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Psicoauditación - Sourav |
Sección Psicointegración y Psicoauditación - Índice de la sección - Explicación y guía de lectura de la sección |
Si bien la Psicoauditación es la técnica más idónea para erradicar los engramas conceptuales del Thetán o Yo Superior de la persona, la mayoría de las veces se psicoaudita a thetanes que habitan en planos del Error y sus palabras pueden no ser amigables y/o oportunas para ser tomadas como Mensajes de orientación, algo que sí se da cuando se canaliza a Espíritus de Luz o Espíritus Maestros.
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Sesión del 24/01/2025 Vaquia, Stein Ritcher
Sesión 24/01/2025 Se les presentó alguien que parecía vigilar a los seres diferentes que había en el entorno, como que ejercía una autoridad sobre ellos. Su compañero de la universidad estaba preocupado por su presencia. Vio cómo hacía desaparecer a uno.
Entidad: Siempre me gustaron las ciencias informáticas, pero tenía, a ver cómo explicarlo, tenía cierta curiosidad por la genética. Y tenía largas charlas con el profesor Sigmun. Le pregunté: -Con todo respeto, profesor, la genética no permite, por lo menos que yo sepa, que una persona pueda cambiar de formas. Me comentó: -Hay un continente más al sur donde se comenta que hay cambiaformas, pero no como las historias que escuchamos del parque de las Sombras, personas que se transforman en licántropos, en vampiros, no no, estoy hablando de que cambian de forma con otro rostro, con otra identidad, metamorfos se podría decir. -De corazón, profesor Sigmun, ¿usted cree en eso? -Mira, Stein, no creo ni dejo de creer. -Está bien.
Al mediodía almorzamos con Edwing Woolf y por la tarde cuando salimos nos topamos con un joven, un joven con aire de misterio, pero a su vez amigo de todos, una persona accesible. Sabíamos que era de mucha fortuna, muchísima fortuna, que tenía una novia bellísima que era hija de una señora muy potentada también, pero de ella se sabía muy poco. Él se llamaba Dominique y todos lo respetaban, por alguna razón siempre llevaba guantes livianos, muy livianos, una especie de imitación cuero, pero muy muy livianos. Una vez le pregunté: -¿Dominique por qué usas guantes? -Por... por costumbre.
Miré sus ojos pero no se le podía detectar una mentira, sin embargo, ¿usarlos por costumbre aún en verano, aún con calor? No me cerraba la ecuación. Recuerdo que estábamos en la cafetería tomando algo a la salida de la facultad y se acercó: -Permiso. -Se sentó con nosotros. Lo miró a Edwing: -¿Qué buscas? -No entiendo, Dominique... -¿Qué buscas de Stein Ritcher? -Somos amigos. -¿Él sabe lo que eres? -Sí. Me miró a mí: -¿Y tú no tienes miedo? -Para nada. Al contrario, me salvó la vida. -Explícate. -No lo creerías. -No sabes lo que yo creo o no. Coméntamelo. -Bueno. Fuimos a dar un paseo por el Bosque de las Sombras y había un hombre de aspecto cadavérico, nos dimos cuenta que era un vampiro y nos quería atacar y en ese momento Edwing... -Continúa. -No, no, no me lo vas a creer. -Continúa. -Se transformó en un hombre lobo. -Y le dijo: "Tienes dos posibilidades: intentar atacarnos y que yo te despedace o irte". La cuestión es que me salvó la vida. Dominique me miró serio y luego lo miró a Edwing: -¿Eres de alguna tribu? -No, Dominique. -¿Atacas gente? -No. -¿Cómo me lo aseguras? -Te doy mi palabra. -Te tendré vigilado. Sé que te gustan dos jóvenes, dos chicas de la 'facu', y sé que son chicas normales. -Sabes que no les voy a hacer nada, Dominique. -No pasa por ahí. Supón que tienes intimidad con alguna y en el momento de excitación sin querer la muerdes. ¿Sabes lo que le pasaría? Tendría sangre tuya y se podría transformar. -Lo entiendo. -No, no lo entiendes. Sé que hay jóvenes en la facultad que tienen rasgos licántropos también, si el día de mañana formas pareja, forma con alguna de ellas, con las amigas de mi novia no. Sé que cortejas a una. Pero te estaré vigilando. -Le puso la mano en el hombro y mi amigo Edwing, el licántropo, tembló-. No te asustes tengo guantes, pero cuidado con tu ego. -¿Por qué me dices eso, Dominique? -Claro. A propósito, llevaste a Stein al bosque, sabías que podía