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Psicoauditación - Edgar Martínez

Grupo Elron
Sección Psicointegración y Psicoauditación - Índice de la sección - Explicación y guía de lectura de la sección

Si bien la Psicoauditación es la técnica más idónea para erradicar los engramas conceptuales del Thetán o Yo Superior de la persona, la mayoría de las veces se psicoaudita a thetanes que habitan en planos del Error y sus palabras pueden no ser amigables y/o oportunas para ser tomadas como Mensajes de orientación, algo que sí se da cuando se canaliza a Espíritus de Luz o Espíritus Maestros.
El hecho de publicar estas Psicoauditaciones (con autorización expresa de los consultantes) es simplemente para que todos puedan tener acceso a las mismas y constatar los condicionamientos que producen los implantes engrámicos.
Gracias a Dios, esos implantes son desactivados totalmente con dicha técnica.


Atte: prof. Jorge Olguín.

 

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Sesión del 11/01/2024 Sargón, Fidis

Sesión del 09/02/2024 Sargón, Fidis

Sesión del 12/07/2024 Sargón, Fidis

 


Sesión 11/01/2024
Médium: Jorge Raúl Olguín
Entidad que se presentó a dialogar: Thetán de Edgar (Ador-El)

De incógnito decidieron visitar un mundo que constaba como invadido por los fungo, para ver y conocer la raza y cómo vivían. La entidad relata que quedó asombrado del buen entendimiento que había entre sus moradores con los supuestos invasores fungo.

Sesión en MP3 (5.612 KB)

 

Entidad: La situación estaba muy tirante

 

Se acercó el capitán Alexis y me dijo:

-Fidis, mira algo que puede de alguna manera dar una esperanza para el futuro, en un sistema intermedio entre el planeta central Fungo en triángulo con el sistema Prima y el planeta principal del sistema Sargón.

 

Nos reunimos los tres: Embajadores de Prima, embajadores fungo y embajadores de Sargón.

Evidentemente los fungo no esperaban el tremendo ataque de Andara, no significa que lo justifiquemos, ya lo hablamos, pero si ha servido para lograr una tregua, bienvenido sea. Además los áunes tienen la bomba gravitónica, nunca la han tenido que usar. Es más cruel quizá que una bomba de vacío en una nave o un gran crucero, querido Fidis, una bomba de vacío puede actuar en una millonésima de segundo, la nave desaparece con sus tripulantes con una singularidad, los seres que estén en esa nave ni siquiera tienen tiempo de darse cuenta de que murieron. En un mundo grande o mediano una bomba gravitatoria es como una mini estrella de neutrones que va implosionando al mundo y no es instantáneo, de todos modos son segundos nada más, pero esos segundos es algo cruel.

Lo miré a Alexis y le dije:

-De mi parte, si fuera mi decisión, nunca más habría que usar ese tipo de armas. Obviamente no depende de nosotros.

 

-¿Me... me permites una sugerencia? -Lo miré a Alexis.

-¿En qué sentido?

-¿Quisieras conocer un mundo Fungo?

-¿Ir de visita al enemigo?

-No, no, Fidis -me dijo el capitán Alexis-, no necesariamente.

-Explícate -le pedí.

-A ver. Hay muchos mundos que ni siquiera conocen los viajes espaciales, algunos ni siquiera han llegado a sus propios satélites, algunos directamente ni siquiera tienen aparatos voladores, pero fueron invadidos por los fungo, los han esclavizado.

-Acepto ir. Me cuentas bien el detalle por el trayecto.

-Aquí tenemos un crucero plateado con doble capa de invisibilidad, visual y térmica además indetectable a cualquier aparato. Es una nave pequeña, iremos pocos. Aprovecharé para llevar a un alférez llamado Lar Dimitrio, quiero que conozca otras civilizaciones. Irán varios tenientes que se ocuparán de la nave, y lo tomaremos como un aprendizaje.

Sonreí. Lo miré a Alexis:

-Sabes que estoy sonriendo. -Me puso la mano en el hombro.

-Fidis, Fidis, conozco todos los gestos de los reptiloides, y más de los amigos. -El que estaba paralizado de nervios era el alférez-. Lar, te presento al esposo de la primer ministro Nubia.

-Señor, a sus órdenes. ¿En qué le puedo ser útil?

-¿Quieres ser útil?

-Señor, sí, señor.

-Bien. Sírvenos una bebida caliente y siéntate con nosotros.

