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Psicoauditación - Cdani - Dan-El
Grupo Elron
Sección Psicointegración y Psicoauditación - Índice de la sección - Explicación y guía de lectura de la sección

Si bien la Psicoauditación es la técnica más idónea para erradicar los engramas conceptuales del Thetán o Yo Superior de la persona, la mayoría de las veces se psicoaudita a thetanes que habitan en planos del Error y sus palabras pueden no ser amigables y/o oportunas para ser tomadas como Mensajes de orientación, algo que sí se da cuando se canaliza a Espíritus de Luz o Espíritus Maestros.
El hecho de publicar estas Psicoauditaciones (con autorización expresa de los consultantes) es simplemente para que todos puedan tener acceso a las mismas y constatar los condicionamientos que producen los implantes engrámicos.
Gracias a Dios, esos implantes son desactivados totalmente con dicha técnica.


Atte: prof. Jorge Olguín.

 

 

Sesión 11/3/2005

Segunda sesión

Sesión 18/10/2005

Sesión 12/1/2007

Sesión 8/6/2007

Sesión 27/6/2007

Sesión 11/7/2007

Sesión 30/7/2007

Sesión del 23/8/2007

Sesión del 13/9/2007

Sesión del 19/9/2007

Sesión del 21/11/2007

Sesión del 16/1/2008

Sesión del 11/2/2008

Sesión del 3/3/2008

Sesión del 17/4/2008

Sesión del 9/6/2008

Sesión del 31/7/2008

Sesión del 4/8/2008

Sesión del 7/8/2008

Sesión 10/11/2008

Sesión 23/3/2009

Sesión 26/3/2009

Sesión 14/5/2009

Sesión 28/7/2009

Más sesiones


Primera sesión, 11/3/2005

Médium: Jorge Olguín

Thetán: Estoy aquí con vosotros para contar lo que me está aconteciendo… presiento que en este plano viven observando mis pensamientos…

Interlocutor: ¿En qué plano te encuentras?

Thetán: En el plano 3º… pero no soy una entidad del error, sino que descendí de nivel por causa de una vida anterior… en este plano me da la sensación que no le caigo bien a otras entidades… pues estos seres lo único que desean es someter a otros mediante su poder mental… y en mi caso solo quiero estar aislado y que me dejen tranquilo… ya bastante tuve con esa vida pasada…

Interlocutor: ¿Puedes contarme?

Thetán: Sí… pero espero que no prejuzgues mi comportamiento.

Interlocutor: Claro que no… te escucho…

Thetán: En una vida anterior viví en Francia, en el siglo XVIII, en 1735, bajo el nombre de Jean Rocheller. Era un artesano conocido y adoraba lo que hacía. Mi padre era un excelente maestro…

A la edad de 21 años conocí a una hermosa doncella… se llamaba Marie Lorenz y tenía 19 años.

Nos enamoramos y dos años después decidimos casarnos. Mi padre era artesano como yo y el padre de ella tenía un negocio de ventas de herramientas.

Tuvimos una sola niña, y que ella sufrió complicaciones en el parto y no quisimos arriesgarnos más.

Pasamos 14 años como si viviéramos en el paraíso… nuestra niña, Brigitte, fue creciendo inmersa en una felicidad total…

Un lord inglés se radicó en El Havre, la ciudad donde vivíamos, en la región de Normandía. Con él estaban dos hombres de aspecto sórdido, aunque se comportaban con cortesía. El inglés se llamaba Dickenson y tenía cerca de 45 años.

Nosotros vivíamos en las afueras de El Havre y cuando viajábamos al centro para abastecernos, yo notaba que el inglés miraba sin ningún disimulo a Brigitte, que solo era una niña…!!

Debido a mi trabajo de artesano debí marchar una semana a Saint Nazaire, cerca de Nantes.

El viaje fue fructífero en lo económico, ya que retorné con bastante dinero… mas al llegar a mi hogar, las luces estaban apagadas y me extrañó, pues Marie siempre dejaba una lámpara encendida en el recibidor.

Al entrar noto que la puerta había sido forzada y comienzo a desesperarme.

Voy a los aposentos y el cuadro que ví me heló la sangre: dos cuerpos tirados en el piso, con las ropas desgarradas.

¡Eran Marie y Brigitte! Ambas estaban muertas y con signos de haber sido violadas y golpeadas hasta quitarles la vida…

Lloré hasta que se me acabaron las lágrimas… luego, más calmado revisé todos los rincones. La angustia me carcomía por dentro…

Y encontré un pañuelo labrado, que tenía las iniciales del lord inglés…

Me invadió un odio inenarrable contra ese Dickenson y a su vez, un frío recorrió mi cuerpo… o mi alma…

Tenía una espada sobre el hogar y la tomé. Me puse un abrigo largo, para disimular el arma y salí.

Llegué a la taberna principal de El Havre y allí se encontraba el vil sujeto y sus dos laderos. Están en una mesa jugando al póquer con dos sujetos más.

No razoné… mi mente reactiva se apoderó de mí.

Antes de que se dieran cuenta, ya mi espada había atravesado el cuerpo de los dos laderos y Dickenson se incorporó con los ojos aterrados.

Le dije: -Violaste a mi esposa y a mi hija, y luego les quitaste la vida. No me interesa un juicio contigo.

Amagó sacar un arma y mi espada le atravesó el corazón.

No me dí cuenta que uno de los laderos todavía estaba con vida y sacando un arma de fuego me disparó a la cabeza.

Algo pasó en mi mente y luego me percibí a mí mismo como espíritu completo. Había desencarnado y el rol que en vida había sido Jean Rocheller no existía más… y yo no lo aceptaba. Seguía sintiendo rencor por ese inglés y no aceptaba que él también era un rol...y así bajé de nivel…

Interlocutor: ¿Antes de encarnar en Francia estabas en el plano 4º?

Thetán: Sí, en un plano de Maestría… pero mi rencor, que todavía siento, me hizo bajar al plano 3º… y ahora no tengo más deseos de comunicarme.

Interlocutor: Está bien, pero sé que estaremos pronto en contacto. Gracias por tu sinceridad.


Segunda sesión

Médium: Jorge Olguín

Estoy aquí comunicado para comentar mis avances, o lo que yo creo que son avances.

Si antes, en determinada época, pensaba con rencor y echaba culpas de cosas que creía me sucedían por circunstancias ajenas a mi voluntad, o bien por voluntad de terceros, hoy he aprendido que también todo pasa por uno. También todo pasa por nuestras propias decisiones. Por que es muy fácil echar culpas. El ego siempre está al acecho, y nos hace echar culpas a otros.

Para salir limpios de todo mal resultado estoy aprendiendo, estoy creciendo por dentro. Mi concepto no es el mismo que tiempo atrás. Algo dentro mío, como decís vosotros en el plano físico, hizo un clic. Algo dentro mío hizo un clic. Y me hizo dar cuenta de muchas cosas. Me hizo dar cuenta de que si bien hay cosas que son azar, hay otras que son producto de una circunstancia, que son una consecuencia de algo que hemos hecho primero. El tema es hacernos cargo de eso.

Hay un personaje que vosotros nombráis, de la época del maestro Jesús, conocido como el rol de Poncio Pilatos. El se lavó las manos en una fuente, y hoy ese hecho es muy difundido en el plano físico. Lavarse las manos significa trasladar culpas a otros. Y no. Una verdadera entidad de luz asume el compromiso. Y alguien que está despertando, y trata de emular a esos maestros, también debe asumir compromisos. Creo que todos debemos asumir compromisos de alguna manera. Sería mucho más sencillo, mucho más fácil, mucho más lógico.

Lo importante es que estoy entusiasmado pues estoy en el camino, o trato. Lo importante es que tengo la voluntad, y a eso apunto, a llegar a la maestría espiritual. Ese es mi humilde comentario, y eso es lo que trato de decir.

Hasta pronto.


Tercera sesión, 18/10/2005

Médium: Jorge Olguín

Muchos, pero muchos seres del plano físico, desconocen la armonía que hay en los planos espirituales altos.

He ascendido de nivel. Estoy en el plano 4, subnivel 4, y espero seguir cooperando en misión de servicio, por que me da un gozo y una paz tremenda el poder ser útil.

No existen aquí premios, recompensas, como tampoco castigos. Solamente son las decisiones de cada espíritu lo que le lleva a ascender o descender de nivel. Muchos lo aprenden temprano, y otros un poco más tarde. A veces un espíritu puede pasarse vidas enteras, de forma vana, representando roles, aprendiendo lecciones kármicas, ¡olvidando lecciones kármicas!. Y es como vuestro juego de infantes del planeta, donde dos niños están en un madero que sube y baja, pero siempre están ahí. Tal vez suene irónico, pero muchos toman al mundo espiritual como si jugaran con un elevador. Suben, bajan, suben, bajan. Por que he notado que muchos espíritus maestros duran apenas instantes en este plano. Por que hay algo que se llama competencia. Por que es hermoso servir, y es cierto como dicen en el plano quinto que se sufre por los demás.

Pero también he percibido conceptualmente, y con todo respeto lo digo, por que no prejuzgo, pero si percibo que muchas entidades del plano cuatro observan conceptualmente lo que hace el otro, a quién ha servido, por que en general es una descortesía bajar la cortina conceptual para que no nos lean nuestro pensamiento. Lo hacemos únicamente cuando tenemos la necesidad de meditar con nosotros mismos, por que no dormimos, no descansamos, no tenemos un desgaste físico como vosotros. Pero si muchas veces, durante un periodo determinado, bajamos esa cortina conceptual, y nos encerramos en nosotros mismos para meditar, para poder tener en claro de que manera poder hacer mejor las cosas. Y eso está bien.

Muchas entidades, muchas, compiten, para ver quien sirve más. Y de esa manera lo único que logran, como han hecho muchos en el plano físico, es servir por ego. Si bien sabemos que en los planos altos hay engramas, los engramas no son por roles, son instancias que se implantan hipnóticamente en nuestro campo conceptual, así como en vosotros se os implanta en vuestro campo celular, pero el rol del ego no tiene cabida. Entonces si una entidad elevada, consciente o inconscientemente busca competir, se encuentra con la no grata novedad de que ha bajado de plano.

Entonces toma dos opciones, y esto muy pocas veces se ha dicho, y es importante que quede registrado. Se arrepiente, diciendo conceptualmente, o pero, me ha atacado la vanidad, cuando yo lo que quería era servir, no volveré a equivocarme, no me fijaré más en lo que hace el otro si no que cooperaré con el otro. Y con ese impulso de servicio nuevamente puede subir, por que tampoco es difícil subir. Pero están aquellos que por ese golpe de ego bajan al plano tres, y en lugar de reaccionar como he dicho recién, comienzan sus lamentos. No era para tanto, esto es como una especie de tiranía espiritual, yo soy mejor que los otros, sirvo mejor y estoy en este plano. Y un montón de cosas más. Entonces el espíritu es como que se enrosca como una víbora, y obviamente que no sube. Y se acostumbra tanto a ese rol de queja, que queda por muchísimo tiempo en ese plano.

Y hay casos más graves, donde la entidad es tan vanidosa, tan vanidosa, que busca someter a otros del plano tres, hasta que se encuentra en el plano dos. Y el plano dos bueno, el plano dos es un caos, por que ya no hay espíritus con dudas, hay directamente espíritus que son crueles por que ya tienen dentro de su esencia esa crueldad. No hablo de una crueldad tan grande como en el plano menos dos, pero si tienen cierta crueldad.

Algunos están en el plano dos pero no por crueles, si no por bromistas. Lo que pasa que hay dos tipos de bromas, vosotros mismos en el plano físico hacéis bromas, y está bien, por que logran conseguir una risa, y la risa en vuestro plano trae euforia. Pero hay otro tipo de bromas, las bromas pesadas o las bromas torturantes, esas bromas desgastantes. ¿Y a quién eligen de víctima? A los seres del plano uno, a los seres del plano físico, mediante sustos o cosas peores.

Aquellos espíritus que han encarnado en su último rol como varones, y sienten la sensación sexual. Y es nada más una sensación conceptual por que el espíritu, al no tener cuerpo no tiene ningún tipo de necesidad. Es todo mental. Y buscan haciendo foco, lograr relaciones con mujeres del plano físico. Hay mujeres que reaccionan de una manera, asustándose enormemente hasta incorporándose de su cama, y otras es como que la entidad las toma justo en una etapa de excitación, y la entidad haciendo foco en las partes que presiente que son importantes, logran la excitación de la mujer y la mujer coopera, para peor, por que al espíritu le agrada ese rol.

Un espíritu no tiene sensaciones, no tiene orgasmos, no tiene ese tipo de necesidades, pero si logra una satisfacción conceptual el espíritu del plano dos. Es una satisfacción de “lo logré”. En realidad no logró nada, lo que ha hecho es un foco de energía, pero el foco de energía no da placer. El placer del plano dos está en molestar y en lograr un objetivo, pero no placer en sí. En realidad en el plano espiritual el único placer, el único gozo, es poder servir al otro, ser útil al otro, y me siento muy satisfecho, al punto tal en que no me preocupa en que plano estoy, quiero seguir siendo útil, quiero seguir sirviendo.

Y tengo la novedad que me fue comunicada, de que mi actual espíritu guía, por que aun en el plano espiritual siempre tenemos un maestro que nos orienta, con amor, y que vendría a ser nuestro mentor, nuestro protector. Protector no en el sentido físico de que nos pueda pasar algo. Simplemente es una acepción, una palabra gramatical. En el plano conceptual no existe esa palabra, es otro el concepto. Bueno, he descubierto mediante el mensaje que mi espíritu guía es Johnakan Ur-el, y me causa un grado de satisfacción, pero no de satisfacción egoica, por que entonces no estaría a este nivel. Una satisfacción plena, por que le tengo un amor impersonal muy grande, y me siento como más unido, como más enlazado. También he visto que el espíritu guía de Johnakan, que también lo tiene, es el excelso maestro Jesús. O sea, estar dentro de esa cadena de vibración, y no lograr una vanidad, no deja de ser un mérito, pero lo digo humildemente y riéndome, riéndome conceptualmente, ¿no? Me hace sentir muy feliz.

Y a diferencia de muchas entidades que logran objetivos y quedan allí, como que eso les basta, yo quiero más, y lo aclaro, no por una avidez egoica. Quiero más por que la misma luz que se me brinda, la misma luz que se me otorga, me haría sentir poco agradecido si tuviera ramalazos de ego. Sería como que le fallara a mis maestros, y es lo que menos deseo, por ellos y por mí. Por que estoy tan convencido de lo que hago, que aun no teniendo esas gigantescas guías, igual seguiría sirviendo con amor. Pero debo reconocer, y no por vanidad, que es lindo sentirse apoyado por esa luz tan importante. Y seguiré haciéndolo.

Hasta todo momento.


Sesión 12/01/2007

Médium: Jorge Olguín

Qué alegría estar de nuevo aquí comunicado con vosotros. Es un honor para mí haber ascendido de nivel y poder desde el plano de luz hacer servicio permanente. Me siento honrado de hecho y bueno, la mejor forma de honrar la creación es trabajar espiritualmente, tendiendo una mano conceptual a aquellos que lo precisan. Pero como muchas veces dicen mis compañeros de vibración, desde el plano físico no se puede tender una mano a otro si nosotros no estamos de pie, firmes. El propio guía espiritual Johnakan Ur-El menciona siempre esa frase.

Mi preocupación ahora es por hacer entender a mi 10% encarnado, Daniel, que tiene todas las herramientas al alcance como para salir adelante. Y él mismo entiende, porque lo entiende, que no siempre podemos estar en una escala tonal alta, por distintas inquietudes, y no necesariamente porque haya personas en el entorno que nos bajen de nivel. A veces somos nosotros mismos que por una ansiedad determinada, o por una inquietud que no hemos logrado resolver, o por una razón de algo no resuelto ¿no? bajamos de escala tonal.

Pero entendéis que no todo es engrámico. Así como cada espíritu tiene su forma de ser, porque en el plano físico dice que no es como en el plano de luz donde no hay ego, no existe lo que es la personalidad, no existe el rol, pero eso no significa que todos los espíritus seamos iguales. Tenemos nuestras diferencias, tenemos nuestras opiniones. El opinar, sin invalidar al otro, no está mal. Bueno, vosotros el plano físico os pasa lo mismo, tenéis una opinión, una manera de ser, más suave, más firme, más lenta, más rápida, con un tono de voz más profundo, más sonoro, otro con un tono de voz más tenue, más suave... y está bien que así sea, así os diferenciáis.

Mi 10% encarnado presenta varias facetas, a saber. Es profundo, es inteligente, es coherente en su manera de pensar, por momentos se invalida a sí mismo, algo que me causa gracia pero sana gracia porque al fin y al cabo somos un solo espíritu. El guía espiritual Johnakan dice que su 10% exclama que lo más sano es aprender a reírse de uno mismo, o sea que este receptáculo que en este momento me alberga se ríe de sí mismo, sanamente. Pero como a veces nuestro 10% encarnado ahora siendo yo nuevamente hablando como thetán, a veces no se identifica conmigo, mi 10% encarnado. Si yo me riera él podría llegar a tomarlo como una burla, no como que yo me estoy riendo de mí mismo, porque él y yo somos un espíritu. Por hay se acostumbra a verme como una unidad, a veces; a veces me ve como algo separado. Y entonces yo si dijera, pero vamos, esto es así, y me riera, podría llegar en determinado momento con ese dejo de ego que a veces tiene, a tomarlo como una burla de mi parte. Cómo explicar al lenguaje hablado este concepto tan confuso. Es cierto que hay thetanes que no solamente se burlan malamente de su 10% encarnado, son espíritus densos, sin no que sé de casos de espíritus que están en el plano -1 y que han encarnado, que llegan hasta a atacar verbalmente si les dan la oportunidad de canalizarlos, a la otra parte física. El propio guía Johnakan me lo ha comentado conceptualmente. Pero nosotros que estamos en un plano elevado y que con lo único que logramos el gozo es con el servicio y con el gozo del otro también, obviamente, jamás cometeríamos el error de invalidar a nuestra propia extensión por así llamarla, todo lo contrario. Lo que yo deseo es que mi 10% tome la conciencia, digiera, digiera verdaderamente su valía, su presteza, y que no tiene que hacer nada apurado. Tiene que ser ecuánime, más ecuánime todavía que ahora.

Mi 10% se tiene que comparar con un gran pintor de cuadros. A ver, este gran maestro pintor de la capilla sixtina trepaba en andamios peligrosos y tenía que bajar a cada instante para poder ver el panorama del lejos porque de al lado perdía la perspectiva de lo que estaba haciendo. Bueno, ser ecuánime, ser ecuánime, eso es ser ecuánime. Ser ecuánime es ver la perspectiva de lejos, para poder emitir una opinión sabia. Opinión sabia está en la acera opuesta de lo que es el prejuicio, ¿no? Mi 10% tiene que sobresalir por ser una de las personas más ecuánimes, y que su opinión sea respetada. Para eso tiene que desidentificarse, porque habrá mucha gente que le pedirá ayuda u orientación, pero es importante la ecuanimidad. Le pido a mi 10% encarnado que no, no se persiga tanto a sí mismo con los roles del ego. Si bien es cierto que el ego se integra, también es cierto que el ego está alerta. Es como que se asoma, es como que nos espía. Estoy hablando de una manera distendida y espero se lo tomen así. Distendida pero con respeto ¿no? El ego nos espía para ver nuestras debilidades, porque donde nosotros mostremos un pequeño síntoma de debilidad, ahhh, allí el ego aprovecha y se cuelga de nosotros nuevamente. Cuidado con eso, mucho cuidado con eso.

El pensar en los demás hace que el ego no tenga poder sobre nosotros, ni sobre mí, 90%, ni sobre tú, Daniel, 10%.

Yo sé que tenemos mucho para brindar todavía, tenemos mucho para hacer, mucho para estudiar, y te digo que tú como 10% estás predestinado también a dejar una marca en la historia con este humilde movimiento que estamos haciendo desde aquí, desde el plano suprafísico, y desde allí vosotros, desde el plano físico. Un movimiento que va a quedar marcado como pequeña historia para difundir el amor hecho obra, como dice mi guía Johnakan, el amor hecho obra, el servicio.

Es cierto como dije antes que no podemos tender una mano a nadie si nosotros estamos flojos, pero hay algo, querido 10%, que nadie nos puede quebrar, que es nuestro interior. A cada minuto, a cada segundo, a cada décima de segundo te mando fuerzas, no para que no te caigas, seguramente te podrás caer, si no para que te levantes prestamente. Impedirte que te caigas es impedirte crecer, porque cada tropezón, cada obstáculo, cada barrera, la debemos tomar sabiamente como un aprendizaje. Obviamente hay caídas que no dan aprendizaje, que dan directamente experiencia de dolor engrámico. Entonces hay que evaluar qué caídas son buenas y qué caídas son perjudiciales.

Hablando de este tema me doy cuenta lo difícil que es transmitir el concepto a lenguaje hablado, porque el que no entiende lo puede tomar como que yo estoy avalando las caídas. Yo simplemente quiero decir que se aprende tanto de las experiencias positivas como de las negativas. Yo quiero decir que se aprende tanto de los maestros de luz como de aquellas personas que viven manipulando, porque en lugar de enceguecernos cuando estamos encarnados con ese tipo de gente, aprendamos a observarles y a entender qué es lo que no debemos hacer. Muchísima gente es manipuladora por roles del ego, y ese tipo de gente lo tiene tan incorporado ese don de manipular, tan incorporado, que no se dan cuenta, porque ese mismo rol de víctima las hace convencerse a sí mismas de que están padeciendo. Pero en verdad están padeciendo, están padeciendo su propio rol, como si fueran masoquistas. Lo que pasa que esa gente jamás lo entendería eso. Si tú, 10% se lo dices te responderían, oh, pero hombre, ¿tú piensas que yo de verdad amo sufrir? Seguramente no conscientemente, seguramente sí inconscientemente, porque es una de las maneras de manipular al entorno, porque necesita la atención, la aprobación de los demás. Y a veces buscan hasta el someter a los demás, de cualquier manera posible. Pero son excelentes profesores estas personas, ¡excelentes profesores! Con esa gente aprendemos día a día.

Te digo querido 10%, no que es normal, pero está casi en el borde de lo normal el que podamos tener altibajos, el que a veces a ti, no en mi caso por mi plano, el que a veces a ti te pueda invadir algún pequeño rol. Acuérdate que los roles del ego también se camuflan, quieren pasar desapercibidos. Te pueden acompañar un día entero y tú ni te has dado cuenta de que tenías un rol de ego. Se puede dar cuenta alguien que te observa. ¡Oh! Hay mucho para aprender todavía con ese tema, qué suerte que haya mucho para aprender, qué suerte que haya mucho para investigar, qué suerte que haya mucho por delante. Tú me lo entiendes, tú entiendes lo que yo quiero decir.

Hasta pronto.


Sesión 08/6/2007

Médium: Jorge Olguín

Interlocutor: Karina

Se habló de una vida en Méjico y se hicieron algunos comentarios de interés.


Sesión en MP3 (1.454 KB)

Karina: bienvenido, buenas noches.

Thetán: hola, me cuesta bastante elucubrar los altibajos que mi 10% puede tener. En esto hay un contrasentido, voy a abusar de mi receptáculo, el 10% encarnado de Johnakan para tratar de mostrar ese contrasentido. Mi 10% es un ser que se ha elevado muchísimo y gracias a su obra generosa, valiente, pero a su vez amplia de criterio, ha tenido el mérito de elevarme a mí espiritualmente, he subido de plano.

Karina: ¿esto ha sido en esta encarnación?

Thetán: sí, sí. Ha sido en este último tiempo y ha sido maravilloso.

Karina: ¿y por qué crees que tu 10% tiene esos altibajos, cómo lo ves tú?

