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Psicoauditación - Angels

Grupo Elron
Sección Psicointegración y Psicoauditación - Índice de la sección - Explicación y guía de lectura de la sección

Si bien la Psicoauditación es la técnica más idónea para erradicar los engramas conceptuales del Thetán o Yo Superior de la persona, la mayoría de las veces se psicoaudita a thetanes que habitan en planos del Error y sus palabras pueden no ser amigables y/o oportunas para ser tomadas como Mensajes de orientación, algo que sí se da cuando se canaliza a Espíritus de Luz o Espíritus Maestros.
El hecho de publicar estas Psicoauditaciones (con autorización expresa de los consultantes) es simplemente para que todos puedan tener acceso a las mismas y constatar los condicionamientos que producen los implantes engrámicos.
Gracias a Dios, esos implantes son desactivados totalmente con dicha técnica.


Atte: prof. Jorge Olguín.

 

Sesión del 31/11/2007

Sesión del 16/02/2011

Sesión del 18/08/2011

Sesión del 24/04/2012

Sesión del 22/10/2012

Sesión del 23/01/2013

Sesión del 15/05/2013

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Sesión del 31/11/2007

Médium: Jorge Raúl Olguín.

Entidad que se presentó a dialogar: Thetán de Angels.

Relató una vida en Puebla en una familia de labradores, era pobre pero feliz. Relata que un día ayudó a una niña que estaba siendo explotada por sus familiares, extendiéndose en diversas conclusiones positivas que extrajo de la situación así como de otras circunstancias.

Sesión en MP3 (3.700 KB)

 

Que atroz que es pensar en las vivencias ocurridas en distintas vidas donde te sientes oprimida como ser humano, donde te sientes doblegada, donde no solamente sufres por ti misma sino que sufres por otros que finalmente terminan siendo víctimas.

 

Entre todas mis encarnaciones encarné en Puebla, en el territorio conocido como México. Me llamaba Clarita, Clarita Juárez.

 

Estaba en una familia bastante buena, de labradores, una familia pobre pero feliz. Éramos cuatro hermanos, tres varones y yo. Los varones todos trabajaban con mi padre.

 

Teníamos muchos animales. Íbamos únicamente al almacén de ramos generales en el centro del pueblo a comprar alguna que otra cosa que no teníamos en la granja, pero éramos felices.

 

Yo fui creciendo, al igual que en otras muchas vidas, expectante de conocer a Dios, de saber cómo era la figura del Padre, porque no me creía un señor mayor con barba, como nos hacían creer las maestras.

 

A veces estaba en éxtasis. Me encontraba al atardecer de cara al volcán pensando, ¿Por qué Dios hizo este volcán?, ¿Qué hay dentro de él que a veces puede sacar humo, lava?, ¿Es el infierno que sale a la superficie o es simplemente un movimiento de este mundo llamado Tierra y que el volcán es una especie de descompresión de la gran presión interna?

 

No me preocupaba tanto de los asuntos terrenales, si bien era curiosa por naturaleza. Era tan curiosa que estudiaba todos los libros religiosos. Pero tenía muchas dudas, ¿por qué dibujaban a los ángeles con alas si teóricamente los ángeles eran seres no materiales, no precisaban alas para sustentarse en el aire?

¿Por qué decían que había gente que había ascendido al cielo en cuerpo y espíritu si yo sabía positivamente que el cielo, como cielo, era algo falso, porque el cielo era algo espiritual, y eso nadie me lo había enseñado, nadie? ¿Por qué tenía que haber un infierno eterno cuando la falta era pequeña?

¿Por qué los sacerdotes en los templos hablaban de misericordia divina si al rato hablaban de castigo eterno, y ambos no se conjugaban entre sí?

¿Por qué en el antiguo Testamento hablaban de venganza y en el Nuevo Testamento hablaban de perdón?

¿Por qué tal diferencia entre el "ojo por ojo" y el "diente por diente" y el "Sed como niños y llegaréis al reino"?

El Antiguo Testamento me chocaba. Me chocaban sus luchas fraticidas, sus dioses vengativos, porque mi Padrecito, -como yo le llamaba a Dios- no podía ser tan cruel como lo que le hizo a Job, no podía ser mi Padrecito.

 

Cuando cumplí dieciocho años había una niña, una pequeña llamada Juanita, de ocho, que era considerada como una santa. Juanita Vargas. Su familia dicen que venía del norte, y dicen que curaba.

 

Estaba en las afueras de lo que hoy se conoce como México Distrito Federal, y como Puebla estaba cerca fuimos con mi familia. Atamos un par de caballos al carro y fuimos. Fuimos papá, mamá, un hermano y yo. Los otros se quedaron trabajando en la granja y cuidándola.

 

Había una fila como de doscientas personas. Dicen que la niña trabajaba de las ocho de la mañana hasta las ocho de la noche. Me preguntaron si quería pasar. Solamente uno podía dejar unas monedas, porque la chica no cobraba. Y por casualidad o por causalidad me tocó ser la última. La niña le dijo a su familia que no quería atender a más nadie, que me atendía a mí. Me miró a los ojos -unos ojos negrísimos tenía la niña-, los míos eran marrones y los de ella eran negrísimos.

 

-Ven, pasa. ¿Qué problema tienes?

Le digo:

-Ninguno, mi amor. Soy feliz, yo solamente quiero conocer al Padrecito, a Dios. Dicen que tú curas.

-Bueno, qué suerte que no precises nada de mí.

-¿Por qué, tesoro?

-Porque así puedo hablar, salvo que estés apurada...

-No, para nada. -Y escuché a la niña santa.

 

Y a diferencia del ser encarnado, el espíritu tiene una memoria exacta, y repito, gracias a este decodificador, palabra por palabra de lo que decía la niña santa.

 

-Empecé con esto hace menos de un año curando a una señora que tenía un malestar en el pecho, y dice que se sanó. Y mi familia vio en mí la fuente de dinero, porque si bien mi familia no cobra con lo que yo hago, dejan las arcas llenas de monedas o de billetes.

No sé si curo. Yo sólo les paso la mano y hago una pequeña oración. Estoy menos de dos minutos por persona y le agradezco al que tú llamas Padrecito que tú hayas sido la última. Así podemos estar más tiempo.

Siento una enorme opresión, no tengo deseos de vivir, no tengo deseos de respirar, no tengo deseos de comer, sólo quiero dormir, sólo quiero que me dejen tranquila. Yo antes era feliz, jugaba, disfrutaba, era ignorante y lo sigo siendo. Aprendí algunas palabras de la gente grande para lo que estoy haciendo, que ellos dicen que es un trabajo, para mí es una obligación tremenda.

Me levanto apenas amanece, me lavo la cara, tomo un poco de leche con unas galletas y estoy todo el día. Paro únicamente para hacer mis necesidades e ingerir algo de alimento al mediodía. A la tarde quisiera parar un poco pero mi familia se enoja, dice que hay mucha gente para atender.

Y hace meses que estoy haciendo esto y se corre la voz en los distintos pueblos que voy. Me siento muy oprimida, me quiero escapar. No puedo más. Yo no nací para esto. Esto no es lo que tu Padrecito -como tú le llamas- quiere para mí. No creo que yo cure, no creo que sane. No creo en los milagros, creo que todo tiene un porqué.

Pero yo era feliz, tenía una pequeña muñeca cosida con algunos trapos y dos puntos negros que hacían de ojos, dos puntos que hacían de pequeños agujeros en la nariz y un trazo de boca. Con un poco de la cola de una de las potrancas le había hecho el pelo a la muñeca.

No tengo tiempo de jugar, duermo y no puedo dormir, tengo pesadillas, sueño con monstruos que me vienen a devorar. No creo en los demonios, los monstruos son la gente que me rodea.

Necesito irme. No tengo el coraje para escaparme.

Quisiera de verdad -aquí vosotros, de donde tú vienes, tenéis volcanes-, me quisiera tirar adentro y quemarme viva. Verdaderamente no puedo más.

 

Y le respondí

-Diles que se te ha ido el poder, diles que era provisorio. A la mañana temprano les dices que no tienes más poder.

-No me van a creer. Incluso están enojados que corte ahora porque hay cientos de personas afuera.

-Yo lo arreglaré esto, yo lo arreglaré. Pero tú escucha lo que yo digo y hazme caso.

 

Salí de la pequeña carpa improvisada y todavía había gente, y en voz muy alta grité: -¡Es tremendo como me duele el estómago después de que la niña me tocó, parece que ha perdido sus poderes, porque fui para que me cure un pequeño dolor al costado y ahora el dolor se me multiplicó! ¡Creo que Dios le ha quitado la gracia, le ha quitado la gracia, porque era algo provisorio que tenía! -Se escucharon ¡Ohhh!... ¡Ahhh!... de la gente.

 

Y salió la niña de atrás, llorando:

-¡No tengo más poder! ¡Dios me ha quitado la bendición! ¿Qué voy a hacer ahora si yo quería seguir sanando gente?

 

Y de repente tocó una anciana con las manos y la anciana se asustó: -¡No me toques, no me toques!

 

-No la toques -le dije yo-. Mira, está peor, le está doliendo la cabeza en este momento.

 

-Sí, sí, sí -decía la anciana-, porque eran endebles con la sugestión.

 

Y la gente huyó como si viniera una avalancha, y huyeron.

 

Le hice una mirada cómplice a la niña, sin llegar a ser una sonrisa. Ypensaba entre mí ¡que la familia trabaje y que la niña siga jugando con su muñequita!

 

Nunca supe más de ella. Siempre rogué que no la hayan castigado, porque les dio de comer bastante tiempo a esos parásitos que se decían padres y tíos y primos y amigos. Pero la liberé, la liberé de una esclavitud. Porque yo no estaba en contra del Servicio, yo estaba en contra del servilismo. Lo que le estaban haciendo a esta pobre niña era obligarla al servilismo. La niña no estaba preparada, todavía, ni mental ni espiritualmente para hacer eso.

 

Volvimos con mis padres y uno de mis hermanos a Puebla y en el camino miraba el volcán y me reía y pensaba en la tontería que había dicho la niña de querer sumergirse en el cráter.

 

Rogué siempre porque sea feliz, porque crezca sanamente, que el día de mañana tenga su pareja, que tenga hijos y no esclavos.

 

¿Ves, Padrecito? -Pensaba yo-, eso es lo que me has hecho hacer, un servicio por esa niña. La he sacado de su esclavitud, la volví a su normalidad.

 

Si hay algo que odio más que las religiones cretinas, es el servilismo con que someten a muchas personas. Y esto pasa hoy mismo en este siglo veintiuno, como decís vosotros en el plano físico.

 

Yo le transmito a mi 10% encarnado, femenino, que lo mejor que podemos hacer es ponernos en el lugar del otro y ver a través de nuestro corazón el corazón del otro y las necesidades del otro para poder ayudarle.

 

Creo que si bien hay una civilización distinta a esa de México, a esa de Puebla, hoy hay tanto salvajismo y tanta ignorancia como en aquel entonces. Hay más gente sometida que antes, más guerras, más indiferencia, nadie se involucra, nadie tiene compromisos. Al contrario, tratan de que la gente sea más iletrada para poder manipularla mejor, llevarla de la anilla, como al ganado que lo llevan a una exhibición. Y esos mismos seres sumergidos en la apatía no saben adonde los llevan.

 

-¡Despertad! -decía el Maestro Jesús-, sed como niños, pero como niños inocentes. ¿Quién dijo que un adulto no puede jugar, divertirse, reír o llorar?

 

Pero la mayoría de los niños carecen de la hipocresía que tiene el grande; el grande finge, el grande disimula, el grande... el grande miente. Por supuesto que hay niños que mienten porque se copian de los grandes, pero en general son auténticos, les molesta algo y lo dicen. El grande no lo dice. El grande acumula en su enorme ego. En lugar de dejar las cuentas claras acumula odio, resentimiento que solamente lo lastima a él.

 

En esa encarnación, luego del episodio de Juanita, me sentí más conforme conmigo misma. Ya no busqué tanto a Dios, porque sabía que lo tenía al alcance de mi mano, de mi vista, de mi comprensión y sabía que estaba conmigo. Y lo único que tenía que hacer era afinar mi mente, como si lo escuchara, y Dios me decía lo que tenía que hacer.

 

Es muy difícil cuando tienes un entorno ignorante hacer buena letra, porque el mismo entorno te entorpece tus acciones. Tú quieres hacer cosas y tu entorno te entorpece. Entonces es como que le tomé idea al entorno y veía mucha hipocresía entre los varones de los alrededores de Puebla. Tenía como temor a involucrarme porque sabía que la mayoría mentía. Quizá no de chicos, pero ya de adolescentes o de adultos mentían y no quería terminar con el corazón destrozado, con un amor personal más bajo, más denso que el amor impersonal a Diosito, que era el único que no me iba a fallar. Y como espíritu reconozco que estaba mal esa postura.

