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Psicoauditación - Francisca |
Sección Psicointegración y Psicoauditación - Índice de la sección - Explicación y guía de lectura de la sección |
Si bien la Psicoauditación es la técnica más idónea para erradicar los engramas conceptuales del Thetán o Yo Superior de la persona, la mayoría de las veces se psicoaudita a thetanes que habitan en planos del Error y sus palabras pueden no ser amigables y/o oportunas para ser tomadas como Mensajes de orientación, algo que sí se da cuando se canaliza a Espíritus de Luz o Espíritus Maestros.
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Sesión del 22/03/2023 Sargón, Lanardín
Sesión 22/03/2023 La entidad relata que había estudiado, conocía todo lo necesario para ser segunda en el mando de naves. Sólo debía aprender cómo afrontar comentarios de otras personas que le envidiaban. Su capitana le enseñaría.
Entidad: Mi instructora, la capitana Kirana, me llamó: -¡Lanardín! -A la orden, mi capitana. -¿Conoces historia? -Conozco. -¿Todo tipo de historia? -Sí, mi capitana. -Bien. ¿Qué pasó después de la victoria con el imperio Mordon? -Bueno, mi capitana, vino la rebelión de Airan, y obviamente triunfamos. -Bien. ¿Qué medidas se tomaron posteriormente? -Primero se anexaron distintos sistemas estelares y luego, que muchos lo tomaron como una ofensa a su libertad, a todo habitante humano, reptiloide, cánido, felino y otros se le tomaron muestras de ADN. Lo mismo en cada generación de cada raza. -A ver, alférez Lanardín, ¿eso se hizo en función de tener a todos los habitantes de la Federación Sargón sometidos a un estricto control? -No, mi capitana, en función de su propio beneficio, de que si hubiera un mal congénito o alguna nueva enfermedad, se sabría cómo combatirlo de acuerdo al ADN no de cada raza sino de cada persona de esa u otras razas. -Bien. ¿Qué más puede decirme? -Que llevamos un legajo digital de siglos y que cada individuo de cada sistema estelar de la Federación sabe su origen, y eso antes no pasaba. -¿Le parece bien? ¿Por qué duda? -No, mi capitana, me parece bien, pero tengo mis dudas. -¿Usted sabe, alférez Lanardín, su origen? -Sé mi origen a partir del triunfo contra la rebelión Airan y sé que soy descendiente directa de la rama de Askardín y de su padre Obradín. -Entonces no entiendo la duda. -Tengo entendido de que ellos eran de piel clara y yo soy de piel morena- La capitana Kirana me miró: -¿De verdad tiene dudas?, ¿ha estudiado genética? -Por supuesto, mi capitana. -¿Y por qué la duda, porque la familia Askardín era blanca y usted es morena? -Puede ser una duda. -¿Pero de verdad tiene una duda? Si no tendría que hablar con su profesora de genética. Deme una explicación. -La explicación que tengo es de que a lo largo de los siglos se han apareado parejas de distintos tonos de piel y aquí estoy yo. -Bien, es una respuesta satisfactoria. Entonces no veo la duda. ¿La sigue teniendo? -No, quizá equivocadamente pensaba de que todos los humanos de piel blanca elegían a parejas de su misma piel y no de otros tonos de piel. -¿Nunca se enamoró? -¿Perdón, mi capitana? -¿Nunca se enamoró, Lanardín? -No. -¿Y si le gustara una persona se fijaría en el color de piel? -Por supuesto que no, me interesa lo intelectual, su interior. -Entonces antes de responder que tiene dudas, piense antes de responder. -Lo haré. Y pido disculpas por mi error. -La capitana me observó, caminó alrededor mío. -¿Por qué tiene que pedir disculpas?, eso no fue un error, eso fue el hablar apresuradamente. Para mí error es otra cosa: el equivocarse y el poner en riesgo la vida de compañeros y compañeras. Eso es un error no esto. Bien. Pasamos al segundo tema. ¿Qué tipo de armas maneja? -Todo tipo de armas conocidas: desintegradoras, de rayos, envolventes, armas confusoras... -Y además, ¿qué otras armas de combate? -Bueno, armas con filo, armas con palo. -¿Y cómo se considera? -Entiendo que soy una aprendiz, pero me considero buena. -Coja un bo, el arma de palos. -La capitana cogió otro-. Practiquemos. -¿Levemente? -No existe la práctica leve, el enemigo no va a ser leve contigo. Atáqueme. -Pero mi capitana... -¡Es una orden!
