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Psicoauditación - Steve M. |
Sección Psicointegración y Psicoauditación - Índice de la sección - Explicación y guía de lectura de la sección |
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Si bien la Psicoauditación es la técnica más idónea para erradicar los engramas conceptuales del Thetán o Yo Superior de la persona, la mayoría de las veces se psicoaudita a thetanes que habitan en planos del Error y sus palabras pueden no ser amigables y/o oportunas para ser tomadas como Mensajes de orientación, algo que sí se da cuando se canaliza a Espíritus de Luz o Espíritus Maestros.
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Sesión 30/09/2025 Gaela, Alex Sesión 07/10/2025 Gaela, Alex Sesión 04/11/2025 Gaela, Alex Sesión 30/09/2025 Estaba entre amigos en el Club Náutico y supo que una joven podría ayudarle en ventas, y le ofreció lugar en su empresa. Ella estaba también interesada. Lamentablemente, a distancia tuvieron que escuchar una desagradable discusión de una pareja.
Entidad: Mi nombre es Alex Malbrán, nacido en Madinesia. Vine a Plena a vender productos médicos.
Hace poco más de cuatro años me encontré con Jorge Clayton, un mecenas que me instaló una empresa donde monté un laboratorio para poder fabricar medicamentos de primera calidad. Hoy tengo una enorme empresa y después de cuatro años volví a encontrarme con Jorge Clayton.
Ahora estaba con mi coche llegando al club Náutico para encontrarme con Clayton. Adelante de todo había varios jóvenes conversando, riéndose, pero fui más atrás, había una mesa más pequeña donde estaba un joven que era veterinario y el mejor amigo de Jorge Clayton, Luís Alberto Démez, acompañado por Mary Jane, su novia, y una joven muy atractiva que se presentó como Marisol Domínguez. Me gustó su manera de ser, le estreché la mano, sonreí, le comenté lo que yo hacía y me dijo: -Es muy interesante, muy interesante. Le pregunté: -¿A ti qué te gusta? -La artesanía, incluso Mary Jane dijo de instalarme un lugar para poder vender artesanías de primera calidad. -¿Qué tal eres como vendedora al público? Me dijo: -¿Cómo te llamas? -Alex. -Bien -respondió Marisol-, me considero muy buena en lo que hago. La miré y le dije: -Entiendo lo que dice Mary Jane pero de mi parte te hago otra propuesta que quizá te agrade. -Dime -exclamó. -Necesito gente que pueda vender mis productos al público por mayor. -Explícate por favor -me pidió Marisol. -Claro, tenemos una gran empresa, ya no vendemos más como hace cuatro años farmacia por farmacia, ahora vienen grandes cadenas de farmacias a requerir de nuestros productos y necesitamos personas que atiendan a ese público. -Me encantaría -me respondió ella-, pero le di mi palabra a Mary Jane de trabajar en la galería que me quiere poner. Mary Jane dijo: -Mira, Marisol, es lo que tú elijas, es lo que tú desees. -Bueno, a mi me gusta trabajar con artesanías, con manualidades, pero también me gusta atender gente. Y explico por qué. Si bien las artesanías me agradan, cuando estoy mucho tiempo por terminar una gran obra es como que me canso mentalmente, necesito estar activa, y si bien todo tipo de artesanías que fabrico me hacen estar activa a veces el trabajo manual puede agotarme en el sentido de estar horas y horas terminando una buena obra. Por supuesto, la satisfacción es inmensa pero también es el agotamiento. Me miró y me dijo: -Alex, ¿y allí cómo es? -Bueno, tendrías tu propio mostrador, una línea de teléfono, detrás tuyo una máquina de café expreso y tendrías mi línea privada para comunicarte por cualquier urgencia. -La idea me agrada. Pero debo ser práctica, ¿cuánto sería mi sueldo? -Le pasé una cifra y se asombró-. Vaya. -La miró a Mary Jane-. Es prácticamente cuatro veces más de lo que ganaría en la galería pues en ella dependería de todo lo que yo manufacture. ¿Necesito práctica, Alex? -No, simplemente un día para conocer nuestros productos y además tendrías una lista de la base de los productos, digamos el genérico de cada medicación para explicarle a quien venga de las grandes cadenas farmacéuticas qué hace cada medicación y qué mejoras tiene con respecto a otros laboratorios, tratamos de dar lo mejor con conciencia. -Me pidió que la deje pensar.
En ese momento se escucharon voces muy muy fuertes. Le pregunté a Luís Alberto Démez: -¿Quién está ahí? -Luís Alberto me dijo que hable en voz baja. Y me dijo: -Es el despacho de Jorge Clayton, aparentemente está discutiendo con su novia. -¡Pero cómo! Tengo entendido, y aparte me lo dijo él, que con la doctora Milena Andrade, su novia, se llevan a las mil maravillas. -Lo peor es que no cerraron la puerta, y no me animo a golpearle para que la cierren, porque en medio de la discusión reactiva me pueden interpretar como que me estoy entrometiendo. Lamentablemente como estamos en una mesa prácticamente al lado del despacho, a pocos metros, se escucha todo.
