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Los ángeles

Grupo Elron

(incluye técnica para contacto con los ángeles y el yo superior o thetán)

Los ángeles

EL MUNDO ANGELICO

Es importante aclarar que los ángeles no son espíritus. Son entidades de Luz que moran en el 6º plano de vibración supraenergética y cumplen distintas funciones, siempre para servicio del ser humano.

No sólo son mensajeros divinos, como el amado Arcángel Gabriel. También hay ángeles protectores que tratan de evitar accidentes u otras desgracias, salvo que la persona tuviera que vivir determinado incidente por karmas pendientes.

Los ángeles actúan tanto en el nivel material como en los niveles espirituales donde hagan falta.

Su vibración tan elevada está en concordancia con su amor, por eso los ángeles se abstienen de emitir juicios... y gozan haciendo servicio.

Los seres encarnados visualizan a los ángeles proyectando sobre ellos las características humanas. Ven la imagen angélica de acuerdo a sus necesidades.

La persona protectora puede ver a un bebé con alitas. Aquel que se refugia en la soledad, quizás vea a un ángel con figura humana adulta y, aunque los ángeles no tienen sexo, pueden llegar a visualizar a una mujer o a un varón, según las expectativas del subconsciente.

La verdadera imagen angélica no tiene nada que ver con un ser antropomórfico sino con una luz.

Aquel que tenga el don de la mediumnidad vidente, podrá visualizar un trazo de luz, una línea o un punto brillante, generalmente en tonos blancuzcos. Entonces sabrá que estará viendo un ángel.
Aunque la mayoría de los seres humanos, debido a conceptos ya establecidos, sólo ven a los ángeles con las formas ya conocidas.

Algunos estudiosos describen a los ángeles como pulsaciones lumínicas, pero no de la luz visible que todos conocen, sino de una luz que surca el universo supraenergético y mora en el 6º nivel de vibración espiritual.

De los que están en contacto con el ser humano hay cuatro que son más conocidos: los arcángeles serafines Gabriel, Miguel, Rafael y Uriel.

Existe una jerarquía angelical que está formada por nueve cualidades: Serafines, Querubines, Tronos, Dominaciones, Potencias, Virtudes, Principados, Arcángeles y Ángeles.

Cada cualidad está conducida por un Príncipe, al cual acompañan ocho ángeles.

El Príncipe de los Serafines es Metatrón, que en hebreo significa “Rey de los Ángeles”.

Otra traducción sería “El que ocupa el trono vecino al trono de Dios”.

Su energía es tan sutil que roza la energía de los elohim o dioses menores. Aun estando en el 6º nivel de vibración supraenergética, tiene el don de comunicarse en forma periódica con las Energías Divinas del 7º nivel.

Dirige con amor a la mayoría de los seres espirituales, siempre en beneficio de todos los espíritus en evolución.

Muchos investigadores lo confunden con Kether, el Primer Sephirah.

El príncipe de los Querubines es Raziel, que en hebreo significa “Secreto de Dios”.

Esta entidad de amor orienta espiritualmente a todas las criaturas que se sienten desamparadas.

El príncipe de los Tronos es Tsaphkiel, que en hebreo quiere decir “Ángel de la noche”. Otra denominación es Auriel.

Éste ángel ayuda a los seres encarnados a encontrar su camino espiritual.

El príncipe de las Dominaciones es Tsadkiel, del hebreo “Fuego de Dios”.

Su función es ayudar a aquellos seres que se encuentran faltos de ánimo para emprender una tarea altruista.

También se lo conoce como Uriel, el Arcángel de la Salvación. Fue quien condujo a Téraj, a su hijo Abraham y a su nuera Saray fuera de la ciudad de Ur, hacia Jarán, en Canaán.

Uriel se ocupa de ayudar a las personas a organizar su vida, tanto laboral como afectiva.

El príncipe de las potencias es Camal, que en el idioma hebreo es “Socorro y fuerza de Dios”. Influencia en los espíritus en evolución para que, a través de la unión con otros seres, encuentren la fuerza para salir adelante.