 

-Señorita Juárez, la invito a dar un paseo en mi hermoso carro.

-No, muchas gracias, tengo que ayudar a mi madre.

 

Siempre muy cortés, pero siempre me negaba.

Pero de todas maneras fui feliz. Tuve amigas, tuve amigos. A medida que fui creciendo mis hermanos se casaron, muchos se mudaron, uno se fue hasta Chihuahua.

 

Y tenía niños jóvenes a los que les enseñaba, porque había aprendido a leer y a escribir y les ensañaba a ellos. Era muy lindo, era muy hermoso.

Aparte había unas plantas que tenían hojas bastante duras y servían para hacer una especie de reposera.

 

No puedo quejarme de esa vida y no puedo quejarme del amor, porque amé mucho y me amaron mucho: amigos, conocidos. No siempre uno es feliz con el 'gran amor', porque a lo largo de distintas vidas conocí parejas que eran absolutamente desafortunadas, a las que no había nada que envidiarles.

Nunca envidié la pareja de nadie y fui feliz como maestra, trenzando las hojas para hacer las reposeras... Fui bastante feliz. Y a partir del episodio de Juanita encontré a Dios, porque la misma Juanita era una partícula de este Dios. Mi única curiosidad, y desencarné con esa curiosidad, era saber si Juanita fue feliz.

 

Desencarné a los cincuenta y dos años, y lo primero que hice como espíritu en lugar de pensar en mí fue tratar de localizar la parte espiritual de Juanita. Y la encontré en el sur, en la zona de Mérida, Yucatán. Era una señora de cuarenta y dos años, casada, con dos hijos, feliz. Y me sentí tan contenta, como espíritu...

 

Pude ver en su campo conceptual que nunca más habían abusado de ella, a nivel de crear una niña santa, y si bien durante algunos meses sus padres y sus tíos estuvieron algo reacios, nunca más la molestaron con eso. Leí en su mente conceptual que ella muchas veces me recordó y lo mismo preguntaba ella: ¿Qué habrá pasado con esa chica grande que me salvó de una vida de esclavitud?

Hoy ésta Juanita no está encarnada, me comunico con su parte espiritual, es un espíritu del quinto plano, un espíritu de Luz, es una maestra de música, de música suprafísica. Yme ha hecho muy feliz.

 

¿Qué engramas tuve de esa vida? Al comienzo tuve engramas de soledad, engramas de no poderme contactar con mis hermanos, porque tenían otra manera de ser.

Luego tuve engramas de impotencia cuando vi -en esos minutos que estuve con esa niña- a la esclavitud que la habían sometido, que luego mentalmente supe que un par de veces se hizo pis encima porque ni siquiera le daban tiempo para ir al retrete. Y a pesar de que minutos después, con artimañas, liberé a esa niña de la esclavitud, me quedó como tomado un engrama ajeno, que en realidad no es así, pero me quedó tomado un engrama ajeno.

 

No fue una vida tan difícil como otras vidas. No desencarné joven. Si bien no tuve pareja tuve muchos seres encarnados que me quisieron y a los que yo también quise. Si bien con mis hermanos no dialogaba y con mis padres tampoco, tampoco eran altivos, demostraban amor.

No puedo quejarme, hay vidas que son de aprendizaje, hay vidas que son de reflexión, de REFLEXIÓN.

 

Aprendí que la religión no te lleva a ningún lado, aprendí que el verdadero camino espiritual es el Servicio y no el servilismo, como muchos nos hacen creer, porque suena parecido en castellano pero no es lo mismo.

 

Agradezco a este receptáculo el traducir casi casi con una fidelidad del ciento por ciento lo que expreso como entidad espiritual, y si bien al comienzo comencé con angustia por relatar esta vida, en este momento me siento con una felicidad muy amplia que espero, espero de corazón, transmitírsela a mi parte encarnada.

¡Quiero transmitirle felicidad a mi parte encarnada!

 

Muchas gracias.

 


Sesión del 16/2/2011

Médium: Jorge Raúl Olguín

Interlocutor: Karina

Entidad que se presentó a dialogar: Thetán de Angels

Habló sobre cómo se toma las cosas. Se cuestiona cierta actividad mental que considera perturbadora. Destacó la importancia de la amplitud de criterio. En una vida como mujer no pudo desarrollar su interés por las matemáticas, por el machismo imperante.

Sesión en MP3 (3.463 KB)

Interlocutor: Bienvenida...

 

Entidad: Muchas gracias.

 

Interlocutor: ¿Cómo estás?

 

Entidad: Muy bien, es un gusto estar conceptuando contigo a través de este receptáculo. Es una experiencia distinta que, obviamente, va a sumar, de alguna manera, una motivación más. ¿Por qué motivación?, porque soy optimista y trato de que mi 10% sea optimizadora. La diferencia estriba en que alguien que es optimista está mostrando una manera...

 

Interlocutor: Una manera de ver las cosas, ¿verdad?

 

Entidad: Y optimizadora es quien la aplica en su vida cotidiana para consigo y/o para los demás.

 

Interlocutor: Ser optimizador es una palabra que me encanta. De hecho, comparto contigo eso de ser optimizador. El optimizador trata de rescatar lo bueno aún de lo negativo. Ese es el optimizador.

 

Entidad: Pero –porque siempre hay un pero- en el plano físico no es tan sencillo el llevar a cabo esa voluntad de optimizar, porque nosotros mismos, como 10% encarnados, caemos, a veces en la trampa de la vida: necesitamos, tenemos cierta dependencia, nos acostumbramos a determinadas cosas. No hablo de ser rutinarios, no; pero sí es como que a veces somos metódicos. Hay una pequeña diferencia entre ser metódico y ser rutinario: uno puede ser metódico sin caer en rutinas innecesarias, pero a veces, es difícil convivir ya sea en relación de pareja, ya sea con entorno familiar o tratar con amistades o conocidos o en una labor.

 

Aprendí a no idealizar -porque sé por vidas anteriores que ahora no quiero tocar, no ahora; después veremos-, aprendí que idealizar frustra, frustra porque luego...

 

Interlocutor: Depositamos un montón de expectativas en determinadas cosas o personas, y como estamos idealizando, luego, en algún momento, vamos a sufrir las consecuencias de algún dolor que nos provoque y que realmente la realidad no es así.

 

Entidad: Pero a veces, ni siquiera hay un contraste. Contraste, me refiero a que tú idealizas algo al extremo y cuando te sacas la venda de los ojos ves que era todo yermo lo que habías idealizado como un jardín de frutos. No es tan así; seguramente que el jardín de frutos sigue estando pero quizás haya más... monotonía no es la palabra -hay un Excelso Maestro que dice que el lenguaje es mucho más pobre que el concepto espiritual-, y es verdad, cuesta a veces, incluso a través de este receptáculo que me recepciona bastante bien -valga la redundancia- cuesta expresar el concepto.

 

Uno, como thetán está –no sé si la palabra sería acostumbrado, porque eso lo tomaría como algo del plano físico, pero bueno, para no complicar, digamos- acostumbrado a conceptuar con otra entidad espiritual, en milésimas de segundo transmitir conceptos que tú, como ser encarnado, tardarías horas o días en volcarla en palabra o en escrito a otra persona. Entonces, es como si tú quisieras pasar –y esto también dicho por aquel Excelso Maestro- un océano por un embudo, no va a pasar más allá de lo ancho que sea el agujero del embudo. Y el embudo en ese caso, sería el lenguaje hablado.

 

Interlocutor: Entiendo, sé a lo que te refieres. ¿Cómo te sientes ahora con respecto a la última sesión?, ¿sientes algún cambio en ti?, ¿algún cambio en tu 10%?, ¿y qué crees que tendría que seguir mejorando?

 

Entidad: Esta es la primera sesión que hago y me siento bien, me siento con ganas, me siento con deseos de –en el plano físico sería- hacer cosas, y en el plano suprafísico sería idear proyectos, que luego se pueden plasmar al 10% encarnado, o bien idear proyectos desde una base espiritual, porque –y esto puede resultar risueño- hay vida más allá del 10%; entonces, muchos no entienden que cuando el 10% desencarna, no es que estamos vagando aletargados hasta una nueva encarnación decidida al segundo o dentro de un siglo, no estamos vagando aletargados: conceptuamos, intercambiamos ideas, planificamos a quien ayudar... Yo estoy en el plano 4.4, que es un Plano Maestro, entonces, es como que desde mi nivel suprafísico, independientemente de lo que planifique mi 10%, yo, a su vez, colaboro con otros thetanes de mi vibración orientando a otros seres, y eso me hace muy feliz. En el plano físico no es exactamente lo mismo, porque como dije antes, en el plano físico dependemos: tenemos necesidades, tenemos afectos... lo cual no está mal, dicho por Maestros del plano 5º. Hay apegos y apegos. Obviamente que hay apegos innecesarios, aferrarse a cosas inútiles que no tienen ningún sentido...

 

Interlocutor: ¿Hay algo que en este momento que te moleste?, ¿quizás algún rol del ego o alguna vivencia en alguna vida pasada?, ¿cómo te sientes con respecto a esto?

 

Entidad: ¿Qué me molesta? No, yo obviaría la palabra molestia, no sé si incomoda también sonaría fuerte... yo diría perturba -todo esto es lenguaje del plano físico, no precisaría esa aclaración a nivel suprafísico-. ¿Qué me perturba? No soy ciclotímica pero hay momentos en que quiero abarcar más y hay momentos en que las cosas me pueden sobrepasar: no digo me sobrepasan, pienso que me pueden sobrepasar y entonces es como que me recojo, es como que hago un recogimiento dentro de mí misma.

 

Interlocutor: Quizá sea por tu deseo de plasmar, de hacer, de abarcar, de hacer obras. Quizás sea que tengas demasiadas ganas y bueno, quizá por eso sientas que por momentos abarcas más de lo que puedes.

 

Entidad: Claro, pero por momentos, pensemos que en el plano físico nos cansamos, en el plano físico, a veces, queremos distendernos, y si bien una puede ser metódica en algunas cosas, en otras no; y busca abrir los brazos, respirar profundamente, mirar hacia ese sol que nos ilumina y gozar de una dicha impalpable, una dicha no de recuerdos, una dicha por la dicha en sí. Si no se entiende, lo profundizo: tú puedes tener una dicha por un recuerdo de algo lindo que te ha sucedido o de un proyecto que se va a plasmar pronto o por algo que estás haciendo ahora y que te gusta. Dicha impalpable, yo le llamo a gozar el verde de las plantas...

 

Interlocutor: Gozar los pequeños momentos.

 

Entidad: ...sin un porqué. O en el plano físico diríamos: "Porque sí". Pero hay momentos en que mi mente física está tan ocupada en cosas no diría triviales, creo que nada es trivial, por lo menos, lo que yo hago, pero cosas que como thetán –porque me pongo como 10% y como 90%- veo que quizá no es tan importante, y me pregunto yo, ¿por qué mi 10% deja –provisoriamente, ¿eh?- de lado esa dicha de "del porque sí", para hundir su mente en eso que casi sería rutinario, que puede ser una labor, que puede ser lo diario...

 

Interlocutor: ¿Es posible que tu 10% quizá piense que con esas acciones cotidianas o rutinarias, quizá pueda aspirar -a lo mejor- a un proyecto mayor y entonces se olvide de disfrutar del mientras tanto?, ¿es posible?

 

Entidad: No, no, no es tan así, porque mi 10% tiene un sentido de la ubicación, tiene un sentido de la ubicación, y aparte –y me copio de una frase vuestra- "no todo fue siempre de color de rosa". Hubo momentos de infelicidad o momentos donde la dicha no se percibía ni con binoculares... Hubo momentos. Pero se trata justamente de intentar que esos momentos perturbadores –que perturbaron ese pasado- no perturben ese presente y no perturben el futuro a venir, porque ahí sí sería responsabilidad de mi 10% el que permita que le invada esa perturbación del pasado, y no necesariamente tiene que ser algo importante, pueden ser pequeñas cosas, detalles...

 

Interlocutor: Es decir, no permitir que el pasado engorre el presente o no nos permita ser felices en el presente, ¿verdad?

 

Entidad: Claro, de todas maneras, yo, como thetán, por felicidad, entiendo disfrutar el momento y que el disfrutar el momento no impida olvidarme de lo que voy a hacer mañana, -porque se puede entender mal- que puedo vivir el ahora y estar con mi mente también el mañana.

 

Interlocutor: ¿Qué consejo le darías a tu 10% hoy?

 

Entidad: Que cada día es único, cada momento es único, que a veces aún los momentos de incomodidad, de dolor, de insatisfacción, también son únicos y uno puede obtener de ellos aprendizaje o no. Por otro lado –y quizá sea un atrevimiento de mi parte- no todo aprendizaje es útil, y quizás, el aprendizaje que es útil para un 10% no es útil para otro 10%, porque no somos todos iguales. Ni siquiera gente que es cercana en el plano físico a nivel pareja, a nivel familia, pueden gustarle las mismas cosas. Y ese Excelso Maestro a quien ya mencioné anteriormente sin dar su nombre, dijo que lo importante no es vibrar en sintonía -como tanto se afirma- sino tener amplitud de criterio y aceptar cosas que en otro momento nos cerraríamos a ellas.

