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Caso Romanov, un nuevo fraude científico
Grupo Elron

 

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ZAR NICOLÁS II

 

LA FAMILIA IMPERIAL

 

TATIANA, OLGA, ANASTASIA Y MARÍA

 

Los Maestros de Luz habían dicho, años atrás, que no toda la familia Romanov había sido asesinada, porque Alexis y Anastasia habían sido abducidos por extraterrestres antes de la masacre. Sin embargo, un informe científico posterior había supuestamente demostrado que los restos de dos personas, encontradas más tarde, pertenecían a Alexis y a una de sus hermanas...

¿Se equivocaron entonces los Maestros de Luz?

 

Algunos de los científicos que firmaron el dictamen de que los restos pertenecían a Alexis y a una de sus hermanas sabían que existía la posibilidad de que no se tratara de ellos sino de otros familiares de la dinastía Romanov, y que por esa razón el ADN había dado positivo. Pero para que nadie de la comunidad científica dudara de que habían resuelto el caso resolvieron fraguar las pruebas que atribuían categóricamente los restos principalmente a Alexis...

 

En la Argentina, lo que hicieron esos científicos se llamaría "viveza criolla", igualito a la "Mano de Dios" de Maradona...  

 En fin, otro fraude científico más... 

¡Ellos fueron quienes me envenenaron, el mariscal Bertrand y mi amante Desirée!

¿Hay que aceptar los dictámenes científicos solo porque provienen de instituciones o personalidades renombradas? La muerte de Napoleón, por ejemplo, es uno de los casos emblemáticos donde la ciencia “no da pie con bola”, para decirlo eufemísticamente. Así, el dictamen oficial dice que Napoleón murió de cáncer en el estómago, mientras que otras investigaciones sostienen que murió a causa de ingerir arsénico en forma paulatina durante toda su vida. Algunos estudiosos trataron de demostrar que fue asesinado en el lugar de confinamiento. Los Maestros de Luz, sin embargo, explicaron cuál era la verdad sobre la muerte de esta controvertida figura histórica…

http://www.grupoelron.org/historia/napoleonbonaparte.htm

 

Hitler y Eva Braun fueron abducidos por extraterrestres justo antes de que los rusos, que odiaban a muerte al Führer, entraran al búnker en el cual estaban escondidos y por eso no encontraron a nadie. Sin embargo, las autoridades rusas exhiben en un museo un cráneo que afirman que es el de Hitler. Por supuesto que no dejan que nadie lo examine, no vaya a ser que descubran el engaño...

http://www.grupoelron.org/historia/adolfhitler.htm

 Tutankamón fue envenenado por Oda, una criada que se prestó a ello a cambio de favores, siendo el resultado de una conspiración perpetrada por su visir Ay y otros complotados. Sin embargo, según las últimas investigaciones “científicas”, no fue asesinado, sino que su muerte se produjo a causa de una fractura en la pierna, complicándose su curación y causándole la muerte debido a una infección o simplemente por una hemorragia interna. Por supuesto, si lo dicen los científicos, los mismos que sostenían que la Tierra era el centro del universo y que el Sol giraba alrededor de ella, o que ninguna máquina más pesada que el aire podía volar, entonces debe ser verdad…

http://www.grupoelron.org/historia/tutankamon.htm

Otro de los casos emblemáticos que demuestra la facilidad con que los seres humanos pueden ser engañados, a pesar de lo disparatado del cuento, lo brinda el supuesto suicidio de Cleopatra, que en realidad fue envenenada por una de sus criadas --Anacesis--, siendo el autor intelectual el emperador Octavio.  Sirva esta aseveración para reivindicar a las serpientes, que por lo menos esta vez no tuvieron nada que ver, salvo por haber prestado involuntariamente su veneno...    

http://www.grupoelron.org/historia/cleopatrasoaq.htm

Muchas personas aún creen, en su ingenuidad, que John F. Kennedy fue asesinado por Oswald, que Marilyn Monroe se suicidó y que la princesa Diana murió a causa de un accidente...

El lienzo que se conoce como el Santo Sudario de Turín ha sido realmente el que envolvió a Jesús al ser bajado de la cruz por José de Arimatea, siendo por tanto erróneos los informes científicos que han sostenido que se trata de una falsificación...

http://www.grupoelron.org/historia/elsantosudario.htm

Descargando Foto...

Un caso insólito, que demuestra de lo que son capaces ciertos científicos para lograr un poco de fama, es el de dos investigadores italianos que afirmaron haber descubierto un segundo rostro en el tan cuestionado Santo Sudario, y cuyas conclusiones fueron publicadas en el Instituto de Física de Londres...

Uno de los "cuentos del tío" a que nos tienen acostumbrados los científicos es el del "Código secreto de la Biblia", esta vez perpetrado por el matemático israelí Eliyahu Rips y el periodista ateo Michael Drosnin, del Wall Street Journal, algo totalmente imposible y que no resiste ni siquiera el menor análisis... Sin embargo, ¿cuántos son los que saben que en realidad la Biblia no tiene ningún código simplemente porque es un rejunte de escritos de hombres ignorantes y mediocres, que no entendieron los hechos históricos que les sirven de base? 

 Quizás el ejemplo más claro de la credulidad humana lo brinden los denominados "milagros" de Jesús. El Maestro realizó hechos extraordinarios, especialmente para su época, pero todos con absoluto rigor científico. No obstante, hubo hechos, como la famosa conversión del agua en vino en las Bodas de Caná, que nunca existieron. Lo que hizo Jesús fue simplemente sugerir al dueño de casa que agregara agua a las tinajas vacías y removieran el mosto depositado en el fondo...

http://www.grupoelron.org/quees/milagrosdejesus.htm

http://www.grupoelron.org/quees/milagrosdejesusii.htm

 

En realidad, los científicos que investigaron el ADN de los cuerpos hallados no pudieron lograr la certeza absoluta de que se trataran de miembros de la familia imperial, ya que podían ser también de familiares cercanos, y entonces se confabularon para mentir afirmando que se trataba de Alexis y de una de sus hermanas, porque de lo contrario todos sus trabajos hubieran sido inútiles y dejarían de adquirir la notoriedad que estaban buscando... ¡Ah, pillines! 