-¡Señor, soy un alférez!

Alexis le dijo:

-Has escuchado a Fidis, prepara las bebidas y siéntate con nosotros.

Le pregunté a Alexis ya tomando un sorbo de la bebida tibia:

-¿Cómo haremos?

-Es muy sencillo, nuestra máquina es una procesadora de última generación, puede producir en ultradimensión holográfica todo tipo de trajes y ropajes de acuerdo a los visitantes donde vayamos. Llevaremos, obviamente, como hacemos siempre, un pequeño ordenador traductor de idioma que no solamente los habitantes van a escuchar nuestra voz en su idioma sino también con el mismo acento.

-Eso es buenísimo. ¿Pero qué pasa conmigo? -Alexis me miró.

-¿Lo dices porque quizá sean humanos y tú reptiloide? El ordenador no solamente va a hacer que luzcas con la ropa sino que tu presencia va a ser acorde a la raza que quizá no sea humana, hasta pueden tocarnos y van a sentir nuestra piel, nuestra carne como si fuera igual a la de ellos. Ya tenemos una vacuna universal para todo tipo de virus, pero de todas maneras antes de llegar analizaremos la atmósfera. Hay un sistema que se llama Noster, los fungo se han apoderado y tienen a su población esclavizada desde el equivalente a más de un siglo de Sargón.

-Bien.

 

No fuimos a demasiada velocidad, aprovechamos el viaje para conversar.

Finalmente se analizó la atmósfera, había algunas bacterias y virus desconocidos que se analizaron y en milisegundos el holoordenador dio instrucciones al aparato médico para que genere las vacunas correspondientes que nos aplicamos directamente en la piel.

-Vamos a bajar los tres. Tú Fidis, yo y el alférez Lar Dimitrio. Los demás quedarán en órbita observándonos.

 

Me quedé maravillado porque la raza era humana de piel oscura y estábamos caracterizados de la misma manera, solamente nosotros con un aparato muy pequeño y especial en nuestros ojos hacía que podíamos vernos tal cual éramos, los demás no, ante los demás éramos como ellos. Obviamente con el ordenador se estudiaron las costumbres.

 

Entramos a un bar bastante antiguo, nos pedimos una bebida con alcohol, que era lo que se tomaba allí. Por supuesto en nuestro cuerpo teníamos comprimidos especiales para que el alcohol no nos haga ningún efecto.

La gente era muy pacífica, se los veía activos, trabajando; había carpinterías, talabarterías, herreros, ferias donde se vendía de todo. Y me sorprendió, como también le sorprendió a Alexis, que tenían electricidad, y en la parte central de la ciudad se veían algunos automóviles.

Se acercaron a nosotros tres personas mayores.

-¿Podemos sentarnos?

-Adelante -les dije. ¿Queréis tomar algo?

-Obviamente. ¡Tabernero!, tres de lo que tomamos siempre. -El tabernero les trajo tres bebidas como las que tomábamos nosotros-. No los conocemos, ¿de dónde son?

-¡Oh! -dije-, somos del interior, somos muy conservadores.

-¿En qué sentido? -preguntó el mayor de ellos.

-Y..., no sé cómo explicarlo...

-Mire, amigo, aquí somos muy directos, vaya directamente al grano. -Gracias al holoordenador entendíamos la jerga de cómo hablaba esta gente.

Le respondí:

-Iré al grano. Me sentía más cómodo o mejor dicho, mi padre, mi abuelo se sentían más cómodos cuando estábamos solos; desde que llegaron los invasores ahora trabajamos para ellos. Disculpad que sea del interior, pero no estoy viendo a ningún invasor.

-Es que no están, vienen una vez cada treinta días a buscar su parte de cosechas, de todo tipo de alimentos, se llevan crías de algunos animales.

-No sé, quizá soy un poco atrasado -le respondí al hombre-, pero trabajar para otros yo me sentiría esclavo.