Obviamente, aceptar cosas con amplitud de criterio no es ser permisivo; acepto lo que verdaderamente evalúo, sopeso lo que verdaderamente veo que puede serme útil a mí. Si determinada música no me agrada del todo pero veo que a alguien que está cerca mío le agrada, trataré de captarla. O determinada comida que no me atraía, trataré de saborearla. Doy ese ejemplo como puedo dar cien ejemplos mas, eso es amplitud de criterio. Una lectura, una idea, un concepto, una manera de ser, una aceptación apenas a los cuales antes estaba cerrada, ¿se entiende?

 

Interlocutor: Sí, se entiende.

 

Entidad: Esos son cambios que a mí me parecen evolutivos.

 

Interlocutor: ¿Cuál sería tu asignatura pendiente en esta vida?

 

Entidad: Voy a hacer una broma. Tú tienes experiencia en el sentido de que a veces puedes firmar contratos, ¿no es cierto?

 

Interlocutor: Sí...

 

Entidad: Entonces, cuando tienes asignaturas pendientes –voy a hacer un chiste-, ¡tengo que ver también la letra chica!, porque si veo la letra chica, hay infinidad de asignaturas pendientes, que capaz que son menores.

 

Interlocutor: Me imagino que habrás tenido otras vidas anteriores, no sé aún cuantas has tenido, cuando quieras me lo podrás comentar...

 

Entidad: Mucho más de cien, mucho más de cien.

 

Interlocutor: Pero quizás haya algo que te gustaría hacer en esta vida o que lo tienes planificado, como thetán, y que no lo has hecho hasta el momento, a eso me refiero.

 

Entidad: Tuve una frustración que fue en una vida pasada. No la voy a relatar en profundidad. Me llamaba María José, nací en Valencia. María José López Carrillo. Me decían Jose. Prácticamente el acento prosódico en la 'o' para diferenciarme del José, nombre de varón.

Y en esa época, hablo de un par de siglos atrás, el rol de la mujer era nulo en función de sociedad, y a mí me gustaba mucho la matemática, o sea, tenía nueve años y sabía leer y escribir perfectamente -una tía, Isabel Rondón, tenía libros de su padre, y que a su vez los tenía de su abuelo-, y a mí me gustaba mucho hacer cuentas.

Yo, a mis padres los amaba, pero me frustraron tremendamente haciéndome que me mire en un arroyo.

-Mira, ¿qué ves?

-Un rostro.

-¿De qué?

-De niña.

-Eso, eres una niña, no eres un varón. Olvídate. Dedícate a cosechar, a juntar los granos. Deja de pensar en cuentas.

Y yo veía matemáticos en Italia, gente que dibujaba croquis. Me gustaba también ver las estrellas... Yo no tomaba las estrellas como pequeños puntitos, yo digo: -Son bolas de fuego.

Obviamente que era ignorante en cuanto a qué tamaño tenían esas bolas de fuego, y cuando veo una estrella fugaz, la diferenciaba de las estrellas. Decía: -No, no, no, son pequeños pedacitos de roca que no tienen nada que ver con aquellas estrellas. Pensaba, y es como que no se me permitía pensar. Quizá me quedó un engrama débil -no digo un engrama fuerte- de esa vida en Valencia donde pensar, en una mujer, estaba mal.

 

Interlocutor: Imagino que tu 10% actual se ha de sentir mucho más libre, en este sentido, porque las épocas han cambiado, ¿verdad?

 

Entidad: Totalmente, y te aseguro que piensa, piensa y mucho. Pero para que entiendas –seguramente lo entiendes-, un engrama de una vida pasada es como si a ti, de pequeña, te censuran y te censuran y te censuran sobre algo y por más que luego, cuando crezcas, seas una mujer superada –como decís vosotros ahora- te va a quedar como grabada a fuego en tu corazón –en tu corazón figurativamente hablando- esa censura. Y en esta misma vida. En una vida pasada es como que es más sutil porque tú, al estar encarnada no tienes la memoria de esa vida, sin embargo sientes como que hay una censura interna y -utilizo una jerga cotidiana- te rompes la cabeza pensando "¿qué es lo que no me permite llegar a?". Y nada, nada; porque no hay un obstáculo, es un obstáculo que tú lo tienes grabado a nivel ADN…

 

Interlocutor: Entiendo, pero lo importante es que mientras tú tengas en claro que esa sensación es una sensación del 10% que tenías en esa vida, en esa encarnación, o sea, ese rol…

 

Entidad: El rol de Jose.

 

Interlocutor: Exacto. Mientras tú tengas en claro eso, tu sabes la piedra fundamental como para que tú lo puedas superar. Me da la sensación de que eres un espíritu muy fuerte y confío en tu fortaleza para poder superar esto. Ya es un gran paso que lo puedas reconocer y asumir ese inconveniente, esa molestia que tienes y cual es el origen.

 

Entidad: Venga, te cuento. Hay muchas más vidas que no tocaré ahora, pero es como que siempre me ha perturbado –aprendí la palabra- la censura, porque creo que la censura es la antítesis de lo que es la amplitud de criterio. Y amplitud de criterio no significa libertad ilimitada, porque vosotros mismos, en el plano físico tenéis un refrán: "Mi libertad termina donde empieza tu libertad". Eso significa que no voy a invadirte. Entonces, amplitud de criterio significa aceptar lo que para mi es agradable, no significa que voy a aceptar todo, y no significa que porque a la otra persona le guste determinado tema me va a gustar determinado tema; aceptaré lo que primero evaluaré y aprobaré en mi interior. Estrechez de criterio significaría directamente no tener en cuenta nada, cerrarme como una ostra.

 

Interlocutor: Bueno, es que todos podemos opinar de manera distinta pero nuestra amplitud de criterio es la que nos permite aceptar al otro aunque piense distinto a nosotros. Obviamente que no estoy hablando de aceptar situaciones aberrantes, estoy hablando de aceptar…

 

Entidad: Ni actos hostiles.

 

Interlocutor: Exacto. Estoy hablando de aceptar una opinión distinta sobre las cosas, porque todos somos diferentes y podemos ver las cosas con nuestros ojos de manera distinta.

 

Entidad: Es una maravilla como me siento. Ha sido un placer hablar contigo y bueno, si entiendes lo que es un abrazo conceptual…

 

Interlocutor: Sí, obviamente…

 

Entidad: …te lo doy y intenciono a que tu thetán me lo de a mí y que se deje percibir y que él me dé un abrazo conceptual.

 

Interlocutor: Un abrazo conceptual para ti y toda la Luz. Y estamos en contacto. Hasta todo momento.

 

Entidad: Hasta pronto. Gracias.

 


Sesión del 18/8/2011

Médium: Jorge Raúl Olguín

Interlocutor: Karina

Entidad que se presentó a dialogar: Thetán de Angels

Relató una vida en Aldebarán IV donde era medio Lomante. Acabó marchando de su pueblo por no estar de acuerdo con el modo de vida. Encontró un ser afín de otra raza con quien pudo compartir vivencias en armonía.

Sesión en MP3 (4.392 KB)

Jorge Olguín: Estoy reunido con Karina, quien va a hacer de interlocutora en la sesión con el thetán de Angels para que pueda expresar algunas vivencias o bien sacar a relucir algún tema que en este momento le esté pesando conceptualmente. Comenzamos.

 

Interlocutor: Bienvenida…

 

Entidad: Muchas gracias.

 

Interlocutor: ¿Cómo te encuentras?

 

Entidad: Me encuentro bien y quiero comentar algo antes de relatar una historia.

Hay distintos mundos lejanos, a muchísimos años luz unos de otros, incluso lejanos en el tiempo, donde suceden historias. Historias que, a veces, fueron plasmadas por escritores, por dibujantes o por filósofos de la antigüedad aquí, en Sol III. Fíjate que en Umbro, el cuarto planeta de Aldebarán, existían unos animales voladores llamados dracons, que fueron representados en la mitología terrestre.

Me relacioné, en una vida que tuve en Umbro, con una raza de mujeres, llamémosle así, que fueron representadas en la mitología terrestre, también. Evidentemente, mucha de la mitología terrestre está basada en experiencias de distintos mundos.

Tú me preguntarás: -¿Cómo?

Evidentemente, por medio de los thetanes que le transmiten ciertas memorias a escritores, filósofos, etc., y que luego plasman al papel, a la pintura o directamente a la palabra esa supuesta mitología que en otros planetas fue realidad.

 

Interlocutor: ¿Es posible, también, que algunos de esos escritores tengan algunos recuerdos o déjà vu acerca de esas vidas o de sus propias vidas pasadas?

 

Entidad: Seguramente que sí, incluso hay obras muy conocidas de aventuras supuestamente fantásticas que reproducen -obviamente, con muchas variantes- lo que ha ocurrido en otros mundos. Con muchas variantes, obviamente, porque el ser encarnado no tiene memoria completa sino que tiene flashes.

En Umbro me llamaba Landeres, era femenina y era despreciada por mi raza…

 

Interlocutor: ¿Cuál era tu raza?

 

Entidad: Pertenecía a una raza de seres más grandes, los lomantes, y bueno, me da emoción recordar -emoción dolorosa-, porque siempre me sentí como segregada de lo que era el tener una familia. Mi padre había recorrido distintos lugares y no me da vergüenza decirlo, porque entiendo que no nos tenemos que hacer cargo de los errores de nuestros ascendentes, sino por los nuestros.

 

Interlocutor: Tú me dices que ellos te dejaban de lado, ¿tú te sentías igual que ellos o te sentías distinta?

 

Entidad: Mi padre formaba una banda de saqueadores, iban a pueblos cercanos y a veces raptaban o violaban a humanas, que tenían una contextura más pequeña. Y no era porque les gustaba, porque así como a los humanos -pequeños, les decíamos nosotros- nos miraban a nosotros con desagrado porque éramos más altos y para ellos -quizá- deformes, a nosotros nos parecía lo mismo. Mira cómo será el espíritu encarnado de discriminador, que vosotros mismos, en Sol III, tenéis una sola raza -la raza homo sapiens- y a veces, por la distinta coloración de piel, ya es como que os discrimináis -imagínate cuando hay una raza completamente distinta- hasta tal punto que vosotros al distinto color de piel le llamáis raza, cuando no es raza sino que la raza es humana, es homo sapiens y los demás son directamente familias, en cuanto a colores de piel.

La nuestra, directamente era una raza, pero aún con la diferencia de cuerpo -evidentemente teníamos un ADN similar al punto de que podíamos engendrar familia- mi padre embarazó a una joven -llamémosle- humana y la raptó y tuvieron una hija que era yo.

Mamá falleció cuando dio a luz y yo me crié con padre, pero padre vivía de un lado para otro con una horda saqueando, algo que yo, desde pequeña rechazaba.

 

Interlocutor: ¿Es posible que la raza de ese padre, de esa vida, tuviera una forma más reactiva de conducta y tú fueras más conceptual o más espiritual?

 

Entidad: Era más conceptual y me gustaba entender el misterio de las distintas razas. Si bien yo no salía con mi padre, mi padre tenía un hermano que era comerciante -dentro de lo que era la raza de los lomantes- y a veces me llevaba a los distintos poblados que eran poblados dentro de los límites de nuestra tierra y eran poblados mixtos y estaban acostumbrados a vernos. Y he conocido otras razas, pero no nos miraban con agrado.

Cuando en uno de los saqueos padre muere, yo me quedo con el tío. Pero el tío, una cosa es que me lleve de paseo o que lo acompañe a hacer compras, y otra cosa es hacerse cargo de mí, y se hizo cargo -como diríais vosotros- a regañadientes y me obligaba desde pequeña a trabajar con él como para cubrir mis gastos de comida.

Pero yo me sentía como que no pertenecía a ese lugar, aparte, era más baja de estatura que ellos, justamente por la mezcla con la humana, con la que fue mi madre.

Y cuando cumplí dieciséis de vuestros años -porque la rotación de mi planeta era distinta a la de Sol III- me marché. Me marché por los caminos tratando de estar en las poblaciones el menor tiempo posible como para surtirme de comestibles. Me alimentaba de frutos, trataba de no cazar mamíferos porque sentía que era como una crueldad. A veces iba cerca de un arroyo y trataba de pescar.