venir alguna alimaña y te querías mostrar adelante de él para que tu amigo te deba la vida y te respete. Pero hay otra manera de respetar, no trates de apabullar a tus amigos contando tus secretos. Eres buena persona, no es al primero que se lo digo. Antes de entrar a la facultad había un estudiante que era vampiro y salía con una joven, le pedí que la deje. Hablé yo: -¿Pero qué, se alimentaba de ella? -No, no, Stein, había un proveedor que sabía del tema y le conseguía sangre, obviamente él le pagaba, pero le dije que corte con esa niña, que no le dé esperanzas. Ella no sabía lo que era él. -Pero debe haber sufrido al cortar con ella... -Los dos sufrieron. Pero lo mismo que le dije a tu amigo Edwing, este joven consiguió una 'amigovia', amiga novia, de su condición, pero le dije que los tendría vigilados. -¿En qué sentido? -Que ambos se alimentaran con sangre o bien sangre sintética. -Pero podían alimentarse de animales. -No. -¿Por qué? -Distinto es un animal salvaje en una selva que ataca a otro mamífero o un reptil que ataca a un mamífero. Pero estamos hablando de personas inteligentes; los licántropos, los vampiros tienen el cien por ciento de su parte cognitiva, no son bestias salvajes, se muestran salvajes porque tienen un apetito feroz pero pueden controlarse perfectamente. Si me entero que alguno ataca a un animal para beberle su sangre o para comerlo, desgarrarlo, hablo de los licántropos en este caso, se las verán conmigo. -¿Pero y entonces de qué viven? -Bueno, yo particularmente conozco una tribu y me conocen y me respetan. De día son personas normales, pescadores en el puerto, y comen carne, carne cocida, pero no es porque ataquen animales, compran en el mercado mayorista. En un poblado pequeño donde vive la mayoría de ellos no saben que son licántropos y conviven perfectamente, los chicos de ellos juegan con los chicos humanos pero tienen prohibido jugar bruto o intentar morder o rasgar, porque los niños no saben controlarse como los grandes y si se enojan, instintivamente empiezan a transformarse. Además hay muchos cazadores. -¿Es verdad que las balas de plata les afecta? -No, no es verdad, como tampoco es verdad que una cruz o el ajo espante a un vampiro. Tampoco es verdad que no puedan exponerse al sol. Hay muchos mitos con respecto a eso. Lo miré a Dominique: -¿Y tú como sabes tanto? -Soy un gran investigador. Bueno, cuidaros, me toca otra materia ahora. -Pero si ya terminó el horario de facultad. -Estoy haciendo horas extras de otro estudio. -¿De cuál? -Otro estudio. -No dio explicaciones y se marchó.
Cuando Dominique se fue le pregunté a Edwing Woolf: -Me pareció que le tenías miedo. -No sabes quién es Dominique. -No. -Es una persona intocable, para nosotros los licántropos y para los vampiros. -¿Y por qué usa guantes? -Porque yo personalmente estando en el bosque con una amiga licántropo también, vimos que se acercaba un vampiro con malas intenciones a un grupo de niños jovencitos de la escuela primaria que obviamente no los vieron porque hubieran huido espantados. Entonces con mi amiga nos acercamos sin que nos viera el vampiro para matarlo, en ese momento lo vimos a Dominique sin guantes y le dijo al vampiro, sabía su nombre: -Ragort, es hora que te alejes, los niños de aquí no se tocan. -¿Y quién me lo va a impedir? -dijo el vampiro. Lo trató de morder con sus colmillos a Dominique, Dominique lo cogió del cuello con sus manos desnudas, sin guantes, y en ese momento lo que vimos era algo imposible, el vampiro se empezó a deshacer y se hizo polvo, no quedó nada de él. Y encima Dominique tiene un oído tan potente como el de un licántropo, se dio vuelta y nos vio a mí y a mi amigo: -¿Y vosotros? -Dominique, veníamos a frenar al vampiro. -Está bien. ¿Estáis en la facultad? -Yo sí -le dije-, mi amiga no, pero nos comportamos bien. ¿Eso que has hecho con el vampiro lo puedes hacer también con nosotros? -Sí. Hay varias tribus en el Bosque de las Sombras y me conocen, incluso soy amigo y por la noche los visito a veces con mi novia. Me respetan y yo los respeto, pero saben que si alguno ataca a una persona inocente, lo tocaré con mis manos, ellos se abstiene de tocarme a mí porque se hacen polvo.
