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Psicoauditación - Josep

Grupo Elron
Sección Psicointegración y Psicoauditación - Índice de la sección - Explicación y guía de lectura de la sección

Si bien la Psicoauditación es la técnica más idónea para erradicar los engramas conceptuales del Thetán o Yo Superior de la persona, la mayoría de las veces se psicoaudita a thetanes que habitan en planos del Error y sus palabras pueden no ser amigables y/o oportunas para ser tomadas como Mensajes de orientación, algo que sí se da cuando se canaliza a Espíritus de Luz o Espíritus Maestros.
El hecho de publicar estas Psicoauditaciones (con autorización expresa de los consultantes) es simplemente para que todos puedan tener acceso a las mismas y constatar los condicionamientos que producen los implantes engrámicos.
Gracias a Dios, esos implantes son desactivados totalmente con dicha técnica.


Atte: prof. Jorge Olguín.

 

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Sesión del 17/01/2017

Sesión del 30/01/2017

Sesión del 24/02/2017

Sesión del 01/04/2021

 


Sesión del 17/01/2017

Médium: Jorge Raúl Olguín

Entidad que se presentó a dialogar: Thetán de Josep

En un mundo, Ran II no se permitía tener más de dos hijos, la sociedad estaba dividida por ello. Ocurrían unos cortes de redes de datos sin explicación. Había un genetista que dudaba hasta qué punto teníamos libre pensamiento.

Sesión en MP3 (2.505 KB)

 

Entidad: Si tuviera que decir que cada experiencia fue útil podría argumentar que sí. O bien podría contradecirme, decir "Aquello ya lo he pasado, ya lo he vivido, ya lo he experimentado, ¿por qué pasarlo de nuevo?".

¿Por qué vuelven a suceder situaciones incómodas, graves o no? Pero suceden, suceden bastante.

 

Había encarnado en un mundo bastante nuevo, según comentaban los astrónomos. Ran II, el segundo planeta orbitando la estrella Ran, un planeta de apenas quinientos millones de años de antigüedad que no había pasado cambios atmosféricos grandes, como en vuestro Sol III. Mi nombre era Alexis Anasio, genetista, tenía ciento veinte y seis años, equivalente a cuarenta y dos años de Sol III. Mi compañero de trabajo, Raúl Iruti, era muy similar en mi forma de pensar, quizá menos impulsivo, tenía ciento treinta y cinco años, equivalente a cuarenta y cinco de los años de Sol 3. Ambos genetistas, ambos divorciados y ambos estudiábamos la raza humana.

 

A diferencia vuestra no teníamos combustible fósil, nuestra ciencia había progresado de una manera más sana, obligatoriamente. Ran II no era un mundo religioso si bien la sociedad escribía sobre mitos, creencias y leyendas, era una sociedad pragmática. La población estaba controlada y la sociedad enfrentada, no se permitía tener más de dos hijos por pareja salvo que se los brindara la genética. Ejemplo: madres que tuvieran trillizos, cuatrillizos o quintillizos. Allí ya no había responsabilidad, pero era penado quien tuviera más de dos hijos por pareja, los multaban a nivel económico, no había castigo en ellos, ni corporal ni encierros, le quitaban el hijo que habían tenido de más y no lo podían ver nunca más. Ese hijo pasaba a un hogar común donde nunca se le decía quienes eran sus padres. ¿Que hubo muchísimos hijos a lo largo de la historia, -llamémosles huérfanos, ¿o les gusta más parias?-, que han buscado a sus padres? Sí. Y en los últimos años, donde se podía buscar por la web infinidad de datos, había más posibilidades. Pero supongamos que en un último caso algún hijo encontrara una pista, también la web estaba intervenida y no se le permitía usarla por determinado tiempo hasta que deje el impulso de buscar a sus progenitores. De ahí la división, la mitad de la población decía "Es bueno porque una superpoblación y una economía demasiado selectiva puede traer hambruna". Otros decían "El que te corten la libertad de tener más hijos puede ir rozando el límite de lo dictatorial". ¿Quién tenía razón? Todo depende del punto de vista del cual se lo mirase.

 

Tanto mi compañero Raúl Iruti y yo, Alexis, no teníamos hijos, ambos habíamos fallado seguramente en la convivencia o quizás antes, en la elección de pareja. Nada nos impedía ahora, a la salida del trabajo ir a tomar una copas, conocer gente, escuchar música pero sobre todo profundizábamos mucho en lo que era la genética, nos interesaba también la antropología, los orígenes. Sabíamos que había planetas en otros sistemas estelares muchísimo más antiguos, como vuestro Sol III por ejemplo, que tiene cuatro mil quinientos millones de años contra apenas quinientos millones de nuestro Ran II.