El Príncipe de las Virtudes es Raphael, o sea, “El Ángel que Cura”. También se escribe Rafael. Está a cargo de remediar los males espirituales, armonizando con su amor a cada ser que se sienta abatido.

En el Libro de Tobías se lo describe como un ángel misericordioso, que cura a Tobit, padre de Tobías; libera a Sarra del influjo maléfico de Asmodeo, un espíritu del error, y la entrega como mujer al joven Tobías, de quien es fiel compañero de viaje en la ruta a Ragués de Media.

Rafael actúa también sobre los problemas psicosomáticos.

El príncipe de los Principados es Haniel, que en hebreo quiere decir “Gloria o gracia de Dios”.

Este ángel trata de orientar a todos los espíritus del error. También apuntala en la parte afectiva a los seres encarnados en el plano físico.

El príncipe de los Arcángeles es Miguel, del hebreo Micael, que significa “Quién es como Dios”.

Cuando la evolución espiritual recién comenzaba, este ángel era el paladín en la lucha contra el mal. Actualmente, es el arcángel de la Paz. Al invocarlo, se le pide que trabaje por la armonía y la confraternidad entre todos los seres encarnados.

Algunos estudiosos de la Cábala lo llegaron a confundir con Metatrón.

El príncipe de los Ángeles es Gabriel, del hebreo Gebher y su traducción es “La humanidad de Dios”.

Su misión es recordarle a todos los seres vivos que El Padre los ama y que jamás van a estar desamparados.

Cuando se lo invoca se le debe pedir por la unión de todos los hombres y que equilibre las emociones de aquellos que son muy impulsivos.

Los mahometanos sostienen que Gabriel le dictó el Corán a Mahoma. En la Biblia está escrito que el amado Gabriel le anunció a María el nacimiento del Maestro Jesús.

Hay que destacar la labor de Rehael, el Séptimo Ángel de las Potencias. Su tarea es proteger a los seres encarnados que están en Misión, de todas las influencias negativas que entorpezcan dicha misión, sea de sanación espiritual o de difusión de la Palabra Divina.

Al hablar de las entidades angélicas es de suma importancia destacar el rol de Luzbel, cuyo nombre significa “Portador de la Luz”.

Tiene un papel preponderante en la evolución espiritual de los seres encarnados, puesto que El Absoluto lo eligió para tentar al ser humano y así fortalecer su resolución espiritual.

Lo acompañaron 72 ángeles voluntarios, a los que se les borró la memoria por Misericordia Divina y de esa manera fue como se formaron los llamados Demonios.

Luzbel mantuvo su memoria intacta y fue viendo a través de los milenios cómo los hombres sucumbían a las tentaciones, haciendo casi infinito su sufrimiento. Pero lo soportaba por su incondicional amor a Dios.

Luzbel es conocido como Lúcifer, el Príncipe de los demonios.

La tradición dejó de verlo como una entidad de Luz que ayuda a crecer espiritualmente al ser encarnado, sino que lo compara con un ser maligno que corrompe el espíritu.

Hay que tener una gran fortaleza interior para vencer a las tentaciones y sobreponerse al lastre del ego. El Maestro Jesús salió airoso de la prueba y Luzbel vivió una gran satisfacción por ello, aunque a muchos todavía les cueste entender esa emoción.

El Absoluto es La Sabiduría y no todos los seres pueden llegar a entender Su discernimiento.

Uno de los ángeles más importantes y que muy pocos tienen en cuenta es el Ángel de la Tierra. Así como la Tierra tiene un Logos Planetario, también tiene un Ángel que la protege, junto con todos los seres que la habitan.

Es como un Ángel de la Guarda, pero a nivel planetario. Su nombre es Geanel y está en la cualidad de los Tronos. (Otra denominación es Gaianel).

Extraído de “El Cielo responde”.

CONCEPTOS   ERRÓNEOS

 

Muchas personas tienen un concepto erróneo de las entidades angélicas, no sólo en cuanto a su forma, sino en cuanto a su comportamiento y carácter.

