su arma de protones y apretó el disparador.

-¿Qué pasó, cómo no me funciona el arma?

-Por una sencilla razón, pobre Brine, lo que tú no sabías es que nosotros íbamos un paso adelante. Nosotros te facilitamos todo filtrando lo que nosotros queríamos, dejando saber a quién nosotros queríamos que íbamos a estar en este crucero. Y tú, como dicen en el lenguaje de los pescadores, has mordido el anzuelo. Tus soldados están anulados, mira detrás tuyo. -Brine se dio vuelta y palideció, estaban la capitana Kirana y el capitán Alexis.

Los miró con odio:

-¿Qué han hecho con Will, lo han dejado tirado en un mundo? ¡Ja, ja, ja!, en eso estoy a favor vuestro.

-No, no -dijo la capitana Kirana-, Will está en Sargón, está en un tratamiento neurológico psiquiátrico. No lo hemos abandonado en ningún mundo.

Seguí hablando:

-Y hay otra cosa que tú no sabes, pobre Brine, en ningún momento tus soldados amenazaron a quienes manejaban los holoordenadores porque ya habían sido detenidos por nuestros soldados, y apenas llegamos al crucero en órbita abrimos la comunicación privada a los quinientos cincuenta y cinco sistemas estelares, así que no hizo falta ninguna conferencia de mi parte. Te han escuchado a ti Brine, te han escuchado a ti. Todos aquellos que te apoyaban se decepcionaron, esas grandes empresas civiles que te apoyaban también se decepcionaron, y quienes no, pagarán las consecuencias de traicionar a la Federación. No preciso en este momento hacer ninguna conferencia, todo lo que nos has dicho, todo ese odio que has volcado hacia las demás razas fue transmitido a todos los mundos de la Federación. Esa alianza traicionera que querías hacer con los Antiguos también ha sido transmitida. El odio a reptiloides, cánidos, félidos y otros también ha sido transmitido. Estás acabado y vas a ir a juicio. No seré yo quien te condenará, será el aparato judicial que es independiente del legislativo y del ejecutivo. Ahora bien, si el aparato judicial dice que la pena será la de muerte, el ejecutivo la cumplirá. Así que, Brine, no eres nadie.

Mi querida capitana Kirana, porque por supuesto la grabación sigue estando abierta, no dudéis, ambos seguiréis como capitanes. Kirana, Alexis nuestros fieles y serviciales, no voy a decir servidores, serviciales, no a mí, a la Federación, sois un ejemplo. Hacedme el honor de llevaros de aquí a esta lacra. Con estas palabras termino la comunicación.

Mañana se harán las votaciones, quiero que sea una democracia sana. Si debo ser elegida yo primer ministro lo aceptaré, si elijen a otra persona que consideran idónea, lo aceptaré. Porque esa es la democracia. Libertad e igualdad para todos los seres que habitan la Federación Sargón. Corto la transmisión.

 

 


Sesión del 22/12/2023

Médium: Jorge Raúl Olguín

Entidad que se presentó a dialogar: Carol-Ina, thetán de Angélica

Podía haber guerra con la raza que ya había atacado, pero tenía dudas si sería moralmente correcto eliminarla como raza como ya pasó anteriormente con aquella otra civilización.

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Entidad: Estaba en una posición incómoda, lo podía consultar con los comandantes pero no debía permitir que notaran en mí algún gesto dubitativo o imagen de debilidad.

 

Terminé el día. En casa hablamos con Fidis, le dije:

-Somos quinientos cincuenta y cinco sistemas estelares, pero no somos los guardianes de la galaxia, amo la libertad, amo la democracia en todos los mundos.

-Explícate, Nubia -me pidió Fidis.

-Mi amor, en el sistema Prima está el capitán Alexis, la capitana Kirana, confío en su criterio, los fungos siguen atacando. Ambos se comunicaron por ultravisor privado conmigo diciendo:

-Ni Sargón, ni Prima corren riesgo. Y si bien los fungos no son como los langar, que depredan todo sin dejar la más mínima vida en los mundos que ataca, los fungo esclavizan y si no pueden con los sistemas poderosos hay miles y miles de mundos en los cuatro sectores de la galaxia, en los distintos brazos galácticos, donde ni siquiera conocen los viajes espaciales. Algunos mundos apenas han llegado a su satélite, otros con naves robot llegaron a otros planetas del sistema, su máximo poderío es una bomba nuclear que no haría mella en una nave blindada con una sola capa energética. Los fungos los esclavizarían en poco tiempo.

 

Conversé con ellos bastante tiempo, le di la palabra también al capitán Morkan, a la teniente Andara. Los áunes son una raza muy muy avanzada y no solamente por su armamento, tienen capas energéticas con ultracarbino cien veces más poderoso, resistente y fuerte que el ultragrafeno. Pero además son completamente analíticos, digamos que tienen el misma ADN que cualquier humano de Sargón pero su parte cerebral es distinta, más desarrollados sus cortex prefrontales, menos desarrollado la parte del hipotálamo. El hipocampo apenas un poco menos desarrollado dando lugar a distintos tipos de memoria y a su vez ayudando al razonamiento de los cortex prefrontales. Y todo esto viene, Fidis, porque en un momento hablé con Luber, no es quién lleva el mando en el sistema Prima, es un ingeniero de naves espaciales, él fue el que diseñó el ultracarbino con la ayuda de su esposa informática en nanopartículas, Eveliz. Y bueno, tienen muchas ideas, pero todas son difíciles moralmente de llevar a cabo.