 

Qué difícil que es vivir en una sociedad donde las decisiones que toman los gobernantes conforman a unos y a otros no. Prácticamente en todas las regiones había dinero electrónico, esto es, se había acabado el papel moneda y el papel billete, todo se pagaba electrónicamente. El primer indicio de que algo había fallado fue en una región del norte donde colapsó el sistema. ¿Se pensó en piratas informáticos? No, había grandes expertos informáticos y buscaron a esos supuestos hackers, no había pistas. El colapso fue tremendo, duró varios días, finalmente volvió la normalidad. Se revisaron las cuentas en los depósitos bancarios, todo estaba en orden, absolutamente todo estaba en orden, no faltaba ni sobraba un solo crédito, los auditores trabajaron arduamente pero estaba todo en orden. Del otro lado del mundo, en la región suroeste, pasó lo mismo durante cinco días. No hubo tanto caos, pues la población estaba enterada de lo que había pasado en el noreste. Se quedaron tranquilos, en algún almacén conocido pedían alguna mercadería y la anotaban, una vez que se restableció el sistema, saldaron la deuda.

 

Pero no estábamos tranquilos, si no eran piratas informáticos, ¿qué era lo que había pasado? Hubo muchas hipótesis, se especuló que habría alguna región que atentaba contra las otras. Tengamos en cuenta que Ran II pasó por muy pocas batallas, por así decirlo. No éramos mejores como sociedad que el actual mundo de Sol III pero el hecho de no contar con una religión nos hacía más civilizados. Pensad, si no, en vuestras cruzadas, esas cruzadas a oriente que causaron miles y miles y miles de muertes intentando conquistar un lugar supuestamente sagrado.

 

Como dije antes, sí, nuestra sociedad tenía mitos, había algunas creencias, también leyendas, pero no existían templos, parroquias, iglesias, capillas, nada de eso. ¿Si creíamos en una entidad superior intangible? Eso no nos quitaba lucidez, eso no nos quitaba pragmatismo, no creíamos en milagros ni en sanaciones mágicas. Amábamos la magia, la de los cuentos, permitíamos soñar a los niños hasta que razonaran y les explicábamos qué era realidad y qué no, pero ¿por qué prohibirles soñar cuando son niños?, hasta que se daban cuenta de que las leyendas eran así, los mitos eran así y las creencias eran solamente eso.

 

Raúl me comentaba:

-Querido Alexis, si bien ambos hemos estudiado genética, teníamos diferencias en cuanto a nuestra formación pero hemos coincidido en muchísimas cosas, en que si bien la genética es un programa en el cual se basa la conducta, el carácter, la forma de ser de todo ser humano, tú acuerdas conmigo, Alexis, en que dentro nuestro tenemos algo más, parte de esa esencia intangible que nos permite salvar esas vallas, romper de alguna manera ese encierro genético. No tenemos por qué ser iguales en nuestra forma de ser a nuestro padres, abuelos, bisabuelos, etcétera. No tenemos elección salvo que quisiéramos experimentar alguna cirugía de cambiar nuestras facciones, pero podemos optar en modificar nuestros impulsos, forma de ser y muchas cosas más. Y no voy a decir "podemos vencer al programa", pero el hecho de que nuestro concepto sea mucho más complejo que el de otros animales de Ran II nos permite optar, y eso es lo que muchos no entienden, y cuando digo muchos me refiero a un 99%. El optar es la base de la complejidad. Para muchos es difícil de digerir esto que explico, no tiene que ver con que la sociedad haya votado por no tener más de dos hijos, al fin y al cabo fue una opción, se votó por ello en todas las regiones. Que después muchos no estuvieron de acuerdo, es normal que pase eso.

 

Me quedé bastante tiempo en silencio incorporando a mi mente, a mi interior las palabras de Raúl. Era como un hermano apenas mayor, nueve años de diferencia, tres de los años de Sol III. Raúl era más que genetista, era un pensador, no puedo decir libre pensador porque no sé si somos libres pensadores, al fin y al cabo, ¿qué es un libre pensador?, siempre nuestro pensamiento está atado a una manera. ¿Que podemos cambiarla? Sí, como dice Raúl, pero siempre vamos a tener una manera y vamos a enlazar con esa manera nuestro pensamiento, entonces sí somos libres pensadores de acuerdo a nuestras ideas.

 

Es todo por ahora. Hay mucho más.

 

Gracias por escucharme.

 

 


Sesión del 30/01/2017

Médium: Jorge Raúl Olguín

Entidad que se presentó a dialogar: Thetán de Josep

En un mundo, Ran II, falló la red mundial de datos, no había dinero, nada funcionó en unos días. No había rastro malintencionado, parecía fortuito pero no era creíble. Dos investigadores se dedicaron a encontrar la falla.

Sesión en MP3 (2.120 KB)

 

Entidad: Lo más importante es entender que aun los mundos similares, o los que parecen mundos similares, son absolutamente distintos unos de los otros.

 

Encarné en Ran II, un mundo joven de apenas quinientos millones de años, un mundo que tiene una pequeña luna que orbita el planeta cada diez días.