JORGE OLGUÍN

Los fraudes científicos son una constante en la historia de la humanidad, y en esta categoría entran, sin duda alguna, los de quienes dictaminaron que los restos hallados pertenecían a dos miembros de la familia imperial sin tener la certeza de que realmente era así... 

 

 

Los investigadores que examinaron los cuerpos solo pudieron determinar que el ADN pertenecía a la dinastía de los Romanov, pero no que se tratara de de algún miembro de la familia imperial, sea Alexis o alguna de sus hermanas. Si los restos también podían pertenecer a otros familiares cercanos, ¿por qué se los atribuyeron, fraguando las pruebas, a miembros de la familia imperial sin tener la certeza de ello? 

TODA LA FAMILIA ROMANOV FUE ASESINADA EN JULIO DE 1918

http://www.lavozdigital.es/cadiz/20090312/cultura/toda-familia-romanov-asesinada-200903120316.html

Un estudio de ADN acaba con las especulaciones que apuntaban a que alguno de los hijos de Nicolás II había sobrevivido

Los restos hallados en 2007 en una segunda tumba pertenecen al heredero Alexei y a una de sus hermanas

Un equipo de científicos internacional ha puesto fin a uno de los grandes misterios de la Historia reciente del siglo XX, al confirmar que los cinco hijos del último zar ruso fueron asesinados en julio de 1918, al igual que sus padres, durante la revolución bolchevique. Un estudio de ADN publicado por la Public Library of Science ha hecho posible que se despejen todas las dudas y que se acabe con las especulaciones de que alguno de los hijos de Nicolás II había sobrevivido.

El estudio de ADN a los restos hallados en una tumba -localizada en el verano de 2007 a unos 70 metros de una primera en la que estaban la mayoría de los Romanov - ha revelado que se trataba de otros dos niños de la familia: el heredero al trono Alexei y una de sus cuatro hermanas (Olga, María, Tatiana, Anastasia), acabando con cualquier tipo de duda.

La investigación llevada a cabo ha constado de un análisis combinado de ADN mitocondrial, autosomal y del cromosoma Y, que, a su vez, ha sido contrastado con los restos humanos de la primera tumba, en la que fueron enterrados la mayoría de los Romanov y que fue descubierta en una excavación en 1991. Pese a estos datos, el misterio en torno a la familia imperial parece que sigue reinando, ya que se desconoce la identidad de la niña que fue enterrada junto al heredero del trono de la Rusia Imperial, Alexei.

Fusilados en 1918

A primeras horas de la mañana del 17 de julio de 1918, la familia entera junto con tres de sus miembros del servicio y su médico fueron fusilados y luego rematados con bayoneta en un sótano en la llamada casa Ipatiev de la ciudad de Yekaterimburgo (Rusia central), ante la posibilidad de que las tropas zaristas les liberaran.

Después del intento fallido de dejar sus restos mortales en una mina abandonada, los cadáveres fueron trasladados a un campo a algunos kilómetros de allí. En ese lugar, nueve de los once ejecutados fueron enterrados en una tumba mientras que los otros dos, que han sido hallados ahora, fueron sepultados a unos 70 metros.

 

LOS FRAUDES CIENTÍFICOS EN LA HISTORIA

 

 

 

Los Maestros de Luz, en una sesión celebrada algún tiempo, nos informaron que tanto Alexis como Anastasia, miembros de la familia imperial Romanov, no habían sido asesinados por los bolcheviques porque habían sido abducidos por extraterrestres, algo que para nosotros no fue ninguna sorpresa porque las abducciones son un hecho rutinario en nuestro planeta.

Cuando científicos rusos, que habían estudiado los restos hallados en un lugar cercano, dictaminaron pertenecían a Alexis y a una de sus hermanas que no habían podido precisar, era lógico que consultáramos con los Maestros de Luz sobre el particular.

La respuesta categórica fue que los científicos rusos fraguaron el dictamen en el sentido de que si bien habían podido determinar que se trataba de familiares de la dinastía Romanov, no pudieron lograr la certeza de que se tratara de algún miembro de la familia imperial.

¿Qué hicieron, entonces? Pues en lugar de decir la verdad sobre esa falta de certeza optaron por fraguar las pruebas e informar al mundo que habían logrado determinar que uno de los restos pertenecía realmente a Alexis y, con respecto al otro, que no habían podido determinar a qué hermana correspondía.   

Lamentablemente, los fraudes científicos no son una excepción en la historia de la humanidad, debiéndose en muchos casos a que las supuestas pruebas científicas simplemente se inventan.  

Tras dar a conocer Charles Darwin en 1859 su famosa teoría de la evolución, un geólogo aficionado, Charles Dawson, presentó un cráneo del que aseguraba que era "el eslabón perdido entre el simio y el hombre". Sin embargo, se descubrió más tarde que el "Hombre de Piltdown", como se le llegó a conocer al haber sido encontrado supuestamente en dicha zona de Inglaterra, no era más que un cráneo humano actual pulido hasta haberle dado una forma simiesca.

A mediados del siglo XIX, un grupo de científicos aseguró que había descubierto la materia que dio origen a la vida, una sustancia viscosa extraída en aguas irlandesas, cuando se trataba en realidad de una mezcla de barro y alcohol.

Pero los fraudes pueden ser en ocasiones mucho más peligrosos, sobre todo cuando se pone en peligro la salud de las personas.

En 1998, un grupo de científicos anunciaron en Londres que un estudio que habían publicado en una importante revista científica, The Lancet, relacionaba la vacuna tripe viral (sarampión, parotiditis y rubéola) con la presentación de los síntomas de autismo, lo que produjo una caída en el número de niños vacunados, con el evidente peligro que ello suponía.