Yo estaba paralizado de lo que me contaba Edwing, que agregó preguntándole a Dominique en ese momento: -¿Quién eres, qué eres? -Alguien distinto. -¿Eres un guardián de bosque? Porque sé que hay vampiros que respetan a los guardianes. -No, no soy un guardián. Ahora me marcharé. Acordaros, siempre estoy, incluso para cuando quieran preguntarme cosas que no saben o para advertirme de nuevos peligros. Confío en vosotros. -Y se marchó.
-Luego, querido Stein, lo vi varias veces más, pero es la primera vez ahora sentado aquí en la cafetería que se acerca. -¿A su novia la conoces? -Es bellísima, pero no sé si tendrá las facultades que tiene él, esos dones, no lo sé. Ella también es simpática, pero a veces tiene cara de pocos amigos, se suele reír mucho con sus amigas, sabe que yo estoy interesado en una amiga de ella pero nunca me ha dicho nada, me ha mirado, sí, con cara de pocos amigos y yo no sabía por qué, evidentemente Dominique le contó de mí. -Me quedé pensando, me dolía el estómago de los nervios. -Pero qué pasa en este poblado, hay licántropos, hay vampiros, hay otro tipo de bestias marinas, hay sombras vivientes, ¿este Dominique también podrá vencer a esas sombras vivientes? -No lo sé. Yo de él solamente sé que convirtió en polvo a un vampiro y puede convertir en polvo a un licántropo. No sé nada más. -Mis problemas pasaron a segundo término y no eran pocos los que tenía, a veces me dejaba estar con el tema de la procrastinación, con el tema de la baja estima. Pero no sé, el miedo que siento..., de ti no puedo desconfiar porque me has salvado la vida, pero y si un día te cojo con mal genio y me atacas. -Stein, no seas tonto te aprecio muchísimo, puedo conversar contigo como no converso con otros, ¿te piensas que si fuera una persona que no me supiera contener?, Dominique ya me hubiera hecho polvo. -¿Y qué vas a hacer con la amiga de la novia de Dominique? -Tiene razón él. Uno puede tener una intimidad y de repente dentro de la pasión me pueden crecer las garras, rasgarle la espalda y hasta sin querer herirla o algo peor, matarla. Debo alejarme, debo alejarme. -¿Y qué pasaría si me convirtieras? -le pregunté-, sería más poderoso. -Estás diciendo una tontería, Stein -me respondió-, daría cualquier cosa por ser normal. Tus problemas son nada. ¿Baja estima? Hay muchas chicas que se fijan en mí, ahora te van a ver conmigo seguido y se van a interesar por ti, "¿Quién ese Stein Ritcher que tiene de amigo Edwing? -¿Y qué les diré? -¡Ah, no! No, yo no te voy a dar un libreto, conversa de cualquier cosa, conversa de ciencias informáticas que es lo que estudias, conversa de genética veo que hablas mucho con Sigmun el profesor, pero no me pidas que te haga un libreto. -Me reí con una mueca, pero me reí. -Tienes razón, el paso lo tengo que dar yo. -Stein, eso te lo escuché decir veinte veces por lo menos, pero del dicho al hecho hay mucho trecho. -No, lo haré, lo prometo, y lo haré delante tuyo. -Bien, confío en ti. -Me tendió la mano, dudé-. Stein, yo no te convierto en polvo, ¡ja, ja, ja!, no soy Dominique. Además, a ti no te va a convertir en polvo, eres un humano común, la cosa es con nosotros. Le tendí la mano y le dije: -Déjame, pago yo. -No no no no -Edwing no me dejó-, sé que te cuesta, pagaré yo.
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