Thetán: en mi plano quinto no poseo roles del ego pero si poseo engramas de una vida anterior. Es una vida anterior que quizás no tenga tanto drama pero tal vez el recorrerla me haga bien. Yo estaba en la zona de México, en lo que hoy es el Distrito Federal, estoy hablando hace ya cerca de dos siglos. Es una encarnación en la que viví poco tiempo, solamente 18 años. Me llamaba Juan Ignacio Guerrero, me decían de sobrenombre Juanpi. Era muy querido por todos, tenía muchos amigos a pesar de que yo era una persona muy introvertida y mis padres eran muy severos conmigo. Cuando yo nací tenía un hermano ya de mi edad actual de 18 años que murió en un accidente, eso es lo que me dijeron, pero yo sé que había facciones rivales de partidos políticos de esa época y después me enteré que lo habían matado en una emboscada, eso me enteré a mis 15 años de vida.

Ya mis padres eran no digo grandes, pero eran bastante, bastante de edad importante como para que mi madre haya quedado embarazada y sin embargo quedó embarazada de mí. O sea me llevaba 18 años con mi hermano el que falleció cuando yo nací. Y es como que a mí nunca me vieron como a un hijo, es como que siempre tomaron distancia conmigo y yo me sentía como no querido, me sentía como rechazado. Aparte yo tenía una amplitud de criterio tan grande, tan grande era mi amplitud de criterio... comprendía a mis amigos, tenía amigas que me querían mucho, era tan introvertido que hasta era tímido al punto tal de que nunca me pude involucrar afectivamente con ninguna joven. Había una joven, María Sol del Pilar, que era un ángel encarnado, y nunca tuve el coraje como para decirle lo que yo sentía, la admiración que yo sentía por ella, y finalmente Güido, que era un pretencioso descendiente de familia italiana, no sé si conquistó su corazón o ella al ver que yo no me acercaba se acercó a él. Me sentía solo en muchos aspectos porque mis amigos eran muy básicos, no llenaban...

Karina: tus expectativas.

Thetán: mis expectativas, mis diálogos, mis pensamientos, mis inquietudes... me gustaba mucho la astronomía a pesar de que en el siglo de que hablo no estaba tan avanzada y menos en la zona de México. Me interesaba estudiar las plantas curativas, me interesaba un montón de cosas pero no tenía con quien conversarlo. Mis padres eran unos fervientes católicos, por todo se santiguaban, alguien estornudaba y ya se santiguaban, ya hacían la señal de la cruz, pero eran tan duales, tan duales... para las fiestas mexicanas de San la muerte ellos participaban como el peor de los no creyentes. Por un lado no se perdían una sola misa y por el otro lado iban a las fiestas paganas por así llamarlo. No, no, no... era algo de sinrazón, no lo entendía. Me sentía muy, muy, muy sólo.

Karina: ¿y por qué falleciste en esa encarnación?

Thetán: tuve un problema pulmonar a los 16 años, es como que escupía sangre y no, no me interesaba tratarme. Tal vez el, como dicen en la iglesia ¿no? el pecado era no haberme querido, pero no sé hasta qué punto estaba apegado a esa vida. Pero no es que estuviera desapegado tipo como enseña el maestro Siddharta de estar desapegado de las cosas vanas. Yo estaba desapegado porque me despreciaba a mí mismo...

Karina: porque no tenías motivación y por qué no te apreciabas a ti mismo, no te valorabas, quizás.

Thetán: pero eso está mal porque la motivación no tiene que venir por uno ni por el aprecio de los demás ni por la aprobación de los otros. Tiene que venir por el interior de cada uno, pero eso yo no lo asimilaba en ese momento, eso yo no lo digería en ese momento.

Karina: te sentías como que no encajabas ahí.

Thetán: me sentía como que no encajaba, por supuesto. Cuando desencarné simplemente de curiosidad como espíritu puro me quedo como apegado al plano físico, mis amigos a los tres días me olvidaron, mis padres ya mayores hicieron una pequeña ceremonia y a los dos días estaban en otra cosa. Sentí como una congoja espiritual a pesar de que ya sabía que Juanpi era un rol. Pero bueno, uno se encariña con los roles, no sé si está mal eso, yo creo que no está mal. Una cosa es el apego por las cosas vanas que no tiene ningún sentido...

Karina: y otra cosa es el apego afectivo.

Thetán: y otra cosa es el apego afectivo que no está mal, el querer a un amigo, el querer a una familia... eso no está mal y lo sigo diciendo hoy como espíritu ya avanzado, plano quinto. En esos 18 años hice mucho bien, ayudé a muchos amigos a resolver sus problemas, orienté a otros, dos jóvenes amigas también que venían de Puebla, de una ciudad vecina, y... bueno, fui muy querido. Tal vez en ese momento lo que me restaba de ego era el que exigía que no me olvidaran.

Karina: es posible.

Thetán: porque si tú estás exenta de ego no tiene porque, no te importa, claro. No es fácil ese desapego, no es sencillo, no es sencillo. Tú te aquerencias con algo y obvio que te da gusto que te acepten, que te quieran, que te necesiten...

Karina: que te extrañen...

Thetán: pero por supuesto que sí, por supuesto que sí. La palabra humano en el plano físico le dan un significado distinto al contexto del diccionario. Humano es el que siente, el que ama, el que le duelen las cosas... y quizás yo no esté de acuerdo con esa frialdad de algunos maestros espirituales de no apegarse a nada, no sé si estoy de acuerdo del todo. Y lo digo hoy y me hago cargo de lo que digo como plano quinto, lo digo hoy, y lo pienso hoy, y lo estoy razonando hoy, y lo estoy conceptuando.

Karina: todos necesitamos dar y que nos den afecto, amor.

Thetán: mi querido Johnakan dice que el que necesita es el ego. OK, es cierto, el que necesita es el ego...

Karina: pero el amor nos alimenta.

Thetán: ¿y el orgullo sano? El orgullo de ver a un ser querido que de repente aprobó una materia, o de repente saber que tú estás compitiendo en un juego sano como el ajedrez y saber que has logrado una meta... aquí no estamos hablando de tonterías, estamos hablando de algo importante...

Karina: las metas personales forman parte de nosotros también.

Thetán: entonces seguramente me quedó un engrama de esa vida como Juan Ignacio donde no todo el mundo aprobaba mi manera de ser ni mi manera de pensar donde a veces pasaba inadvertido, hasta pasaba inadvertido por lo que eran mis padres biológicos. Y muchos de esos engramas inconscientemente, muy dentro, seguramente los arrastro en esta vida. Por eso quizás a veces soy tan meticuloso con mucha gente que conozco. Quería transmitir eso. Me siento muchísimo más aliviado y estoy seguro que ese engrama fue absolutamente borrado, porque lo conceptúo que fue borrado. Tengo una paz, un alivio, una calma, una luz que me rodea, tan linda, de un color blanco brillante con tintes naranjas, tan linda, tan linda, que me gustaría compartirla contigo, 10% de Kar-El. Es simplemente eso.

Karina: la luz blanca es seguramente que estás cerca, estás muy cerca de esa energía, ese amor del Padre.

Thetán: seguramente que sí, y le agradezco a Eón el que me permita ser bañado por esa luz.

Karina: te pido que confíes más en ti, que te quieras un poco más y bueno, fuerza porque eres un espíritu de luz que tiene mucho para dar.

Thetán: está bien, sigue estando en contacto conmigo por favor, no tú como 10% aunque también lo deseo, sino también tu 90% Kar-El que también esté en contacto conmigo.

Karina: mi thetán y yo estamos siempre muy unidos, tenemos una comunicación muy fluida.

Thetán: lo sé, lo sé.

Karina: así que siempre te voy a estar acompañando.

Thetán: por eso sé y lo conceptúo que tú eres un thetán operante 14, tienes el mismo nivel de Johnakan como thetán operante. Hasta todo momento.

Karina: hasta todo momento y toda la luz.

 


Sesión 27/6/2007

Médium: Jorge Olguín

Se relató una experiencia de crecimiento en forma de mensaje.


Sesión en MP3 (2.059 KB)

Es una alegría queridos hermanos estar de nuevo comunicado con vosotros, así como mi 10%, Daniel José, desinteresadamente busca crecer, yo como 90% desde mi plano buscó trascender, pero no trascender desde el ego si no trascender desde el servicio, desde la verdadera elevación.
Hace muchísimos años en Francia, en Nantes, lo que hoy es Nantes, tuve una vida donde yo mismo a fuerza espiritual pude cambiar ese rol que me carcomía por dentro. Mi nombre era Pierre Dubois, mi padre se llamaba Jean Dubois, mi madre Marie Perri. De joven fui muy, muy tímido. Mis amigos con floretes de madera vivían practicando esgrima, y yo era nada, pero nada diestro en ese tema, a pesar de que me gustaba muchísimo la esgrima. Me gustaba mucho presenciar a los grandes maestros pero me envolvía una tremenda timidez, yo creo que la falta de destreza era justamente por la timidez que me impedía sobresalir, porque cuando yo practicaba en mi cuarto tenía un gran, un gran espejo que devolvía mi imagen y veía ante mí movimientos satisfactorios, espadeaba contra mi propia imagen.
A medida que fui creciendo me costaba entender lo banal de algunos diálogos de mis compañeros, mis pensamientos eran mucho más sutiles. Entonces tenía sentimientos encontrados, o sea por un lado una tremenda baja estima como diciendo me gustaría ser como ellos, por otro lado un desprecio por el mundo que me rodeaba, no quiero para nada parecerme a mi entorno, soy autosuficiente. Y esos sentimientos encontrados me carcomían. Yo como rol encarnado no tenía ni el más mínimo conocimiento de roles del ego, de engramas, de todo lo que va pasando por la mente reactiva, cómo te va carcomiendo tu espíritu... Desconocía todo eso. Entonces pasaba de un sentimiento de culpa a un sentimiento de desprecio, a una tremenda baja estima, a un narcisismo que rozaba la pedantería, otra vez baja estima, por momentos decía nadie me acepta, soy distinto, para qué nací en este mundo, un mundo tan cordial, un mundo tan frío, tan distante, tan apático a veces, y por momentos con desprecio decía este mundo no es para mí, yo nací antes de tiempo, esto es una barbarie, sé que en el futuro las cosas van a cambiar, la filosofía va a crecer, vamos a ser todos espirituales.
Con mis padres, con mis padres no me llevaba. El oficio de él al igual que muchos de la época era armar e incluso remendar calzados largos, botas, suelas, cueros. Mi madre se dedicaba a costura, a hacer cosas de la casa, éramos una familia humilde. Mis padres eran religiosos católicos y si bien no eran para nada nobles porque la nobleza es la nobleza de espíritu, no nobleza de título, ellos estaban de acuerdo con las monarquías reinantes, como que se sentían protegidos. Yo siendo adolescente le dije muchas veces a mi padre, protegido en qué sentido, porque son muchos los impuestos que hay que pagar. Nos alcanza para un plato de caldo caliente, mientras en los palacios comen tremendos manjares. Obvio, en realidad mí no me atrae el satisfacerme de comida hasta explotar pero un ve el mundo que le rodea y a veces compara a la gente como ovejas que se dejan llevar, y que en lugar de esquilar la lana le esquilan los ahorros.
No tenía mucho trato con la gente. Entonces me propuse teniendo 17 años de cambiar a la gente, y dialogaba con la gente, y la gente no me soportaba porque yo trataba de imponer mis ideas.
Había un abad con el que un día dialogué más de dos horas y me decía el religioso:
- No está mal cambiar a la gente si es para beneficio de ellos, pero tal vez, tal vez debas cambiar, tu horizonte, tu mirada, tu punto de vista, no prejuzgar, tomar a la gente como lo que es pero no prejuzgar, no ponerles un rótulo...
Y yo le preguntaba
- Bien, y si cambió yo, qué.
- Si cambias tú tendrás otra mirada, no mires a la gente desde el prejuicio y no te mires a ti desde el prejuicio. Empecemos por ti, te conozco de pequeño. Si bien no hemos tenido muchos diálogos si he tenido diálogos con tu padre dentro de lo humilde qué es conceptualmente. Empecemos por ti. A veces sientes como que no encajas en este mundo.
- Es verdad.
- Pero que no encajas de ninguna de las dos maneras, porque por momentos te sientes como que el mundo te sobrepasa y por momentos sientes como que no cabes. Y las dos posturas son negativas porque ni eres poca cosa ni te creas grande en extremo, porque nadie es imprescindible.
- A ver, a ver, entonces como es esto, qué hago.
- Simplemente se. Ten la autoestima alta porque eso es correcto, tú vales, tú eres único como todos, y tienes la herramienta espiritual para hacer cosas, para brindar a los otros, sin imposiciones, sin presiones, y cuando la persona verdaderamente está interesada, no imponiendo. No mires a los demás como si fueran borregos y tampoco cuando te sientas pequeño los veas como dioses. Son seres humanos como tú, con sus debilidades, con sus discusiones, con sus miserias, miserias aun los que viven en palacio porque la miseria no tiene que ver solamente con lo material, tiene que ver con lo espiritual también. Hay mucha gente que tiene sus arcas llenas de oro y son absolutamente miserables. Tú tienes que tener el corazón lleno de oro, ese oro en forma de palabra para repartir, para poder tender una mano al otro, pero para eso debes estar bien tú, no puedes tender una mano al otro si tú te sientes pequeño.
- Y cómo paso de un extremo al otro.
- No, querido muchacho, no se trata de pasar de un extremo a otro, se trata de quererte. Tú te quieres, por ende quieres a los demás. A su vez yo tuve un gran maestro querido, que me decía que tenemos un yo interno que no es tan importante porque si lo alimentamos ese yo interno nos enferma.
- Pero cómo, ¿el yo interno no es el espíritu?
- Hay otro yo interno oculto, un yo interno muy pernicioso, que nos domina, que nos maneja, que nos dirige los pasos, que nos hace sentir pequeños, que nos hace sentir gigantes, y las dos cosas están mal.
- Ah, pero entonces cómo hago yo para apagar ese yo interno que tanto me molesta.
- No le prestes atención, ámate y ama a los demás. Se justo, se equilibrado. Trata de no figurar en todo lo que hagas, hazlo con amor, con desinterés, y verás cómo ese yo que te carcome desaparece.
- ¿Y a usted quién le enseñó todo eso?
- Un místico me lo enseñó, un místico español, un místico español que ya murió. Lo conocí cuando yo era pequeño y hace 25 años que ya no está en este mundo, pero me enseñó sobre el yo interno. Él le daba otros nombres a ese yo.
- ¿Y lo ayudó en algo? Yo lo veo como un ser común.
- Perdón pero no quiero ser hipócrita, es que soy un ser común, es que si tú te desprendes de ese yo vas a ser una persona sencilla. Pero yo soy feliz así como soy. La felicidad no pasa por vivir en un palacio, o atiborrarte de comida, o ser el mejor en esgrima, porque si el yo nos domina siempre vas a estar insatisfecho, vas a querer más. Porque ese marqués que tú señalas le gustaría ser el rey. Y ese rey que tú señalas le gustaría ser como esos grandes emperadores de la antigüedad. Y ese emperador está enfermo de insatisfacción porque conquistó un cuarto del planeta y quiere más, y cuando se dio cuenta ya se murió. ¿Y qué alcanzó? ¿La gloria? ¿Qué es la gloria? ¿La gloria no es que te recuerden con amor? Pero no para satisfacción de ese fuego interno que te domina, sino para satisfacción de tu espíritu que es el otro fuego, el fuego que no te quema, el fuego que te levanta. Si tú aprendes a dominar esa llama que te carcome veras como amarás naturalmente, te aceptarán y tú aceptarás.
Y a partir de ese día con las charlas que hemos tenido con el abad mi vida hizo un cambio, modifique mi estructura espiritual y crecí. Y hoy tengo otro tipo de avidez, avidez de ser útil, pero sana avidez, lejos de todo tipo de competencias con otros Maestros de Luz. Al contrario, estamos mancomunados, y como si tuviéramos manos conceptuales estamos todos tomados de la mano. Ese es el mensaje para mí 10% encarnado, Daniel José.
Gracias por permitirme esto, gracias.


Sesión 11/7/2007

Médium: Jorge Olguín

El thetán relató una vivencia que tuvo en el plano espiritual con el Maestro Jesús. Se habló de ver al Padre, del amor personal e impersonal, y de algunas circunstancias del Maestro Jesús cuando estaba encarnado.


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Aquí estoy comunicado con el plano físico, me siento con bastante, bastante armonía, me siento con bastante claridad en mi concepto, me siento con bastante fuerza interior. Los recuerdos en sí no molestan, lo que molestan son las emociones dolorosas, pero yo voy a hablar de una vivencia que tuve que fue ejemplar. Creo que es la primera vez que pasa porque no tengo noticias de que algo así haya pasado.

No estaba encarnado, era entre vidas, pero tenía unos deseos tremendos de contactarme con el logos, el Maestro Jesús, y en ese momento a nivel conceptual recibo un rayo dorado y el Maestro me dice conceptualmente, aquí estoy, envolviéndote en luz, dime qué deseas.

Tal vez lo mío sea un... un pedido algo extraño, raro para ti Maestro, no quiero encarnar ahora, todavía me faltan años terrenales para volver a encarnar, por lo menos hasta mitad del siglo XX no quiero encarnar y estamos a comienzos del siglo XX. Quiero como en una forma astral estar en un prado o en un bosque y que tú Maestro astralmente también estés conmigo. Quiero verte con ojos, quiero escucharte con oídos. ¿Se puede hacer?

Hermano, querido hermano, lo que tú me pides es... extraño obviamente, complicado, no, para lo espiritual no hay nada complicado. No vas a verme con ojos ni a escucharme con oídos si no encarnas, pero tu sensación será la misma.

Y en ese momento me vi con un cuerpo que yo sabía que no era real, y enfrente mío en una roca, sentado lo vi al Maestro, vestido con una ropa de color lino, con sandalias marrones, atrás vi un arroyo, pájaros, pero no había ningún animal grande ni nada que nos distraiga más que árboles, césped, algunas plantas menores, el agua, y entre las ramas que eran muy frondosas se podía distinguir así el azul del cielo. Era ficticio pero yo lo veía como real.

Maestro, ahora que te tengo aquí, quiero preguntarte cosas que no sé si la gente te preguntaría, la gente encarnada.

Sé lo que me vas a preguntar, pero dilo, porque te gusta preguntar.

Bueno, ante todo, si voy a conocer al Padre.

Pero al Padre ya lo conoces, lo tienes en mí, lo tienes en ti mismo, en todos los seres que has conocido cuando has encarnado, el Padre está en todos nosotros.

Si querido Maestro pero, esa luz que muchas veces me han dicho...

Pero esa luz la tienes, simplemente debes desprenderte de esa ceguera de lastres que te atan a los planos bajos.

Bueno Maestro, hablemos del amor entonces. Por qué todos nos hablan del amor impersonal y las veces que he encarnado lo he sentido como más fuerte al amor personal, por qué.

La respuesta querido hermano es que en el plano físico el amor personal es muy fuerte porque es un amor que necesita.

Pero Maestro, había un abad en una encarnación que tuve en Italia que era muy elevado espiritualmente, y tenía un hermano que tenía problemas con el alcohol y el hermano desencarnó por el alcohol, y este abad tan elevado se aferró con un amor personal a un cuerpo que ya no tenía su espíritu, ¿cómo Maestro si era tan elevado?

Es complicado el espíritu hermano, de todas maneras nadie dijo que el amor personal es negativo. Hay amores personales que son elevados porque son amores personales que pueden ayudar, son amores personales que pueden sanar, son amores personales que pueden sostener al otro, no está mal. El amor personal pasa a ser negativo cuando rompe el equilibrio, cuando trata de manipular, de poseer, de manejar a su antojo al otro, al depositario de ese amor personal. Pero un amor personal equilibrado donde se pide pero también se brinda, donde uno se apoya pero también hace de sostén, no es malo. Y es fuerte porque lo vives cuando estás encarnado.

En cambio el amor impersonal, ese amor que yo tanto respeto y brindo, es un amor más intangible, y son muy pocos los que en el plano físico están preparados, aún en el plano espiritual para brindarlo. Pero los dos amores son importantes porque los dos amores parten de mi Padre que también es el tuyo.

Bueno, un poco lo noto como clarificado el tema, y quisiera preguntarle, cuando estuvo encarnado Maestro y iba camino a la cruz, ¿usted lloraba?

Sí lloraba por aquellos que dejaba, por aquellos que no me entendieron, por aquellos que unos días atrás tiraban pétalos de rosas, eran los mismos que luego tomaban piedras para lastimarme el rostro. Lloro por ellos, por lo poco o nada que han aprendido, por lo que les costará en vidas futuras.

Y por último quisiera saber si es cierto que en el huerto de los olivos tenía temor.

Tuve muchas dudas, cuando Pedro me dice no esperemos el sanedrín, crucemos el río y vayamos para Damasco. Yo dudé, y me enojé conmigo mismo por haber dudado, y lo tomé de la pechera y le dije aléjate Satanás. Pero no se lo decía a Pedro, se lo decía a mi propio ego que me hacía dudar. Y claro que tenía miedo, porque conocía las costumbres romanas, pero necesitaba trascender. Quizás no para esos que cuando iba camino al gólgota se burlaban o lanzaban escupitajos, para las próximas generaciones porque los seres encarnados son tan débiles, tan débiles espiritualmente, que necesitan de símbolos para creer, necesitan, por su propio ego, y en ese momento yo no veía otra manera de trascender más que hacerme crucificar.

Bueno, me siento como cohibido por todo lo que me ha dicho y le agradezco Maestro por haber tenido esa atención para conmigo. Me siento muy pequeño comparado contigo.

No hermano, Dios nos ha creado a todos iguales. Podemos sentirnos más pequeños o más grandes de acuerdo a lo que hacemos, no de acuerdo a lo que nos creemos, sino de acuerdo a nuestras obras. Y tú estás en el camino, el espíritu no tiene tamaño, deja de sentirte pequeño en muchas cosas. Y gracias a ti por haberme convocado.

Y esa fue mi experiencia con el Maestro que en vida fue Jesús, y así lo seguimos llamando como espíritu por una cuestión de comodidad aunque otro sea su nombre conceptual como espíritu, y esto es lo que quería recordar para quedar en armonía, porque estoy en armonía. Gracias.


Sesión 30/7/2007

Médium: Jorge Olguín

El thetán relató una vida actual en un universo alterno donde la historia se ha desarrollado en forma muy distinta. Descargó algunos engramas.

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Aprovecho esta oportunidad para transmitir conceptos tanto a mi 10% encarnado como a todo aquel ser que necesite de mis palabras. Mi intención no es dar ningún discurso, mi intención es entender el sentido del universo, mi intención es entender por qué ocurren tantas cosas, y si verdaderamente tenemos el libre albedrío necesario para poder cumplir nuestra misión. Porque no es solamente la opción del 10% encarnado que elige un camino, que puede elevar o a hacer descender al 90%.

Lo que vosotros llamaríais rompecabezas o telaraña, yo lo llamo... je, paradoja, destino diverso, y voy a relatar una vivencia que todavía no ha terminado, una vivencia de mi 10% en esta vida. Voy a trasladarme a su decodificador e intentar que consciente o inconscientemente el 10% relate como si fuera yo, y así entenderéis a dónde quiero llegar.

Visualizo un mundo hermoso donde a pesar de las dos guerras en el mundo no se ha contaminado. Me duele el corazón de haber presenciado tanta destrucción, mis padres tuvieron que emigrar a América, a la nueva confederación de países centrales, Costabrava, Aidur y Miramar, porque si se hubieran quedado en el viejo continente, en lo que es la confederación europea, seguramente hubieran sido perseguidos por el régimen religioso. Yo estoy en el norte de la península ibérica, no comprometiéndome con ningún partido, pero después de las dos grandes revoluciones mundiales donde la confederación europea triunfó dejando a la confederación asiática prácticamente hecha cenizas y adquiriendo todo el poder mundial, porque la confederación de Norteamérica todavía se estaba reponiendo de la gran guerra de 1922, cuando hubo un cisma en la confederación europea y la confederación Norte atacó a Norteamérica. Mi pareja murió en mis brazos en la gran revuelta que hubo en el norte español con los países disidentes. Traté en ese momento de escapar con mi pareja para el naciente reino de Portugal, pero era imposible salvar las emboscadas que había en todo el camino.