Posteriormente, sin embargo, se descubrió que el investigador principal había recibido una importante suma de dinero de una asociación de niños con autismo, que podría utilizar dicho estudio como prueba en un juicio contra la compañía productora de dicho fármaco.

En ocasiones, las publicaciones científicas también ponen en evidencia los  “rigurosos sistemas de control y calidad científica”.

En este sentido, se tiene constancia de diversos casos, como el del físico Jan Hendrik, que con 32 años publicó 80 artículos en dos de la revistas más prestigiosas, Science y Nature, y del que se comprobó que había inventado o alterado datos, o el de los investigadores del centro Max Delbrück de Medicina Molecular de Berlín Friedhelm Herrmann y Marion Brach, de los que se demostró que habían manipulado y falseado datos en al menos 94 artículos.

Para dejar en evidencia que el control de las revistas científicas no es tan bueno como se cree, Alan Sokal, profesor de física de la Universidad de Nueva York, logró publicar en 1996, en la revista Social Text, un texto inventado y sin sentido.

A pesar de ello, los controles suelen funcionar y hay quien trata de saltárselos y dar así a conocer a la opinión pública unos supuestos descubrimientos, como el caso de la conocida como "fusión fría".

En 1989, los investigadores Stanley Pons y Martin Fleischmann anunciaban ante los medios de comunicación la invención de un sistema sencillo, barato y limpio de producir energía nuclear sin haberlo publicado en una revista científica, por el supuesto miedo a perder la exclusividad del invento. Sin embargo, tras el paso de los meses, ningún otro científico del mundo logró reproducir los resultados de Pons y Fleischmann.

La aparición cada vez más frecuente de artículos dedicados a la discusión de la inconducta científica puede ser un indicio de su mayor difusión, o solamente de un conocimiento más difundido de unos pocos casos.

En abril de 1991 hubo al menos cinco conferencias sobre inconducta científica sostenidos por los National Institutes of Health en Maryland, EE.UU. En febrero de 1991, la revista Science se refirió al fraude como una “industria en crecimiento” ???. En 1992, sólo en los EE.UU., 1500 científicos han sido considerados sospechosos de cometer fraude.

Todas las ramas de la ciencia tienen sus falsarios, desde la medicina hasta la física y la matemática pura. Sin embargo, los fraudes parecen más frecuentes en las ciencias relacionadas con la vida que en otras disciplinas, quizás por la importancia económica de esta ciencia, con la facilidad con que se puede aducir la difícil reproducibilidad por diferencias biológicas de los especímenes y por la fuerte componente emocional cuando se trata de pretendidas curas milagrosas, que oscurece el raciocinio de quienes están involucrados directamente, los pacientes estafados y sus allegados.

En 1997, la oficina de la integridad en la investigación (ORI) del Department of Health & Human Services publicó en su informe anual que habían cerrado 49 casos de inconducta científica en 1996 y recibido 196 acusaciones de fraude científico, principalmente relacionados con falsificación de datos y fabricación de historias clínicas realizadas para ensayar tratamientos para enfermedades serias.

Sinichi Fujimura, un arqueólogo japonés, adquirió fama mundial al descubrir en 1981 las cerámicas más antiguas en Japón, con una edad de 40.000 años. Su fulgurante carrera como arqueólogo no parecía conocer límites, ya que con cada hallazgo suyo empujaba un poco más atrás en el tiempo la prehistoria japonesa. En octubre de 2000 anunció un descubrimiento revolucionario cerca de la localidad de Tsukidate: que había desenterrado, siete años atrás, utensilios trabajados y agujeros que soportaron pilares antiguos de 600.000 años. Pero en noviembre de ese año, un fotógrafo del periódico Mainichi Shimbun cazó a Fujimura mientras colocaba los objetos y agujereaba el suelo. La conmoción del público fue tremenda –se habían reescrito incluso libros de texto en las escuelas gracias al empuje popular de la arqueología de Fujimura–, y cuando se le preguntó, ésta fue su respuesta: “El diablo me impulsó a hacerlo”.

La tentación ronda a los científicos, considerados muchas veces por el público como seres neutrales y románticos en busca de una verdad absoluta. La línea que separa el fraude de la deshonestidad a veces no es tan clara.

Francisco Anguita, planetólogo de la Universidad Complutense, lo explica así: “Una cosa que pasa a menudo en la ciencia es que se tiende a exagerar los resultados obtenidos. El mensaje es: qué importante soy, déme más dinero”.

Para Anguita, esta actitud no llega a ser fraudulenta, pero puede dar lugar a comportamientos no demasiado honestos: por algo se empieza. En sus clases pone como ejemplo el escándalo periodístico y científico originado en 2000 cuando un geólogo británico, Simon Day, divulgó un informe que presentaba al volcán Cumbre Vieja, en la isla de la Palma, como “inestable”, susceptible de derrumbarse ante la siguiente erupción; el tsunami que generaría debido a una inconcebible cantidad de rocas vertidas al mar sería el más grande jamás observado: olas de 600 metros de altura arrasarían el Caribe y la costa oriental de Estados Unidos.

La percepción de los medios y el mensaje que llegó al público era que la catástrofe podía suceder en un espacio de tiempo como para preocuparse. La BBC se hizo eco de ello en un reportaje sensacionalista, cuando lo cierto es que un fenómeno de estas características sucede a escalas geológicas cada centenares de miles de años. Casualmente, algunos de los profetas que opinaron en el programa de la BBC, como el vulcanólogo Bill McGuire –con respetables laureles académicos–, asesoran a compañías de seguros.

La deshonestidad en la ciencia tiene muchas caras. Los científicos deshonestos juegan con la credulidad del público, y no tenemos más remedio que creerlos hasta que la comunidad científica los caza, o como en este caso los Maestros de Luz. Sin embargo, hay afirmaciones publicitadas que van contra el sentido común. Hagamos un poco de gimnasia mental con las siguientes historias...

