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Psicoauditación - Edgar Martínez

Grupo Elron
Sección Psicointegración y Psicoauditación - Índice de la sección - Explicación y guía de lectura de la sección

Si bien la Psicoauditación es la técnica más idónea para erradicar los engramas conceptuales del Thetán o Yo Superior de la persona, la mayoría de las veces se psicoaudita a thetanes que habitan en planos del Error y sus palabras pueden no ser amigables y/o oportunas para ser tomadas como Mensajes de orientación, algo que sí se da cuando se canaliza a Espíritus de Luz o Espíritus Maestros.
El hecho de publicar estas Psicoauditaciones (con autorización expresa de los consultantes) es simplemente para que todos puedan tener acceso a las mismas y constatar los condicionamientos que producen los implantes engrámicos.
Gracias a Dios, esos implantes son desactivados totalmente con dicha técnica.


Atte: prof. Jorge Olguín.

 

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Sesión del 11/01/2024 Sargón, Fidis

Sesión del 09/02/2024 Sargón, Fidis

 


Sesión 11/01/2024
Médium: Jorge Raúl Olguín
Entidad que se presentó a dialogar: Thetán de Edgar (Ador-El)

De incógnito decidieron visitar un mundo que constaba como invadido por los fungo, para ver y conocer la raza y cómo vivían. La entidad relata que quedó asombrado del buen entendimiento que había entre sus moradores con los supuestos invasores fungo.

Sesión en MP3 (5.612 KB)

 

Entidad: La situación estaba muy tirante

 

Se acercó el capitán Alexis y me dijo:

-Fidis, mira algo que puede de alguna manera dar una esperanza para el futuro, en un sistema intermedio entre el planeta central Fungo en triángulo con el sistema Prima y el planeta principal del sistema Sargón.

 

Nos reunimos los tres: Embajadores de Prima, embajadores fungo y embajadores de Sargón.

Evidentemente los fungo no esperaban el tremendo ataque de Andara, no significa que lo justifiquemos, ya lo hablamos, pero si ha servido para lograr una tregua, bienvenido sea. Además los áunes tienen la bomba gravitónica, nunca la han tenido que usar. Es más cruel quizá que una bomba de vacío en una nave o un gran crucero, querido Fidis, una bomba de vacío puede actuar en una millonésima de segundo, la nave desaparece con sus tripulantes con una singularidad, los seres que estén en esa nave ni siquiera tienen tiempo de darse cuenta de que murieron. En un mundo grande o mediano una bomba gravitatoria es como una mini estrella de neutrones que va implosionando al mundo y no es instantáneo, de todos modos son segundos nada más, pero esos segundos es algo cruel.

Lo miré a Alexis y le dije:

-De mi parte, si fuera mi decisión, nunca más habría que usar ese tipo de armas. Obviamente no depende de nosotros.

 

-¿Me... me permites una sugerencia? -Lo miré a Alexis.

-¿En qué sentido?

-¿Quisieras conocer un mundo Fungo?

-¿Ir de visita al enemigo?

-No, no, Fidis -me dijo el capitán Alexis-, no necesariamente.

-Explícate -le pedí.

-A ver. Hay muchos mundos que ni siquiera conocen los viajes espaciales, algunos ni siquiera han llegado a sus propios satélites, algunos directamente ni siquiera tienen aparatos voladores, pero fueron invadidos por los fungo, los han esclavizado.

-Acepto ir. Me cuentas bien el detalle por el trayecto.

-Aquí tenemos un crucero plateado con doble capa de invisibilidad, visual y térmica además indetectable a cualquier aparato. Es una nave pequeña, iremos pocos. Aprovecharé para llevar a un alférez llamado Lar Dimitrio, quiero que conozca otras civilizaciones. Irán varios tenientes que se ocuparán de la nave, y lo tomaremos como un aprendizaje.

Sonreí. Lo miré a Alexis:

-Sabes que estoy sonriendo. -Me puso la mano en el hombro.

-Fidis, Fidis, conozco todos los gestos de los reptiloides, y más de los amigos. -El que estaba paralizado de nervios era el alférez-. Lar, te presento al esposo de la primer ministro Nubia.

-Señor, a sus órdenes. ¿En qué le puedo ser útil?

-¿Quieres ser útil?

-Señor, sí, señor.

-Bien. Sírvenos una bebida caliente y siéntate con nosotros.

-¡Señor, soy un alférez!