Clayton le decía: -¿Y a qué viene todo esto? Ella le dijo, repitiendo: -¿A qué viene? A que siempre estás pensando en ti, haciendo cosas para ti. Le respondió: -Primero, no hago nada para mí, hago todo para los demás. Segundo, todo el tiempo que invierto es para otros, no es para mí. -Te olvidas de vivir, eres joven. -¿Me olvido de vivir -respondió él-, o me olvido de que vivamos? -No, no seas irónico -respondió ella-, te pido por favor que no seas irónico porque sé a dónde quieres llegar. -A ver si lo sabes, dímelo. -Claro, piensas que soy yo la que te está demandando. -¿Acaso no es así, Milena? Porque cada vez que me dices: "Viajas, haces cosas, no estás nunca" entiendo que lo que menos te preocupa son mis viajes sino mi ausencia. Yo no viajo por placer, muy rara vez, Milena, he viajado por placer. Además, más de una vez has dicho: "Al fin y al cabo puedo tomarme una semana y acompañarte". -¿Y no lo he hecho? -Sí, dos veces, el resto ocupada con tu trabajo. Aclaro; lo cual es importantísimo porque has salvado muchas vidas y a veces cuando te invito a cenar me dices: "No puedo surgió una operación de urgencia". ¿Y qué te respondo, Milena? Que tengas el mejor de los éxitos. Jamás te voy a recriminar o decir "Me dejas solo, y ahora qué hago...", jamás. Eres tú la que estás demandando, estás mostrando una nueva faceta que antes no tenías. Ya una vez habíamos discutido y nos habíamos distanciado. ¿Qué es lo que estás buscando, Milena, una separación definitiva? -No, que me prestes más atención. -¿Más atención? Cuando no viajo casi siempre estoy contigo, obviamente cuando tú no tienes urgencias médicas, porque los dos estamos ocupados de distinta manera, los dos tenemos distintas formas de ocupar nuestro tiempo, pero no me recrimines que a veces tengo que viajar. En algún momento dijo ella: -Te dije que podrías delegar en otros, tienes una empresa que es la más importante de Plena y no delegas. -Sí, delego, sí delego, tengo muchos gerentes en Amarís, en Gaela, en Plena, obviamente en Plena es donde tengo mi empresa central y también abrí dos empresas grandes en la potencia principal en Beta y hasta en Ámber, pero hay cosas de las que me puedo ocupar solamente yo. -No vives tú juventud. -¿Acaso tú la vives?, eres la neuróloga más joven que conozco. Pero a diferencia tuya me siento orgulloso por ti, sanamente orgulloso. En cambio tú no, tú es como que de repente empiezas a demandar, empiezas a tratar de manipularme y a mí eso no me gusta, para nada. -Evidentemente -dijo ella-, no somos tan compatibles como yo pensaba y es una pena. -No, sé por dónde vas -dijo él-, vas para el lado del rol de víctima. -¿Yo víctima? He tenido infinidad de pretendientes y los rechacé. -Sé por dónde vas, vas por el lado de querer lucirte y de decirme que si nos separamos "mira lo que te pierdes". No, conmigo no va eso. -No te olvides que estudié filosofía, psicología, psicología transpersonal. -No no no no, me vengas con ese tipo de roles, no a mí, te olvidas con quién estás hablando. -Claro -respondió ella-, estoy hablando con el hombre perfecto. -Eso lo dices tú; me equivoco mil veces, no me considero perfecto, pero sí es cierto que las cosas que hago las hago porque disfruto tender manos a los demás, y me da la impresión que tú en este momento eres una especie de lazo que me quiere atar las manos. Y no, no, eso obviamente no lo voy a permitir, cuando mi padre vivía mil veces discutí con él sobre ese tema. Al contrario, él me recriminaba que era muy joven, que no estaba preparado. Pero cuando el abuelo nos dejó la fortuna, mientras yo la duplicaba mi padre seguía con la misma cifra. Aclaro, no lo estoy culpando de nada, simplemente cada uno tiene su manera, además me preparé mucho en economía para hacer lo que hago. Entonces, ¿cómo seguimos? -No me sirve esta situación -dijo Milena Andrade. -O sea, ¿quedamos en libertad de acción? -Nos tomamos un tiempo. -No -dijo Clayton-, basta de tomarnos tiempo, si cortamos ahora no hay marcha atrás. -Se ve que tienes experiencia en cortar con gente. -No seas irónica, no te lo voy a permitir. La primera vez que corté con alguien era muy muy chico, muy muy chico y me sentí hasta burlado. La segunda vez, que justamente un amigo mío estuvo presente, fue en la muerte de mi padre. La tercera vez una joven con la que nos llevábamos muy bien pero no soportaba mis ausencias, no soportaba que yo viajara tanto. Milena respondió: -Evidentemente tenía razón, por algo se alejó. -Uno elije -respondió él-, uno elije.