El 31 de marzo de 1983, la revista New Scientist publicó una asombrosa historia: científicos habían fusionado células de tomate con las de un toro mediante un “choque térmico” para crear “el primer híbrido entre planta y animal”. ¡Noticia bomba! Barry MacDonald y William Wimpey, de la Universidad de Hamburgo, observaron cómo su Frankenstein mitad vegetal y mitad animal crecía en un medio de cultivo con nutrientes como una planta de un tomate, pero tenía “una piel dura, como de cuero, y cuyas flores eran sólo polinizadas por tábanos”. El siguiente paso sería la creación de un superhíbrido entre el tomate, el toro y el trigo. Un mes después, la revista reproducía las cartas y las carcajadas de los lectores avezados, congratulándose por abrir una sección de humor (la noticia era una broma típica del primer día de abril, que en la tradición anglosajona equivale al día de los Inocentes en España). Sin embargo, New Scientist recibió la “ansiosa” llamada de un periodista sueco que habría reproducido fielmente la historia en su columna semanal de ciencia, y que había sido retado por dos profesores para demostrar si era cierta.

La siguiente es aún más increíble. En 1957, Harald Stümpke, del intrigante Instituto Darwin de Ayayai, y Gerolf Steiner, un profesor de zoología de la Universidad de Heidelberg (Alemania), presentaron un extenso trabajo que hablaba de un nuevo orden de mamíferos, los rinogrados –también llamados narigudos–, describiéndolos como extraordinarios animales que andaban, se alimentaban y cazaban… ¡sólo con la nariz! Había dibujos en los que estas criaturas, parecidas a ratones, tenían trompas tentaculadas para simular los pétalos de una flor, atrapar insectos, propulsarse hacia atrás con ayudas de grandes orejas estilo Dumbo… y un sinfín de maravillas. Los autores describían minuciosamente casi una treintena de géneros. Los narigudos vivían en el archipiélago de Ayayai, en el Pacífico, pero una explosión nuclear llevada en secreto a 200 kilómetros destruyó la isla, hundiéndose con ella uno de los autores, Stümpke, el único que los había visto.

La prestigiosa editorial francesa Masson tradujo la obra en 1962, y un biólogo de renombre, Pierre Grassè, profesor de la Sorbona de París, expresó en el prólogo su admiración por el trabajo al presentar “hechos nuevos, insospechados” que además “invitaban al hombre de ciencia a reflexionar sobre las causas de la diversificación de los seres vivos sobre nuestro planeta…”. La revista Natural History publicó un extracto del trabajo en 1967 (¡el primer día de abril!) y recibió cartas que lamentaban el destino final de los narigudos y protestas por la destrucción de su hábitat. El trabajo original y Stümpke eran pura invención de Steiner, un chiste zoológico para explicar el concepto de evolución a sus alumnos. Para algunos fue tomado en serio.

A comienzos de los setenta se descubrió en la isla de Mindanao, en Filipinas, una tribu prehistórica que había permanecido aislada del mundo: los tasaday. No tenían ropa, ni cultivaban ni criaban animales. Ni siquiera poseían armas con las que cazar y vivían en cuevas, llevando una vida penosa en el bosque. Su existencia llegó a oídos de Manuel Elizalde, un ministro del dictador Ferdinand Marcos, en 1971, y un año después, el Gobierno filipino organizó una expedición donde una legión de científicos sociales y periodistas tuvieron la ocasión de asombrarse ante el hallazgo. Se escribieron libros, estudios lingüísticos y publicaciones en revistas técnicas, y National Geographic dedicó una portada a la gente de “la edad de piedra”, con magníficas fotos en color. ¡El descubrimiento antropológico del siglo! Pero en 1974 se impuso la ley marcial en Filipinas y se prohibió el acceso a la isla, aislamiento que duró hasta el final del régimen, en 1986. Fue entonces cuando se descubrió que los tasaday llevaban camisetas y pantalones y dormían en camas de madera. Uno de ellos reveló a un periodista sueco que el propio Elizalde –que tuvo que huir del país por desfalco, una vez acabada la dictadura– les había persuadido para que posaran en las cuevas ante los fotógrafos como una tribu prehistórica. Toda una farsa.

A finales de 2005, la revista Science retiró el famoso artículo de las células humanas clonadas obtenidas de pacientes del coreano Hwang Woo-Suk, y en enero del siguiente año, los cimientos de la revista temblaron aún más cuando se supo que había falsificado todos los datos (incluidos los de la obtención de células embrionarias a partir de lo que sería el primer embrión clonado recogidos por la misma publicación en 2004).

Science había anunciado la maravilla a bombo y platillo durante el verano, y seis meses después el fiasco hizo sonrojar a sus responsables, el comité de revisión encargado de velar por la credibilidad de los trabajos publicados. ¡Una mentira pura y dura! La respuesta del editor de Science fue que, simplemente, a la hora de publicar los trabajos, los responsables de la publicación daban por hecho que los científicos son honestos y dicen la verdad.

Alfred Kinsey es famoso por sus estudios sobre el comportamiento sexual del hombre. Pero según Judith Reisman las investigaciones de Kinsey estaban basadas en un método científico malo y posiblemente fraudulento. Denuncia que muchas de las entrevistas que realizaba para conseguir datos estaban manipuladas, tanto en la persona elegida como en su manera de entrevistar.

Arthur Eddington estaba tan convencido de la teoría general de la relatividad que realizó una prueba midiendo la tendencia de la luz en un eclipse de sol. Pero 16 placas fotográficas no ayudaban a la teoría de Einstein, entonces publicó todo sin esas placas, de forma que la teoría de Einstein predeciera exactamente sus datos finales.

Esto ayudó al reconocimiento público de la relatividad; de hecho todavía se encuentran libros que lo sitúan como "prueba" de la teoría de la relatividad.