En ese mundo me llamaba Alexis Anasio. Había estudiado genética, tenía ciento veintiséis años, el equivalente a cuarenta y dos años de Sol III. Estábamos en sociedad con mi amigo y hermano Raúl Iruti, también genetista. Ambos teníamos dos trabajos, el oficial, el que desarrollábamos en el laboratorio, y el segundo, mientras Iruti era asesor de personas que venían por orientación yo trabajaba con la parte técnica, me gustaba investigar lo minúsculo.

Investigábamos con chips pequeños hechos con grafeno y llegábamos a desarrollar ordenadores que los más pequeños tenían, según las medidas de Sol III, diez terabytes el mínimo de disco duro. Y eran útiles, puesto que en todas las regiones había dinero electrónico, había prácticamente desaparecido del planeta el papel moneda, únicamente se pagaba con tarjeta electrónica. De alguna manera era importante porque se evitaba que hubiera dinero no declarado, para evitar acciones negativas.

 

De alguna manera estaba orgulloso de mi mundo, un mundo donde no existía la religión, una sociedad pragmática, una sociedad donde se respetaba la vida en todos sus niveles. Sí, la civilización avanzaba, se evitaba talar bosques y selvas, había reservas especiales con fuentes, arroyos, árboles y los animales con peligros de extinción eran muy pocos y no provocado por nosotros. La teoría de Raúl Iruti, comprobada ya en Ran II, es que existía un segundo código genético, el ácido ribonucleico, que volvía estéril a la raza haciendo que la misma no tenga futuro. Y es una de las cosas en las que profundizábamos, en poder modificar el programa molecular. Todavía no dábamos, como decís vosotros en Sol III, no dábamos pie con bola y éramos dos de los más afamados genetistas, habiendo recibido premios. Y nos interesaba el tema para que el día de mañana no nos pille a nosotros como raza y ese código genético oculto dictamine nuestra extinción.

 

Nuestra sociedad nunca fue fatalista de decir "Bueno, si hay un segundo código genético es porque una Esencia Superior, que es la que creó el Universo, dictaminó cuanto debíamos vivir", algo que Raúl Iruti no estaba de acuerdo. Él creía en el libre albedrío y el libre albedrío también conformaba el poder optar.

¿Qué no tuvimos guerras? Sí que las tuvimos, nos avergonzamos de nuestra raza en el pasado. Si bien en este momento se había logrado una paz a nivel mundial los libros de historia se encargan de señalar los grandes errores, las conquistas de territorio vanas. A lo largo de la historia los mapas han cambiado, grandes expansiones que quedaron en la nada, grandes conquistadores que ignoraban que no vivían más de doscientos cuarenta, de doscientos cincuenta años -el equivalente a poco más de ochenta y dos a ochenta y cinco años terrestres-, de promedio, si bien había gente que vivía bastante más.

 

Teníamos una historia, una historia de dieciocho mil años -seis mil en medidas de Sol III- y se contaba a partir de las primeras escrituras encontradas de cuando el hombre fue pensante, por así llamarlo. Y ahora tocábamos otro tema importante, dos en realidad; el primero, conversábamos con Raúl sobre unos objetos antiguos encontrados por historiadores, por arqueólogos, objetos que aparentemente -no éramos escépticos pero tampoco nos vendían cualquier cosa- teníamos que constatar, y sí, constatamos que la mano de obra no era de Ran II, o sea, que habíamos sido visitados en un lejano pasado.

Pero lo más grave estaba en el presente, hubo dos regiones donde la red electrónica había fallado, dos países enteros quedaron dos y tres días sin dinero, sin poder comprar, sin poder vender.

 

Hubo una conferencia en la región de Naciones, nos invitaron por nuestra fama de genetistas y el hecho de que yo supiera de micro ordenadores también era importante para poder debatir. Volvimos a la moneda y al dinero de papel como soporte.

-Lo importante -dije yo-, es descartar que hubiera piratas informáticos.

El Presidente de la Unión de Naciones me dijo:

-No, Anasio, generalmente los piratas informáticos, en la época que los había, buscaban perturbar la sociedad con noticias falsas o bien llevar dinero a cuentas no rastreables, pero aquí no ha faltado nada y no ha sobrado nada, no veo la mano de ningún pirata informático.

 

Y eso nos preocupaba más porque como decía Raúl Iruti, el "no" es una palabra negativa, pero el "ni" es la peor de las palabras, la incertidumbre, el no saber. Y en ese momento teníamos la incertidumbre: ¿Qué era lo que había cortado la web en dos regiones, y por qué sólo en esas regiones? La web era mundial, lo que vosotros en Sol III llamáis internet. Teníamos una segunda internet, al igual que vosotros, más profunda, pero era para pocos, por ahora no había sido tocada pero hubo pequeñas señales de algoritmos de que habían intentado manipularla. Detectives informáticos, por llamarlos de alguna manera, buscaban huellas, señales, puntos... y nada.