Alexis le dijo:

-Has escuchado a Fidis, prepara las bebidas y siéntate con nosotros.

Le pregunté a Alexis ya tomando un sorbo de la bebida tibia:

-¿Cómo haremos?

-Es muy sencillo, nuestra máquina es una procesadora de última generación, puede producir en ultradimensión holográfica todo tipo de trajes y ropajes de acuerdo a los visitantes donde vayamos. Llevaremos, obviamente, como hacemos siempre, un pequeño ordenador traductor de idioma que no solamente los habitantes van a escuchar nuestra voz en su idioma sino también con el mismo acento.

-Eso es buenísimo. ¿Pero qué pasa conmigo? -Alexis me miró.

-¿Lo dices porque quizá sean humanos y tú reptiloide? El ordenador no solamente va a hacer que luzcas con la ropa sino que tu presencia va a ser acorde a la raza que quizá no sea humana, hasta pueden tocarnos y van a sentir nuestra piel, nuestra carne como si fuera igual a la de ellos. Ya tenemos una vacuna universal para todo tipo de virus, pero de todas maneras antes de llegar analizaremos la atmósfera. Hay un sistema que se llama Noster, los fungo se han apoderado y tienen a su población esclavizada desde el equivalente a más de un siglo de Sargón.

-Bien.

 

No fuimos a demasiada velocidad, aprovechamos el viaje para conversar.

Finalmente se analizó la atmósfera, había algunas bacterias y virus desconocidos que se analizaron y en milisegundos el holoordenador dio instrucciones al aparato médico para que genere las vacunas correspondientes que nos aplicamos directamente en la piel.

-Vamos a bajar los tres. Tú Fidis, yo y el alférez Lar Dimitrio. Los demás quedarán en órbita observándonos.

 

Me quedé maravillado porque la raza era humana de piel oscura y estábamos caracterizados de la misma manera, solamente nosotros con un aparato muy pequeño y especial en nuestros ojos hacía que podíamos vernos tal cual éramos, los demás no, ante los demás éramos como ellos. Obviamente con el ordenador se estudiaron las costumbres.

 

Entramos a un bar bastante antiguo, nos pedimos una bebida con alcohol, que era lo que se tomaba allí. Por supuesto en nuestro cuerpo teníamos comprimidos especiales para que el alcohol no nos haga ningún efecto.

La gente era muy pacífica, se los veía activos, trabajando; había carpinterías, talabarterías, herreros, ferias donde se vendía de todo. Y me sorprendió, como también le sorprendió a Alexis, que tenían electricidad, y en la parte central de la ciudad se veían algunos automóviles.

Se acercaron a nosotros tres personas mayores.

-¿Podemos sentarnos?

-Adelante -les dije. ¿Queréis tomar algo?

-Obviamente. ¡Tabernero!, tres de lo que tomamos siempre. -El tabernero les trajo tres bebidas como las que tomábamos nosotros-. No los conocemos, ¿de dónde son?

-¡Oh! -dije-, somos del interior, somos muy conservadores.

-¿En qué sentido? -preguntó el mayor de ellos.

-Y..., no sé cómo explicarlo...

-Mire, amigo, aquí somos muy directos, vaya directamente al grano. -Gracias al holoordenador entendíamos la jerga de cómo hablaba esta gente.

Le respondí:

-Iré al grano. Me sentía más cómodo o mejor dicho, mi padre, mi abuelo se sentían más cómodos cuando estábamos solos; desde que llegaron los invasores ahora trabajamos para ellos. Disculpad que sea del interior, pero no estoy viendo a ningún invasor.

-Es que no están, vienen una vez cada treinta días a buscar su parte de cosechas, de todo tipo de alimentos, se llevan crías de algunos animales.

-No sé, quizá soy un poco atrasado -le respondí al hombre-, pero trabajar para otros yo me sentiría esclavo.

El hombre medio se envaró y se enojó:

-Te disculpo porque vienes del interior, ¿sabes cómo era esta ciudad? Mi padre y mi abuelo me lo contaron; no había luz, no existía la electricidad, no había ningún tipo de vehículo. Hace más de un siglo hubo una peste y murieron miles de personas. Cuando vino esta gente del cielo primero teníamos miedo, pero nos dieron de todo. Primero nos inyectaron algo que se llamaba vacunas, nunca más murió ninguno de nosotros de aquí, de Noster, por fiebre o por alguna otra peste. Es más, nos dieron productos para mejorar la tierra y que la cosecha sea más abundante, nos pusieron electricidad, tenemos aparatos eléctricos para cocinar, tenemos refrigeradores para guardar la comida para que no se eche a perder. Tenemos hospitales donde vacunan a los recién nacidos. Si una persona tiene un problema nos enseñaron lo que es la medicina, podemos operar, mucha gente moría de una tontería, de un problema del apéndice. Son benefactores. Pero claro, ustedes son brutos que vienen del interior... ¿Saben leer por lo menos?