Jan Hendrik Schön , prestigioso físico alemán de los Laboratorios Bell, llamaba la atención por su cantidad de publicaciones con increíbles resultados en muy poco tiempo (40 al año). Algunos físicos notaban anomalías en los datos hasta que se descubrieron dos curvas idénticas en dos experimentos muy distintos. Este escándalo abrió el debate sobre la implicación de los coautores en los artículos científicos.

Una de las últimas preocupaciones es si es peligroso convivir entre cables de alta tensión o el uso de teléfonos móviles. Robert P. Liburdy fue un  biólogo encargado de examinar los peligros de los campos electromagnéticos . Sus artículos decían que estos campos podían causar una desajuste en calcio, importante para la función celular. Sin embargo, Liburdy habría manipulado sus datos para apoyar las conclusiones que buscaba.

Seguidamente transcribimos un interesante artículo de Moisés Garrido Vázquez sobre los fraudes científicos.

 

Steven Weinberg, premio Nobel de Física, afirmó hace unos años: “Hasta donde yo sé no ha habido nunca un caso importante de deliberada falsificación de datos en la física”. Miren por donde leemos en el diario El Pais del 29/05/02 un artículo del catedrático Emilio Méndez refiriéndose a un descarado fraude perpetrado por varios físicos del célebre Bell Laboratories. Al parecer, Jan Hendrik Schön, Christian Kloc y Bertram Batlogg falsificaron los resultados de sus investigaciones en nanoelectrónica para conseguir el sueño de muchos científicos: publicar sus trabajos en Nature y Science. ¡Y lo lograron hasta en dieciséis ocasiones!...

El fraude abunda en nuestros temas paracientíficos, nadie lo niega, pero los ultra-racionalistas aprovechan esta lamentable circunstancia para desprestigiar al completo disciplinas como la Parapsicología y la Ufología, y a todos aquellos que nos dedicamos a su estudio e investigación. ¿Sería, pues, razonable que por el hecho de que existan fraudes en la Física descalifiquemos esta rama científica y a todos sus representantes?... Entendemos que no sería justo.

Y la Ciencia, a pesar de presumir de rigor y honestidad, no siempre ha conseguido ser fiable al cien por cien. Ha cometido muchos errores y, peor aún, muchos fraudes intencionados. Cierto es que en Ciencia, y gracias al método experimental, es dificil que un fraude pase desapercibido, pues los trabajos se examinan meticulosamente y otros científicos se ponen mano a la obra para reproducir los resultados. Sin embargo, nada es infalible y la Ciencia tampoco lo es, aunque le ponga empeño. En su obra “La Credibilidad de la Ciencia”, John Ziman aclara que “cualquier estudio serio de la credibilidad de la ciencia debe enfrentarse con el hecho de que incluso las ciencias ‘duras’ son falibles”.

Sonoros escándalos han salpicado muchas veces el mundo científico. ¿Las razones para cometer fraudes?: fama y dinero. Desde publicar artículos en revistas prestigiosas hasta aspirar al premio Nobel... “El sistema científico alienta a engañar -afirma el biólogo Jerry Bergman-. Hay en juego carreras y trabajos, y, literalmente, la posibilidad de ganarse la vida. La presión por conseguir que se publique un artículo, para hacerse famoso o por conseguir un prestigioso premio, todo ello alienta a actuar fraudulentamente”. Tanto es así que en 1990 el Comité de Ciencia, Espacio y Tecnología de EE.UU creó el llamado Subcomité para la Investigación del Fraude Científico. El primer informe que elaboraron los miembros de esta comisión fue bastante explícito: “Isaac Newton, Galileo Galilei, Gregor Mendel... La obra de estos gigantes ha cambiado la historia de la ciencia. Todos tienen algo en común: juzgados a partir de los parámetros modernos, parece que todos ellos se han comportado como científicos poco serios y honestos a lo largo de sus brillantes carreras”. Aunque pueda sorprender, es cierto que los padres de la Ciencia, ocasionalmente, manipulaban los datos de sus experimentaciones para ajustarlos a determinadas formulaciones teóricas, como hizo Newton, o incluso ni siquiera llegaban a realizar experimentos que confirmasen los resultados teóricos presentados en sus informes, como hizo Galileo, quien sin pudor alguno llegó a manifestar en una ocasión: “Yo, sin hacer el experimento, estoy seguro de que el efecto tendrá lugar como os digo porque es necesario que así ocurra”. 

Owen Wangensteen, en un artículo titulado “Los fraudes de la Medicina y la Biología”, apunta al respecto que “pocos de estos engaños invalidan las grandes teorías que, por otra parte, han sido confirmadas mediante miles de experimentos válidos. Estos descubrimientos contribuyen únicamente a desmitificar las figuras de los grandes científicos. Todos somos humanos, y todos somos culpables de pequeñas mentirijillas”. ¿Pequeñas “mentirijillas” como las de Mendel que falseó descaradamente los datos de sus experimentos sobre la herencia simultánea de varios caracteres para hacer cumplir su teoría? ¿O como las de Cyril Burt que jamás efectuó prueba alguna que argumentase su tesis sobre la herencia genética de la inteligencia inventándose por tanto los resultados? ¿O como las de Ptolomeo que plagió los trabajos de Hiparco de Nicea para calcular las posiciones de las estrellas? ¿O como las del premio Nobel de Física Robert Millikan que omitió deliberadamente los datos que no concordaban con los resultados deseados en sus investigaciones sobre el electrón?... En fin, la lista de científicos que han cometido fraude, estafa, plagio y otras “mentirijillas” sería interminable: Franz Moewus, August Kekulé, René Blondlot, Charles Darwin, Paul Kammerer, William Summerlin, Emilio Segrè...  