La vez pasada vino una paciente a mi consulta. La señora poseía conocimientos de los temas esotéricos, pues tenía un grupo espiritual. La función de ese grupo era, aparentemente, "limpiar" lugares densos, sacando de allí a los espíritus del error y a los demonios que pudiese haber.

Me contó que fueron a "limpiar" un galpón abandonado, perteneciente a una fábrica. Los dueños querían ponerlo en condiciones y volverlo a habilitar, pero como eran muy superticiosos, querían primero librarlo de todas las presencias maléficas.

Este grupo llegó hasta allí y los más decididos abrieron el portón. Adentro, visualizaron dos angelitos con forma de bebés. Esos pequeños seres estaban completamente aterrados, debido a las presencias nefastas que había en el lugar.

Le dije sonriendo a la señora que las entidades del error o los demonios que allí había se burlaron del grupo. Primero: Los ángeles son seres de Luz y se visualizan como trazos. Aquellos que los ven con forma humana, sea como bebés o como seres adultos esbeltos, los visualizan así por una necesidad propia. Segundo: Así como nosotros, que estamos en el plano físico 1, no podemos visualizar a los seres más sutiles, salvo que tengamos el don de la mediumnidad, tampoco los demonios y los espíritus del error los pueden ver. Ellos también están en planos más densos, por lo tanto, tampoco pueden coexistir en el mismo hábitat. Razonando eso, sabremos que no tienen cómo interactuar con los seres angélicos y menos dañarlos. Por lo tanto, nunca un ángel tendría miedo de un ser demoníaco. Y aunque pudieran convivir en un mismo plano, los ángeles tienen tan alta dosis de amor que, con tal de apagar la ira de los demonios, se prestarían a sufrir si con eso lograran transmutar el mal inherente de esos seres de las sombras.

La señora me preguntó: - Entonces... ¿Qué vimos? - y me miró intrigada - Vieron entidades oscuras - le respondí - fingiendo estar aterradas para trasmitirles ese terror a ustedes. Se burlaron de ustedes, aprovechándose de sus escasos conocimientos del tema.

Mi paciente continuó su relato y me dijo que al terminar el supuesto exorcismo en el galpón, visualizaron una batalla campal entre ángeles y demonios, y dejando las cosas que trajeron (platitos, velas, incienso, etc.) huyeron del lugar sin terminar de "limpiarlo".

Le reiteré lo anterior: Jamás podría luchar un ángel con un demonio por dos razones: 1) Los seres angélicos dan Luz a través del Amor. No cabe en ellos el más mínimo pensamiento de agresión. 2) Están en distintos planos de vibración. No pueden interactuar ángeles y demonios.

Y le terminé contando que una vez me estaba por anotar en un curso, dictado por un matrimonio que hacía mediumnidad y se contactaba con el Arcángel Miguel, que era quien "dictaba" los Mensajes de aprendizaje. El señor me dijo: - Trate de no faltar a las clases porque si Miguel se enoja, baja con la espada flamígera y castiga a los que no cumplen sus reglas - Obviamente, no fui a dicho curso, pues supe al instante que no sabían nada del tema. Los ángeles no se enojan, son Amor. Los ángeles no castigan, son Misericordia. Los ángeles no ponen reglas, son Servicio.

 Si el ser humano encarnado empieza a conocer el carácter dulce de los ángeles, aprenderá a amarlos. Ellos son alegría y solo sufren cuando nos ven sufrir a nosotros. No saben lo que es el odio, pues viven para Amar.

Podemos llegar a ellos, viviendo para amar y en función de Servicio, pues esa es la única manera de elevarnos.  Depende de cada uno de nosotros.

 

 

EL KARMA EN LOS ÁNGELES

 

El plano físico  es como un inmenso  pozo gravitatorio.   Las entidades espirituales que encarnan están sujetas a los vaivenes de dicho plano:  el ego actúa  en forma nefasta,  haciendo que el ser encarnado  protagonice distintos roles  de dramatización.  El apego desmesurado  puede llegar  a transformar a la persona en un  ser  egocéntrico.  Su cuerpo  de deseos  se verá  expuesto  a diversas tentaciones egoicas  y tanto  los espíritus del error,  los demonios,  como  las energías lúdicas,  aprovechan  esa brecha  para  manipular  al  ser  humano  y  así  sumirlo  en  conductas  negativas,  entorpeciendo  su  Evolución. 