Me miró con una mirada comprensiva mi amor, mi esposo Fidis, y me dijo:

-Entiendo que tu tarea es difícil y te voy a explicar el motivo. Hagas lo que hagas te van a criticar, decidas lo que decidas siempre va a haber oposición en los distintos mundos de la Federación Sargón. Te admiraba de antes cuando te conocí, cuando estabas con el primer ministro Will, ahora te admiro más aparte de amarte, porque eres una persona que no cayó en vanidad por haber logrado el puesto de primer ministra, eres humilde, consultas. Entiendo que alguna vez habrás titubeado porque la mayoría de los habitantes de los quinientos cincuenta y cinco sistemas estelares son humanos, y tener una primer ministro reptiloide quizás a muchos les sorprendió, pero notaron tu carisma, notaron tu amplitud de criterio, notaron tu facilidad de diálogo. Cada siete días te reúnes en ultravisor abierto a todos los sistemas donde pueden hacerte preguntas todos los periodistas, muchas son preguntas son curiosas, otras son preguntas de planificación, en algunos mundos preguntarán por su economía. Si bien todos los mundos son de la Federación siempre va a haber mundos más prósperos que otros por la manera de encarar los trabajos de sus habitantes, pero también hay muchos periodistas que te hacen preguntas incómodas, muy incómodas, y ahora con los fungo va a haber más preguntas incómodas.

-Gracias -le dije a Fidis-, por entenderme, por comprender mi manera de ser. Y sí, es cierto, nunca me envanecí con el puesto, yo no lo considero tener el poder, no estamos en una autocracia, yo lo tomo más bien como que estoy administrando todos los mundos, miles de auditores en los distintos mundos, mundos que prosperan, por eso seguramente no sólo soy aceptada sino que muchos me aprecian y no solamente reptiloides, cánidos, félidos, humanos, por supuesto y otras razas, los pequeños grises, los marrones, los humanos morenos que son muchos más en millones y millones que los humanos claros. Pero qué sucedió, algunos senadores en Prima plantearon la posibilidad de atacar directamente a todos los mundos fungo hasta hacerlos entrar en razón, más de eso no porque todo lo que es el sistema Prima en veinte años luz para ambos lados, son amantes de la paz y sólo en última instancia ejercen la violencia, pero en nuestra misma Federación hablan de acabar, exterminar con esos mundos infiltrando virus como se hizo por medio del capitán Alexis con los langar. Sé que quedaron mundos langar aislados, pero en este momento no tienen poder de ataque. Bueno, me han propuesto, algunos periodistas que han escuchado a los senadores de distintos mundos de la Federación, acabar con todos los planetas fungo para evitar que ellos a su vez sometan a sistemas estelares más débiles. ¿Qué piensas?

Fidis me dijo:

-¿En qué nos diferenciaríamos de los fungos? Acabaríamos con una raza.

-¿Pero acaso no es lo que hizo el capitán Alexis? -respondí.

-Sí, absolutamente. Pero es distinto, los langar ya en su naturaleza estaba el depredar y exterminar. Quizá se podría probar de juntar una delegación fungo con una delegación Prima o de Sargón para capitular y evitar más muertes, por lo menos de parte de ellos.

-Honestamente me siento..., me siento muy mal, muy pocas veces me ha pasado que no sé qué decisión tomar y eso me pone depresiva y por momentos como encerrada, como que me faltara el aire. Lo entiendo, lo entiendo mi amor, sé que es algo psicológico, pero me pesa, me pesa me pesa me pesa mucho, me pesa mucho, mi amor.

 

Me abracé con Fidis y me corrieron algunas lágrimas. Con él podía mostrar mi vulnerabilidad, nada más que con Fidis, con nadie más.

 

 


Sesión del 26/12/2023

Médium: Jorge Raúl Olguín

Entidad que se presentó a dialogar: Carol-Ina, thetán de Angélica

Había que decidir si dejar seguir a esa raza esclavizando mundos aunque los mundos esclavizados aceptaran esa vida por estar ya acostumbrados a estar sometidos, o eliminarla de toda la galaxia sin que quedara ningún ser de esta raza en ningún lugar. Pero había demasiados mundos.

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Entidad: Me encontraba conversando con mi esposo, Fidis, él me contenía y me decía:

-¿Sabes que comprendo el tremendo peso que tienes sobre tus hombros? Al fin y al cabo estoy a tu lado, el tema de los fungo es una decisión difícil de tomar puesto que siempre, hagas lo que hagas, buscarán algún supuesto error que cometas para luego criticarte.

 

Le ordené a la máquina que prepare dos zumos de plantas que calmaban la ansiedad. Nos sentamos en sendos sillones y seguimos conversando con Fidis.

 

Le comenté: -Hay mundos que me plantearon, ya no los periodistas, directamente senadores, dicen "En lugar de acabar con los fungo tenemos tecnología para armar cientos de naves más con la ayuda del sistema Prima, que nos ofrecieron incluso la ultracapa protectora cien veces más poderosa que el ultragrafeno, que es el ultracarbino. Le pregunté a los senadores, querido Fidis:

 

-Está bien, ¿cuál es vuestra idea?, para tener en cuenta.