El hombre medio se envaró y se enojó:

-Te disculpo porque vienes del interior, ¿sabes cómo era esta ciudad? Mi padre y mi abuelo me lo contaron; no había luz, no existía la electricidad, no había ningún tipo de vehículo. Hace más de un siglo hubo una peste y murieron miles de personas. Cuando vino esta gente del cielo primero teníamos miedo, pero nos dieron de todo. Primero nos inyectaron algo que se llamaba vacunas, nunca más murió ninguno de nosotros de aquí, de Noster, por fiebre o por alguna otra peste. Es más, nos dieron productos para mejorar la tierra y que la cosecha sea más abundante, nos pusieron electricidad, tenemos aparatos eléctricos para cocinar, tenemos refrigeradores para guardar la comida para que no se eche a perder. Tenemos hospitales donde vacunan a los recién nacidos. Si una persona tiene un problema nos enseñaron lo que es la medicina, podemos operar, mucha gente moría de una tontería, de un problema del apéndice. Son benefactores. Pero claro, ustedes son brutos que vienen del interior... ¿Saben leer por lo menos?

Habló Alexis:

-Sí, algo, no mucho.

-¿Se dan cuenta? Nos enseñaron a leer, a escribir, nos enseñaron a hacer cuentas, podemos trasladarnos con vehículos a distancias enormes, nos enseñaron las distancias que tenemos hasta el satélite. Todo eso se lo debemos a ellos. ¿Esclavos? Esclavos para nada. ¿Nos invitan a otra copa?

 

Habló Alexis:

-Por supuesto amigos, y de paso tomamos otra nosotros. -Obviamente a ellos sí les afectaba el alcohol y nosotros fingimos que también nos afectaba.

-¿Y qué hacen ustedes en su pueblo?

-¡Ah! Trabajamos en carpintería. -Lo miraron a Lar.

-¿Y tú qué haces?

-Igual que ellos, señor. -Lo miró el hombre.

-No me digas señor, me hace parecer que soy viejo.

-Disculpe, no quise ofenderlo.

-No, mocito, no me ofendes. Choca la copa conmigo y brindemos.

 

La cuestión que nos quedamos toda la tarde y tomamos cinco rondas de copas. Por suerte estábamos protegidos y el alcohol no nos afectaba en absoluto, pero a ellos sí, estaban bastante alcoholizados.

Aparecieron tres mujeres y les gritaron:

-¡Otra vez bebiendo y nosotras trabajando en el hospital! ¡Ya mismo a casa! -Los hombres se pararon.

-Discúlpenos, amigos, mañana seguimos. -Las mujeres nos miraron.

-Y ustedes, vagos, ¿de dónde son?

Hablé yo:

-Somos del interior, señora, estamos deslumbrados de ver esta ciudad tan grande.

-Bueno, vuelvan a su pueblo, aquí no tienen nada que hacer más que distraer a nuestros maridos.

-Sí, señora.

 

Lo miré a Alexis-. Estoy asombradísimo, yo me imaginaba un mundo donde los tenían trabajando en minas con capataces con el látigo en la mano y sin embargo los adelantaron, erradicaron las enfermedades... Bueno, esto lo tiene que saber Sargón y Prima. Es hora de que nos alejemos del poblado y en una comarca donde nadie nos vea pedimos que nos teletransporten a la nave y volvemos al sistema Prima.

 

Alexis lo miró a Lar y le preguntó:

-¿Y?

-Mi capitán, estoy maravillado, conozco una raza que está feliz de ser sometida. -Alexis le respondió:

-¿Te parece que está sometida?

-Bueno, en realidad el hecho de que hayan venido los fungo, por lo menos a ese sistema, Noster, lo ha favorecido. La manera de hablar era genuina, no nos estaban ocultando nada.

Hablé yo:

-Además, el alcohol desinhibe y cuando el alcohol desinhibe es muy difícil que la persona mienta u oculte algo. Habría que visitar otros mundos esclavizados por los fungo a ver si también dejaron adelantos como en este. El hecho de haber evitado pestes habla a favor y no en contra de los fungo. Está bien, vienen cada tantos días a llevarse cosechas, crías de animales, pero a cambio les dieron un adelanto impresionante.

 

Alexis, ya en la nave me dijo:

-Y si son así tan bondadosos con esa gente, ¿por qué atacan con bombas gravitatorias un mundo Prima que no les hizo nada?, ¿por qué esa dualidad?

 

No le supe responder, era algo que teníamos que averiguar. ¿Era una dualidad o era la manera de ser de los Fungos?

El alférez Lar dijo:

-Quizá ataquen por miedo, porque piensan que el día de mañana, que puede ser ahora o dentro de cien años, el sistema Prima los quiera invadir.

Lo miré a Lar y le dije:

-Si fuera así eso está en la mente de ellos. Por lo menos en el sistema Noster los tienen como más que benefactores.