 

Recuerdo que le pregunté a Raúl:

-¿Estamos pendientes? ¿Esperamos hasta el próximo corte?

-No. -Respondió tajante Raúl-. No, Alexis, no. En el mismo laboratorio de genética tenemos los más importantes ordenadores para ver los desórdenes moleculares. Esos mismos ordenadores nos pueden dar pistas. Sabes que yo conozco poco del tema pero puedo ayudarte.

-Tengo un ordenador especial de cien terabytes de disco duro donde tengo programas muy profundos, podemos ver las oscilaciones de la web en todo Ran II, no qué las causa pero sí podríamos ver de dónde.

-Pues manos a la obra entonces -aprobó Raúl.

 

¿Resolveríamos el misterio? Al igual que Raúl, yo era enemigo de la especulación, no nos gustaba el "¿Y si pasara tal cosa? ¿Y si encontramos tal otra?". No, no, no, no; una cosa es debatir y otra especular. El debate enriquece, la especulación agota, en eso estamos de acuerdo. Y nos pusimos manos a la obra, simbólicamente hablando, hombro con hombro, y trabajamos en el tema.

¿Cuándo se daría un resultado? Eso es especular, eso no nos interesaba. Nos quemaríamos las pestañas -figurativamente hablando- pero no cesaríamos hasta intentar encontrar algo.

 

Y ahí es donde Raúl observó:

-No, no intentaremos, lo haremos. Intentar... queda en eso: "Yo intento tal cosa": ¡Hazlo! "Estoy intentando...": ¡Hazlo!

 

Entonces nosotros no intentábamos, lo hacíamos. Y en eso estábamos.

 

La historia continua. Gracias. Gracias.

 

 


Sesión del 24/02/2017

Médium: Jorge Raúl Olguín

Entidad que se presentó a dialogar: Thetán de Josep

En Ran II, en unos días se pasó de la normalidad a la Ley marcial que declararon los militares. Nadie sabía por qué razón hasta que dos militares de alto rango encargaron un trabajo a unos investigadores.

Sesión en MP3 (2.795 KB)

 

Entidad: Estaba muy preocupado, no puedo decir demasiado preocupado. Y no por parecer exagerado, al contrario, porque no tenía un límite preciso para dictaminar cuándo es demasiado.

 

Estábamos elaborando un nuevo proyecto con mi colega y casi hermano, Raúl Iruti, sobre genética. Él había elaborado una hipótesis, que la habíamos probado incluso en algunos animales, no era algo invasivo. De acuerdo a diversos programas de ordenadores combinando magnetismo con una vibración especial de un ultrasonido, llegábamos a alterar -podría decir- el comportamiento de algunos animales volviéndolos más dóciles. Jamás hacíamos lo opuesto, de tornar agresivo a un animal dócil, porque aún no podíamos evaluar las consecuencias. Terminado el -llamémosle- experimento, el animal volvía a la normalidad. Escaneábamos su cerebro de distintas maneras y no dejaba ningún tipo de secuelas, pero no lo habíamos experimentado en humanos.

 

Me había entusiasmado bastante con el tema cuando Raúl me dice:

-Algo está pasando, Alexis.

-¿En qué sentido?

-¿Recuerdas que hubo cortes en dos, tres, cuatro regiones? Ayer hubo un corte energético en todo el planeta que habrá durado instantes pero hubo protestas y hace instantes tenemos un nuevo corte y hay gente que sale a la calle a protestar porque no tienen cómo pagar las compras ya que todo nuestro dinero es electrónico.

-Sí, obvio pero las autoridades lo van a solucionar.

 

Pero no fue así. Hubo muchas manifestaciones en distintas regiones y fuerzas militares salieron a aplacar dichas manifestaciones de la manera más atroz. Hubo golpes, arrestos... era lo más leve. Quedé aterrado cuando vi que ante nuestros ojos, mirando por la ventana, disparaban contra la población. Esa misma tarde se declaró la Ley marcial, pensaba que era en toda la región pero fue en todo Ran II. Al día siguiente se restableció toda la red electrónica y por una cadena mundial de televisión comentaron que se iban a formar categorías, que no tenían que ver con las categorías laborales actuales, no sabíamos cómo se iban a formar.

 

Esa misma tarde llamaron por el portero electrónico y a través del visor de la cámara vimos que eran militares de alto rango. Los hicimos pasar, obviamente, y nos dijeron:

-Sois buenos ciudadanos ambos. Tanto tú, Anasio, como tú, Iruti, trabajaréis para el gobierno.

Me sorprendió que no nos preguntaran "¿Queréis trabajar con nosotros?". No, fue un decreto, prácticamente.

Iba a hablar, Raúl me apretó disimuladamente el brazo y tomó la palabra:

-No sólo estamos encantados de que hayan pensado en nosotros sino que gustosamente en lo que podemos ser útiles, incondicionalmente, contad con nosotros.