-Apreciada primera ministro Nubia, la idea era rodear con naves todos los mundos fungo para que no puedan hacer viajes espaciales y no puedan invadir otros mundos.

 

-Dadme tiempo -le dije a todos los senadores-, lo pensaré.

 

Ahora lo hablo contigo:

-De la misma manera que acabar con todos los fungos nos ponía al mismo nivel de ellos, ¿dejarlos en su mundo no se puede interpretar como que los tenemos presos en dichos mundos?

 

Fidis me miró:

-Te comprendo perfectamente, Nubia. Tú misma has dicho "No somos los guardianes de la galaxia, podemos acabar con naves fungo que nos ataquen. El sistema Prima y todos sus mundos pueden también acabar con los fungo que los ataquen a ellos. Pero acabar con esta raza, no. Tenerlos encerrados en sus mundos... ¿Y el libre albedrío?

 

-Claro, es una cuestión filosófica. Honestamente, no sé qué hacer, Fidis.

 

-Filosófica, ¿por qué, Nubia? ¿Qué pasa con el libre albedrío de aquellos mundos que no tienen cómo defenderse? No conocemos toda la galaxia, pero sabemos que la Federación Sargón, el Prima, los lacerta, los antiguos son sistemas poderosos, y allí los fungo no se atreverían a atacar a pleno y los lacerta se han equipado muy bien. Ahora, nuestra ventaja es que tanto nosotros como el sistema Prima somos los únicos que poseemos las bombas de vacío. Ya se utilizó una con un crucero fungo. Pero yo me pongo a pensar en nuestros soldados, que van a una guerra y dejan familia, padres, o comandantes que dejan esposa, hijos, y mueren en batalla. Ellos ni conocen al enemigo.

 

-¿Adonde quieres llegar, Nubia? -Lo miré a mi esposo.

 

-A que seguramente no los conozco pero debe haber muchos civiles fungo que no les interesa la guerra, les interesa crecer en familia, en paz, y deben estar molestos con la autocracia de sus comandantes.

 

-Nubia, mira, no conozco mucho la historia de los fungo, pero estos últimos días he leído bastante. Cuando ellos esclavizan otros mundos más indefensos, familias de los distintos mundos fungo aun los que no pelean, van a establecerse a estos mundos y elijen esclavos de estas razas para ser servidos. ¿Y por qué? Porque aun aquellos fungo que no quieren la guerra, que se enojan con sus autócratas gobernantes, luego se olvidan de todas las quejas porque en esos mundos que sometieron pasan a ser amos. Y están cien por cien agradecidos a sus gobernantes porque ya no trabajan, la raza que sometieron trabaja para ellos. Entonces no sé hasta qué punto los civiles también son inocentes, porque si bien ellos no matan a nadie, mi querida Nubia, ellos después se aprovechan de las cosecha, la cosecha de esclavos. Entonces, cuando tú me dices "¿Y el libre albedrío de los demás mundos?". Sí, no hay libre albedrío con los fungo, no acaban con las especies como lo hacen los langar, pero los someten, están muertos en vida. Y por lo que he leído, querida Nubia, los dejan formar familia, tienen hijos, están bien alimentados... ¿Por qué? Porque cuanto mejor estén mejor van a servir como esclavos. Pero sabes, y no quiero ponerte mal porque ya estás mal de angustia, de zozobra, Nubia, pero sí que hay mundos que se acostumbra, fíjate que no he dije adaptan, hay mundos que se acostumbran a ser esclavos porque los hijos de los hijos de los hijos nacieron esclavos y están acostumbrados a que los amos sean los fungo. Ni siquiera sabemos en esta parte del brazo galáctico cuántos sistemas han esclavizado los fungo. Entonces, aquellos senadores que te han dicho "Aislémoslos en sus mundos"..., pero ya hay fungos esparcidos en otros sistemas estelares. ¿Qué vamos a hacer, de vigilantes?, ¿ir con distintas flotas mundo por mundo a ver qué mundos han esclavizado? ¿Podemos hacer eso? ¿Tenemos capacidad de navíos, de cruceros? Lo repito, ¿acaso no lo has dicho tú "Nosotros no somos los guardianes de la galaxia?", nos vamos a meter donde no nos llaman.

 

Lo miré a Fidis y le dije:

-Entiendo tu punto de vista, y aparte con nadie puedo hablar con la confianza que hablo contigo. Y es recíproco, tú no puedes hablar con nadie tan sinceramente como lo hablas conmigo. ¿Pero qué hacemos? Como dice el común denominador, ¿Hacemos la vista gorda? ¿Miramos para otro lado? ¿Dejamos que las cosas pasen? ¿Nos distraemos mirando una holopelícula comiendo manjares por la noche mientras hay miles de mundos esclavizados?

 

-Nubia -me imploró Fidis-, cálmate, hay trescientos mil millones de estrellas en esta galaxia y sabemos que hay más de trescientos mil mundos habitados. Hay cuadrantes que nunca hemos visitado, brazos de la galaxia que nunca hemos visitado. ¡Qué sabemos! ¿Qué podemos hacer?