También hay científicos que engañan a otros colegas por pura diversión o por medir su nivel de credulidad (que en muchos de ellos es bastante alta, por cierto). Eso tiene un nombre: engañología. En la interesante obra “Las mentiras de la ciencia”, Federico Di Trocchio define la engañología como “la ciencia que enseña a los científicos cómo engañar a otros científicos. Estos, a su vez, convencen a los periodistas, quienes finalmente se encargan de seducir a las masas”. Y ese ha sido el caso de algunos célebres fraudes en Paleontología, como el del Hombre de Piltdown (un presunto fósil del Pleistoceno formado por un cráneo semejante al de un Homo sapiens pero con mandíbula de simio), que desde 1912 hasta 1953 mantuvo engañado a ilustres científicos, o el más reciente del “Archaeoraptor liaoningensis” (el tan ansiado eslabón perdido entre los dinosaurios y las aves), que logró colarse en las páginas de la reputada National Geographic, poniendo en serios apuros a sus responsables.

En definitiva, y como señalan William Broad y Nicholas Wade en el libro “Traidores a la Verdad: Fraude y engaños en los salones de la Ciencia”, “los científicos no son diferentes de la otra gente. Al revestirse de la bata blanca para penetrar la puerta del laboratorio, no les abandonan las pasiones, ambiciones y faltas que animan a las personas en otros campos de actividad”. Por eso, cuando algún científico con aires de autoridad ataca o ridiculiza nuestros temas con el tan recurrido argumento del fraude, me acuerdo de las falacias que a lo largo de la historia han existido en el mundo de la Ciencia -a la que, pese a todo, siempre respeto y admiro- y no puedo más que sonreír. Ya lo dicen los ultra-racionalistas: “Una carcajada vale por diez mil silogismos”. Y en esto, sí les doy la razón...

 

La lista de los fraudes científicos es realmente muy extensa, y quienes quieran ampliar el tema pueden recurrir al buscador Google colocando simplemente en el casillero:“fraudes científicos”.

Para concluir queremos lanzar un llamado de atención a aquellos que desdeñan, con soberana soberbia, las enseñanzas de los Maestros de Luz sin haber profundizado en ellas, como el lector que nos escribió desautorizándonos basándose en un dictamen científico, como si los dictámenes científicos fueran la Biblia misma, suponiendo que la Biblia fuera la “palabra de Dios”, claro está…

 

SESIÓN DEL 14/4/09

 

Médium: Jorge Olguín.

Entidad que se presentó a dialogar: Ruanel.

 

OBSERVACIONES

En esta sesión se aclaró el fraude perpetrado por los científicos rusos atribuyendo falsamente los restos encontrados en una fosa vecina a dos miembros de la familia imperial, Alexis y de una de sus hermanas. Además, se aclara que la desaparición de Alexis y Anastasia se debió a una abducción extraterrestre.

 

Interlocutor: ¿Es usted, Maestro Ruanel?

Ruanel: Así es…

Interlocutor: El tema que tengo agendado para hoy es sobre la desaparición de los restos de dos miembros de la familia imperial rusa, Alexis y Anastasia, del osario donde estaban los cuerpos masacrados… Leo la síntesis que he hecho para que quede grabada…

Ruanel: Bien…

Interlocutor: Desaparición de Alexis y una de sus hermanas. En la sesión que celebramos hace un tiempo sobre Rasputín y los Romanov se dijo que dos de los hijos, Alexis y Anastasia, se habían salvado de ser asesinados porque fueron trasladados al futuro. Alexei, en ese futuro, creó una máquina del tiempo, distinta de la que usó Nostradamus, mediante una física similar a la cuántica y que producía una apertura dimensional por la que se podía regresar al pasado. Ahora bien, la historia oficial cuenta que los bolcheviques ejecutaron a toda la familia imperial, compuesta de Nicolás II, su esposa Alexandra, y sus hijos Olga, Tatiana, María, Anastasia y Alexei, y después de muertos los descuartizaron y enterraron de modo que nadie supiera qué había sucedido con ellos. Lo extraño fue que, cuando décadas más tarde se ubicó el osario, faltaban los restos de Anastasia y Alexei.

Estas circunstancias quedaron pendientes de averiguación por nosotros y ahora urge aclararlas porque supuestamente un estudio de ADN a los restos hallados en una tumba localizada en el verano de 2007, a unos metros de la fosa en la que estaban la mayoría de los Romanov, ha revelado supuestamente que se trataba de otros dos de los niños de la familia: el heredero al trono Alexei y una de sus cuatro hermanas (Olga, María, Tatiana, Anastasia), ignorándose según el dictamen cuál de ellas.

Estos datos fueron dados a conocer en una publicación online de la Public Library of Science (PLOS).

Ruanel: El tema es así: son directamente pruebas armadas… Verdaderamente faltaban dos cuerpos de la fosa donde estaba enterrada la familia imperial porque realmente no estaban… Desmiento totalmente esa información, y reitero que las pruebas se prefabricaron…

Interlocutor: ¿Lisa y llanamente prefabricadas?

Ruanel: Así es…

Interlocutor: Me pregunto por qué hacen una cosa así los científicos, quienes deberían ser los más éticos al emitir los dictámenes…

Ruanel: No se trata seguramente de un engaño total, sino que simplemente encontraron dos cuerpos con ADN similares… Pueden haber ADN similares… En este caso  particular, y esto lo confirmo, se trata de otros familiares y no de las personas mencionadas…

Interlocutor: A ver si lo entendí: Concretamente, ¿los restos de las dos personas que encontraron en el otro osario son familiares de los Romanov pero no Alexis ni ninguna de sus hermanas?

Ruanel: Así es…

Interlocutor: ¿Pero por qué determinaron falsamente que uno de los restos era Alexis?

Ruanel: Directamente para adquirir notoriedad…

Interlocutor: ¿Pero los investigadores sabían realmente que los restos no son de Alexis o Anastasia?