 

Y me quedé pensando en la dualidad que hipotéticamente habría. O tendría razón el alférez Lar, a los poderosos los atacaban por precaución. Pero claro, la respuesta catastrófica de Andara pudo haber servido o bien para que pidan una tregua o bien para equiparse, fingir esa tregua y el día de mañana atacar más ferozmente.

 

Ahora sí llegaremos rápido a Prima para explicar esa dualidad a los embajadores. Mientras tanto me encerré en mi camarote y me quedé hablando con Nubia.

 


 

Sesión 09/02/2024
Médium: Jorge Raúl Olguín
Entidad que se presentó a dialogar: Thetán de Edgar (Ador-El)

Había habido un atentado a un mundo fungo y señalaban a Prima y a Sargón como ejecutores. El sistema Fungo deseaba en venganza atacar a ambas Federaciones. La entidad comenta lo difícil que era resolver la situación, porque fuera como fuera habría guerra.

Sesión en MP3 (3.216 KB)

 

Entidad:

-Coméntame por favor, Nubia. -Me miró.

-Me gustaría en algún momento, Fidis, hablar de temas cotidianos, normales, a veces siento como que el cargo me pesa.

La miré y le dije:

-Eso se llama responsabilidad, sería grave si no te pesara.

-Pero entiendes, Fidis, el poder actuar como una persona normal, a veces nos cuesta tomar decisiones y a veces nos sentimos anímicamente mal porque las cosas no se dan como una quiere.

-Nubia, eso me pasa a mí también. Yo creo que nos pasa a todos, a cada uno en su medida y de acuerdo al peso que tenga sobre los hombros. Tu peso es de quinientos cincuenta y cinco sistemas estelares.

-Vuelvo a pasar el holovideo, Fidis. -Pulsó la holocámara y se escuchaba la voz de Oldo, el embajador fungo:

-Estimada primer ministro de Sargón, Nubia. El hecho de ser amigos de nuestros enemigos, como lo es el sistema Prima, hace que vosotros también seáis enemigos nuestros. No toméis esto como una amenaza, tomadlo sí como una advertencia. Haced una declaración abierta a todos los sistemas aclarando que no sois amigos del sistema Prima y acusadlos de genocidio, porque quien ha destruido un mundo fungo ha sido alguien de la tropa del sistema Prima. El hecho de que vosotros seáis amigos significa que estáis avalando tal masacre. Por lo tanto si no aclaráis que no estáis con ellos y a su vez hacéis una declaración condenando el hecho, nuestras medidas serán atacar ambos sistemas. Pensaréis equivocadamente que ambos sistemas unidos podrán contra nosotros. De ser así os equivocaréis, atacaremos cualquier mundo de Sargón. Tenemos con qué. Tenemos bombas gravitatorias y no atacaremos un mundo, atacaremos varios sin avisar. Y no sólo los mundos sino vuestros cruceros, los dejaremos indefensos. Primera ministro, tienes para pensarlo diez de los días de vuestro mundo principal, cumplido ese lapso si no está la aclaración os consideraremos enemigos y actuaremos como tales.

 

La miré a Nubia.

-Eso fue todo. Cortó la comunicación, Fidis.

-Pensé que lo habían sacado al gran consejero Aunor.

-No, no lo sacaron. No creo que sea porque tenga tanto poder, evidentemente alguna debilidad tendrán los consejeros que Aunor sabe de ellos y los tiene cogidos por el cuello, si se entiende la expresión. Hablé con el capitán Alexis y dijo que se comunicaba con Luber, su gran amigo -Nubia hizo silencio.

Le dije:

-Sí, es un tema difícil. Entiendo que no somos responsables de lo que pasó con el mundo fungo, pero si se entiende la expresión, como decían nuestros ancestros, eso de hilar fino, de ser extremadamente sutiles, Prima tampoco tiene una responsabilidad general. Lo que ha ofrecido Aunor es una opción doble, castigar a la alférez Gamala o entregarla al mundo fungo. Pero Nubia, este Oldo, este embajador, le respondió a Aunor, al gran consejero de Prima que le pareció una burla, matar a una alférez a cambio de un mundo. Luber comentó por medio del capitán Alexis, ¿Qué pretendían, que Prima sacrifique un mundo a cambio con millones de inocentes?