 

-No hablo de hacer la vista gorda, Nubia, no hablo de hacer la vista gorda. Me gustaría ir contigo, Nubia, personalmente al sistema Prima, hablar con ellos, que son cien por cien analíticos, plantearles esta conversación y ver cuál es la mejor solución, cuál sería la mejor salida.

 

Fidis hizo una pausa y me preguntó:

-¿Existe, Nubia, una salida? -Lo repitió-: ¿Existe, Nubia, una salida?

 

 


Sesión del 13/07/2024

Médium: Jorge Raúl Olguín

Entidad que se presentó a dialogar: Carol-Ina, thetán de Angélica

La entidad relata una vida en España, fue reina. Comenta la mala vida que pasó por causa de los maltratos y la indiferencia de su familia.

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Entidad: Hay un vida que no quiero tocarla en profundidad...

 

Tuve una madre que fue prácticamente una asesina, y no estoy inventando. Mi madre fue una mujer perversa, nada que ver con cómo la cuenta la historia. Fue prácticamente la creadora de la Inquisición.

 

¡Je! Mi padre, "El Católico", era un títere, era una persona ambiciosa, se casó para tener poder.

 

Pero la historia no cuenta otra cosa, la historia cuenta que fue una de las mejores reinas.

Yo recuerdo los años que viví encerrada en Tordesillas y no fue por orden de la asesina de mi madre, fue por el títere de mi padre Fernando.

 

Y Carlos..., Carlos heredó la oportunidad cruel de mi padre y las ansias de poder. Pensaban que yo estaba enferma, la única enferma era mi madre, que pasó a la historia como una gran reina.

 

Mi abuelo, a mi padre lo trataba como un inútil. Es más, él le dijo:

-Si no te casas con Isabel no vas a ser nadie.

-Pero papá, tengo Aragón.

-Imbécil, ¿qué te piensas que es Aragón?, el poder está en Castilla. -Y Carlos heredó el oportunismo de mi padre y la maldad de mi madre.

 

Claro, yo figuro en la historia como reina de Castilla, Aragón, Valencia, Navarra, Condesa de Barcelona. Los títulos no me sirvieron para nada.

 

De mi esposo qué puedo decir, la costumbre de la época era casarnos con los primos. A pesar de que era un primo tercero, Felipe era también una persona oportunista. Pero a diferencia, a diferencia de Carlos él era más bien poderoso, pero cruel también, cruel también. Tenía posesiones enormes en Borgoña. pero claro, Maximiliano lo tenía sometido. Su madre no, su madre era una..., una perrita obediente de Maximiliano. Todos fueron crueles conmigo, todos, todos, todos, todos.

 

Mi madre principalmente porque yo era una persona que amaba la figura de Dios pero odiaba la inquisición. ¿En qué sentido? No me gustaban las persecuciones, no disfrutaba nada.

 

La confabulación entre papá y mi hermano, ¡je, je, je!, la indiferencia de Felipe, la historia pensará como que lo amé. Lo amé por los hijos que tuve, pero yo no disfrutaba de nada.

¿Si me sentía orgullosa de mis hijos? De Leonor, era una niña muy bella, pero muy muy bella, pero también fue indiferente también fue indiferente. Yo creo que todos eran indiferentes.

 

Pienso que me sentí muy... muy sola, muy muy sola, sola en el sentido de que mis padres eran estrictos en cuanto a la educación religiosa, y yo, honestamente, no, no me gustaba la religión. Amaba la música, amaba los caballos, me gustaba mucho andar a caballo. Amaba el idioma francés, lo sentía como un idioma delicado. El latín era más que nada por obligación, pero el francés lo admiraba, lo admiraba.

 

Me decían que era indomable. A diferencia de los caballos que montaba, que eran mansos, a mí me decían la indomable.

El preceptor, sacerdote tenía que ser, ¡ja, ja, ja!, Andrés de Miranda, me querían moldear, me querían..., cómo decirlo, hacerme a su manera, y yo me negaba, me negaba. Todo el personal yo lo despreciaba, me tenían miedo, pero miedo por mi carácter irascible. Las veces que mi madre me ha dado cachetadas, bofetadas que me dolían en el alma, no en el rostro, y tenía que agachar la cabeza. Mi madre confundía mi odio por la inquisición con una locura, yo era un..., era mujer, con eso lo digo todo.

 

Los matrimonios se arreglaban por conveniencia. Y, bueno, ¿qué puedo decir de Felipe? Ya lo dije, para él era como una mujer a la que usaba. Obviamente sufrí los embarazos, pero era mi deber, era mi deber ser madre.

Sentí alivio cuando me marché a Flandes, alivio porque madre era odiosa conmigo. Y yo pensé, "Bueno, mi esposo me tratará como su mujer".

 

Tardé en llegar por distintas causas, tuve que pasar primero por Inglaterra.

Cuando por fin llegué esperaba ver a Felipe y no lo vi. Y pensé, "Bueno, ya veo lo que me espera".

Lier era un pequeño poblado, es donde finalmente nos casamos. Me sentía más tranquila porque no había una religión tan feroz.