El militar que llevaba el mando, que tenía tantas condecoraciones como ego, le brillaron los ojos mirando a Raúl y dijo:

-No esperábamos menos. No hace falta que vengáis con nosotros, designaremos cuatro técnicos militares, mañana estarán aquí y acomodarán vuestro laboratorio y vuestras oficinas.

Iba hablar de nuevo y Raúl se adelantó.

-Contad con nosotros con la mayor cooperación. ¿Y si deseo hacer una pregunta? -El jefe de alto rango lo miró a los ojos a Raúl.

Raúl, con rostro imperturbable le dijo: ¿Si tenemos alguna duda podemos preguntar?

-Si tenéis alguna duda nosotros sabremos cómo y cuándo evacuarla.

-Perfecto, eso es todo -dijo Raúl-. A vuestra disposición.

 

Se marcharon los militares. Vimos por la cámara que llegaron a la planta baja y cerraron la puerta.

Lo encaré:

-No me has dejado hablar.

-Ibas a poner peros o ibas a preguntar.

-Y creo que es lo lógico.

-No, la cosa no viene bien.

-No digiero tus palabras.

-De la noche a la mañana de repente se militarizó todo el planeta. He hablado con conocidos nuestros: con Tadeo Armani, que trabaja en las fuerzas de paz, Nambo Flagan comentaba que alguien saboteaba su cuenta electrónica, el mismo Rendo Javier decía "Huelo algo raro".

-No te sigo -exclamé.

-Ayer he recibido llamados -me dijo Raúl- de Osmar Belami.

-Sí.

-Osmar Belami es un médico en nanotecnología, él trabaja con nanobots.

-¡Ah!, buenísimo.

-Claro, sé que tú sabes del tema pero era un tratamiento para vencer enfermedades con nanobots. Lo probó sin autorización en la clínica de su padre y lo despidieron, y sospecha que hay algo turbio. Hace poco conoció a otro joven que trabaja en investigación espacial, Serge Nauer, y me contó en confianza que donde trabajan ellos han visto aparatos extraños con nanotecnología desconocida.

-¿Pero en investigación espacial no está prohibido develar lo que saben?

-No conmigo.

-¿Pero cómo "no contigo"?...

-Mira, sabes que soy asesor de mucha gente en distintos temas, es algo que me encanta y que lo hago, es mi segunda naturaleza aparte de investigar genética.

-Hasta ahí te sigo -le dije-.

-En algún momento dado me han consultado tanto Osmar Belami como Serge Nauer sobre temas personales y me he ganado su confianza, lo que me cuentan queda en mí.

-Pero no es tan así -objeté-, me lo estás contando a mí.

-Sí, Alexis, pero por dos razones; una: eres como un hermano para mí, dos: la situación se desmadró. Piensa: militares en todo el planeta, la gente tiene que estar en sus casas, la orden es que después de las veinte horas no pueden salir salvo, salvo que tengan plaquetas especiales colgadas en sus prendas.

 

Y sí, Raúl no se equivocó, todo el mundo tenía la obligación de llevar plaquetas con distintos tonos que marcaban las categorías. Y había drones que vigilaban todo el día, principalmente de noche. Los drones tenían láser de lectura, los láser leían instantáneamente mediante computadores internos quién era cada uno de los que andaba por la calle y por qué, si un drone leía que ese individuo no tenía que estar en ese lugar a esa hora, a los pocos instantes aparecía un carro de asalto y los soldados interrogaban al sujeto. Si fuera de las veinte horas alguien no autorizado andaba por las calles, los drones directamente le disparaban y lo mataban, así de grave estaba la cosa.

 

Instalaron cámaras en nuestras oficinas, en nuestro laboratorio, o sea, que éramos vigilados, pero a su vez nos dieron pequeños pines dorados, estábamos habilitados para andar a cualquier hora del día o de de la noche, en cualquier lugar de la ciudad. Pero -siempre hay un pero-, habían delimitado a toda la población la superficie que podían recorrer y en menos de cuarenta y ocho horas, en los límites de la ciudad habían puesto muros que ni siquiera nosotros con los pines dorados podíamos pasar.

 

El militar de alto rango nos vino a ver a los dos días. Habló directamente con Raúl y le dijo:

-Necesito que investiguéis una muestra genética. Y solamente a mí y nadie más que a mí me daréis los resultados.

Raúl le preguntó:

-La analizaremos, veremos si hay algo que afecta a esa muestra.

-Tenéis carta blanca. Decidme todo respecto de esa muestra. En dos días vendré.

 

Analizamos la muestra genética, mi rostro se puso pálido al detectar genes desconocidos.

Raúl habló en voz alta mirándome, pero mirándome muy serio.

-¡Qué interesante, Alexis, qué interesante! Obviamente esto solamente lo sabrá la persona que nos dio la muestra, porque somos fieles obedientes.

-Claro, obviamente.

-La única manera de ganarnos su confianza es respondiéndole, obedeciendo.