Ruanel: Simplemente dejaron la investigación sin terminar, no profundizaron, vieron algunas coincidencias y dijeron: “Son ellos, no investiguemos más y hagamos la publicación”

Interlocutor: Queda claro, entonces, que actuaron con total irresponsabilidad al publicar un dictamen dando por concluido el caso solo por haber encontrado algunas coincidencias…

Ruanel: Correcto…

Interlocutor: ¿Y ésta es toda la historia, un fraude científico más?

Ruanel: Así es…

Interlocutor: O sea que en definitiva es como cuando uno ve simplemente unos indicios y sin tener la certeza absoluta da por sentado, por pura ansiedad, de que eso es suficiente prueba?

Ruanel: La ansiedad por el resultado y el afán de figurar…

Interlocutor: En definitiva, entonces, una cuestión egoica…

Ruanel: Totalmente…

Interlocutor: Bien, este tema lo doy por concluido porque no da para más y paso al otro… ¿Por quienes fueron abducidos Alexis y Anastasia? ¿Fueron teletransportados?

Ruanel: Así es, fueron teletransportados… Hay seres que no habían venido nunca a Sol III llamados amborinos, son seres como blancuzcos, no grises, tienen una altura aproximada de 1,90 m los masculinos y 1,80 m los femeninos… Los femeninos son similares a los masculinos pero de un color ámbar.

Trabajan con portales muy pequeños, sería algo similar a algunas películas de ciencia ficción que vosotros llamáis de “clase B”, donde hay un espejo y los personajes pueden pasar a través de él como si fuera un portal…

Interlocutor: Entiendo…

Ruanel: Estos seres han logrado construir portales muy pequeños a través de los cuales trasladan objetos o seres vivos desde tierra a la nave madre….

Interlocutor: ¿De esa forma abdujeron a Alexis y a Anastasia?

Ruanel: Correcto…

Interlocutor: ¿Lograron también viajar en el tiempo?

Ruanel: Así es, lograron técnicas para viajar en el tiempo a través de una física cuántica aún no descubierta en Sol III, que le fueron transmitidas al masculino…

Interlocutor: Ahora entiendo por qué en la sesión sobre Rasputín usted mencionó que Alexis había construido una máquina del tiempo…

Ruanel: Así es…

Interlocutor: ¿De qué planeta provenían estos seres?

Ruanel: Es un planeta que se encuentra a 540 años luz del Sistema Solar…

Interlocutor: ¿Cómo se llama el planeta?

Ruanel: El planeta se llama Amboria…

Interlocutor: ¿Amboria 3 o 4?

Ruanel: Amboria 4…

Interlocutor: A ver si entiendo: ¿abrieron un portal desde su planeta Amboria 4 para llegar hasta Sol III?

Ruanel: No, han viajado en una nave… Es una nave bastante grande, que tiene aproximadamente, en medidas terrestres, un kilómetro de diámetro…

Interlocutor: ¿Estamos hablando del mismo presente?

Ruanel: Así es, estamos hablando del mismo presente…

Interlocutor: Ahora entiendo, estaba confundido, tenía la idea de que esos seres habían venido del futuro, y de ahí mi pregunta…

Ruanel: Se trata de cosas distintas pero conectadas…

Interlocutor: Sí, sí, ahora lo tengo claro…

Ruanel: Los portales que construyeron estos seres son limitados en distancia, no son “portales dimensionales” de años luz… Son portales que pueden tener 10 millones de kilómetros de distancia…

Interlocutor: En concreto, entonces, la nave de estos seres salió, en el mismo presente que el nuestro, desde Amboria 4 hacia nuestro Sistema Solar y pasaron por una abertura dimensional…

Ruanel: No, no pasaron por una abertura dimensional sino por una grieta espacial y así llegaron al Sistema Solar…

Interlocutor: Nuevamente me equivoqué con los términos…

Ruanel: Eso fue a fines del siglo XIX…

Interlocutor: Está bien… Entonces llegan a Sol III y se conectan con Alexis y Anastasia…

Ruanel: No es que se conectan…

Interlocutor: Volví a equivocarme con los términos…

Ruanel: Estos seres tienen una especie de visores con una técnica difícil de reproducir hoy, en pleno Siglo XXI, en Sol III, y fueron investigando varios casos, llamémosle “terminales”, es decir, de gente que está condenada irremisiblemente a morir en distintos lugares, sea en batalla o en otras circunstancias adversas…

Interlocutor: Como sucedió con la familia imperial…

Ruanel: Correcto…

Interlocutor: ¿Podríamos decir que fue una cuestión de azar? Me refiero a que vieron que estas personas iban a desencarnar y entonces intervinieron…

Ruanel: En realidad fue un “azar programado”, si se entiende lo que quiero decir, porque tenían alrededor de 30 seres en la mira, entre masculinos y femeninos, para abducir…

Interlocutor: ¿Y por qué no abdujeron a toda la familia Romanov?

Ruanel: ¿Por qué eligieron solo a ellos dos? Bueno, eso sí que fue azar…

Interlocutor: Entiendo el punto…

Ruanel: Cuando hablo de “azar programado” es porque las abducciones fueron programados de antemano, en el sentido de: “Dos de esta familia, dos soldados de batalla en tal lado, dos en el continente americano”, y así por el estilo…

Interlocutor: Está perfectamente comprendido, Maestro… ¿Fue una cuestión humanitaria?

Ruanel: No, no fue una cuestión humanitaria, sino más bien de índole científica…

Interlocutor: ¿Con qué motivo?