La historia dice que fue un amor a primera vista entre ambos, la historia dice también que como Felipe perdió el interés en mí yo cogí unos tremendos celos. No, nunca pasó eso, nunca pasó eso, lo que sentía era ira por la indiferencia de Felipe porque me hacía acordar a la indiferencia de mi padre. A veces pensaba, ¿qué es mejor, el desprecio, el mal trato de mi madre Isabel o la indiferencia de mi padre Fernando? Porque eso me traumaba, porque Felipe me hacía acordar a mi padre. Yo sabía que Felipe tenía infinidad de aventuras, pero no era cierto que estaba celosa, me sentía sola. Felipe venía únicamente, ¡je, je, je!, para dejarme embarazada, no para otra cosa.

 

Se han inventado tantas cosas..., como que yo celaba a Felipe en todo momento.

Honestamente, no. Honestamente, no.

 

Yo siempre me sentí sola, siempre me sentí maltratada, porque hay muchas maneras de ser maltratado; la indiferencia, la traición, las burlas, el que te tomen por loca.

 

Recuerdo que me quedé en Toledo y Felipe regresó a Flandes. Yo es cierto que estuve triste, pero por mis hijos no por Felipe. Cuando tuve a Fernando quise regresar a ver a Felipe, pero mi perversa madre se opuso. Como insistí me recluyeron. Fue tanta, tanta la ira que tenía que finalmente mi madre consintió. Pero ella preparaba su venganza.

 

¿Si cuando murió sentí pena? Sí, pero no pena por la pérdida, pena por ella. Pena porque el último acto fue desheredarme porque no quería ser religiosa.

Quizá la única vez que mi padre fue cariñoso conmigo fue cuando me proclamó reina, pero fue nada más de nombre porque él siguió gobernando, yo era un títere.

 

Y claro, hubo lucha de poderes entre mi padre, mi esposo. A mí lo que más me interesaba era estar tranquila, poder escuchar música. La música me tranquilizaba, la música me... ¡Cómo hubiera querido que todos mis hijos, mi quinta hija, María..., me hubiera gustado que le gustara la música como a mí!

Sí, fue muy inteligente, sabía administrarse. Tenía moral, la moral que no tuvo su abuela Isabel.

 

Pero yo de todas maneras me sentía sola, muy muy sola. Sola a veces a punto de llorar.

Dejó de atraerme la música, dejaron de atraerme los caballos. A mi padre se le fue ese amor o la paciencia, porque yo reconozco que tenía mi carácter, y me recluyó; siendo reina me recluyó en Tordesillas. La única que me abrazaba, que me acariciaba, que me decía: "Mamá, yo te entiendo, yo te entiendo". Pero Catalina, que la historia no lo cuenta, como me hacía compañía los mismos carceleros no la dejaban salir.

-Madre -me dijo-, te amo, pero tengo que hacer mi vida.

 

Dieciséis años estando conmigo prácticamente encerrada, y se marchó. Cuando se casó con Juan III de Portugal me sentí contenta, me sentí contenta de que se marchara.

 

Yo no puedo decir nada, el lugar era decente, en invierno había un hogar con fuego a leña que calentaba, pero, ¡je, je, je!, no dejaba de ser..., no dejaba de ser un encierro.

 

No..., no voy a contar más nada. Hay un cuadro donde me ven como demente... ¡Ay!, si pudiera hablar.

 

Después que se fue Catalina tuve episodios depresivos, eso sí es cierto, pero no enfermedad mental, no enfermedad mental.

 

No..., no quiero hablar más del tema, no quiero hablar más del tema.

 

 


Sesión del 15/07/2024

Médium: Jorge Raúl Olguín

Entidad que se presentó a dialogar: Carol-Ina, thetán de Angélica

Pasó el tiempo, las guerras que habrían sido posibles se resolvieron con pactos y alianzas políticas entre mundos. Durante mucho tiempo había acumulado estrés y cansancio y decidió renunciar al cargo de viceprimer ministro de la Federación Sargón. Ella y su esposo, Fidis, trabajarían en otras investigaciones.

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Entidad:

-Esto que te voy a comentar yo no lo sabía, y nunca, luego que lo supe, se lo comenté a nadie.

Mi amado Fidis me preguntó:

-¿Y tú cómo sabes tus comienzos?

-Por la humana Joana, Joana Calender. Cuando comenzó la historia ella tendría dos años y medio, tres años de vida del tiempo de Sargón, sus padres eran parte de un grupo de exploración espacial de una civilización, bueno, supuestamente avanzada de humanos. El padre se llamaba Orson, Orson Calender y la madre Creda, Creda Calender, especialista en genética, zoología. El padre informático y, obviamente, un gran piloto espacial. La nave en la que viajaban no era pequeña, tampoco era un enorme navío, era una nave con aproximadamente cien tripulantes y pequeño armamento, o sea, no hubieran podido enfrentar a una gran potencia, pero fueron a un planeta supuestamente vacío, con animales de todo tipo, mamíferos, reptiles, animales acuáticos. Y buscaban peculiaridades. Hasta que Orson, el papá de Joana, mató a los que él llamaba unos reptiles porque podían ser peligrosos y tener una mordida venenosa, como los reptiles primitivos de muchas regiones, de muchos mundos. Y había un huevo que lo cogieron, un huevo raro, de color amarronado, pero la cáscara como grumosa, no lisa.

 

Hablaron con el capitán de la nave y el capitán le dijo:

-¿Quieren llevárselo? Llévenselo, no sé qué bicho habrá.

El padre Orson le respondió al capitán:

-Seguramente es un huevo de reptil. Pero vamos a estudiarlo mientras no sea peligroso, si no, lo tiramos al vacio o lo incineramos en el horno de la nave.