Los  ángeles  no  están  exentos  de caer  en  las  mismas  circunstancias,  pues  al encarnar  en  la Misión  que fuese,  su memoria  es  automáticamente borrada  por  el  velo akáshico.
        Al igual que los espíritus,  los ángeles  encarnan con solo un  10%  y  su  90%  restante  permanece  en  el  plano  6º.
        Entonces...  ¿Cómo  revierten  su  asignatura  pendiente aquellos ángeles que cometieron errores?  Dentro del plano 6º hay un sub-plano llamado Limbo,  donde van esos ángeles que sufren  un  efecto  kármico  debido  a  una  conducta errónea.  Además,  si las entidades angélicas  que han encarnado en el plano 1º  cometieron  actos de crueldad,  ya sea  por impulsos emocionales o por ansias de poder, también pueden (de alguna manera) descender de nivel de vibración.  ¿Cómo?  Así como la parte que encarna en el plano físico es un  10%  del total  de la entidad,  si arrastra karmas graves  ese 10%  puede bajar a los niveles 3,  2,  -1  y  -2,  y ya allí vivenciar el apego, la ignorancia  o  el dolor  de los seres  que  habitan  esos planos.   O  sea,  no  desciende el total  de la entidad (como pasa con los espíritus),  sino el 10% que cometió los actos hostiles que generaron esos  karmas.  Una vez aprendida la lección kármica  puede retornar  a su plano o pedirle a los Lípikas  volver a encarnar en el plano  físico para terminar la Misión  que había dejado inconclusa en  su vida terrenal anterior.

Recuerden que en el plano 1º  no hay garantías de nada.  Aquellos que encarnan (ángeles o espíritus)  pueden volver a  equivocarse.