No me gusta el trabajo que hago, estamos con el tema del deuterio tratando de lograr mejores combustibles, pero yo estoy en contra de todo lo que es lo totalitario. Apenas pueda tramitar una visa me voy para la América Central, a ese paraíso llamado Miramar. No sé cómo estarán mis padres, los teléfonos satelitales solamente los tienen cientos de personas. Tener una comunicación con los teléfonos es un lujo que no todo el mundo lo logra. No me siento conforme en este mundo tan poco igualitario. Detesto las guerras sin ningún sentido por apropiarse de territorios, sin contar los enormes terremotos que asolaron a los países orientales, como las islas de Kinam donde hubo miles y miles de muertos con los sismos. Siempre pensé que en lugar de gastar tanto caudal económico en armas lo hubieran invertido en viajes espaciales, poder lograr conocer nuestro satélite, o el cuarto planeta de nuestro sistema donde la vida se está extinguiendo. Ellos huyeron horrorizados cuando vieron las enormes batallas que acontecían en este mundo, y a pesar de su apariencia tan rara, la piel seca, amarronada verdosa, ojos saltones, por dentro eran unos seres tan espirituales y volvieron con sus naves a su mundo, rogándole al Supremo Creador de que por siglos no construyamos naves para no llevar las guerras al cuarto planeta.

Me siento como vacío, sin ambiciones. Tengo miedo que haya nuevas guerras que contaminen la América Central, Miramar, o Argento el país del sur que está poco colonizado. Hubo grandes seres en la antigüedad que nos han dejado una lección que no hemos sabido digerir, Cristoforo Colombo, que con sus dos naves, la Creadora y la Labradora, llegaron a lo que hoy se conoce como América saliendo del reino de Portugal, porque ni España ni Italia querían ponerse en gastos para solventar aventuras irrealizables, según ellos. Cristoforo Colombo hizo dos viajes, se estableció en la América Central y fundó Nueva Europa, nombre que duró menos de un siglo, luego se construyó allí la amada Miramar.

Si me quedan engramas, me quedan engramas de soledad, de ansias de no poder este... de no poder crecer en este mundo que me encierra, un mundo donde ni siquiera tenemos comunicaciones, un mundo donde hay mucha censura, un mundo de 6 mil millones de personas donde solamente son felices 32 millones, las que están en Miramar. Pero Miramar ya no da abasto, no tiene tanta superficie, y sus gobernantes están comenzando a segregar, por eso necesito la visa. Quiero reunirme de vuelta con mis padres, no sé si estarán vivos, ha muerto mi pareja.

Me encontré con mi amigo Tibor del imperio húngaro y le dije, estoy convencido que el año que viene ya podré viajar. Daniel, Daniel, me decía Tibor, sé que es bueno soñar pero proyecta realidades. Es una realidad para mí, Tibor, le dije, y espero poder lograrlo, espero poder hacerlo.

Amo este planeta Terra pero ¡no le veo futuro! (sollozo), no le veo ningún futuro, y no quiero seguir hablando.

Esto que acabáis de escuchar es el relato de mi otro 10% Daniel José, en un universo alterno a este donde este hermoso planeta también pasa sus vicisitudes. No puedo juzgar o prejuzgar si es mejor o peor que éste porque si me pusiera a pensar y a hacer comparaciones me dolería doblemente mi interior, porque quiero que sepáis que el dolor espiritual que te retuerce por dentro es tan o más grande que cualquier dolor físico. No quiero que me impidan crecer, quiero aferrarme al amor, solamente necesito que me dejen, y seguramente ese mundo, Terra, me ha traído muchos engramas, seguramente... (suspiro).


Sesión 23/8/2007

Médium: Jorge Olguín

Inicialmente dio un mensaje sobre el aprendizaje obtenido por las experiencias. Relató una vida en Zaragoza donde estaba bien, pero tuvo un amor que despertó en él un negativo rol de celos.

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Cada encarnación es un aprendizaje. Y si uno observa, si uno capta esa encarnación desde un punto de vista despersonalizado como decís vosotros en el plano físico, entenderéis que aún las vivencias de angustia traen gratificación. Diréis, pero es un contrasentido lo que pensáis, ¿cómo un dolor puede ser grato? Gratificación en el sentido de aprendizaje, y el propio maestro Johnakan, nuestro guía ha dicho que “en el plano físico, los exámenes para ser maestro terrenal se pagan con lágrimas”. Y es verdad, el amor personal en el plano físico, como lo he sentido en distintas encarnaciones, a veces por un cuestión subjetiva, trato de poner distancia, y no tiene que ver con el ego, si no no estaría en el plano quinto; tiene que ver con los distintos recuerdos de sufrimiento, donde puede haber algún engrama escondido. Y si es así, bueno, lo repasaré para desprenderlo, para que no me haga daño.

Muchas veces he sentido el amor como un tremendo dolor, porque los celos, la posesión, la dominación por el otro, el sufrimiento que da saber que de repente tienes una relación y esa relación puede estar en los brazos de otra persona, y te crea dentro una tremenda agonía. He pasado distintas vidas esa tremenda agonía de dolor, de éxtasis por momentos, de angustias, de bienaventuranzas, de éxtasis, de saborear la miel, y al poco tiempo me hundía en el fango, del oprobio, de la vergüenza, de la traición.

Había encarnado en la zona de lo que se conoce como Zaragoza, en la península Ibérica, Juan de Bastía era mi nombre. Siempre fui un mozalbete amoroso, amable, sincero, cordial, gentil, fiel con las amistades, generoso con los pobres. No era de familia rica, no tenía ningún título. Era un buen espadachín y había hecho algo de fortuna. Hasta que conocí a Rocío del Alba. Era una joven que venía de la zona de Cataluña y quedé prendado de sus ojos. Quedé prendado de su belleza, de su mirada. Había algo que me llamaba la atención y era su mirada inquieta, ¡peligrosa! Pero vosotros que podéis creer que lo sabéis todo, decidme cómo la polilla, la mariposa nocturna se quema con el sol de noche, ¿qué le atrae si sabe que el fuego le va a quemar sus alas? Cuando me deis esa explicación entonces yo sabré porqué me acerqué a Rocío.

Y me aceptó. Habrá quedado prendada de mí, de que era diestro en el arte de la esgrima, de que tenía muchas amistades… Pero a su vez ella era muy dada con los varones. Y aún, a ojos vista, coqueteaba con otros. Yo no podía andar clavando mi acero en el pecho de cada varón que se acercara, porque aparte no era mi manera de ser; jamás había causado ni siquiera una leve herida, ni siquiera en la academia. Al contrario, yo tenía empatía con la gente, quería a la gente, pero con Rocío era distinto.

Hay una canción del siglo veinte, muy posterior a esa encarnación, pero que la cito y dice: “...como mi amor no se mide, je, no sé si es mucho o es poco...”

Mi amor no se medía, yo no sabía si era mucho o era poco, sólo sé que me quemaba. Y sufría, porque había noches que ella me esquivaba, que decía que estaba cansada. Yo me la imaginaba en brazos de otro, jadeando, sudando, gimiendo… y mis retortijones estomacales me hacían ¡quebrar en dos! Era como si hubiera recibido una estocada de acero helado en el medio del vientre. A tal punto me quebraban los celos. Pero era cobarde en ese aspecto, cobarde por el miedo de perderla y entonces me callaba y no le decía nada. Y cuando estaba con ella la  besaba con furia, con odio. Y mientras estaba íntimamente… sujetaba mis manos que no aprieten su cuello, pero no podía vivir sin ella.

Pensé miles de cosas. Pensé en quitar su vida, de esa manera me curaba de esa enfermedad, pero ¿qué iba a hacer sin ella? Pensé en mudarnos a América, donde nadie nos conociera, pero no iba a cambiar su carácter. Pensé en espetarle las palabras al rostro diciéndole lo que yo pensaba, pero tenía miedo de su respuesta.

Olía sus ropas, tratando de percibir algún aroma de algún perfume de hombre. Vigilaba sus pasos, llegué a esconderme en la acera de enfrente de su balcón. Conversando con amigos, discretamente, pero cuando tocábamos el tema de ella bajaban la mirada y no decían nada. Aparte por vergüenza yo no preguntaba qué opinaban de Rocío y ellos por cortesía tampoco me decían. Solamente Pancho Quevedo, un gordito muy querido, bruto pero muy bueno, me decía: vosotros no sois compatibles, tú tienes una manera distinta, te tratas con la gente, pero de otra manera; ella busca obtener un rédito, tú brindas, ella pide; no tenéis nada en común. Pero Pancho, es más fuerte que mi sangre. Lo sé, pero va a acabar contigo. Fíjate que estás más demacrado, casi ni comes. Es que me arde el estómago, querido hermano.

Y pasaron meses así, sintiendo esa hiel en la garganta, ese retortijón en el estómago, ese palpitar en el pecho, las noches sin dormir, incluso cuando estaba con ella la tocaba y sentía como escalofríos. Porque cuando estaba mi cuerpo junto al suyo yo me preguntaba quién estuvo ayer, quién estará mañana.

Yo no era así, yo no era de esa manera. Mi carácter era distinto. Ella me lo ha transformado, y ella veía que yo era distinto. Pero el resto de dignidad que todavía no había perdido no me permitía estar encima. Entonces no le preguntaba nada.

-¿Te vas?

-Me voy.

-Bueno, nos vemos mañana si quieres.

Jamás la atosigaba, no me lo permitía. Era el resto de dignidad que tenía. Pero apenas cerraba la puerta y se marchaba, me derrumbaba. Tomaba mi acero y hacía unas fintas en el aire, como para descargar esa energía que me sobraba. Pero no servía de nada.

Ese amor no me gustaba. Ese amor yo no lo quería. No era el amor impersonal que tanto elogiaba, que tanto veneraba. Esto me consumía, me consumía por dentro. ¡Dios! Creo en otras vidas, no quiero sentir más eso. Prefiero estar distanciado, aunque sé que tampoco es vida, pero no permitas Dios que otra persona así se aparezca en mi camino. Yo sé lo que tú dirás, Padre, dirás que la elección es mía, dirás que tú me das libre albedrío, dirás que yo opté por ese sufrimiento. Y lo estoy respondiendo por ti. No sé qué hacer, me siento… me siento como perdido.

Seis meses después una mañana me levanto, viene Pancho con Luis Castaño, otro joven también de mi amistad y me dicen

-¿No te has enterado?

-¿Qué ha sucedido?

-Rocío y su familia se han mudado, así, de repente

-¿Y no han dicho su paradero, adónde iban? 

-Y ha dejado una carta para ti.

-Pero cómo ha sido tan… tan poco educada de no dármela a mí en persona, huyendo como las ratas cuando se hunde el barco.

Ambos bajaron la cabeza y me dejaron la misiva y se marcharon. En la misiva decía, hay aves que son para estar en jaula y hay aves que son para estar libre. Yo soy de la segunda y no me ato a nada, porque puedo dañarme yo o puedo dañar al otro. Si me despedía no quería pasar por una escena de celos o por un mal momento, o verte el rostro sufrido, no tiene sentido. Seguro que te va a hacer bien que me aleje de ti. Porque tú eres un animal de costumbres. Yo no, yo recorro las cumbres, me poso en una, y en otra.

No terminé de leer la carta, la rompí en mil pedazos… era tal la agonía. Pensé en clavarme el acero, pero no tenía sentido. Era tal mi ego, era tal mi masoquismo que digo no, necesito vivir este sufrimiento. Como si lo gozara, gozaba el sufrimiento, gozaba retorcerme, si me quitaba la vida qué. Es como que me daba placer ese dolor.

Me sumergí en alcohol, pero no hasta atontarme, no quería atontarme. De alguna manera es como que hacía rol de víctima, y a su vez tenía dignidad como para no dar pena a los demás. Entonces trataba de no estar tanto en la taberna, me encerraba más en mi casa. Pasó el tiempo, no sé si me curé de esa enfermedad, pero es como que no quería volver a encandilarme. Tal vez Dios me puso esa persona en mi camino para enseñarme algo, enseñarme que el amor emocional es absolutamente negativo y que no debo sentirlo.

He hecho catarsis. He logrado vencer esos roles del ego. He logrado llegar a un plano maestro. He logrado como espíritu llegar al plano de luz, y mi 10% actual ha revertido ese síntoma. Pero no me siento equilibrado como espíritu, porque tal vez inconscientemente le transmita a mi 10% el riesgo de encandilarse, y mi 10% sin quererlo, sin saberlo, sin digerirlo, sin entenderlo evite el sumergirse en el agua helada. Como thetán no debo forzar ninguna situación y he avanzado un paso gigantesco al haber desprendido los engramas de esa vida que tanto me quemaba, que ahora por fin era tiempo de tocarla y no antes.

¡Haa! ¡Qué alivio! ¡Qué alivio! Me siento flotar en la luz.

Amo a mi guía por conducirme y por contenerme y por darme todo lo que me da.

Gracias.


Sesión 13/9/2007

Médium: Jorge Olguín

El thetán relató una vida en Aldebarán IV, donde era un trovador y trabajaba con hierbas. Se creo diversos engramas en su primera relación al abandonarle su pareja por un guerrero. El guerrero acabó despreciando a la mujer y esta intentó volver pero fue rechazada. Cambió de lugar de residencia y consiguió ayudar a mucha gente con las hierbas, aunque no superó su miedo a las relaciones.

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            Entidad: Hay una vida que tenía que haber tocado tiempo atrás pero quizá por una cuestión de un resto de engramas que podían llegar a resaltar nuevamente roles del ego, evité tocar. Dejo en claro que cuando mi rol en esa encarnación aflora sus emociones no significa que yo como espíritu también las aflore, simplemente repaso esa vivencia.

Hay varios de este mundo llamado Sol III que hemos encarnado en Aldebarán 4. Aldebarán 4 es un mundo que gira absolutamente lejos de una gigantesca estrella y en el cual sus habitantes se han mantenido en una eterna edad antigua similar a la que fue la del planeta Sol III.

Mi nombre en esa vida era Carovelius y era amante de las plantas. Me gustaban las plantas curativas. Desde pequeño aprendí -con lo que en la Tierra llamaríais Chamán- a trabajar en las plantas y a montar en los hoyumans, animales muy muy similares a los caballos terrestres.

Mi padre era labrador, pacífico, en lo que sería la región central del planeta y yo era trovador, me gustaba tocar la flauta, me gustaba actuar en teatro, me gustaba trabajar con pócimas y me gustaba montar en hoyuman.

Al equivalente de dieciocho años terrestres conocí a una joven llamada Siria y ella me llamaba por la segunda parte del nombre; me decía Velius, y yo mirándome en las aguas de los arroyos no me veía tan hermoso como ella me decía pero quedé encandilado de su belleza y ella sí verdaderamente podía decir que era bella; quizás algo ruda, algo fornida para lo que era mi gusto por las féminas. Y estuvimos saliendo, nos involucramos finalmente y recién al año y fue por ella y no por mí, llegamos a intimar.

Y sucedió algo extraño. ¿Por qué ella que durante todo ese lapso me admiraba y yo es como que estaba con un poco de temor en su acercamiento luego que estuvimos esa noche juntos hubo una transformación en los dos? Yo me sentía como extasiado, como que había cruzado una barrera, como que era algo nuevo para mí, como que era una experimentación distinta; la piel, los besos, los abrazos y llegar a un clímax dentro de ella fue para mí algo grandioso.
Pero su razón no expresaba lo mismo y no era una fémina hipócrita; me decía directamente: “Velius, te has comportado como que parecías sin vida encima mío, no te expresabas, no nada, te veía como demasiado suave”. Y le respondí: “Pero no, no es así; yo gozaba acariciándote el rostro, besándote suavemente, respetándote como lo que eres, una dama”.
-“El respeto se termina cuando hay intimidad y yo no quería caricias delicadas, yo quería tu fortaleza que dudo que la tengas”.
Me mortificó mucho y seguramente me causó muchos engramas -que en aquel entonces obviamente desconocía el término, la palabra, todo- pero seguimos saliendo.

En el norte se corría la voz de las andanzas de un famoso guerrero que incluso llego a conquistar otra tierra dentro del mundo, lo que en Sol III se llamaría otro continente y uno de sus lugartenientes llegó hasta la región central acompañado de varios hombres, Lambrusi se llamaba, era un guerrero gigantesco, por lo menos media cabeza más alta que yo pero mucho más pesado.
Era una de las tardes que estábamos en la taberna con Siria y vi en la mirada de ella admiración, deslumbramiento, como que se quedó sin aliento cuando vió al bruto guerrero. Prefiero evitar los detalles de los gestos, de las señas; sólo puedo decir que sin ningún tipo de piedad, sin ningún tipo de lástima me dejó de lado. Al contrario; en su bestialidad –porque creo que eran tal para cual los dos- ella me dijo: “Me voy con un hombre, no con una figura”.

No sé si yo estaba enamorado o confundido o creía estarlo o es porque con ella era la única que había experimentado esa intimidad pero por las noches no podía dormir en mi cama de paja sabiendo que ella estaba en los brazos de otra persona y sentía como un rencor tremendo porque intuía como que a ella le gustaba el maltrato, los golpes, los tirones de cabello, las posturas... No me hace bien vivenciar eso.

Tres de los meses terrestres estuvo en la región central este guerrero antes de volver hacia el norte con distintos jardos, con legumbres, con vegetales y con algunos animales, que los llevaba vivos, muy similares a los cabritos terrestres. Cuando Siria le dijo de acompañarlo, él montado en sus hoyumans, con el pié izquierdo y con su bota sucia le tocó el pecho y la empujó y la tiró a tierra.
- “Nadie te ha dicho, mujer, que preciso compañía. En el norte tengo las que quiero”.
Y cuando ella amagó con atacarlo él sacó su espada y la amenazó: “Mujer, a cientos de enemigos les he cortado la cabeza, no hagas que te la corte a ti”. Y espoleando al hoyuman marchó con el resto de los guerreros.

Durante seis días no la vi a ella. Al séptimo se acercó de nuevo a mí: “Estaba equivocada. Tú eres lo que yo busco, noble, confiable”. Podría haberle dicho mil cosas, todo el odio que sentía, el rencor, el desprecio, el asco, todo, pero no lo hice, aunque tampoco la acepté. Le dije que me sentía con mucho temor de iniciar de nuevo la relación, que me disculpara… ¡Yo pidiéndole disculpas a ella! Pero que no, no tenía sentido.

Al verla tan derrotada mi amor se transformó en lástima pero en este momento no se me movía nada por ella, absolutamente nada. Pero me quedaron temores ocultos, lo que hoy llamaríamos engramas, emociones dolorosas de abandono, de soledad, de sentirme poca cosa, de no poder llegar a hacerla temblar como seguramente le hacía temblar ese bruto del norte y por el otro lado el ego que en ese momento sí me poseía; me hacía sentir superior al guerrero, superior a ella porque pensaba que manejar una espada y matar gente no te hacía superior a nadie. La superioridad se basaba en el respeto, no en la violencia. Pero no lo entendí durante toda esa vida en Aldebarán 4.

Cambié de región, me fui más para el este. Me establecí allí lejos de todo. No digo que me volví un ermitaño pero me especialicé en trabajar con las hierbas y me puse un apodo: Rebón, que en la jerga de esa localidad significaba ‘el que trabaja con hierbas’, Rebón. Velius ya no existía.

Ayudé a mucha gente. Me ayudaba mucho que, al igual que en la zona anterior, esa zona central también era pacífica, las batallas más bien se hacían en la zona norte, tanto en un continente como en el otro. Y fue una vida bastante bastante tranquila donde logré sanar a mucha gente pero con goce de mi parte.

Me hice de muchos amigos pero no pude en toda esa encarnación lograr vencer el miedo de estar en una relación de pareja a pesar de que había una joven, Manán, delgada, de cabello claro que me miraba con ojos de deseo, seguramente. La dejé pasar y se comprometió con un granjero tosco y por un momento sentí odio; podía haberme esperado. Pero de hecho lo hizo, dos de los años terrestres, hasta que se dio cuenta de que no iba a conseguir nada de mí.

Y me sentí menospreciado por mí propio ser, con muy baja estima, incapaz de jugarme y por otro lado orgulloso de sanar a cientos de personas que acudían a mí por distintas hierbas. Era una contradicción viviente.

Y a los cuarenta y cuatro años terrestres desencarné, hablo de años terrestres porque los años de Aldebarán eran mucho más largos por la gran distancia del planeta con su Sol.

Logré, de alguna manera, vencer ese reparo que tenía en contra de mí mismo y cuando desencarné mi espíritu se sintió tranquilo entendiendo que lo positivo triunfó sobre lo negativo. Si bien tenía un descrédito para mí mismo en mi forma de vida tan apartada de lo que era la felicidad; fui feliz en lo impersonal y en haber podido ayudar gente. Y si bien en vida no logré vencer los temores, los repasé más de una vez buscando que la emoción dolorosa desaparezca y sólo quede el recuerdo. Sólo el recuerdo.

 


Sesión 19/9/2007

Médium: Jorge Olguín

El thetán relató una vida en Andorra donde su familia era de campesinos. Vivía feliz, era algo soñador. Un día se le presentó una entidad para espolearlo a por ejemplo comprometerse a explicar a la gente conceptos para ayudarles a evolucionar. Recordó que había un sr. que curaba con hierbas y fue a ayudarlo. Esa vida transcurrió sin incidentes de importancia y consiguió ayudar a mucha gente.

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            Entidad: ¡Wow! Estar nuevamente comunicado, estar nuevamente en este plano.

¿Teníais idea de que muchos siglos atrás encarné en la misma tierra que estoy encarnado ahora? Hay un río, Valira, y yo estaba en una pequeña aldea llamada Soldeu. Me sentía feliz, contento y lo más importante, con ganas de vivir, con muchas ganas de vivir.

Cultivaba la tierra. A diferencia de otras vidas tenía muchísima familia. Éramos seis hermanos: tres varones y tres mujeres.

Mi nombre era Màxim, Màxim de la Cort. Era un soñador. Miraba el cielo y mientras todos hablaban de ángeles en las nubes yo decía: “No, no, no, no, no, no, no, no; esto es algo perceptible como el viento, como el calor del Sol, lo que yo visualizo va mucho más allá, yo visualizo una paz tremenda. Visualizo figuras que solamente con saber que están ya se contactan. Visualizo entidades sabias con una memoria tan grande…

No fui religioso. Toda la familia era católica. Yo no era religioso si bien respetaba y llevaba una cruz conmigo. Iba con mi familia todos los domingos al templo pero en función de costumbre. Mis hermanas mujeres eran más creyentes, religiosas, feligreses con todas las letras, mis dos hermanos varones no; creo que incluso se tomaban la religión en broma. Yo no la tomaba en broma, yo directamente no le daba la importancia debida porque creía que me podía comunicar con Dios al pié de los Pirineos.

Me acuerdo una tarde de julio, el radiante Sol me daba en el rostro. Yo estaba al pié de la montaña solo, completamente solo, paseando, respirando el aire. Me recuesto y una pequeña roca me hace de almohada y quedo semidormido. En ese momento se me aparece una figura y me dice:

-¿Cuál es tu proyecto de vida?

-Mi proyecto de vida es disfrutar, trabajar, ser feliz, el día de mañana formar una familia como la han formado mis padres, tener amistades, hacer favores…

-Me parece muy bien porque al fin y al cabo estás siendo útil a otros y eso es lo que se busca.

-Sí, y no entiendo entonces lo de proyecto de vida.

-Bueno, todos, cuando estamos en el plano terrenal tenemos que tener proyectos de vida.

-Pero yo tengo un proyecto de vida, amo lo que hago, amo a mi familia, soy feliz lejos de todo lo negativo…

-¿Pero te sientes comprometido?

-Bueno, este… sí. Sí en el sentido de que me da mucho dolor ver la pobreza, que en otras regiones hay guerras… Pero, a ver si me entiendes; con poner el pecho a las balas no voy a solucionar el problema de nadie ni a parar una guerra.