Ruanel: Con el motivo de intercambiar información…

Interlocutor: O sea que los trataron bien…

Ruanel: Sí, los trataron bien…

Interlocutor: Me intriga saber cómo pudieron comunicarse con ellos para obtener la información…

Ruanel: Estos seres, al igual que muchos otros en distintos sistemas planetarios, tienen unos aparatos moleculares que son como transmisores, no telepáticos sino cuasi telepáticos, donde directamente, por medio de un computador que tiene distintos terabites de tamaño, por así decirlo, programan el idioma de cada región de Sol III, y la traducción se realiza casi instantáneamente, en milisegundos…

Interlocutor: A ver si entiendo: estos seres hablan y el aparato traduce el mensaje al instante al idioma terrestre que corresponda…

Ruanel: Correcto…

Interlocutor: Supongo que estamos hablando, no de una traducción perfecta, sino aproximada, algo así como los traductores de Internet, aunque supongo que muy mejorada…

Ruanel: En este caso no es así porque se trata de una traducción exacta, porque lo que hace la máquina en realidad es un cálculo millonésimo de probabilidades con respecto a acierto y error, y busca las palabras precisas, porque aparte le da coherencia y sentido a las expresiones…

Interlocutor: Ahora voy entendiendo, la verdad es que yo estaba seguro que era imposible llegar a tanta perfección en un traductor mecánico…

Ruanel: Fíjate que esos traductores de los que tú hablas, cuando traducen al seguidor del Maestro, Mateo, en lugar de llamarlo “Mathius”, en inglés, lo traducen como “killer”, que significa “asesino”…

Interlocutor: Entiendo, una vez uno de esos traductores de Internet tradujo el diario de Argentina “Clarín” como “trompeta”, lo que resultó bastante gracioso porque en el lenguaje lunfardo esta palabra significa “falso”, en una de sus acepciones…

Ruanel: Los traductores de estos seres son tan pequeños que son casi moleculares, y no solamente traducen sino que también incluyen, como dije, el cálculo de acierto-error, “viendo” la intención idiomática… Entonces es imposible que se equivoquen…

Interlocutor: Reitero que quedo asombrado de esa perfección…

Ruanel: Digo más, en Sol III está tan avanzado lo que es el tema de los computadores que en poco tiempo podría haber traductores “intencionales”. Lamentablemente los técnicos se ocupan de otras cosas…

Interlocutor: Bueno, Maestro, creo que este tema está aclarado… ¿Cuánto calcula que estos seres estén avanzados en tecnología con respecto a nosotros los terrestres?

Ruanel: En este momento, en algunos temas 500 años, en otros 100 años y en otros apenas 50 años, pero estos tiempos pueden variar en razón de la velocidad exponencial con la que “estamos” avanzando… Digo “estamos” porque me identifico con ustedes…

Interlocutor: ¿Damos por concluido el tema?

Ruanel: No, aún falta… Dejando de lado los otros sujetos abducidos y que fueron llevados a otro mundo con atmósfera similar a la de la Tierra para que pudieran rehacer sus vidas…

Interlocutor: Antes de que continúe, Maestro, ¿se puede saber los nombres de esos familiares cuyos restos fueron atribuidos falsamente a Alexis y a una de sus hermanas?

Ruanel: Sus nombres no tienen ninguna importancia porque son familiares secundarios que no trascendieron… Lo que quiero decir es que han intercambiado información en cuanto a física cuántica, que en aquel entonces ni siquiera se hablaba del tema… Estamos hablando de un siglo atrás, años más, años menos…

Luego, a estos hermanos, Alexis y Anastasia, estos seres, trabajando en sus decodificadores, les han borrado la parte del contacto alienígena para evitar que se vayan autoimplantando engramas, pero sí les han dejado la parte de la información sobre la estructura de viajes en el tiempo…

Interlocutor: ¿Ellos vivieron en el planeta amboria 4 y allí desencarnaron?

Ruanel: Si, pero en el ínterin regresaron a Sol III…

Interlocutor: ¿Cómo que regresaron a Sol III?

Ruanel: Sí, regresaron a Sol III pero vivieron de incógnito…

Interlocutor: ¿Fue decisión de ellos vivir de incógnito?

Ruanel: Sí, así es… Lo que sucedió es que como estos seres les borraron la memoria del encuentro extraterrestre tomaron la salvación como una fortuna… En sus mentes tenían la idea de que hubo integrantes de la servidumbre que los ayudaron a escapar…

Interlocutor: Recuerdo que hubo una mujer que creía que ella era Anastasia e incluso se hizo una película sobre el caso en la cual actuaron Yul Brynner e Ingrid Bergman… La película, en español, se llamó precisamente “Anastasia”…

Ruanel: Hay muchas fantasías sobre este tema y se hicieron muchos filmes al respecto…

Interlocutor: Pero en concreto, entonces, esa persona que decía que era Anastasia, en realidad no lo era…

Ruanel: No, no lo era… Termino la historia para que quede aclarada…

Interlocutor: ¿Residieron en Rusia, acaso?

Ruanel: No, en Rusia no, estuvieron en varios países, Alemania, Suiza, en lo que es la zona de Hungría, de Rumania…

Interlocutor: ¿Y nunca se dieron a conocer?

Ruanel: No, nunca… Encontraron a un señor llamado Savorleske, de Rumania, al que le dieron dinero… Ellos se habían hecho pasar por sirvientes que habían robado a la realeza dinero y con esta justificación se hicieron hacer documentos falsos como esposos…

Lo negativo es que Alexis llegó a tener problemas en su decodificador y cometió varios actos hostiles, que para esta sesión carece de importancia detallarlos, y diez años más tarde fueron nuevamente abducidos por estos seres y llevados otra vez a Amboria 4…

Interlocutor: Donde allí vivieron hasta su desencarnación… ¿Es así?

Ruanel: Correcto…

Interlocutor: ¿Ésta es, entonces, toda la historia?

Ruanel: Así es… Cabe agregar que trabajaron nuevamente con el decodificador de ambos recuperándoles el recuerdo de la primera abducción…

Interlocutor: ¿Es decir que finalmente terminaron con la memoria completa?

Ruanel: Correcto…

Interlocutor: ¿Le parece concluir aquí el tema?

Ruanel: De acuerdo…

Interlocutor: Lo doy, entonces, por terminado…

 

 

Ver "Rasputín y los Romanov"