Se abrió la puerta y nosotros mirábamos a nuestras tazas disimuladamente, y miré de reojo que la doctora Milena Andrade se fue con la cara frustrada, un rostro enojado, caminando rápido. Se asomó Jorge Clayton y vio nuestra mesa, él no disimuló, se acercó a nosotros con una leve sonrisa y dijo: -Lamento que hayáis escuchado nuestra discusión. -Luís Alberto Démez se paró y le dijo: -Sabes que estoy contigo. Clayton sonrió con una sonrisa que era más una mueca, entró otra vez al despacho y antes de cerrar dijo: -En un rato estaré con vosotros.
Nos miramos todos y Mary Jane, la novia de Luís Alberto, le comentó a su amiga: -Disculpa que hayas tenido que escuchar esto, Clayton es una persona más que excelente. A mi novio lo ha ayudado infinidad de veces, no es alguien de mal carácter ni nada, todo lo contrario, si no se pone celoso mi novio diría que es un dulce. -Sonreí. -Estoy de acuerdo con mi novia, es una persona querible, es una persona que no duda en ayudarte en todo lo que pueda. Es más, donde está trabajando esta chica con la que se peleó, están construyendo prácticamente el Hospital del Sur a nuevo, todo financiado por él. Esta joven tan atractiva que yo recién conocía, Marisol Domínguez, preguntó: -¿Pero no pierde dinero? Mary Jane le dijo: -No, no, todo lo contrario, el invierte y muchas veces, tanto en el municipio del sur como en inversiones que hace en la propia capital de Plena, no tiene que pagar ningún tipo de renta, no tiene que pagar ningún tipo de ganancias porque son obras que salen de su bolsillo. No, no lucra con eso. Al contrario, cada año aumenta su fortuna. Las inversiones no son para él, son para todos, y muchas de las tareas que hace son adelantos que si no fuera por los técnicos que tiene, tardaríamos más de diez años en lograrlo. Incluso vamos más adelantados que Plena en el tema de ordenadores personales, y recién estamos en los años setenta del siglo veinte. Muchos pensaban que hasta los noventa no iba a haber ordenadores personales, llevamos casi veinte años de adelanto gracias a las empresas Clayton.
Antes de que Jorge viniera a la mesa, Marisol Domínguez me dijo: -Intercambiemos nuestros teléfonos y te responderé si acepto ir a tu empresa. -Espero que sí, me agradaría mucho, con disculpas a Mary Jane que quería montar la galería. -La galería se va a montar igual, Marisol tiene muchas obras para exponer, e incluso puede dejar una señorita que atienda el lugar y cobre una comisión por las ventas mientras ella trabaja contigo en la empresa farmacéutica. -Sonreí.
Me agradaba mucho esta joven, no sé si ella sentiría una empatía conmigo pero por lo menos reía felizmente y eso era bueno.
De todas maneras todos los componentes de la mesa estábamos un poco apesadumbrados por la separación entre la doctora Milena Andrade y Jorge Clayton, algo impensable poco tiempo atrás, pensábamos que era la pareja más unida. Y obviamente a veces la mente reactiva, el ego nos juega esas malas pasadas.
Sesión 07/10/2025 Amigos y conocidos tertuliaban en el Náutico acerca de las relaciones que tenían y con quién, y al final parecían estar de acuerdo en que nadie engañaba a nadie sino que todo era aceptado.
Entidad: El ambiente que había en el club Náutico no era bueno, mi intuición no es privilegiada pero se notaba, se sentía en el aire como un filo cortante.
Clayton no estaba, me encontré con Andrés, el hijo de Constantino. Nos sentamos en una mesa y luego se juntaron más personas, vino Isabella Yáñez que era amiga íntima de la doctora Milena Andrade. No tenía mucha confianza, pero le pregunté: -Estimada Isabella, ¿y la doctora Milena no la acompañó? -No -me respondió-, es la tercera vez que vengo pero esta vez vine sola, la doctora tuvo una muy fuerte discusión con el señor Clayton. -Sí, lo sé, yo estaba esa tarde -exclamé-.