Fidis me interrumpió y me dijo:

-Tú me dijiste que al comienzo de esa historia la humana Joana tenía entre dos y tres años, o sea, ¿cómo te pudo contar la historia?

-¡Ah! Se lo contó con lujo de detalles cuando ella tuvo más de seis años su madre Creda, que a propósito, la consentía enormemente a Joana en todo, todo capricho que tenía, la madre se lo consentía. El padre, Orson, indiferente, él estaba con la mente en la investigación, en las nuevas especies. Hasta que finalmente el huevo se rompió y apareció la cría, un pequeño reptil.

El padre dice:

-Lo ponemos en una jaula, le damos algunos bichitos para que se alimente hasta que sea más grande, y después comerá pequeños roedores, como todo reptil.

 

Y pasó el tiempo. Joana tenía ya entre cuatro y cinco años, hablaba bastante fluido, pero siempre exigiendo y pidiendo: "Quiero esto, quiero aquello". ¿Y qué quiso? Quiso el reptil.

-Lo quiero de mascota.

-No no no, es para estudio. Además -dijo el padre-, se comporta de una manera extraña, en el sentido de que no quiere comer ningún pequeño mamífero, quiere comida procesada del procesador de alimentos. Y como prueba le pusimos un plato y lo comió con las manos, lo cual nos sorprendió enormemente. Por supuesto la grabamos con la holofilmadora. Y claro, la niña frunció el ceño, no quiso comer, no quiso seguir estudiando, ella quería su mascota.

 

La mamá Creda discutió con su esposo Orson:

-Al capitán no le interesa lo que hacemos, ya volvemos para nuestro mundo. Deja que Joana juegue, deja que Joana se divierta.

-¿Con ese bicho?

-El capitán estuvo investigando el mundo este que estuvimos. A partir de ahí recorrimos veintiocho mundos más en estos años. Es hora de volver. Pero ese mundo era peligroso, lo pusimos como que no tenía sentido poner una colonia allí, y más con los reptiles salvajes, los nubios.

Atrás de ellos estaba la caprichosa Joana.

Dice:

-Ya sé cómo le voy a poner a mi mascota: Nubia, ya que desciende de la familia de los nubios.

-Es un reptil. Tienes mamíferos más amigables, el reptil no sabe hacer nada. Además es de sangre fría. ¿No te da asco?

-No -dijo Joana-, la quiero para mí a Nubia. Y así fue como fui una mascota.

 

Y la acompañaba todo el tiempo y comía de su misma comida. Ella comía sentada a la mesa y no quería que sus padres invadieran su camarote y me daba un plato de comida similar al suyo en el piso.

Se sorprendió porque había otro par de cubiertos y yo los cogí y comí con cuchillo y tenedor.

-¡Mamá! -La consentida Joana-. Nubia come como yo. -Vinieron los dos.

-Vaya, debe ser bastante inteligente, te imita en todo lo que haces. -Se encogieron de hombros y se fueron.

 

Joana se encogió de hombros y siguió comiendo. Se sirvió un vaso de un líquido burbujeante frío.

Frunció el ceño y me dio otro. Lo tomé, era una bebida adictiva, dulce, pero amarga a su vez y burbujeante.

Pero el problema vino cuando ella estaba estudiando lenguaje de su mundo -y por supuesto yo entendía, ya que me crié con ellos, todo lo que hablaba.

Ya tenía más de tres, tres años y medio, según el tiempo de Sargón, y repetía algunas palabras y otra vez.

-¡Mamá, Nubia habla! -Vinieron los dos, me miraron. Me encogí sobre mí misma, asustada.

-¿A dónde habla?

-Les digo que habla, estoy estudiando y repite. -Orson se encogió de hombros y se marchó.

Mamá Creda se quedó sentada ahí:

-Sigue con la lección, yo estaré aquí contigo. -Y Joana siguió estudiando. Y después empezó con aritmética sumando números.

 

Y hablé. Después me arrepentí porque la nombré:

-No, Joana, esa cuenta está mal.

-¿Ves, mamá?, no repite como tú dices, como esas aves exóticas que repiten las palabras sin saber lo que dicen, me acaba de corregir.

-¿A ver? -La madre cogió el cuaderno y me miró-. Tiene razón ese reptil salvaje, te has equivocado en una cuenta.

-¡Ves mamá! Es inteligente.

 

La señora mostró dulzura:

-Nubia, ¿sabes hablar? -asentí con la cabeza-. No no no, dime con palabras, ¿sabes hablar?

-Sí, señora.

-¿Sabes quienes somos?

-Sí, señora. Usted es la mamá de la niña, de mi amiga, y el señor Orson es el papá. Y ese señor de pelo blanco que a veces lo veo, es el capitán.

-Ahora vengo -dijo madre Creda.

Joana, enojada, se da vuelta y me dice:

-Tú no eres mi amiga, tú eres mi mascota, yo te adopté.

-Pero me gustaría jugar contigo.

-Yo juego contigo -dijo Joana-, yo juego contigo. -No dije nada porque en realidad estaba adaptada a ese tipo de vida.

 

Llegamos al mundo humano, y padre Orson, Orson Calender, me llevó ante la comunidad científica:

-Es un reptil de la raza nubio, mi hija le puso Nubia. Es hembra y habla como cualquier humano.