Nubia me miró:

-Es algo complicado, muy complicado, Fidis. Pongámonos en el lugar de ellos; alguien de manera irracional acaba con un mundo nuestro y ese sistema nos ofrece al culpable para que lo condenemos. Seguramente yo lo aceptaría pero tendría decenas o quizá centenas de sistemas que me estarían diciendo: ¿Y la venganza? Pero Fidis -continuó Nubia-, la venganza es justicia. Ahora, ¿hasta dónde llega la justicia? A mí me reclamarían "Primera ministro, destruya un mundo en desagravio". Seguramente los Fungos le dirían lo mismo a Oldo, al embajador. No les interesa la alférez Gamala y obviamente nos ponen a nosotros también como cómplices y su idea es destruir un mundo de Sargón. En algunas cosas Prima está más avanzado que nosotros, sus mundos están protegidos por sistemas de energía con ultracarbino, El querido Luber, obviamente en secreto, nos pasó la fórmula del ultracarbino para también aplicarla en lugar del ultragrafeno en nuestros cruceros, pero se necesita millones y millones de créditos para armar toda la estructura en todos los mundos. Tenemos quinientos cincuenta y cinco sistemas estelares y miles y miles de cruceros de primer nivel, no todos tienen una enorme protección. Además, no tenemos tiempo, diez días de nuestro mundo. Nos llevaría un año de nuestro mundo el armar semejantes estructuras en todos los sistemas estelares de Sargón.

 

La miré a Nubia y sentía en mi pecho su angustia. Y obviamente me hacía mal, me dolía verla sufrir, me dolía su ansiedad, me dolía..., no su incapacidad porque era la persona más capaz que conozco, su..., su falta de tiempo para coordinar todo.

La miré y exclamé:

-Mira, querida Nubia, sólo podemos hacer una cosa, ir de nuevo al sistema Prima.

-No, no, Fidis, Aunor nos declaró indeseables. Obviamente se lo dijimos a Oldo, el embajador fungo, hizo una mueca que la interpreté como una sonrisa, una burla. No cree que estamos no por el lado nuestro por el lado de Prima, no cree que estamos distanciados, al contrario, piensa que es una estratagema que nos hace más cómplices todavía, de alguna manera nos toma como mentirosos.

-¿Y qué piensas, Nubia, que actuemos por nuestra cuenta y que Prima actúe por su cuenta?

-Qué haríamos nosotros, Fidis, si fuera una alférez nuestra, ¿dejaríamos que los fungos destruyan un mundo? Ya lo dijimos, ¿qué pasaría si fuera al revés, cuántos sistemas me reclamarían venganza? Que ellos nos entregaran a la persona responsable y la condenáramos a muerte..., ¿un muerto por millones de muertos inocentes?, ¿qué haríamos? -La miré- ¿Qué harías?

-Les declararía la guerra hasta que se rindan y desarmarlos. No destruiría un mundo pero los desarmaría. Ya no habría un sistema Fungo, serían, no esclavizados como hacen ellos que esclavizan mundos, pero estarían bajo nuestra supervisión permanente.

-Ahora, Fidis, los fungo no piensan así, si supuestamente ellos le ganaran a Prima o nos vencieran a nosotros, nos esclavizarían y morirían muchos millones, y se darían el gusto, si me permites la expresión, mi amor, de destruir alguno de nuestros mundos en represalia. Mi idea no es, Fidis, destruir un mundo, pero lo pensé, hablando contigo lo fui pensando: les declaramos la guerra al mundo fungo y que Prima haga su parte o no. Lo comunicaré primero por ultraradio personal a los quinientos cincuenta y cinco sistemas de que voy a hacer la declaración de guerra, y toda nave que se acerque a menos de un mes luz de cualquiera de los sistemas de Sargón será destruida, y a su vez atacaremos mundos fungo -La miré.

-Estamos en la misma, mi amor, al declarar la guerra va a haber destrucción de mundos fungo.

-Bueno, el hecho de que todos la aprueben y se lo comunique al embajador fungo Oldo... No tengo otra, no tengo otra, Fidis. ¿Qué dices?

-Nubia, mi amor, te apoyo cien por cien como primera ministro y como mi esposa y como la persona que más amo. Y no lo hago por un sentimiento lo estoy haciendo por sentido común. Si tú no fueras mi pareja, si sólo fueras mi primera ministro igual tienes mi cien por ciento de apoyo. Y no por lealtad solamente, que la tienes cien por cien, sino por lógica.