Se acercó también Marisol Domínguez, que era amiga de Mary Jane. -¿Cómo estás, Marisol? -le pregunté. -Bien. Estaba pensando, estimado Alex, que puedo hacer las dos cosas, trabajar en el laboratorio atendiendo gente y los fines de semana con mi trabajo artesanal. -Bravo -le dije. La miré a Mary Jane-: ¿Y tú, cómo estás? Me dijo: -No estoy muy bien. -¿Qué sucedió? -Levantó la vista y venía nuestro amigo, el gran amigo de Jorge Clayton, Luís Alberto Démez. -Hola querida gente, siempre con esa buena onda. -Andrés lo miró con rostro serio. Se acercó a Mary Jane para darle un beso y ella tomó distancia poniéndole una mano en el pecho. ¿Qué pasa? -No me tomes por tonta, Luís Alberto. -No entiendo. -El Náutico es como cualquier otro club, los rumores corren como reguera de pólvora. -Sigo sin entender. ¿Qué pasó? -Me estás tomando por tonta, te han visto tres veces distintas personas saliendo con esta chica nueva, Sydney Madison. -No no no no no... -¿Acaso no has salido?, ¿acaso no me has engañado? -No, Mary Jane, no no no no, esta chica, Sydney, tiene una veterinaria cerca del Náutico y de casualidad conversamos sobre el tema, le conté que yo hace años que tengo una veterinaria y hablamos de ese tema. -Muy bien. -¿Entonces me crees? -Por supuesto que te creo, lo que pasa que Jean Lebreté, que es amigo de todos pero a su vez no es amigo de nadie, de la misma manera que te puede tirar lodo en la cabeza de la misma manera te puede sacar de una ciénaga, pero él no lo niega, él es así, él no respeta a otros novios y sale con cualquier chica, no es leal a los amigos, no es leal a nadie, sólo a sí mismo. Yo no le caigo bien porque dos o tres veces muy disimuladamente me dijo de salir y le dije que tenía novio. Pero es una persona que no se molesta por nada, si le dicen sí sale, si le dicen no está bien, no se molesta ni se ofende.
Lo miré a Luís Alberto, que le dijo: -¿Qué tiene que ver Jean Lebreté con esto que te estoy contando de mi colega Sydney Madison? -¡Je, je!, me sigues tomando por tonta. Ayer Jean Lebreté me dice "Si te prometo que no voy a hablar de salir contigo, ¿te puedo mostrar algo?". "Si no te pasas de listo sí". Y subí a su coche, a su nuevo deportivo y fuimos hasta el centro. "Quería mostrarte algo, mira la confitería Alabama". "Sí". -Estacionamos frente a la acera opuesta, pero se veía en la ventana tomando algo a Sydney contigo. -Hablamos de mil cosas, de las razas de perros... -Claro, claro. Pero no nos fuimos. Jean me dijo: -Mary Jane, espera. -Y esperamos por lo menos media hora hasta que ustedes salieron y a media calle de distancia entraron a un albergue transitorio para parejas, a esos hoteles de paso donde van parejas sin compromiso a tener intimidad. Lo miré a Luís Alberto y se puso pálido. Y dijo: -Jean Lebreté es un hijo de mala madre. -No, no, Jean Lebreté -dijo Mary Jane-, es una persona que es amigo de todos y de nadie. -Te preguntarás qué gana con ponerte en evidencia. -Hacerme un favor a mí y no para conquistarme ni para llevarme a su departamento, lo hizo porque directamente no le agradan los engaños. -Luís Alberto Démez sonrió. -¡Je, je! ¿Justo él habla de engaños que sale con todas las mujeres del Náutico? -Sí, pero todas con las que sale saben que él no se compromete, por lo tanto jamás ha engañado a nadie y tú sí. Claro, ahora me vas a decir que fueron al hotel a hablar de razas de perros. ¿Te acuerdas cuando nos conocimos que fingiste ser gay para conquistarme? Y cuando yo me enteré me enojé mucho, sufriste un montón para que vuelva a confiar en ti y ahora me haces esto? ¿Qué tiene Sydney que no tenga yo? -Nada, fue... no sé, no me sentía bien. -¿Esto qué significa -dijo Mary Jane- que cada vez que yo no me sienta bien lo voy a buscar aquí a Andrés o voy a acostarme, disculpa que te diga esto, ¿eh?, con Alex? -Yo sonreí-. O me voy a buscar a Lebreté o por ahí como me gustan los mayores me acuesto con Constantino porque no me siento bien. Esas son excusas y así como esta mesa sabe lo tuyo y lo de Sydney, lo sabe todo el club. Clayton fue dos días para hacer un negocio a Saeta pero ya está enterado y no le va a gustar. Y sé que tú eres su mejor amigo. Tú estuviste presente cuando falleció su padre, es como un hermano para ti y no le va a caer bien lo de Sydney.