Y fui llegando a distintos poblados no teniendo lugar de pertenencia, sintiéndome no querida, sintiéndome no aceptada. Tenía como un engrama de no entender porqué había elegido esa vida, porqué aquel que está más allá de las estrellas me había hecho nacer en ese mundo. Y si bien nadie me había enseñado, yo entendía que dentro de mí tenía algo que me animaba. Yo no sabía lo que era un alma, no sabía lo que era un espíritu, no sabía lo que era nada porque éramos una raza que vivíamos en una edad antigua, prácticamente entonces, más la ignorancia, más lo salvaje que era ese mundo. Era innato en mí el conocimiento de saber que algo me animaba, que mi pensamiento era mío, pero era por algo que yo llevaba dentro, como una especie de luz que llevaba, que me animaba. Tenía una idea aproximada de lo era el espíritu sin saber de qué se trataba, como que una partícula de aquel que está más allá de las estrellas estaba dentro mío.

 

Interlocutor: Y dime, ¿cuando saliste de ese mundo donde te criaste, tu pueblo, saliste en la búsqueda de algo?, imagino que un lugar de pertenencia, y me gustaría saber si en algún momento lo encontraste.

 

Entidad: No. Me fui para el lado del océano saliendo de la parte desértica, porque nosotros estábamos en unas montañas detrás de la parte desértica, todavía. En la geografía del continente principal de Umbro, más para arriba casi llegando a la zona norte o bien en la zona oriental, están justamente los llamados orientales, muy similares a los antiguos samuráis terrestres, y más abajo hay un territorio inexplorado en la zona ecuatorial oriental, y más abajo estábamos los lomantes. Mucho mucho más abajo donde el continente se estrechaba, estaba una zona inexplorada que luego me enteré, más adelante, que existían las amazonas, y cerca del mar los apartados. Yo me fui para el otro lado, para el norte, y había una región donde habitaban los obscuros, y eran lo más parecidos en los rituales a lo que hoy serían los rituales religiosos de Sol III. Y ellos no aceptaban a nadie, pero había una comunidad de obscuros que estaba lejos de la comunidad principal que me permitieron compartir unos días con ellos y estuve varios amaneceres. Decían que con esos rituales podían conseguir cosas, creían en lo que vosotros llamáis magia y ellos decían que esa magia daba resultado y que nadie era más poderoso que ellos excepto unas mujeres sin edad -porque no se sabía cómo se multiplicaban porque no tenían un masculino que las engendrara- que se llamaban las nornas. Las nornas eran como unas tejedoras del destino. Ellas tejían pero decían que con esas redes que tejían podían saber tu destino, como que adivinaban, y mi razonamiento me decía que eso no podía ser, porque sólo aquel que está más allá de las estrellas podía saber tu futuro. Entonces, los obscuros -que eran temidos- respetaban a las nornas, que estaban un poco más abajo pero en una región similar.

Les pregunté si me podía quedar con ellos y me dijeron que no, porque a veces venía la comunidad principal de obscuros y los hubieran segregado si hubieran sabido que aceptaban a alguien.

No me instruyeron de conocimientos de magia pero sí me enseñaron algunos rituales, me enseñaron a preparar hierbas, hierbas sanadoras del cuerpo. Y me marché.

Me marché con algún comestible en mis alforjas. Iba siempre a pié porque me parecía que era demasiado grande para montar un hoyuman y un gromodan -muy similar a vuestros camellos- era únicamente para la zona desértica, no se adaptaba a otra zona. Iba a pié.

Y llegué a una región inexplorada que tenía montañas, cavernas y hubo una fuerte tormenta con una lluvia tan intensa tan intensa que si bien yo no le tenía temor a la lluvia me refugié para no enfermarme. Adentro vi una luz y había mujeres que parecían humanas, pero de rostro avejentado, de tez muy muy blanca, cabello canoso, una voz chirriante.

Me preguntaron: -¿Quién eres?

Les dije que venía de una zona lejana, que no tenía historia porque no tenía experiencia de ningún tipo, me gustaba conocer las distintas razas, me gustaba encontrar alguien que me comprendiera y que yo pudiera comprender, me encontraba sola.

Me dieron de comer algo caliente y se pusieron tres de ellas a tejer y me dijeron que vieron mi futuro y que mi futuro era de muy pocos amaneceres, que no iba a vivir mucho. Me intranquilicé pero les creí, porque esas eran las respetadas nornas, las que decían que sabían lo que iba a pasar, el porvenir.

Me dormí -como diríais vosotros con un ojo abierto y con mis oídos a la escucha- y hablaban entre ellas a muchas líneas de distancia, pero yo escuchaba.

-Va a ser un buen sacrificio para el Obscuro, le daremos algo de beber y cuando esté dormida la sacrificaremos.

-¿Quién lo hará? -Hablaban entre ellas.

En ese momento me desperté y había como diez nornas cortándome la salida y tenían puñales. Yo no le tenía miedo a los puñales porque en mi alforja tenía un garrote.

Dos de ellas me dijeron: -En la punta, estos puñales tienen un veneno, así que quédate donde estás o morirás ya.

En ese momento escuché una voz no chillona sino una voz distinta. Era una humana de cabello castaño más alta que las nornas comunes y distinta de tez. Si bien tenía la tez muy muy blanca, no parecía una norna; el cabello largo casi hasta la cintura, castaño, ojos grises.

Y dijo: -¡Basta!

Las nornas la miraron y dijeron: -Émeris, ¿qué haces aquí?

-¿Qué estáis haciendo vosotras?

-Aquí tenemos un sacrificio para el señor Obscuro.

-Mil veces os he dicho que los sacrificios son estériles y que el señor Obscuro es un mito vuestro, no existe ningún señor Obscuro. Hacéis esto para alimentar vuestra maldad.

-No es cierto, hemos hecho otros sacrificios y hemos tenido resultados. Nos han dado más ofrendas de los poblados cercanos.

Y entonces me enteré de que vivían de las ofrendas, que a veces es mentira que leían el porvenir sino que asustaban a la gente y que les prometían cambiarle el destino a cambio de ofrendas.

Pero miraba a esa tal Émeris. ¿Quién era Émeris?

Las nornas se acercaron a Émeris y vi como que los ojos grises de Émeris brillaban y las nornas cayeron de rodillas, todas.

Una de ellas gimoteaba: -Te hemos criado, ¿eres de las nuestras y así nos pagas?

-Yo no soy del todo norna y no me gusta lo que hacéis. Convivo con vosotras porque no tengo donde ir pero no me gustan los sacrificios porque los sacrificios son estériles.

-Aparta de nosotras ese dolor de cabeza.

-Dejad los puñales y dejad a esta mujer.

Las nornas se marcharon y le pregunté quién era.

-Mi madre era una norna. A mi padre no lo conocí.

-¿Pero cómo las has dominado?

Y Émeris me dijo: -Con mi mente. Tengo como cierto poder mental. Seguramente habrá venido de mi padre.

Le conté a Émeris mi vida, la muerte de mamá cuando nací, la muerte de mi padre -que era un saqueador- cuando era niña, el desamor de mi tío, no tener un lugar de pertenencia entre los míos, entre los lomantes, ir recorriendo lugares, pueblos, donde me rechazaban, viviendo sola y acostumbrándome a la soledad, y uno no debe acostumbrarse a la soledad.

Le conté que dentro de mí sentía como algo vivo, como que aquel que está más allá de las estrellas me animaba.

Y Émeris me dijo: -Pienso de la misma manera y me han pasado cosas similares. Prácticamente me crié con la que era mi madre, que falleció cuando yo era una niña. Me crié con esta gente a la que le tengo aprecio pero que nunca me han tratado bien, pero como desde pequeña ya tenía poderes, nunca me pudieron dominar. Descubrí mis poderes cuando una de las nornas quiso que yo iniciara un sacrificio no con un humano sino con un animal y yo me negué. Me dio una bofetada que me rajó con sus uñas largas el rostro y me marcó y en ese momento me reactivé y con una mirada de furia la hice caer retorcida de dolor y me di cuenta de que mi mente tenía el poder de hacerles sentir dolor a los demás. A partir de ese momento me respetaron pero nunca intenté dominarlas, mientras yo estaba ahí nunca hacían sacrificios.

A veces iba a conocer otros lugares, porque yo, si bien tenía la característica norna de la piel muy muy clara y los ojos grises, mi cabello era distinto, podía pasar por cualquier aldeana común.

-Pero portas una espada.

-Bueno, por las dudas, pero detesto la violencia.

Se formó como una especie de afinidad entre las dos. Obviamente que, si bien Émeris era alta, yo le llevaba más de media cabeza de altura, obviamente era media lomante.

Y nos fuimos del territorio de las nornas.

Me explicó cuál era la costumbre de ellas: -No es cierto que adivinen el porvenir, son malignas, muy ritualistas.

-¡Ah!, como los obscuros de más al norte.

-Sí, pero la raza de los obscuros se toman los rituales en serio, las nornas lo hacen para engañar a la gente. Generalmente no salen de su región pero viene gente a visitarlas y con sus redes les dicen que les va a pasar tal cosa y a cambio de distintos metales dicen que le cambian el destino y que van a tener más suerte. Obviamente, después, cuando esa gente ve que no les pasó ninguna desgracia le atribuyen esa suerte a las nornas que en realidad no han hecho nada, simplemente le han inventado algo que nunca iba a ocurrir. Y a mí, eso no me gusta.

Émeris sentía como que no tenía un lugar de pertenencia.

-Y yo le dije: -Pero a mí me pasa lo mismo con los míos.

Y Émeris, muy sabiamente me dijo: No hay míos, no hay tuyos, somos seres que vivimos en un mundo y dentro nuestro portamos una partícula de aquel que está más allá de las estrellas. Pero me gustaría saber mi origen.

Y yo le dije: -Humildemente, Émeris, ¿puedo darte una opinión?, ¿tu madre era norna?

-Sí.

-Bueno, he escuchado en distintos poblados que estuve, que cerca de los turanios, un poquito más al este, hay una pequeña raza que no se mete con nadie que se llaman los mentos. Quizá tú, Émeris, hayas tenido un padre mento.

-Pero nunca supe qué pasó con él. Y si él estuvo con madre y luego la dejó no debe ser buena persona, tampoco.

-¿Qué te parece si antes de irnos volvemos y le sacas la verdad a las nornas?

-Es que ya casi estamos a medio amanecer de viaje.

-¿Qué perdemos?

Émeris dio vuelta a su hoyuman y yo caminando, volvimos.

Había una norna bastante bastante mayor, llamada Cetis.

Émeris la enfrentó: -Quiero hablar contigo.

Con esta voz chirriante, Cetis le dijo: -¿De qué?

-Quiero saber qué pasó con mi padre, quién era mi padre.

-Tu madre nunca lo dijo.

-¡Quién era mi padre!

Y vi que los ojos de Émeris se encendían. Vi que Cetis empezaba a retorcerse de dolor.

-Tu padre era un mento, se llamaba Analar. Estaban enamorados y lo sacrificamos para que nos traiga suerte.

-Sacrificaron a mi padre y han mantenido este secreto por amaneceres y amaneceres y amaneceres... ¿Y mamá aceptó?

-No, tu madre no aceptó, tu madre nos odiaba. Por eso le fuimos poniendo pequeños venenos en su líquido para que no nos molestara.

-Así que mataron a mis padres. ¿Sabéis lo que yo podría hacer con todas vosotras?

La mujer se encogió.

La tome de un brazo a Émeris, y me dijo: Quédate tranquila, jamás sería igual que ellas. Pero por lo menos me siento contenta de saber que mis padres se amaron.

Sentí admiración por Émeris.

Émeris, me tocó la cara y me dijo: -Eres una persona tan noble...

-¿Por qué dices eso si no me conoces?

-Porque leo tus ojos.

-Pero, ¿tú eres adivina?

-No, no soy adivina, no existe la adivinación. Sé leer los rostros, sé leer los ojos, sé leer tu mirada. Eres buena, eres leal.

-Pero no tengo un lugar de pertenencia...

-Yo tampoco. Quizá nuestro lugar de pertenencia sea el mundo.

Nos abrazamos y nos marchamos de la región de las nornas.

Y buscábamos un camino, el conocimiento.

Estuvimos varios de vuestros meses de región en región y cada atardecer, en una fogata, Émeris me enseñó a leer. Le pregunté dónde había aprendido ella y me dijo que las nornas, dentro de todo, eran bastante cultas. Porque que un habitante de Umbro supiera leer, era algo improbable. Que una femenina supiera leer, ya era altamente improbable.

 

Interlocutor: ¿Qué tipo de escritura utilizaban?

 

Entidad: Una escritura antigua muy parecida a los signos arábigos de vuestro mundo. Era una escritura muy muy rica, nuestro idioma era muy rico. Dentro de lo salvaje que era el mundo teníamos mucha gramática y a diferencia vuestra, de Sol III, en todas las regiones había un idioma único. Incluso, en el otro continente, habitado por unos seres similares a vuestros indígenas, con un rostro muy parecido a una raza desaparecida vuestra, los Neanderthal, también hablaban el mismo idioma. Evidentemente, hubo conexión entre los continentes y debido a ello es como que el planeta estaba unificado en cuanto al idioma.