-Claro que no, nadie dice eso, querido hermano, yo simplemente estoy diciendo que el proyecto de vida pasa por dialogar con aquellos que puedan prestar el oído y hacerles entender que no basta con ir a una misa y abrir una Biblia, que la costumbre no deja de ser perniciosa porque la transformamos en autómatas. Hay muchos religiosos que son los autómatas de los domingos: se levantan, se arreglan, se ponen lociones francesas y se juntan en la iglesia a platicar con otros como si se encontraran en un club de París a hablar de política.

-Entiendo lo que me dices pero la gente es muy dogmática, por así decirlo, y todo lo que yo pueda decir va a caer en oídos sordos.

-Seguramente que sí pero de diez, con que uno te preste atención, ya es suficiente. Eso no te impide ser feliz ni seguir con tus tareas ni formar una familia ni amar a los tuyos ni ayudar a los otros; puedes hacer todo lo que estás haciendo ahora y algo más.

-Ahora que recuerdo, en otro pueblo al sur siguiendo el sendero del río había un señor, Monparteu, que no solamente predicaba sino que también sabía de plantas que llegaban a sanar la parte estomacal; todo lo que es la digestión lenta, los vómitos, y en las pocas veces que lo he visto siempre me ha dicho que lo ayude y que él, a cambio, me iba a enseñar su oficio, porque yo estaba destinado a poder ayudar a otros con esas hierbas sanadoras también, pero estaba tan ciego con esta supuesta felicidad que no fui más.

-Bueno, tú mismo lo has dicho, has dejado de lado el compromiso para dedicarte a gozar. ¿Acaso no sabes que uno puede estar comprometido en un proyecto y no perder la idea del gozo y seguramente a ese hombre le hubieras sido de mucha utilidad?

            -Bueno, no hace tanto que no lo veo, hará ocho meses. Me gustaría ir aunque sea una vez por semana, a estar el día con él, ayudarlo y que me enseñe. Era una perspectiva que no tenía en cuenta, gracias por hacérmelo ver, de alguna manera, ¿no?, porque si no fuera por esta conversación hubiera seguido en mi superflua felicidad.

¿Cómo te llamas?

            -Mi nombre es Inam-El.

            -¿Y de dónde vienes? Te veo con un ropaje raro, con ese cabello raro, no sé, no eres de aquí, es una vestimenta más bien como de religioso.

            -No. No soy un religioso. Soy otra cosa. Pero no me interesa ser, me interesa trascender en función de que trasciendan los otros. Si no es en función de trascender no tiene sentido ser, pero tampoco tiene sentido trascender si no hacemos que otros trasciendan.

            -Hablas complicado.

            En ese momento sentí como un adormecimiento y me desperté en la roca. Me erguí rápidamente y miré para todos lados y no había nada, nadie. ¿Había sido un sueño? ¿Una visión? ¿Inam-El sería un ángel? Pero mi percepción de los ángeles era distinta, eran como luces, como sonido, como aroma dulzón; lo vi con forma humana, alto, esbelto, un mozalbete, ¿o es lo que yo quise ver?

            Sólo puedo decir que semana tras semana me fui a la otra aldea más al sur a ayudar a ese maestro con las hierbas y a aprender su técnica.

            No dejé de confraternizar con los míos. Mi familia, muy abierta, no me decía nada que yo viajara todas las semanas. Mis hermanos obviamente tenían otra forma de pensar y mis hermanas peor: fuera de su religión todo lo demás era demoníaco.

            Y pude ayudar a mucha gente. Y no sé si ese fue mi proyecto de vida en esa encarnación, sólo puedo decir que ayudé mucho y seguramente en esa encarnación donde no tuve engramas, donde mis roles del ego eran muy pequeños, creo que logré subir de nivel de vibración. Y tengo muy buen recuerdo porque no todas las vivencias son negativas gracias a Dios.

 


Sesión 21/11/2007

Médium: Jorge Olguín

El thetán contó una vida en Hungría en el siglo IX. Vivió feliz hasta los 18 años, en compañía de un gran amigo. Empezó una guerra que duró unos meses, donde se vieron obligados a escapar y luchar. Cuando terminó la guerra su amigo había desaparecido. Pudo establecerse y tener hijos. Al pasar unos años reencontró al amigo pero este había perdido su memoria, su amor y felicidad. El thetán expresó sentir el pesar de haber perdido un amigo que todavía estaba presente.

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Entidad: Hay distintos tipos de amores personales y a veces se llora más la ausencia cuando la persona está presente, a veces se llora más una pérdida cuando tienes a la persona cerca.

Vivo –como entidad espiritual- tratando de ser útil y la mejor manera de ser útil es aprender con mi guía Johnakan o con los grandes Maestros de Luz. Y aprender, incorporar conocimiento para poder vencer, a veces, esos engramas que te causan una emoción tan grande que corres el riesgo de que te invada el ego y uno se densifique como entidad espiritual.

Tenemos muchas cosas en común con mi 10% Daniel pero yo tengo la diferencia –no puedo decir ventaja o desventaja- de que tengo mi memoria intacta. Y mi memoria me hace ver, me hace notar las pérdidas que he sufrido.

Cuentan que mi familia vino de las estepas de Asia; eran los llamados magiares del Asia occidental. La leyenda dice que cuando los emperadores bizantinos los empujaron a atacar a los búlgaros, éstos, a su vez, se juntaron con otro pueblo -llamados los pequeneques- para atacar a los magiares.

Los antecesores nuestros huyeron a las planicies de Hungría y parte de Rumania, que es donde están establecidos hasta el día de hoy. Magiares es como se conoce a los húngaros.

Mi nombre era Tíbor en esa encarnación a finales del siglo IX. Pero si muchos hablaban de que si los magiares eran hordas peligrosas ni qué hablar de los llamados hombres del norte –northmen- de Escandinavia, que vosotros en este presente los conocéis más como vikingos.

Tenía un amigo íntimo muy querido que se llamaba Vlad. Era un ser que vivía pendiente de los demás, amoroso, contrario a toda violencia, contrario a toda guerra. Vivimos nuestros primeros dieciocho años de vida en sana armonía, en paz, hasta que finalmente vino la gran guerra.

No es mi misión en esta sesión dar una cátedra de historia porque no es para lo que he sido contactado. Quiero revertir un engrama muy duro, un engrama muy difícil, un engrama que, como dije, se trata de extrañar aún en la presencia.

Fuimos obligados, por nuestra corta edad, en ir a la guerra, a lo que tanto Vlad como yo despreciábamos por completo. Sentía como que no tenía nada que ver con lo que nosotros hacíamos, pues era algo tremendo. Yo me acuerdo que jugábamos en los pequeños bosques a orillas del río Tisza, cerca de la ciudad de Szentes o, como le dicen los extranjeros, Centes, en vuestro idioma castellano.

Vivíamos felices hasta que de la parte este vinieron tremendas hordas que tomaron distintas aldeas: Czecza, Mojak, Kigujalan, Czelez, Bak, Czionczios, Karkac, etc., provocando incendios, violaciones, llevándose mujeres para su sangrienta aldea.

Fuimos escapando hacia el sudeste. Llegamos hasta un pequeño pueblito llamado Oroshasha, casi cercano a lo que hoy se conoce como Rumania. En aquel entonces toda esa tierra era magiar. Ocho meses estuvimos enfrentados en batalla.

Lo que menos importa en una guerra es quien tiene la razón porque muertos hay de los dos lados, dolor hay de los dos lados, sangre hay de los dos lados, pérdidas hay de los dos lados, huérfanos hay de los dos lados, viudas hay de los dos lados, rehenes, esclavos hay de los dos lados. El instinto nos decía que teníamos que sobrevivir. Ocho tremendos meses hasta que las hordas se retiraron hacia el noroeste, retrocediendo hasta lo que hoy es Austria y luego hacia el norte.

Volví a Szentes y prácticamente no quedaba nada. Con mis padres ya mayores y dos hermanas que pudieron salvarse de haber sido tomadas como esclavas fuimos a Szeged, a pocos kilómetros de lo que hoy es la frontera con Serbia. En aquel entonces eso no existía.

Estuve meses para reponerme de las heridas emocionales y de la pérdida que había significado el no encontrar ni siquiera los restos de Vlad. Nunca supe qué pasó con él durante bastante tiempo.

Reinó la paz -de vuelta- en la aldea. Volví a rehacer mi vida. Conocí a una joven, Yora, con la cual formé una familia, pero evitaba tener nuevos amigos por miedo a las pérdidas.

Cuatro años pasaron. Ya tenía un niño de dos y un bebé recién nacido cuando una figura con una tupida barba llega a Szeged. Lo miro y no lo podía creer: era Vlad.

-¡Vlad!

Me mira.

–¡Soy Tíbor! ¡Tíbor!

Me mira.

-¿Tíbor? Hola, Tíbor.

-Vlad.

Lo abrazo con toda mi fuerza. Se ríe con una risa, como sin vida, y…

-¿Nos conocemos?

-¿Dónde has estado?

-¡Oh! He estado en distintos pueblos en el sur, he conocido lugares hermosos. Sé que en el norte se batalla, me han dicho, pero por suerte nunca he participado de esos actos de violencia extrema.

-Vlad, estuvimos ocho meses luchando juntos hace cuatro años atrás contra los nórdicos, los northmen…

-No, yo estuve en Salal. Luego me fui al sur, a un lugar que se conoce como Deva, a orillas del río Murez.

-¿Y con quién has estado?

-Con amigos: Brazó, Ñant. Amigos que me han enseñado a trabajar el cuero. ¿Pero es cierto que nos conocemos de antes? ¿Tíbor te llamas?

-Sí. Presumo que habrás quedado malherido en aquella batalla y tu memoria se habrá borrado. ¿Y cómo es que has venido, Vlad, a parar aquí a este pueblo, entonces?

-Porque ando sin rumbo, como los zingar, de un lado a otro, sin compromiso, sin involucrarme en nada.

-Pero, Vlad, tu punto era justamente el compromiso, el brindarte a los demás. Si bien siempre has odiado la violencia pero tenías compromiso por el dolor.

-No sé de qué hablas, Tíbor o como te llames, pero no quiero involucrarme en nada que afecte a mi tranquilidad y si es molesto para ti, déjame.

Se quedó en el poblado unos días más y partió para el norte, para un lugar llamado Karey. No lo vi nunca más. Sabía que no había muerto pero no era el Vlad que yo conocí. Es como que el Creador me había cambiado a mi amigo dándome un extraño a cambio. No puedo culparlo, obviamente, porque debe haber sufrido muchísimo -nos separamos en la batalla-. Yo estuve meses luego para reponerme y, sin hacer comparaciones, por lo menos mi rol como Tíbor era mucho más fuerte que su rol como Vlad. Tal vez la pérdida de memoria no fue por un golpe sino por una emoción engrámica. La idea era justamente expresar mi dolor en esta sesión, por eso yo decía que es mucho más difícil llorar a alguien cuando está presente y que es como que no estuviera, cuando miras a alguien y ese alguien no te ve, no te reconoce, cuando la persona a la que tú amabas con gran amistad desconoce quién eres.

No por eso dejé de amar su esencia, y estoy sanamente orgulloso de ello. Pero a veces pienso que la vida física es tan injusta porque aparte de Vlad he tenido muchas pérdidas materiales y también he visto otros seres malignos, hostiles, manipuladores que han tenido una larga vida física. Gente que, con todo respeto, uno decía: “¿Cuándo se va?”.

Me hace muy bien repasar esta vivencia como magiar porque no podemos decir “los magiar eran bárbaros y el resto de los europeos era bueno”. Ya lo dije antes que en las guerras todos son bárbaros y las guerras nunca son justas porque la guerra no puede, no debe tener motivos de hacerse. La mente afiebrada de aquellos generales que provocan las guerras son las injustas.

Me siento feliz por haber encarnado en el siglo XX, por estar ahora en el siglo XXI, y sé que mi 10% Daniel tiene una doble tarea: la material, la cotidiana -que es necesaria- y la espiritual -que no es necesaria sino optativa, se elige con el interior-. Mi 10% ha elegido con el corazón como yo elegí con el corazón cuando amé a ese amigo y que, dentro de todo, Dios me recompensó formando luego una familia, hijos y llevando siempre en mi pecho el recuerdo de Vlad. Es todo lo que quería decir.

Gracias a este receptáculo, a Johnakan, mi guía, y a mi 10% Daniel por la fortaleza que él mismo desconoce que tiene, pero que la tiene.

Gracias.


Sesión 16/1/2008

Médium: Jorge Olguín

El thetán habló del ego en el plano físico, donde la gente se muestra como es. Relató una vida en Cuzco donde trabajaba con plantas curativas, aunque con cuidado porque los españoles llevaban preso con facilidad a quien saliese de sus parámetros. Al pasar varios años hubo una amplia revuelta en otro sitio que se extendió hasta la ciudad y marchó a otro sitio, donde dejó su vocación y tampoco se cuidó físicamente y no tuvo ninguna relación por baja estima, muriendo joven por no cuidar su salud. Se generó engramas de soledad, incomprensión, etc. aunque había conseguido ayudar a mucha gente. Recalcó la importancia de sacarle el jugo a la vida, para crecer en beneficio de los demás. Es fácil implantarse engramas y difícil quitárselos. Finalmente dio algún consejo para el 10%.

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Entidad: En un mundo donde el ego prima, en un mundo en donde el ego provoca pasiones, desengaños, mentiras, en un mundo donde el ego es causa de luchas, de cegueras, de cegueras de entendimiento a veces uno encarna para tratar de entender los porqués. Porque en el plano espiritual, en el universo suprafísico donde moramos, también hay distintas vibraciones: hay un plano 2 donde hay una crueldad tremenda; un plano 3 donde, si bien es un plano del error, hay espíritus que dudan, hay espíritus que quieren ser útiles, hay espíritus que todavía tienen cierta mezquindad.  Pero en el plano físico es donde se saca a relucir todo eso, en el plano físico es donde se muestra como es cada persona, en el plano físico es donde se sufren las vivencias, en el plano físico es donde recogemos la mayor cantidad de engramas por emociones dolorosas, por dolores físicos.

En cuántas vidas queremos encarnar para aprender determinadas lecciones de karmas que arrastramos y a veces desencarnamos con más karmas todavía porque nos invade la ceguera conceptual.

Tuve una vida en Cuzco, Perú, una vida bastante bastante conflictiva. Me llamaba Teófilo, Teófilo Vera. Me gustaba mucho –gracias a un maestro que tuve, que vivía cerca del Uritorco y que se llamaba Ibáñez-el trabajar con plantas, con infusiones, infusiones curativas, más que nada porque yo era una persona que tendía a la obesidad. ¿A quién no le ha pasado en el plano físico que cuando tiene un problema físico investiga sobre el mismo y busca cómo erradicar ese problema? Y debido a esa tendencia de obesidad desde los ocho años ya pesaba como si fuera un niño de catorce. Gracias a esta persona –Ibáñez- me dediqué a estudiar todo el efecto terapéutico de las distintas hierbas, las que verdaderamente cumplían una sanación y las que directamente eran lo que vosotros llamaríais efecto placebo y no hacían nada.

El maestro me decía: - “Teófilo, cuando tú tengas quince años vas a ser tan experto como yo ahora que tengo cuarenta”.

Cuando cumplí quince el maestro hacía un año que había fallecido. Lo recordaba con cariño. Le tenía casi tanto cariño como a mis propios padres. Mis padres, dentro de todo, eran permisivos porque yo no hubiera podido trabajar en el tema de hierbas. Aparte, me hice muy conocido en el poblado porque venían generalmente señoras mayores. Los varones no tanto porque los varones no creían tanto. Tenía muy pocos consultantes varones, generalmente los que tenían problemas de cojera o varices pero la mayoría eran mujeres. Las mujeres venían por todo: estornudaban y ya querían una hierba para el estornudo; les lloraba la vista y ya querían una hierba. Y había que tener mucho cuidado porque yo también recomendaba para hacerse lavaje de ojos. No era sencillo. Veníamos de una época donde cuando la persona tenía presión le hacían sangría -le pinchaban y le sacaban sangre- y con eso pensaban que se mejoraba. Veníamos de una época muy ignorante. Yo también era ignorante, pues no conocía nada de medicina, pero puedo asegurar que muchísima gente salió adelante con el tema de las hierbas.

Pero el problema fue con los españoles, porque le ha pasado a muchos, tanto en Perú, como en Colombia o Méjico. En Méjico ni hablar. Nos decían los curanderitos y no podíamos estar cerca de una guarnición porque los soldados nos corrían o directamente nos prendían y nos ponían en el calabozo o directamente nos ataban en el pueblo para que nos miren y se rían de nosotros. La gente era muy mala. Cuando Ibáñez vivía me contó que él había sido aprehendido por unos españoles tiempo atrás y había sido atado en el pueblo y la gente le tiraba fruta podrida y se burlaba de él. Eran los chicos, principalmente, pero los chicos porque se copiaban de los grandes. Mucha de esa gente que le tiraba fruta podrida había sido curada por este maestro. La gente es mala, la gente tiene el espíritu torcido, tiene el espíritu podrido más podrido que las frutas que le tiraban.

Entonces, con la experiencia del maestro yo aprendí a ser mesurado. Tenía trato con muchos soldados de la guarnición.

-¿Y tú que haces?

-No, nada. A veces preparo hierbas digestivas para el estómago.

-Pero me han dicho que recibes gente.

-No. Tengo algunos primos y primas que vienen a consultar pero yo no cobro; yo trabajo en el campo.

Y no me molestaban. Pero a veces venía gente que yo no conocía a atenderse y yo digo “éstos son mandados”, aparte por la forma de hablar.

-Tengo un problema. Me duele la parte del corazón. Necesito algo que me cure.

-¡Ah! No sé. En el pueblo tiene que haber algún profesional de la salud que se ocupe. Yo de eso no entiendo.

-Pero, mire, que tengo acá dinero.

-No. Yo trabajo de cosas en el campo.

Y por ahí me perdía un consultante, pero yo no sabía si era un infiltrado, un mandado para después llevarme preso. Entonces no lo atendía.

Y hasta los veinte años estuve con eso. A los veinte años ya directamente hubo una revuelta que vino de Lima, hubo una gran pelea con los españoles. Mi padre, a todo esto, estaba muy mal de salud y él no se quería ir. Y yo le dije: - “Me voy a ir para el norte porque esto no da para más; está muy inestable”.

Así que a los veinte años me fui. Me fui para el norte, para el lado del océano Pacífico, a trabajar en una posada lavando copas. Dejé de tomar las hierbas. Engordé ocho kilos. Pesaba ciento seis y ya estaba en los ciento catorce kilos. La medicina no es como la medicina actual; era una medicina muy básica y no se sabía nada en aquel entonces de lo que es el cuerpo humano. Sabíamos que teníamos un corazón que latía, que nos pinchábamos y salía sangre pero no conocíamos nada; éramos muy ignorantes del tema. Sabía, sí, que haciendo dieta podía respirar mejor, porque también tenía problemas en los pulmones.

Y nunca me relacioné con una joven en una relación de pareja. Hubo tres o cuatro damas que se acercaron pero era yo el problema porque sentía que quién se iba a fijar en mí con esa figura regordeta, de ojos negros alargados, como achinados. A veces andaba descalzo porque me resultaba más cómodo. No me respetaba a mí mismo porque no tenía autoestima.

A los veintinueve años, a una edad bastante joven, incluso aun para la época, desencarné. El corazón dejó de latir y desencarné.

Cuando soy 100% espíritu en ese momento no estaba con el apego y  no me cuestionaba haber desencarnado tan joven. Tenía engramas de soledad, engramas de estar en una sociedad en la que no encajaba, engramas de que –como me ha pasado en muchas vidas- la gente no me comprendía, engramas de tratar de crecer, engramas de no hacer lo que me gustaba porque a mi me gustaba muchísimo trabajar con las hierbas y los españoles nos miraban a nosotros, los indígenas, con mala cara, y prácticamente me fui al norte a la parte del Pacífico por eso.

Engramas de no entender para qué servía mi vida… ¿Para qué? ¿Cuál fue el rol de Teófilo? Ayudé a muchísima gente, muchísimas mujeres; las puedo contar por cientos las que han venido a verme. Aparte, era un mocito que apenas despertaba a la vida y, sin embargo, orientaba a la gente grande: - “Dele lugar al Eulogio; vamos Chela, dele lugar al Eulogio”.

-Eh, pero el Eulogio toma.

-Bueno, tal vez porque se siente mal.

-¿Cuándo fue la última vez que lo abrazó?

-¡Ah! Ni me acuerdo. Hace años. Aparte ya estoy grande para esas cosas; ya tengo más de cincuenta. ¿Quién me ve haciendo la mocita?

-Señora Chela, el abrazo, el amor, no tiene nada que ver con la edad; uno puede tener cincuenta años y seguirse abrazando como si tuviera veinte.

-¡Mira el mocito! Tiene dieciséis años y ya se cree que sabe todo.

Pero después me hacían caso: La Chela, el Eulogio, la Juana, el Pancracio, el Ramón, la Dominga. Gente que hice feliz sin hierbas, con orientación. Pero eso se terminó cuando me tuve que ir de allí.

Después, en la posada, agarré el vicio de tomarme cada tanto un vino y otro y comía y comía. Me gustaba mucho las chuletas de cerdo. La palabra colesterol no existía en aquella época; eso fue siglos después.

Me molestó como espíritu el no haberme cuidado. Es como que abandoné mi lucha a los veinte años; me voy de un lugar y ya que es como que después digo: “Bueno, lo demás vivo de gratis”. Yo mismo como espíritu me enojo con ese rol porque en cada vida le tenemos que sacar el jugo, en el buen sentido. No se trata de exprimir la vida sólo para beneficio de uno sino de crecer uno para beneficio de los demás porque crecer por crecer no tiene ningún sentido porque ser útiles a nosotros sin ser útiles a los demás no vale, pero tampoco podemos ser útiles a los demás si no somos útiles nosotros con nosotros mismos.

Es cierto que tuve muchos engramas en esa vida, engramas de no saberme cuidar, engramas de escapar ante el primer aprieto, engramas de no saber enfrentar las situaciones, engramas de no tener el permiso de mi propio ser para poder involucrarme con otros porque sentía como que era poca cosa yo para involucrarme.

Me di cuenta que es fácil implantarse engramas y me doy cuenta que es difícil sacarlos porque hoy es un engrama, mañana es otro, pasado es otro y los engramas, al igual que los roles del ego, es como que se camuflan, es como que tratan de pasar inadvertidos para que no los pesquen. Si no existiera el relato de las emociones dolorosas de vidas pasadas no habría cómo sacar esos engramas conceptuales. Por eso siento tanto alivio en este momento porque cuando desencarné, que dejé en el plano físico el rol de Teófilo, sentí conceptualmente como si fuera un nudo en la garganta, como un embargo doloroso. Y, siglos después que estoy repasando ese incidente doloroso, recién ahora estoy sintiendo el alivio sobre mis hombros conceptuales.

Mi 10% tiene que cuidar su parte física. Mi 10% tiene que asumir compromisos. Mi 10% es un ser que hace más de lo que muchos creen pero a veces él mismo tiene dudas con respecto a su propio ser, y por eso me comunico.

Gracias a este receptáculo que –como decís vosotros en el plano físico- le tengo un gran aprecio.

Gracias por escucharme.


Sesión 24/1/2008

Médium: Jorge Olguín

Habló sobre la personalidad en los planos espirituales, sobre las necesidades estando encarnado. Explicó que los espíritus hacen más cosas a parte de servir en los planos espirituales, por ejemplo conversan con Eón y aprenden de Él. Desea comprender a Eón y al universo, y comentó diversos puntos que se le podrían preguntar.

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A veces uno quisiera ignorar todo para tener la dicha de incorporar etapas en nuestro camino evolutivo. A veces aún estando desprendidos de ego en el plano espiritual nos invade cierta avidez de querer abarcarlo todo y vosotros en el plano físico diríais "Entonces es un contrasentido" porque avidez de abarcarlo todo y deseos conscientes o inconscientes de ignorar todo para incorporar cada día una nueva etapa son opuestos.