Habló Alexis:

-Sí, algo, no mucho.

-¿Se dan cuenta? Nos enseñaron a leer, a escribir, nos enseñaron a hacer cuentas, podemos trasladarnos con vehículos a distancias enormes, nos enseñaron las distancias que tenemos hasta el satélite. Todo eso se lo debemos a ellos. ¿Esclavos? Esclavos para nada. ¿Nos invitan a otra copa?

 

Habló Alexis:

-Por supuesto amigos, y de paso tomamos otra nosotros. -Obviamente a ellos sí les afectaba el alcohol y nosotros fingimos que también nos afectaba.

-¿Y qué hacen ustedes en su pueblo?

-¡Ah! Trabajamos en carpintería. -Lo miraron a Lar.

-¿Y tú qué haces?

-Igual que ellos, señor. -Lo miró el hombre.

-No me digas señor, me hace parecer que soy viejo.

-Disculpe, no quise ofenderlo.

-No, mocito, no me ofendes. Choca la copa conmigo y brindemos.

 

La cuestión que nos quedamos toda la tarde y tomamos cinco rondas de copas. Por suerte estábamos protegidos y el alcohol no nos afectaba en absoluto, pero a ellos sí, estaban bastante alcoholizados.

Aparecieron tres mujeres y les gritaron:

-¡Otra vez bebiendo y nosotras trabajando en el hospital! ¡Ya mismo a casa! -Los hombres se pararon.

-Discúlpenos, amigos, mañana seguimos. -Las mujeres nos miraron.

-Y ustedes, vagos, ¿de dónde son?

Hablé yo:

-Somos del interior, señora, estamos deslumbrados de ver esta ciudad tan grande.

-Bueno, vuelvan a su pueblo, aquí no tienen nada que hacer más que distraer a nuestros maridos.

-Sí, señora.

 

Lo miré a Alexis-. Estoy asombradísimo, yo me imaginaba un mundo donde los tenían trabajando en minas con capataces con el látigo en la mano y sin embargo los adelantaron, erradicaron las enfermedades... Bueno, esto lo tiene que saber Sargón y Prima. Es hora de que nos alejemos del poblado y en una comarca donde nadie nos vea pedimos que nos teletransporten a la nave y volvemos al sistema Prima.

 

Alexis lo miró a Lar y le preguntó:

-¿Y?

-Mi capitán, estoy maravillado, conozco una raza que está feliz de ser sometida. -Alexis le respondió:

-¿Te parece que está sometida?

-Bueno, en realidad el hecho de que hayan venido los fungo, por lo menos a ese sistema, Noster, lo ha favorecido. La manera de hablar era genuina, no nos estaban ocultando nada.

Hablé yo:

-Además, el alcohol desinhibe y cuando el alcohol desinhibe es muy difícil que la persona mienta u oculte algo. Habría que visitar otros mundos esclavizados por los fungo a ver si también dejaron adelantos como en este. El hecho de haber evitado pestes habla a favor y no en contra de los fungo. Está bien, vienen cada tantos días a llevarse cosechas, crías de animales, pero a cambio les dieron un adelanto impresionante.

 

Alexis, ya en la nave me dijo:

-Y si son así tan bondadosos con esa gente, ¿por qué atacan con bombas gravitatorias un mundo Prima que no les hizo nada?, ¿por qué esa dualidad?

 

No le supe responder, era algo que teníamos que averiguar. ¿Era una dualidad o era la manera de ser de los Fungos?

El alférez Lar dijo:

-Quizá ataquen por miedo, porque piensan que el día de mañana, que puede ser ahora o dentro de cien años, el sistema Prima los quiera invadir.

Lo miré a Lar y le dije:

-Si fuera así eso está en la mente de ellos. Por lo menos en el sistema Noster los tienen como más que benefactores.

 

Y me quedé pensando en la dualidad que hipotéticamente habría. O tendría razón el alférez Lar, a los poderosos los atacaban por precaución. Pero claro, la respuesta catastrófica de Andara pudo haber servido o bien para que pidan una tregua o bien para equiparse, fingir esa tregua y el día de mañana atacar más ferozmente.