Yo soy una persona que trato de no meterme en la conversación de los demás, pero le dije a Mary Jane: -Y a todo esto, y discúlpame, Luís Alberto, ¿pero a todo esto qué dice Sydney? -Sydney es una chica de dinero que vendría a ser como... como Lebreté, le da lo mismo salir con uno o con otro. -Lo miró a Luís Alberto-. Esto lo aclaro porque por ahí mi ex piensa que Sydney está metida con él. Le pregunté: -No entiendo mucho el lenguaje coloquial de Plena, ¿qué significa metida? -Enganchada, ilusionada, enamorada, como quieras llamarlo, y no es así, a Sydney le viene bien uno u otro. Pero mi exnovio que se pensaba el gran conquistador antes de conocerme a mí, se encontró con la horma de su zapato, se encontró con una chica que es mucho más lista que él y perdió su gran amor, a mí. -Lo miré a Luís Alberto y nunca nunca lo vi tan callado
En ese momento Mary Jane le dijo a Marisol: -¿No te incomoda si me retiro? -No, por favor. -Mary Jane se levantó y se marchó. Luís Alberto fue atrás de ella para tratar de convencerla, pero yo sabía que era imposible.
En ese momento le pregunté a Andrés: -¿Y tú como estas? -Mal, he tenido una discusión con mi padre. -¿Con Constantino?, ¿por qué? -Sabes por qué. Esta chica que vino de fuera tuvo una aventura con él y salió tres o cuatro veces. Y le dije a mi padre: -Te va a engañar. Y mi padre me discutió: -Andy, ¿por qué no me dejas ser feliz? -¿Feliz? Yo estoy enterado que ella salió con Lebreté y yo estoy enterado de que salió con otras personas también. -¿Y qué dijo Constantino? -Andrés me miró. Primero se enojó: -Qué fácil que es difamar. -¿Por qué no le preguntas directamente? -Y me fui. -¿Y qué sucedió? -Le pregunté. -Bueno, al día siguiente padre me pidió disculpas, la confrontó a esta chica y le dijo que sí, que había salido también con Lebreté por curiosidad. -¿Y qué le respondió tu padre? -Le dijo: -¿Y qué buscabas conmigo? Ella le dijo: -Me gustabas, pero no sirvo para estar atada a una persona.
En ese momento llegó justo, justo, justo, al club Constantino, más grande que yo en edad, pero muy bien parecido, con un traje de corte de primera calidad. Y miré el rostro de Isabella, lo vio a Constantino como si fuera un galán de película. Se acercó a la mesa, nos saludó a todos y la miró a Isabella: -¿Y tú?, no te había visto... Ella le tendió la mano y le dijo: -Me llamo Isabella. -Un gusto. Constantino. -¿Qué haces? Le digo: -Bueno, Isabella es amiga de la doctora Milena. Constantino dijo: -¡Ajá! ¡Vaya! Pero la doctora Andrade tengo entendido que se separó de Clayton, me alegro que hayas venido sola. -Evidentemente lo miré disimuladamente a Andrés y Andrés sonrió, parece que entre Isabella y Constantino hubo como una especie de conexión. Pero obviamente estábamos todos juntos y hablamos de temas en general.
Yo hablé con Marisol y le digo: -Entonces trabajarás conmigo y a su vez seguirás con lo artesanal. -Así es. -¿Te molestaría ver una obra buena de teatro? -No, para nada. -Bien. En la zona céntrica, en el teatro Metro, dan una comedia, yo conseguí tercera fila, tengo dos entradas, ¿querrías venir conmigo? -Encantada -me dijo Marisol. Constantino nos miró y dijo: -¡Vaya! Lo miré sonriendo y le dije: -¿Puedes traducirme el 'Vaya'? -Claro, da la impresión que vosotros os habéis caído bien. -¡Je je je! Al igual que tú con Isabella. -La verdad -dijo Constantino-, es muy linda, no sé qué pensará ella de mí. Isabella dijo: -Bueno, eres el hombre más elegante que conozco. -¿Nada más? -Bueno y también atractivo. Pero escuché en la mesa... porque bueno, hablamos entre todos, de que antes de que llegaras tu hijo hablaba con Alex Malbrán sobre que una joven jugó contigo. -Nos pasa a todos -dijo Constantino-, no hay que darle más importancia de la que tiene. Todo sucede por algo. -¿Pero te habías deslumbrado? -No de la manera que capaz vosotros pensáis, tal vez me atrajo la juventud de la chica, yo estoy más cerca de los cincuenta que de los cuarenta, y sí, no lo voy a negar, pero a ti Isabella, no eres una niña, tampoco eres una persona grande, eres de mediana edad y te miro de una manera distinta, de todos modos aclaro, no me confundáis con Jean Lebreté ni con otro conquistador, yo soy una persona cauta, seria y que si tiene una relación la toma como lo que es, una relación, no me interesan las aventuras ocasionales. Y Andy, mi hijo, sabe que no miento, que a veces puedo caer en una celada y que me terminen engañando. ¿A quién no le ha pasado? Decidme, ¿a quién no le ha pasado? Le dije: -Hay algo que no sabes. -Me miró Constantino. -¿Qué pasó, Alex? -Mary Jane se enteró de que Luís Alberto tuvo una aventura con Sydney Madison y cortó la relación con él. -Lo lamento. Al igual que Andy yo también hablé con Luís Alberto y le dije: -No juegues con el amor porque el amor es un arma de doble filo, ¿Tú la sigues amando a Mary Jane? -Sí. -¿Y por qué sales con Sydney? Se encogió de hombros y dijo: -No, fue una sola, vez es una historia. Y siguió Constantino diciéndome: -Y tú sabes bien, Alex, que una sola vez o diez veces o veinte veces es un engaño igual, aunque sea una es un engaño. -Y seguimos conversando de mil cosas.
