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Psicointegración 20/5/11. Manipulaciones y condicionamientos

Grupo Elron
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Psicointegración 20/5/2011

De Johnakan Ur-El, thetán de Jorge Olguín.

Habló sobre los condicionamientos y las manipulaciones, la búsqueda de la aprobación, la baja estima, y el cómo superarlo mediante el reconocimiento de la propia valía, pero creando bases sólidas.

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Tengo el agrado de comunicarme con vosotros a través de este receptáculo, que es a su vez mi 10% encarnado. Con vosotros, Johnakan Ur-El. Me quiero referir a los condicionamientos causados en el plano físico por terceras personas, y voy a obviar por momentos los puntos comunes donde se dice que los condicionamientos son provocados por el mismo ser al dar cabida a ellos y al otorgar de alguna manera poder a las palabras de terceros, porque se entiende que es así.

Voy a hablar puntualmente de cómo se logra condicionar a una persona. Primero porque la persona busca la aprobación del otro y, al buscar la aprobación del otro, de alguna manera le está dando las riendas de su vida dejando que el otro conduzca su destino, el destino de la persona condicionada. Nadie condiciona a alguien si ese alguien está pleno, pero si ese alguien sufre carencias por engramas, por roles del ego o por situaciones de esta misma vida que lo llevaron a cuestionarse muchas cosas de su propio temperamento o carácter, eso va a provocar que esa persona vaya a tener oscilaciones en su estima, y no digo baja estima puntualmente sino oscilaciones. Estas oscilaciones van a tener picos altos y picos bajos: en un pico bajo hay dudas e interrogantes y ello puede hacer que esa persona de alguna manera busque un aval en el otro, un aval consciente o inconsciente, entonces la persona condicionada le entrega las riendas a la otra persona para que ésta sea el conductor; pero claro, lo que no sabe la persona condicionada es que al otro lo que menos le interesa es conducir la vida de esta persona para producirle una mejoría, al contrario: generalmente la persona en cuestión se va a aprovechar de las circunstancias que el sujeto afectado “le sirve en bandeja” -por así llamarlo-, le da el paquete envuelto con moño de regalo y todo -copiándome de vuestro lenguaje hablado-, y la otra persona lo que menos va a hacer es orientar, la otra persona va a intentar el buscar más ventaja aún, y eso lo va a conseguir condicionando más todavía al afectado en cuestión.

Entonces, como dije antes: obviamos de que un condicionamiento se produce porque una de las partes le da “poder” a la palabra del otro, porque la palabra tiene poder en el ego del otro, y una persona que tiene la estima oscilando tiene roles del ego; entonces, le va a afectar todo lo que el otro le diga o le critique, porque la crítica en este sentido va a ser absolutamente perniciosa y para nada constructiva, porque hay críticas constructivas dichas sin animosidad. Ahora bien, ese condicionamiento hace trizas en la persona en cuanto a su valía porque, cuantos más cuestionamientos, cuantas más críticas, cuanta más desvalorización haya en lo que la persona emprenda, más inseguridad va a tener la persona y esto va a hacer un efecto inverso en sí misma y un efecto favorable en la persona manipuladora o en la que inyecta condicionamientos, porque es como que va a tener más sujeto en su mano el timón de la vida del otro, y ahí es donde el condicionamiento deja de ser un condicionamiento para transformarse en una manipulación.

La manipulación es aún peor que el condicionamiento porque el condicionamiento puede ser propio y la otra persona desentenderse, pero la manipulación es un control permanente de la otra persona, permanente, y esa manipulación hace que la persona afectada no solo esté condicionada y manipulada sino también que esos altibajos de estima cada vez tengan menos picos altos y más picos bajos, o que los picos bajos sean más pronunciados que los altos. Eso no solamente le va a afectar a la persona en su desempeño cotidiano laboral, también incluso en sus relaciones personales afectivas y familiares porque la persona lo va a poner todo como en una mezcla homogénea, no heterogénea donde va a separar el trabajo de lo familiar, sino homogénea: va a poner todo en la misma bolsa -como decís vosotros en el plano físico-, y de esa manera se va a sentir condicionado también en su casa con su familia, con su pareja, con sus amistades…, creándose a sí mismo una crisis día tras día, día tras día…, y así, le puede afectar en todos los aspectos de su vida personal y no solamente en lo laboral.