 

Ahora sí llegaremos rápido a Prima para explicar esa dualidad a los embajadores. Mientras tanto me encerré en mi camarote y me quedé hablando con Nubia.

 


 

Sesión 09/02/2024
Médium: Jorge Raúl Olguín
Entidad que se presentó a dialogar: Thetán de Edgar (Ador-El)

Había habido un atentado a un mundo fungo y señalaban a Prima y a Sargón como ejecutores. El sistema Fungo deseaba en venganza atacar a ambas Federaciones. La entidad comenta lo difícil que era resolver la situación, porque fuera como fuera habría guerra.

Sesión en MP3 (3.216 KB)

 

Entidad:

-Coméntame por favor, Nubia. -Me miró.

-Me gustaría en algún momento, Fidis, hablar de temas cotidianos, normales, a veces siento como que el cargo me pesa.

La miré y le dije:

-Eso se llama responsabilidad, sería grave si no te pesara.

-Pero entiendes, Fidis, el poder actuar como una persona normal, a veces nos cuesta tomar decisiones y a veces nos sentimos anímicamente mal porque las cosas no se dan como una quiere.

-Nubia, eso me pasa a mí también. Yo creo que nos pasa a todos, a cada uno en su medida y de acuerdo al peso que tenga sobre los hombros. Tu peso es de quinientos cincuenta y cinco sistemas estelares.

-Vuelvo a pasar el holovideo, Fidis. -Pulsó la holocámara y se escuchaba la voz de Oldo, el embajador fungo:

-Estimada primer ministro de Sargón, Nubia. El hecho de ser amigos de nuestros enemigos, como lo es el sistema Prima, hace que vosotros también seáis enemigos nuestros. No toméis esto como una amenaza, tomadlo sí como una advertencia. Haced una declaración abierta a todos los sistemas aclarando que no sois amigos del sistema Prima y acusadlos de genocidio, porque quien ha destruido un mundo fungo ha sido alguien de la tropa del sistema Prima. El hecho de que vosotros seáis amigos significa que estáis avalando tal masacre. Por lo tanto si no aclaráis que no estáis con ellos y a su vez hacéis una declaración condenando el hecho, nuestras medidas serán atacar ambos sistemas. Pensaréis equivocadamente que ambos sistemas unidos podrán contra nosotros. De ser así os equivocaréis, atacaremos cualquier mundo de Sargón. Tenemos con qué. Tenemos bombas gravitatorias y no atacaremos un mundo, atacaremos varios sin avisar. Y no sólo los mundos sino vuestros cruceros, los dejaremos indefensos. Primera ministro, tienes para pensarlo diez de los días de vuestro mundo principal, cumplido ese lapso si no está la aclaración os consideraremos enemigos y actuaremos como tales.

 

La miré a Nubia.

-Eso fue todo. Cortó la comunicación, Fidis.

-Pensé que lo habían sacado al gran consejero Aunor.

-No, no lo sacaron. No creo que sea porque tenga tanto poder, evidentemente alguna debilidad tendrán los consejeros que Aunor sabe de ellos y los tiene cogidos por el cuello, si se entiende la expresión. Hablé con el capitán Alexis y dijo que se comunicaba con Luber, su gran amigo -Nubia hizo silencio.

Le dije:

-Sí, es un tema difícil. Entiendo que no somos responsables de lo que pasó con el mundo fungo, pero si se entiende la expresión, como decían nuestros ancestros, eso de hilar fino, de ser extremadamente sutiles, Prima tampoco tiene una responsabilidad general. Lo que ha ofrecido Aunor es una opción doble, castigar a la alférez Gamala o entregarla al mundo fungo. Pero Nubia, este Oldo, este embajador, le respondió a Aunor, al gran consejero de Prima que le pareció una burla, matar a una alférez a cambio de un mundo. Luber comentó por medio del capitán Alexis, ¿Qué pretendían, que Prima sacrifique un mundo a cambio con millones de inocentes?