LA SANACIÓN ENERGÉTICA

Según la teoría del biofísico francés Régis Duthail, la  materia  que  nos  rodea   no  es  más  que  la imagen  relieve  de   una   realidad   fundamental hecha  únicamente  de  ondas  de  frecuencias. Esto significa que la materia está formada por las mismas ondas del mundo espiritual, pero con una vibración más densa.
En  los  años  treinta,   un   anatomista  de  Yale, Harold  Saxon  Burr,   descubrió  que  un  campo electromagnético  envolvía el cuerpo  de todo ser vivo.  Confirmó  que t
odos  los seres encarnados tenemos un campo energético de protección que filtra las vibraciones negativas.  Es conocido con el nombre de aura.
Con la esperanza de poder visualizar ese cuerpo eléctrico,  había  conectado  un  voltímetro  en el cuerpo  de   dos  mil  mujeres  a  quienes  se  les practicaba  un  Papanicolao.  Y algunos  de esos cuerpos  eléctricos,  observó,  presentaban  a  la altura  de  la  pelvis  un accidente  característico. Eso  era  sorprendente,  porque  dichas  mujeres gozaban todas de buena salud.  Pero seis meses después,  volvieron con un cáncer...
Duthail  propone  la  siguiente  explicación:  este campo de Burr revela la calidad del tránsito, vía cerebro,  de las informaciones del espíritu hacia el cuerpo.
Supongamos  que la conciencia  de un individuo se encuentra  un día  "oscurecida"  por un stress, una  angustia  o  un  dolor  moral.   ¿Qué  va  a suceder?   Su  córtex  va  a  dejar  pasar  menos información  del  campo de la conciencia  y  por ello  la calidad  de proyección holográfica  va a bajar, deformando el cuerpo eléctrico. Dañado, ese último ha de mandar, mediante fotones, una señal  degradada  o  corrompida  a las células, que van a comenzar entonces a degenerarse.  Y luego  aparecerá   la  lesión  clínico-anatómica. Ese bajón energético será lo que desequilibre la parte física.
Actualmente  hay  una  nueva  medicina  que  se ocupa del aura,  una medicina supraenergética. Porque  la  medicina  actual  cura  solamente el órgano,  que no es más  que la fase final  de la enfermedad.  Apenas se comienza  a reconocer la  importancia   del  cuerpo  electromagnético, cosa  que  los  chinos  llegaron  a  comprender hace muchísimo tiempo. Pronto podría pensarse en restablecer un campo electromagnético en su forma normal,  aplicando en el organismo,  por ejemplo,  una  frecuencia  acústica  que influiría en el  equilibrio  físico-químico  de  las  células. Esa  medicina  no  lucha  contra  las  bacterias, sino contra  un desequilibrio más fundamental... el desequilibrio  del aura.   Debemos saber que las bacterias  sólo proliferan peligrosamente en presencia de un desequilibrio somático. En caso
contrario,   permanecen   tranquilas.   Entonces,¿qué  es  lo   que  provoca   tal   desequilibrio? Yo pienso que el miedo,  el estrés  y  también el sentimiento   de   culpa   son   responsables  de muchas  enfermedades,   porque   perturban  la conciencia, alteran el holograma y desinforman las  células.  El  cuerpo  se  transforma  en  una esponja  y  absorbe influjos nefastos en grandes cantidades. A partir de ahí vienen los trastornos psicosomáticos.
¿Qué  rol  tienen  los  ángeles  en  este  tipo de trastornos?    Tengamos   en   cuenta   que   losángeles son Entidades de Luz que vibran en una sintonía muy elevada. Esa vibración es curativa, aún en una proporción mayor que los conocidos ultrasonidos.
En distintos talleres angélicos he constatado que venía gente  con  problemas psicosomáticos,  lo que  les  causaba  alteraciones  en  el funcionamiento corporal.  Y  luego  de  “visualizar”  a su ángel, las personas se sentían mejor. La energía angélica   había   obrado   en  la   parte  física, sanando  a  la persona  con trastornos. En otros casos,  la persona manifestaba directamente  el  problema  que tenía  y  se le pedía al ángel que envíe su energía sanadora a la parte donde  se hallaba  el desequilibrio. El resultado era sorprendente:  la persona se aliviaba considerablemente.
Debo hacer hincapié en que la energía sanadora  no reemplaza  a ningún tratamiento médico, solo es  una terapia alternativa y complementaria de la medicina tradicional.

 

Les  adjunto  un  ejercicio  mental  para  poder contactarnos  con  los  ángeles:

Es importante, aunque no imprescindible, estar con  ropa  cómoda.  El  lugar  puede  estar en silencio o con una música suave.  Pueden estar
sentados  sobre almohadones o en  una superficie  que  no  sea  rígida.   No  es  obligación sentarse en postura yogui.  Lo que se busca es que  estén  lo  más  cómodos  posible.
Una  vez  acomodados,  cierran  los  ojos.  La persona  instructora   les  guiará  con  su  voz, suave  pero firme.  Intentarán  trabajar  con el sentido del tacto, pero sin tocar ninguna parte de su cuerpo.  “Sentirán” mentalmente toda su piel.  La recorrerán  mentalmente  hasta sentir un cosquilleo.  Eso indicará que estarán percibiendo  su  propia  aura.  Podrán  percibir  el calor de sus manos, la pesadez de sus brazos, el cuello, los hombros...  la respiración acompasada.  Sentirán sus piernas, sus pies... todo su  cuerpo.   Una  sensación  de  armonía  les invadirá.  Luego  visualizarán  su chakra coronario,  el  centro energético  que se encuentra en el centro  de su cabeza.  "Tocarán" mentalmente  ese centro  y notarán una presión en el mismo,  como  si  “algo”  lo  tocara.   En  ese momento  la  persona  instructora  les  pedirá visualizar un rayo blanco azulado,  la LUZ del Creador.  Ese rayo penetrará por el centro de su  cabeza  e  inundará  con  su  Luz   vuestro cuerpo.   Esa  Luz  bañará  vuestro  rostro,  el cuello,   los  hombros,   el  tórax,  la  cavidad abdominal, los brazos, las manos, las piernas y los pies.  Notarán  una energía muy armonizadora.  Un  segundo  rayo,  ahora  de  color dorado,  llegará  a  vosotros.   Es  la  energía Crística.  Entrará  por  el  chakra  coronario  y hará  el  mismo  recorrido  que  el  anterior.
Notarán  un  cosquilleo vivificante.  Luego, un tercer rayo, que será de color violeta, hará el mismo  recorrido  que  los  dos  rayos  que lo precedieron.  La  energía  transmutadora  del mismo  cubrirá todos los influjos nefastos que pudiesen haber absorbido  y  la transformará en  Luz  supraenergética.
Ya  los  tres  rayos  en  combinación   habrán llevado  vuestro  ser   a  un  estado  de  semiconciencia   llamado   alfa,   donde   estarán aletargados,  pero  sin  perder  el control  de vosotros  mismos.
La voz  de la persona instructora  los seguirá guiando. Su mente se transportará hacia una vibración  muy  sutil,  llevándolos  fuera  del plano físico. Allí, intentarán captar a vuestro ángel.  Cada uno  lo visualizará  de acuerdo a sus necesidades.  Podrán ver la figura que vuestro  subconsciente  capte:   La   mayoría siempre visualiza figuras antropomorfas,  ya sea un querubín  o un esbelto mozalbete con largas  alas.   En  realidad,  los  ángeles  se pueden  percibir  como  trazos de Luz,  en su forma real.  Otros  los ven como mandalas o figuras  geométricas,  como símbolos,  como jeroglíficos,  etc. 
La mente humana  es  un gran decodificador del concepto espiritual:  “traduce”  las  ideas en  palabras  e  imágenes,  aunque  el  ego, inherente  al  ser  humano,  “deforma”  tanto esa   traducción,   que   nuestras  emociones participan  de  los que captamos  y entonces adecuamos   a   nuestra  necesidad   lo  que visualizamos.   Por eso  no  todos  vemos  lo mismo.
El contacto angélico es importante pues, una vez que visualizamos mentalmente  a nuestro ángel guía, le podemos pedir orientación  (si tenemos problemas  a  resolver)  y  Sanación (si nuestro organismo  tiene altibajos físicos). Es entonces  cuando el ángel  nos manda  su Luz  sanadora   y   la  focaliza   en  el  punto donde   no  circula  la  energía.    El  cuerpo electromagnético  o  campo áurico  se restablecerá  y  nuestras células  normalizarán  su recepción   de  energía  espiritual.    De  esa manera,  el  cuerpo  tenderá  a  sanarse.  La voz de la persona instructora  nos  devolverá lenta  y  sutilmente  al  plano físico.  Nuestra vibración  será  más  lenta...   volveremos  a sentir nuestro cuerpo,  nuestra  respiración... hasta  el  cosquilleo  de  nuestra  circulación sanguínea. Lentamente  iremos abriendo  los ojos.  Quizás  haya bajado un poco  nuestra temperatura  corporal  y  tengamos algo  de frío.   Eso  se  soluciona   con   una  infusión caliente  de  té  o  de  alguna   otra  hierba.
Aprendan  a  “estudiarse”  ustedes   mismos. Traten de sentir todos sus órganos.  Notarán que  después de la experiencia  que tuvieron se   sentirán   mejor,   no  solo  física,   sino anímicamente.
Antes  de  retirarse  den  gracias   a  vuestro ángel y sepan que él  los ama incondicionalmente,  porque  el  Servicio  es  Amor  y  así como la función del Sol es dar luz  y calor a nuestro pequeño mundo,  la función  de  los ángeles es Sanar a través del Amor.
Gracias a todos ustedes por estar.

Les  agrego  una técnica  explicando como un Sanador,  por intermedio de  su ángel,  puede llegar  a  estabilizar   el  desequilibrio  áurico que produce  trastornos físicos  en la persona.