Por primera vez en cientos y cientos de amaneceres me sentí acompañada de una persona que era tan leal como yo, frontal como yo, amable como yo, enemiga de la violencia como yo, pero si tenía que defenderse se iba a defender. Nos hemos encontrado con distintos asaltantes por el camino. Tratamos de no usar la violencia pero hubo casos en que fue necesario y salimos indemnes. Éramos como hermanas -vosotros diríais- espirituales. Nosotros decíamos hermanas de esa Luz interior de aquel que está más allá de las estrellas.

Y le decía: -Pero, Émeris, ¿todos tienen esa Luz adentro?

-Sí, pero no la saben ver. Pero tengo la esperanza, estoy casi segura -me dijo Émeris- que conoceremos a gente similar a nosotros. No de forma, no de tamaño, no de raza, que eso es lo menos importante, pero que adentro de su pecho tenga una Luz que tenga la misma llama, -como diríais vosotros hoy- que vibre en sintonía. Y marchamos con mi hermana de Luz.

Antes de retirarme, querida interlocutora, Émeris eras tú. Eras tú, Kar-El.

 

Interlocutor: Qué emocionante. No te pongas mal... Es una alegría que me digas eso. De alguna forma lo intuía. Serénate. Serénate.

 

Entidad: Me retiro.

 

Interlocutor: Estate tranquila.

 

Entidad: Hasta pronto.

 

Interlocutor: Hasta todo momento. Toda la Luz para ti.

 


Sesión del 24/4/2012

Médium: Jorge Raúl Olguín

Interlocutor: Karina

Entidad que se presentó a dialogar: Thetán de Angels

Relató que la suma de los recuerdos de las distintas vidas condicionan a la presente. Habló de la decadencia del imperio Sargón dos siglos y medio después de la Gran Guerra. Fue maestra de niños y la censura la retiró por sus ideas de libertad.

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Interlocutor: Bienvenido...

 

Entidad: Muchas gracias, querida hermana.

 

Interlocutor: ¿Cómo te encuentras?

 

Entidad: Me encuentro bien, con emociones encontradas porque, así como vosotros en el plano físico tenéis recuerdos de distintas etapas de vuestra vida, uno, como thetán, tiene recuerdos de ésta, de una vida anterior, de otra vida, de otra, y así sucesivamente. Y por más que tú repases vidas siempre hay incidentes, digamos, que puedan estar afectando tus emociones, aunque los Maestros de Luz del plano 5º digan que la emoción forma parte del ego.

Mi nombre, como thetán, es Adabel y estoy en el plano 4 subnivel 9. Justamente en la vida que voy a pasar a relatar me llamaba Adel, prácticamente un diminutivo de mi nombre conceptual, Adabel.

 

Interlocutor: ¿Podríamos decir que hubo algún hecho, recientemente, que ha reactivado tu recuerdo sobre esta vida?

 

Entidad: No necesariamente porque, querida hermana, no todos los sucesos son similares. Pero así como nuestra mente física –lo que el Maestro Johnakan llama decodificador- es tan compleja, ¿cuán compleja es nuestra mente suprafísica, con los miles de recuerdos?

 

Interlocutor: Cuéntame qué ha pasado en esa vida como...

 

Entidad: Mira, la vivencia no es de este mundo. Era un mundo de la periferia. Así como cuando tú, de repente, visualizas un imperio que brilla y que hay cientos de planetas dependientes de ese imperio. Se podría decir que todos los mundos eran afortunados porque recibían todo tipo de mercancías, intercambios... La generosidad era para todos y todos los planetas eran prósperos.

Había finalizado una enorme guerra de los planetas de la periferia contra un gobierno central organizado por un ser que se había equivocado llamado Airan, y el joven Ascardín y su padre –Obradín- acabaron con la rebelión, una rebelión mal entendida porque todos los planetas eran prósperos, no estaban sometidos a un poder.

Pero pasaron dos siglos y medio -de vuestro mundo- y es como que todo cambió: el gobierno central se ensombreció y acaparó todo el poder real, dejando a los planetas de la periferia en extrema pobreza e incluso, en retroceso. Había tecnología pero, a su vez, había pobreza, una pobreza extraña porque de repente tú tenías un aparato holográfico y capaz en tu mesa tenías un plato de guisado recalentado para comer o de repente tenías un campo de energía en tu puerta y tu casa estaba ruinosa. O sea, estaba mezclada la súper tecnología con la extrema pobreza.

 

Interlocutor: ¿Es posible que sea porque este cambio fue demasiado brusco?

 

Entidad: Cuando yo nací -en la época que relato ya tenía cerca de 50 años-, ya encarné en la extrema pobreza pero, al igual que muchos otros, me gustaba leer la historia en los hológrafos, todo lo que había pasado, el esplendor de la época de Sargón y la posterior decadencia. Salvando las distancias, me hace acordar a vuestra antigua Roma, a vuestro imperio romano que luego cayó en desgracia por apetitos de poder. Y yo estaba bien, en el sentido de que era el equivalente a lo que en vuestro mundo llamáis maestra. Era maestra de niños, les enseñaba a leer y escribir, les enseñaba a manejar un hológrafo, les enseñaba historia, les enseñaba astronomía...

 

Interlocutor: Y, dime, ¿la educación que tú brindabas era similar a la que tenemos en este momento en nuestro planeta?

 

Entidad: De alguna manera, sí, pero era distinta en el sentido de que...

 

Interlocutor: La tecnología era otra, obviamente, y había otras cosas que enseñar.

 

Entidad: No solamente la tecnología, querida hermana, sino también... En Sol III tenéis la historia de vuestro mundo en las distintas regiones. En el planeta en que vivíamos existía la historia de decenas de mundos, desde la rebelión de Ferro hasta la historia de Sargón, el ataque del imperio reptiliano muchísimo antes de la guerra de la rebelión. Había como una especie de dictadura desde el gobierno central y me llegaron a prohibir que a los niños les enseñara lo que era la libertad. La libertad es lo más hermoso, es lo más grande, porque a nadie le gusta que le dirijan su economía, sus deseos de viajar, sus deseos de opinar... Y cada vez era peor porque había infiltrados, gente del gobierno central que donde sospechaba mínimamente que tú opinabas en contra de algo te llevaban, te secuestraban y 'desaparecías'.

A mí no me pasó eso pero, como mi avidez era enseñar la verdadera historia, los directivos de la escuela me pasaron al retiro, se podría decir, con un equivalente a lo que sería vuestra jubilación. Y me sentía frustrada, impotente, con ganas de hacer cosas, con ganas de crecer, ganas de seguir enseñando. Amaba a los niños...

 

Interlocutor: ¿De comunicar?

 

Entidad: Había tenido de joven una pareja que fue secuestrado por las fuerzas porque él se quejaba de la falta de libertad. Pasaron veinte de vuestros años y siempre me recordaba de esa relación. No tuvimos hijos.

De alguna manera no me quejaba porque tenía el hológrafo y podía seguir leyendo historia, no es que me controlaban todo.

 

Interlocutor: ¿De qué manera canalizabas esa avidez por transmitir lo que tú pensabas? Si es que lo hacías en alguna forma.

 

Entidad: Teníamos contactos de correos holográficos con personas que pensábamos de manera similar pero teníamos el cuidado. Éramos cautos en qué transmitíamos porque podían infiltrarse también en los contactos holográficos gente del gobierno central y entonces iban a tu casa y te llevaban y tú desaparecías.

Un día me encuentro una criatura pequeñita, de cuatro años, maltrecha, con cicatrices. Lo levanto de la calle y le pregunté su nombre. Me dijo que a él le decían Darien y que no se acordaba de dónde venía, que siempre estuvo en la calle pidiendo monedas a las personas para poder comer.

Lo llevé a casa, lo aseé, le compré ropa, le corté el cabello y, digamos, lo hice un niño de bien. Fui al servicio central donde estaban anotados todos los seres del planeta y ni siquiera lo tenían registrado al niño. No me pusieron ningún problema en que lo 'adoptara', cosa que era muy similar a la adopción de Sol III.

Y lo tuve conmigo. Y allí es donde descargué mis ansias de enseñar, enseñándole todo lo que podía. Cumplió cinco, seis, siete, ocho, nueve, diez, once, doce años y yo seguía enseñándole historia. Le creé ansias de libertad, le enseñé que el poder nunca va a triunfar por sobre el amor, por sobre la verdadera democracia, donde tú puedes...

 

Interlocutor: El poder es transitorio...

 

Entidad: Pero se ve que allí no porque yo ya tenía la mitad de la edad de lo que podía vivir un habitante en esa época y nunca había conocido la libertad verdadera, esa libertad que había siglos atrás.

Había un príncipe -ya no era un primer ministro, ya era el estado de realeza- que digamos como que se había creado un estado perverso en Sargón después de casi dos siglos y medio. Y Darien crecía con los ideales míos.

 

Interlocutor: ¿Era cauto?

 

Entidad: Era cauto y era muy inteligente y aprendía muy fácil. Y lo que yo le comentaba es que si él tenía amigos -porque podía tener amigos- no contara lo que hablábamos nosotros en privado, y él no lo contaba. Era cauto en ese sentido.

 

Interlocutor: ¿Supiste en algún momento sus orígenes?

 

Entidad: Averigüé pero ni siquiera en ningún registro del planeta sabían...

 

Interlocutor: ¿El niño nunca pudo recordar?

 

Entidad: El niño recordaba una nave. De muy pequeño es como que lo dejaron tirado e interpreté como que venía de otro planeta, de otro sistema.

Era tanto mi amor por el niño que perdí mi cautela. El niño estaba en la casa de unos amigos y golpean mi puerta, toco el botón para eliminar el campo energético y abro. Había dos hombres uniformados y, sin darme explicación, me llevan. Me llevan a una nave. Les pregunto educadamente qué deseaban y no hablaban. Pensé lo peor. Pensé que algo habían visto en mi hológrafo, algún correo holográfico que haya mandado y que no haya cuidado las palabras.

Me llevaron a otro mundo. Un hombre calvo, extremadamente delgado, me preguntó si yo apoyaba la sedición de los mundos de la periferia. Le digo: -Fui reciente profesora y ahora tengo un niño al que le enseño el amor. No hablo ni bien ni mal de nadie. Trato de no provocar ningún incidente. No tengo deudas, cobro mi dinero. Vivo precariamente pero no me quejo.

Luego vino otro señor bastante mayor, de barba blanca, espesa, que me hacía preguntas extrañas y yo respondía sin perder mi serenidad...

 

Interlocutor: ¿Qué tipo de preguntas?

 

Entidad: Qué ideas tenía, si apoyaba al principado de Sargón... Y no es que valorara mi vida; valoraba la compañía de Darien.

Yo contestaba todo lo que ellos querían escuchar: - "Nunca estuvimos mejor. Ahora verdaderamente se puede vivir. Con vuestro príncipe existen las reglas, que es lo que todos necesitamos para vivir".

Muchos no creían mis palabras porque verdaderamente no era lo que yo sentía y, finalmente, después de poco más de uno de vuestros meses, me dejaron en libertad y me llevaron de vuelta a mi mundo, a mi región, a mi país, a lo que era mi casa.

Mi casa estaba desolada. Pregunté a mis vecinos si sabían de Darien y nadie supo nada. Un jovencito muy amigo de él, Rogel, que a veces venía incluso a casa a jugar con el hológrafo -que también tenía juegos- negaba: -No me acuerdo de Darien.

Y yo, sin perder la paciencia, decía: -Si hace poco jugabas con él.

-No, señora, no me acuerdo.

Y la mamá decía: -Adel, ya le dijo mi hijo que no se acuerda-. Y me cerraba la puerta en la cara.

Es como que Darien había desaparecido. En el tiempo que yo estuve con esa gente tan perversa quizá se asustó de estar solo y se escapó y se fue otra vez por las calles.

Me sentí muy mal. Es como que...

 

Interlocutor: Impotente, obviamente.

 

Entidad: No, como que estaba huérfana de hijo, como que estaba huérfana de hijo. Yo lo extrañaba a Darien y no lo vi nunca más. Me quedé con ese engrama de ese amor de niño que nunca más pude ver. Yo sé que no hay que odiar. Aparte, estando yo en un plano 4 sub nivel 9 no odio pero mi rol como Adel sí odiaba. Odiaba el poder, el no poder opinar, el no poder decir, el no poder subsistir, el tener que cuidarte de lo que dices porque te controlan, el tener que cuidarte de lo que escribes.

La libertad es lo más preciado que tenemos -junto con el amor- y yo había perdido un gran amor de pareja y ahora ese niño que tenía tanto para darle, tanto para darme...

 

Interlocutor: Quédate tranquila. Serénate un poco y piensa que somos roles, que era un rol.

 

Entidad: Sí, lo sé. Estoy en un plano Maestro, a un sub plano de alcanzar la Luz...