Nubia me miró:

-Es algo complicado, muy complicado, Fidis. Pongámonos en el lugar de ellos; alguien de manera irracional acaba con un mundo nuestro y ese sistema nos ofrece al culpable para que lo condenemos. Seguramente yo lo aceptaría pero tendría decenas o quizá centenas de sistemas que me estarían diciendo: ¿Y la venganza? Pero Fidis -continuó Nubia-, la venganza es justicia. Ahora, ¿hasta dónde llega la justicia? A mí me reclamarían "Primera ministro, destruya un mundo en desagravio". Seguramente los Fungos le dirían lo mismo a Oldo, al embajador. No les interesa la alférez Gamala y obviamente nos ponen a nosotros también como cómplices y su idea es destruir un mundo de Sargón. En algunas cosas Prima está más avanzado que nosotros, sus mundos están protegidos por sistemas de energía con ultracarbino, El querido Luber, obviamente en secreto, nos pasó la fórmula del ultracarbino para también aplicarla en lugar del ultragrafeno en nuestros cruceros, pero se necesita millones y millones de créditos para armar toda la estructura en todos los mundos. Tenemos quinientos cincuenta y cinco sistemas estelares y miles y miles de cruceros de primer nivel, no todos tienen una enorme protección. Además, no tenemos tiempo, diez días de nuestro mundo. Nos llevaría un año de nuestro mundo el armar semejantes estructuras en todos los sistemas estelares de Sargón.

 

La miré a Nubia y sentía en mi pecho su angustia. Y obviamente me hacía mal, me dolía verla sufrir, me dolía su ansiedad, me dolía..., no su incapacidad porque era la persona más capaz que conozco, su..., su falta de tiempo para coordinar todo.

La miré y exclamé:

-Mira, querida Nubia, sólo podemos hacer una cosa, ir de nuevo al sistema Prima.

-No, no, Fidis, Aunor nos declaró indeseables. Obviamente se lo dijimos a Oldo, el embajador fungo, hizo una mueca que la interpreté como una sonrisa, una burla. No cree que estamos no por el lado nuestro por el lado de Prima, no cree que estamos distanciados, al contrario, piensa que es una estratagema que nos hace más cómplices todavía, de alguna manera nos toma como mentirosos.

-¿Y qué piensas, Nubia, que actuemos por nuestra cuenta y que Prima actúe por su cuenta?

-Qué haríamos nosotros, Fidis, si fuera una alférez nuestra, ¿dejaríamos que los fungos destruyan un mundo? Ya lo dijimos, ¿qué pasaría si fuera al revés, cuántos sistemas me reclamarían venganza? Que ellos nos entregaran a la persona responsable y la condenáramos a muerte..., ¿un muerto por millones de muertos inocentes?, ¿qué haríamos? -La miré- ¿Qué harías?

-Les declararía la guerra hasta que se rindan y desarmarlos. No destruiría un mundo pero los desarmaría. Ya no habría un sistema Fungo, serían, no esclavizados como hacen ellos que esclavizan mundos, pero estarían bajo nuestra supervisión permanente.

-Ahora, Fidis, los fungo no piensan así, si supuestamente ellos le ganaran a Prima o nos vencieran a nosotros, nos esclavizarían y morirían muchos millones, y se darían el gusto, si me permites la expresión, mi amor, de destruir alguno de nuestros mundos en represalia. Mi idea no es, Fidis, destruir un mundo, pero lo pensé, hablando contigo lo fui pensando: les declaramos la guerra al mundo fungo y que Prima haga su parte o no. Lo comunicaré primero por ultraradio personal a los quinientos cincuenta y cinco sistemas de que voy a hacer la declaración de guerra, y toda nave que se acerque a menos de un mes luz de cualquiera de los sistemas de Sargón será destruida, y a su vez atacaremos mundos fungo -La miré.

-Estamos en la misma, mi amor, al declarar la guerra va a haber destrucción de mundos fungo.

-Bueno, el hecho de que todos la aprueben y se lo comunique al embajador fungo Oldo... No tengo otra, no tengo otra, Fidis. ¿Qué dices?

-Nubia, mi amor, te apoyo cien por cien como primera ministro y como mi esposa y como la persona que más amo. Y no lo hago por un sentimiento lo estoy haciendo por sentido común. Si tú no fueras mi pareja, si sólo fueras mi primera ministro igual tienes mi cien por ciento de apoyo. Y no por lealtad solamente, que la tienes cien por cien, sino por lógica.

 

Nubia me abrazó y me dio un largo, largo beso. Luego me miró a los ojos seriamente y me dijo:

-Fidis, eres mi esposo y eres mi consejero, pongámonos menos a la obra. Empecemos con las comunicaciones, también lo voy a comunicar al cretino de Aunor, el gran consejero de Prima. Manos a la obra.