Y el viernes en la segunda función fui al teatro con Marisol Domínguez. Como todo es causalidad, dos butacas atrás en el mismo teatro, estaba Constantino Olazábal con Isabella Yañéz. Cuando terminó la función los cuatro fuimos a cenar al Gran Palace, un restaurant del centro.
Sesión 04/11/2025 El tema es que se preparaba un golpe de estado y posiblemente una posterior guerra entre países de Gaela. Se hablaba de las posibilidades que cada país tenía en esta confrontación. Pero mientras tanto trataban de no perder la esperanza y el buen tono.
Entidad: Me recordaba la noche que había salido con Marisol, además acompañados por Constantino e Isabella fuimos a ver una obra muy buena al teatro Metro. Pero después me enteré de que lo de Isabella fue una estrella fugaz, como diciendo que habrán salido dos o tres veces y nada más.
A su vez, Constantino, luego de su fracaso de la señora que todavía estaba saliendo con el exesposo, tuvo otra relación, pero la joven se enteró de que Constantino había tenido una affair con una chica jovencita y la relación se rompió.
Me había enterado por las noticias, me sentí orgulloso cuando vi la nota de El Pregón en primera tapa con la foto de Kirán, que pasó de ser un notero desconocido a ser un gran notero político. Pero la noticia en sí me causó angustia, desazón, impotencia cuando me enteré que la Orden del Rombo tenía militares fieles de su lado y dieron un golpe de estado apoderándose del gobierno civil.
Recuerdo que llegué al Náutico y con el primero que hablé es con el joven Ferenc. Le dije: -Tú eres de Mágar. -Sí, señor Alex. -No, no, nada de señor, dime de tú. -Te cuento, Alex, he pasado las mil y una, si se entiende el coloquial de Plena, estuve varias veces a riesgo de morir y estoy hablando de hace cuatro años atrás, pero nunca, nunca hubiera esperado de que hubiera un golpe de estado en mi país. ¿Cómo te has enterado, Alex? -Por el Pregón, por la nota de nuestro conocido, Kirán. Tengo ganas de tomar algo. -Nos sentamos, te acompaño. -me dijo Nándor.
Luego vino Clayton. Se acercó Olazábal: -¿Cómo estás Constantino? -Me abracé con él. -Y ya lo ves, otra vez solo, otra vez sin conocer a nadie. Clayton le dijo a Constantino: -Mira, sé que eres una persona seria, tenemos una socia nueva. -¿Socia?, ¿digamos que tiene acciones en el club? -No no no, socia me refiero a que paga mensualmente la cuota, lo otro sería accionista. No, no. Y es una joven interesante. -¡Ajá!, ¿Y qué me quieres decir? -Tal vez te agrade. Se llama Eliana Saucedo, es dueña de una revista de modas. -Vaya. -Mira, mira la puerta. -Lo miré a Constantino, que aguzado la vista, y miré hacia la puerta y vi a una joven muy distinguida, bien vestida y bonita, obviamente para mí la más bonita era Marisol Domínguez, que nos estábamos conociendo despacio, despacio, pero nos estábamos conociendo. Y simpatizábamos, quizás íbamos a cámara lenta comparado con los chicos del Náutico, pero íbamos sobre seguro. La joven se acercó: -¿Cómo estás, Clayton? -Bien, me alegro de volverte a ver. Espero que te guste el club, es la tercera vez que vienes, ¿no? -Sí. -Mira, tienes de todas las edades, hay chicos que se sientan siempre en la mesa larga de adelante, gente de mediana edad y algunos un poquito más grandes pero interesantes. -Y le señaló a Constantino. Lo primero que hizo Eliana Saucedo fue extenderle la mano: -Un gusto, Constantino. ¿Usted por casualidad es Constantino Olazábal, el empresario? -Sí, sí, Eliana, pero te ruego que no me trates de usted. -Está bien, te trataré de tú. Entiendo que esta noche hay baile... ¿quién sabe bailar aquí?, porque yo bailo muy bien. -Obviamente yo no levanté la mano. Nándor tampoco, tenía novia. Clayton sin novia, pero no levantó la mano. -¿Qué pasa aquí, nadie sabe bailar?, ¿tú tampoco? -Lo miró a Constantino y Constantino levantó la mano-. Bien, entonces esta noche me darás el gusto de bailar conmigo. -¡Vaya! -¿Es una buena sorpresa o una mala sorpresa? -preguntó Eliana Saucedo. -Es una buena sorpresa y me siento más que afortunado, desde ya te tomo la palabra. Es más, una hora antes del baile hay una buena cena, salvo que estés prometida con alguna joven o con algún muchacho, te invito a cenar, los dos, y podemos conversar de mil cosas. -Acepto. -Eliana sonrió-. Los dejo. -Y siguió paso, se sentó en la mesa con otras chicas a conversar de mil cosas. Lo miré a Constantino: -Como dicen en el coloquial de Plena, eres un tipo de suerte. -Ya lo creo, lo creo, lo creo enormemente.