Pero si analizáis bien el concepto -he elucubrado el tema con muchas entidades del plano 5º y sin dejar de lado el servicio que es lo hermoso que tenemos, el poder dar amor, orientación, ser misericordiosos, poniendo a un costado eso provisoriamente- nosotros tenemos vida propia. Somos algo más que energía brindando servicios. Muchos de vosotros en el plano físico toman a la personalidad como un rol del ego y no es tan así porque de alguna manera es como nos mostramos; no elucubramos todos de la misma forma, nuestros conceptos pueden ser similares pero no idénticos, la forma nuestra de vibrar -aún con seres que vibran en nuestra misma sintonía- tienen otro timbre, otro tenor y esa es nuestra personalidad. Y dentro de esa personalidad tenemos aspiraciones distintas a las vuestras en el plano físico. Vosotros estáis en un cuerpo, tenéis que alimentaros, vestiros, generalmente tener un techo para no estar a la intemperie, estáis de alguna manera como dentro de un sometimiento que es necesario para vuestra supervivencia. Nosotros estamos exentos de alimentarnos, de vestirnos, tenemos otro tipo de proyectos. Vuestros proyectos son buenos; aspiráis a un hogar mejor, a conocer lugares, a una relación de pareja, a tener grandes amigos, a visitar lugares que os fascinarán; tendréis vivencias dolorosas, vivencias agradables, ¡es la vida física! Y tendréis proyectos, a tal edad tal cosa, a tal edad tal otra, me compraré un carro, tendré un nuevo apartamento y no está mal porque en el plano físico esas necesidades no son egoicas, son necesarias, coherentes de acuerdo a donde estáis.

¿Y qué de vosotros? diréis. Nuestros proyectos son distintos insisto; en los planos de luz, en los planos maestros tenemos el afán de servicio y eso es lo que ocupa nuestro tiempo pero como decís vosotros no estamos las veinticuatro horas del día pendientes de ello y digo "como decís vosotros" porque en nuestro plano no existe el día o la noche o el año; no estamos en un planeta que rota alrededor de una estrella.

Obviamente encarnados o no, o espíritus 100%, si estamos cerca de un planeta por comodidad vamos a adoptar la medida temporal de este mundo, más teniendo un 10% encarnado en ese mundo. Entonces yo como thetán me voy a manejar por horas, días, semanas, años de acuerdo a Sol III. Habiendo encarnado en Antares o Aldebarán me manejaba con otro tiempo porque otras eran las rotaciones. Obviamente que si era este u otro receptáculo de Sol III quien me incorporaba, me iba a expresar de acuerdo a la medida temporal de Sol III para ser entendido.

Nuestros proyectos son otros, o quizá no. Nuestros proyectos son investigar. Así como vosotros a través de un médium os comunicáis con Eón nosotros conceptuamos y lanzamos un tentáculo energético hacia Eón para que nos conceptúe temas que ignoramos, pero daría la impresión -y esto es subjetivo mío, aclaro que esto es subjetivo mío- como que Eón no suelta toda la prenda de golpe. Aún nosotros que somos entidades espirituales es como que la información la da lentamente. Como que nosotros también estuviéramos en una universidad avanzando cada temporada un conocimiento más, cada temporada un conocimiento más y tenemos cierta avidez por captar cosas. Por eso dije irónicamente al comienzo "¡Oh!, que bueno sería ignorar todo" y empezar a empaparnos de todo pero por momentos quizá una partícula de ego nos invada y digamos "¡Quisiera ya tener todo el conocimiento!". ¿Y por qué hago que ese receptáculo se exprese en plural?: tenemos, deseamos, sentimos; porque somos varias las entidades espirituales del plano cinco que conceptuamos de una manera similar queriendo empaparnos cada día más del conocimiento. También tenemos dudas en cuanto a por qué Eón se manifestó en los distintos universos suprafísicos, paralelos. ¿Por qué Eón no tiene compañera?, ¿o la tiene? ¿Eón manifiesta la soledad o Él está por encima de todo eso?

El ejemplo que yo doy es el siguiente: Yo tengo mi parte física encarnada en Andorra, Sol III y supongamos que mi parte física tuviera que estar equis tiempo en una isla con animales mamíferos de pensamiento no abstracto, digamos... un pensamiento mínimo; un mamífero tiene un pequeño pensamiento abstracto porque experimenta celos, rencor, y sabemos que si bien eso es un fruto del ego y es un fruto de la mente reactiva, el mismo elucubrar celos hace que abreve de la mente analítica porque si fuera impulso puro, en el impulso puro no cabe celos, no cabe la venganza, porque es impulso es ¡Ya! ¡Ahora! ¡Aquí!, ¿eso se entiende? Entonces volviendo al tema, está mi 10% en una isla con animales mamíferos que le harán compañía, tal vez por su carácter, por su personalidad, mi 10% se sienta cómodo pero supongamos que en determinado momento se le despierte el deseo de intercambiar ideas o de jugar al ajedrez o de dialogar sobre determinados temas y aún acompañado de esos mamíferos se va a sentir solo porque se ha sentido solo estando acompañado de seres humanos pero no por desprecio a esos seres humanos sino porque muchos de ellos no hablaban su idioma.

En el mundo espiritual no hablar su idioma no significa que no hablen el idioma físico que él habla sino que no comprenden sus ideas.

Entonces volviendo a Eón. A veces tenemos ese ramalazo de ego que nos hace sentir criaturas perfectas con una inteligencia suprema, ¿pero sabemos a dónde apunta la inteligencia de Eón?, ¿lo llenamos a Él?, Él nos llena a nosotros cuando nosotros asomamos a nuestro interior, ¿pero nosotros lo llenamos a Él?, ¿Se sentirá solo Eón? Bueno, ese es mi afán: comprender a Eón.

Me gustaría que este receptáculo pudiera canalizarlo y que un interlocutor le pregunte si tiene compañera, si se siente solo; tal vez la palabra suene perversa pero es el dueño del universo y la palabra es un contrasentido porque Él es el creador del libre albedrío y donde hay libre albedrío no hay dueño de nada. Pero es una manera irónica de expresarse.

Entonces mi avidez es conocer el Universo y conocer a su Creador, entender los porque, por qué nos creó.

¿Es necesario realmente que a medida que nosotros evolucionamos levantamos una octava el universo para que el próximo universo vibre una octava más alta?

¿Alguno de vosotros duda acaso de que el Absoluto puede elevar una, mil octavas el universo sin necesidad de nuestra creación?, ¿lo ponéis en duda? ¿No es una excusa para crear vida porque tal vez Eón su misión sea crear? ¿Pero eso no es una duda más? Porque si alguien tiene una misión es porque alguien más alto le dio esa misión.

¿Hay alguien mas alto que Eón?, ¿no?, si no hay nadie más alto que Eón, ¿Eón se puso su propia misión?

¿Son necesarios esos latidos Big-Bang, Big-Crunch, Big-Bang, Big-Crunch?, ¿en función de qué?

Muchas veces Eón a este receptáculo le contestó de manera risueña: "¿Y por qué no?"

Pero si nosotros tenemos la avidez de ir un poquito mas allá y hay un espíritu afín llamado Morganel -para vosotros, para vuestro vocabulario- que también desea investigar, ¿nos conformamos con el: "¿Y por qué no?"? ¿O queremos seguir ahondando? Opto por seguir ahondando.

 


Sesión 11/2/2008

Médium: Jorge Olguín

Habló del miedo a la muerte, la voluntad de crecer, de desarrollarse, de aprovechar los recursos y vivir una vida plena en servicio, conocer bien a la gente, etc.

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Entidad: Bien. Otra vez en comunicación. Estoy muy satisfecho de toda la experiencia que voy recogiendo y tengo que agradecer a este receptáculo que me alberga y a su Thetán que es mi guía, que muchas veces como decís vosotros en el plano físico, intercambiamos opiniones sobre lo que es la vida y sobre lo que es la muerte.

¿Cómo, la muerte? Me preguntareis. Hay mucha gente en el plano físico que le tiene miedo a la muerte. Tienen tanto apego; tanto, tanto apego por el plano físico que tienen miedo a morir. Voy a utilizar palabras terrenales. No voy a decir 'desencarnar' refiriéndome a la muerte, por lo menos no en esta pequeña charla.

Pero también conozco muchos seres que no tienen apegos a cosas vanas y sin embargo, prefieren no hablar de la muerte. Porque los apegos sanos, apegos a la familia, a padres, a hermanos, a hijos, también de alguna manera te hacen sentir cierto rechazo a desencarnar. Como que el ser encarnado tiene avidez de conocer, aunque sabemos que en el plano físico hay seres que viven el día a día como vacunos que rumian en la campiña. No lo digo con ánimo de ofender; ya lo sabéis. No desde mi plano, no podría, pero no debo dejar paso a la hipocresía.

Entonces mi análisis es el siguiente: Quiero dejar de lado mi ser como ser espiritual y abocarme únicamente en mi 10%; mi 10% como Daniel. Yo como 90% en este momento estoy abocado al rol de mi 10%.

No todo el mundo habla mi mismo lenguaje, no todo el mundo piensa de la manera que yo pienso, no todo el mundo tiene mi dosis de elocuencia y no todo el mundo tiene mi extrañeza; extrañeza de ver a personas que con nada se ríen, disfrutan y mi interrogante -porque la palabra 'cuestionamiento' me suena muy hostil-, mi interrogante es: ¿Son inconscientes o son felices con lo poco que tienen porque son demasiado conformistas?

¿Está mal acaso ser ambicioso con una ambición sana? ¿Está mal querer crecer? ¿Acaso los Maestros no enseñan que crecer en lo material equilibradamente no es negativo? ¿Acaso el guía Johnakan no dice que si estamos tirados en el piso no podemos tender la mano a nadie? ¿No está bien crecer? ¿No está bien evolucionar?

Porque una cosa es amasar fortunas y tomar el dinero como un 'fin' y otra cosa es utilizar el dinero como 'medio' para que el dinero sea una herramienta.

Si yo soy un carpintero y tengo un martillo y varios clavos, lo voy a usar como herramienta el martillo; pero si yo estoy solo en una isla y no tengo qué clavar, ese martillo no me va a servir de nada. Únicamente como defensa si hubiera animales hostiles. Lo mismo me sucedería en el desierto si tengo una bolsa repleta de monedas de oro pero tengo mi carmañola vacía. Si en lugar de agua sale arena. Aún con todas mis monedas moriría.

¿Qué es crecer, progresar? Porque nosotros no podemos saber el futuro estando encarnados. No lo podemos saber siquiera como Entidades Espirituales. Entonces ¿por qué toda esa avidez de crecer? Si no sabemos si mañana podemos sufrir un accidente o mediante un problema congénito desencarnamos o morimos. Pero no lo sabemos.

Aplaudo a esos seres que tienen más de ochenta años y siguen trabajando con el mismo deseo como si tuvieran veinte. ¿Que mañana mueren? Perfecto. Pero hoy viven a pleno. Porque si el día antes lloraran su suerte, sería un día menos de gozo.

Pero acá no se trata de imitar al ganado que va arriba de los camiones rumbo al matadero, rumiando el paso de un estómago al otro sin saber la suerte que les ocurre como bestias ignorantes. Acá se trata de saber que un día vamos a morir -como seres encarnados- pero nuestra elección de vida es hacer lo posible y más, por nosotros y por los demás, mientras estemos en la vida física. Se trata de eso, ni más ni menos que de eso. Se trata de salir adelante. Se trata de tender una mano.

No es malo el apego a la vida, a la vida física; porque estamos hablando del apego a los seres que uno tiende una mano. Estamos hablando del amor impersonal. Estamos hablando de brindar. Estamos hablando de dar un abrazo, de dar una caricia, de recibir un abrazo, de recibir una caricia. De dar un apretón de manos, de recibirlo. De gozar nuestros sentidos. Pero cuando nos toque partir, partir con la satisfacción de saber que estuvimos a pleno, con la conciencia tranquila.

Y que cada aprendizaje va a ser distinto al otro y que vamos a conocer gente que nos va a sorprender agradablemente, así como gente que nos ha decepcionado. Y que cada persona tiene una sorpresa agradable. Y que cada persona guarda una pena. Y que cada persona -gracias a Dios- es distinta a la otra.

Y hay que entender la diferencia entre conocerla y estudiarla. Una persona no es un objeto. Una persona no se estudia. Un libro se estudia; una persona se conoce. A una persona se la profundiza.

Esa es otra de mis pequeñas reflexiones.

Gracias Johnakan por darle vida a ese receptáculo.


 

Sesión 3/3/2008

Médium: Jorge Olguín

El thetán relató la experiencia de la gestación de su encarnación actual. Explicó que el enlace con la madre es muy fuerte a nivel telepático. Sintió perfectamente sus contradicciones, dudas, engramas, expectativas antagónicas, implantándosele muchos engramas. Así mismo hereda muchos otros engramas de la madre que se implantan a nivel físico, también algunos del padre. Finalmente explicó que en el momento de nacer le implantaron otros engramas.

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Quiero relatar queridos hermanos, el momento de mi gestación, aquí, en esta encarnación, como Daniel.

Y gracias a este receptáculo que a cada segundo se perfecciona más puedo a través de él personificar como si yo fuera el 10% encarnado. El 10% que ya perdió a su memoria reencarnativa, el 10% que se estaba gestando, el 10% que tenía un pensamiento, pero que no tenía lenguaje.

Siento como incertidumbre. Siento como incertidumbre, como temor, me invaden las dudas y es como que todo mi proyecto que planifiqué desde el plano espiritual se desmoronara porque capto engramas, miedos, inseguridades de la persona femenina que me está gestando y me implanta engramas no sólo genéticamente sino también telepáticamente de Thetàn a Thetàn.

Y en este momento es como que tengo inseguridades por lo que va a venir.

Tengo órdenes implantadas contradictorias donde por un lado, la persona femenina que me está gestando planifica inconscientemente que si tiene un hijo varón tiene que ser lo suficientemente autoritario como para no dejarse manipular en la vida y ser un triunfador y que la severidad es el camino correcto para imponerse ante los demás; pero en lo inconsciente ella es una persona que desea tener un hijo permisivo, complaciente, para nada violento, porque ella detesta la violencia y el autoritarismo, aunque por fuera lo aplauda.

Y así como ha pasado con muchísimas entidades que han encarnado, lo que me está creando no es una dualidad; eso sería sencillo. Lo que me está implantando es una contradicción.

Hay un deseo inherente de tener un hijo implacable, severo  y un deseo muy interno que no sale a flor de piel donde espera candidez, permisividad, todo lo más lejano a la agresión posible. Y eso me disgrega. Disgrega mis pensamientos porque no sé que rumbo tomar, no sé como actuar. Los engramas contradictorios son los más perniciosos porque hacen de mí una persona indefinida, con dudas, incapaz de lograr metas propuestas de antemano.

Absolutamente capaz pero por momentos dual. Por momentos con pérdida de entusiasmo en determinadas tareas.

Por eso es mi miedo de nacer a esta vida donde no sé quiénes serán mis amigos, quiénes mis rivales, quiénes mis enemigos, quiénes me apoyarán, quiénes me odiarán, ante quiénes pasaré inadvertido. Es algo que tortura.

No entiendo por qué ella que me está gestando planifica todo eso para mí. Por qué no se termina de decidir qué es lo que quiere, qué es lo que desea.

La ventaja que tengo, que la tienen todos aquellos que se están gestando en un útero, es saber que cuando encarnan definitivamente y salen a la luz una vez terminado el parto, pierden esta conexión telepática, y ya hay como cierto alivio y el ser ya gana una especie de independencia aunque sigue siendo dependiente para alimentarse.

Dios. Yo tenía muchísimos proyectos, anhelos, metas... pero heredo engramas. Heredo engramas.

Los Maestros nunca dijeron que los engramas se podían heredar.

La genética hace que uno herede costumbres, maneras de ser, estados psicológicos, la parte física misma; obesidad, calvicie, tics, maneras de caminar... ¿pero engramas? Me doy cuenta de que sí, porque el engrama se implanta a nivel genético; entonces solo heredo de mi madre, y en menos proporción de mi padre, pero él también participa en lo genético.

Pero ese plan de vida me lo da ella. Ese plan de vida me lo da ella con su manera inconsciente de ver las cosas, con sus contradicciones, que son muchas, y con su vibración que no es la mía para nada. Acá no estoy tratando de invalidar una vibración, simplemente digo que no es para nada compatible con la mía.

Me siento atemorizado. Con pánico. Ya pasaron meses de gestación. Ya no son semanas, son meses. Estoy próximo a nacer... y de repente algo cambia... y hay una luz intensa... una luz que me molesta y escucho una orden engrámica, una orden engrámica que es común... "Logren que llore", "Hagan que llore". ¡Me están implantando un engrama para que llore!... ¡Qué me están haciendo!...

Pido disculpas a este receptáculo que lo estoy torturando. Yo sé que después se carga con la luz del Padre... pero es importante que yo termine de recorrer estas vivencias tan traumáticas…

Y claro que en ese momento lloré y me transformé en lo que llamáis un ser vivo. Un recién nacido. Con sus problemas a cuestas. Con su memoria reencarnativa absolutamente borrada. Con toda la expectativa del 90% sobre qué va a pasar con esta personita, sobre una misión a realizar, y con muchísimos engramas a erradicar.

Y aquí estoy en el plano físico.

Es el momento de empezar a vivir.

Mail recibido

Querido don Jorge Raúl, me pareció espectacular la psicoauditación de cdani, incluso me pareció ser la madre, pues pasé exactamente por lo mismo. Incluso, por no querer anestesia en el parto, cuando nació escuche decir: tiene que llorar, tiene que llorar, y las enfermeras decían, "nunca me voy a casar". Me pusieron muchos puntos, (punto arroz, punto cruz) había quedado atajada en sus hombritos.

Lo admiro.
Cecilia, con cariño.

Gracias por tus palabras. Sé que los engramas se implantan tan fácilmente y que la gente no tiene consciencia de ello... como la madre que le dice al niño de edad escolar que no aprobó un pequeño examen:
-¡Vas a ser un fracasado! - Y le está implantando un engrama de inferioridad.
Ceci, te mando todo mi cariño: Prof. Jorge.

Otra psicoauditación fetal

 


Sesión con Dan-El, 17/4/08 - Sobre Eón y el Demiurgo y su naturaleza

 

 


 

Sesión 9/6/2008

Médium: Jorge Olguín

Habló de la responsabilidad del thetán hacia su 10%, la dificultad en la encarnación, el nivel de sintonía entre el 10% y el 90%, las lecciones kármicas. Comentó varios temas sobre el estado de su 10%, la avidez por abarcar mucho, la forma de pensar en palabras en vez de lo conveniente que es conceptualmente, la meditación, el enviar amor. También habló sobre una valoración de la importancia de cada uno y dio algún ejemplo de rol de víctima.

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Entidad: Estoy aquí de nuevo comunicado. Mi nombre es Dan-El.

Como entidades espirituales en evolución tenemos muchísima responsabilidad. Seguramente la responsabilidad más importante no es con los demás -pero dejadme que continúe y concluya lo expresado-, es con el 10% encarnado porque cada vez que encarnamos rendimos un examen. Cada vez que se desprende un 10% nuestro para dar vida a un ente físico, a una unidad biológica, rendimos un examen y es una prueba dificilísima porque ese 10% no tiene memoria reencarnativa.

Mi querido guía, el Maestro Johnakan, dice que cuando el espíritu es elevado casi siempre el 10% va a actuar en consecuencia, con actitudes nobles, con modales gentiles pero yo me quedo con el ‘casi’ porque también el 10% encarnado de Johnakan ha presenciado que hubo muchos Espíritus de Luz cuyo 10% ha cometido actos hostiles en vida, descendiendo éstos al plano 3 y se privan de esa manera de poder ayudar a otros ya que les invade el ego porque seguramente al 90% espiritual también le invade el ego luego, porque considera injusta esa determinación. Pero pongamos las cosas en claro: ¿determinación de quién? Porque ya lo dijo mi Maestro guía: “Nadie determina que tú subas o bajes de nivel”. O eres tú como 90% o es el 10% de cada uno que determina de acuerdo a sus actitudes qué pasará a continuación.

De todas maneras es cierto que en su gran mayoría los seres encarnados se van a comportar de acuerdo a la vibración que tenga su parte espiritual. Es muy raro ver un ser noble en el plano físico, leal, honesto, comprometido cuyo thetán esté en el plano 2; generalmente va a actuar en sintonía el uno con el otro porque al fin y al cabo son un solo espíritu.

Me preguntaréis:  “¿Y entonces qué sucede con aquellos espíritus del plano 5.9 que su 10% comete actos hostiles? ¿Porqué comete esos actos hostiles? Evidentemente por algún engrama que lleva como espina clavada y lo empuja a actuar de determinada forma. Pero nada es excusa, ni en el plano físico ni en el plano espiritual. “Oh, pobre. Claro, como tenía tal engrama, entonces se salva de tener determinado karma”. No es así. El karma es automático: has cometido un acto hostil, ya te has generado una lección kármica porque tendrás que aprender el por qué has cometido ese acto hostil. ¿Qué pasaría si lo cometen contigo? ¿Cómo salvar una situación donde hay actos hostiles? Y, tocando nuevamente a Johnakan, el Maestro dijo: “No es la ley del Talión: ojo por ojo y diente por diente”. Una lección kármica se puede aprender de mil maneras distintas, no necesariamente pasar por lo mismo que pasó tu supuesta víctima en esa vida anterior.

Y, volviendo al comienzo, una de las cosas más importantes del ser espiritual es preocuparse por su 10% o, como dijo más de una vez esta entidad angélica Kar-El, ocuparse de su 10% porque preocuparse significa ocuparse antes de tiempo y no tiene  ningún sentido.

Posiblemente mi 10% encarnado está tratando de abarcar más de lo que puede, pero no a nivel de su tarea -de su doble tarea física: la tarea que le da sustento y la tarea espiritual-. Sobre eso no puedo decir nada. Al contrario: más que elogios hacia este querido 10% hablo de abarcar en comprensión porque es como si a veces tuviéramos un embudo donde entrara un líquido determinada cantidad por hora y uno quisiera hacer presión para que entre más y es imposible porque de esa manera el decodificador se va a recalentar como uno de vuestros motores físicos, no va a dar abasto, y eso va a provocar avidez, va a provocar ansiedad, pudiendo llegar a provocar en mi 10% inseguridad, roles de ego nuevos, no se va a sentir seguro. Mi propio 10% lo piensa.

Últimamente no me está captando mucho pero trato de que no piense en palabras porque pierde tiempo pensando en palabras. Tiene que pensar en conceptos, en ideas, como si él, como 10%, estuviera libre de la atadura física y pensara como yo, en concepto. Es como que el decodificador lo tiene permanentemente ocupado, es como que no tiene el decodificador libre. Piensa erróneamente que cuando está inspirado puede controlar el pensamiento de su decodificador y no es así. No se trata de que la inspiración coja el timón; se trata de que a veces, al estar con esa inspiración, le quite avidez, le permita tomar un respiro físico, espiritual.

El agotamiento es un agotamiento del decodificador. Al estar agotado el decodificador lo traslada a toda la parte física, y el ser entero se siente extenuado. Hay que pensar en conceptos, es más fácil. Sé que vosotros, como 10%, sois esclavos del lenguaje porque se comunican entre vosotros con lenguaje hablado pero con uno mismo podéis hacerlo en ideas, como que la idea fuera un gran paquete; si no, agota, agota tremendamente.

No es del todo exacto que al estar integrado eso se arregla porque no todo tiene que ver con engramas. Como hay gente del plano físico que dice: “Cuando el ego le va mal es porque le han hecho algo, alguna vibración nefasta”. Entonces, llegan a estar neuróticos y luego psicóticos pensando que hay un complot, que todo les va mal porque hay un complot en contra de ellos.