 

Joana ya tenía cerca de siete años, yo estaría por los cinco años. Me hicieron todo tipo de pruebas cognitivas que las pasé satisfactoriamente. Hablaba fluido el lenguaje humano. Pero claro, no me parecía ser una extraña porque me había criado entre ellos, yo prácticamente no había conocido a mi familia, a mis congéneres todavía, para mí todo lo que conocía eran humanos, y como era tan chica todavía no me daba cuenta que me miraban como un animalito, como algo exótico. Le había tomado afecto, por ignorancia, a Joana y Joana seguía diciendo: "Eres mi mascota", y cuando venía de la escuela estudiaba y yo en el piso callada aprendía -lo que ella aprendía- sin lápiz, sin cuaderno, de memoria.

 

Un día tuvo una altísima fiebre, Joana, y no sabían qué hacer conmigo, y mamá Creda dijo:

-Hazte cargo tú -a Orson-, que se quede en nuestro camarote.

-Acá va a molestar -dijo él-, yo estoy con mis estudios de astrofísica, de física cuántica superior. Y para memorizar, el padre de Joana, estudiaba en voz alta.

 

Y, obviamente, yo iba aprendiendo cosas de adultos al punto tal que en un año estaba mucho más avanzada, en todos los aspectos, que la humana Joana.

Obviamente se dieron cuenta y me fueron a llevar otra vez con la comunidad científica. Me hacían pruebas de intelecto que las pasaba de manera sencilla.

 

Y obviamente lo censuraron a Orson Calender:

-Lo que has traído en tu nave tiempo atrás es una especie avanzada, es un reptiloide no un reptil; reptiloide, como hay en otros mundos.

-¿Y qué hacemos?

-Hay que darle una identidad, hay que darle independencia.

-¿Independencia?, es un juguete de mi hija.

-¿Juguete? Está mucho más preparada que tu niña. Su edad mental es de arriba de doce años y tiene poco más de la mitad. -El padre de Joana se rió.

-¿Qué quieren, darle una identidad como si fuera un ser independiente más?

-Calender, esta niña reptiloide va a quedar a cargo nuestro.

-No, es de mi hija.

-Hablamos con la jefatura de gobierno y la jefatura decidió que quede a cargo nuestro. Le vamos a dar una identidad, el nombre ya lo tiene por su hija: Nubia. ¿Alguna vez la trataron mal?

 

Orson se encogió de hombros:

-No, pero era una mascota. Después nos dimos cuenta de que comía como nosotros en plato, con cubiertos. Cogió un vaso para tomar una bebida refrescante. Cuando una vez la pescamos estaba higienizándose en un baño de vapor. No la vimos nosotros, la vio nuestra hija Joana. Y le gustó tanto que dijo: "Déjenla, mi mascota se sabe higienizar"

-O sea, ¿que todo eso lo sabían, señor Calender?

-Señor no, soy profesor.

-Buen profesor es usted. No sabían que tenían una raza inteligente como mascota. Y ahora puede retirarse, Nubia se quedará aquí.

-¿Y qué va a decir mi hija?

-A su hija la conocemos, es una consentida por su esposa, la señora Creda. Así que váyase. -Con desdén el hombre dio media vuelta y se marchó.

 

A los pocos días me vino a visitar Joana, con lágrimas en los ojos:

-Me dijeron mis padres que te quedarás aquí con los científicos, ya no serás más mi mascota

-Le respondí:

-Nunca fui tu mascota, siempre quise ser tu amiga, pero tú no lo entendías. En este momento tengo todo tipo de conocimientos: de piloto de naves, de física orgánica, de física inorgánica, de química..., sé lo que son los mapas estelares y sé que hay mundos donde aparte de los humanos hay otro tipo de seres, algunos como yo, reptiloides, y tus padres pensaron que era un reptil salvaje.

 

Y Joana me empezó a contar desde que encontraron el huevo hasta que me empezó a estudiar la comunidad científica. Y supe lo que era mi vida.

 

Y me di cuenta de que si bien me trataron bien, la familia Calender, perdí años de mi vida, perdí una infancia donde no jugué, donde no tenía otros reptiloides para jugar o niños humanos para jugar, porque me miraban como bichos raros.

 

Hasta que vino una enorme nave de Sargón que fue recibida en ese mundo como algo maravilloso. Nunca habían visto un navío tan grande.

Se teletransportaron varios militares con un capitán al mando para hacer tratados con ese mundo y si querían pertenecer a la Federación de Sargón. Ese mundo tenía muchos países y sus presidentes tenían que deliberar.

Un científico le contó al capitán de la nave sobre mí, el capitán se intrigó y ordenó que me llevaran a conocerme. Le conté lo que podía.

Me hizo un test y obviamente censuró a los científicos:

-¿Cómo puede ser que la tengan en observación a un ser de vida inteligente? En Sargón hay un porcentaje muy alto de reptiloides que hacen tareas de holocomputación, de diagramas planetarios de sistemas estelares, etcétera. Algunos incluso participan de las tropas militares de Sargón, ¿y aquí la tienen como un animal de estudio?