 

Interlocutor: Yo sé que a ti te duele todo eso que aún recuerdas. Te estoy mandando mucha Luz para ti, para que te calmes y para que puedas encontrar el consuelo. Tú eres un ser maravilloso y tienes mucho amor que dar y también mucho amor para recibir.

 

Entidad: Gracias, querida hermana. Hasta todo momento.

 

Interlocutor: Mucha Luz para ti y hasta todo momento.

 


Sesión del 22/10/2012

Médium: Jorge Raúl Olguín

Interlocutor: Karina

Entidad que se presentó a dialogar: Thetán de Angels

La entidad sigue relatando pasajes de la vida que tuvo en Umbro como Landeres. Dejó el grupo que durante un tiempo había ido hacia la región de los Apartados y los cuatro, dos mentos y otro lomante, llegaron a un pueblo. Hubo altercados en la posada con unos guerreros armados, pero Fondalar y Émeris lo resolvieron favorablemente. Siguieron hacia el norte donde volverían a encontrar unos amigos de aquel grupo.

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Interlocutor: Bienvenido...

 

Entidad: Muchas gracias, querida hermana.

 

Interlocutor: ¿Cómo te encuentras?

 

Entidad: Bien. Voy a comentar una vivencia donde hemos estado juntas.

 

Interlocutor: ¿En qué época ha sido?

 

Entidad: En Umbro, donde ya hemos tenido un encuentro. Tú te llamabas Émeris, yo era Landeres, y nos complementamos de una manera que no esperaba, a nivel espiritual, a nivel de empatía. Y si bien yo siempre pienso que uno, con sus decisiones, va trazando su propio destino, a veces es como que aquel que está más allá de las estrellas, de alguna manera, es como que te guía, porque nos hemos encontrado con un grupo tan heterogéneo, tan distintos unos de los otros, tan pero tan distintos...

 

Interlocutor: ¿Cómo era la relación entre ellos?

 

Entidad: Mira, tú sabes que Umbro es un mundo absolutamente salvaje, y que salvo en la zona ecuatorial, en las demás zonas tú no sabes si vives en el próximo amanecer.

Cada uno portaba sobre sus hombros una historia, un pasado, y en el camino es como que, a veces, mientras comíamos algo, cada uno relataba situaciones de su vida. Pero a mí me daba la impresión -a mí-, que la gran mayoría no escuchaba sino que buscaban desahogar sus penas. Grandes guerreros como Marcel, el propio Ligor, Darvia, cada ser buscaba relatar sus dolencias pasadas.

 

Interlocutor: ¿Quieres repasar en aquella vida algún momento que te haya resultado doloroso?

 

Entidad: Bueno, ya he relatado, antes de que nos conociéramos, cómo había sido mi vida en ese mundo: momentos de soledad, momentos de dudas, momentos de no entender para qué estaba, el porqué de esa vida, el porqué de la hostilidad del entorno.

Cuando Émeris, prácticamente, me salva la vida, yo, como lomante, entiendo que el que le salva la vida al otro es como que tiene parte de esa vida, dicho de alguna manera metafórica.

Y luego, ambas, llegamos a ese grupo tan heterogéneo, y veo a una figura muy similar a la mía, un lomante llamado Luomor.

 

Interlocutor: ¿Cómo era él?

 

Entidad: Muy bueno, muy agradable en su interior.

 

Interlocutor: ¿Te sorprendió ver a alguien similar a ti?

 

Entidad: Sí, muchísimo, muchísimo, y soy muy estudiosa de los rostros.

Ese grupo al que nos habíamos acoplado, por llamarlo de alguna manera, todos tenían experiencias, habían tenido aventuras por separado. Sin embargo, disimuladamente, los miraba cuando estábamos comiendo o alguno contaba alguna anécdota, y nos miraban, no con repulsión por ser distintos, pero sí con una mirada distinta, como que no encajábamos allí. Nos trataban bien pero...

 

Interlocutor: ¿Crees que fue por el hecho de ser femenina?

 

Entidad: No, el hecho de ser lomante, el hecho de ser distinta, el hecho de parecer ante muchos un monstruo. Émeris no, Émeris miraba mi interior y me veía como una hermana. Fondalar era igual a Émeris, miraba de una manera dulce se podría decir, igual que Marcel. Marcel tenía mucha introspección y era poco comunicativo, pero en su mirada había amor.

Ligor era como indescifrable, estaba un poco en su mundo y nos aceptaba como lo que éramos pero era más indiferente podría decir, más indiferente, aunque yo sé que en el fondo tenía un tremendo sentimiento y algo no satisfecho, pero no le iba a preguntar, obviamente.

 

Interlocutor: ¿Cuánto tiempo estuvieron juntos, cuánto tiempo estuvieron en ese grupo?

 

Entidad: Cuando el grupo salió de la región de los apartados -yo era un ser que siempre percibía-, había como una especie de animosidad entre Ligor y Kena pero también vi que se habían alejado de nosotros bastante tiempo y sé que había pasión pero no los veía complementarios. Al final cada uno se ha marchado, y quedamos con Luomor, Émeris y Fondalar.

 

Interlocutor: ¿Hacía dónde fueron?

 

Entidad: Para el norte. Me enteré de que Fondalar tenía un hijo que quería recorrer el mundo y tener sus propias aventuras. Marcel también se alejó. Igual Ardix, que quería ir a buscar a una persona que lo había encandilado. Digamos que había un común denominador entre la mayoría, no entre todos pero sí entre la mayoría: Ardix y Ligor andaban en busca de un amor, Ardix casi lo tenía, Ligor no, y sus esperanzas eran casi vanas.

Fondalar era un ser que tenía todas las respuestas, por lo menos las respuestas para nosotros, y nos trataba con una confianza más allá incluso de la que le dábamos, pero no es que se abusaba de la confianza sino que era una confianza de contención, no sé si soy clara explicándolo.

 

Interlocutor: Se entiende.

 

Entidad: Y recorríamos el camino. Émeris y Fondalar habían cogido dos hoyumans, Luomor y yo íbamos a pie.

 

Interlocutor: ¿Cuál fue la situación más difícil que tuvieron que enfrentar en ese andar, en ese camino?

 

Entidad: Llegamos a un poblado, un poblado bastante hosco, la gente era muy cerrada.

En un momento dado, Luomor dijo:

-Vayan a buscar provisiones, con Landeres nos quedamos aquí.

Y Émeris dijo: -No, vamos los cuatro al poblado. -Firme.

Miré a Fondalar y con una sonrisa asintió.

Llegamos a una especie de almacén y...

 

Interlocutor: ¿Estaba habitado o estaba desolado?

 

Entidad: Sí, estaba habitado. Había un hombre mayor con su esposa y una niña joven. La niña joven cuando nos vio, salió y fue a otra habitación del almacén, como una especie de trastienda.

El que habló fue Fondalar y pidió víveres y distintas cosas para el camino. El señor mayor nos miraba a nosotros dos, a Luomor y a mí. Fondalar no dio ninguna explicación, preguntó cuánto era y el hombre dio un precio que a Fondalar le pareció elevado y le reclamó.

 

Interlocutor: ¿Qué sucedió?

 

Entidad: El hombre le dijo: -Que pague lo que él quiera, entonces.

Como con temor, la mujer miraba para la trastienda.

Finalmente Fondalar pagó la cifra convenida al comienzo. En realidad, convenida no, la cifra que había dicho el hombre.

 

Interlocutor: Impuesta.

 

Entidad: Que quería imponer, no creo que hubiera podido imponer nada. Pero bueno, dije de ir de vuelta para el camino y Émeris dijo que no, vamos a comer un guisado caliente a la posada.

Otra vez miré a Fondalar y asintió. Lo tomé del brazo a Luomor como buscando un respaldo y Luomor pegó un respingo. Lo solté y me tomó del hombro. Me dijo:

-Disculpa, es que me has tomado de sorpresa.

Adelante iban Fondalar y Émeris. Fondalar se dio vuelta y sonrió. En mi piel no se podía percibir el pudor como en ellos que se les ponía el rostro rojo, pero me dio un pudor tremendo. Entramos en la posada y había uno, dos, tres, cuatro, cinco hombres muy armados con una traza peligrosa y nos sentamos a una mesa. Se acercó el posadero y dijo:

-No nos ha quedado nada.

Con Luomor nos levantamos como para irnos. Como si estuviéramos comunicados mentalmente, Émeris sujetó mi hombro y Fondalar el de Luomor, y nos hizo sentar. Se miraron entre ellos y fue Fondalar el que se paró. Fue detrás del mostrador y pasó a otro cuarto, que sería la cocina. Salió de nuevo y dijo:

-Ahí hay un montón de guisado y también veo bebida espumante. Queremos cuatro guisados y cuatro jarras de bebida espumante para la mesa.

Una de las personas mal entrazadas, de la otra mesa, preguntó:

-¿Acaso no dijo el posadero que no había nada para vosotros?

Fondalar no contestó y se sentó. El posadero estaba inmóvil. Se miraron Fondalar y Émeris, y Émeris se paró, lo tomó del cuello al posadero y le dijo:

-Ya ve a buscar la comida.

El posadero sintió un dolor en la cabeza y cayó de rodillas.

-Ahora -le dijo Émeris.

El posadero fue corriendo a la cocina. El hombre que había hablado, ese guerrero mal entrazado, se paró, Fondalar también, Luomor también cogiendo su garrote.

Fondalar miró a Luomor y le dijo:

-Siéntate, quédate tranquilo.

 

Interlocutor: ¿Se enfrentaron?

 

Entidad: No. Fondalar miró al guerrero y lo hizo caer de rodillas, los otros dijeron:

-Es un mento.

Cuando volvió el posadero, Fondalar le preguntó:

-¿Qué pasa en este poblado? -Miró a Émeris-. -¿Quieres qué te pregunte ella?

El posadero negó y habló.

-Hace cinco amaneceres que estos hombres están aquí comiendo y bebiendo gratis y apoderándose de algunos metales de otros que vienen aquí a la posada. El pueblo está aterrorizado.

-¡Aja! -Y Fondalar se dirigió a ellos.

-Así que habéis aterrorizado a este poblado, pero como sois bondadosos dejaréis todas las bolsas con metales aquí arriba del mostrador para que cada poblador venga a buscar lo suyo.

 

Interlocutor: ¿Y así lo hicieron?

 

Entidad: Uno se resistió y cayó de rodillas. Y así lo hicieron. Se quisieron marchar y Fondalar no los dejó.

 

Interlocutor: ¿Qué hizo con ellos?

 

Entidad: Les preguntó si le habían pagado al posadero lo que habían gastado. Uno de atrás dijo que no, pero que no llevaban más metales encima.

Fondalar se quedó meditando. -Marchaos -les dijo-. -Está bien, marchaos.

Fondalar salió de la posada, vio que se dirigían a la cuadra, montaron en sus hoyumans y se marcharon para las montañas.

 

Interlocutor: ¿Regresaron en algún momento?

 

Entidad: Cuando estaban a pocas líneas de distancia, Fondalar hizo un gesto con su frente y el último jinete cayó. Todos nos asomamos a ver qué pasaba. Luego nos enteramos que Fondalar le dijo al último jinete: -Me voy a enterar si volvéis aquí y os quitaré la vida si regresáis.

El jinete subió a su cabalgadura y galopó a toda velocidad alcanzando los otros a los que les dio el mensaje.

El posadero no nos quiso cobrar, Fondalar igual le pagó con una moneda dorada que valía más que toda la bolsa cobreada que había sobre el mostrador.

Dormimos en dos habitaciones, yo con Émeris, Luomor con Fondalar, y al día siguiente marchamos para el norte. Los pobladores, alborotados por recuperar los pocos metales de que los habían despojado nos lo agradecieron. Incluso algunos de ellos, nos estrecharon la mano a nosotros, a Luomor y a mí, como si fuéramos sus iguales. Me sentí bien, me sentí muy bien.

 

Interlocutor: ¿En aquella vida te ha tocado alguna oportunidad donde tuvieras que luchar?

 

Entidad: Sí, por supuesto, pero eso es otra historia.

Marchamos los cuatro para el norte y volvimos a encontrarnos con Ligor, con Kena y con otro personaje llamado Jonus, pero también es otra historia.

 

Interlocutor: Me ha encantado escucharte y que estés aquí con nosotros. Toda la Luz para ti y espero que volvamos a contactar para que puedas relatarme...

 

Entidad: Estamos siempre contactadas hermana. Gracias.

 

Interlocutor: Sé que así es. Hasta todo momento.

 


Sesión del 23/01/2013

Médium: Jorge Raúl Olguín

Interlocutor: Karina

Entidad que se presentó a dialogar: Thetán de Angels

En ese mundo tan parecido a Sol III, Gaela, hubo situaciones que ahora estamos repitiendo. En plena Inquisición se produjo una revolución de clases donde el pueblo sometido acabó cometiendo sobre la clase noble los mismos crímenes que habían sufrido. Danielle no estaba de acuerdo con el hacer de la resistencia y formó con Jaques como una contra-resistencia, logrando despertar conciencias. Los crímenes pararon y la sociedad se fue estabilizando. La entidad descargó la desesperación que vivió Danielle.