Hasta ahí todo claro, pero queda una pregunta muy importante: ¿cómo revertimos esa situación?, ¿cómo modificamos eso? Porque se necesita una solución ya que si no, todo lo dicho antes queda en anécdota. Entonces, respondiendo a dicha pregunta: Primero, no se trata de hacer oídos sordos a la otra parte, porque cuando tú tienes un carro donde has perdido el freno y está cuesta abajo no lo puedes frenar, y aunque dispongas de un freno de mano, éste quizá sería demasiado leve como para frenar un carro en bajada a mucha velocidad. Entonces, esto se tiene que hacer paulatinamente en el caso en que haya suficiente tiempo en esa bajada para que el carro no caiga al precipicio, donde ya el “mal” sería imposible de revertir. Entonces pongamos el caso donde la cuesta sea poco inclinada, poco empinada, donde la situación pueda modificarse a favor: no se trata de prestar oídos sordos a la otra parte ya que el condicionamiento ya está y la manipulación quizá que también, se trata de ir frenando el carro de la vida que está en bajada hasta frenarlo del todo y que el carro quede parado, y ya habrá tiempo para darle marcha inversa… porque no se puede dar marcha inversa al carro de la vida si primero no corregimos situaciones propias. No se trata tampoco de dar un giro de 180º en el carácter o temperamento de cada uno, porque el entorno laboral, afectivo o familiar de alguna manera “ya está acostumbrado” a la forma de ser de esa persona, por lo que ese rol nuevo o esa forma de ser nueva va a parecer hasta impostada. Entonces, se trata de ir poco a poco: de aprehender, de entender, de digerir la verdadera importancia de cada uno, entender por sobre todas las cosas de que sí existe la importancia y que esa importancia es independiente, absolutamente autónoma de éxitos o de fracasos. Me diréis: “Sí, pero con el éxito en todos los ámbitos -laboral, afectivo, empresario, de pareja- es como que nos vamos a sentir más seguros”. Mi respuesta es que sí, que es verdad, pero sería como construir un castillo sobre el barro, porque nuestra estima, nuestro crecimiento interior, se basaría en éxitos que pueden ser por años, por meses, por semanas o por días, y si ese éxito se desvanece pues volvemos a caer; entonces sería un crecimiento ficticio, ilusorio, como un espejismo en el desierto.

¿Y cuál sería la manera? Hay una manera que no es espejismo y no es ilusoria: el entender que somos importantes aun no logrando éxitos en ninguno de los ámbitos; luego de aceptar nuestra importancia, y repito: luego, no antes, emprendemos el camino del éxito, la conquista afectiva, la seguridad familiar y la victoria en lo laboral; pero tenemos una diferencia: como ya asumimos que somos importantes no nos vamos a volver a caer, no nos van a volver a tumbar si hay un fracaso posterior ya sea pequeño o grande, porque no nos va afectar en nuestra estima, porque no vamos a depender de éxitos o fracasos y vamos a ser importantes aun fracasando. Y diréis: “Bueno, pero eso no nos quita que fracasemos”. No, no os quita que fracaséis, pero el hecho de que ya asumáis la propia importancia os va a permitir levantaros en seguida y encararéis un nuevo proyecto a la mayor brevedad, sin estar como paño de lágrimas.

En lo afectivo es exactamente lo mismo. Una respuesta afectiva, personal e íntima de la índole que fuere: poco agradable, poco favorable…, no nos va a tumbar porque entendemos que el problema no es nuestro sino del otro. Eso no significa que de la noche a la mañana mis palabras transformen a la persona afectada en una persona infalible, porque ni siquiera nosotros, las entidades suprafísicas, somos infalibles…, pero os equivocaréis muchísimo menos porque a veces una equivocación puede deberse a una supuesta torpeza, torpeza que a veces es inducida por la baja estima, por la poca importancia que nos damos a nosotros mismos. Si asumimos nuestra propia importancia seguramente que podremos cometer torpezas, pero serán mínimas y espaciadas hasta desaparecer, y ganaremos eficacia, porque la eficacia no es solamente en lo laboral y empresarial, la eficacia está también en el terreno familiar y en el sistema de pareja: cómo nos ve nuestra pareja y cómo vemos nosotros a nuestra pareja, eso también depende de la eficacia. Diréis: “Pero esas son palabras frías, son conceptos muy personales, porque una relación afectiva es el amor y no la eficacia”. No lo pongo en duda de que es el amor, no lo pongo en duda, pero no tenéis en cuenta de que en una relación de pareja sois dos individuos, sois dos universos y el amor debe ser transmitido, y a veces no basta una palabra para transmitirlo: a veces basta un gesto, una actitud, una situación, o cómo nosotros llevamos esa situación. Entonces, en una relación el amor debe ser eficaz, de la misma manera que yo como thetán digo siempre que el servicio es amor hecho obra porque, si el amor no se transforma en obra, queda en palabras estériles; ahora, transportemos eso al plano afectivo: en el plano afectivo el amor debe ser eficaz, y si el amor no es eficaz, queda solamente en meras palabras. ¿De qué sirve un “Te amo” si detrás no hay una actitud?