Nándor cambió de tema. Se acercó el hijo de Constantino, Andrés. Se acercó Luís Alberto Démez, agregaron otra mesa, un par de sillas más y se sentaron. Nándor dijo: -Hablemos de lo que está pasando en el mundo. -Hablemos -dijo Clayton-. El problema no pasa, Nándor, por tu país, el problema pasa de que hay un revuelo tremendo en Amarís y en Saeta, que son países más grandes, y si bien siglos atrás estuvieron enemistados en este momento son sólidos. -Me asombra de que no se plegara a la rebelión Liziana, siendo que es un país tan religioso. El problema es que Amarís tiene muy buena tropa de civiles, entonces va a ser más duro para los religiosos de la Orden del Rombo dar un golpe de estado. Más que ya están preparados, porque obviamente saben lo de Mágar. Habló Clayton: -Tengo dudas con Saeta, el ejército de Saeta en este siglo ha pasado por algunas escaramuzas, incluso hubo un intento de golpe de estado que duró cerca de un año y se pudo sofocar, pero no tiene la misma fuerza de tropas que Amarís. Además, si bien la Orden del Rombo es llamada Orden de Amarís porque allí es donde está el núcleo, Saeta tiene muchísimos religiosos, muchísimos, y muchos del ejército se inclinan por la parte religiosa. Mi intuición, espero equivocarme, es que el próximo golpe de estado va a ser en Saeta y no en Amarís. El temor es que la cosa escale. Lo miré a Clayton y le dije: -Explícate, por favor. -Claro. Empezó Mágar, seguramente va a estar Saeta cayendo en cualquier momento, y ahí sí va a seguir Amarís. -¿Y cómo sabemos que no se van a contagiar otros estados? -Bueno -dijo Olazábal-, tenemos a Gráfeng, Gráfeng es una potencia militar; a pesar de ser una isla es una potencia militar y es muy aliado de Beta, que es la potencia militar más grande del mundo. Ahora, Beta por respetar la constitución de cada país evita interferencias, pero los religiosos no son de pensar, son de actuar. Como prácticamente Gráfeng tiene muy débil su Orden del Rombo hay un cien por ciento de seguridad de que no va a pasar nada allí, pero Amarís puede atacar Gráfeng, las fuerzas están equiparadas. -Lo miré a Clayton. -¿Y tú qué dices? -No. Si Amarís hace eso, de atacar a Gráfeng, se metería Beta, no con misiles ni nada pero tiene porta aviones, sofocaría la rebelión de Amarís, sofocaría de paso la rebelión de Saeta. -¿Y con Mágar? -Bueno, Mágar prácticamente no tiene un estado, el estado es la Orden del Rombo. Y mientras no intente meterse con otros países yo creo que Beta la dejaría estar. Nándor dijo: -¿Y qué pasa con la gente inocente?, han ametrallado a miles de personas. Cientos eran, ahora son miles que han querido escapar. ¿Por qué no habría de meterse? Le dije: -Explícate. -Claro. Te lo hago sencillo, querido Alex Malbrán. En Mágar pasó de ser la Orden del Rombo, una fuerza religiosa, a ser una fuerza terrorista y ni Gráfeng ni Beta, que son más que aliados a pesar que estén en distintos continentes no creo que permitan la ejecución de civiles. Ya se han comunicado. Obviamente Mágar hizo caso omiso, y hacer caso omiso al presidente de Beta no es conveniente. -¿Y entonces? -Entonces -dijo Nándor- seguramente van a parar las ejecuciones. El pueblo está sometido, están todos con el escudo del Rombo, cubiertos van a ir templos, van a fingir con tal de que no maten a su familia, a sus hijos. Pero no es justo, no es justo. -Ahora -dijo Constantino-, sabiendo eso, sabiendo que Amarís mira con malos ojos a Gráfeng y sabe que si ataca aunque sea con mil hombres, aunque sea, Gráfeng va a ir con todo y a Saeta no le va a convenir porque Gráfeng no va a hacer distinción. -¿Entonces? -pregunté. Constantino me miró: -Entonces Saeta hablará con los religiosos de Amarís diciendo "Paren un poco; si ustedes paran, aquí pararemos". Le dije: -¡Pero es absurdo! -¿Por qué? -me preguntó Clayton. -Porque tú mismo has dicho que es Saeta el más proclive al próximo golpe de estado. ¿Por qué habría de advertirle a