 

Nubia me abrazó y me dio un largo, largo beso. Luego me miró a los ojos seriamente y me dijo:

-Fidis, eres mi esposo y eres mi consejero, pongámonos menos a la obra. Empecemos con las comunicaciones, también lo voy a comunicar al cretino de Aunor, el gran consejero de Prima. Manos a la obra.

 


 

Sesión 12/07/2024
Médium: Jorge Raúl Olguín
Entidad que se presentó a dialogar: Thetán de Edgar (Ador-El)

No hubo guerra, el imperio Mordon y la dirección fungo aceptaron pactar una solución. Ahora, la entidad que fue Núbia, la primer ministro de Sargón, comenta que notaba el cansancio de la responsabilidad de su cargo para evitar guerras entre mundos y razas. Pasaba revista a lo sucedido, le afectaba interior y exteriormente. Quisiera poder modificar el pasado, pero el pasado no se puede modificar, somos el resultado de lo vivido, lo que se puede modificar es cómo nos afectan los recuerdos.

Sesión en MP3 (3.925 KB)

 

Entidad:

 

Me acerqué a Nubia y le pregunté:

-Por fin podemos estar tranquilos. Lamento mucho que el capitán Alexis se haya retirado, pero en este momento siento una tranquilidad, noto una paz como quizá no la sentí en mi vida.

Nubia me miró y me dijo:

-¿Te refieres a porque vencimos al imperio Mordon y los fungos están de nuestro lado?

-Absolutamente -respondí. Bajó su mirada.

¿Qué sucede, Nubia?

-Quizá desde que murió Will y asumí el cargo de primer ministra siento como que todo me pesa mucho más. -Fruncí el seño.

-No te entiendo; la presión que tenías, las decisiones que tenías que tomar, los debates con los primeros ministros, aliados de los distintos sistemas estelares, eso era presión, una presión casi insoportable, a nivel mental, a nivel emocional. -Sonrió.

-Quizá este es el problema.

-Explícate, por favor, Nubia.

-Mira, Fidis, ahora tengo tiempo de pensar.

-Continúa.

-Yo no era nadie...

-Nubia, todos somos alguien...

-Siempre fui humilde. Mis comienzos fueron de maltratos, de dudas... Y yo no puedo decir que no le debo nada a nadie, hubo gente que me ha ayudado, humanos, reptiloides. En un mundo de humanos, porque he estado, no como Sargón donde hay distintas razas y todos supuestamente están en armonía, pero a veces estar en un mundo únicamente de humanos te miran como con miedo, con asco, con dudas. Y sí, me han ayudado. Pero cuando digo, cuando digo que no le debo nada a nadie es porque me forjé sola. Mucho. Muchísimo. Pero nunca hubiera creído que iba a llegar al puesto de primer ministro de Sargón. Recuerdo cuando te conocí, Fidis, venías escapando de los antiguos pero eras una persona segura.

-Tú también lo eres. -Le dije.

-No. Me ha costado mucho, me ha costado muchísimo, las luchas más grandes no fueron con los mordon, con los lángar, fueron conmigo misma. Pero si piensas que alguien lo notó, no.

-Mi amor -le dije-, no lo he notado yo. Estoy contigo.

-Ahora es como que ya no tengo esos escudos, mentales, espirituales, donde disimulaba mi vulnerabilidad, pero lo he tenido mucho tiempo y me han lastimado mucho.

-No comprendo. -Me miró.

-Te explico por qué. -La miré.

-Explícame por qué, si te cubres -porque de alguna manera ocultabas cuando eras mucho más joven- tus vulnerabilidades... ¿En qué sentido te pueden lastimar si justamente son para protegerte? Tal vez a nivel mental, tal vez a nivel de qué pasaría si lo hipotético.

Ella me miró y me dijo:

-¿Sabes qué pasa, Fidis?, desgasta mucho impostar. Y además la gente tiene una mala interpretación de qué es impostar, piensan que impostar es fingir. No. Yo impostaba firmeza, seguridad, apasionamiento en las cosas que hacía, pero por dentro temblaba. Me han quedado muchos traumas de cuando era pequeña y me costó mucho resolverlos. Y los he resuelto. -Sonreí con amargura.

-Mi amor, si los has resuelto, ¿por qué las dudas, por qué los comentarios?

-Es sencillo, Fidis, porque como tú has dicho ahora podemos respirar, ahora se siente paz. Era el fragor de la lucha, era el fragor de dirigir quinientos cincuenta y cinco sistemas. No tienes tiempo ni de ocuparte de ti misma, no tienes tiempo de nada. Ahora que todo esto supuestamente ha terminado es como que bajas los brazos y notas lo extenuado que estás. ¿Tú no lo notas, Fidis?