No somos importantes para que todo el mundo nos preste atención, somos importantes en función del servicio que hacemos para con nosotros mismos. Recordad que el 99% de los seres tiene ego y no ven más allá de sus propias narices. Entonces, para ese tipo de gente no somos importantes, no van a reparar en nosotros.

Me preocupa que mi 10% crea que eso le impide meditar. Es todo lo contrario: el pensar en palabras impide meditar; el pensar en conceptos, no. De todas maneras ninguna de las dos expresiones se acerca a la verdadera meditación, que es dejar la mente vacía, el no pensar. Entonces, es como que se formó un nudo de entendimiento en mi parte encarnada que no llega a captar eso. El hecho de que si intenta hacer viajes astrales se distrae tiene que ver también con la avidez, tiene que ver con el estado de nerviosismo. Pero hay una cosa que me preocupa muchísimo, que quizá es lo que más me preocupa de mi parte encarnada, tanto como su propio malestar que argumenta que eso le impide enviar amor a los demás. No. Tal vez dé ejemplos extremos pero, bueno -elucubro tanto que llego a calentar los circuitos del decodificador que me cobija en este momento-, hasta un agonizante puede enviar amor siempre y cuando no tenga ego.

Me contacté, hace fracciones de tiempo, con el thetán de una mujer encarnada. Su thetán estaba en el plano 3.5 y era una mujer muy mayor en el plano físico -de más de ochenta años-, cuyo hijo de casi sesenta tenía un problema casi terminal a nivel de salud y esta madre decía: “Es muy grave lo de mi hijo pero, bueno, al fin y al cabo yo también tengo lo mío”. Di ese ejemplo para que se entienda que cada uno piensa en lo suyo. Me diréis: “El uno por mil o el uno por un millón de cada madre puede pensar así, dando casi nada de importancia a la gravedad casi mortal de su hijo”. No creáis, no creáis. Hay seres que compiten entre ellos a ver quién está peor porque el rol de víctima les da placer, los ciega, los ciega tanto que ni se dan cuenta lo que está sufriendo ese ser querido. Nada nos puede impedir dar amor. Nada bloquea en los avances. Nosotros mismos nos bloqueamos a veces con avidez, con inseguridades. No digo que no haya ciertos engramas.

Ahora prefiero aprovechar –en el buen sentido- a este receptáculo para terminar de volcar mis ideas, por favor.

Yo sé que mi 10% tiene una tremenda capacidad de concentración. Fijaos que trabaja con programación y practica uno de los juegos más hermosos del mundo. Entonces no puede decir que piensa con palabras. Quisiera sacudirlo amorosamente, cariñosamente y decirle: “¡Aquí estoy! Dialoga conmigo pero con conceptos. Acostúmbrate a hablar con conceptos y no te preocupes por los viajes astrales”.

Nuevamente nombro a nuestro guía, quien dijo alguna vez: “No podemos levantar a nadie si estamos caídos nosotros”. Luchar por incorporarnos no es egoísmo; es conocimiento aplicado que se llama sabiduría.

Quedan muchas cosas pendientes, muchísimas, que las voy a tocar a la mayor brevedad.

Un abrazo a mi 10% Daniel, de Dan-El.

 

 


 

 

Sesión 31/7/2008

Médium: Jorge Olguín

Explicó que tiene algunos engramas, y que todos los espíritus tienen como mínimo algún recuerdo que les incomoda. Relató una vida en Suecia en el año 1.000. Vivían bien, su familia era amigos del rey de la región. Su madre tenía demasiado arraigo religioso. Siendo joven, un día tuvo un accidente donde quedó inconsciente por dos días. Su madre hizo la promesa que si se recuperaba daría su vida a Dios a cambio, aunque su padre intentó hacerla entrar en razón que Dios no era un ser egoico como ella interpretaba. Se recuperó y la madre se suicidó indirectamente. Su hermano le culpó por la muerte de su madre, y él se creó complejos de culpa y un engrama fuerte, odiándose y odiando a los demás.

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Me comunico nuevamente con vosotros. Mi nombre es Dan-El. Como espíritu de Luz envío mentalmente a mi parte encarnada armonía, conciliación. No es secreto para él que arrastro, a veces, engramas de soledad, de falta de comunicación, de angustia que pueden impedir, ciertamente, mi misión de ser útil.

No hay espíritu que esté totalmente libre de engramas de alguna o de otra manera. Aun hasta el más excelso puede tener algún recuerdo que le cree obstáculos.

Encarné en Suecia hace casi un milenio. Exactamente en 1.084. Mi nombre era Karl. Fui feliz en la aldea donde vivía. Me sentía muy feliz.

El monarca, Vlad, el rey de la región, era amigo de Knut, mi padre, así como yo era amigo de Arnad, su hijo. Hacíamos correrías por el campo, disfrutábamos, íbamos por el arroyo y tres veces por semana, en la última hora de la tarde, dos días íbamos a la iglesia a rezarle a Dios.

Papá no era tan ferviente de la iglesia. Lo hacía más que nada por respeto. Pero Sigrid, mi madre, la podría llamar una católica fanática, de esas mujeres que prestan promesas y dan ofrendas a cambio. A veces se produce el hecho causal o casualmente se ven en la obligación de cumplirle la promesa a Dios por evitar su cólera, sin importarles lo difícil que haya sido la promesa. Generalmente mayor era la promesa cuanto mayor era el pedido.

No me molestaba; al contrario, tenía cierto respeto, cierto temor por lo que me habían hablado de Dios. Así como Dios nos premiaba con salud, con armonía familiar, también castigaba con la peor de las enfermedades -pústulas, llagas- si alguien desobedecía los mandatos divinos.

Una vez acompañé a madre, que tenía que llevar un recado hasta un monasterio apartado donde regía Aradna, que era la madre superiora del lugar. No era tan mayor pero vi su rostro y vi sus ojos -es como que yo tenía cierto don, cierto presentimiento- y su mirada no me gustó para nada.

-¿Qué tal, Karl?- me saludó Aradna. Incliné mi cabeza gentilmente con mis pequeños seis años y me aferré a la ropa de madre, subí al carro y volvimos para la casa.

Siempre gozaba con los árboles, la vista, el campo, atravesando arroyos. De pequeño, pero muy de pequeño, mi padre Knut me había enseñado a montar a caballo. Incluso aprendía cayéndome, pero adoraba esa vida. La adoraba tremendamente.

Es verdad que hacíamos travesuras como todo niño: parecíamos animalitos salvajes trepándonos a los árboles jugando a la lucha, a que éramos soldados, y con pequeñas espadas improvisadas de madera luchábamos con Arnad. A mí en ese momento no me interesaba si Arnad era un príncipe y futuro rey sino su amistad, como a él le interesaba la mía. Nos llevábamos dos años de diferencia pero éramos excelentes amigos.

Recuerdo, con dolor quizás, cuando subí a un altísimo árbol. Arnad mismo me decía: - "Karl, no vayas tan alto. Mira que las ramas son angostas".

"Nadie me frenará. Creo que aquí alcanzo más pronto a Dios de lo que puedo alcanzarlo en la iglesia". Ni yo mismo entendí lo que quise decir con eso, como que podía pegar un manotazo al cielo y tomarme de la mano de Dios. En ese momento instintivamente pego un manotazo y caigo, una caída que duró un par de segundos y me parecieron como que el tiempo se hubiera detenido. Yo me veía cayendo y, de repente, siento un tremendo dolor en la cabeza y pierdo el conocimiento.

Lo que sigue a continuación fue relatado por Folcun, que también era un amigo mío. Tenía mucho respeto por Arnad -sabiendo que era príncipe-  pero conmigo era muy amigo.

Arnad se asustó tanto que fue hasta casa y le avisó a Knut. Mi padre vino corriendo con mi hermano Erik y me llevaron a la casa. Sigrid, mi madre, pegó el grito en el cielo pensando que yo estaba muerto. Cuando vieron que respiraba se tranquilizaron pero me mojaban el rostro y no despertaba. Y mi madre, Sigrid, hizo una promesa a Dios: - "Padre, te ofrezco mi vida a cambio de la de mi hijo". Knut, mi padre, se enojó. Le dice: - "Esposa mía, si Dios es misericordia no tienes por qué ofrendar una vida a cambio de la otra".

"¡Basta! Parece que no te doliera lo que le pasa a nuestro hijo".

Mi padre agachó la cabeza, no por debilidad sino porque entendía que era imposible discutir con madre.

Yo me sentía orgulloso de madre porque también trabajaba en cosas de la casa. Cuando padre iba a otros pueblos a llevar recados madre tomaba el arado y araba la tierra hasta que un día pisa, con su calzado de mala calidad, un hierro oxidado y se lo clava, como mínimo, una pulgada. Cuando viene padre calienta agua y le lava la herida y se la venda. Era una época difícil, ya que en el año 1.090 no se conocía lo destructivo que puede ser el tétanos.

A las cuarenta y ocho horas de haber estado inconsciente, despierto. Madre al pie de la cama llora y me abraza: -"Dios te ha traído de nuevo, hijo mío, gracias a mi promesa". Yo no entendía nada. Solamente sabía que había cometido una travesura, había querido tomar la mano de Dios creyendo que Dios era algo físico y me había caído.

No voy a dar detalles pero, al poco tiempo, madre, estaba con grandes estados febriles y tenía su pie negro porque su herida que cada vez estaba peor. Le decía a padre: - "Es por la promesa que hice. Dios me va a llevar con Él". Padre, enojado, le decía: - "Dios no hace eso; son cosas humanas". Al poco tiempo madre muere. Mi hermano Erik, llorando, me dice: - "Tú mataste a madre porque por culpa tuya, por tu travesura, tuvo que estar una promesa a Dios y llevó a madre con Él a cambio de ti". Me sentí tan mal porque creí esa patraña de las promesas. Sentí como que como que mi vida no tenía sentido, como que yo era el responsable de la muerte de madre. Tremendo engrama había tomado. No quería saber más nada con mi vida. Odiaba a todos y a mí mismo, principalmente.

A los casi 7 años me preguntaba para qué había nacido. ¿Para que mi madre muriera? ¡Dios! Yo sé que el rol de  Karl se merecía otra oportunidad. Se merecía otra oportunidad y la iba a tener.

 


Sesión 4/8/2008

Médium: Jorge Olguín

Continuó el relato de la vida en Suecia. Resaltó el fanatismo y el atraso de la época. El rey fue asesinado por un tirano quien tomó su lugar. Escondieron al hijo del antiguo rey, su amigo, para que no le mataran. El nuevo rey actuaba de forma despótica, saqueando las aldeas que no podían pagar los altos impuestos. A él le llevaron al monasterio para protegerle, quedando lejos de todo lo que conocía con solo 6 años de edad, generándose algunos engramas.

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Estoy gozoso de poder nuevamente comunicarme con el plano físico. Sé que el riesgo que corremos al encarnar es ser protagonistas de cada vivencia y cada vivencia duele, marca, profundiza. Es muy difícil no apegarse a determinados roles. Amamos, sentimos los desprecios, los agravios, las traiciones.

Una de las vidas que más me marcó fue la de Karl, en Suecia. Vi la luz en el 1.084. Había relatado una historia hacia el 1090, donde había tenido un complejo tremendo de culpa por el fanatismo religioso de la época, una época que no solamente tenía grandes atrasos sino que encima la misma religión retrasaba más.

Era un niño que no tenía tantos amigos. Arnad, príncipe, hijo del rey Vlad, mi hermano Erik, un joven absolutamente pacífico pero que daba la impresión que destilaba envidia. Echaba en cara cosas y me acusaba que por mi culpa mamá había muerto siendo que ella murió de una tremenda infección... Eran todos derrotistas, pensaban que todo era voluntad de Dios.

Folcun era un gran amigo, nos queríamos mucho. Compartíamos correrías jugábamos con espadas de madera, a ver quién era el guerrero más valiente.

Y Erika. Erika era una joven que yo de pequeño miraba sus ojos y es como que sentía una profundidad tan grande pero tan linda, y eso que era apenas un niño.

Era mucha barbarie la de la época. Recuerdo que estábamos en el poblado comprando en los grandes almacenes alguna mercadería para llevar hacia la casa y justo llegamos cuando estaba la asamblea que comandaba el rey Vlad. En ese momento es como que escuchamos el galopar de un montón de caballos y miramos a lo lejos jinetes con espada y al frente estaba Bolcus, un hombre de mirada fiera.

Recuerdo que tenía un uniforme con una gran cruz roja en el centro. Y hace una seña y Birger, que era el espadachín favorito de Bolcus, toma una ballesta y dispara. Fue más rápido que mi mirada porque cuando miro hacia Bolcus noto una sonrisa de satisfacción en su rostro y sus ojos miran hacia un objetivo. Me doy vuelta y veo al rey Vlad con la flecha clavada en su corazón y la vida escapándose por sus ojos.

Knut, mi padre, en ese momento toma a Arnad y lo aparta. Arnad en ese momento estaba sin habla, con los ojos absolutamente abiertos. Lo aparta, lo hace retroceder, miro disimuladamente y veo que Francesco -un monje que está en la abadía- toma a Arnad y se lo lleva.

Bolcus grita en la asamblea: -"Se acabó la piedad. Se acabó la compasión. Vienen momentos duros. Hay otras regiones que pretenden la nuestra y se necesita una mano dura. Por eso yo, Bolcus, me proclamo rey de esta región de Suecia. Tengo entendido que tiene un niño. ¡Tú! ¿Qué sabes?".

-"Nada, mi señor".

-"¡Tú! - se dirige a mi padre, Knut".

-"Señor, tengo entendido que había una niña pero murió de altísima fiebre hace tres años. No sabemos nada de un niño".

Bolcus mira con gesto de no creer. Segundos de un silencio total hasta que lanza una risotada, toma su montura y se marcha con sus esbirros. Birger, el causante material de la muerte del rey Vlad, hace una mueca, se toca su espada y dice: - "A veces me aburro por no encontrar un rival entre tantas ovejas", y se marcha atrás de Bolcus.

Marchamos para la casa y mi padre se junta con unos cuantos vecinos. Yo era tan pequeño que no entendía nada. Ellos decían que Bolcus iba a aumentar los impuestos. Iba a haber hambruna, iba a haber saqueos. Si bien Vlad no era perfecto era comprensivo, piadoso con sus deudores. Los impuestos no eran tan altos, pero vivía y dejaba vivir.

Le pregunté a padre que sería de Arnad.

-"No te preocupes, hijo, de eso se ocupó Francesco".

-"Pero, padre, Francesco es un monje".

"Lo sacará de estas tierras para que no corra riesgos. Bolcus no es tonto. Sabe que Vlad tenía un hijo y sabe que va a crecer y reclamar lo suyo. No queremos que le corte la cabeza. Francesco tiene contactos y se lo llevará lejos".

Y pasaron los meses y Knut, mi padre, tenía razón. Bolcus, el rey tirano, mandaba sus esbirros a saquear aldeas, a aquellas aldeas que argumentaban no tener para impuestos.

Padre me toma de la mano y me dice: - "Tengo criterio abierto y sé que tú eres distinto a Erik. Él es parecido a madre y piensa que todo es voluntad de Dios. Yo creo en los designios pero sé que uno puede manejar su destino. Pero, por ahora, aunque a ti no te guste, querido hijo, te llevaré al monasterio".

Sentí que se me abría un pozo profundo porque me alejaban de Arnad -que yo no sabía su paradero-, me alejaban de Folcun, mi amigo de correrías, y me encerraban en un lugar que no sabía que era; un templo de Dios, decían. Tardé en acostumbrarme. En realidad no sé si alguna vez me acostumbré.

Había un hombre mayor, que era el que mandaba la abadía. Si bien no era severo no había que contradecirlo. Francesco, que en aquel entonces tenía veintiséis años -veinte más que yo- era el monje que estaba conmigo. Le pregunté si siempre estuvo en la orden religiosa. "No pequeño. Fui guerrero, fui arquero, fui espadachín. He matado gente. Estuve en Tierra Santa. Abrí los ojos".

-"Pero, Francesco, ¿existe eso?".

-"Sí que existe y está bastante lejos de aquí. Se lucha por un Dios y otros luchan por otro Dios. En realidad no sabemos por qué luchamos. Sentí desprecio por mí mismo de tantas muertes. Por eso ahora soy monje, abogo por la paz. Igual vivimos épocas en las que uno debe saber defenderse. Me harás caso, estudiarás idiomas que te harán culto. Estudiarás la Biblia, aprenderás a reconocer verdades de mentiras. Y te he visto con un amiguito, cuando yo pasaba a caballo, espadeando en los campos. Yo te enseñaré como se maneja una espada. Simplemente para que lo sepas.

Y así fue como tuve una nueva vida. Por un lado ansiedad, por otro lado angustia. Se mezclaban mis sentimientos porque había perdido mi madre. Ahora no tenía a mi padre. Estaba lejos de Erik, mi hermano, que si bien no nos llevábamos amablemente era mi hermano, y me alejaban de ellos. No tenía otra solución que aferrarme a Francesco, quien era como un tío. Yo no sé si iba a resistir. No sé si iba a resistir ahí.

 


Sesión 7/8/2008

Médium: Jorge Olguín

Continuó relatando la vida en Suecia. Repasó lo que había explicado y que le había marcado más. Se acostumbró a la vida en el monasterio. Adquirió habilidad con las armas y aprendió idiomas. A los 18 años volvió a casa. El rey había empobrecido la región. Su hermano tenía problemas económicos. En un mercado el acreedor quiso matarle, pero él le defendió acabando con su vida. Se preguntó si su vida sería eso, la violencia. Él no lo deseaba.

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Estoy de nuevo aquí para continuar descargando engramas. Mi nombre es Dan-El. Sigo recordando esa vida que me marcó tanto en Suecia.

Mi nombre era Karl. Me había marcado mucho la muerte de Sigrid, mi madre. Me había marcado mucho que él, mi hermano, me hiciera responsable porque me lo hizo creer.

Me había marcado mucho que mataran frente a mis ojos a Vlad, que era nuestro rey, padre de mi amigo Arnad. Sentí un tremendo pavor cuando Bolcus, el nuevo rey tirano, nos miró a todos cuando Birger -su segundo, su secuaz, su cómplice- jugaba con sus flechas mirando a ver a que corazón dispararle.

Me sentí muy solo cuando me llevaron a un monasterio donde el monje Francesco me tenía a su cuidado.

Y fueron pasando los años. En el año 1.100 -ya con dieciséis años cumplidos- no es que era feliz pero me había acostumbrado a la vida del monasterio y por las tardes, poco antes de que se ponga el Sol, salíamos a un pequeño bosque y practicábamos el tiro al blanco con las flechas o practicábamos con las espadas de madera. Francesco había participado de guerras en Oriente antes de ser monje y era muy diestro. Cientos de veces me tiró la espada de la mano. Cientos de veces me corrigió la trayectoria de la flecha, el sostener la respiración, el abrir los dedos lentamente, dejar escapar la flecha, dirigirla mentalmente, no sé si en forma figurativa o real. Pero ya a los dieciséis años tenía una destreza tremenda, ya sea con la ballesta, con el arco, con las lanzas o con la espada.

Y me seguí instruyendo en distintos idiomas. No había olvidado el rostro de padre y no sé si reconocería a mi hermano. Y siguieron pasando los años.

A mis dieciocho años -ya era el año 1.102- mi instructor, mi amigo, mi profesor habla con el abad y le dice que yo ya debería partir, que mi tarea era otra, que tenía mucho por hacer. Y marcho para casa.

Luego de dos jornadas llego a mi hogar y lo veo como más empobrecido el lugar. Mi padre me ve llegar y lanza una exclamación: -¡Karl! ¡Eres tú!

Me abrazo con padre. A lo lejos veo venir un joven algo obeso con algunas ovejas. No le prestó más atención y le pregunto a padre: - "¿Dónde está Erik?".

Me dice: -"Parece que en el monasterio has perdido la vista. Esa abadía te cegó. Ahí llega tu hermano". Miro de nuevo y, de verdad, no lo había reconocido. Cuando yo tenía seis años veía a mi hermano más alto que yo, con carácter arisco pero como que, de alguna manera, me sentía seguro con él. Ahora con una sola mirada me bastó para ver que su pacifismo escondía dudas, temores, culpas por alguna razón determinada. Nos abrazamos. Ahora yo era más alto que él. Me miraba en las aguas del arroyo y veía en mí un joven fuerte, macizo, de cabello castaño con una pequeña barba, manos nervudas -musculosas ambas- porque era ambidiestro, o sea, podía tomar la espada con las dos manos.

-"Padre, ¿qué ha pasado aquí que veo tan pocos animales? El lugar no es lo que era". Y me dice: - "Bolcus cobra demasiados impuestos. Ha empobrecido a toda la región. Hay mucha hipocresía, hay familias divididas. Los ricos cada vez se hacen más ricos y los pobres cada vez nos hacemos más pobres. Dos veces por semana nos juntamos en la iglesia donde para Dios somos todos iguales pero no nos tratamos entre nosotros".

"Y, cuéntame de ti. ¿Qué has aprendido?"

-"Bueno, he aprendido idiomas y también manejo algo el arco, la espada...".

Y mi padre se queda pensando: -"Nos haría falta en este momento un buen espadachín para... para nada. No me hagas caso".

A los dos días acompañé a padre a una asamblea. Dentro de la pobreza se comerciaba bastante. Allí me enteré que Erik estaba en problemas porque había comprado ovejas para criar y evidentemente no le había ido bien. En el último invierno había perdido varias cabezas y le estaba debiendo dinero a uno de los tantos ricos. Se llamaba Donus y era partidario del tirano Bolcus.

Cuando lo vi a Donus enseguida lo miré más allá de él. Mis ojos lo leyeron y vi que era una persona temible, más joven de lo que yo pensaba -no llegaba a los cuarenta-, alto. Por su forma de caminar me di cuenta que usaba armas. En la asamblea le dijo a Erik: -"¡Tú me debes tanto dinero!". Este Erik era una versión distinta del niño de ocho años que me protegía. Era timorato con nada de carácter. Se acercó a Donus y le dijo: -"Te he conseguido esto". Y le mostró algunas monedas. Donus cogió las monedas y le dio una tremenda bofetada de revés con la mano derecha tumbándolo. "¿Te crees que con esto me vas a comprar? ¡Eres un cobarde, como todos los tuyos! Por lo menos satisface la deuda con tu sangre ya que nadie de tu familia puede dar la cara por ti".

Yo hacía años que no estaba en el poblado. Desconocía la celeridad en combate de Donus pero no podía dejar que mataran a Erik. En este momento mi padre avanza un par de pasos y lo cojo del brazo y lo detengo con manos férreas y le miro. Quiere soltarse y no le permito. Toma con su mano la empuñadura de su espada y se la bajo, con fuerza lo domino y lo empujo hacia atrás y avanzo. "Vaya, así que el único valiente de la familia es el monje. Bueno, ya que no tienen para pagar la deuda por lo menos me darán la satisfacción con la espada". Cojo mi espada y hago el saludo pertinente. Una espada a la que le había tomado cariño porque era un regalo de Francesco. Le paro uno, dos, tres, cuatro golpes. No contraataco. Lo miro. Algo, de alguna manera, me impide lastimarlo. Paro uno, dos, tres, cuatro estocadas nuevamente y me doy cuenta de que es un rival más difícil de lo que yo pensaba, que si no contraatacaba podía yo salir herido. Paro uno, dos, ataco uno, dos, ataco y lo lastimo en el brazo izquierdo. Me mira extrañado. Ataca uno, dos, lo paro, ataco nuevamente y lo lastimo en el brazo derecho. Me siento mal por dentro porque no quiero esto, no quiero combatir. No era a lo que yo vine. Amo la figura de Dios. Quiero que todo ser humano sea empático conmigo, no es lo que quiero. Ataca una, dos, contraataco, le hundo brevemente la hoja en el estómago y cae de rodillas. Lo empujo con el pie y le pongo la espada en su cuello. "No quiero matarte y, aun habiéndote ganado esta 'farsa' de batalla, esto no significa que la deuda no se te pague".