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Interlocutor: Bienvenido. ¿Cómo te encuentras? ¿Estás aquí?

 

Entidad: Gracias por permitirme esta comunicación con vosotros, queridos hermanos. Verdaderamente me siento con un estado de armonía acompañado de distintas inquietudes.

 

Interlocutor: ¿Cómo sería eso? A ver, un estado de armonía pero con inquietudes, ¿sin llegar a la ansiedad?

 

Entidad: Sin llegar a la ansiedad, puesto que ocupo gran parte mi tiempo en orientar a distintos seres encarnados a encontrar su camino. Y en nuestro plano sufrimos por aquellos que no desean ser orientados, que no aceptan la mano conceptual que se les tiende, que son indiferentes ante el amor, la piedad y la compasión.

 

Interlocutor: ¿Podemos hablar sobre esa angustia? ¿Por qué, particularmente, te angustia quienes no quieren recibir esta mano, quienes están ocupados en otras cosas?

 

Entidad: Porque en nuestra vibración nuestra tarea voluntaria, hermosa, es poder ayudar a todos aquellos seres, encarnados o no, que quieran encontrar el camino evolutivo. Y, como bien dicen algunos Maestros, no sufrimos por nosotros, sufrimos por el otro porque nuestro ser conceptual está exento de ego pero no exento de engramas y esos engramas condicionan al punto tal de salpicarme con inquietudes.

 

Interlocutor: ¿Puedo hacerte yo una pregunta?

 

Entidad: Totalmente.

 

Interlocutor: ¿En el plano donde tú estás puedes contactarte con el thetán de quien es en esta vida tu madre?

 

Entidad: Sí, totalmente.

 

Interlocutor: ¿Cómo la percibes?

 

Entidad: En el momento en que tiene su cortina conceptual abierta, con amor, con dudas que vosotros en el plano físico llamarías existenciales.

 

Interlocutor: ¿Similares a las que tú tienes?

 

Entidad: Pero mis dudas son de tiempos muy remotos que si bien no me desestabilizan puesto que al carecer de ego tengo la comprensión de saber los porqués. Esos mismos porqués deben ser -y de vuelta me copio de vuestro lenguaje- sacados a la luz como para desmenuzarlos y que dejen de ser porqués y haya una comprensión individual, porque de nada sirve la comprensión total mientras la individualidad esté condicionada, más por qué antes hablé de tiempos remotos.

 

Interlocutor: Dime, ¿tienes alguna inquietud sobre alguna vida pasada del por qué haya sucedido determinada cuestión?

 

Entidad: Claro, hermana.

 

Interlocutor: ¿Quisieras comentarme?

 

Entidad: Como tú sabes, hace cien mil años en un lejano mundo a cien mil años luz de Sol III un planeta llamado Gaela, que era muy similar geográficamente a Sol III. Era el tercer planeta de una estrella muy similar al Sol, con países, con continentes, con mares, con océanos casi idénticos a este mundo donde tú, donde este receptáculo, donde mi 10% encarnado femenino alberga. Y he encarnado más de una vez en ese mundo pero me remonto a 1753 de ese mundo.

 

Interlocutor: ¿Qué sucedió particularmente en esa fecha?

 

Entidad: Había encarnado en Amarís y encarné como femenina en una región bastante al sur, muy cerca de Saeta, donde estábamos en una especie de resistencia porque si bien existía una orden del Rombo -que fue denominada Orden de Amarís porque mi país era el que más había fanatizado esa religión- seguía habiendo títulos de nobleza por un lado y pobres por el otro y se buscaba una democracia. Fíjate la similitud con vuestra Francia.

Yo estaba a favor de la igualdad, de la libertad y de la fraternidad pero notaba, veía, percibía demasiada excitación de violencia en mis compañeros, tanto masculinos como femeninos.

 

Interlocutor: Bastante similar a lo que viene sucediendo en nuestro planeta, ¿verdad?

 

Entidad: Así es. Y muy similar a lo que sucedió siglos atrás en Sol III, antes de la Revolución Francesa.

 

Interlocutor: ¿Por qué crees que se repiten estos patrones de conductas?

 

Entidad: ¡Cuántas veces me lo he preguntado! Y si bien en distintos mundos -y en un mismo mundo en distintas vidas- a veces se repiten patrones con distintas familias, en distintas situaciones, aun encarnando en otro género, la similitud entre Gaela y Sol III es absolutamente asombrosa.

 

Interlocutor: Te voy a hacer una pregunta: ¿Existe alguna posibilidad de que seres de este mundo hayan tenido contacto físico en el nuestro?

 

Entidad: Como thetán te puedo decir que muchísimos seres -y cuando te digo muchísimos no son solamente los conocidos entre nosotros, seres con los que no tenemos contacto. Hablo de cientos, hablo de miles- han encarnado cien mil años atrás en Gaela y con muchos de ellos tenemos contacto el día de hoy.

 

Interlocutor: Es decir, que los patrones se repiten por la simple cuestión de una evolución espiritual, sin necesidad de que haya alguna conexión física.

 

Entidad: Claro. Pero tú fíjate, hermana, no es un cuestionamiento, es una duda que más de una vez me he planteado como entidad suprafísica conmigo mismo: El hecho de que estemos en un plano elevado o no no significa que seamos conceptualmente superiores. Sencillamente estamos más abiertos al amor, al brindar, pero escapa a esa comprensión que tengo el por qué si estamos en un camino evolutivo, luego de cien mil años en un mundo gemelo, podría decir, repetimos situaciones de violencia, de desconfianza, de dudas y nos cuestionamos qué hacemos, cuál es nuestra función, para qué venimos, qué rol estamos representando en realidad. Y fíjate que en esa vida en Amarís yo estaba a favor de que no hubiera clases, porque todos somos iguales; nos diferenciamos únicamente en si somos compasivos, altruistas o egocéntricos. En eso nos diferenciamos.

 

Interlocutor: En las decisiones que tomamos.

 

Entidad: Y de allí las decisiones, obviamente.

 

Interlocutor: De alguna manera las inquietudes que tiene Angels, tu 10% encarnado, con estas inquietudes que tú nos estas comentando de aquella vida.

 

Entidad: Aquella vida donde me llamaba Danielle.

 

Interlocutor: ¿Crees tú que de alguna manera están relacionadas? ¿Y por qué?

 

Entidad: Creo que todo se relaciona. Allí tenía como un caos en mi mente porque por un lado deseaba que se acabara la desigualdad de clases pero me asustaba la violencia que engendraba esta revolución. Yo era muy jovencita y si bien apoyaba por las noches cuando conversábamos y trataba de meter bocadillo decía "Seguramente que lograremos derrocar esta nobleza que se asemeja a una tiranía pero no quisiera que luego de derrocada esa nobleza rodaran cabezas". Y no lo decía en sentido figurado.

 

Interlocutor: Obviamente tú siempre has estado en contra de la violencia.

 

Entidad: La respuesta de mis compañeros fue "Van a rodar cabezas porque es lo que se merecen, porque quienes sometieron serán sometidos y quienes castigaron serán muertos". Sentí como un abismo se abría debajo de mis pies.

 

Interlocutor: Suena muy a la Ley del Talión, como le decimos aquí, ¿verdad?

 

Entidad: Porque mi ideal no era el ideal de ellos. Y muchos, aquí mismo en Sol III, no conocen la historia real, verdadera, porque la actual democracia supuestamente se basa en lo que pasó después de aquella Toma de la Bastilla en Francia. Y esa igualdad, libertad y fraternidad se transformó en una masacre de nobles, lo mismo que pasó en Amarís hace cien mil años atrás. Pero allí había una cosa más trágica.

 

Interlocutor: ¿Cuál fue?

 

Entidad: Que parecía una comedia dramática. Y lo digo de esa manera porque como dice el excelso Johnakan "el lenguaje es pobre".

 

Interlocutor: ¿A qué te refieres con esa expresión?

 

Entidad: Que tanto los nobles de Amarís del mil setecientos y algo, los pobres, los plebeyos, ambos coincidían que eran fanáticos de la Orden de Amarís y tanto los nobles como los plebeyos denunciaban a quienes no estuvieran de acuerdo con esa orden. Y, como más de una entidad dijo, vuestra famosa Inquisición Española era minúscula comparada con la inquisición de Amarís puesto que se extendió en todo Gaela, en Liziana, en Plena, en Porísido. Hasta en Kwan, que no eran tan extremistas en cuanto a la religión que hipotéticamente había fundado Axxón. Y obviamente Axxón no quería eso.

 

Interlocutor: Pero pasa como todo, que con el tiempo se termina desvirtuando. Ha pasado con todas las religiones, ¿verdad? Aquí, allí, creo que en todas partes.

 

Entidad: Como Danielle me pregunté "¿Qué puedo hacer?".

Había un joven, Jacques, que tenía una pequeña imprenta. Una tarde me encontré llorando y él me decía: -Danielle, si quieres contarlo cuéntalo pero no soporto que quienes abogan por la libertad sean diez veces más crueles que aquellos nobles que nos sometían.

Hubo miles de muertos en esa revolución en Amarís y encontré una puerta, encontré un aliado y empezamos a publicar panfletos. Y sin que nadie nos viera los desparramábamos en las calles: panfletos de queja, de protesta, explicando que una libertad manchada de sangre no es libertad y la violencia no es fraterna -o viceversa, lo fraterno no es violento-, ¿y dónde está la igualdad?, la igualdad no está en la muerte, la igualdad está en la vida.

Y ahí entendí cuál era mi rol en Amarís: mi rol era sembrar, he logrado que personas reflexionen. Y mi sello era un rombo -el de la Orden del Rombo- pero arriba con un Arco Iris. Nunca supieron mi identidad ni la del querido imprentero.

Logramos despertar algunas conciencias. Los crímenes pararon, la sociedad se fue estabilizando pero pasaría todavía muchísimo tiempo como para que la Inquisición parara. Los rebeldes habían logrado algo, vencer el dominio de la nobleza y nosotros, dos pequeños seres, habíamos logrado, después de meses y meses, frenar los asesinatos solamente con los panfletos que los hacía reflexionar. Pero había noches, en ese lapso, donde no podía dormir.

 

Interlocutor: ¿Por qué?

 

Entidad: Donde veía tanta violencia de parte de los revolucionarios que habían sido mis compañeros. Obviamente que no podía oponerme abiertamente porque me hubieran acusado de traidora. Entonces mi escape estaba en los panfletos. Pero en esos meses, en ese lapso, como dirías vosotros aquí en Sol III, mis noches eran un infierno escuchando los griteríos, viendo el resplandor del fuego, de palacios quemados con nobles adentro, niños que no tenían nada que ver solamente por ser hijos de nobles también eran exterminados.

 

Interlocutor: Repasando esta vivencia que me estás comentando tan fuerte y volviendo al presente, ¿qué crees tú que podrías hacer? ¿Qué crees tú que te queda pendiente? ¿Qué crees tú que puedes hacer hoy?

 

Entidad: Hoy estoy haciendo lo mismo aquí en Sol III. No estamos en 1700, ya estamos en el siglo XXI y también repartimos panfletos para que la gente despierte. Por supuesto que no tengo la desesperación que tenía como Danielle. Algo en los últimos meses, donde ya no podía más, donde mis fuerzas me estaban abandonando, algo me cogía de la mano, alguien.

 

Interlocutor: Angels siempre ha tenido la sensación de tener una persona -un ser más bien que una persona- cerca de ella como cuidándola, guiándola, susurrándole, orientándole. ¿Tú, como thetán, has tenido esa sensación en esa vida?

 

Entidad: Sensación no, directamente lo sé, como thetán.

 

Interlocutor: ¿Y alguna vez has podido percibir si se trataba de alguien en particular?

 

Entidad: Sí, por supuesto. Por la expectativa de vida de esa época desencarné bastante mayor, a los 77 años -hablamos del equivalente al siglo XVIII de Sol III- y luego, como espíritu total, me di cuenta que tanto esas noches de agonía como en noches posteriores quienes me sujetaban eran dos entidades excelsas: un espíritu de Luz, Johnakan, y una entidad angélica, Kar-El, tu thetán, querida hermana, y el thetán de este receptáculo que me alberga. Y desde hace más de cien mil años que no me sostienen, me hacen caminar y seguramente me cogen del brazo cuando trastabillo.

Amarís y la Francia del 1700 son historias paralelas separadas por cien mil años en el tiempo y cien mil años luz en la distancia. Si hubiera un aparato óptico que pudiera llegar a aquella distancia estaríais viendo la época actual de Sol III allí.

 

Interlocutor: Gracias por estar aquí y gracias por compartir eso con nosotros.