-¿Honestamente? No. Noto tranquilidad, como te dije. Y estaba tan... no digo nervioso sino enfrascado en la causa... Pero no, seguramente me agotó, pero no de extenuarme a nivel vulnerabilidad.

-No tenemos por qué ser iguales, Fidis. -La miré.

-Está bien. Ahora que ya ha terminado todo esto no significa que no haya más problemas. Pero sí te relajas, ¿por qué tienes que repasar ese pasado que te ha afectado tanto y que lo has tenido callada todo el tiempo? Ni siquiera a mí me has comentado, que soy tu pareja, tu amor, me has comentado las cosas que has pasado. Aún hoy ignoro los detalles.

-No sé cómo serán las demás personas, Fidis, pero... a ver cómo lo explico... Cuando te sientes enfrascada, cuando te sientes motivada, porque no deja de ser una motivación una guerra, aunque sea algo cruel, porque prima, por sobre todo, el distinto de su pervivencia. No voy a ser hipócrita, Fidis, y menos contigo. Obviamente me importaban todos los sistemas estelares, obviamente me interesaba Sargón. Pero pensaba en nosotros, pensaba en mí, pensaba en esas bestias, los mordon, pensaba en qué pasaría si perdíamos, ¿qué sería de nosotros, nos matarían lentamente? ¿Cómo sería nuestra muerte?

-Estoy viendo que no te sientes bien -exclamé-, y me desconcierta porque... Es cierto, ya pasó lo peor pero tu relación tendría que hacer de alivio y veo que estás mortificada, como si ese pasado donde te despreciaron, donde te marginaron, donde eras... disculpa mi expresión, un bicho raro, donde no te identificabas con quién te rodeaba no puede pesar más que el riesgo de muerte que pasamos ahora. Insisto: Ahora estás mejor, ahora estás bien, ahora tendrías que estar aliviada. Ahora podemos, por fin, planificar un futuro, hijos.

-Sí. Sí, Fidis. Quizás necesite muchos días como para recapacitar de dónde estoy parada. Me pesa en este momento el cargo. Quizá sea hora que lo deje. Quizá sea el momento que renuncie, tenemos bastantes créditos como para vivir toda la vida. Eso no significa que busquemos un lugar de confort, pero podemos especializarnos en mapas galácticos. Me pesa todo esto, me pesa la vida.

 

Me sentí alarmado porque no esperaba esa reacción, y eso lo teníamos que profundizar. Y lo íbamos a profundizar. Lo teníamos que profundizar.

 

Esa noche me quedé pensando. Nos acostamos, nos abrazamos y si bien el deseo tenía el mismo fuego de siempre nuestras mentes estaban a años luz de distancia, figurativamente hablando.

 

Cuando se termina una batalla, ¿qué hacer? Quizá mi manera de pensar era más pragmática, disfrutar, dejar de pensar en qué hubiera pasado si o qué voy a hacer ahora. Ambos tenemos conocimiento para trabajar en forma independiente fuera de cualquier cargo político. Pero a Nubia le pesaba más su pasado que su cargo como primer ministro de todo Sargón.

Lo continuamos hablando: El pasado no se puede modificar, lo que se puede modificar son los recuerdos.

 

Hace tiempo atrás, mucho tiempo antes de que ocurriera el problema con los fungos, tuve una conversación con Alexis al respecto, sobre hasta qué punto nos afectan los recuerdos.

Y recuerdo que Alexis me respondió:

-Yo no permito que me afecten.

-¡Pero tienes recuerdos!

-¡Je, je! -Sonrió-. Tengo recuerdos de traiciones, de burlas, de circunstancias completamente desfavorables. No la pasé bien. Y a veces pensaba, ¿por qué los científicos aún no han creado una máquina del tiempo? Cuando me siento reactivo digo: «¡Ah!, Fidis, si supieras las cosas que haría con una máquina del tiempo, volvería a ese pasado donde me hirieron y me desquitaría». Pero sería una paradoja porque cambiaría un futuro que no sería el mío, porque estoy convencido, estimado Fidis, que si hipotéticamente yo cambiara mi pasado se formaría un universo alterno, no hubiera cambiado nada. Pero claro, me hubiera desquitado de aquel señor que me maltrató siendo un niño y el cual seguramente está muerto hace tanto tiempo. Pero después pensé, ¿a quién le hace daño hoy, ¡hoy!, recordando esas cosas? A mí, Fidis a mí.