Y la ataqué. Combatimos duramente durante cuatro minutos hasta que dos de sus golpes me tiraron al piso, estaba bastante dolorida. -Alférez Lanardín, el que tenga el ADN de Askardín no le da ningún privilegio. -Lo sé, y nunca lo pedí. -Descansa el resto del día. -Mi capitana, puedo seguir... -No, estás dolorida, descansa el resto del día. -La miré, éramos de la misma altura, ella era de piel blanca pero de cabello oscuro, teníamos el mismo físico fuerte, ágil, pero a mí me faltaba práctica. Como si hubiera adivinado mi pensamiento me dijo-: Alférez Lanardín, no es lo mismo seis meses de práctica que cuatro años de práctica. Y sigo practicando. ¿Qué sabe de naves? -Sé pilotear, sé viajar a velocidad luz, sé borra estelas, sé maniobrar... -Bien, eso haremos a la brevedad. ¿Alguna otra consulta? -Sí. Antes de estar con ustedes, mi capitana, estaba con una teniente y sentía en mi interior como que mis compañeras eran bastante envidiosas y a veces me sentía sin energía. -La envidia no quita energía, alférez. -No, mi capitana, lo sé, pero me debatían por temas que no tenían nada que ver y llegaban a discutirme en cosas en las que yo sabía que tenía razón. Primero pensé que lo hacían para probarme, pero me di cuenta que eran ellas las que fallaban. Por eso pedí el cambio. -La capitana Kirana me miró. -Yo acepté el cambio porque vi su hoja de servicios: impecable en los estudios, en todo. Y averigüé. Todo lo que tú me cuentas ahora yo ya lo sabía, pero aquí también te puede pasar con otras compañeras que pueden envidiar tu afán de seguir creciendo, de seguir aprendiendo. -Pero eso no está bien, capitana. -No, pero no se las puede amonestar porque su afán sea menor y envidien a quien progrese más rápido, solamente se las puede amonestar si la discusión pasa a mayores. Ejemplo: insultos, agresiones de palabra o bien agresiones de hecho. Ahí no sólo se las amonesta sino se las castiga, pero ironías, sarcasmos son pasadas por alto. -Lo que pasa es que a veces siento que esas ironías, esos sarcasmos me debilitan. -No, no a ti alférez Lanardín, a tu ego. -¿Y eso cómo lo modifico? -No es una tarea sencilla -me respondió la capitana Kirana-. Practicaremos día a día y pilotaremos naves, naves pequeñas. Te enseñaré algunos secretos que aún no conoces y te enseñaré como protegerte de las malas vibraciones. -Mi capitana, ¿existen las malas vibraciones? Eso me parece algo mítico. -No, alférez, existen. -Disculpa mi pregunta porque eres un oficial superior, pero ¿tienes compañeras con malas vibraciones? -No tengas dudas. -¿Y cómo te proteges? -No me protejo, me resbalan. -No entiendo. -Las paso por alto. -¿Pero no es como que ahí las consientes? -No, las tomo como lo que son. Ahora, si me confrontan directamente las pongo en su lugar y si somos de la misma categoría, ambas capitanas, ambas de la misma antigüedad lo resolvemos en un ring. -¿Cómo en un ring? -En un cuadrilátero, un desafío. -¿Pero con armas de filo? -No con palos, como practicamos nosotros. -No me parece justo. -Explícate alférez. -Supón... ¿Me permites tutearte? -Adelante, alférez. -Supón que tú tienes razón, supón que la otra persona es una persona odiosa, molesta, tremendamente molesta, pero van al desafío permitida por el comandante obviamente, y supón que esa persona sea mejor que tú con las armas y te venza, pero tú sabes que tienes razón. -¿A dónde quieres llegar, alférez? -El que uno venza al otro no le da la razón simplemente porque fue mejor con ese arma. -Alférez, esa es una de las formas. -¿Cuál es la otra? -Organizar un debate en la Aula Magna principal de Sargón donde si la otra persona está molesta por algo que yo hice o viceversa, lo debatimos con audiencia, y la audiencia a su vez puede participar. -¿Y qué sucede, mi capitana, si la audiencia es parcial a la otra parte? -Bueno, ganará el debate por la parcialidad, lo cual no lo creo posible, alférez, porque cuando yo debato me preparo y no hay ninguna posibilidad que puedan vencerme en ese debate. Y ahí no haría falta recurrir a un desafío con armas. -Bueno, eso me deja más tranquila. Un último favor. -Te corrijo alférez: nunca pidas un último favor porque seguramente luego me pedirás otro y otro y otro. ¿Y por qué no?, yo podría pedirte favores a ti, alférez. Bien. ¿Cuál sería ese último favor, alférez Lanardín? -La miré a mi instructora, la capitana Kirana. -¿Me enseñarías a debatir, a cómo defenderme de las ironías, de los sarcasmos o de ataques verbales? -No sólo te digo que sí, sino que me encantaría. Tú vas a ser mi segunda. -¡Pero mi capitana!, estaríamos rompiendo el orden de mando, porque usted como capitana, perdón, tú como capitana tendrías que tener una teniente como segunda. -Bien. Voy a hablar con el comandante y programaremos tú ascenso a teniente, quiero que seas mi segunda. -¿Por alguna razón? -Porque te tengo confianza, porque sé que eres leal. Y ahora ve a descansar. Toma, aquí tienes una pomada para untarte para que no tengas hematomas por los golpes. Además, seguiré enseñándote con los palos a defenderte, porque si en lugar de palos hubieran sido espadas, estarías muerta. Puedes marcharte. -Así lo haré, mi capitana.
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