Envaino la espada y mi instinto me dice que esto no iba a quedar así. Donus se sentía ridiculizado por un niño casi, un religioso, pero yo tenía los oídos entrenados de tanto practicar en los bosques con Francesco. Sin verlo, escucho que se levanta, que coge su espada, que viene hacia mí.

Hago un movimiento semicircular mientras desenvaino mi espada y prácticamente lo corto en dos, frenando el impulso de atacarme por la espalda. Cae muerto a mis pies.

Como todo ser que se precia de saber combates miro sin ver. Tengo los ojos fijos en la nada. En un costado miro a mi padre que me mira con otros ojos, a Erik que me mira absorto, sin poder creer lo que ve. Si bien Donus no era un experto espadachín como Birger era considerado bueno y que un joven con tres movimientos simples le haya vencido obviamente se iba a correr la voz en la comarca.

Ésa era mi vida como Karl. Haber estado tantos años en el monasterio para que apenas salgo empiezo a quitar vidas. Con qué excusa esa iba a ser mi vida. Yo no quiero esa vida. Me siento ya no solo pero me siento culpable.

¿Debo sentirme culpable? ¿Podía haber evitado esto? O era perseguido o era muerto Erik a mis pies. ¿Y luego decirme cobarde por no haber hecho nada? Son especulaciones y uno no vive de especulaciones. Uno no vive de especulaciones.


 

Sesión 10/11/2008

Médium: Jorge Olguín

Habló sobre las muchas capas de engramas que podemos tener acumulados de todas las vivencias de esta y otras vidas. En una vida en Gaela hace 100.000 años tenía unos padres religiosos que estaban en la iglesia dominante, la cual era cruel y extremista, y que justificaba todo tipo de represión. No estaba de acuerdo pero tenía que vivir fingiendo. Expuso diversos conceptos que se dan también hoy en día.

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No tenemos idea, “me incluyo”, de lo escondidos que pueden estar algunos engramas, apretujados por decenas o centenas de engramas más recientes.
Mi querido hermano Johnakan, cuyo 10% ha ideado una técnica para desactivar, capa tras capa, quizá no le ha hecho saber en profundidad a su parte encarnada cuantas capas de engramas, para que se entienda, llegamos a depositar una tras otra, hasta lo largo de tantas encarnaciones y de tantos años; muchos de vosotros no tenéis idea, no tenía yo tampoco, porque a veces no queremos bucear en el pasado. ¿Cuántos años, por lo menos así se cuentan en Sol III, han pasado? No es exacto que se vaya desactivando capa de engrama por orden de profundidad para que se entienda, como lo explicó el hermano Johnakan; se va directamente a un engrama base.

Hay engramas tan profundos, algunos tan lejanos en el tiempo, que si bien nuestra memoria no se borra, llegamos entre comillas a olvidarnos de algunas emociones dolorosas. ¿Cuáles marcan más? No es una competencia, todas marcan de alguna manera.

Encarné como Dubai en el territorio de Amarís… ¡Qué bello país! Prados verdes, algunas montañas, no tantas montañas quizá como en Saeta, pero montañas al fin. A Amarís lo recuerdo con mucho amor, al sur tenía a Saeta, al noreste a Grafent, al noroeste, a cientos de vuestros kilómetros, a Amber, una región que ocupaba una gran isla..., Amarís.

Recuerdo una de las épocas en el año 1600. Mis padres eran extremadamente religiosos de la orden de los abelianos. Era una orden que fue creada centurias atrás en Amarís, como adoradores de Axxón. ¡Por Dios, el mal que se puede hacer! Si Axxón encarnara en ese momento, pensaría: -¡que han hecho los hombres en mi nombre!-. La orden de Amarís era perversa, inquisidora, se acusaban unos a otros de herejes; el que no era adorador de Axxón, ¡el que no llevaba su rombo era quemado!

-¡Dubai, me encanta lo que escribes!- mi tío miraba mis notas.
-Si, tío, te leo algo: -Axxón, fuente insondable de amor, de justicia y equidad, hijo único del creador, que ha hecho el cielo y el mundo, Gaela te pertenece como mundo y no hay otros mundos más allá de éste-.

-¡Bravo!, eres todo un religioso con lo pequeño que eres.
-Gracias, tío Mark, ¡es lo que siento!
Y entonces se me permitía ir a jugar con otros niños con espadas de madera, hasta que ya de adolescente me inscribí en una academia y practiqué esgrima, con sable, con florete..., pero por las tardes meditaba en el arroyo, pensando: -un solo mundo, un solo mundo...-

Tuve la suerte de viajar a Saeta, conocer a Abelúz. Debatimos sobre el tema y sabemos que las miles de lucecitas que iluminan el cielo nocturno son soles con mundos alrededor. ¿Cómo el Creador va a ser tan pequeño, tan mezquino para crear todo este universo solamente para un mundo?, aparte sabemos que Axxón es un hijo más, al igual que cualquiera de nosotros, un adalid del amor, ¡que lo siento tan cercano a mí!, ¡con una vibración tan sabia! Las historias que..., que hablan de su vida, siempre sonriendo, con una vibración por encima de los demás en cuanto a buen humor, pero a su vez sabía decir -¡No!- con firmeza, sin perder la sonrisa. Muy pocas veces perdió su sentido de la ecuanimidad, ¡quizás!, ¡tal vez!, cuando veía alguna injusticia.

Y hoy en este presente, en este siglo 17, veo permanentemente injusticias.

Un joven de Amber, de la isla vecina que llevaba una especie de amuleto, de talismán, fue prendido por la orden..., eran tan soberbios en Amarís, que aunque la orden era viejísima y tenía nombre propio, le habían puesto la Orden de Amarís. Al desafortunado joven le habían puesto en una especie de cepo en la puerta principal del poblado, ¡y le surcaban la piel a latigazos! 
-Tío Mark, ¿qué ha hecho?
-Shhhhhh ¡no está dentro de los planes del Creador!, ¡mira, mira lo que tiene!, ¡una cinta negra!, ¡es adorador de los espíritus bajos!
-Pero, tío Mark, ¡es solo un adorno!
-¡Pero si él lo pregona!
-¡Es un pobre hombre que está con sus animales, y que ha viajado aquí a ver a un familiar!, allá tiene familia, hijos, ¡va a quedar destruido!
-Dubai, ¡Dubai, Dubai, Dubai, despierta!, él no va a volver, la Orden ya lo sentenció.
-¿y por qué los latigazos?
-¡como ejemplo!
-¿Esto es voluntad del Dios?
-Shhhhhhh ¡Esto es voluntad de Él, Él ve todo!, no debemos tener secretos, ¿tú tienes secretos, Dubai?
-No, tío Mark, ¡sabes que no!, ¡yo hablo con padre y con madre y les cuento todo!, incluso cuando..., aún en una practica amistosa, comienza la sesión de esgrima, me encomiendo a Axxón,
-¡Por supuesto!, porque cuando tenemos guerras con países vecinos, en el nombre de Axxón, ¡podemos matar porque Él nos permite!, ¡santifica nuestras batallas y nuestras armas!
-Claro, tío, ¡claro que sí!, simplemente que me dio pena ver este pobre hombre de Amber, que no regrese con su familia, ¿quién se ocupará de su huérfana?, ¡la pobre niña que pregona!, ¿de su huérfano?, ¡el pobre niño que se va a quedar sin sustento!, ¿de su viuda?
-¡Ay, Dubai, Dubai, Dubai, Dubai!, ¿Que dijo Axxón hace 1600 años?, ¡Dios proveerá, es voluntad de Él, nosotros somos sus instrumentos!, ¡a veces parece que fueras un impuro!
-No, tío Mark, no, tío Mark, mira la empuñadura de mi Arma.
-¡es cierto, tiene forma de rombo!
-Y mira lo que llevo aquí abajo de la camisa.
-¡es cierto, una cadenita con un rombo!
-Nadie quiere a Axxón más que yo!- En eso no mentía, pero me dolía ver alrededor mío tanta ignorancia, tanta injusticia con respecto a la religión. Era un mundo tan atrasado, se justificaban muertes, inquisiciones, invasiones, ¡guerras santas! en el nombre de Axxón, y Axxón mismo lo dijo: -“No vine a borrar las antiguas escrituras, vine a traer mensajes de amor nuevos”-, Axxón en vida no entendería esto, ¡yo tampoco lo entiendo!, ¡esto me queda grabado muy hondo!, y no como Dubai, no como Dubai… como Dan-El.

Gaela es un mundo tan similar a lo que hoy es Sol 3, queda a miles y miles y miles de años luz, en un brazo del otro lado de la galaxia, a 150 millones de kilómetros terrestres de su Sol, un Sol amarillo igual al de Sol III, un mundo de 40.000 kilómetros de circunferencia, igual a Sol III, que tiene varios continentes, igual a Sol III, pero hay una brecha gigantesca de tiempo.

La historia que cuento de Amariz, este mundo del viejo continente en Gaela, ocurre porque todo es un “eterno presente”, hace 100.000 años.

 


 

1ª Sesión 23/3/2009

2ª Sesión 26/3/2009

Médium: Jorge Olguín

Los roles afectan distinto a cada ser. Sobre el rol de manipulador, manipulador y manipulado son víctimas. Tuvo una vida en Bretaña. Se casó joven. Al principio su mujer estaba muy pendiente, luego se mostró manipuladora y celosa. Un día la dejó. Al tiempo encontró otra chica, y estuvieron bien. Pero la primera engañaba a su nueva mujer diciéndole que seguía con ella, y en su desesperación tuvo un accidente, muriendo, lo que le generó nuevos engramas. Explicó como eran sus compañeros en esa vida. Tuvo una tercera compañera, la cual le controlaba bastante. Tuvieron un hijo. La primera mujer en un descuido se lo llevó, y cuando lo devolvió mintió para hacerle parecer culpable. Su mujer la creyó y le apartaron de su hijo. En esa vida se generó gran cantidad de engramas.

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Entidad: Tendría que elucubrar bastante para estudiar las conductas de los seres encarnados, porqué a unos los roles del ego les afecta más que a otros. Es muy simple decir: "Algunos están en tiempo, otros todavía no", porque podría preguntar: ¿Por qué?

Ya lo dijo el excelso Johnakan que los espíritus no son iguales, como enseñan en el plano físico de Sol III algunas escuelas supuestamente esotéricas. Las conductas afectan, crean engramas, nos hacen presa de los roles del ego. Uno de los peores roles del ego es el tremendo daño que ejerce el manipulador sobre el manipulado. Y no es que uno sea victimario y el otro víctima, ambos son víctimas. No creo que ningún manipulador o, por lo menos, la gran mayoría -y, como decís vosotros en el plano físico, quizá como entidad espiritual peque de ingenua, como puede pecar de ingenuo mi 10% encarnado- de los casos, el manipulador también es víctima seguramente de sí mismo, de su propia conducta. Es causante de su soledad, sufre su soledad, vive su soledad pero como no acepta hacerse cargo de las circunstancias, vive imaginando a quien echar culpas como para lavar su conciencia, lavar su conciencia de una manera inconsciente, porque la persona que se cree víctima de las circunstancias se lo cree realmente, por lo menos en la mayoría de los casos. Y si bien en esta encarnación mi 10%, Daniel, todavía es un ser medianamente joven hubo otras vidas donde a la misma edad actual ya había pasado infinidad de agonías.

Las agonías no siempre son torturas físicas. Ya hablan mis queridos maestros, compañeros, amigos -que hemos estado juntos en infinidad de misiones de servicio- de los dolores emocionales. Y un dolor emocional, a veces, te tiende a aislar, a veces te crea un miedo inconsciente engrámico casi imposible de sacar, y digo casi porque todo engrama es erradicable.

Recuerdo una vida en Bretaña hace un milenio. En esa época, mis encarnaciones eran poco duraderas, y eran muchas. En dos siglos, dentro del año novecientos y el mil cien, encarné cuatro veces: en Suecia dos veces, en Bretaña 2 veces. Las vivencias de Suecia me han dejado muy marcado pero las vivencias de Bretaña, también.

En esa encarnación me llamaba Abel. Mi padre era un ser bastante noble pero serio, aunque no adusto. No era amigo de las bromas porque él tomaba su vida en serio, no a nivel dramático pero la tomaba en serio. Su nombre era Frederick.

Yo tenía más, no podía decir afinidad pero más compañerismo. Había como una mayor complicidad, en el buen sentido, porque hoy, en este presente del siglo XXI, la palabra cómplice habla de dos personas en asociación ilícita. Se puede ser cómplice para el amor, cómplice para jugar, cómplice para gozar de circunstancias agradables, pero la sociedad marca ciertas palabras. Yo era cómplice con mi tío Derek, y le contaba cosas que sentía, las jóvenes que me agradaban, cosa que con mi padre no podía. Digamos como que, a pesar de la diferencia de edades, tenía más confianza para contarle secretos de joven a mi tío Derek que a André y a Bernard, mis dos mejores amigos.

Éramos católicos e íbamos a la iglesia. El padre Emerick, canoso y alto, era un ser de mirada noble, gentil, pero cuando leía los salmos, cuando leía el Antiguo Testamento, es como que había una transfiguración -si se permite la palabra- pero para peor, es como que lo invadía su fanatismo religioso, como que todo tenía que ser al pie de la letra.

A mis dieciséis años conocí a Aline, una joven. Quedamos prendados uno del otro y a los diecisiete años -ella tenía un año menos, dieciséis- se hicieron los esponsales. Fue algo maravilloso.

Padre, a pesar de no considerarme todavía grande, me permitió beber alguna bebida espirituosa. Derek le decía: "Frederick, Abel ya es un hombre, quizá no en edad pero ya mantiene a su familia".

Me sentía descolocado, raro, con Aline porque había tenido dos más que amigas con las cuales me había besado pero las veía al cabo de un tiempo como tan indiferentes, tan esparcidas en el terreno a nivel espíritu, tan queriendo abarcar todo y no logrando llevarse nada.

Aline vivía pendiente de mí. Yo me sentía orgulloso. No sé si sanamente orgulloso o hinchado de ego pero me ponía bien que Aline viviera pendiente. Pero así como hay un refrán que dice: "No hay mal que dure cien años" también es cierto que no hay felicidad eterna. Aline empezó a ejercer ese estar pendiente y transformarlo, no como la crisálida que se transforma en mariposa para mejor y despliega sus alas y libertad, sino que ella buscaba cortarme las alas. Si salía con André o con Bernard a tomar una cerveza ya es como que no me hablaba o me preguntaba o me olfateaba la ropa a ver si tenía alguna lavanda de alguna joven.

Le digo: -Aline, ¿qué dices? Salgo a cantar las canciones de victoria de nuestros abuelos, a pesar de que ahora estamos en época de paz. El emperador Knut no solamente tiene tranquila a Bretaña sino también a Francia, hay pactos con Alemania. Mientras no haya batallas construimos, trabajamos, cantamos en la posada alegremente.

Aline asentía, se sonreía y me preparaba la comida.

Pero éste era el comienzo. Cada vez iba para mayor. Estuvimos así tres años, tres largos años. Me recuerdo -y es algo que era insoportable de sostener las grandes discusiones- el que no le prestaba atención. De repente, si una noche no estaba gentil con ella íntimamente, me decía: - Te saciaste afuera porque yo sé como es André. Por algo André es soltero y Bernard también.

-Bernard tuvo una pareja y la dejó.

-Por algo habrá sido.

-Bernard tuvo una pareja.

Pensaba, seguía pensando.

-Mira, Aline, no sé cómo será Bernard...

-¡Sí que sabes!

-No, quiero decir no me interesa cómo es Bernard, no me interesa cómo es Andrés.

-Y si no te interesan, ¿cómo es que sales con ellos?

-Son mis amigos. Me encanta la armonía, me encanta el disfrutar, me encanta la tranquilidad, me encanta el que no tenga que rendir cuentas.

-¡Pero es que tienes que rendir cuentas! ¡Cuando eras soltero no rendías cuentas!

-A ver, Aline, a ver si me entiendes. Yo te cuento lo que te tengo que contar y lo que no te tengo que contar, no.

-Entonces, tengo razón yo, Abel, tienes cosas para ocultarme.

-No tengo cosas para ocultarte que a ti puedan interesarte. No hay nada que a ti te atañe. Hablamos de cosas de hombres. A veces, cuando terminan los días laborables, estamos en la plaza mayor y vemos los niños cómo juegan con las espadas de madera, nos distraemos...

-Pero a mí nunca me llevas.

-Vamos, a veces, a ver cada quince días alguna obra de teatro, nos reímos con los bufones, con los malabaristas... ¡Pero no me ahorques!

-¿Cómo ahorcarte? ¿Me comparas con un verdugo?

-No. Creo que no me entiendes. Creo que hablamos otro idioma. No me ahorques espiritualmente. Te soy leal pero necesito vivir.

Una tarde fui a hablar con Derek y le conté todo: el ahogo, la manipulación, el rol de víctima de Aline.

Un día la encuentro desmayada. Dice que era porque se había hecho rabieta de que llegué tarde. Nunca llegué alcoholizado, aunque sí tomaba, pero nunca la maltraté, nunca le pegué. No tenía de qué quejarse.

Derek habló con papá y Frederick me llama y me dice: -"Abel, casi nunca estoy de acuerdo contigo porque eres inmaduro pero estuve hablando como dos horas con Derek y me contó. Evidentemente la joven está enferma pero somos católicos".

-No me interesa. Yo entiendo que lo que Dios une el hombre no lo puede separar, pero me va a matar, me va a terminar matando. No tengo ganas de trabajar, no tengo ganas de vivir, no tengo ganas de nada.

La casa donde vivíamos era de los padres de Aline que, a su vez, tenían otra propiedad, así que no me fue difícil tomar las pocas cosas que tenía y abandonarla. La dejé.

Obvio que me hizo un escándalo. Me dijo de todo: vil, malvado, mal nacido, tu padre y tu madre deben ser iguales a ti, hijos del demonio.

La tomé del cuello, pero no de la parte baja donde se puede ahorcar a una persona sino de la parte alta, de la parte del mentón, de la parte de la quijada. Hasta la llegué a levantar dos centímetros del piso, casi una pulgada y le dije: -"Di de mí todo lo que quieras pero deja a mis padres en paz".

La solté y cayó sentada en el barro. Estuve meses y meses hasta que conocí a Artemis. Artemis era distinta. Era una joven de cabello rubio, ojos celestes, una joven de mirada mansa, tranquila. Obviamente que yo estaba con miedo, obviamente que yo estaba con temor, obviamente que yo no quería entregarme pero terminé cediendo a la tentación, si se puede llamar así, porque para los religiosos la tentación era pecado. Pero a mí me puede tentar una mañana de sol, me puede tentar revolcarme en el pasto, me puede tentar bañarme en un arroyo, etc., y no veo ningún pecado en ello. Pero los hombres son los que cambian el sentido a las palabras porque ellos son los culpables de sus propios pecados.

La aldea me apreciaba; sabía que era un buen joven. Nunca había tenido nada con nadie, al contrario, había hecho infinidad de favores a ancianas, a ancianos, a niños. Los niños me adoraban; todo el mundo me respetaba. Si bien eran todos religiosos -salvo el padre Emerick que era tan fanático- después nadie dijo nada que yo me haya ido a vivir con Artemis. Artemis era una joven maravillosa. Ya tenía veintiún años cuando convivía con ella.

Y todo fue bien durante meses hasta que a veces llegaba a casa y la encontraba apagada, falta de ganas. Me hacía el amor con un gran deseo pero le tocaba en la obscuridad el rostro y lagrimeaba. A veces me quedaba callado porque pensaba que era su forma de ser hasta que finalmente le saqué de mentira verdad y me dijo que Aline periódicamente la veía y le decía que yo seguía estando con ella, que a veces iba de la escapada a la casa y tenía relaciones. Artemis no podía soportar eso. Aparte, Casper, que estaba atrás de Aline, era tan perverso que se juntó con Aline y le dijo a Artemis: -"Sí, es verdad, yo lo vi a Abel salir por la tarde de la casa".

Artemis salió corriendo por el sendero sin ver que venía una carreta a mucha velocidad y los caballos la arrollaron. Artemis desencarnó y mi alma es como que se hubiera ido con ella, porque quedé vacío de alma. No pensaba, no sentía nada. Me sentía nulo. Aline ya no era manipuladora, ya era malvada y lo que quería hacer era provocar que mi vida fuese un infierno. Ya había provocado en mí engramas de traición, engramas de soledad, engramas de falta de diálogo y ahora engramas de pérdida. La pérdida de Artemis fue tremenda, tanto que a Frederick, mi padre, siempre tan adusto, le veía lágrimas en los ojos, porque Artemis era muy querida.

Sus padres me echaron la culpa. Decían: - "Si no te hubiera conocido hoy tendríamos a nuestra hija".

¿Qué podría decirles?

Gracias por escucharme.


 

2ª Sesión 26/3/2009

Médium: Jorge Olguín

2a Sesión en MP3 (2.328 KB)

Entidad: Hay un filósofo de Sol III que dijo: "Sólo sé que no sé nada". En realidad, la vida física es como un laberinto, un laberinto donde a veces no se encuentra la salida. Pero, en realidad, la vida, como vida, ¿qué es? Es encarnar, es sentir los tropezones, los obstáculos, las barreras. Los callejones sin salida en ese laberinto los pone el entorno.

Me ha marcado mucho una vida en Suecia. Me ha marcado mucho, también, una vida en Bretaña. Recuerdo que había perdido a mi segunda pareja, Artemis, que había muerto arrollada. Ya estaba casi a punto de cumplir los veintitrés años y me refugiaba en pequeñas salidas a pescar con mi tío Derek, con el cual, a pesar de la diferencia de edades, tenía más diálogo que con André o Bernard, que eran mis mejores amigos. A Bernard, últimamente, es como que yo le tenía que hacer de paño de lágrimas, porque nunca aceptó su separación, él quería volver con su esposa. El defecto que tenía es que a veces bebía y cambiaba su carácter, pero bueno, dicen que se cosecha lo que se siembra, y él cosechó infortunios de toda la tristeza que sembró, de todos los dolores que provocó.

André era más como que nada le importaba, como que disfrutaba de la vida. La pasaba bien. No digo que no tenía problemas pero no lo demostraba. Era como que tenía una hipocresía jocosa, siempre habló mal de los religiosos y era el primero en ir a ver al padre Emerick. Es como que se burlaba de todo. Incluso Iván, que no podría decir enemigo pero nunca se llevaba bien con nosotros, él en realidad, no era de nuestra tierra, y era una persona bastante, bastante negativa y para nada recomendable, ni siquiera un poco, era nada recomendable, Iván, sin embargo, André es como que lo tomaba como si Iván fuera un chiste, también. Yo trataba de no meterme en eso.

Con mi tío Derek es como que podía hablar de temas serios, de la vida, de la crueldad de Aline, mi primera pareja. Ahora estaba conviviendo con Casper, que tanto estuvo atrás de ella y eran iguales, uno más malvado que otro, cada uno era un personaje distinto. Por algo nosotros en el plano espiritual decimos que en el plano físico somos roles, porque en realidad somos roles. Yo mismo era apocado pero sincero y a veces con dejos de timidez. André era jocoso, bromista. Bernard era buenazo, bonachón, pero muy sufrido. Casper, la actual pareja de Aline, era malvado, al igual que Aline. Artemis, mi segunda pareja, era dulce, pero tan ingenua y tan tonta de creerse todas las habladurías. Yo estaba como rencoroso con su familia porque ella me echaba la culpa de su muerte y yo tenía ganas de decirle a su madre: -Discúlpeme, ella misma se provocó su muerte creyendo habladurías en lugar de confiar en mí.

Mi padre, Frederick, era una persona adusta, buena, pero no podía dialogar. Es como que él estaba en otra, como que él era el intocable. Derek era el más afín. No era igual a mí, primero porque no tenía timidez y segundo, porque hablaba mucho más que yo, aparte por la diferencia de edad. Pero Emerik era una persona fundamentalista, religioso al extremo, que vivía con los salmos en su cabeza. Justine, mi hermana, era una persona noble pero gustaba de los muchachos y ahora estaba poniendo la mirada en André, nada menos que en André.