Había captado la mirada de mi hermano Raúl, no podíamos hablar nada fuera de lo correcto; cámaras, micrófonos..., no sólo nos vigilaban sino que nos grababan.

 

Fuera del horario de trabajo, yendo de compras, y viendo que nuestros pines no tenían micrófono ni nada, simplemente tenían un código de lectura, pude hablar claramente con Raúl:

-¿Qué está pasando?, ¿por qué de repente los militares se comportan así?

-Alexis, es sumar uno más uno dos. De repente Serge Nauer comenta que han visto nanotecnología desconocida, y es uno de los mayores expertos junto a Osmar Belami. De repente nosotros tenemos muestras de un gen desconocido. ¿Te hago la pregunta?

-Hazla -le pedí.

-¿Te parece, Alexis, que esa nanotecnología o esa genética es de Ran II? -Ahí estaba la clave.

-No -respondí-, no, no es de este mundo.

-Y la segunda pregunta, ahora que podemos hablar, porque si vamos a comer algo en el restaurant no hablemos de nada comprometido, la siguiente pregunta es: ¿A quién están obedeciendo los militares?

 

No le respondí, la respuesta era implícita, tanto Raúl como yo la sabíamos: no a seres de Ran II.

 

 


Sesión del 01/04/2021

Médium: Jorge Raúl Olguín

Entidad que se presentó a dialogar: Thetán de Josep

El profesor Raúl Iruti postulaba en Ran II, un mundo a 10 años luz de nosotros, la existencia del espíritu suprafísico, que en un 10% anima la unidad biológica mientras que la parte 90% permanece en su plano, como guía. Develó que la genética de los progenitores condiciona más al ser físico que la crianza y el entorno. Explica cómo se desarrolla la personalidad en los primeros años de la persona.

Sesión en MP3 (3.807 KB)

 

Entidad: Iba caminando y lloviznaba. Acababa de dejar a Estela Navarro, sentía como cierta confusión y lo iba a conversar con Raúl.

Primero pensamos en tomar algo en algún bar, pero por más que estemos en un lugar apartado el ruido de la conversación nos iba a distraer.

 

Nos encontramos en su casa. Nos abrazamos y le dije:

-¿Cómo te fue el día?

Raúl me dijo:

-Bastante bastante complicado. Atendí una consultante que me hizo pensar muchas cosas. Lo difícil que es a veces resolver a nivel espiritual cuando la persona tiene un problema físico, cómo intentar aliviar su dolor, sus frustraciones. ¿Y tú? -me preguntó-, ¿todo bien con Estela?

-No... Es agradable, es mucho más agradable de lo que yo pensaba, pero tengo mis dudas.

-Dudas, ¿de qué sentido, Alexis?

-Dudas. Quizás sea una persona cambiante, quizás sea una persona que se siente sola, porque sé que ha tenido más de un fracaso afectivo y lo que busca no es una relación sino un consuelo.

Raúl sonrió y me dijo:

-Hermano, me da la impresión como que te juzgas mal a ti mismo, ni tú ni yo somos consuelo de nadie. Eso lo palpas, lo sientes, lo intuyes.

-Lo entiendo, Raúl -expliqué-. Pero quizá necesito tiempo.

-¿Tiempo, Alexis? ¿Te refieres a hacer una pausa en la relación?

-No no no no -negué-; podemos seguir saliendo y yo puedo seguir palpando, tanteando cómo va, cómo va la cosa. ¿Y tú, con Trini?

-Hermano, con Trini todo bien.   Hubo un alejamiento quizás por el tema de Bruno, de su combate. Es como que le cayó mal esa violencia.

Le dije:

-A todos nos cayó mal pero no sabíamos lo que podía pasar. De todas maneras, Raúl, quería hablarte de otro tema. Obviamente no me das detalles de las personas pero me comentas algunos casos.

-Correcto.

-Bien. Y vi que algunas veces conversas con algunas personas sobre lo que es el tema espiritual. ¿Sí?

-Es cierto, cuántas veces lo hemos hablado entre nosotros.

-Pero tienes una hipótesis: Hablas del 10%.

-Exactamente.

-¿Es una intuición -pregunté-, es algo que has investigado?

-Mira, hermano -me dijo Raúl-, podemos investigar la genética, porque me doy cuenta de que no hace falta saber tanto, pero del mundo espiritual, ¿qué podemos investigar? Hay tantos hololibros, holovideos, tantas especulaciones... y ninguna me satisface.

-¿Entonces?

-Te explico, Alexis: A mí me da la impresión que nosotros somos unidades biológicas y nuestro espíritu es inconmensurable para nuestro conocimiento. A veces tengo recuerdos de situaciones que nunca he vivido.

-¡Je, je, je! Me suele pasar -comenté-, a veces sueño y...

-No no no no no, Alexis, a mí también me pasa en los sueños, pero también me pasa despierto. Tengo... tengo ciertas visiones.