Sabemos que todos los seres humanos  somos Canales Divinos o, como se dice comunmente, antenitas  que captan energía de Dios.  Todos tenemos  el Don  de  corregir  las  deficiencias energéticas de otro ser humano,  pero muchas veces nuestro propio ego nos acompleja y nos hacer  creer  que  no  podemos  hacerlo.   Por suerte,  hay seres especiales que tienen el Don natural de sanar.
Las técnicas son variadas: Se puede sanar con colores, con gemas, con reiki  o  directamente canalizando la Energía Crística como hago yo.
Recomiendo a aquellas personas que tienen la Gracia Divina  de sanar,  que pueden reforzar su técnica  mediante  la ayuda angélica.
A diferencia  de las personas que concurren a  los talleres angélicos,  los que desarrollaron el Don de sanación  no precisan comunicarse con su  ángel,  sino  que  forman  una  especie  de simbiosis con él, o sea, "comparten" la energía sanadora.
La técnica a realizar es la siguiente: La persona que realiza la Sanación tiene también el Don de"captar"  a la entidad angélica a traves de todo su cuerpo. Recordemos que el ángel contactado se manifiesta  como una elevada vibración.  Esa sintonía fina  se puede percibir  en toda  la piel como  un cosquilleo,  de la misma manera  que percibimos nuestra circulación sanguínea.
"Sentimos" el ángel en nosotros, nos invade una sensación  de armonía.  Si estamos conectados en empatía total entramos en éxtasis, un estado donde  nos  sentimos  transportados  fuera  del mundo  sensible.
A medida que vamos practicando la técnica, la"conexión"  se realiza más rápidamente  y llega un momento  en que lo podemos hacer  casi en forma automática.  Aclaro  que eso no significa perder  el estado de éxtasis.
Entonces,  cuando percibimos  a  una  persona con deficiencias  en su campo áurico, pedimos ayuda a nuestro ángel guía. Se juntarán ambas energías,   la  angélica   y   la  que  canalizará nuestro Yo Superior. Ambas vibraciones estarán mancomunadas y proyectarán su LUZ al campo electromagnético  de  la  persona  en  cuestión, sanando  su  aura.  De ese modo, los trastornos psicosomáticos irán desapareciendo.
La fe es muy importante, pero la energía Divina actúa en forma independiente. Hace años atrás pude canalizar esa energía  para  sanar  a una beba de  8 meses.  A  esa  edad  no  se  puede hablar de fe, de efecto placebo ni de sugestión.
La sanación fue  totalmente real...  pero  reitero que   la  energía   sanadora   no  reemplaza  a ningún   tratamiento   médico,    solo   es   una terapia  alternativa   y  complementaria   de  la medicina  tradicional.

¿Cómo puede hacer un sanador para protegerse diariamente   y  antes  de  hacer  imposición  de manos?

       El secreto (que no es tal) es “envolverse en Amor”.
      
Toda  persona  posee  un  Yo  Interno  contactado con su Yo Superior.  Éste, a su
vez, está conectado con  la  Divinidad.  Si  buscamos  con afán  dentro nuestro,  detectaremos  esa  Divinidad  y  ella  nos colmará de Amor.
       Esa será  la protección adecuada  contra todo tipo de influencias negativas.
       La persona  que realice  imposición de manos,  al estar  “empapada”  de ese Amor Divino, cumplirá con creces su Misión Sanadora.
       Para  evitar  que  el ego  influya en el Terapeuta, dejo en claro que la persona NO ES la que sana, sino que en ese momento la misma se transforma en  un  canal  Divino.  El Amor del Creador  es el que Sana  y  agrego  que  para  canalizar  dicho Amor,  la  persona  sanadora  tiene que estar en total sintonía con Dios...  y eso solo se logra con la ausencia total de Protagonismo.
       
       Aclaración:  La misma técnica que se utiliza para contactarnos  con  los ángeles,  se puede utilizar también para contactarnos con nuestro Thetán  o Yo Superior.
      
      
Atte: Prof. Jorge Olguín.


Información complementaria sobre el contacto con el Yo superior en esta página


Sesiones con ángeles:

       Amiel

       Karimel

       Kremel