 

Obviamente, tanto el gobierno de ese país de ese mundo como otros gobiernos estaban aterrorizados de que viniera una nave tan poderosa como nunca habían visto, y aceptaron inmediatamente pertenecer a la Federación Sargón. Pero claro, el capitán tenía órdenes y sus órdenes eran todo mundo que pertenezca a la Federación Sargón va a tener un gobierno central, nada de países.

 

Estudió la historia de ese mundo y supo que había habido guerra entre países, y eso era inconcebible, y las primeras órdenes fueron desarmar los gobiernos. Lo cual aceptaron viendo los adelantos, la tecnología médica incluso que tenía Sargón respecto a ellos, y enfermedades que los humanos tenían que en Sargón podían ser tratadas en menos de una semana.

Aceptaron gustosos pertenecer a Sargón pero con las condiciones dadas por Sargón: Gobierno central y nada de peleas internas, si no, pondrían un supervisor a cargo de Sargón que supervise el mundo.

El capitán lo primero que hizo fue preguntarme:

-¿Quieres venir a Sargón?

-Sí, capitán -respondí.

-¿Te gustaría estudiar en Sargón?, hay muchos de tu raza.

 

Y me comentó cómo era Sargón. Me encantó.

Era el primer humano que no me veía como un reptil sino que me veía como un ser independiente. Me comentó que había félidos, cánidos, me explicó qué eran, y otro tipo de razas inteligentes. Es más, había mundos de la Federación donde las personas como yo mandaban tropas, había capitanas reptiloides. Se me agrandaban los ojos, no lo podía creer.

 

-No pasé una infancia fea, pero sí denigrante, comer en el piso, ser tratada como una mascota. Un día quise comer un pequeño postre como el que había comido Joana, a quien yo consideraba mi amiga: me pusieron un collar metálico al cuello y me ataron a unos barrotes. Dos días sin comer ni beber agua.

Y Orson Calender decía: "Es la única manera de domar a estos animales salvajes". Pero yo ya comprendía, y me daba cuenta que no me consideraban su igual, yo era un ser inferior para ellos.

 

Y me quedé con ese trauma hasta que conocí a la gente de Sargón que me trató de otra manera, y nunca lo conté a nadie. Fidis, eres el primero al que se lo cuento, la versión que yo he contado es otra.

-¿Te daba vergüenza?

-No, vergüenza para nada, vergüenza me daría si hubiera cometido algún acto hostil lo cual nunca hice. Me daba una emoción negativa, traumática, prácticamente era un animalito de feria. Y mira adonde llegué, a ser primera ministro de quinientos cincuenta y cinco sistemas estelares de Sargón.

-¿Te has vuelto a cruzar, mi amor, con Joana? -preguntó Fidis.

-Sí, en un viaje de exploración a su mundo. Su manera de tratarme fue distinta: "Señora Nubia, es un gusto que esté aquí". Mi intención primera, por impulso, fue tratarla como un ser inferior, pero le di un abrazo:

-¿Cómo estás, Joana?

-Estudiando informática.

-Muy bien.

-¿Y tú, Nubia?

-Bueno, estudiando informática, estudiando física, química, estudiando mapas estelares, y ayudo a las grandes autoridades de Sargón.

Me miró admirada, pero en ningún momento la traté de manera inferior sino como una amiga.

Pero me desconcertó al ver lo nerviosa que estaba Joana, me pidió disculpas:

-Yo era chica, no sabía que usted era de una raza superior.

-No, Joana -le respondí-, nadie es superior a nadie. Directamente, con todo respeto, tus padres eran ignorantes, y no tomes la palabra ignorante como falta de respeto, ignorante es aquel o aquella que no sabe sobre determinado tema.

-Lo entiendo. -Me siguió contando detalles de su vida y de nuestra vida en común que yo no recordaba porque mi mente traumada lo había olvidado.

 

Muchas veces pensé sacar a ese mundo de la Federación Sargón, pero había millones de seres que no sabían nada de mí, de mí sabían dos docenas de personas nada más hasta que me encontré con la nave de Sargón. ¿Por qué enojarme con un mundo?

El mundo creció gracias a Sargón, se armó un gobierno central, no hubo más guerras internas, se curaron distintas enfermedades que tenían esos humanos y ganaron al haberse anexado a nuestra Federación. Y esta es mi historia.

 

-Bueno, mi amor, esa es una parte de tu historia, después has crecido muchísimo hasta ser la segunda del primer ministro Will.

-Sí, sí, es cierto, he crecido mucho, he logrado muchas cosas, pero ahora estoy cansada, ahora me pesa todo esto.

Fidis me miró y me dijo:

-Te admiro más que antes por haberme contado todo esto.

-No se lo cuentes a nadie -le pedí.

-No, mientras tú no lo cuentes yo no lo contaré. De todas maneras no tienes nada de qué avergonzarte, nada. Y conozco muchos humanos, ¡je, je, je!, muchísimos humanos que tienen mucho de que avergonzarse. En ese mundo donde tú te has criado de humanos en siglos anteriores, porque lo estudié, han muerto miles y miles en guerras entre países, un mundo totalmente atrasado con armas ultra modernas, pero con mentes huecas.

 

Fidis me abrazó, cerré los ojos y apoyé mi cabeza sobre su hombro. Me sentía contenida. Y los dos nos habíamos puesto de acuerdo en que yo renunciaría al cargo y trabajaríamos de manera independiente.