-¿Hablas de lo que dice nuestro amigo, nuestro colega astrónomo sobre los universos alternos?

-No no no no no; podría ser, pero no, porque a veces me visualizo con otra ropa, con otro paisaje, pero no... ¿cómo explicarlo?, no en la época actual. El estudio de los universos alternos generalmente son muy similares, y tenemos el ejemplo del propio Bruno y de esta joven, Hidden. Hay universos donde puede haber guerras, universos donde puede haber otras costumbres, el mismo Nambo Flagan lo dice. Pero no, me refiero a otras épocas.

-¿Hablas de vidas pasadas?

-Exactamente, hablo de vidas pasadas. Y entiendo que nuestro espíritu guarda la memoria de todas esas vidas que en nuestro cerebro, en nuestra pequeña mente...

-¿Pequeña?, ¿miles de millones y millones de neuronas?

-Pequeña al fin, Alexis, pequeña al fin....

-Continua -pedí.

-Claro. Nuestra mente no podría guardar la memoria de todas las vidas. Entiendo que por eso nacemos no recordando nada. Pero a veces tenemos, o por lo menos yo tengo esas visiones, como que rememoro esas vidas.

-Explícame lo del 10% -pedí.

-Bueno. Hablo de espíritu inconmensurable porque debe tener un núcleo conceptual tan grande... No tiene que ver con una medida física, grande en cuanto a capacidad, que no se puede medir con un calibre, ¡je, je, je! Y ese espíritu no podría ser albergado en una unidad biológica. Nuestra mente, por más que tú digas que tenemos miles de millones de neuronas, no tendría la capacidad para "soportar" tantos recuerdos. Pero no es eso; entiendo que tiene que haber una ley. Tú ves un témpano cercano a los polos y asoma un 10%, y hay un 90% debajo del agua. Interpreto que en este caso es al revés, hay un 10% de espíritu debajo y un 90% que queda arriba. Lo de abajo y arriba - querido Alexis-, es figurativo, porque no hay arriba y abajo, es otro... no me sale la palabra... otro plano.

-Entiendo, entiendo. Pero sí que es cierto, Raúl, que como hipotéticamente será nuestro espíritu, somos nosotros.

-Sí y no.

-¡Ah, bueno! Ahora me has descolocado, Raúl.

-Explícate el sí y no.

-Claro. Me siento cómodo con lo que estoy haciendo sobre terapia espiritual y no dejo de lado la genética, a veces busco algún hololibro y veo si hay algo nuevo, pero ya trabajé bastante. Me sigue atrayendo obviamente la genética, me va a atraer toda esta vida, pero me interesa lo que hago ahora. Y sé que ese espíritu que nos anima es un 10% del espíritu total.

-¿Lo intuyes?

-Llamémoslo así, querido Alexis, llamémoslo así. Pero he visto a través de las distintas consultas, hay consultantes mujeres que han venido con sus hijos, se han divorciado de sus parejas quizá por malos tratos, por incompatibilidades, y bueno, trato de bucear en el interior de esas personas, pero a su vez les pregunto de su vida con su expareja, cómo era su trato. Y a veces vienen con jóvenes adolescentes que esperan en la sala de espera. Y luego converso con ellos para ver cómo lleva la separación y los veo muy similares a sus padres.

-Expláyate más, por favor -pedí.

-Claro. Me da la impresión que la genética afecta a la conducta de la unidad biológica tanto como la puede afectar el 90% de espíritu que no ha animado nuestro cuerpo.

-A ver si lo entiendo: nosotros tenemos un espíritu...

-Correcto.

-Bien. Ese espíritu tiene una forma de ser, puede ser una entidad buena, una entidad indiferente, una entidad negativa, porque mi sentido común me dice que es así.

-Sí, hermano.

-¿Entonces?

-Y entonces, cuando nacemos y vamos creciendo tendríamos que estar acorde a cómo es este espíritu, y no siempre es así.

-Pero Raúl, tiene que ver también con la crianza, con quienes son nuestros padres...

-Sí, sí, Alexis, sí. La crianza, nuestro entorno nos puede afectar, nos puede desviar del camino.

-Pero podemos encarrilarnos.

-Haz de cuenta que sacan de cauce a un río porque están haciendo un pequeño dique, una vez terminada la obra el río se encauza. Lo mismo pasa con nosotros. Si somos fuertes por dentro, si estamos templados por más que hayamos tenido malos ejemplos va a prevalecer quienes somos, aquí y allí. Me refiero nosotros, como 10%, y ese 90% que mora allí, en ese mundo espiritual.

-¿Entonces? -pregunté.

-Claro. Hasta ahí está todo bien. El entorno puede afectarnos si somos débiles o no si somos fuertes. Pero hay algo más aparte del entorno: la crianza, nuestros padres. ¿Qué estudiamos en nuestra vida?, ¿qué estudiamos? ¿Qué es lo que nos apasionó?