Le pregunté:

-¿Y entonces cómo lo has solucionado?

-Muy sencillo, los recuerdos no se pueden borrar pero podemos hacer que sean neutros, que no nos lastimen, que no nos compliquen nuestra existencia actual. Somos lo que vivimos, aún lo negativo.

-Alexis, no es tan así -le aclaré-. Hay personas que son vulnerables, débiles, y son lo que han hecho de ellos, quedan con ese trauma para toda la vida aun triunfando actualmente. Hay cosas que no se borran.

Alexis hizo una mueca de amargura y luego sonrió, y me dijo:

-Fidis, es cierto hay gente que es más vulnerable, pero todos, todos podemos llegar a tener recuerdos neutros que no nos condicionen. Somos lo que hicimos y somos lo que hicieron de nosotros, pero por sobre todas las cosas somos quienes queremos ser. Y eso es lo que muchos no entienden.

 

Estaba recostado en la cama pensando en las palabras de Alexis, nuestro querido excapitán de la flota.

A la mañana, desayunando con Nubia le repetí esas palabras.

-«Somos lo que hicieron de nosotros». Pero podemos cambiar eso, porque nosotros tenemos que ser quienes queremos ser. No es exactamente como lo dijo Alexis, pero mi amada Nubia, es la manera. Por otro lado, y esto lo digo yo, no lo dijo Alexis, pero si tuviéramos esa hipotética máquina del tiempo y viajáramos al pasado para desquitarnos, vengarnos, ¿en qué nivel de alma estaríamos? Igualaríamos para abajo. ¿Queremos eso?, ¿queremos igualar para abajo?

-No -me dijo Nubia-, no, Fidis, yo no quiero igualar para abajo, pero tener un recuerdo neutro no es algo que uno haga con un chasquido de dedos y ya está.

-Seguramente que no, mi amada, es un trabajo interno pero se puede lograr. Ahora, tú, mi amada, no dudes, si estás agotada no permitas quedar exhausta, si ves que ya fue suficiente tu cargo como primer ministro de quinientos cincuenta y cinco planetas... más, porque hay sistemas que tienen más de un planeta habitado sin contar los planetas mineros, los satélites, hagamos algo que nos reconforte como civiles. Bueno, yo soy civil, tú. ¿No quieres estar en Sargón? Alexis me dijo que Prima tiene una campiña espectacular, él disfruta, esto no significa que de tanto en tanto salga en una espacio-nave a recorrer, pero podemos hacer muchas cosas. Esto no significa hacer todo a la vez precipitándonos. ¿Por qué mucha gente toma a mal cuando uno dice la vida está para disfrutarla?, o piensan que lo normal o que el común denominador es sufrir. No, Nubia, no, yo no me lo voy a permitir. Ahora, si son circunstancias ajenas a mis decisiones, bueno, veré de qué manera confrontarlas. Pero lo que menos me importa es la opinión de de los demás mientras yo tenga mi conciencia tranquila de que hice las cosas bien. Y tú, Nubia, has hecho las cosas más que bien; si otras personas fueron o siguen siendo dañinas hay que tenerles compasión, no odio. Otra cosa que me dijo Alexis una vez fue, que a veces se aprende más del mal que del bien.

-¿Cómo?

-Muy sencillo, Nubia. Obviamente que si hay gente que te da ejemplos de buenas costumbres, de buenos deseos, de buenas maneras uno busca emular eso. Y está bien. Pero a veces, de las personas como dice Alexis, tóxicas, puedes aprender.

-Nubia me miró y me dijo:

-Estoy de acuerdo contigo, pero hay personas que son vulnerables, y que ese próximo tóxico la puede jalar hacia abajo.

-Sí, sí lo reconozco. ¿Pero de quién depende? De ti, de mí, de nosotros. No permitamos que el mal venza ni en este presente ni en nuestros recuerdos. Y por último, mi amor, hay personas en la sociedad que miran con cierto rostro de condena cuando uno dice: «La vida es para disfrutarla». Honestamente, ese tipo de personas las ignoro, y no por vanidad sino porque no quiero que me contaminen.

 

Nos tomamos de la mano y nos dimos un beso pensando en el futuro. ¿De qué se trataría? Bueno, el futuro hay que vivirlo. De eso se trata.