 

Entidad: Gracias a ti y a este receptáculo por permitirme descargar ese estadío de vivencia que me había condicionado y que ahora lo he soltado cual globo con gas que lo sueltas y se eleva, y así se eleva esa angustia.

 

Interlocutor: Toda la Luz para ti y para Angels. Hasta todo momento.

 

Entidad: Y los panfletos seguirán. Hasta todo momento.

 


Sesión del 15/05/2013

Médium: Jorge Raúl Olguín

Interlocutor: Karina

Entidad que se presentó a dialogar: Thetán de Angels

Diálogo de alto nivel entre la entidad y Karina. Un concepto a destacar es que todo lo hecho hasta hoy ha sido necesario para llegar a ser como somos, tanto en lo bueno como en lo malo. Entonces, todos los actos vividos han producido, elaborado este presente. Si se pudiera deshacer algo que se hubiera hecho en el pasado no nos daría la persona como es hoy, en este presente.

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Interlocutor: Bienvenido...

 

Entidad: Gracias querida hermana. A veces tratamos de orientar a aquellos seres que se encuentran perdidos espiritualmente, cuando digo perdidos espiritualmente me refiero a que sus esquemas, sus condicionamientos modifican sus actitudes de tal manera que les impiden ser útiles a los demás. Pero lo que es más grave, les impiden ser útiles a sí mismos.

 

Interlocutor: ¿Cómo te encuentras tú? ¿Cómo ves a tu parte encarnada?

 

Entidad: Yo, desde mi plano de Luz, estoy sufriendo por las enésimas injusticias que segundo a segundo percibo en el plano físico, y a veces todas las entidades que moran en mi plano sentimos, percibimos, entendemos que somos insuficientes para orientar, para brindar Luz a todos aquellos que dan vueltas en círculos sin tener una meta definida, sin tener un camino con un proyecto en el horizonte, y obviamente que eso te hace sentir como que remas contra la corriente. De todas maneras, es nuestra tarea por opción, por un sentimiento de compasión y de piedad el intentar como mínimo rescatar -y aquí de alguna manera utilizo vuestro lenguaje- todas las almas posibles. Pero fíjate...

 

Interlocutor: Querido thetán, he comprendido y quizás esto espero te pueda resultar útil con respecto a sufrir por los demás. Nosotros no debemos ser indiferentes, o sea nos afectan el sufrimiento y el dolor del otro pero es importante que tengamos paz y podamos estar fuertes, porque si yo me siento a llorar al lado de quién está llorando, difícilmente pueda ayudarlo. Si tú te sobrecoges y te angustias demasiado va a ser más difícil que puedas ayudar. Muchas veces nos preguntamos por qué estamos en el plano físico, para qué, y podemos llegar a creer que tenemos que encargarnos de llevarlos a todo el mundo, pero nosotros sólo tenemos que fluir, dar Luz, caminar y por donde caminemos esparcir la Luz. No podemos llevar Luz, quizás, a todo el mundo y solucionar los problemas de todo el mundo, tenemos que hacer nuestra cuota y habrá otros seres que también se encarguen de llevar su Luz, así la importancia de cada uno es que cada uno esparza su Luz y que hagamos fuerza entre todos, que estemos en unión con la gran Luz del Creador.

 

Entidad: Tus palabras son muy buenas, son importantes, son exactas entendidas desde el plano físico. En el plano suprafísico de Luz, en el plano 5º, el sufrir por el otro no impide el accionar, el obrar, tampoco obnubila el concepto, directamente está en nuestra naturaleza el poner delante el sufrimiento del otro sin que ello deba obstaculizar el camino de la orientación, el camino de poder enviar armonía tanto a los seres encarnados como a sus thetanes que están en planos más densos. Tus palabras son exactas para alguien que está encarnado, ya sea mi 10% o cualquier otro ser. En nuestro plano no afecta el poder obrar entendiéndolo como un punto de vista piadoso. De por sí, todo morador de plano de Luz, toda esencia Maestra sufre por el otro porque está en nuestra esencia.

 

Interlocutor: Obviamente que el dolor del otro nos duele, pero tenemos que estar fuertes.

 

Entidad: Ello no impide nuestra fortaleza. Entiendo que tú lo percibes desde tu plano de encarnada. Desde nuestro plano se mancomuna todo y no nos impide ni siquiera un ápice el dejarnos fluir aun con el dolor del otro a cuestas.

 

Interlocutor: ¿Qué mensaje le darías a Angels, tú 10% encarnado, en este momento?

 

Entidad: Aquí es distinto, porque ya estamos hablando de mi 10% que está encarnado y en este caso sí se aplican tus palabras, en este caso sí son útiles tus consejos y tu orientación, en este caso sí comparto plenamente que el dolor se siente. Y hay dos tipos de dolores -de la misma manera que hay dos tipos de amores entre muchos otros- el dolor personal y el dolor impersonal.

El dolor personal, al igual que el amor personal, se refiere a gente cercana donde tú tienes un lazo de afecto de esta vida, y si ves, percibes, entiendes que la otra persona está sufriendo por un tema de salud, por un tema físico, por un tema de falta de comunicación tú vas a sentir ese dolor. Y allí sí, si ese dolor te desequilibra vas a sentirte inútil como para poder consolar, aconsejar porque el dolor sí te va a obnubilar a ti y entonces vas a ser poco eficiente para poder ser útil al otro de la manera que fuera. Y sin llegar al extremo de llorar junto con el otro en lugar de calmarlo, obviamente que tu eficiencia va a mermar, eso lo entiendo perfectamente.

¿Consejo?, el consejo es desapegarse de los dolores personales entendiendo, como dice el excelso maestro Johnakan, sin que desapegarse se entienda como indiferencia.

 

Interlocutor: Hoy es un día muy especial para tú 10% porque es su cumpleaños. ¿Quisieras hacer algún comentario, alguna evaluación de cómo ha sido su vida hasta ahora? Y bueno, lo que falta aún por hacer.

 

Entidad: Generalmente en el plano físico cuando cumples años, como el 10% no tiene memoria reencarnativa aunque pueda tener pequeños déjà vu, todo 10% es la vida que conoce, la vida que entiende, la vida que capta aún teniendo pequeños flashes o en algunos sueños recuerdos de lugares que conoce pero que cuando despierta dice "No, no son reales", que en realidad sí son reales. Pero cuando tú es la única vida que tienes, es la única vida a la que te aferras...

 

Interlocutor: Es la única que conoces en este momento.

 

Entidad: ...el desapego nunca es 100% en el plano físico estando encarnado.

 

Interlocutor: Sí.

 

Entidad: Por más que teóricamente lo entiendas es casi imposible llevarlo a la práctica.

Cuando tú cumples años, que es algo simbólico podría decir, no dejas de hacer, quizá por una costumbre social, no dejas de hacer un recuento de todo lo que has hecho, de todo lo que podrías haber modificado y no deja de ser una pequeña trampa porque más de uno en distintas vidas, -y cuando digo más de uno me refiero a otros Maestros de Luz que me acompañan- hemos alguna vez hecho un recuento en distintos cumpleaños de lo que podíamos haber hecho y si hipotéticamente pudiéramos volver al pasado y modificar algo, corremos el riesgo -en el caso de que lo pudiéramos hacer- de que el actual presente no fuera este presente y los seres que nos rodearan no serían los mismos y tú no te puedes arriesgar.

Hemos pasado a veces por situaciones -sin prejuzgar, ¿no?- no agradables y quisiéramos volver a determinada fecha, a determinada hora, a determinado minuto, a determinado segundo en un supuesto viaje temporal al pasado y decir "Lo que determiné en aquella oportunidad, voy a hacer lo opuesto". Pero luego te pones a trazar -como si fuera una película hacia el futuro desde aquella fecha- cómo sería tu vida, gente que hubieras conocido, gente que no hubieras conocido, situaciones que hubieras pasado y situaciones que pasaste y que no hubieras pasado y que en ese momento te parecían mejor. Pero cuando te vas acercando a este presente, te estás dando cuenta de que serías otra persona con otras vivencias y con situaciones que si bien en un pasado te hubieran parecido mejor con las nuevas opciones, no tendrías este presente actual, y este presente actual, malo o bueno, es lo que tienes y es lo que debes valorar.

 

Interlocutor: Muchas veces nos preguntamos ¿Qué hubiera pasado si volviera atrás? Siempre tomamos decisiones evaluando las circunstancias y convencidos de que estamos haciendo lo mejor.

 

Entidad: A veces no. A veces, cuando somos más jóvenes -en este plano físico, no en el nuestro en el que moramos- no siempre evaluamos. A veces -quizás está mal dicho- nos dejamos fluir y no siempre dejarnos fluir es sabio porque a veces confundimos el dejarnos fluir con dejarnos llevar y tú entiendes la diferencia, ¿no?, querida hermana.

 

Interlocutor: Claro, cuando somos más jóvenes somos más impulsivos. A medida que vamos madurando...

 

Entidad: Quizá no, me refiero a otra cosa. Es cierto lo de ser impulsivos cuando somos más jóvenes, es cierto, pero yo me refiero a otra cosa. El dejarnos fluir es quizá dejarnos llevar por una guía sabia pero el dejarnos llevar a secas es seguir la corriente. Y, ¿quién sigue la corriente?: el común denominador. Y el común denominador no siempre es sabio -y esto no lo digo prejuzgando porque en el plano de Luz no hay prejuicios- pero a veces es como aquella muchedumbre que sigue una marcha y ni siquiera sabe de qué se trata, eso es dejarnos llevar. Como aquellos que tienen una argolla en la nariz y se dejan llevar de la argolla, no. En cambio, dejarnos fluir es seguir nuestra esencia interior. Y a veces, cuando somos jóvenes, no nos dejamos fluir nos dejamos llevar, nos dejamos llevar por una mínima experiencia. Y nuestras elecciones, sería prejuzgar decir que no eran las correctas o sí eran las correctas, eran las que eran y tenemos el derecho a equivocarnos.

 

Interlocutor: Siempre que haya un aprendizaje siempre vamos a tener un margen de error. Y bueno, esta es la cuestión, volver a rectificar.

 

Entidad: Lo que no podemos tener es el pensamiento de torpeza de creer que si nosotros pudiéramos enmendar algunos errores, nuestro presente sería mejor porque a veces esos errores eran necesarios para ser quien somos hoy...

 

Interlocutor: Se entiende.

 

Entidad: ...y con la gente que estamos hoy y con el entorno que tenemos hoy. Hay una entidad angélica, Inam-El, cuyo 10% dice "Todo es por algo". Reconozco, lo mismo que lo reconoces tú y lo reconoce el Maestro Johnakan, que no siempre el "Todo por algo" se aplica fielmente, a veces no, pero en general es así, en general es que lo que tú has pasado es porque lo tenías que pasar. Y uno se pregunta: ¿Cómo que lo tenía que pasar, acaso no optas, acaso no eliges, acaso no haces uso de tu albedrío divino? Sí, lo haces; pero tu 10% encarnado, al ser humana no es infalible, pero dentro de la parte falible viene la experiencia. Entonces, ¿esto qué significa, qué debemos conformarnos con nuestro presente? Porque de alguna manera yo le estoy transmitiendo a mi parte encarnada "Lo hecho, hecho está", y esto que tienes ahora es el resultado de todas tus acciones pasadas, querida hermana. Esto no significa que debemos conformarnos, significa -y aquí me copio de vuelta de una frase terrenal- significa que debemos ir por más, pero significa también que estamos en el buen camino.

Somos un pequeño granito de arena, pero entre los conocidos de mi parte encarnada y yo, querida hermana, que conozco bien a tu yo superior, Kar-El, somos muchos granos de arena que estamos engendrando, formando, creando un vehículo de Luz, porque entre todos mancomunados, tomados de la mano conceptual hacemos mucho más que separadamente, aunque esto no significa que unilateralmente también podamos hacer cosas, porque somos seres individuales.

 

Interlocutor: Bien. Muchas gracias querido thetán por estar aquí y te mando toda la Luz a ti.

 

Entidad: Te agradezco infinitamente a ti y le agradezco a este receptáculo el haberme permitido esto porque...

 

Interlocutor: ¿Has podido descargar? ¿Te sientes mejor ahora?

 

Entidad: En realidad, yo, como ser espiritual, no tengo roles del ego desde mi plano, obviamente mi parte encarnada tiene algunos cuestionamientos.

 

Interlocutor: El hecho de poder comunicarte, ¿te sirve?, ¿te sientes mejor?

 

Entidad: Digamos que le transmito esa armonía a mi parte encarnada y como dije antes, ¡que vaya a por más! Gracias hermana.

 

Interlocutor: Recuerda que no estás solo.

 

Entidad: Pero por supuesto.

 

Interlocutor: Toda la Luz para ti y tú 10% Angels.

 

Entidad: Como dice el 10% de Johnakan, este receptáculo, estamos permanentemente conectados querida hermana. Gracias.

 

Interlocutor: A ti. Hasta todo momento.