Yo le decía a Justine: - Mira, que André no es muy confiable.

Justine me decía: - ¿Pero cómo no es muy confiable? Es tu amigo.

-Sí, pero es como que él se fija en ti y también se puede fijar en Katerina, en Laila o en otras…

-No sé, -me decía Justine- es como que tú eres determinante, como que tú encuadras a cada persona y te piensas que eres perfecto.

-Jamás, Justine, voy a decir que soy perfecto; soy el más imperfecto que hay. Mira que tuve dos parejas y con las dos me fue mal: la primera elegí mal y la segunda, bueno…

-No, porque a veces eres tan determinante en opinar de la gente que pareces Knut, nuestro emperador.

-Justine, si no estuviera tan triste me harías reir.

Y así fue mi vida, tratando de trabajar, tratando de subsistir, hasta que conocí a Davina. Davina era castaña, cabello castaño como Aline pero un poco orgullosa. Empezamos a salir y nos encariñamos.

Y ella me decía: -Conozco tu historia. Sé lo que pasó con Artemis y al momento que empiezo a salir contigo debo depositar la confianza en ti. Entiendo que tu primera pareja te difamó y Artemis se lo creyó. Yo no voy a ser igual.

Era una buena mujer, pero me sentía como que tenía que rendir examen, como que tenía que cuidarme de todo, de cualquier cosa, ya es como que no me permitía ver tanto a André, a Bernard. Pensaba que André me iba a llevar por mal camino y decía que Bernard era un depresivo.

Respetaba mucho a mi padre Frederick, y a Derek era como que no lo aceptaba, decía que mi tío era indescifrable. Me chocaba que no aceptara a Derek puesto que yo con Derek me llevaba excelentemente bien.

Con Justine, con mi hermana, apenas tenía trato. Las circunstancias, el destino, Dios o qué, quiso que ya a mis veinticuatro años estuviera conviviendo con Davina y a los dos meses ya estuviera embarazada. La cuestión es que cuando cumplí veinticinco años ya era padre de un varón, un varón lindo, hermoso, y me sentía muy contento. A veces en un pequeño cochecito llevaba a pasear al nene. El nene se llamaba Conrad y lo adoraba, de verdad que lo adoraba. Un día, en el camino me encuentro con Aline y Casper y por cortesía les saludo y me frenan, diciéndome: -Qué hermoso niño.

-Sí, es mi hijo.

-Bueno, te felicito.

En un momento determinado Casper me dice: -Espero que te hayas olvidado de Aline, porque hora es mi pareja.

-Disculpa, no entiendo. Yo no tengo de qué olvidarme si no la tengo en mente, o sea, espero que no sea ofensivo lo que voy a decir pero podría acordarme de Artemis, que fue una pareja amorosa para mí pero tu actual pareja no representa nada para mí en este momento.

Me distraje hablando con Casper y Aline, cruelmente, se llevó el cochecito con Conrad, no entiendo para qué. Casper, en ese momento, viendo mi desesperación se fue. Fui corriendo hasta el lugar donde ellos vivían y no había nadie en la casa.

Le conté a mi padre, a Frederick, a Derek, a Bernard, a André, a Justine. Cuando la enfrento, a Davina, no la quería mirar a los ojos.

-¿Qué pasó?

-Estuve hablando con Casper y Aline se llevó a Conrad.

-Hablaste con Aline. Entonces tenía razón Artemis.

-¡No! Estaba gozando del niño y Casper y Aline me interrumpieron en el camino y por cortesía me puse a hablar. Después Casper me increpó sobre algunos temas y yo me distraje y Aline se llevó el cochecito.

-Te impactaste con Aline y permitiste que se llevara a nuestro hijo. ¡A mi hijo!

Pasaron dos días, se enteró el padre Emerick y finalmente Aline, con los ojos llenos de lágrimas, le devolvió a Davina el niño diciendo que yo me había peleado a golpes de puño con Casper porque todavía la seguía queriendo a ella y estaba celoso de Casper y, ella, para que el niño no corra riesgos, se lo llevó.

Davina no era depresiva como Artemis ni tenía dramas existenciales de atentar contra su propia vida o salir corriendo para que la atropellara un carruaje ni nada por el estilo. Lo que hizo fue no dejarme ver al niño.

Habló con el sacerdote Emerick. En esa época Emerick era la autoridad y me prohibieron que lo vea al niño porque yo era un riesgo para su integridad.

A veces no entiendo a la gente. André, Bernard, mis amigos, obviamente creyeron ciegamente en mí. Mi papá, Frederick, obviamente que también. Derek, incondicional conmigo. Justine también me creía pero me dijo: - Hermano, eres tan tonto y tan ingenuo que te crees todo lo que… Crees que la gente es buena y la gente no es buena.

-Está bien, Justine, la gente no es buena. ¿Y eso justifica la conducta de Davina, que le cree más a los reptiles que a mí?

-Es lo que ven. La gente cree lo que ve.

-Pero, ¿y mi palabra?

Ya tenía engramas de antes. Ya tenía engramas de soledad, de traiciones, de incomprensiones, de que no era creído por mis seres queridos. Dudaban de mi palabra, dudaban de todo lo que yo hacía. Obvio que iba a tener engramas para lograr una relación. Ya dudaba con Davina, si estar o no estar. Aparte, vivía en el pueblo y sabía que me iba a cruzar con ella, con nuestro hijo y que no podía ni siquiera acariciarlo.

Mi padre, Frederick, era respetado. Le pedí que hablara con Emerick, con el sacerdote, pero me dice: -"Deja que las cosas se enfríen, en caliente no vas a lograr nada".

Derek, mi tío, me dijo lo mismo. Bernard me decía: -"Así son las mujeres. Mira como estoy yo". O sea, él no me iba a consolar porque él iba a hablar de su problema.

Aline me seguía haciendo daño. Por eso dije al comienzo que la vida es como un laberinto: te pierdes en él, no encuentras la salida. Pensé que mi salida era Aline y me encontré con una persona que hoy la tomarían por esquizofrénica. Artemis era depresiva y hacía rol de víctima, y hasta dudo si ella no se arrojó a los pies del carromato. Davina era intolerante, extremadamente intolerante. ¿Cómo no lo vi antes?, ¿o me usó para tener un hijo? Bueno, parece que la gente se usa entre sí. Lo digo irónicamente pero, a su vez, con dolor.

Como espíritu no tengo roles del ego. Ayudo conceptualmente a muchos seres encarnados. Mi guía espiritual es un Maestro excelso que siempre me enseña el camino del amor. Gracias a Eón no tengo roles de ego, sino no podría morar en esta alta vibración, pero los engramas te carcomen, los engramas te condicionan, los engramas te frenan y lo único que sirve es descargarlos porque es la única manera de erradicarlos. Y si el laberinto fuera un nudo, es la única manera de desatar ese nudo.

Gracias por escucharme.


 

Sesión 14/5/2009

Médium: Jorge Olguín

Inicialmente habló sobre las dificultades en la vida física y la influencia del thetán. Relató una vida en el planeta Albane, dando diversos datos históricos, religiosos, sociales, etc. Era un consejero de la presidencia de una de las dos regiones. Buscaba evitar la guerra con la otra región, pero había mucha indiferencia y ego, lo que le generó varios engramas de incomprensión y soledad. Finalmente estalló una guerra atómica.

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Entidad: Estoy aquí nuevamente con vosotros. Mi nombre es Dan-El, Maestro del 5º plano de Luz.

Sería injusto decir que solamente se encarna para momentos ingratos. Sería egocentrista, además, ratificar ese pensamiento. Por otro lado es cierto que, como roles encarnados, no recordamos quiénes somos, qué hicimos, qué aspiraciones tenemos, y muchas veces montamos en indiferencia. Pero también debo reconocer que como el 10% encarnado y el 90% no encarnado forman parte de un mismo espíritu es muy difícil que si el espíritu está en la Luz su parte encarnada cometa actos hostiles graves. Esta postura es debatible porque el ego hace estragos con el ser encarnado. Y lo he notado a través de distintas vidas, en distintos roles en los que he encarnado tanto como masculino como femenino en Sol III -que es donde está ahora mi receptáculo- y en otros mundos.

Hace varios siglos atrás encarné en Albane 4. La estrella que nosotros denominábamos Albane está aproximadamente a quinientos cincuenta y cinco años-luz de Sol III, de este sistema solar. Había dos gobiernos: un gobierno en el este y otro en el oeste. El este y el oeste estaban separados por un océano angosto. Del otro lado había un océano mucho más amplio que le decíamos "El gran mar", y el que nos separaba era "El pequeño mar".

Era un planeta apenas un poco más grande que la Tierra pero con sólo dos continentes, el este y el oeste. Para que tengáis una idea, el oeste del este estaban separados por un océano del tamaño del Atlántico y del otro lado del planeta había una extensión de agua mucho mayor que el Pacífico, porque la Tierra tiene seis continentes mientras que Albane tenía solamente dos -o tiene solamente dos-, pero hablo de la época que yo estaba encarnado.

Mi nombre era Lurgo. La época en que hablo tenía treinta y seis años. Formaba parte del gobierno oeste y, por una razón no determinada, muchos siglos atrás, en Albane había encarnado un gran hombre en el continente oeste que fundó una religión monoteísta donde profesaba la fe a un creador, una religión que fue variando con el tiempo a lo largo de los años. Los años en Albane tenían aproximadamente cuatrocientos veinte días terrestres pero también teníamos mayor longevidad. Para que tengáis en cuenta, treinta y seis años o rotaciones planetarias alrededor de nuestra estrella nos hacían tener un aspecto similar a vuestros treinta y seis años.

Cinco siglos más tarde, en el este nació un hombre que fue nombrado Profeta y que, a través de diez batallas, eliminó a lo que cierta civilización llamaba bárbaros. Consumiendo una planta alucinógena cayó en trance y dijo comunicarse con el Creador. Fundó otra religión que competía contra la del continente oeste. Las diferencias entre ambos continentes eran notorias. Los dos continentes tenían roles de ego en sus habitantes. En el continente oeste le atribuían toda clase de milagros al creador al que llamábamos Ero y lo mismo hacían los del continente este, al que ellos llamaban Bama. Pero los bamanos -así se llamaban los seguidores religiosos- eran demasiado fundamentalistas, y llegaban a atentar contra ciudades del continente oeste.

Los continentes eran bloques. Se dividían en regiones pero respondían a una sola cadena de mando, similar a lo que aquí sería un presidente. No se dividían en países, en realidad eran dos bloques en el planeta. Los del oeste no eran -como diríais aquí en Sol III- unos santos, pues eran egocéntricos y buscaban lucrar con los pobladores. Había diferencias marcadas entre los gobernantes y el resto del pueblo a nivel económico, pero dentro de todo invertían dinero en investigaciones.

En el este se desarrolló una cultura absolutamente patriarcal donde el rol de la mujer era cocinar, limpiar la vivienda y servir al esposo. En Sol III, donde reside mi 10%, hay países que tienen creencias parecidas, culturas parecidas, sistemas de costumbres entre el hombre y la mujer parecidos, con la diferencia de que en ese mundo, ambos bloques -este y oeste- habían desarrollado poderoso armamento atómico, similar al que se descubrió un poco antes de la primera mitad del siglo XX en Sol III.

Yo formaba parte de un bloque de consejeros en el continente oeste.

Hablaba con Emig, quien era el presidente, y le decía:

-Señor, la única opción que tenemos es ignorarlos porque Omara no razona. Si buscamos una guerra ambos lanzarían sus cohetes, el planeta se contaminaría y la civilización moriría.

-Querido consejero, lo que tú dices es importante pero no puedes decirme a mí lo que tengo que hacer con mis cincuenta y cinco años de vida y mi gran experiencia. Tienes mucho que aprender.

Si bien normalmente yo domino el ego, le dije:

-Pero, señor presidente, yo he sacrificado mi vida por esto que llamáis política. No he formado pareja, no he tenido amigos, me he dedicado todo el tiempo a aconsejar...

-¿Y te quejas? Mira lo que ganas, mira cómo has crecido.

-Señor, ¿de qué me sirve? ¿Qué he logrado? Soy feliz, dejando de lado que veo al mundo al borde de la catástrofe. ¿Qué he logrado? Siempre han hecho caso omiso. Desde que tenía dieciocho años -la mitad de la edad actual- voy aconsejando a mis superiores y mis superiores hacen oídos sordos. Pero, como soy manso, como no molesto, de vez en cuando para conformarme me dan un aumento, ya sea de categoría o de sueldo. ¿Y para qué? ¿A beneficio de qué?

Levanto la vista y veo que el gobernante se va a su despacho privado y cierra la puerta con toda la fuerza. Abatido vuelvo sobre mis pasos.

Me encuentro con un compañero, Alarán.

-Te veo muy mal.

-A veces es como que estoy jugando en contra de mí. No sé hasta qué punto me sirve aconsejar a mis superiores si al fin y al cabo yo sería el menos perjudicado si hay una catástrofe planetaria.

-¿Pero qué dices? -me respondió él.

-Alarán, es muy sencillo. No tengo nada. Todos vosotros tenéis familia. Yo quemé mi vista, mis años...

-No tenemos la culpa si te has fanatizado.

-No, corrígete. Nunca me he fanatizado. He aconsejado noblemente, analíticamente, y nunca desde un impulso sino todo lo contrario, pero en el noventa por ciento de los casos no me han dado importancia.

-O sea, que nos echas la culpa a todos -incluso a tus compañeros- de que no has logrado tener una familia.

-No. Tenéis razón. Todos vosotros tenéis razón.

-No hables en plural. Estás hablando conmigo.

-No me dirijo a ti. Estoy pensando en voz alta. Todos vosotros tenéis razón. La responsabilidad es absolutamente mía por haber sido tan idealista. No puedo cambiar el mundo, hay mucha indiferencia.

-¿Y en el otro continente también?

-No. En el otro continente hay mucho fanatismo. Indiferencia de un lado y fanatismo del otro. Allí fundamentalistas y aquí es como que tienen la religión de adorno.

-¿Y tú qué?

-¿Yo? Yo nada. Yo creo que tanto el Profeta del oeste como el Profeta del este han fundado religiones y ninguna de las dos me satisface. La del este menos porque es una religión guerrera y hablar del amor y guerra al mismo tiempo me parece ilógico.

Y me marché con muchos engramas, principalmente engramas de soledad porque todos mis aconsejados, por ego, por vanidad, por el cargo que ostentaban, que pensaban que podían mover una mano y corregir la atmósfera que se estaba envenenando. ¿Yo que pretendía? Engramas de incomprensión, engramas de soledad... Pero nadie más que yo era responsable de ello, era lo que había elegido. La gente que falló es la gente a la que yo orientaba pero, por otro lado, pensaba si no tenían razón. Los habitantes del este estaban dogmatizados, no les importaba la vida. Había atentados suicidas en ciudades del oeste. ¿Qué Creador puede querer que un hijo suyo se inmole en nombre de nada? ¿Qué Creador puede querer la guerra? ¿Qué Creador puede querer que se maten entre hermanos?

Y a los pocos días sucedió que los radares captaron movimientos constatados por dos satélites. Y segundos después que el este abre fuego el oeste responde. Y al poco tiempo el mundo era una nube tóxica radiactiva con millones de espíritus desencarnados. Por eso dije al comienzo que a veces encarnamos para tratar de cambiar las cosas. Alguna vez lo hizo este excelso Maestro Ketter, que encarnó y logró revertir una posible guerra, un posible enfrentamiento entre el hemisferio norte y el sur en su planeta Aní.

Muchísimas centurias atrás -y sin hacer comparaciones- yo no pude hacer lo mismo. Habrán sido otras las circunstancias o me habré rodeado de gente más necia. Vosotros, en el plano físico, tenéis un refrán que dice: "La intención es lo que vale", cosa que no discuto, pero te quedas con este gusto amargo de que no has podido evitar la tragedia.

Y en lo personal, engramas sobre los hombros tremendos, que hasta dudo que de Albane haya descargado todo. De todas maneras es valioso esto, el haber podido contarlo. Es muy valioso.

Habló Dan-El.


 

Sesión 28/7/2009

Médium: Jorge Olguín

Habló de los roles, de las dificultades en los planos físico y espiritual, de la tendencia al victimismo. Relató una vida en Francia donde le gustaba la música. Un Maestro le desilusionó achacándole mala calidad. Tuvo una vida sin objetivos generándose diversos engramas. Habló de la importancia de tener proyectos y de ayudarnos entre todos.

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Estoy aquí de nuevo comunicado con vosotros, mi nombre es Dan–el. Voy a elucubrar sobre la mente humana, lo que Johnakan denominó decodificador.

La mente humana es muy compleja, porque en sus redes neuronales guarda toda la información posible dentro de sus limitaciones, y a diferencia de nosotros como seres espirituales, con el tiempo algunas de esas neuronas se van atrofiando, la memoria se va perdiendo…

Pero no es ése el tema al que me quería referir, me quería referir a lo complejo de las situaciones, me quería referir a los roles del ego, cómo los roles del ego manipulan al 100 % del los seres encarnados, porque es verdad que podemos estar con nuestros roles integrados, pero no somos objetos inanimados, somos seres que pensamos y en muchos casos, cuanto más pensamos, más nos enroscamos en un círculo cerrado, donde a veces no encontramos la salida a nuestros planteamientos o cuestionamientos.

A veces tenemos un doble discurso de pensamiento, si se puede avalar esta frase, porque por un lado pensamos en determinadas injusticias para con nosotros, o para con nuestro entorno, o con desconocidos, pero por el otro lado sabemos que nosotros somos quienes optamos determinada manera de ser, de vivir, de estar, en el plano físico obviamente, aunque por otro lado no es tan así, porque nuestros mayores -y esta es una frase de Johnakan -eligen a veces por nosotros, y no siempre hacemos lo que queremos; un poco porque nos obligan a estudiar algo que no nos gusta, o porque la sociedad nos empujó a tener una tarea sencilla para salir económicamente a delante dejando a un costado nuestros anhelos, nuestros deseos más importantes…

Si uno fuera derrotista en cuanto al rol físico, diría: ¡qué pérdida de vida! ¿Qué podría haber sido de mí? ¿Qué soy? ¿Estoy conforme conmigo?

O si trato de sobrellevar mis engramas, y como 10 % encarnado tengo superados mis roles de ego, o como mínimo trato, digo: sí, estoy conforme; porque en el plano físico, somos la suma de un montón de cosas; somos la suma de nuestra crianza, la suma de cómo fuimos creciendo, la suma de nuestro entorno, de nuestras amistades, de nuestras experiencias… O sea, somos lo que somos por lo que vivimos, y hablo de una sola vida.

Entonces, vayamos más lejos; como espíritu somos lo que somos por todas las vidas que tenemos. La ventaja que tenemos como seres espirituales en nuestro plano, yo estoy en el plano 5 en el cual he dejado de lado esos roles del ego tan perniciosos, porque he visto, conceptualmente obviamente, muchos seres de los planos más densos que dicen, tengo una colección de golpes a lo largo de todas mis vidas, golpes emocionales, que me han dejado cicatrices y que no es cierto que el tiempo los borra o los difuma. Pero ¿por qué sucede eso? Sucede eso porque los roles del ego se esfuerzan en abrir las cicatrices, y en que surjan las heridas, porque es la única manera de hacer de víctima.

He superado infinidad de circunstancias en vidas pasadas; tuve una vida pasada en el sur de Francia, muy cerca de donde ahora está mi 10 % encarnado, y era bastante feliz. Me llamaba Len Lacroix y me gustaba mucho la música, muchísimo me gustaba la música; me gustaba la música clásica.

La familia de mi madre era de Almena, le gustaba la música tirolesa, la música de la montaña. Yo como que, aun siendo francés, es como que todo lo que venia de Viena era un placer, un placer tan grande… y mi padre que era comerciante, si bien nunca me mostraba cariño, ése cariño que uno anhelaba, anhelaba tanto…. hubiera dado años de mi vida, por un abrazo de mi padre, ¡años! Pero me pagó una academia y estudié música, aprendí guitarra y aprendí piano, y a cada instrumento le daba su valor. Con la guitarra tocaba mucho música española, pero con el piano me trasladaba mentalmente a Viena.

Tenía un profesor que se llamaba Sarcó, que era de algún país de Europa del este, pero él nunca decía de donde era. Sarcó. Y me decía que tocaba de una manera muy mediocre, y que ponía mucho amor, pero que o mis manos o mi mente… Le mostraba mis composiciones; en los últimos meses había escrito 3 composiciones, que para mí eran hermosas. Me hizo sentar en un sillón, se sentó al piano y las tocó, y me dijo crudamente:

-¡Es una falta total de sintonía! ¡Te vas de compás! que pasa con el Tac,Tac,Tac,Tac…? ¡Te vas de compás!
Un día me rebelé, y le dije:
-¿Pero por qué todo tiene que ser así? ¿Por qué? - No me respondió…me preguntó:
-¿Qué deseas de tu vida?
-Me gustaría ser un gran compositor.
-Pues bien, olvídate, porque si no te nace ahora…
-Es demasiado cruel conmigo…
-O bueno, muy bien, perfecto, mañana me pongo un papel que diga “hipócrita”en la puerta, “Profesor Hipócrita”. Eres un excelente compositor, ¡tu melodía va a sacudir hasta el árbol más pequeño de los bosques de Viena! ¿Quieres eso, o quieres la verdad?
-¿Pero por qué dios no me dio el don de componer bien entones o de tocar bien? si yo amo la música…
-¿Y por qué eres tan injusto con dios? ¿Cuánta gente crees que ama la pintura y no sabe pintar ni siquiera un garabato?

Un niño hace un colorinche en un tapiz, y tal vez pinta mejor que aquel que ama la pintura.

Me desilusioné, y me dediqué a trabajar con mi padre, pero prácticamente estaba como muerto en vida. Mi ilusión era la música, sólo la música, no había nada que me alegrara, que me animara, que me fuera útil. Yo pensaba: como, duermo, respiro, veo el amanecer, veo el atardecer, otra vez a dormir… mis días pasan, nada me atrae…

Cuando mi padre falleció me hice cargo de su labor, a pleno, no tenía tiempo para pensar, y creo que era lo mejor. Desencarné joven, a los 42 años, por un problema pulmonar, o así decían.

Una vez en espíritu, me puse a razonar conmigo mismo, a conceptuar 10% con 90 %, y entendí que no es que la música que yo componía no servia, era una música quizás adelantada para la época, y no hubiera sido asimilada por la gente de ése entonces. Pero quizás ese rol que encarnó, manejado por roles del ego, pensaba que era la ideal para la época.

Creo, al igual que mi guía espiritual, en el equilibrio. Creo que el maestro hizo bien en no ser hipócrita, creo que el maestro hizo mal en ser tan directo, creo que hay un termino medio…y creo que me causó muchos engramas…engarmas de bajísima estima, porque prácticamente me dijo fracasado en la cara y que me dedicara a otra cosa, que nunca iba a salir a delante; prácticamente me lo implantó el engrama, prácticamente me lo dio de comer, y eso nunca se debe hacer. No se trata de engañar al que intenta salir adelante y no tiene seguramente el don, pero no se trata de cortarle las manos.

Obviamente, nunca tuve rencor por el rol de ese profesor, porque eso hubiese sido ego, y tenía en claro que él también era un rol, y que se habrá generado karmas por su cuenta, no por mí, sino por otros estudiantes de los que habrá desahuciado.

Sigo creyendo que todo ser encarnado tiene que tener proyectos, y entiendo que, dentro de todo lo que uno anhela, nunca, nunca debe olvidarse de tender una mano, porque hay otros que están peor. Tengamos la solidaridad de tender la mano al que está atrás, pero tengamos la humildad de aceptar la mano que nos tiende el que está delante. A veces no nos bastamos por nosotros solos, no somos omnipotentes ni omniscientes, tendamos una mano al de detrás, aceptemos la mano del de delante, y abracémonos con el del costado. Habló Dan-el.


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