-Obviamente, la genética -respondí.

-Bien. Y justamente nosotros como genetistas no podemos dudar ni un instante de que la genética nos hace mella, modifica nuestras costumbres, nuestro carácter, nuestra manera de ser. Tú puedes ser un espíritu elevado, pero de repente tienes un padre violento porque el espíritu de tu padre es violento...

-¿Pero qué dices, Raúl, cómo que este espíritu puede contagiar a mi espíritu?

-Para nada. ¡La genética de ese ser encarnado puede contagiar tu genética, tu manera de ser!, y no vas a ser igual a tu parte espiritual, a esa parte que no albergó tu ser como unidad biológica. Lo tengo claro. Bastante claro.

 

Me quedé pensando, claro y confuso a la vez.

Raúl dijo:

-Mira, hermano, he conocido jóvenes, este último tiempo atendí bastante gente, y muy rara vez vienen acompañados. Tanto varones como mujeres con hijos o con hermanos o hermanas generalmente vienen solos. Pero hubo algunos casos de mujeres donde han venido con hijos adolescentes, y para entender el porqué de la frustración de esas personas que vienen a la consulta, para entender el porqué de esa frustración les pregunto sobre sus últimos años. Bueno, me comentan de sus parejas, de los malos tratos, de la indiferencia, y observo a los adolescentes hijos de esos varones y son prácticamente un calco. Entonces la genética tiene ascendencia.

-Pero Raúl -argumenté-, también tendría que tener la ascendencia la genética  de la madre.

-Y la tiene, y la tiene, querido hermano. La tiene. No siempre es un 50 y un 50. A veces, no sé, daría la impresión como que esa genética negativa es más fuerte. Me imagino un adolescente hijo de una madre ejemplar y de un padre terrible, y lo veo al adolescente como que tira más para... como que se inclina más la balanza para lo terrible que para lo ejemplar. Y quizás ese niño tenga un espíritu elevado, y quizá me imagino al espíritu entero como una jarra de agua transparente y esa genética vendría a ser una gota de tinta. Una gota, un frasco, el porcentaje es nada, y sin embargo tú ves el agua completamente teñida de azul o negro, de acuerdo al color de la tinta.

-¿Me estás diciendo, Raúl, como que de acuerdo a cómo se comporte esa persona en vida afecta al espíritu completo?

-Absolutamente. Eso estoy diciendo. Eso estoy diciendo. Pero insisto; no es la crianza, no es el entorno: es la genética. Y ese adolescente tiene que ser muy fuerte interiormente, muy templado como para ser un hombre nuevo, distinto. El ejemplo que vio de chico, de su padre, de esa violencia o de su padre alcoholizado o de su padre drogado o de su padre indiferente al amor o de su padre que engaña a la madre con otras amantes o de su padre que cambia de trabajo constantemente porque es impuntual y falta... Y ese adolescente tiene que ser muy fuerte para triunfar en un trabajo, en un estudio y que esa genética no le afecte. Pero he notado en muchos casos que afecta.

-Para terminar, querido Raúl... En tu trabajo en lo que haces has resuelto infinidad de casos. Entonces, ¿qué pasa cuando te toca un adolescente que tiene una ascendencia genética negativa?

-¡Je! No es fácil, hermano. Trato de trabajar su interior, hacerlo razonar, explicarle su verdadera importancia. Explicarle que es individual, por eso nos llaman individuos, somos únicos. No nos tiene por qué afectar esa genética, la podemos vencer. Pero tienes que ser fuerte, y tienes que tener, aparte, buenos ejemplos, porque ayudan muchísimo.

-¡Vaya! ¡Vaya vaya vaya! Mira qué conversación hemos tenido.

-Hermano, si no lo converso contigo, ¿con quién lo voy a conversar?

-Bueno, ambos somos genetistas.

-Sí, pero no lo digo por eso, para mí eres un hermano espiritual, y hay cosas que no me atrevería a comentarlas con otras personas porque quizá no me entenderían. Y menos si les hablo de que hay un mundo espiritual, me mirarían de una manera distinta. Algunos dirían: "El afamado profesor Iruti está perdiendo la razón". No no no, que piensen lo que quieran. Que piensen lo que quieran.

Nos dimos un abrazo y le dije:

-Nos quedan más temas pendientes, ya los hablaremos.

 

Me marché para casa y me quedé pensando en lo del poder de la genética y el poder de la parte espiritual. Pero claro, en algo Raúl tenía razón: Estamos aquí, somos de carne y hueso, lo que conocemos es lo que vivimos.

Y sí, la genética es lo que más nos va a afectar. Sólo dos detalles pueden frenar ese impulso genético negativo: La templanza del propio ser y los buenos ejemplos. Independientemente de la terapia que pueda hacer la persona.

No todos quieren hacerla, se sienten autosuficientes. Y ese es el mayor error, sentirse autosuficiente.

 

Gracias por escucharme.