Amarís? Clayton me respondió: -Es cierto y no me retracto, las fuerzas armadas de Saeta son más débiles, es más proclive ahí un golpe de estado. Pero, pero, si Amarís se envalentona, hablo de los religiosos, va a ir por Gráfeng, y eso es lo que no le conviene a Saeta porque se va a meter Beta, no van a matar civiles, van a matar a todos los religiosos. Hablé: -Que Dios me perdone por lo que voy a decir, pero esos no son religiosos, son terroristas y tendrían que pagar por lo que hicieron, y algún país tendría que hacer justicia. Además yo estaba justo por abrir otro laboratorio en Saeta pero no permiten sacar dinero de Saeta para las centrales. Tampoco de Amarís. No digo de Mágar porque la economía de Mágar creo que es la cuarta parte de Saeta, la sexta parte de lo que es Amarís. Agradezcamos que aquí en Plena está todo bien y seguimos teniendo negocios con Beta. Nuestro hermano, el país trasandino, apoya todo lo que hagamos, así que más que conversar no podemos hacer. El gobierno de Plena hizo un comunicado a todas las naciones condenando el golpe de estado de Mágar, condenando que pueda haber una rebelión en Saeta. No nombró a Amarís todavía, pero de alguna manera es como que se está alineando con Beta y obviamente con Gráfeng. -No tiene sentido angustiarnos, pero bueno -dijo Clayton-, somos humanos, obviamente que ver sufrir a otros congéneres, que son nuestro prójimo, como dijo el maestro Axxón hace dos mil años, ¿cómo no nos va a dar pena, cómo no nos va a dar impotencia? Pero es cruel lo que voy a decir, pero la vida continúa. Hoy a la noche tenemos baile, el suspenderlo, el ir temprano cada uno a su casa ¿en qué va a cambiar lo que pase en Saeta, en Mágar, en Amarís?, en nada.
Constantino cerró con una broma que no era broma, que era cierto: -Además, yo esta noche tengo un compromiso con esta joven, Eliana Saucedo. A propósito, ¿qué es lo que hace? Clayton dijo: -Dueña de una revista de modas. -Vaya, con razón viste tan bien, y además es bonita. Le dije: -Bueno, no te fijes más en niñas, haz buena letra, como dicen el coloquial de aquí. Y espero te vaya bien, no vayas a toda velocidad. Constantino me miró y me dijo: -¿A mí me dices eso? -¿Por qué? -Tengo la edad que tengo. -Bueno, y sin embargo con la edad que tienes mira lo que te pasó con la otra niña. -Basta, basta, basta -dijo Constantino-, pensemos en esta noche; yo la pasaré bien, vosotros no lo sé. Luís Alberto dijo: -La llamé más de veinte veces a Mary Jane... No, no me atiende al teléfono, tampoco viene. No sé como disculparme. Lo miré y le dije: -¿Simplemente por haber salido con otra chica? Para qué. -No sé en qué pensaba. -Bueno, a veces tenemos que tener la cabeza fría y el corazón en el freezer, no para no amar sino para no cometer errores. -Todos asintieron.
Tomamos unas bebidas y seguimos conversando, ya no de la Orden del Rombo terrorista, de cosas cotidianas. Andrés le preguntó a Clayton: -¿Y qué pasó con Adriana Notari? -Una transformación. No lo podía creer, pero hoy a la mañana ayudó a la camarera a servir mesas. No sé si todos se acuerdan de que ella pensó que yo era un camarero y me decía "gente vulgar, gente común". -Seguramente -dijo Nándor-, quiere volver a conquistarte. -No, con dos o tres cosas que haga no me va a convencer. -¿Trató de hablarte? -No, no, además no le doy pié para que me hable. -¿Y cuando la ves sirviendo? -Me hago el distraído, no la felicito ni nada. No no no. Eso sería darle pié. Si de verdad, si de verdad recompone su alma y quiere ser humilde va a tener que hacer muchísimo más. -Pero a ti te gusta, Clayton. -Me gusta y se lo dije: "Nunca conocí una chica tan bella por fuera, pero también veo lo que tienes por dentro". Sí, espero que eso que tiene por dentro lo vaya purificando. Por ella, ¿eh?, no por mí, por ella. -¡Vamos, vamos! -dijo Olazábal-, por ti también. -Bueno, pero primero por ella. ¡Ja, ja, ja!
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