Eso mismo lo aplico para la parte laboral: si yo pongo empeño pero no soy eficaz, puede salir la cosa bien, regular o mal, así que debo ser eficaz; y me preguntaréis: “Pero para ser eficaz, ¿no se debe tener capacidad y ser idóneo en el tema?”. Sí, no he dicho que no, pero a veces -y he conocido casos de seres encarnados- hay personas que tienen una capacidad media para afrontar tal tema pero que aun así son eficaces porque están convencidos de su valía. A veces el convencimiento de su propia valía, sin ser idóneos en el tema, teniendo un conocimiento medio del tema, los hace ser eficaces porque están convencidos de su valía, porque están convencidos de su importancia, y al estar convencidos de esto no se dejan condicionar por terceros ni se dejan manipular porque están por encima de esa manipulación, porque son fuertes como un río al que ningún dique puede parar, es un agua arrolladora que marca el cauce, un cauce profundo y fuerte, con una corriente poderosa… La vida de una persona es una corriente poderosa que, a diferencia del río, no se lleva todo por delante. La vida de la persona que se siente importante es una fuerza poderosa que puede ir levantando otras vidas, pero no para manipularlas sino para que le acompañe en el camino.

Como conclusión: si asumimos nuestra propia importancia y no dependemos de la apreciación de terceros, no nos vamos a generar en nuestra cabeza -lo que yo llamo decodificador- confusión ni dudas, porque no nos vamos a permitir plantearnos dudas. Tenemos que sentimos importantes verdaderamente y no engañarnos a nosotros mismos, porque uno de los roles del ego es el autoengaño, mucho cuidado con ello porque a veces nos autoengañamos de creernos importantes, como en el cuento de los tres cerditos: el que tenía la casa de paja también creía que era una casa importante hasta que el lobo la sopló y cayó, el segundo cerdito hizo una construcción de madera un poco más fuerte y también creía que no caería pero cayó igual, y el tercer cerdito hizo una casa de ladrillo y el lobo no la pudo tumbar. Entonces cuidado con el autoengaño donde nuestro ego nos disfraza de importantes, pero dentro, muy dentro, muy dentro… sabemos que no, entonces así no sirve porque estamos impostando a la importancia, y a la mínima palabra de desprecio o de indiferencia se nos cae toda la armadura hecha pedazos como si estuviera fabricada de piezas de latón sin soldar, cayéndose a pedazos al menor golpe, quedándonos desnudos, absolutamente desnudos ante la menor contrariedad. Entonces, no nos autoengañemos… Cuando hablo de sentirnos importantes, hablo de sentirnos importantes de verdad: que las cosas no nos afecten, sin buscar la aprobación del otro en el trabajo, en la familia y en la intimidad de pareja; porque si nosotros como seres suprafísicos somos falibles, vosotros como seres encarnados sois aún más falibles, pero es una cosa lógica que así sea, porque así es el plano físico y lo he dicho hace muchos de vuestros años: el plano físico es un enorme pozo gravitatorio que nos jala hacia abajo, nos va a jalar aun siendo importantes, porque el ser importantes no nos va a evitar dar un tropezón pero va a permitir que nos pongamos de pie en seguida, esa es la gran diferencia… Nadie dijo que el ser importante te hace invulnerable, vamos a ser tan o más vulnerables porque vamos a ser sensibles, pero no sensibles para la tontería, sensibles para lo verdaderamente importante, porque al ser importantes vamos a captar lo importante de todo y ahí sí que seremos invulnerables ante la tontería, ante la necedad, ante el prejuicio, ante la ironía, ante el desprecio ante todo… porque empieza por nosotros, por nosotros…, no por los demás.

Gracias por escucharme. Toda mi luz y mi sincero respeto.
Johnakan Ur-El.        

 


Información adicional:

El ego y sus roles

El engrama

Psicointegración